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Dios maldiga a los rubios por niky-cham

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Notas del capitulo:

¡Hola! Otra vez yo, tardando una eternidad. Como muchos saben estoy en medio del semestre, a un mes de terminarlo, y me he estresado mucho, colapse dos veces en el ultimo mes, y la ultima termino con faringoamigdalitis, del horror que subi a mi face de escritora xD (de hecho aun estoy enferma). Pero aun con todos estos contratiempos, quiero pedirles que confien en mi, a menos de que muera, no abandonare el fic. Esto lo termino, porque es un compromiso, de mi para ustedes.

Quiero decirles ademas, que agradezco mucho todo su apoyo en comentarios. Cada dia estoy mas feliz. Esto comenzo siendo un fic que no convencía mucho, la verdad es que todos tenian sus reparos contra el Uchihacest, y me lo hiceron saber, no dudo que aun deben haber muchas personas que siguen saltandose el fic por esa descripcion, pero agradezco a aquellos que me dieron la oportunidad, y aun con mi demora, continuan apoyándome (gracias totales).

Ahora, les dejo con el capitulo 12, que espero les guste.

Capítulo 12: El gran día.

Todo había ido bien desde ese pequeño accidente, en parte porque el mismo Naruto no quería que volviese ocurrir, en parte también por que Sasuke estaba mucho más atento que antes, pero significativamente, porque desde ese momento, Tsunade, la antigua médico de Naruto, había decidido volver a hacerse cargo de su caso. Fue solo cosa de semanas, para que su salud se estabilizara considerablemente.

El trabajo iba bien, ellos seguían siendo los mismos, quizás un poco más profesionales que antes. Naruto ya conocía las cosas, sabia manejarse en el empleo, e incluso había dejado el único trabajo de medio tiempo que había conservado, para dedicarse completamente a sus obligaciones con Sasuke y Uchiha Corp.

Sus estudios tampoco iban mal, debía reconocerlo, Naruto no era ni lo más remotamente brillante, pero lograba aprobar, a veces por los pelos, otras con más soltura, pero a fin de cuentas llevaba calificaciones lo suficientemente aceptables.

-¿Iras con Deidara? –Consulto el moreno. Naruto organizaba sus cosas, ya preparado para marcharse.

-Sí, pasara por mí en cinco minutos. Esta nervioso –Rio el rubio. –Pero ya le he dicho yo, que todo va a salir bien –Resto importancia.

-Están exagerando, tienen todo preparado. Seguro que va a ser un rotundo éxito. –Asevero el moreno.

-Bueno, no podemos pedirles más calma, queda menos de un día. –

Así era, el matrimonio estaba a punto de tocar sus puertas. El día más especial de Itachi y Deidara por fin estaba a un paso de ellos, y aunque habían preparado todo con suma precisión, no podían evitar estar nerviosos.

El rubio había tardado un poco en volver a hablar con Deidara. Su rubio amigo era un cabeza dura, y aunque volvió a dejarle en claro que su diabetes anda bien, y que no le necesitaba como “mamá gallina”, siempre encima de él. Deidara se había hecho el comprensivo, pero no tardo en volver a ser el mismo siempre, y Naruto solo podía suspirar y aceptarlo como era. Finalmente, Dei se comportaba así, por lo mucho que se querían.

El galante Chevrolet, estaciono justo frente a la empresa. Deidara sonreía emocionado, a ratos con esta típica risilla de niño haciendo travesuras. Naruto se acercó a él, un poco dudoso, pero no hicieron falta más de dos metros para notar la razón de la emoción en el rubio mayor.

-¡No puede ser! –Exclamo Naruto fuera del auto.

Y la pelirroja sorpresa sonrió desde el asiento del copiloto.

-¿Cuándo llegaste?, ¿No se suponía que no podrías venir? –Naruto estaba simplemente enloquecido.

-Quizás mentí un poco –Carcajeo Gaara –Pero debes admitir que fue una buena sorpresa –Argumento luego el pelirrojo.

Sabaku no Gaara, uno de sus mejores amigos del orfanato, por no decir, el mejor. Gaara y sus dos hermanos habían quedado huérfanos, cuando el pequeño pelirrojo tenía apenas unos tres o cuatro años, aunque para su suerte, siempre conto con el apoyo indiscutible de sus hermanos mayores, quienes también habían sido una parte importante en la vida de Naruto. Sus caminos se separaron un poco cuando Temari, la mayor, cumplió la mayoría de edad, y decidió hacerse cargo de sus dos hermanos y tomar la tuición, al principio fue complicado, pero al año siguiente Kankuro cumplió también la mayoría, y entre ambos se encargaron de mantener en pie a la familia. Sus caminos terminaron de separarse cuando Gaara, conoció a Sai, un pintor muy amigo de Deidara en la escuela de artes, y que tenía buena fama internacional. Cosa que llevo a Gaara lejos de Naruto, durante un largo año.

-¡Ha pasado tanto tiempo! –Corrió Naruto. Gaara ya había salido del auto, y estaba listo para recibir a su rubio amigo entre sus brazos.

-¡Muchísimo! –Exclamo el pelirrojo –Y los extrañe tanto, a todos –Tener a Naruto entre sus brazos le dejaba un gusto extraño entre felicidad y nostalgia. –No hace falta que te pregunte como has estado –Gaara aleja al rubio de sus brazos y le da una mirada de pies a cabeza – ¡Te ves genial! –Exclamo. Por supuesto, él se había enterado de las recaídas de Naruto, el mismo Deidara se las había comentado, pero mencionar aquello no hacía falta. En realidad para Gaara, nunca hacía falta mencionar nada que tuviese que ver con la diabetes, y por eso es su mejor amigo. O lo era, antes de que llegara cierto moreno.

-No se van a quedar aquí hablando todo el día –Les riño el rubio mayor – ¡Vamos a tomar un café! –Soltó, y ambos amigos subieron al vehículo.

Entre el nerviosismo de la boda, las travesías de Deidara, y todos los cambios que habían acontecido en la vida de Naruto, pasaron tres largas horas. Si fuese por ellos, sinceramente no se separarían nunca, pero el día siguiente era especial, y su prometido amigo, debía regresar a casa, y prepararse para un largo día.

Quiso pensar que las horas se le irían lento, y tendría todo el tiempo del mundo para prepararse, pero no fue así, y termino al filo de la hora, amarrando su corbata.

Su acompañante golpeo la puerta exactamente a la hora indicada. De alguna manera pudo imaginar a Sasuke fuera de su departamento, contando los segundos para golpear la puerta exactamente a las ocho. Naruto corrió en una lucha interna, por cerciorarse de que todo estaba listo. Y quitar el pedazo de madera, que le separaba de su acompañante, no puedo más que contener el aliento, y observarle de pies a cabeza.

Sasuke lucia fantástico, llevaba un traje azul noche, “muy él”, para ser sinceros, con corbata rojo vino, zapatos de cuero italiano, para variar. Cabellos oscuros peinados atrás, piel pálida, intensos ojos ébanos, que se hundían en sus azules gemas, y les impedía a ambos separar la mirada.

Pero la impresión del blondo, no lograría jamás superar el estupor que tenía Sasuke en ese momento. Él estaba simplemente anonadado, enganchado a su figura, enamorado de sus ojos, de sus cabellos color oro, de sus brillantes y carnosos labios.

Naruto era un doncel, y en ese momento Sasuke pondría  sus manos al fuego, aseverando que no solo era un doncel, sino el más hermoso de todo el universo. Pocas veces se le había visto así de arreglado, pero Sasuke, tuvo la suerte de verle en su mejor momento.

Sus ojos azules ya tenían un brillo hermoso y natural, desde el primer momento en que le vio. Llevaba un traje completo de color gris, zapatos oscuros, con punta redonda en color dorado, y una corbata verde agua, de esas delgadas que le hacían lucir su hermoso cuello. Las pinzas del traje acentuaban su pequeña cintra, el pantalón no tenía reparos al mostrar las torneadas caderas, las redondas nalgas, los delgados muslos. Llevaba el cabello recogido a un lado, con el flequillo suelto al otro, y para sorpresa de Sasuke, estaba sutilmente maquillado, lo pudo notar en el brillante color durazno de sus labios, que se veían más apetitosos que nunca.

Pasmados se habían quedado, varón y doncel, tardando al menos un minuto, en mudo silencio, escrutándose el uno al otro, disfrutando de la vista, calma no sus acelerados corazones.

-Va-Vamos –Soltó el rubio tupido.

-¡Oh, sí! ¡Claro! –Salió Sasuke de su ensoñación. –Vamos. –

Callados, no podía recordar la última vez que habían pasado tanto tiempo sin dirigirse la palabras. Naruto estaba sentado muy recto en el asiento del copiloto, él seguramente llevaría una posición similar, porque sentía sus manos rígidas sobre el volante, y aunque intentaba evitarlo, a ratos desviaba la vista, y observaba a su rubia ensoñación de perfil, y el corazón se le aceleraba, y los nervios le comían las palabras.

Estaciono en la iglesia. Y ambos bajaron sin saber aún que decirse. Eran los padrinos, tenían una importante misión aquella noche.

-¿Crees que Deidara esté listo? –Consulto Sasuke, solo por romper el silencio.

-Lo está desde antes de que le pidiera matrimonio –Sasuke trago en seco –Pero, seguramente los nervios deben tenerlo destrozado en estos momento –Carcajeo un poco – ¿Y tú que dices, como está tu hermano? –

-Enamorado –Susurro con una sonrisa nostálgica –Yo creo que solo necesita dar el “si”. –Agrego luego.

La iglesia era una cosa preciosa, gigantesca, con la mejor decoración que podían imaginar, y llena a más no poder.

Sasuke y Naruto avanzaron hasta sus lugares especiales, no sin antes darle un encarecido saludo al novio, quien ya esperaba de pie en el primer escalón del altar.

La música empezó a sonar media hora más tarde de lo esperado, tal y como dicta la tradición. Y un precioso rubio, de cabellos dorados, sueltos a la cintura, avanzo por el pasillo, deslumbrando a todos con su traje blanco, con su sonrisa  extendida, con sus vibrantes ojos azules. Llego al frente, siendo recibido por un ansioso pelinegro, y todo el que estuviese ligeramente interesado en la ceremonia, puso notar el amor intenso que transmitían ambas miradas.

-Sí, acepto. –

Tras eso sus labios se unieron y la compañía no tardó en hacer notoria su felicidad. “¡Que vivan los novios!”.

Y allí estaba él, sonriendo desde una esquina, nostálgico, pero a la vez feliz. Nunca espero entregar a su hermano con tanta calma y sosiego. Estaba viendo como de pronto le arrebataban a quien, por años, fue el “amor de su vida”, pero ya no más, hace tiempo que no lo era. Hace tiempo que había conocido el verdadero amor, en unos ojos azules, en un cabello rubio, en un cuerpo menudo. Observo a su costado y allí le vio, aplaudiendo sonriente ante la felicidad de su amigo.

“Sin tan solo le hubiese conocido antes”.

La fiesta se realizó en la enorme recepción de un hotel. Quinientos invitados, comida, baile, y lujo a mas no poder. Ellos simplemente, no habían escatimado en nada.

Deidara había estado ocupado en sus propias cosas, por lo que Naruto se había acompañado de Gaara, su mejor amigo, y Sai, el novio de este. Aunque la compañía solo le duro hasta el baile, por supuesto la enamorada pareja deseaba compartir un romántico encuentro en la pista, y Naruto simplemente no podía hacer nada contra eso.

-¿Solo de nuevo? –Preguntaron a su espalda. Naruto se encogió un poco por las cosquillas en su cuello.

-No hagas eso Sasuke –Reprocho, pero realmente no estaba enfadado. –Te recuerdo que tú me dejaste solo en primer lugar. –

-Tenía que hablar con unos socios, tú te aburriste, y te fuiste con Gaara –Argumento el moreno en su defensa. Naruto solo desvió la mirada.

-¿Y bien? –Consulto el rubio, tras un largo silencio.

-¿Qué cosa? –Pregunto de regreso, desentendido. – ¿Te invito a bailar? –Consulto medio tímido. Cosa extraña en Sasuke.

Naruto deseaba que Sasuke hiciese algo, quizás hablarle de alguna tontería, tal vez invitarle a dar una vuelta por la recepción, a lo mejor invitarle a bailar… Si, quería que lo invitase a bailar.

Asintió con las mejillas hechas carmín, y Sasuke recibió su mano, con toda delicadeza. Tímidos comenzaron a dar pasos torpes, al cabo de un rato agarraron ritmo, llevaban el paso casi con maestría. La música les acompañaba de fondo, y ellos sentían que la pista era completamente suya.

Un poco más cerca, y sus respiraciones chocharon en un aire húmedo y enloquecedor. Sasuke de pronto se detuvo, y no hicieron falta las palabras, una sola conexión visual, logro trasmitir el sentimiento oculto entre ellos. El rostro del mayor se acercó lentamente, los labios rozaron el brillo durazno, como pidiendo permiso, y tras un segundo, el apasionado beso dio inicio.

Sasuke le estaba besando, y él estaba correspondiendo.

Notas finales:

Gracias por llegar hasta aqui.

¿Les gusto? ¿No les gusto? Espero sus comentarios, ya saben, aqui abajito, no toma mas de un minuto, y es completamente gratis :D

Bueno, algunos preguntaron por Gaara, y alli esta, pero tranquilos, aunque hoy no aparecio con gran protagonismo, ya tendra su lugar junto a Naru en un futuro.

Espero que les haya gustado.

Y nos leemos pronto~


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