8.-Noticias amargas
Todo empezaba a volver en sí. Me dolía excesivamente el cuerpo; recordaba muy poco del día anterior. Sólo me viene escasamente a la mente los sonidos de los gritos de Haitani. Para ser la primera vez que intentaba eso fue muy dolorosa y placentera la experiencia. Con lentitud abrí mis ojos, calándome la luz del cuarto y frunciendo mi expresión por ello. La amplia visión me logró captar que estaba en un cuarto de hospital. Vestía una bata azul y en mi muñeca se mantenía enterrada una aguja que daba conducto al suero sujeto con un pedazo de cinta.
La manera en la había ocurrido me hace sonrojar. Mi mano fue sujeta por alguien más. Voltee mi rostro para encontrarme con su mirada persevérate. Las extrañas manchas debajo de sus pupilas demostraban que no había dormido muy bien.
—Siempre te término haciendo daño ¿No chico listo?—Le sonreí. —Es lo que menos quiero pero es inevitable.
—Yo también fui responsable después de todo. —trate de moverme pero me dolía terriblemente la cadera. Di un quejido de malestar. —Me gusto.
—No te muevas. La anestesia desvaneció el dolor pero puede volver. Tuviste una hemorragia en el recto… Debí haberme detenido. Has estado aquí una semana.
—Yo te pedí que no lo hicieras. —Recargue mi cabeza en la almohada. —Eres demasiado espontaneo en esas cosas.
—Haruhiko el doctor me dijo algo realmente importante. —Sus pupilas comenzaron a dilatarse—Algo enserio importante.
— ¿¡Que ocurre!?—Alce la voz. Estaba asustado. ¿Y si se trataba de los análisis que me habían realizado? — ¿Es sobre los análisis?
—Sí. No sé cómo empezar. Yo tampoco sabía que podía existir la posibilidad. —se quedó callado por unos instantes. Estaba angustiado. —Tienes sida. Lamento darte está noticia.
—… —se me congeló la sangre. No podía ser verdad. Mis gestos se volvieron amargos. —N-no puede ser posible yo sólo me acosté contigo.
¡¡¡No!!! Esa noticia hizo que mis esperanzas se me vinieran abajo. Ahora tendría los días contados. Sin darme cuenta habían comenzado a resbalar por mis mejillas lágrimas. Iba morir. Las consecuencias de mis actos apenas comenzaban. No debí hacerlo sin medir las consecuencias. Soy un irresponsable.
—Yo tengo sida pensé que ya lo habías notado. —Dijo serio. Cínicamente acepta su enfermedad.—No quise decírtelo por miedo a que no me aceptaras…cuándo me enteré también reaccione igual que tú.
—¡¡Eres un maldito!! Si sabías porqué nunca me dijiste. — Mi voz se rompió. Él lo había hecho a propósito
—No pensé que fuera necesario Haruhiko. —Trato de besarme pero lo avente.
—Me has arruinado la vida.
—Te apoyaré en esto. —vi su rostro para notar como iba cambiando con lentitud a una expresión de burla.
— ¿De qué te ríes? ¡No es gracioso!. —Me moleste tanto que le lance una almohada. No debería burlarse en un momento así. Y menos porque él era la causa de mi desgracia. — ¡Deja de hacerlo!
—Diablos Haruhiko te lo creíste en verdad. Sólo era una broma. —Comenzó a reírse más fuerte. Soltado largas y molestas carcajadas. —Debiste ver tu cara.
—¡¡¡Con esas cosas no se bromea!!! Realmente me asuste. —le grite. Diablos este tipo es realmente molesto. Mi pulso volvía a la normalidad. Sólo fue una broma de mal gusto. —Parecía tan real…imbécil enserio me la creí
— Soy actor después de todo. Lo lamento. Fue inevitable… Pero hablando enserio el doctor me aviso que tendrías que reposar por tres semanas.
—No te creo ni una sola palabra. —Repuse molesto y voltee la cara —No tolerare tu actitud.
—Sólo fue una broma. No te enojes.
—Vete al diablo Haitani…
El doctor paso al cuarto. Interrumpiendo el momento de habíamos creados. Lo agradecí. Me daba coraje que este tipo intentará tomarme el pelo. Haitani tuvo que irse por órdenes de nuestro nuevo invitado. Me aviso que iba a darme una noticia. Los resultados ya estaban. Me senté en la cama.
—Haruhiko Usami los análisis de la semana pasada ya tienen los resultados. Tiene una deshidratación y necesita comer adecuadamente. Todo salió bien excepto algo. Hay una anomalía en su cuerpo.
— ¿A qué se refiere?—solté con seriedad.
—Hay un embrión en su vientre de aproximadamente dos meses. Es un caso realmente raro. Ya que en sus papeles de registro aclara que usted es varón. Sin embargo tengo que felicitarlo Haruhiko Usami está en estado de gestación.
— ¿Es una broma no? Mi compañero le dijo que me dijera eso. —comenté molesto. Si es otra broma yo lo mataría.
—No…Me tome la modestia de decírselo primero a usted. Comprendo que ustedes no son pareja para decirles la noticia a ambos.
—No le comente nada. Necesito total discreción en esto.
—Seré lo más discreto Señor Usami. —Me dio los análisis para que los revisará y confirmará lo que me acababa de decir. Tendría un hijo. Fue algo que me dejo en shock. Pensativo por unos momentos que parecían más eternos de lo que en realidad eran. Lo quería. Definitivamente. Jamás quise algo con tanta fuerza. Ahora tendría la oportunidad de amar a alguien y reparar mi pasado. Amaría a mi hijo y no lo dejaría de lado. Estaría todos y cada uno de mis días viéndolo sonreír. En mi infancia siempre estuve solo. Tratando de dar un buen comportamiento de mantener mi lugar. Pero en el fondo quería tener alguien que me diera aprecio.
¿Cómo será? Una sonrisa se formó en mi rostro al imaginarme sus pequeñas manitas, sus ojos, su color de piel e inclusive si era niño o niña. La nube curiosa se rompió con el sonido de la puerta, se había abierto. Paso algo asustado, cómo si hubiera descubierto las palabras de médico.
— ¿Qué te dijo el doctor?—Se notaba la angustia en su pregunta.
—Lo mismo que te dijo a ti. Debo guardar reposo. —Trate de guardarme la alegría que sentía en mi interior.
— ¿Sólo eso?
—Sí. No tendría por qué ocultarte algo. Si hubiera sido importante te lo diría. —cómo que seremos padres por ejemplo. No me molestaba la idea de tener un hijo sin embargo no se lo quería decir a Haitani. Un pequeño ser se formaba dentro de mí. No tuvo más opción más que venir con un par de descuidados. ¿Qué haría? ¿Se lo tendría que decir a mi padre? Después de todo es su abuelo.
—Por un momento pensé que estabas enfermo o algo peor. Yo pensé que te perdería en ese momento Haruhiko, me di cuenta de que eres más importante de lo que pensé. Yo te quiero. —Junto nuestros labios en un cálido beso. —Lamentablemente eres varón si no te preñaría justo ahora.
—Siempre rompes la atmosfera romántica. —Me dio un tic. Siempre tendría que salir con sus cosas pero no necesitaba hacerlo, yo ya lo estaba.
— ¿Eso quiere decir que también me quieres?—Dijo con total alegría, no pensé que una simple respuesta hiciera tan feliz a alguien.
— ¿Después de todo lo que hemos hecho me preguntas eso?—No era obvio. No me dejaría hacer todo lo que él ha hecho conmigo.
—Sí. Es necesario saberlo para formularte la pregunta secreta. Sonó a manga shoujo lo lamento. —Soltó una carcajada.
— ¿Pregunta secreta? Pensé que tu mente estaba de acuerdo a tu edad pero es todo lo contrario.
—Sólo quiero saber. Dale ese privilegio a la persona que te quiere.
—Si te quiero. —Solté rápido. Mis mejillas ardían. —Es la primera vez que me avergüenzo por decir esto. ¿Contento?
— ¿Quieres pasar el resto de tus días a mi lado Haruhiko?—Sonó seguro. Ni siquiera se aguantó lo suficiente antes de que terminará mi respuesta cuándo me la dio.
—¡!
—No tienes que responder ahora mismo sólo piénsalo. — Se vio un poco decepcionado. No sabía que responder. Había demasiadas mentiras y cosas ocultas entre nosotros dos.
—Dijiste que no te enamorabas de nadie por tu profesión. Por eso no tenías pareja. —Moví mis manos para posarlo sobre mi abdomen en forma de reposo.
—Me enamore de ti… ¿No es obvio? Nunca había dormido con nadie por tanto tiempo. A menos que fuera del set.
—Si es una maldita brom…—jaló mi bata para robarme un beso. Poso sus manos sobre mi cintura.
—Estoy siendo sincero. ¿Cuántos más te lo necesito decir para que me creas?
—Tengo miedo de esto. —Puse un aspecto triste. — No quiero que sólo sea un sueño y que te aburras de mí algún día.
— ¿Aburrirme? ¿Cómo podría aburrirme de la persona que quiero? Si ya tiene mi corazón en sus manos.
—Y-yo…
Le estaba ocultando algo muy importante. Notaba que era sincero. Titubee en esa opción decír la verdad. Tal vez debería dejarme llevar por la corriente y vivir este amor que comenzaba a florecer en todos los sentidos. Desde que mi madre murió siempre he querido sentirme amado por ser yo y no por darles el gusto a las demás personas. Y ahora viene este sujeto a romper con todo lo que conocía y a darme su total aprecio sin querer algo a cambio. Yo… estaba enamorado.