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"Me perdiste y ahora soy feliz sin ti." por Makaxd-

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Notas del capitulo:

Primero que todo, perdón por la tardanza. Este último capítulo no le veía un final, la presión que sentía al escribir, pensando si “¿acaso les gustara o no?”  de verdad me costó un montón en terminar. Les diré que aunque haya escrito esta historia, yo en realidad nunca me imaginé que les gustaría, ya que soy malas con las letras, lo que quiero decir es que en la asignatura de lenguaje me iba mal, porque simplemente no me gustaba esa materia, la encontraba aburrida y me quedaba dormida en clases, y cuando quería colocarle empeño igual me iba mal. Yo soy más de números, es por eso que no veía un buen futuro a esta historia, pero les agradezco con todo corazón el apoyo que me dieron, sus comentarios me inspiraron para seguir. Gracias a todos ustedes por seguir leyendo hasta el final. Espero sus comentarios con muchas ansias y nervios xD.

 

PD: Primera vez que este capítulo salió tan largo jejej 

Caminaba distraídamente por los alrededores de la casa. Mi mente no hacía nada más que recrear una y otra vez lo sucedido hace tan solo dos días atrás.

 

Algunas veces pensaba que se trataba de un sueño, porque tanta felicidad que sentía parecía tan inexistente, pero con solo observar el anillo que yacía en mi dedo anular, me daba cuenta de que todo lo que estaba viviendo era real.

 

Mi mano derecha se posó en mi vientre, masajeándolo suavemente; sonreí al recordar el día anterior había ido a la clínica en compañía de Carlos, para saber el cómo se encontraba la pequeña criatura que crecía poco a poco dentro de mí.

 

El saber que iba a formar una familia con la persona que amo, me hacía sentir dichoso; y más fue mi felicidad al escuchar el latir de su corazón. Al ver a mi pequeño en la pantalla, mis lágrimas recorrieron por mis mejillas. La emoción que sentí en ese momento fue única; y sé que no fui el único que se sintió así. Me bastó con solo mirar a mi lado derecho y encontrarme con Carlos secándose las lágrimas que se le escapaban de sus ojos azules, mientras observaba embobado la imagen que proyectaba la ecografía.

 

Por lo que nos dijo ese día el ginecólogo, él bebe se encontraba bien, sin ningún problema; además que me encontraba con dos meses y una semana de gestación. Con solo saber que todo estaba perfecto, sentí un alivio recorrer por mi cuerpo.

 

-Te he estado viendo todo este rato caminar por alrededor de la casa y ya me tienes mareado. Deberías de sentarte- me dice el castaño, que se encontraba recargado en el marco de la puerta que daba al jardín trasero.

 

-Estaba metido en mis pensamientos, pero… ¿Qué haces por acá, Dylan?

 

-Tomar aire. Me aburro estar todo el día encerrado.

 

-Es por el bien de tuyo y de tu hijo.

 

-Lo sé, pero… estos meses han sido desesperantes- suspira el pelicastaño

 

-Lo bueno es que te falta poco, solo un mes y ya lo tendrás entre tus brazos- le sonríe

 

-Cambiando de tema ¿Cómo te encuentras?- me mira, mientras se dirigía a sentarse en una de las bancas que estaban en el jardín.

 

-Bien, sin ningún inconveniente. De hecho ni siquiera siento que estuviera esperando mi hijo.

 

-Te envidio- me dijo con un puchero-  yo los primeros meses vomitaba y me mareaba constantemente.

 

-Por el momento tengo suerte. No me gustaría estar con esos síntomas- suspiro y me siento al lado del castaño

 

-¿Qué te sucede?

 

-Nada, solo… tengo que aguantar el cuidado excesivo de Carlos, ni siquiera me deja salir a comprar sí que valla con un escuadrón detrás mío;  y  para sumarle el hecho de que sus padres vendrán hoy a cenar con nosotros. Todo esto me tiene de los nervios de punta.

 

-Conocerás a tus suegros ¿no deberías de estar feliz?

 

-Bueno si, pero… tengo miedo a que no me acepten y que me quieran separar de Carlos- agacho la vista hacia el suelo.

 

-Tú y ese bajo autoestima algunas veces me estresan- frunce el ceño- ten confianza en ti mismo. A estas alturas ya deberías de darte cuenta que nada podría separarles a ustedes dos. ¿Es que acaso tan poca confianza tienes a tus sentimientos por él?

 

-No estoy diciendo eso- le digo rápidamente

 

-Pero me das a entenderlo. Si tú quieres a Carlos, lucha por él y no dudes. Los padres de él no podrán hacer nada, ya que su hijo ya decidió con quien formar una familia. Tus absurdos miedos son mal fundamentados.

 

Me quede callado por unos minutos procesando las palabras dichas por mi amigo,  dándome cuenta de que estaba cometiendo un error al pensar y temer de que sería rechazado. Sin siquiera conocer aún a mis suegros, mi mente se llenaba de ideas absurdas, provocándome miedo sin fundamentos.

 

Puede que no les agrade a los padres de Carlos, pero no por eso me rendiré y me alejare de su lado.

 

-Gracias- le digo al castaño- no se en que momento tuve esas ideas.

 

-Las hormonas del embarazo te hace tener locas ideas.

 

-Cierto- le sonrío.

 

El castaño se levanta con cuidado de la banca y se estira mientras bosteza. Se le notaba en sus ojos cafés que tenía sueño, y era comprensible. Estaba en su último mes sus energías se le agotaban rápidamente.

 

-Es mejor que te vayas a descansar- le aconsejo

 

-Te hare caso. Este pequeño me quita todas mis energías- se despidió dejándome solo en el lugar.

 

Me quede un rato más sentado, miraba hacia el cielo dándome cuenta de la presencia de las nubes, anunciando que pronto empezaría a llover. Tan concentrado estaba que no me di cuenta que era observado desde el balcón que daba a mi habitación.

 

-Te vas a enfermar estando sentado allí, cariño- pegue un salto en donde me encontraba por el susto repentino de la voz de Carlos.

 

-¡No me asustes así tonto! ¿Acaso quieres matarme de un susto?- le miro molesto

 

-No me gustaría quedar viudo sin haber tenido mi noche de bodas- sonríe de lado- como sea debes de entrar, está empezando hacer frío y pronto llegaran mis padres.

 

-Enseguida entro, papa- le contesto de forma burlesca

 

El pelirrojo no le responde, cosa que extraño al azabache, ya que siempre buscaba una manera para molestarle. Sin darle mucha importancia al asunto se dirige a su habitación para empezar arreglarse y estar listo a la hora que llegasen las visitas.

 

Cuando ingresa a su habitación la puerta es cerrada rápidamente, y antes de que él se pudiera darse la vuelta, su cuerpo, ya había sido rodeado por unos brazos más fuerte que el de los suyos, apegando su pequeña figura a la del mayor.

 

-Esa no es la manera de contestarle a un padre, pequeño- le susurra con voz ronca en su oído derecho provocando un escalofrío involuntario en el cuerpo del azabache.

 

-Carlos…-jadea al sentir la húmeda y caliente lengua recorrerle por todo el contorno de su oído.

 

-Te daré una lección por hablarle en ese tono a tu padre- le besa posesivamente sin darle tiempo de que el azabache le responda.

 

En un momento a otro, los dos, se encontraban en la cama besándose y acariciándose con una pasión que era innata en ellos. Cada uno sabía que parte del cuerpo debían tocar para provocarle al otro un estremecimiento involuntario en su ser.

 

Poco a poco los dedos traviesos del pelirrojo se introducen por debajo de la playera del azabache, acariciándole suavemente su lechosa piel hasta llegar a unos de los rosados pezones, que al solo tocarle se coloca duro al instante.

 

-Tu cuerpo es como una droga para mí- pronuncia con su voz ronca cargada de deseo el pelirrojo, para nuevamente atacar los labios rojos e hinchados del menor.

 

Demian no se quedaba atrás en ese encuentro apasionante, claro ejemplo era que, con su pierna derecha acariciaba descaradamente el miembro despierto del mayor, provocándole gruñidos y jadeos que salían desde la garganta de Carlos.

 

Estaba claro que iban hacer el amor; sus cuerpos lo deseaban con locura. Es por eso que se olvidaron de un pequeño detalle, y ese era que en esos momentos los padres de Carlos ingresaban por la puerta principal de la residencia, siendo recibidos por Mateo. Este de inmediato fue a visarle a su amigo pelirrojo de la llegada de los adultos.

 

Toca la puerta de la habitación un par de veces. Al no oír respuesta ingresa sin siquiera darse cuenta de lo que sucedía allí adentro.

 

-Carlos han llega…- deja de hablar al presenciar al pelirrojo besar con desesperación al pequeño cuerpo semidesnudo del doncel. Se da la vuelta de inmediato mientras el pelirrojo y el azabache buscaban con que cubrirse.

 

-¡Joder Mateo, toca la maldita puerta!- dice enojado a la vez que cubría con las sabanas al menor.

 

-¡Eso fue lo que hice! ¡No es mi culpa que no me hayan escuchado!- les reprocha a ambos- parecen un par de conejos haciéndolo- el de cabellos rojizos rueda los ojos y suspira, para luego preguntarle.

 

-Como sea, ¿Qué es lo que querías decirme antes de irrumpir en mi habitación?

 

-Tus padres han llegado, así que vístete rápido y anda a recibirlos- sin nada más que decir se retira, dejando a los tortolos enamorados que yacía en la cama mirándose entre ellos.

 

-¿No se suponía que llegarían en la noche?- le pregunta el azabache, que se encontraba recogiendo su ropa que estaba esparcida en el piso.

 

-A mis padres les gusta hacer sorpresas- le contesta a la vez que se colocaba su camiseta- ahora tendré que ir al baño a encargarme de este problema- apunta con su dedo índice su entrepierna- a menos que me quieras ayudar- observa provocadoramente al doncel.

 

Este al oír las palabras dichas por el pelirrojo, se sonroja, pero recupera de la compostura, sonriéndole de forma burlona al mayor para luego decirle.

 

-Encárgate tú mismo cariño, porque a mí, se me quitaron las ganas- le dice sacándole la lengua mientras se terminaba de arreglar.

 

-Ya veremos si dirás lo mismo a la noche- susurra para sí mismo, que para el pelinegro.

 

Demian.

 

Me encontraba bajando la escalera acompañado de Carlos. Este me sostenía de la mano izquierda, apretándola levemente. Mentiría si dijera que no estaba muerto de nervios, porque en realidad se notaba desde lejos que mis piernas y manos temblaban. Agradecía internamente que Carlos estuviera al lado mío, ya que me podía calmar y reunir algo de valor para poder enfrentar a sus padres.

 

-Tranquilo- me susurra en el oído- todo estará bien- le asentí con un movimiento de cabeza.

 

Llegamos a la sala de estar a donde se encontraban sentados Mateo y Dylan, acompañados por una mujer y un hombre que no aparentaban más de cuarenta años, que al vernos se nos quedaron mirando por unos segundos hasta que la mujer fue la primera en hablar.

 

-Creí que no bajarían nunca, ya estaba pensando que nunca conocería a la pareja de mi hijo- dice una mujer rubia, con una figura que cualquier mujer podría envidiar además de portar los mismos ojos azules que tenía Carlos.

 

-Ya conoces como es nuestro hijo Leila. Si fuera por él, nunca conoceríamos a ese pequeño doncel ya que no quiere que tú lo traumes- solo me basto con observarle un par de segundos para darme cuenta que ese hombre era la copia exacta de Carlos, excepto por los ojos, ya que los de él eran de color pardos.

 

-¿Qué estas queriendo decir, Benjamín?- le mira algo molesta.

 

-Nada cariño- le sonríe. La rubia le iba a contestarle cuando el pelirrojo fue el primero en hablar.

 

-Siempre es lo mismo, ustedes nunca dejaran de discutir por tonterías- suspira.

 

-Pero aun así nos queremos- sonríen los dos al mismo tiempo.

 

En todo ese lapso, me encontraba observando con una leve sonrisa la cómica escena de la pareja de adultos con su único hijo, pero cuando diviso que unos ojos azules -parecidos a los de Carlos- me echaban un vistazo, me incomode un poco por su mirada.

 

-Pero que precioso es este niño- dice acercándose hacia mí.

 

-Madre por favor no lo traumes- Carlos trataba de esconderme detrás de su espalda, pero su madre lo corre para luego observarme detalladamente de pies a cabeza.

 

-Definitivamente es muy hermoso- me toca la mejilla.

 

-Ni siquiera te has presentado y ya lo estas acosando, Leila.

 

-Que desubicada soy, lo siento pequeño. Me llamo Leila Smith, esposa de ese hombre viejo que esta por haya que se llama Benjamín Babussi y somos los progenitores de este gruñón que tienes por novio.

 

-¡Hey!- dijeron los dos pelirrojos haciéndose los ofendidos, causando que me riera. La rubia ni siquiera le importo y dirigió su vista hacia mí con una leve sonrisa me pregunto

 

-¿Cómo te llamas, pequeño?

 

-Me llamo Demian Castillo, señora.

 

-No me digas señora, me haces sentir una vieja. Puedes dirigirte por mi nombre o decirme suegra. 

 

-Pero… eso sería una falta de respeto hacia usted.

 

-Para nada.

 

Estuvimos un rato conversando sobre temas triviales y unos de esos era sobre el embarazo avanzado que tenía Dylan mientras esperábamos a que la cena estuviera lista. Por un momento mi vista se desvió por la ventana que daba al jardín delantero, dándome cuenta que había muchos más guardaespaldas que estaban todos armados. “Nunca en mi vida había visto tantos hombres armados, pero es comprensible, ya que en estos momentos está el jefe de la mafia junto a su esposa” pensaba para mí mismo.

 

~~~

 

Nos encontrábamos en un cómodo silencio, sentados alrededor de la mesa, probando los platillos que nos fueron servidos por unas pocas sirvientas que trabajaban en la casa. A mi derecha estaba Carlos y al frente los padres de este. Estábamos solos los cuatros, ya que Mateo y Dylan hace algunos minutos se habían retirados, ya que el castaño no se había sentido bien y es por eso que decidió ir a descansar.

 

-Creo que es el momento que nos digas el porque nos llamaste, hijo- dijo el padre de este, rompiendo el silencio que se había formado en el comedor-  sé que no fue solo para presentarnos a tu pareja, hay algo más que quieres decirnos ¿cierto?- el de cabellos rojizos deja los cubiertos a un lado, adaptando una postura seria, y dirigiéndole la mirada a su progenitor.

 

-No te escapa nada, padre. Pero bueno, solo quería informarles personalmente que me voy a casar y además de que ustedes serán abuelos- Los dos se quedaron sorprendidos. Se miraron entre ellos y luego a nosotros para después sonreírnos con una aparente alegría en sus rostros.

 

-Felicidades hijo- dijeron al mismo tiempo. Suspire aliviado, por un momento creí que no lo aceptarían.

 

-Que emoción, tendré a mi primer nieto entre mis brazos- dice el pelirrojo mayor.

 

-Hay que preparar los preparativos cuanto antes ¿Cuándo se quieren casar?- pregunta la rubia con una enorme sonrisa en sus labios.

 

-En un mes- le respondo.

 

-Eso es mucho tiempo. Porque no lo hacen en dos semanas, yo me encargare que los preparativos sean más rápidos. Tendremos una boda de lo grande

 

-Cariño sabes que por nuestra posición no podemos celebrar ese tipo de bodas- le dice su esposo.

 

-En eso estoy de acuerdo con mi padre. Ya lo hemos hablado con Demian y nosotros queremos que sea todo discreto, sin levantar sospecha a los demás grupos.

 

-Está bien, pero me gustaría que sea durante las próximas dos semanas. Ustedes saben que no me gusta esperar.

 

-¿Qué dices Demian? ¿Estás de acuerdo?

 

-Con que sea sencilla y que estén presente las personas que considero como mi familia no tengo algún problema que sea en dos semanas.

 

 -Perfecto, entonces tú y yo tenemos muchas cosas de que hablar - se levanta y me toma de la muñeca, para luego llevándome con ella hacia el segundo piso; dejando solos a los dos hombres pelirrojos.

 

Cuando llegamos a mi habitación, nos sentamos en unos de los sillones que había en el lugar. Observo que de repente la madre de Carlos cambia su expresión a una seria.

 

-¿Estás seguro de casarte con mi hijo?- pregunta directamente dejándome confundido.

 

-¿Por qué me pregunta eso?

 

-Como madre hago todo lo posible para proteger a mi familia y a simple vista sé que eres un buen chico, pero…qué pasaría si un día vieras a Carlos matar a una persona por tratar de salvarte a ti o a tu hijo ¿le odiarías? –Me dé en silencio procesando las palabras dichas por la rubia- Te estoy preguntando estoy porque no creo que seas capas de sobrellevar una situación así.

 

-¿Lo dice porque soy débil e inocente?- ella asiente

 

-Aun estas a tiempo para retractarte. Tú eres un chico con una vida diferente a la de mi hijo, y si te casas con él vivirás en su mundo ¿estás dispuesto a eso?

 

-Si- le respondo decidido, sin siquiera pensarlo un solo segundo-  Hace tiempo me hubiera alejado de su hijo, pero no lo hice. Sé quién era y que hacía, pero aun así le amo. Si cree que le odiaría por asesinar a una persona, está equivocada. Le amaría más porque está protegiendo a su familia, además si me encuentro en una situación como esas no dudaría en matar para salvar a mi familia.

 

-Me doy cuenta que mi hijo no se equivocó en escogerte a ti como su pareja. Gracias por amarle.

 

-Gracias a usted por aceptarme- los dos sonreímos con sinceridad.

 

Después de esa charla, empezaron a planificar el cómo sería la ceremonia, hasta que fuimos interrumpidos por Carlos, ya que nos dijo que eran más de las once de la noche y en esa hora teníamos que dormir porque mañana será un largo día.

 

~~~

 

El tiempo había pasado en un abrir y cerrar de ojos. Me encontraba a tan solo un día para la boda, y cada minuto que pasaba los nervios incrementaban. En estos momentos me encontraba en la calle, acompañado con mi prima, ya que según ella para calmar los nervios era necesario salir a comprar.

 

-Mary estoy cansado y me duele los pies de tanto caminar.

 

-Qué poca resistencia tienes.

 

-No quiero estar mañana con los pies adoloridos.

 

-Ya entendí. Descansa en una de esas bancas mientras que yo iré a comprar un par de helados.

 

-Gracias- me senté en una de las bancas que estaba debajo de un árbol a esperarla. Mientras lo hacía, observaba a la gente pasar delante de mí como si fuera lo más entretenido del mundo. Una voz que provenía desde atrás me saco de mis pensamientos.

 

-Hola Demian- dijo el extraño, me gire para contestarle y lo que vi me dejo brevemente sorprendido.

 

-Joseph- le dije

 

-¿Me puedo sentar a tu lado?- le asentí,  y en un movimiento que el ojiverde no sospecho, les hago seña a los guardaespaldas que estaban en una distancia prudente a que no se acercara.

 

-¿Cómo has estado todo este tiempo, Joseph?

 

-Se podría decir que bien. Como Antonio se escapó con Alicia; mi padrastro me enseña a cómo manejar la empresa para que un día yo esté a cargo- contesta el castaño.

 

-Debe de ser difícil- “Si supieran que están muertos” pienso con ironía.

 

-Algo. Y tú ¿Cómo te encuentras? Me entere de que tendrás un hermano.

 

-Estoy bien. Sobre el asunto de mi hermano hace un par de semana lo supe por televisión. En realidad no me interesa lo que haga ese señor.

 

-Has cambiado, no eres el mismo chico tímido que solías ser, y eso es bueno- me sonríe, para luego fijar su vista en mi dedo anular en donde se encontraba el añillo de compromiso- por lo que veo estas comprometido- de repente su mirada se torna triste.

 

-Así es, y pronto seré padre- me acaricio el vientre.

 

-Me alegro por ti… bueno me tengo que ir, espero que seas feliz- dice levantándose.

 

-Gracias y tu igual- asiente levemente y le veo alejarse.

 

-¿Qué quería ese imbécil?- pregunta repentinamente la castaña, provocando que me asustara

 

-¡Maldita casi me matas!- le reprocho

 

-No exageres- me mira- y… ¿Qué hacia ese aquí?  

 

-Me hacía compañía mientras que tú no estabas.

 

-¿Desde ustedes dos son tan amigos?

 

-No lo somos, solo que… no es bueno guardar resentimiento por algo tan absurdo ¿no crees? Además estoy con Carlos y el pasado ya no me importa.

 

-¡Oh! pero si el señor Demian de Babussi ahora se comporta como toda una persona madura, siento que ya no estoy a su altura- lo dice con sarcasmo.

 

-Pero que tonterías estas diciendo- me río- mejor vámonos antes de que se nos haga tarde.

 

~~~

 

Los rayos del sol llegaban directamente a la cara del azabache; poco a poco le hacía abrir sus ojos azules hasta tenerlos abiertos por completo. Bosteza y se estira en la casa, dándose cuenta que estaba solo en ella. Comienza a buscar con la mirada al pelirrojo hasta que se fija en la puerta semiabierta del baño. Por ella sale una rubia mujer que al verle le sonríe y le dice.

 

-Vamos, levántate pequeño. Estamos algo atrasados

 

-¿Eh?

 

-Como que “eh”. No me digas que te olvidaste que hoy es el día.

 

-Hoy día es… joder- se levanta rápidamente dirigiéndose al baño.

 

-Esta lista la tina- le dice antes de que cierre la puerta.

 

Si pensaba que las dos semanas pasarían lentamente, que equivocado estaba. Hoy era el día en que se casaría con Carlos, y estaba con unos nervios que le carcomían su ser.

 

Al terminar de bañarse, vuelve a la recamara encontrándose con la rubia acompañada con dos mujeres.

 

 -Bien chicas haremos esto rápido. Demian ven, siéntate en esta silla- el azabache sin protestar le hace caso a la rubia, quedándose quieto mientras las otras dos mujeres le empezaban a arreglar.

 

Había pasado veinte minutos y Carlos caminaba de un lado a otro en el improvisado altar que se encontraba en el jardín de la casa. Ya todos los invitados estaban reunidos en el lugar, solo esperaban la llegada de cierto azabache.

 

De un momento todos se quedaron en silencio, viendo hacia la entrada. En ella, se encontraba un pequeño doncel, vestido de un traje blanco haciendo resaltar sus preciosos ojos azules. Este caminaba hacia el pelirrojo con sonrisa que reflejaba la alegría que sentía en esos momentos.

 

Si antes se moría de nervios, con solo ver al pelirrojo que lo esperaba en el altar con su traje negro le bastó para que todo ese nerviosismo se esfumara, dejando solo la ansiedad y alegría en poder estar al lado de la persona que ama.

 

La ceremonia transcurrió sin ningún inconveniente, ambos recitaron sus votos jurándose lealtad y amarse en las buenas y en las malas. Cuando juez civil había dado la autorización de poder besarse, todos los invitados presentes en la boda empezaron aplaudir y desearles felicidad a la recién pareja de casados.

 

-Te amo tanto mi pequeño Demian, al igual que este pequeño bebe que crece dentro de ti- le toca suavemente el vientre.

 

-Y nosotros también te amamos, cariño- le da nuevamente un beso.

 

En la vida siempre habrá dificultades que tendrás que superar, y gracias a eso te harás más fuerte. Claro ejemplo es nuestro protagonista, que supero todas las pruebas que el destino le impuso su camino, encontrando el amor en las circunstancias menos esperadas, y con la persona que nunca, ni en sus sueños imagino que sería él; un mafioso que cambio su vida a una que, aunque estuviera loco, cambiaria. Porque, por sobre todos los sucesos, amaba con locura a ese hombre.

 

Fin.

Notas finales:

Les agradezco a todos ustedes por leer esta historia que ha llegado a su fin. Espero que les haya gustado y me divertí mucho en leer y contestar cada comentario que escribían en los capítulos.

 

Nos veremos en otra historia que lastima mente no podrá ser la del príncipe y el demonio, ya que por falta de ideas no me sale los capítulos, pero tengo una que es de cambia formas y hechicero. El ukesito es muy pero muy distinto a Demian jajajaj.

 

Les hare un leve resumen: Noah es un omega con sangre de hechicero, de carácter fuerte y un manipulador de primera. Jonathan un alfa con un carácter igual de fuerte que el de Noah. Le gusta dar órdenes y la persona que lo desobedece, puede hasta ver el infierno. ¿Qué sucederá cuando los caminos de estos dos se crucen? ¿Podrán amarse o se mataran en el intento?

 

Bueno me despido agradeciéndoles nuevamente por seguir esta historia hasta el final, cuídense byee


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