27. –Hijo.
— ¿Qué dijiste? —Me quedé estático, debía estar bromeando ¿No? Yujiro era hijo de Akihiko y Takahashi.
—Que Yujiro es nuestro hijo. Haruhiko —Volvió a repetirlo. No podía ser verdad. A pesar de todo no pudieron mentirme de esa manera tan cruel…
—Estás mintiendo, él…no puede ser nuestro hijo. Mi hijo murió hace años, yo lo aborte. —Busqué en sus ojos una posibilidad de mentira, pero tal parecía que no lo hacía.
—Te han mentido todo este tiempo, no hizo falta que me lo dijeran. Yo lo supe cuándo lo vi. Tiene tus ojos, y seguramente usa la gorra para tapar su color natural de cabello. —Su sonrisa se profundizo al hablar de él, lo imaginaba entre palabras. Tan sólo lo había visto una vez y su curiosidad creció. Ahora entendía porque pero no quería que fuera cierto… no estaba listo.
—E-es imposible. —No lo podía creer, sentía como se me helaba la sangre con esa noticia. —Deja de mentir. —Él me volteo a ver, con total seriedad. Y soltó un largo suspiró.
—Ese día, le dije a Usami que podía seguir en su farsa del padre perfecto, después de todo él lo había criado pero que tuviera en cuenta que en algún momento yo volvería por ustedes.
—No puede ser. —Me separé de él, mientras sujetaba mi cabeza. Si esto era cierto significa que pasé mucho tiempo pensando que mi hijo era mi sobrino. Y posiblemente él le haya pasado lo mismo. — ¿¡Cómo me metieron en esto!? Confié en Takahashi, en mi padre… incluso en Akihiko.
Él tocó mi espalda. Dio suaves caricias tratando de reconfortarme. Ambos nos habíamos equivocado al tomar decisiones. Y era pesado vivir pensando en que estar enojado arreglaría algo. Procesar lo que acababa de escuchar no era fácil. Era lo más difícil que había tenido que afrontar después de la supuesta perdida. Los recuerdos fluyeron en mi mente y volví a ese momento. En el hospital, sosteniendo un bebé en brazos. Dándole pequeños mimos y cuidando de no lastimarlo. Había nacido más pequeño de lo normal, después está ese día en la casa. Al abrazarlo para evitar su llanto, no pude pasar por desapercibido el color de sus ojos. Lo había querido antes de que naciera y lo quise después de que “muriera”. Estuve con él indirectamente en todos los pequeños momentos. Lo quise como un sobrino, más allá como el hijo que había perdido. Pero nunca me di cuenta que jamás murió, estaba ahí. A un lado de mí. Ahora entiendo porque Akihiko lo regañaba tanto, por qué casi nunca le prestaba atención. Y porque llevaba una gorra todos los días. En el fondo yo deseaba que esto pasara, siempre lo había querido más de lo que podía. La sensación me embriagaba, quería correr a abrazarlo. Decirle que era su padre, formar una familia.
—Me gustaría quitarte ese dolor Haruhiko y hacerte sentir bien. —Tomo mi mano con fuerza, apresándola para darme la seguridad de que todo iba estar bien. Me había equivocado con Haitani.
Me acerque lentamente y con vergüenza, trate de que mis labios chocaran con su mejilla. Él se sorprendió.
—Gracias.
Sus mejillas se tornaron de un color carmín, tal vez seguía enamorado de este hombre. Me levante e hice lo que nunca pensé que haría. Sostuve mi celular con nervios, tenía la cabeza llena de dudas. Pero si no actuaba ahora jamás lo llegaría hacer. Le mande un mensaje a Takahashi para citarlo en un restaurante y hablar apropiadamente.
— ¿Seguro que quieres ir solo? Yo podría acompañarte.
—Seguro. Tengo que arreglar esto solo. —Guarde silencio, para retomar mis palabras nuevamente, temiendo de que no me salieran. —Me he equivocado contigo, con todo esto. Después, cuándo todo se solucione. Quisiera volverlo a intentar contigo. Como familia.
Él me agarro de la camisa arrugándola por completo para impulsarme hacia delante y pegar nuestros labios. No sabía qué hacía, él estar con él era un riesgo pero me había dado cuenta que mis errores me habían quitado la oportunidad de ser feliz con mi hijo, no quería que pasará lo mismo con el amor de mi vida. Lo había herido, y él a mí. Pero quería empezar de nuevo. Nos soltamos por la falta de aire, respirando con dificultad. Ambos nos levantamos para ir a ese lugar, él se fue.
Mi corazón estaba hecho un lío. Pensé que ya no me volvería a sentir así. Miré a lo lejos a Takahashi y Akihiko venir. Mis dedos comenzaron a moverse de manera dispareja, estaba nervioso. Ni siquiera sabía cómo empezar.
—Usagi-ani. Me sorprendió mucho que me citaras en un lugar así. ¿Ocurre algo?
—Me habían dicho que Yujiro me visitaría cuándo quisiera, pero al parecer eso no está en el plan de ambos.
—P-pero Usagi-ani, no hemos podido llevarlo. Tenemos trabajo que hacer, la empresa ha tenido complicaciones.
—Deja de mentir Takahashi, pero pasando a otro tema. ¿Hasta cuándo me iban a decir que Yujiro es mi hijo?
— ¿Q-qué? ¿Quién te dijo? —Se puso completamente nervioso, delatándose a si mismo.
—Eso es lo que menos importa. Dime hasta que momento me ibas a decir. —Estaba frustrado, él sabía hasta dónde quería llegar. Era lógico que sonará cortante y distante.
—No me lo puedes quitar Haruhiko… estás siendo egoísta. Yo jamás podré tener un hijo. —Se aferró a mí, tomando mi saco con fuerza. Estaba desesperado, en realidad era la primera vez que lo veía de esta manera. — ¡Por favor!… no te lo lleves.
—El único egoísta eres tú. Me quitaste a mi hijo al nacer, ni siquiera lo tuve. Sufrí pensando que lo había perdido. —Se aferró más a mí, tratando de convencerme. Akihiko nos miraba indiferente, sabía que esto sucedería. Incluso algo en mí, dice que él estuvo a punto de decirme.
—Te deje verlo en todo este tiempo, prácticamente tú lo criaste. ¿Por qué te empeñas en quitármelo? No tienes derecho a hacerlo. —Dijo indignado, viéndome a los ojos mientras trataba de no seguir llorando.
—Claro que tengo el derecho, soy su padre biológico. ¿Por qué lo hiciste? —
—Lo hice porque quería tener familia con Usagi-san y no pude. Tú puedes tener más, pero yo… no. Tienes que ponerte en mi lugar, Yujiro-san piensa que soy su padre, no me lo puedes quitar porque sí. Él hará preguntas. ¿Qué harás si él no quiere saber de ti? Pensando que lo abandonaste.
—Tú sabías que quería a Yujiro, aún antes de tenerlo. Yo ya lo amaba. Nunca lo abandone, eso lo sabes perfectamente. Quiero a mi hijo Takahashi… lamento que no tengas la posibilidad de ser padre pero lo que estás haciendo está mal.
—No te lo daré, no ahora que estoy feliz. No puedes robarte mi felicidad Usagi-ani.
—No te la estoy robando, en dado caso sólo vengo por lo que es mío.
—No lo haré, lo siento. —Suspiró de manera cansada. Pasando su mano por su rostro para quitarse las lágrimas. —Tan sólo pierdes tu tiempo.
—También hay algo que le ocultas a Akihiko ¿No es así? Si es tanta la felicidad que tienes. Porque no le cuentas que mi padre te pago para estar con él.
—Y-yo…
— ¿Te casaste conmigo por dinero? —Alzó la voz, era la primera vez que hablaba desde que llegó. Y parecía que no le había caído bien la noticia.
—N-no, al principio todo era así pero me enamore de ti. —Sus ojos se cristalizaron demasiado.—Estoy diciendo la verdad, Akihiko veme a la cara…—Trato de tocarlo, pero Akihiko le aventó la mano.
—Yo te creí… todo lo hice por ti. —Lo miro fijamente, mientras su rostro palidecía.—No sé si creerte esta vez. Me has roto.
—No digas e-eso. Yo te amo, me he equivocado pero en verdad te amo. Tú padre me utilizó, yo no quería hacer tanto daño. Dame otra oportunidad. Comencemos de cero. Vuélveme a amar Usagi-san.
—No hay otra oportunidad Misaki…Esto ya no funcionará.
—Usagi-san…
—Misaki quiero el divorcio.—Dijo con la voz quebrada mientras se salía de la habitación, dejando a Takahashi con el alma roto. Trato de sostenerse pero no pudo, después de todo si quiso a mi hermano. No se puede fingír ¿O sí?