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Llamada perdida. por G-tzii

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Notas del fanfic:

Bien. Este OS lo hice por Hallowen la verdad, pero como no estaré para esas fechas (estaré de viaje) lo publico ahora. Les aviso desde ya que tiene un final abierto, por si acaso. Ah, y que es tétrico, espeluznante y de miedo, bueno, es mejor advertir ante todo. Nunca intenté escribir algo así porque hasta a mí me dio miedo, pero la ida vino y no quise dejarla ir. Espero que dentro de todo les guste. 

“Llamada perdida.”

 

 

 

Young Bae dejó sobre la barra la botella vacía mientras se animaba a la pista de baile junto a los demás. Ji Yong gritaba y saltaba junto a él. Celebraran que habían aprobado todos los exámenes de la universidad junto a los demás. Daesung parecía demasiado feliz o quizás sólo eran sus ojos viéndose más pequeños, ya no estaba seguro. Young Bae seguía bailando felizmente hasta que su mirada se perdió en las luces.

 

Comenzaba a sentirse mareado. No era usual en él sentirse borracho ni nada de eso, pero ahora se sentía algo mareado. Pasó su mirada inspeccionando todo el lugar, las luces iban y venían al ritmo de la música. Seguía el ritmo cuando sus ojos se detuvieron en una persona.

 

Justo en una esquina de club había un chico, su piel era blanca, demasiado blanca, apostaba que demasiado suave también, parecía incluso de porcelana. Su cabello era casi tan blanco como su color de piel, y sus ojos cafés claros. Llevaba un traje negro y parecía mirar el horizonte perdido. ¿Quién sería? Young Bae no se dio cuenta en qué momento dejó de bailar y se quedó mirándole, era como si hubiera quedado hipnotizado. Era como un muñeco de cristal o algo parecido. Su perfección y belleza estaba fuera de ser normal.

 

De pronto el muchacho se sintió observado y volteó hasta la dirección de Young Bae. Este inmediatamente se sintió nervioso, más no desvió la mirada. Su mirada era terriblemente acusatoria, lo había pillado observándole demasiado. Su gesto y expresión no cambiaron, era como si se hubiera quedado de hielo mirándole. Tuvo intriga por acercarse hasta él, pero sus pies no se movían.

 

-¡Bae! –Se giró rápidamente hasta su mejor amigo, él sonrió mirándole divertido. -¿Qué ves? ¿Por qué dejas de bailar?

 

-Ah, vi a un… -hizo que Ji Yong mirara en la dirección, pero dejó de hablar cuando se dio cuenta que el muchacho ya no estaba.

 

-¿Qué cosa? –Ji Yong le miraba atento.

 

-Oh, nada, nada –respondió quitándole importancia.

 

Estaba seguro que era ahí. Pasó su mirada por todo el lugar, más no lo encontró.

 

Luego de aquello no pudo seguir bailando como antes. Tenía en la mente la imagen nítida de él, de su cabello, de su piel, de su apariencia, de sus ojos. Nunca había visto a alguien así.

 

Al momento de salir, se colocó su chaqueta y decidió comenzar a caminar, no quiso aceptar la invitación del novio de Ji Yong de ir a dejarlo a su casa, después de todo vivía cerca.

 

Metió las manos a los bolsillos de su chaqueta y comenzó a caminar rápidamente.

 

Luego de unos minutos caminando se paró en una esquina para esperar que el semáforo diera el verde para cruzar. Estaba en eso cuando pudo distinguir la cabellera albina. Abrió mucho sus ojos. El chico del cabello blanco estaba al otro lado de la calle, de pie, mirando hacia el horizonte, tal como lo había hecho en el club anteriormente. Young Bae rogó interiormente para que la luz verde no demorara más y entonces, casi cruzó corriendo cuando cambió. Se acercó nerviosamente y despacio tocó su hombro.

 

El chico giró su rostro despacio y le miró fijamente. Young Bae quedó atrapado en sus ojos cafés claros. Era perfecto, él era la definición de perfecto. El chico entreabrió sus labios levemente.

 

-¿Me conoces?

 

-No… -logró decir casi en un suspiro ahogado. –Soy Young Bae.

 

-¿Por qué me hablas?

 

Su expresión neutral no cambió y su tono de voz tampoco, y seguía mirándole muy fijamente incluso sin pestañear.

 

-¿Por impulso?

 

-¿Por impulso? ¿Hacer las cosas por impulso es cosa de ahora?

 

-Em… -tragó saliva.

 

-Podría ser un asesino, un ladrón, y tú me hablas de la nada.

 

-No creo que lo seas –Young Bae explicó rápidamente. –Sólo… sentí que podrías estar perdido.

 

-¿Qué eres? –El chico ladeó la cabeza. Young Bae se quedó en blanco. ¿Qué tipo de pregunta era esa? Entonces el muchacho observó su expresión y sonrió levemente, cosa que dejó a Bae más que confundido. –Eres adivino, ¿o qué?

 

-¿Ah?

 

-Sí estoy perdido –explicó sereno y volvió su vista al frente.

 

-Oh… -Bae sonrió entonces y le miró de reojo. -¿No eres de aquí?

 

-Me acabo de mudar –dijo. -¿Sabes qué calle es esta?

 

-La tres –respondió y metió las manos en sus bolsillos. -¿A dónde vas?

 

-¿Por qué debería decírtelo? Tú puedes ser alguien malo, no confío en desconocidos.

 

-Entonces te propongo conocernos.

 

El chico giró su rostro una vez más y le miró analizante. Young Bae todavía no podía creer que tuviera facciones tan finas.

 

-No lo sé, has salido de la nada.

 

-Dong Young Bae, tengo 28 años, vivo a tres calles más. Acabo de graduarme en Música y Artes.

 

El chico le miró y luego volteó al frente.

 

-¿Cómo llego a la calle 12? ¿Por qué dirección?

 

-Hacia la izquierda.

 

-Gracias.

 

El chico entonces se dispuso a cruzar la calle, pero antes de seguir caminando se giró y le miró una vez más.

 

-Lee Seung Hyun.

 

Young Bae sonrió mirándole.

 

-Tengo 24 años y estudio Enfermería –dijo y entonces volteó de nuevo. -¿Por qué quieres conocerme?

 

-Porque me pareces interesante –contestó rápido.

 

-¿Interesante? –Él ladeó la cabeza. -¿Es una excusa para invitarme a salir?

 

-¿Qué? –Young Bae se sintió nervioso.

 

-Lo siento –dijo él entonces. –Siempre me dicen lo mismo y luego me invitan a salir, creo que es por eso.

 

-Ah… -aunque sí se le había pasado por la mente invitarlo a salir, ahora no lo haría, él era más astuto. –Podemos ser amigos.

 

-¿Amigos? –Young Bae sonrió. Comenzaba a hacerle gracia que el chico repitiera lo mismo en signo de pregunta. –No confío en mucha gente.

 

-Puedes confiar en mí –dijo atento. –Sólo debes decirme cómo encontrarte y podremos conocernos y verás que seremos amigos.

 

El chico se giró entonces y comenzó a caminar, pero luego se detuvo y volteó a verlo.

 

-Doy un paseo por el parque central todos los días al atardecer, me gusta ver el río Han desde ahí.

 

Young Bae sonrió grandemente mientras lo veía irse. No sabía por qué, pero sentía una gran conexión con él y quería conocerlo.

 

~

 

 

Young Bae caminaba lentamente por el parque. Había sido puntual en ir hasta el lugar donde le había dicho. Ni siquiera había dejado pasar un par de días. No le importaba si le parecía ansioso, la verdad, lo estaba. Se sentó en una banca a mirar el río por bastante tiempo. En un momento pensó que quizás él ya no aparecería, pero dio un salto cuando alguien tocó su hombro suavemente.

 

Se giró rápido y lo vio. Vestía casual. Unos Jeans rotos por algunas partes y una camiseta blanca.

 

-Esa es mi banca.

 

-No dice tu nombre –Young Bae sonrió. El chico caminó y se sentó a su lado en ella.

 

-No pensé que vinieras tan pronto.

 

-Te dije que quería conocerte, Seung Hyun.

 

-Seungri.

 

-¿Cómo?

 

-Seungri –le miró fijamente. –Así me llaman mis amigos.

 

Young Bae volvió a sonreír.

 

-¿Somos amigos ahora?

 

Seungri sonrió grandemente entonces.

 

-Supongo que sí.

 

Hasta sus dientes eran perfectos. Y sus ojos parecían brillar con la luz del sol.

 

~

 

-¡Young Bae, detente ahora mismo!

 

El moreno siguió corriendo a toda prisa.

 

-¡Si me detengo me vas a golpear!

 

-¡Te lo mereces por idiota! –Seungri corría a toda velocidad tras él. -¡Hyung!

 

Habían pasado casi dos meses desde aquel encuentro fuera del club y desde que comenzaron a verse. Habían salido montones de veces. Iban al cine, a los clubs, bebían juntos, se reían e incluso se sentaban a mirar la puesta de sol muchas veces. No había invitado a Seungri a su casa todavía ni este había ido a la del albino. La verdad no había surgido la idea. Ya se le había hecho costumbre estar con Seungri siempre. Pero ahora si no huía de él, lo golpearía. Le había dado vuelta el helado en toda la camiseta y el menor estaba enojado.

 

Siguió corriendo y cuando llegó al final de la calle se giró, pero Seungri ya no estaba. Se quedó de pie mirando, pero el menor había desaparecido. Caminó un poco hasta la mitad de la calle en su búsqueda. Habría jurado que cinco minutos atrás estaba corriendo tras él. Comenzaba a oscurecer, y sabía que Seungri era tan despistado que podría perderse. Todavía lo trataba como si un niño fuera. Le gente lo observaba con el ceño fruncido por su forma rápida de buscar al menor entre la gente. Llegó hasta el final de la calle y ya no quedaba nadie, el único ahí era él. Intentó regular su respiración por todo lo que había corrido.

 

-¿Se te perdió algo?

 

-¡Ah, mierda! –Gritó como loco y dio un salto girándose para ver al menor riendo escandalosamente tras él. -¡Seungri! ¡¿Cómo demonios se te ocurre hacerme eso?! ¡¿Me querías matar?!

 

-Miedoso –dijo el menor apoyando sus manos en sus caderas. –Eres el Hyung más miedoso.

 

-Estoy en un lugar desierto y oscuro, ¿tú no tendrías miedo?

 

-Pues… quien sabe –el menor fingió que pensaba.

 

-Eso fue espeluznante.

 

-Hay cosas peores –aseguró el menor comenzando a caminar. Young Bae le siguió el paso. Pronto anochecería.

 

-Hablando de cosas espeluznantes –Bae le miró divertido. -¿Quieres ir a una fiesta de Halloween?

 

-¿Fiesta? ¿Dónde? –Preguntó con los ojos brillosos el menor.

 

-En casa de Ji Yong, mi mejor amigo. Debes disfrazarte.

 

-¿Tu mejor amigo? –Seungri frunció el ceño.

 

-Sí –el moreno asintió.

 

-No quiero –Seungri hizo un puchero.

 

-¿Por qué?

 

-No quiero compartirte.

 

Young Bae se quedó congelado ante las palabras del menor. Sentía su corazón latiendo a mil. Seungri dejó de caminar cuando se dio cuenta que él ya no le seguía.

 

-¿Qué te pasa?

 

-¿Qué dijiste?

 

-¿Qué no quiero?

 

-Lo siguiente.

 

-¿Qué no quiero compartirte?

 

-Sí, eso. ¿A qué te refieres? –Preguntó directamente.

 

-Pues, eso… -Seungri bajó la mirada apenado. –Hace tiempo que no tenía un amigo tan preciado como tú, no quiero compartirte, Hyung.

 

Young Bae sonrió grandemente.

 

-No pasará –aseguró y acarició su cabello. –Porque tú eres más importante para mí.

 

-¿Más importante? –Él ladeó la cabeza.

 

-Mucho más –repitió.

 

-¿Crees que lo soy? –Seungri bajó sus ojos hacia el piso. -¿De verdad piensas que soy importante?

 

-Claro que sí, para mí lo eres todo.

 

-¿Todo?

 

Seungri le miró fijamente.

 

-Mi mundo gira en torno a ti.

 

-Tu mundo… -Seungri susurró con sus ojos llenándose de lágrimas.

 

Young Bae vio su expresión y lo tomó del mentón. Luego atrapó una de sus lágrimas.

 

-¿Por qué lloras?

 

-Hace mucho que alguien no me decía algo tan lindo –dijo sonriendo.

 

Young Bae tomó su rostro entre sus manos y acercó sus labios lentamente hasta le frente de Seungri dejando un beso cálido. Tal como pensó la primera vez en el club, Seungri tenía la piel más suave que había sentido en su vida.

 

El menor sonrió entonces al terminar el contacto.

 

-Ahora, dame tu número para llamarte el día de la fiesta.

 

-¿No lo tienes? –Seungri se rió.

 

-No me lo habías dado.

 

-No preguntaste –ambos se rieron.

 

-Creo que no me acordé.

 

-76543951 –dijo sonriendo y Bae lo escribió rápidamente.

 

-Bien –le mostró la pantalla y entonces Seungri vio un “Pandita <3” y sonrió.

 

-Vale –volteó entonces para seguir caminando. –Ya anocheció, será mejor que vaya a casa pronto o me regañarán.

 

Lo vio comenzar a caminar, pero antes de dejarlo, Young Bae tomó su muñeca y le detuvo. Seungri se giró hacia él y le miró fijamente.

 

-¿Qué pasa?

 

-Esto.

 

Young Bae tomó su mejilla suavemente y entonces unió sus labios lentamente. Seungri abrió mucho sus ojos y luego se dejó llevar. Young Bae no hizo el intento de nada más, se separó luego de unos segundos y pudo ver los ojos de Seungri mirándole fijamente.

 

-Te quiero –le susurró bajito. –Te quiero mucho.

 

Seungri tragó dificultosamente.

 

-¿Puedes besarme de nuevo?

 

Young Bae sonrió y entonces volvió a unir sus labios, esta más con más confianza. Seungri acarició sus cabellos lentamente y dejó que el moreno rodeara su cintura fuertemente. Young Bae ladeó la cabeza y profundizó aquel beso.

 

Esa unión le resultaba mágica. Era diferente a todo lo que había probado antes. Seungri era totalmente diferente. Le encantaba. Era perfecto y precioso ante sus ojos. Se separaron lentamente y mantuvieron sus narices juntas. Seungri le miró y luego sonrió.

 

-Eres tan hermoso –susurró bajo.

 

-Tú eres perfecto –se sinceró el moreno.

 

Seungri sonrió alegremente.

 

~

 

Luego de aquella noche no había visto más a Seungri. No había ido al parque ni se había comunicado. En realidad, sólo habían pasado tres días, pero para él se sentía una eternidad. Comenzaba a pensar que quizás cometió algún error con él. No quería presionarlo, pero lo llamaría sólo para preguntarle si estaba bien. Tomó su celular y marcó su número, luego lo puso a su oído.

 

“El número que usted ha marcado no existe…”

 

La voz de la máquina le contestó de manera fría. Young Bae frunció el ceño. Quizás lo tenía apagado. Young Bae comenzaba a preocuparse. Al menos, le llegaría su llamada perdida cuando lo prendiera.

 

Luego de haber estado un par de horas más sentado en la banca de siempre, se puso de pie y se dispuso a ir hasta su casa. A pesar de que Seungri nunca antes lo invitó, ni él lo mencionó, creía necesario ir y saber que no estaba enfermo ni nada de eso. Sabía su dirección porque Seungri se la dio para que lo buscara en caso de que él no apareciera, y esta era la ocasión. Caminó tranquilamente hasta el lugar. Bajó las calles necesarias, luego de un rato se volvía más solitario el lugar. Young Bae comenzó a pensar cómo es que Seungri decía que podía irse sólo hasta casa, a él le parecía solitario y peligroso.

 

Caminó un poco más con las manos en los bolsillos y subió una pequeña escalera que había. Cuando llegó al final, esperaba encontrarse con la casa del menor, más encontró todo lo contario.

 

Frunció el ceño cuando se dio cuenta que era parecido a un desastre. Había cosas tiradas por todas partes. Era como un basural realmente. Young Bae caminó lentamente entre las cosas con un poco de cuidado. Miró hacia el frente y vio lo que parecía una casa, pero estaba destruida, de hecho, parecía una casa totalmente abandonada. Young Bae se detuvo, se sentía inseguro.

 

Antes de decidirse a seguir caminando piso algo y entonces miró hacia abajo. Había una cruz de madera tirada en el piso. La tomó entre sus manos y la miró fijamente. Sintió un escalofrío correrle la espalda. Se acercó un poco a esa casa y miró desde una distancia prudente, sentía miedo. Miró por las ventanas. Todo por dentro era negro y no había nada, todo estaba destruido. El techo parecía caerse. Young Bae sacó su celular una vez más por inercia y volvió a marcar a Seungri. Quizás se había olvidado de dirección.

 

“El número que usted ha marcado no existe…”

 

Sintió una mala espina y colgó. Miró nuevamente la cruz y antes de voltearse para volver, sintió su celular sonar. Dio un salto al sentirlo. Quizás Seungri tenía razón y él era miedoso. Por alguna extraña razón, sentía miedo de responder, pero lo hizo, sin mirar el nombre en la pantalla.

 

-¡Young Bae!

 

-¿Ji Yong?

 

-¡Young Bae! ¿Dónde estás?

 

Sonaba apurado y preocupado.

 

-Estoy… -Young Bae miró la cruz. –Vine a buscar a Seungri.

 

-¡¿Qué?! –Ji Yong parecía alterarse. -¡Young Bae vuelve, ahora!

 

-La fiesta es más tarde, bro. Llegaré a la hora –respondió mirando la casa nuevamente.

 

-¡No entiendes! –Ji Yong gritaba. -¡Vuelve aquí! ¡Sal de ahí ahora mismo!

 

Young Bae sintió otro escalofrío correrle la espalda.

 

-¿Qué?

 

-¡Que salgas de ahí, pero ahora te digo!

 

Ji Yong sonaba desesperado y él sentía que sudaba frío. Por alguna extraña razón. Cerró sus ojos con fuerza y respiró hondo y comenzó a correr tan fuerte como sus pies le daban.

 

Corrió tanto como su cuerpo pudo. Corrió tanto como su miedo fue capaz de darle. Sentía algo que lo superaba en todos los sentidos. Era pánico. Pánico en su totalidad. Corría sin mirar a nadie. Sintiendo que algo lo seguía, sintiendo que no debía, por ningún motivo mirar hacia atrás. Era una crisis de pánico. Lo sentía. Tenía miedo.

 

-¡Young Bae, detente ahora mismo!

 

Corrió con más rapidez. Corrió como loco.

 

-¡Young Bae!

 

Cerró los ojos con fuerza. Hasta que sintió unos brazos encima de él y sintió el pánico que lo tomaba y la desesperación. Se soltó como loco.

 

-¡SUÉLTAME! ¡DÉJAME EN PAZ!

 

-¡SOY YO! ¡SOY YO! –Ji Yong le gritó y tomó su rostro. -¡Soy yo! Ji Yong.

 

-Ji Yong –le miró y sintió que el alma le volvía al cuerpo. -¿Qué mierda…?

 

-Cálmate –Ji Yong alzó sus cejas y le extendió las manos. Vio a Seung Hyun, el novio de Ji Yong acercarse también. –Estás pálido como el papel, Bae. Relájate.

 

-¡Me diste el susto de mi vida con esa llamada!

 

-Mira –Ji Yong miró a Seung Hyun y luego a Bae. –Te voy a decir algo, pero necesito que te calmes.

 

-¿Qué pasa? –Young Bae frunció el ceño.

 

-Bae… -Ji Yong no sabía cómo decirlo. –Tú me hablaste demasiado de Seungri y… yo me sentí celoso de que alguien más tuviera la atención de mi mejor amigo y…

 

Bae le miraba atento. Ji Yong cerró los ojos y luego tomó sus manos.

 

-Bae… -Ji Yong no podía explicarlo con palabras. –Bae… yo quería saber quién era él… y… -Ji Yong miró a Seung Hyun y luego este le acarició el hombro como apoyo. –Bae… Ah… resulta que… resulta que Lee Seung Hyun falleció en enero del 2010… en un accidente de auto junto con sus padres…

 

Young Bae estaba congelado. Más que congelado, estaba en shock. Más que en shock, en trance. Ji Yong le miraba preocupado.

 

-Young Bae… Seungri falleció hace cinco años atrás…

 

La mano de Young Bae comenzó a temblar, todavía con aquella cruz en su mano.

 

-No…

 

-Young Bae, por favor, vamos a un psicólogo… -Ji Yong le miró preocupado. El moreno siempre le hablaba de todo lo que hacía con Seungri, se veían casi todos los días.

 

-Yo lo sentí… -Bae intentaba hablar. –Yo sentí sus labios… su abrazo… su aroma…

 

-Bae… -Ji Yong sentía que iba a llorar. –Por favor… estuviste saliendo con alguien muerto…

 

-No…

 

Young Bae no sabía qué hacer, tenía una sensación extraña. Entre miedo, angustia, terror e incluso agonía. Su mundo giraba en torno a Seungri.

 

“Tu mundo…”

 

Young Bae tomó su cabeza con sus manos y entonces comenzó a recapitular cada momento con él. La noche en que lo vio. Como desapareció frente a sus ojos en el club.

 

-Bae… -Ji Yong le miraba entre lágrimas.

 

El moreno negó con la cabeza repetidas veces y luego salió corriendo a todo lo que daban sus piernas nuevamente.

 

Llegó hasta el parque y se acercó a la banca lento, miró el río Han una vez más. Volvió a marcar con su celular.

 

“El número que usted ha marcado no existe…”

 

 

 

Notas finales:

JNSBHJDSDGSAJHDSAJVYHGASFGSAJHDSAGMSAD no me maten (? 

 

 

No me pregunten de dónde salió esta idea. Yo sólo sé que ahora me dio miedo y ni aunque me haga bajaré a hacer pis en la noche XD Espero que les haya gustado, dentro d todo. 

Gracias por leer una vez más <3


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