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Torre de Marfil por niky-cham

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Notas del capitulo:

Holaaaaa. Ha pasado un tiempo. Esta autora tiene problema, del tiempo: mi computador esta malo, pase una semana horriblemente enferma, colapso del terror, y debia rendir mis evaluaciones de igual modo, por que soy una persona muy responsable y odio correr mis evaluaciones. Solo hay una forma de que eso suceda, y es que este muriendo en el hospital, hasta ahora no ha sucedido nunca.

Bueno :) me tarde, lo siento mucho. Pero me alegra ver que algunos han estado atentos, me han pedido actu, y siguen apoyando el fic. Muchas gracias a todos por comentar, si no les he contestado es por que tardaria aproximadamente dos horas mas en actualizar :S

 

Espero que les guste el nuevo capitulo.

Capítulo 14: Viaje sorpresa, sorpresas en el viaje.

-¡Cambia esa cara! Ya te dije que las vacaciones de verano serán las mejores. –Allí estaba Christopher, intentando cambiarle un poco el humor a su pequeño cuñado. Giulian se había esforzado por no admitirlo, pero de alguna manera el también quería ser parte de esas vacaciones, sin embargo comprendía que su educación era lo más importante.

-Tan enfadado estas, ¿No me darás un abrazo de despedida? –Quizás esa sea una mejor forma de convencerle. Si su tierno hermano mayor con tono suave y cariñoso le pedía un simple abrazo, era incapaz de negarse.

Suspiro largo y compuso una sonrisa en el rostro, extendiendo sus brazos para envolver a su pequeño hermano entre ellos, y de paso levantarle unos centímetros del suelo, estrechándole contra su pecho.

-¡Ah, cada día mas alto! –Exclamo el doncel, entre los brazos del menor. Giulian rio.

-Cuídate mucho, no te alejes de Chris, no le quites la vista a Theo –Aconsejo besando las mejillas del mayor –Disfrútalo ¿Si? –Castiel sonrió y asintió ante la petición.

-Tu también, pórtate bien, estudia mucho, y no le des problemas a Daniel. –

-¡Que problemas podría darme! Tu hermano es un ángel –Codeo el rubio doncel. Daniel había aceptado pasar esos dias en la mansión Owen, prometió darse una vuelta esporádica por su departamento y luego volver. Por el momento el quedaba como dueño de casa, y obviamente se haría cargo de Giulian.

-Ya lo sabes, la casa es toda tuya, siéntete en libertad de utilizarla a tu antojo, tambien he dejado dinero de emergencia en el escritorio de tu habitacion, utilízalo si es necesario. Ademas están Clarissa y Arthur, no duden en recurrir a ellos para lo que necesiten. Le he dado dias libres a casi todos. Solo se turnaran los conductores, y Adelina prometio darse una vuelta para regar las plantas y fertilizarlas si hace falta. ¿Todo bien? –Hablo Chris.

-¡Todo bien, todo bien! Dejen de preocuparse tanto y ya váyanse. Estaremos bien, envíen algún mensaje cuando estén allá, para saber que han llegado sin contratiempos –Hablo Daniel.

Se abrazaron nuevamente. Era muy temprano en la mañana, pero ya estaba amaneciendo, las maletas estaban listas en el auto, el chofer le esperaba con paciencia. Theo en su silla especial, iba muy abrigado, y medio dormido. Castiel también estaba considerablemente abrigado, Chris llevaba ropa casual, con una casaca larga y gruesa por encima. Subieron al auto y se despidieron de Giulian y Daniel, hasta que la distancia no les permitió verse más.

El camino al aeropuerto fue relativamente corto, unos treinta minutos. El auto se estaciono justo en la entrada principal, y les ayudo a retirar su equipaje. Los murmullos se hicieron varios al verles pasar por una puerta especial, directa a los vuelos privados.

-Yo me encargo del equipaje, amor. Tú sigue por este camino, la azafata te indicara nuestro avión. Beso la frente de su doncel con cariño, y le echo una última mirada a su hijo, quien ya comenzaba a removerse.

La mirada perpleja de la azafata le provoco cierto descontento. Ella parecía un tanto incrédula, sin embrago hizo su trabajo como era correspondiente y guio al doncel tal como decía su tarjeta de vuelo. A un avión privado de proporciones considerables.

-Su vuelo partirá en un par de minutos, el piloto ya viene en camino. –Anuncio la mujer con voz respetuosa.

-Claro, muchas gracias.

Castiel se dedicó a mirar asombrado la máquina. Había visto aviones antes, en la televisión, y en revistas. Sin embargo esto no se asemejaba a sus expectativas. La entrada era una especie de sala. Con cuatro asientos en filas paralelas, eran los típicos sillones de viaje, con cinturón de seguridad, reclinables, y mascarillas de oxígeno. A espaldas de estos una mesa pequeña, con asientos empotrados, un sofá para dos personas. Junto a esta pequeña sala, había una cocina, muy simple y precisa. Continuo por el pasillo, curioso por conocer más, y tras una separación de madera, se encontró con una habitación muy pequeña, tenía una cama matrimonial y un baño privado, Solo contaba con el escusado y lavamanos, un espejo largo y unos adornos.

-¿Te gusta? –Preguntaron tras su espalda. Castiel se crispo completo y giro impresionado.

-¡¿Es tuyo?! –Exclamo sorprendido.

-Sí, antes debía hacer muchos vuelos, y para mi comodidad compre un avión privado, creo que es preciso para nosotros. Sin embargo esta tu hermano, y los míos. Creo que nos quedara pequeño para un viaje familiar. Me gustaría comprar uno un poco más grande. –

-¿Bromeas? ¿Hay más grandes que este? –Pregunto impresionado. Christopher solo lanzo una larga carcajada.

-¡Claro que los hay! Este era un poco grande para mí solo, pero para nuestra familia completa se hace pequeño. ¿No lo crees? – Castiel observo a su alrededor, odiaba admitirlo, pero era verdad. Toda la familia no caería en ese precioso avión.

-Señor Owen –Le llamo una mujer desde la entrada. –Ya vamos a partir –Anuncio. Esta vez era una mujer de unos treinta años, muy guapa y respetuosa.

Chris le hizo una señal a su doncel para que le siguiera, y Castiel aferro a su bebé con un poco más de fuerza. Nunca antes había volado, y la verdad es que tenía un poco de nervios. La azafata noto aquello y le sonrió con dulzura.

-Ella es Milena, Nos acompañara en este viaje –Presento Chris. Castiel asintió con una sonrisa y se disculpó por no poder dar un mejor saludo, pues tenía al bebé entre los brazos. No era la misma mujer que les había recibido, y por lo que noto, ella no les acompañaría en el viaje.

-¡Christopher! –Interrumpió esta vez una voz masculina –Tiempo que no me pedias un vuelo –Un hombre joven, no más de cuarenta años. Venia, trajeado, muy correcto y listo.

-¿Qué esperas? Tengo una familia ahora, lo último que quiero es abandonar mi casa –Comento el pelinegro con una sonrisa radiante.

-¡Así veo! –Exclamo el piloto.

-Ellos son Castiel, y Theo. Mi pareja e hijo –Presento con orgullo. –Amor, él es Ronald, el piloto. Puedes confiar tu vida a él, si de vuelos se trata, tengo plena fe en que hará su mejor trabajo. –

-¡Que buena presentación! –Exclamo Ronald –Mucho gusto Castiel, espero que disfrutes el viaje. Ya nos veremos en el aterrizaje. Pónganse cómodos, partimos en menos de diez minutos, mi copiloto ya está esperándome en la cabina de vuelo, así que les dejo –Se despidió con tranquilidad, y continúo por el pasillo.

Christopher guio a su doncel hasta las sillas. Habían acomodado la del bebé, y fue Theo el primero en estar seguro. Luego ellos dos. La azafata dio sus últimas indicaciones. Ronald hablo por altoparlante, avisando que despegarían dentro de poco, y así fue.

Tardaron poco en hallar la estabilidad. Castiel se mostró nervioso en un inicio y dentro de unos segundos, los nervios le fueron ganando.

-Ya es posible moverse… –Anuncio la azafata levantándose de su asiento. Pero se interrumpió a si misma al ver al doncel correr directo al baño.

-¡Castiel! –Chris también se desenvolvió de la seguridad, y siguió el mismo camino de su doncel –Castiel –Llamo desde la puerta, que estaba firmemente cerrada. Castiel no respondió en ningún momento, y Chris tuvo que soportar oír las dolorosas arcadas durante quince minutos. –Amor por favor, abre la puerta rogo una vez más –

No es que quisiera alejar a Chris, había cerrado la puerta sin notarlo. Durante los últimos minutos no tuvo la fuerza para abrir. Ahora tembloroso y sin despegarse del suelo, intento estirar sus manos y retirar el seguro, tan pronto como lo consiguió, pudo ver a Christopher abalanzarse sobre él.

-¿Qué sucede? ¡Dios santo! –Bajo hasta la altura de su doncel. Castiel yacía sobre el piso, apoyando su rostro en el escusado, el olor a vomito impregnaba el ambiente, y Chris se sintió ansioso por hacer algo lo antes posible. –Ven aquí amor –Susurro con cuidado, alzo de poco en poco a Castiel, hasta tenerle completamente de pie. –Vamos a la cama –Sugirió, pero Castiel de inmediato negó, y con voz raposa expuso.

-Quiero enjuagarme la boca –

-¡Claro! –Exclamo – ¡Milena, trae una botella de agua por favor! – La mujer tardo poquísimo en llegar. Tan solo unos segundo para estar frente a la puerta del baño.

-Aquí esta señor. ¿Todo bien? ¿Quiere que prepare una pastilla para el mareo? –Consulto atenta la azafata.

-Sería muy bueno, prepárale un juego de fruta liviano, para que se recupere un poco, y la pastilla para el mareo. –Indico Christopher, al tiempo que ayudaba a su pareja a limpiar su boca y quitar el amargo sabor a vomito.

La mujer se retiró con rapidez. Chris por su parte ayudo a Castiel a llegar a la cama, le quito los zapatos como todo buen caballero y luego le cubrió con el suave edredón. Sonrió un poco triste, mientras quitaba algunos cabellos rebeldes, que se cruzaban con los ojos azules de su amado.

-Lo siento, no imagine que podrías marearte en el vuelo. –Castiel sonrió conciliadoramente a esas palabras. Tomo la mano de Chris con tranquilidad.

-Estoy bien, tráeme a Theo a  la cama, podríamos dormir un poco y aprovechar el viaje para descansar –Ánimo un poco.

Christopher amaba eso de Castiel, jamás se olvidaba de su hijo, apenas habían pasado unos cinco minutos, pero Castiel ya estaba preocupado de que Theo despertase en otro lugar, y no viera a sus padres.

-Ya lo traigo. –

Efectivamente. Chris trajo consigo al nene, quien aun dormía plácidamente, lo recostaron en el medio y esperaron a que la azafata volviera con el remedio. Castiel bebió un poco de jugo para reponer fuerzas, y se tomó la pastilla, esperando que con aquello disminuyera su mareo. Luego de eso los tres se quedaron dormidos.

Aterrizaron horas más tarde, después de un viaje estupendo y sin contratiempos a excepción del pequeño encuentro de Castiel con el baño.

-¡Papi vamos! –Theo había despertado más que energético. Quería correr a todos lados, estaba emocionado per ver tantas cosas nuevas, Castiel solo se dejaba arrastrar, procurando no perderse en el aeropuerto, atento a no estar lejos de Chris por más de cinco metros.

-Esperemos a papá, que está buscando nuestro equipaje –Intento detener a su hijo, pero Theo continuaba jalando, como si dijera: “ya buscamos a papá después, esto es más importante”.

Logro convencer a su hijo de quedarse quito, básicamente llenándole de cosquillas y besos, para que no pudiera seguir corriendo. Christopher no tardo nada en llegar junto a ellos. Cargaba con el equipaje, como todo un buen macho. De todas formas Castiel no pudo evitar preguntar.

-¿Te ayudo en algo? –Por supuesto Chris no lo permitiría. Aunque si le dio el bolso de cambio de Theo, ese donde aún cargaban con pañales en caso de emergencia, ropa, raciones de leche en polvo, agua tibia en un termo, y otras cosas más, imprescindibles para todo buen padre.

-Ya nos espera afuera el taxi, síganme –Índico Chris avanzando por los pasillos del aeropuerto.

Tal como lo había dicho, afuera había un taxi, de esos como en las películas, que esperan con un cartel que tiene tu nombre. El extranjero les saludo con mucha amabilidad, dándole la bienvenida al país.

El camino al hotel había sido lo más maravilloso para Christopher, quien gozaba de ver ese cuarteto de ojos azules pegados a la ventana, Castiel y Theo, miraban maravillados la calles desconocidas, como todo buen turista, tomando una que otra foto con el teléfono móvil.

-Ya vamos a salir a recorrer amor –Intento calmar el varón. Pues a Castiel se le había hecho demasiado corto el camino hasta el hotel. Sin embargo ese lugar también era un mundo nuevo.

El doncel conocía los hoteles de pareja, todos eran lugares refinados, elegantes, con esa clase, que solo las personas de alta alcurnia pueden conocer y disfrutar, este lugar no carecía de aquello, claro que no, pero además tenía un toque caribeño, cálido, amistoso. La habitación era como una casa más, no podría faltarles nada allí, afuera había una piscina impresionante, tanto que parecía una isla paradisiaca, con palmeras y todos recorriendo el lugar en sus coloridos trajes de baño. Todo era tan fantástico, pero él tenía su nariz enterrada en el escusado.

-¡Arthur, no sé qué hacer!  Lleva más de cinco horas vomitando, ni siquiera ha conseguido beber un vaso de agua ¿Crees que deba llevarle a un hospital?, estoy tan asustado, este es otro país, temo que se haya contagiado de algo. –

En un primer instante había creído que los síntomas cederían. Castiel le había animado a estar tranquilo. Dijo que  tomaría una siesta y todo volvería a estar bien, pero de eso había pasado poco, más bien se pasó la tarde entera vomitando. Christopher asustado, había acudido a la única persona que paso por su mente, Arthur, su hermano y médico, sabría qué hacer.

-Tranquilo, has dicho que comenzó a vomitar en el avión, seguro no ha cogido nada extraño en el viaje, aunque es raro que no ceda el mareo, ya llevan más de seis horas en el hotel. Tal vez es una infección estomacal, te voy a dar una receta simple, prueba con ello, y ve si los síntomas ceden durante la noche o… –Se detuvo, el tiempo que Arthur estuvo en silencio, debió haber sido uno de los momentos más críticos que Christopher recordara en el último tiempo. –Compra un test de embarazo. –Propuso Arthur de pronto, descolocando por completo a Chris.

-¡Pero ha tenido su periodo! –Exclamo alarmado.

-Has lo que digo –Insistió su hermano.

Y allí estaban, treinta minutos más tarde, sus ojos puestos en ese pequeño pedazo de plástico. Solo pudieron observar la respuesta, anonadados, la prueba tembló resbalando de las manos de Castiel.

-Dos líneas –Afirmo el pelinegro.

-Positivo –Añadió Castiel, aun impresionado.

-¡Amor, vamos a tener otro bebé! –

Notas finales:

¡Wow!

Si lo se, muchos ya sospechaban bebé, asi que dije, ¿Para que ocultarlo mas? ¡Aqui esta la gran noticia! Una que dara un giro importante en la historia, se vienen muchas cosas nuevas, este viaje sera una locura.

Espero que les haya gustado el capitulo, cortito pero poderoso, a mi me gustado.

Esperare sus opiniones :D Dejenme comentarios ;)

Nos leemos la proxima semana, recuerden estar siempre atento al facebook, para cualquier informacion de actu.


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