En la habitación sólo se escuchaban los jadeos y gemidos, provenientes de la pareja que yacían con sólo sus ropas interiores cubriendo sus partes íntimas acostados en la cama matrimonial.
-Esp Ah! Carlos no ngh muerdas... hay-decía un azabache agitado
-¿Dónde es ahí?-lo mira con lujuria- ¿te refieres aquí?-le muerde su pezón izquierdo, escuchando un gemido de respuesta- ¿o aquí?- le acaricia su entre pierna
-AH! No toques allí
-Pero si esta toda mojada tu ropa íntima, y eso que sólo te he tocado y besado. Que sensible eres pequeño- le acariciaba de arriba abajo su glande.
-Deja de mm ah! burlarte de ngh mi- Suelta una risita.
-Ya quiero estar unido a ti-le besa apasionadamente entrelazado su lengua con la del peli negro.
Al termina el beso por falta de aire un hilo de saliva los unía, los dos se miraban intensamente. El pelirrojo se acerca a su oído susurrándole
-Déjate llevar-acto seguido le muerde el óvulo de su oreja para luego hacer un recorrido con su lengua desde su cuello hasta su ombligo, metiendo y sacando su lengua por el orificio simulando penetraciones.
Demian tenía su respiración agitada, las partes que tocaba el pelirrojo nublaban su mente. De pronto es despojado de su ropa interior, quedando expuesto a los ojos zafiros que lo comían con la mirada.
-No mires, es vergonzoso- susurra tapándose la cara con sus manos.
-Yo lo único que observó es a un hermoso doncel que tengo debajo de mi cuerpo y que pronto corromperé- le abre sus piernas delicadamente colocándose entre ellas. Le da un corto beso en los labios, para posteriormente bajar su cabeza a la altura de su excitado pene besándole su cabeza.
-Nhg No lo ah hagas, está sucio- el pelirrojo ignora sus palabras, metiendo por completo el falo caliente del azabache.
El pelirrojo sube y baja a la vez succionaba ese glande provocándole espasmos de placer al doncel, que no paraba de gemir y aferrarse sus manos en los cabellos cobrizos en un intento en vano de quitar esa cabeza de ese lugar. Él solo escuchaba los gemidos musicales de su pequeño provocando que su duro glande votara algo de pre semen mojando su bóxer.
Los músculos de Demian se tensaron, el placer estaba cegando su razonamiento, estaba por venirse debía parar a Carlos antes de que se viniera en su boca.
-Ah ngh! Par..ah! Me ven...ah go-tira de los cabellos rojos para alejarlo de su entre pierna, cosa que no logra conseguir viniéndose en la boca del pelirrojo-P-perdón-se tapa la cara con sus manos por la vergüenza que sentía. Mira entre medio de sus dedos el rostro de Carlos dándose cuenta que este levanta su cabeza para luego tragar la semilla que estaba en su boca.
-Dulce y un poco salado, que rico sabor-lo mira con deseo.
-¿T-te lo tragaste?-no podía estar más rojo de la vergüenza.
-Sí… espera un momento- lo sigo con la mirada, viendo que se aleja de mi cuerpo para estira su mano a su mesa de noche y saca del cajón una pequeña botella con un sobre.
-¿Qué es eso?-le pregunto y este regresa a posicionarse entre mis piernas.
-Lubricante y preservativo- abre la botella derramando el líquido transparente en sus tres dedos-Quiero que te relajes ¿está bien?-asentí con un movimiento de cabeza.
Ya sabía lo que estaba a punto de hacer, mis nervios volvieron nuevamente, si no me calmaba más doloroso iba a ser. El pelirrojo junta sus labios con los míos para distraerme y poder meter el primer dedo en mi entrada. Gemí incómodo al sentir el intruso invasor en mi ano, esté se movía en círculos para expandir más mi esfínter que poco a poco lo lograba. Me estaba acostumbrado a la sensación de su dedo hasta que siento otro ingresar, esta vez sí me dolió.
-Ah due-duele
-Sh~ ya pasará- agarra con su mano desocupada mi pene empezando a masturbarme ayudándome poco a poco olvidar el dolor de mi entrada.
Sus dedos hacían un movimiento de tijeras expandiendo cada vez más mi esfínter, hasta que uno tocó un punto que me hizo gritar de placer.
-Oh conque está aquí- dijo con una media sonrisa ingresando su tercer dedo tocando nuevamente ese lugar.
-AH! Ah- no paraba de gemir, sentía un placer recorrer mi cuerpo con un ligero dolor. Estaba por venirme por segunda vez a lo que el pelirrojo se dio cuenta, retirando sus dedos de mi entrada dejándome con la sensación de vacío.
-Te vendrás junto conmigo- se saca su última prenda, dejando a la vista su prominente miembro. Lo mire horrorizado, “eso no entrará en mí, me destrozará”
-Eso no entrará- lo mire con miedo.
-No tengas miedo, verás que si entrará. Seré cuidadoso así que no te preocupes- "aunque si le dolerá al principio" se coloca el preservativo para después esparce lubricante en su miembro y en mi entrada- Quiero que me mires y respires tranquilamente.
-Sí- le respondo, siento su glande presionar mi entrada, me aferró a su cuello y le besó para calmar mis nervios.
Carlos me empieza a penetrar lentamente mi esfínter, causando que ahogada un grito de dolor en su cavidad bucal "esto duele, su miembro no se compara con sus dedos" Cuando terminó de ingresar todo su miembro en mi interior, me miraba con ternura y preocupación.
-Ah ngh duele, sácalo- le dije con mis ojos llorosos.
-No puedo hacerlo, no quiero salir de este apretado y cálido lugar-me responde con su voz ronca, cargada de lujuria.
-Entonces aún no te muevas
-No lo haré hasta cuando estés listo-besa mi frente mientras me acaricia mi miembro para distraerme de dolor.
Espero unos minutos para acostumbrarme hasta que encuentro que es el momento para que continúe.
-Hazlo-Este me mira a los ojos y da un ligero movimiento de cadera sacando lentamente su glande para luego ingresarlo de nuevo a mi entrada.
Sus penetraciones a cada minuto cobraban más fuerza, haciéndome gemir y jadear. El dolor se transformaba en placer volviéndome loco al sentir su miembro caliente y duro dentro de mí.
-Pequeño mnh es tan cálido tu interior.
-Ah ngh ... AH!-otra vez ese punto fue tocado haciéndome estremecer.
-Lo encontré- las penetraciones de dirigían constantemente a ese lugar, quería sentir más, que fuera más rápido y fuerte.
-AH Mmmás... fuerte Ah!-mi mente estaba en blanco, ya no razonaba.
-Tus deseos son ordenes- toma mis piernas colocándolas en su hombro ingresando más profundo su miembro.
Las penetraciones eran rápidas y fuertes, el pelirrojo gemía y gruñía por el placer que le recorría su cuerpo. Saca su miembro por completo, cambiando de posición al azabache colocándolo en cuarto. Le sujeta de la cadera y lo penetra rápidamente, escuchando el gemido de placer de su pareja.
-Más ah Cah ngh rlos- las embestidas cada vez eran más fuertes, se escuchaba el sonido de sus pieles chocar. Los dos estaban por venirse sólo era cuestión de minutos para que acabarán.
El pelirrojo le masturba su miembro y en sólo unas cuantas caricias el azabache se viene en su mano, manchando la sabana y apretando el glande que estaba en su interior logrando que este se corriera en el preservativo.
Los dos cuerpos caen rendidos a la cama, el cobrizo sale de su interior sacándose el condón ya usado tirándolo en alguna parte de la habitación. Cobija con las sábanas el cuerpo jadeante de su amante y lo abraza por la espalda susurrándole en su oído
-Te amo, descansa bebé-le besa el cuello
-Yo... también te amo- poco a poco sus ojos se fueron cerrando quedando completamente dormido en los brazos cálidos de su pareja.
~~~
Era viernes, al fin podía regresar al colegio. El día de ayer me la pase en cama por dolor de cadera "ese maldito mafioso pervertido no tuvo piedad",me destrozo la cadera y aun ando con un ligero dolor. Además de no dejarme ir a mi internado, ya que según él me podía suceder algo, esos son puras excusas para que me quedará a su lado. Al final igual acepté quedarme pero con la condición de que hoy si o si tendríamos que asistir a clases.
Estaba en la entrada de Stanford caminando con él al lado mío, miraba a mí alrededor con temor a que aparezcan esos sujetos que trataron de abusar de mí.
-Si estas asustado de que esos bastardos estén aquí en el recinto, te informó que ellos ya no asisten más en este establecimiento- me dice Carlos mirándome de reojo para después enrollar su brazo en mi cintura y pegarme a su cuerpo.
-No me digas que le dijiste al director que ellos trataron de abusar de mi- lo mira tembloroso, no quería que nadie se enterara de lo sucedido.
-No soy idiota para hacer esa estupidez, sólo le dije que estaban vendiendo drogas en el colegio ilegalmente. El director se vio en la obligación de expulsarlos de Stanford- solté un suspiro de alivio
Llegamos a la sala de clases, Dylan me abrazó apenas me vio cruzar la puerta y cuestionándome por qué no regresaba al dormitorio, le tuve que decir que después habláramos ya que estaba por empezar las clases.
Receso
Estaba bajo de un árbol hablando con el peli castaño sobre el porqué de mis faltas a clases.
-Ya sabía lo del intento de abuso de esos bastardos, Mateo me informó lo sucedido
-En estos días estuve en el departamento de Carlos, el no me dejaba irme es por eso que no llegaba a los dormitorios del establecimiento. Te quería agradecer el llevarme ropa por medio de Mateo.
-Oh no te preocupes, es lo menos que podía hacer. Sabía que estarías en buenas manos, aunque me pregunto que hicieron todos esos días juntos- lo dice con picardía.
-P-pues nada, sólo salimos y charlábamos- le contesto sonrojado.
-A mi tú cara me dice que hicieron más cosas, así que me dices por las buenas o por las malas-sonríe malévolo.
-¡Esta bien! Te contaré así que deja esa sonrisa que tienes que produce escalofrío- suelta una carcajada y se acomoda para escuchar. Le conté todo lo que pasó de la manera resumida, ya que no quería contarle con lujos y detalles. Nos pasamos conversando sin darnos cuenta que unos par de ojos nos miraban desde la azotea.
Carlos.
Estaba con Mateo en la azotea aclarando algunos asuntos relacionados por lo sucedido el día miércoles.
-No quiero que Demian se enteré sobre lo que les sucedió a esos insectos-le dije mientras observaba a mi pequeño con la pareja de mi mano derecha.
-De eso no te preocupes, todo el colegio piensa que fueron expulsados por tráfico de drogas
-Y así quiero que se quede el asunto.
-¿Es para que él no sepa sobre las cosas malas que hacemos?-pregunto mientras miraba a su pareja.
-No es por eso.
-¿entones?-me mira a los ojos.
-Es para que no se sienta culpable de lo que les hicimos a esos bastardos. Sabes, ayer le pregunté si no se arrepentía en tener a un mafioso de pareja. Adivina lo que me respondió.
-Que no sabía lo que hacías así que no le afectaba, ¿algo así?
-Pues no, me dijo que al ser italiano ya sabía de los negocios negros de mi familia, pero lo que más me sorprendió fue cuando me dijo "uno no elige de quien te enamoras, no importa si eres el mismísimo demonio yo me enamoré de ti y lo único que puedo hacer es darte mi amor y protegerte, aún que sea un débil"-mire a Mateo, este estaba con los ojos grandes de sorpresa que me hizo reír por su cara- yo también estaba igual de sorprendido como tú. Ese chico me tiene comiendo en la palma de su mano y ni siquiera se da cuenta.
-Es demasiado inocente-asentí de acuerdo con lo que dijo-deberías de hacer que se mudé contigo a tu departamento.
-Eso es lo que quiero, pero me costará conseguirlo. Poco a poco haré que se acostumbre estar a mi lado, para después no pueda estar lejos de mí.
Deja salir un suspiro-Eres un tipo que consigue lo que quiere. Pobre Demian la persona que tendrá que aguantar- sólo reí por su comentario y seguí observando a mi pequeño.
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Demian
Las clases pasaron en un abrir y cerrar de ojos, que ni cuenta me di cuando se terminaron. Estaba al fin en mi dormitorio, me acosté en mí cama pensando en que mañana llega mi prima y tendré que ir a recogerla con Carlos al aeropuerto. Ansío tanto en verla y hablar idioteces con esa bruja.
Pasaron la horas y ya era de noche estaba acostado en mi cama hablando con Dylan sobre el plan de venganza contra Tamara.
-Mary es buena en venganzas, por lo que me dijo es que ya tiene todo planificado.
-Así me gusta, esa maldita tiene que recibir su merecido.
-¿Vendrás conmigo a recogerla?
-Si es que se puede, ya que no quiero ser el violín en ese auto.
-Oye deja de molestarme- nos reímos y seguimos charlando hasta que nos dimos cuenta que ya era la hora de descansar para el siguiente día.