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¿¡QUE DEMONIOS!? por Minos Hanari 56

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Notas del capitulo:

¡¡Hola!! un gusto volver a verlos por aquí. Antes de que me linchen quiero aclarar en la parte de abajo porque escogí a este personaje. Disfruten de este bello lunes :))) ¡Gracias por seguir el fanfic! 

6.-Fetiches.

Jale el largo listón del corsé para cerrarlo.  Fije mi vista en el gran esplendor del espejo para ver mi vestimenta. Usaba un juego de lencería negra.  Ni en mis más raras fantasías imagine vestirme así. Salí del baño para encontrarme con su presencia arrogante. Estaba esperándome sentado en la cama. Camine hacia él.

Al llegar. Me hinque y desabroche su pantalón. Mis manos temblaban. Después de todo era mi primera vez en esto. Su miembro estaba erecto. Lo tome y acerque mi boca. Su olor corporal comenzaba adentrarse por mis fosas nasales, me pareció extraño que no retrocediera. Saque mi lengua pasarla lentamente sobre este. Sintiendo cómo su cuerpo se tensaba ante mi tacto. Dejé de hacerlo para abrir  mi boca e introducirlo. Abarcaba todo, y la punta llegaba a tocar mi campanilla provocando una ahorcada. Quitándome y tratando de no vomitar.

—Con calma vale— Me ánimo. No sabría si lo haría bien. Y quizás sólo lo decepcionaría. —Inténtalo otra vez—volví hacerlo nuevamente, mejorando con torpeza—Ve despacio. Así se disfrutará más. —Acarició mi cabeza, sacándola un poco. —Recuerda no morder chico listo.

Asentí y sin darme cuenta volvió a meterla de una forma brusca. No era cuidadoso conmigo en estas situaciones. Vi su expresión de decepción. Luego de varios intentos fallidos, logre captar sus órdenes e ir más lento.

—Utiliza tu lengua. Quiero sentirla. —volví hacer lo de antes. Tratando de llevar las embestidas que me daba. Su pelvis comenzó a moverse al ritmo de mis labios. —Ahhh… así. Hazlo más rápido —quitó las manos de mi nuca para ponerlas en la cama y recargarse. —a-aprendes rápido chico listo.

Mi erección creció al ver nuevamente su rostro. Di un gemido mudo. En la habitación se hacían notar los fuertes ruidos provenientes de nosotros. Crispado por la fuerte luz cerré mis ojos.  Me pregunto si todas las personas sentirán lo mismo al hacer sexo oral.

Me quitó rápidamente para correrse. Su expresión se relajó y tomo aire nuevamente. El espasmo bajo y volvió a la normalidad. Jadeé muy fuerte cuándo comenzó acariciarme descaradamente los glúteos. Me aventó al colchón para posicionarse arriba de mí. Estaba demasiado excitado para darse cuenta de algo. Quito los calzones con encaje y abrió mis piernas. Quedando una amplia vista que lo calentaba. La temperatura estaba en su límite. Ambos éramos testigos de eso.

—Te devolveré el favor. — Ni siquiera duró dos segundos después de ese comentario cuándo se metió mi miembro a su boca y comenzaba a saborearlo como si fuera el mejor manjar del mundo. ¡Oh dios que increíble! Mis dedos se tensaron de los pequeños calambres. No sabía si resistiría tanto. Contuve mis gemidos.

—A-aahhh… —imite sus actos y agarre su cabello. Jalándolo un poco. Su lengua se deslizó por la punta para subir hasta arriba. Daba pequeños círculos. —S-sigue. —mi cara adquirió un color rojo, suavice mi tacto y vi rastros de cabellos. Para la próxima me aseguraré de ser más cuidadoso. El libertinaje había sido para mí la entrada del paraíso pero cómo todo algún día acabaría. Sin embargo dicen que lo malo llama la tragedia y yo me estaba hundiendo en enorme tesoro con monedas pintadas de oro. —Ahhh…mmm…

Algo me hizo tratar de detenerlo. Estaba por correrme. Lo sentía, necesitaba descargarme pero no quería hacerlo. Aún me daba vergüenza romper las barreras que existían entre nosotros

—¡¡¡D-detente!!!—no capto mis llamados y a la segunda advertencia ya era muy tarde. Mi cuerpo se retorció y termine subiendo más mis caderas para eyacular dentro de su boca. ─Lo s-siento…y-yo no quise.

—No te disculpes. Sabes estupendo. — de sus labios desprendía mi semen. El cuál se relamió gustoso. Agarró un bote rojo del suelo y comenzó a untarse los dedos para meterlos por mi recto. —Pasemos a algo más divertido.

— ¡!— comenzaron a moverse en forma de tijera. Al principio se sintió incómodo y hasta molesto pero poco a poco comenzaba a disfrutar de aquella intromisión. —Ahhh…e-es suficiente, mételo. Quiero sentirte.

Levantó una de mis piernas. Quedando en una posición muy incómoda. Y se introdujo de golpe. Estaba de lado, y las penetraciones se sentían demasiado fuertes. Perdí por completo la cordura. Cegándome. Dio una fuerte en mi próstata por lo que grite muy alto. Todo temblaba. Ahhh… la sensación es demasiado agradable. Me volteo boca abajo sin dejar de embestirme.

—Mmm…

—Ahhh…—gimió  girándome nuevamente. Para estar de frente. Me beso con demencia los labios. Impulsado por la adrenalina marque su espalda. Ya no soportaba el calor producido por la fricción de ambos. Estuve  a punto de colapsar y derramen mi semen sobre nuestros vientres manchando el corsé de esencia blanca. Mientras él hacía lo mismo adentro de mí. Pensé que tendría que lavarlo o mandarlo a una lavandería lo más rápido posible.

—Siempre me sorprendes chico listo— su cuerpo cayó sobre el mío. Recargo su cabeza sobre mi pecho. —Te has acostumbrado a recibir mi semen. —atrapo mi cintura con sus manos rodeándola. Le gustaba abrazarme después de la intimidad y aunque me molestará en el fondo eso me gustaba.

—Tú nunca has intentado  usar condón en nuestros encuentros. —Bufé molesto al ver su cara divertida. — ¿Qué te parece tan divertido?

—Tus sonrojos son demasiados lindos. Me ponen feliz. — Beso mi hombro—Espero repitamos más tarde chico listo.

—Debes está bromeando… ¿Nunca te cansas?

—Contigo nunca me canso. —Puso una enorme sonrisa— ¿Qué dices repetimos? Te haré sentir mucho mejor.

Asentí. Dos horas más tarde me encontraba nuevamente solo en la cama. La lencería estaba en el suelo junto con su ropa. Me levante para agarrar  una bata para ponérmela. Todo me dolía. Estas sesiones no dejaban más que malestares. Al salir de la recamara, lo vi consumiendo esa droga en la sala.

—Deberías dejar esa porquería. Te hará daño—lo acompañe, su vestimenta dejaba mucho que desear. Sólo usaba unos jeans y su torso estaba desnudo.

— ¿Te preocupas por mí chico listo?—se mostró interesado. Odiaba su arrogancia.

—¡¡N-no es eso!! Sólo es un comentario. No te lo tomes tan apecho. —su sarcasmo en su mirada me fastidio. Tome suficiente aire para reponerme—Por cierto me llamo Haruhiko Usami…

—Huh? ¿Usami? Eres familiar de la compañía Usami —comentó sorprendido. Incluso yo lo estaría si alguien con quien me estoy acostando resultará ser rica o famosa.

—Soy el hijo del dueño de la compañía. Y primer accionista. —Extendí mi mano para tomar la suya y estrecharla. Era la primera vez que me presentaba con este tipo. Debía ser cortes.

—No pensé que fueras tan rico aunque me imagine que eras importante por tu manera de actuar tan refinada.

—Quiero saber tu nombre. Yo ya te he dicho el mío. —Más que una petición había sido una orden.

—Mi nombre es Haitani Shin. Un gusto conocerte. —me vio a los ojos y me percate de algo importante; ese nombre. Estaba muy seguro que…

—Tú nombre me suena conocido. No recuerdo dónde lo escuche pero sé que nos hemos visto en otro lado antes.

— ¿Enserio? Ahh a veces me espantas Chic… Haruhiko-kun—comentó algo sarcástico. Él tenía dudas si lo conocía o no.

—Tsk… sé que nos vimos antes pero no recuerdo. ¿Es raro?

—No. Simplemente no esperaba que me conocieras del pasado…

—Antes ¿Dijiste que tu ex esposo tenía ojos verdes no? Claro…tú ex esposo es Onodera Ritsu hijo de las Editoriales Onodera. ¿No es así?

—Acertaste. —sonrió.

—Pero ¿Qué paso? Todo el mundo piensa que estás muerto. Después del divorcio informaron que habías desaparecido. —Era el mismo sujeto que había saludo una vez en un ceremonia. Habíamos estado juntos en muchos lugares y hasta ahora lo conozco en esta situación.

—Me largue de mi lindo “hogar”. Fue por instinto. Quería escapar por un tiempo de todo. Al menos tenía planeado volver sin embargo las cosas no siempre salen cómo quieres. —soltó un suspiro. —Después de todo me vengue de Onodera-kun en su momento y si vuelvo lo más posible es que termine en prisión.

—Haitani quemaste una gran parte de la Editorial y te metiste con el hermano de Onodera ¿No crees que sería racional que te metieran a la cárcel?

—Es muy justo lo admito pero dime ¿Es justo que Onodera-kun  se haya acostado con Takano por siete años? Todo fue una mentira entre nosotros dos. —comenzó a reírse. Incluso me dio miedo por la actitud que tomaba. — ¿Qué tiene de malo tiene vengarse con una persona que te hace daño?

—Estás siendo inmaduro… Tsukishima pudo quedar embarazado. Era un crío cuándo intimo contigo y a ti sólo te importa la venganza.

—No cambiaré mis ideales si es lo que quieres Haruhiko. —Agarro de mi bata para empujarme —Tú tuviste la oportunidad de salir de la borda antes de estar adentro de la marea. Yo no; estuve condenado a vivir con él pensando que ambos estábamos enamorados y al final todo termina igual ¿No?

—Eras un famoso Editor, no entiendo porque terminaste en un lugar así.

—Las cosas no salen cómo uno planea. Te lo dije—volvió a adentrarse en aquella línea—Tengo una deuda muy grande con el dueño del bar. Y cómo verás estoy en la ruina.

—Yo te puedo prestar dinero. No es necesario que continúes aquí. —Vi la textura de la tela evitando su mirada. —Puedes iniciar otra vez.

—No digas tonterías. Yo ya no puedo volver a lo que era antes. —se puso serio—Jamás lo haría.

Al día siguiente y al siguiente no comentamos ninguna palabra. Hasta que me invito por primera vez a comer fuera de su departamento. Seguramente estaba siendo cortes por la agresión que tuvo conmigo. No era violento pero ambos tocamos un tema fuerte. Me prestó ropa suya para cubrir mi apariencia y de esta manera evitar a la prensa.

Lo note demasiado extraño. Tomo mi mano para decirme con una lastimosa voz. —El otro día enloquecí. Lo siento—me dio una palmada. —No fue tu culpa lo que me paso… es sólo que cuándo me drogo no mido mis actos.

—Yo también tuve la culpa… te reclame por algo yo no viví. No sé lo que sentiste y por lo tanto no debí juzgarte de esa manera.

—Voy a ir a la cárcel te lo afirmo pero no ahora. Pagaré todo… sólo te pido un favor.

— ¿Cuál?

No me olvides.

Notas finales:

No escogí a Mino porque tiene una personalidad diferente. Él es muy maduro para ser este personaje. Y aunque cierre los ojos y ponga una sonrisa hipocrita especificque que si los abría. En otra historia haré un Minox Haruhiko pero en esta no. Desde un principio ya estaba que Haitani fuera, y ya verán porque. 


Gracias por su hermosos comentarios ;))) Hasta la próxima :*


 


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