Las mil y una camas
Otra noche que se termina. Sin querer pasar más tiempo en este hotel de paso, salgo sin dejar siquiera una nota a quien fue la afortunada esta vez. No es como si me importara. No es como si ‘sentir’ cambiara algo, una noche es una noche, nada más.
Al llegar a mi departamento, noto que hay movimiento en el departamento de enfrente, parece que al fin se rentó. Más le vales a quien vivirá justo en frente del mío no ser una completa molestia. Como adivinando que pensaba en él o ella, la puerta se abrió, un chico bastante joven con un vistoso color de cabellos y ojos salió. Me miró y se disculpó por la hora y el ruido que ha está haciendo, se presentó y se puso a hablar hasta por los codos. Como buen vecino que soy… entré a mi departamento y lo dejé hablando solo.
Tengo aquí
Un deseo criminal extraño
Parece amor
Enterrado muy por debajo
Ese chico, ha venido a tocar a mi puerta más de cinco veces en toda la mañana. Me pregunto si no entiende la indirecta muy directa que no quiero verlo. Prefiero concentrarme en mi trabajo, quién diría que terminaría siendo escritor… y uno muy bueno. Por fortuna, no faltan las fans que quieran pasar un buen rato con su escritor favorito. Otra vez ese mocoso, cuándo dejará de tocar.
Esto sí es nuevo. Jamás se me había confesado un chico. No puedo hacer más que alzar una de mis cejas en clara muestra de no entender, este chico está loco. A penas me conoció ayer… tan solo nos vimos y él ya clama amarme. Pff, loca juventud. Tan solo le digo que no es de mi interés y vuelvo a entrar a mi departamento para seguir con mi trabajo.
Esta inhabilidad
De encontrarme con amor real
Mi libido no me deja en paz
Ya fue suficiente de trabajo, es hora de ir en busca de alguien a quien le obsequie una noche, será benéfico para ambos, ella cumplirá su sueño de estar con el gran Yuki Eiri y yo obtendré la satisfacción del placer que solo una chica puede dar.
No hay más como una noche con alguien desconocida, sin ataduras, son compromisos, simple placer y nada más. No es como si fuera yo quien les propone pasar la noche, son ellas las que se acercan, hablan sobre lo mucho que mis obras les gustan, hablan de sus personajes favoritos, insinúan que uno de sus sueños que su nombre sea usado en uno de mis personajes y, luego, hacen la propuesta. No me queda más que aceptar.
Me rindo ante toda
esa excitación
Me desenfreno siento
soy un pecador
Sera por eso que soy ciego y digo no
al prospecto del amor
De nuevo en el piso siete, donde está mi departamento, recorro el pasillo y al momento de abrir mi puerta, escucho la voz del mocoso. Parece molesto, parece que no ha dormido, como si me estuviera esperando. Tonto. Nadie le dio ese derecho u obligación, sin escuchar en realidad lo que dice, entro a mi departamento y vuelvo a dejarlo hablando solo.
Este momento me dio una idea para mi novela, voy a mi estudio a escribirla antes que se valla la súbita inspiración. Qué mocoso, sin querer y en su loca confusión me ayudó un poco en mi trabajo. Parece que será entretenido tenerlo cerca… como vecino.
Esta inhabilidad
De lograr aprender a amar
Mi libido no la puede destrozar
(ooh ooh oh)
Escucho que tocan la puerta, pensando que es el mocoso decido ignorar al ruido, tocan más veces y esta vez se escucha que una voz llama un nombre que no es el mío. Si mal no recuerdo, Shu es el diminutivo de Shuichi, el vecino. Genial, confundieron su dirección con la mía. Con molestia abrí la puerta para recalcar el error de direcciones, me encontré con un joven de larga cabellera roja y ojos verdes, al verme abrir la puerta frunce el ceño y hay molestia en su mirada.
No entiendo el motivo por el que esté molesto, sin embargo decido entretenerme un poco con él, contesto sus preguntas con evasivas, hablo sin decir nada en realidad, nada de lo que él quiere saber. Tras unos minutos de discusión unilateral por parte del pelirrojo, el mocoso abre su puerta y literalmente se lanzó sobre el sujeto de ojos verdes, los miro sin mucho interés, parece conocerse de mucho tiempo, se ven tan cómodos. Repugnante. El mocoso me miró como cayendo en cuenta que ahí estaba yo, antes que pudiera hablar, le cerré la puerta en las narices.
Muerto el pecho aquí oh
Antes de morir
Otros conquistaron
Pero yo mejor corrí (ooh ooh ooh)
(ooh ooh ooh)
No es como si me preocupara lo que sucede con el mocoso y con el sujeto de ojos verdes, una nueva idea más para mi libro… un argumento que me molesta el tan solo escribirlo. Ese mocoso, ¿Cómo es que anda por ahí diciendo que ‘ama’ cuando ya tiene a alguien en su vida?
Me pregunto lo que habría sucedido si lo hubiera aceptado, si cuando me dijo que me amaba lo hubiera invitado a salir. No. Nunca sería posible ni con el mágico ‘hubiera’… las cosas no son tan fáciles.
¿Cuándo?
(ooh ooh ooh)
¿Cuándo?
(ooh ooh ooh)
¿Cuándo?
Una pareja, el romance, el amor… con ‘cosas’ que nunca podría tener. Mi pasado no uno lleno de rosas y esponjosas nubes, no digo que así sea el pasado de todos pero el mío es particularmente obscuro, prefiero no hablar de él, prefiero ignorar lo que en mi pasado había. En todo caso, mi pasado es lo que me impide aferrarme a la ilusión del amor.
Prefiero tomar lo que una noche puede ofrecer, no más, no menos. Una noche hace maravillas. El tener una pareja estable, es demasiado trabajo, la constante compañía, el alimento diario para no apagar la llama, tener cuidado que no se corte la comunicación, evitar caer en la rutina… es mucho por lo que preocuparse, es algo que no se hizo para mí.
Existe alguien que se sienta igual que yo
Herido, solo y con ninguna dirección
Mi cuerpo ya no es fuente de satisfacción
Sino de pena y de pudor
Molesto con mis pensamientos salgo en busca de una de esas noches que tanto ofrecen. Esta vez, tuve bastante suerte, dos amigas inseparables y fieles admiradoras me ofrecieron una noche divertida con ambas, acepté. Fue una noche larga, movida, llena de ejercicio, ya estaba el sol cuando terminamos la última ronda. Decidí no dormir ahí, salí antes que el sol subiera más.
Por fortuna siempre cargo mis lentes obscuros, caminando entre la gente atareada con sus trabajos monótonos, vi algo que me sorprendió, un gran anuncio donde el mocoso, el tipo pelirrojo y un chico de cabello verde decía que eran una banda, Bad Luck. Quién diría que el mocoso estaba relacionado con la farándula.
Esta inhabilidad
De lograr aprender a amar
Mi libido no la puede derribar
(ooh ooh oh)
En el camino hacia el departamento, pasé cerca de un centro comercial, entré por un café y justo en el centro había un escenario, parece habrá una de esas presentaciones sorpresa pues no hay signos de quien se presentará. Entré al café que quedaba frente al escenario, disfruté cada sorbo y de pronto la música inició. Era él, era su banda, Bad Luck.
Su voz, sí que es hermosa. Sus canciones son pegajosas, su actitud en el escenario es el de toda una estrella… no hay duda, el mocoso nació para esto. Escuché sus canciones, una en particular me llamó la atención, ¿estaré tan afectado por la noche sin dormir que creo que esa canción habla de mí? Miré el escenario nuevamente, el mocoso me está mirando, me reconoce a pesar de las gafas. Esa canción que está cantando, es para mí.
Muerto el pecho aquí ooh
Antes de morir
Otros conquistaron
Pero yo mejor corrí
(ooh ooh oh)
Salí del café casi enseguida. No era posible que me reconociera, ¿cómo pude escribirme una canción? ¿acaso este mocoso vive para hacer cosas imposibles, para alterar mi vida? Es muy persistente, le doy crédito por ello. No obstante, tengo otra idea para mi libro. Esta novela se está escribiendo casi con las ideas que el mocoso me brinda.
Tan solo me falta un capítulo, el final de esta historia. ¿Cómo terminarla? Llamé a mi editora, vendrá para darme su opinión. Creo que me quedé dormido, golpes en la puerta me despertaron, creyendo que es mi editora me levanto del sillón para abrir. Valla sorpresa, es el mocoso.
Quiero redención ooh
Quiero un corazón
(ooh ooh oh)
Ya busque en mil camas
Pero nunca apareció (ooh ooh oh)
(ooh ooh oh)
Me volvió a decir que me amaba, me dijo que ‘Hiro’ el chico del otro día es solo un amigo, me dijo que me vio en el centro comercial y que cantó para que yo lo escuchara. Me dijo que es algo inexperto en el tema del amor pero que quería aprender de mí. Si tan solo supiera que tampoco sé nada sobre ese tema que tanto quiere aprender. Sin saber la verdadera razón, le conté este pequeño secreto, también le dije lo que me gusta hacer en las noches.
Como respuesta, dijo que se encargaría que ambos aprendamos el arte del amor. Mientras, cada noche que deseé placer, no dudara en ir a su puerta. Lo miré incrédulo, no creo que sepa lo que está proponiendo… en un abrir y cerrar de ojos entró a mi departamento, cerró la puerta tras de sí y se lanzó a mis brazos. Me besó tímidamente, me pareció un gesto tierno. Este chico merece más que una simple noche.
¿Cuándo?
(ooh ooh ooh)
¿Cuándo?
(ooh ooh ooh)
¿Cuándo?
Creo que ya tengo el final para mi novela… será todo un éxito, y ya sé a quién le pertenecerá la dedicatoria.
Fin.