En la C.C. el príncipe menor de los Saiyajines estaba algo aburrido, al parecer todos estaban dormidos reposando el almuerzo. Durante estos últimos días en la tierra aprendió a leer el ki y muy a lo lejos notó uno muy familiar.
Son Gokú se encontraba ejercitándose para hacer un entrenamiento con el príncipe Vegeta; se sentó un momento a esperar a que llegara pero al parecer se quedó dormido y no vendría a encontrarse con él, estaba a punto de marcharse a casa cuando sintió a Tarble acercarse.
-hola Gokú - saludó amablemente el príncipe
El mayor puso su mano detrás de la cabeza y le mostro su típica sonrisa – hola Tarble ¿qué más?
-bien ¿y tú?
-yo, pues yo estaba entrenando – se rascó su cabeza para mentirle
-ya veo, y porque no entrenas conmigo – propuso el más bajo
Arqueó su ceja y lo vio de reojo – no quisiera despreciarte pero no estas a mi nivel y no sería una pelea justa.
Tarble lo observó detenidamente, el cuerpo del mayor estaba perlado por el sudor, el gi que llevaba puesto dejaba ver sus hermosos pectorales, dirigió su mirada a la entrepierna, quería saber que se hallaba ahí, se acercó lentamente y le dio un beso – yo no me refería a ese entrenamiento
-espera no – lo retiró y se limpió la boca
-¿Por qué no?
Gokú no hallaba que responder, al final decidió decirle la verdad – Tu hermano, no
-yo me revolqué con él ¿y qué? –mintió
-Aunque lo digas no te creo –bufó y le dio la espalda
Tarble se le acercó y lo tomó del hombro – él te la hace, tu eres el gallina que no es capaz de hacer nada al respecto – se rio por lo bajo – al fin y al cabo que lo volveré a hacer – sonrió maliciosamente el intentó emprender vuelo.
El de cabellos alborotados lo sujetó del hombro y lo atrajo hacia él – te romperé ese culo para que aprendas a no meterte con lo que no es tuyo – le plantó un beso e inmediatamente invadió con la lengua su cavidad bucal
El menor soltó un jadeo al sentir su boca invadida, casi no podía seguirle el ritmo, metió la mano derecha en el gi del más alto y se encontró con una gran erección, empezó a masajearle el glande hasta que se empapó de líquido preseminal.
-espera – le susurró, al separase de sus besos le comenzó a bajar la ropa con ambas manos, su desesperación se notaba, unos segundos después ya lo había desnudado.
Al verse expuesto el de clase baja se sintió extraño, pero volteó a ver a más bajo, ya estaba desnudo, ese pequeño cuerpo, esos diminutos labios y ese traserito – mmm – se relamió, con ambas manos lo agarró de la cabeza y lo hizo arrodillar, al ver que estaba frente a su verga lo tomó del mentón con una mano y con la otra dirigió su miembro a la boca del pequeño.
Tarble se separó, ese pedazo de carne casi lo ahoga, aunque no negaba que estaba bien grande, lo talló con ambas manos y se dispuso a chuparlo, era algo tedioso, apenas y podía meterse un poco menos de la mitad, se concentró en el glande dando fuertes succiones y aumentando la velocidad.
Minutos más tarde su boca quedó llena de semen, la sustancia blanquecina se desbordó entre sus labios.
-Trágatelo – ordenó Gokú, al ver que se lo pasó lo levantó para darle otro beso, con ambas manos lo agarró de las nalgas abriéndolas - ¿Qué esperas? – le dijo masajeándole el órgano para luego retirar su mano.
Tarble sin dudarlo empezó a manosearse lentamente mientras lo besaba. El miembro del de cabello alborotado se resbalaba entre sus nalgas, un dedo invadió su agujero sacándole un gemido.
°°° dudo que quepa aquí °°° Gokú metía ya dos de sus dedos en la pequeña entrada, los sacó para empaparlos de saliva y los metió otra vez, introdujo uno más y se resbaló como si nada.
El menor gemía casi a gritos masturbándose a toda velocidad, su orgasmo estaba a punto de llegar pero se aceleró cuando su anillo carnoso se abrió paso al enorme palo del más alto, chorros de semilla empaparon el abdomen de ambos.
Gokú dejó su verga por un momento adentro mientras se tiraba al piso recostándose encima del menor, lo tomó de la nuca para besarlo con fogosidad, el otro le dio luz verde moviendo las caderas sacándolo de su interior. – Oh - suspiró al moverse otra vez para introducirse.
El vaivén iba a en aumento, sus cuerpos ya sudaban el doble y la pequeña entrada del príncipe ya estaba totalmente lubricada por el fluido que expulsaba el mayor.
-mmm – Tarble ahogaba sus gemidos besándolo, ese pedazo en su interior lo llenaba bien, la cabeza del miembro tocaba un punto que lo hacía doblar la espalda, se aferraba abrazándolo con una mano mientras se masturbaba
El sonido de la penetración era muy agradable a sus oídos, sus pieles al chocar los hacía jadear – Más, quiero más – pidió en suplica el menor.
-¿quieres ese culito bien relleno? - vas a saber lo que es un Súper Saiyajin – rio con malicia – AAAAAAAAAAAAAA – su cabello se tornó dorado, sus músculos crecieron y su verga se hinchó, el interior del más bajo era difícil de penetrar pero no se detuvo
La erección de Tarble bajó, un dolor punzante se clavó en su espina dorsal, ese trozo estaba enorme y seguía adentrándose sin piedad, apretó sus dientes derramando un par de lágrimas, el mayor le lamió las mejillas para limpiarlo.
Poco a poco ya se fue acostumbrando al enorme palo, su erección volvió a alzarse y la agarró con su mano, aun apretaba su boca para no dejar escapar sus gemidos, eso lo notó el mayor quien volvió a besarlo.
°°° que culo más apretado °°° el rubio estaba enloqueciendo, le encantaba la manera cómo su verga se movía en el interior del príncipe, esas paredes apretaban muy bien, la lubricación lo dejaba resbalarse fácilmente, lo rodeaba con sus brazos profundizando cada estocada, lo hacía gemir a cada movimiento.
-METEMELO HASTA EL FONDO – gritó el menor derramando unas cuantas lágrimas de placer, le clavó las uñas en la espalda rasgándolo al tiempo que se corría. Se desvaneció, sus ojos se nublaron y perdió por un momento la conciencia.
Al de cabello alborotado lo excitó más verlo así agarró con fuerza el débil cuerpo debajo suyo y dando unas últimas estocadas - AHHHHHHHHH - llenó de leche hueco que en el que estaba, volvió a introducirse hasta donde daba su palo y se quedó ahí hasta que su orgasmo pasó.
Se retiró de lentamente, su semilla salía a cada contracción que daba el cuerpo del príncipe experimentando leves espasmos, se inclinó y lamió el abdomen del menor recogiendo la semilla que aún se encontraba ahí.
-que idiota, lo engañe – susurró dormido, en sus sueños sólo recordaba lo que acababa de pasar.
Gokú apretó sus dientes con rabia, y se sobresaltó °°° maldición °°° un ki familiar estaba parado justo a su lado - ¿Vegeta?
El mencionado sonrió de lado muy pícaramente.- Hola Kakarotto