33.-vida enamorada (FIN)
—Hotaru le están saliendo los dientes. No ha dejado de llorar desde que la llevamos con el pediatra. —Acomodó un poco su vestido y le puso sus zapatos.
—La pomada está en la maleta—Señale la cama, donde se encontraba. —Aunque ya le puse en la mañana. —Lleve mi mano a la boca para tapármela e ir corriendo al baño. El líquido caliente ya había llegado hasta mi zona bucal.
— ¿Huh? ¡¡Haruhiko!! —No escuche muy bien sus gritos, estaba devolviendo todo lo que había comido ese día. La sensación era molesta. Sentí en mi espalda unas caricias, suaves, repetitivas. — ¿Quieres que vayamos al médico?
—No, estoy bien.
—Ya van varias veces que te notó así… Deberías mentir mejor. —Tomo mi mentón para guiarlo hasta su cara. Dónde nuestros labios chocaron—Mañana vayamos a comer ¿Te parece?
Negué con la cabeza e intente no volver a vomitar, él cambio de aspecto a uno curioso.
—Déjame adivinar, ¿Te has sentido mal? —Me levanté del suelo para recargarme en la pared. Hacia un año habíamos tenido a Hotaru, una preciosa niña idéntica a mí. Su cabello negro y ojos azules sólo resaltaban en alto el apellido Usami y aunque no estaba muy orgulloso de él por mi padre no lamentaba que lo llevará. Takahashi y Akihiko al final si tuvieron un hijo, y después de haberse reconciliado prometieron jamás volverse a mentir. Al menos ahora son felices. Respecto a mí, —Haruhiko no has pensado que puedes estar embarazado otra vez.
—De ningún modo, me he cuidado adecuadamente. Además Hotaru sólo tiene un año, sería malo que tuviera otro embarazo de pronto.
—Qué recuerde, ninguno de los dos nos hemos cuidado…después de tener a nuestra hija chico listo. —La frase “chico listo” tan sólo era una burla para mí.
Toda la tarde estuve pensativo por ello y compre una prueba de embarazo. Seguramente estaba equivocado. Nuestra niña estaba muy pequeña para tener más hermano. No había pasado mucho tiempo y eso me preocupaba.
—¡¡¡Maldita sea Haitani!!—Grite molesto mientras entraba a la habitación con un objeto en manos. Él ni siquiera sabía porque estaba tan irritado. Cargo al bebé mientras Yujiro se paraba atrás de mí. —Esto no puede ocurrir…
— ¿Qué pasa papi?—Repuso con total inocencia mientras sacaba sus útiles de su mochila para hacer la tarea. Ya tenía seis años de edad, se comportaba como si tuviera más edad y orgullecía.
— ¿Qué ocurre Haruhiko?—Preguntó con preocupación. Caminando hasta mí para asegurarse que no fuera algo extraño.
—Tendremos otro hijo… es muy pronto para esto. —Le mostré la prueba de embarazo que me había realizado hacia unos minutos. —No estaba planeado.
—¡¡Tendré otro hermanito!! —Brincó de la felicidad, abrazándome muy fuerte. A pesar de la edad de Yujiro, no dejaba de ser el niño carismático que era— Ahora seremos más. Hotaru tendrá con quién cuidar. Haitani me besó de manera muy apasionada.
—Siempre me haces muy feliz Haruhiko. —Esbozo con una sonrisa mientras me besaba nuevamente. —Te amo.
Sin embargo ambos esperábamos que solo fuera un bebé. Pero la cigüeña nos trajo dos gemelos. Algo que realmente ninguno de los dos esperábamos. Les pusimos Gin y Rin. Ambos tenían el color de cabello de su padre y los ojos también del color de él. Haciendo que se sintiera orgulloso en cuanto los vio en la habitación del hospital. Habíamos comprado una casa más grande para los niños, mediante el tiempo pasaba yo no dejaba de pensar que había tomado la mejor elección. A pesar de todas las dificultades que tuvimos en nuestro matrimonio o en nuestra familia, siempre lo supimos afrontar. La casa con tres niños pequeños se volvió un caos pero ellos alegraban nuestra vida. Me di cuenta que amo a mi familia más que a mi propia vida y era demasiado feliz. Pero el tiempo nunca se detuvo y quizás todo este tiempo estuve narrando la historia detrás de un libro de fotografías de todos nosotros. Mis manos anunciaban la marca de los años. Había pasado mucho desde la última vez que había contado esta historia.
—Y así fue como me enamoré de su abuelo Haitani—Cerré el álbum de fotos, alrededor de mí se encontraban adolescentes que me escuchaban con total atención. — Es lo que recuerdo hasta ahora.
—No pensamos que lo conocieras de esa manera. —Dijeron mis nietos, sonreí por su peculiaridad. Uno de ellos era del matrimonio de mi hijo mayor: Yujiro Usami, quién se casó con Hayato Takano. El hijo del medio de Onodera Ritsu y Takano Masamune. Ambos enloquecieron cuando se dieron cuenta que andaban de novios por ser el único doncel de su familia y peor aun cuando mi esposo los encontró desnudos en su habitación siendo ambos unos adolescentes.
—Yo recuerdo la historia un tanto diferente Haruhiko. —Su sonrisa demostraba burla, este cretino aún de viejo no cambiaba ni un centímetro de su humor.
—Abuelo Haitani, cuéntanos tu versión. ¡Por favor! —Repuso mi nieto menor.
—Le prometí a tu papá que te durmieras temprano. —Sus padres me habían encargado hacerme cargo de él y debía cumplir mi palabra
—Por favor. —Suplicó, acercándose un poco para poner su cabeza en mis rodillas. Sabían mis puntos débiles.
—Que se le va hacer. Haitani cuéntales tu versión. —Dije derrotado, al fin sabría la versión de mi esposo después de todo.
Él sonrió con aura triunfal y se posiciono para contar la historia. No pasaba ni un segundo que no amará a este idiota. Y me daba cuenta que todo había pasado por una razón.
—Todo comenzó cuando cumplí veinte años…