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Dios maldiga a los rubios por niky-cham

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Notas del capitulo:

Hola ¿Me extrañaron? :D

Bueno, para los que me tienen en facebook, ya han de conocer la razon de mi extraña desaparicion, todo tiene que ver con Pokemon Go, y el vicio en el que me sumi toda la semana pasada D: Lamento haberles hecho esperar, pero era inevitable u.u

En fin, ayer, despues de 40 km caminados, y un pikachu que salio de un huevo. Me quede en casa, y comence a escribir, por lo que ya tengo el nuevo capitulo.

Una vez mas, muchas gracias a todos por comentar, esta semana no les he contestado :S queria hacerlo, pero me iba a demorar mucho mas, y ahora voy de salida, como no se a que hora llegare, prefiero subir el cap ahora. Si me pusiera  a contestar, seguro les subiria el capitulo como a las 00.00 o mas D: Pero muchas gracias  a todos ;) 

Ya, no doy mas lata, y les dejo el cap.

Capítulo 18: Tocando fondo.

“Estoy tocando fondo, me  niego a estar sin ti”.

La sensación que invadía su pecho era dolorosa y sofocante. Nunca antes el grandioso Sasuke Uchiha había protagonizado una escena tan triste y lastimera. Camino cabizbajo hasta su vehículo, y se marchó, sabiendo que difícilmente podría regresar.

Y allí estaba ahora, atado a una botella de ron, a la cual solo había dado un par de amargos sorbos, y un cigarro consumido a medias por el ambiente, mientras su mirada se perdía en las ondas traviesas que hacia el humo.

Hasta ese momento, solo su “ruptura” con Itachi, se alzaba como la más dolorosa, sin embargo esta, le llevaba kilómetros de distancia. Estaba destrozado, mutilado emocionalmente, y todo su dolor, tenía nombre y apellido. Naruto Uzumaki, ese doncel de cabellos rubios, de mirada azulina, con una sonrisa perfecta, de pulcros y alineados dientes blancos, tierno, pero también fiero, compresivo, y dulce como el durazno. Ese doncel se había robado cada pedacito de su corazón, órgano que creyó haber dejado hundido en aquella taza de té, sobre la pequeña mesa de madera, en el departamento de su joven amado.

Pero no culpaba a Naruto, para nada, todo lo contrario, compendia la reacción de su rubio amada, ¡Es más! No hubiese aceptado otra, sabía que su rubio reaccionaria de esa forma, y también lo aceptaba, aceptaba que se había enamorado de un ser empático, y protector, que había defendido al más débil, que se había quedado del lado de Deidara.

-Lo arruine todo. –Susurro para sí mismo, tendido en el sofá de cuero negro, con la botella pendiendo de la punta de sus dedos, y sus sentimientos a un paso de ahogarse en el fondo de aquel ambarino líquido.

Si, por que teniendo la oportunidad de haber callado, sabiendo bien, que Itachi nunca hablaría de aquel secreto. Él mismo había decidido arruinarlo todo, consiente, por supuesto, de las consecuencias que ahora estaba viviendo.

Desganado soltó un suspiro y avanzo hasta la ventana. El cigarro a medio consumir se instaló entre sus labios, y Sasuke dio una larga calada, lleno sus pulmones que aquel humo toxico, para luego soltar de golpe una nube gris de nicotina, que no tardo en desaparecer entre la humedad de la noche, dejando un recuerdo amargo entre sus labios.

Le gustaba aquella mezcla extraña, entre tabaco y café. Itachi olía eso, a eso y colonia de hombre, de esa costosa, y embriagante. Su primer encuentro había estado marcado por esas fragancias, olores que desearía nunca haber conocido.

Él ya estaba lo suficientemente grande como para conocer las consecuencias, y su hermano, lo suficientemente lucido, como para saber lo que estaba haciendo.

Los dos se habían dirigido, a tropezones, hasta la Sweet de aquel hotel. Embriagados, pero en parte lucidos. Sasuke se dejó hacer, cuando, apenas al cruzar la puerta, Itachi devoro sus labios con tanta pasión como hambre. Las manos del moreno mayor, se deshicieron en poco tiempo de su blazer, una pieza costosa, que termino tristemente en el suelo.

-“¿Itachi que haces?” –Había preguntado. Dándole oportunidad al mayor, de arrepentirse.

Pero nada. El moreno solo había gruñido, desarmado el nudo se su corbata, y dando rienda suelta a los sentimientos de Sasuke. Aquellos que por ese tiempo, creyó correspondidos.

Se dejó hacer una vez más, cuando, a pasos torpes, fue dirigido hasta el borde de la cama, un empujón suave, basto para hacerle caer sentado sobre el colchón, y la entrepierna de su hermano a la altura de su rostro. Sasuke levanto la mirada. Itachi correspondió con una sonrisa cargada de deseo. Y entonces lo hizo. Cinco segundo bastaron para engullir el miembro apenas erecto del mayor, y darle en poco tiempo, la excitación para que estuviese completamente empalmado. Sasuke recordaba bien, como los gruñidos de Itachi, le habían sabido a gloria, como también, recordaba el ritmo brutal, dirigido por el mayor, que aferraba sus manos a los brunos cabellos del Uchiha menor.

Después de aquella felación, todo fue bestial. Itachi probablemente, ya no recordaba ni su nombre, pero fue un maestro al quitar sus pantalones. Se deshizo de la mitad de la camisa de un solo jalón, que termino con cinco botones regados sobre el cobertor de aquella lujosa cama.

-“Sasuke”. –Esa fue la única palabra que pronunciaron sus labios, en todo el encuentro.

El Uchiha menor reacciono ansioso, e intento unir sus labios al mayor, sin que estos fueran rechazados. En eso estaban, un beso ardiente y hambriento, que termino con un doloroso gemido, cuando Itachi embistió raudo, y sin preparación, la entrada virgen del menor de los Uchiha.

Al principio peleo un poco, pero sus “ruegos”, fueron ignorados, al final decidió dejarse hacer por esas embestidas brutales y poco amorosas. Se escudó pensando “Itachi es así, es su forma de decir que también me quiere”.

-¡Ja! –Si se tuviera ahora mismo en frente, seguro se daría un certero puñetazo, por imbécil, claro está. Itachi, que no tocaba a Deidara ni con el pétalo de una rosa, había sido una bestia en la primera vez que se acostó con su hermano. Idiota él, por creer que esa era su forma de expresar sus sentimientos, al contrario, aquella solo era la manera que encontraba de desfogar sus más bajos instintos.

Sasuke termino la calada de su cigarrillo, recordando cómo se había marchado esa noche. Se dio una ducha, para limpiar su ano cubierto de sangre y semen. Itachi durmió placenteramente aquella noche, y la mañana siguiente, hizo como si nada hubiese sucedido. Suspiro.

-Hubiese sido mejor que lo dejara todo en aquel entonces. –Pero no, a pesar de ser un “adulto”, aún tenía esa manía infantil de adorar a su hermano, y no  permitió que su “amor”, muriese tras aquel acto brutal y desconsiderado.

Había sido un idiota, quizás aun lo era.

Tiro la colilla, desconsideradamente, por la ventana, luego avanzo a paso lento y tortuoso de vuelta a su sofá. Con un suspiro se dejó caer en el cuero, quien le recibió frio, y hasta incómodo.

¿Por qué le había hecho tal confesión a Naruto? ¿Cuál era su afán de destruir las cosas, cuando iba “viento en popa”?

Se lamentaba por los errores de su ayer, y deseaba ser escuchado. Esa era la verdad. La verdad de todo, es que Itachi aun pesaba en su cabeza, como un fantasma difícil de exorcizar, como diez bloques de cemento, que estaba cansado de cargar solo, sobre sus hombros. Quería decirlo, ansiaba soltar su verdad y sentirse comprendido, pero eso era algo muy difícil de pedir, para alguien que ha cometido uno de los más grandes tabús.

Antes no era tan pesado, antes no comprendía la realidad del amor, pero Naruto había llegado a su vida, y desde que ese rubio irrumpió su conciencia, no solo había vivido los dias más felices de su existencia, también había comprobado lo triste que era cargar solo con aquella realidad. Le dolía ver a Deidara, ver esos ojos azules y llenos de ilusión, mirarle con cariño y ternura, cuando él, no había hecho más que engañarle todo ese tiempo, también le dolía ver a su hermano, un ser que nunca había ido de frente, que siempre fue un cobarde, tejiendo una red de mentiras despreciable a su alrededor. Le dolía ver como Itachi disfrutaba de la felicidad dentro de su burbuja de mentiras, mientras él se hundía entre los pesares de su consciencia.

Por eso había hablado con Naruto, porque quería ser oído, pero también quería librarse de toda culpa, y conquistarlo, ese era su deseo, amar a Naruto sin mentiras, ni engaños, amar a Naruto, como nunca había amado a nadie.

Sonrió con amargura y acerco la botella una vez más, le dio un sorbo largo, que quemo hasta sus entrañas, se dejó estremecer por la sensación del alcohol, y empino la botella para dar otro sorbo.

Se embriagaría, y lloraría cuanto tuviese que llorar aquella seria su noche. Su noche para despedirse de aquel pasado, y despedirse también que de aquel romance infructuoso. Esta vez comenzaría de verdad, después de esa noche, conquistaría a Naruto, como nunca antes lo había hecho con nadie. Sin engaños, sin mentiras, sin Itachi en medio de sus sentimientos.

Bebió tanto como su hígado aguantase, y lloro todo lo que no había llorado antes, fumo dos cajetillas completas, y prometió también, dejar ese mal hábito que tenía por fumar. Aclaro cuando Sasuke ya perdía la conciencia, y la última botella vacía pendía de sus manos. Solo se dejó llevar, cuando despertara sería un hombre nuevo, con una resaca del demonio.

Por primera vez en mucho tiempo, sus sueños no le llevaron a pesadillas pasadas, donde el único dueño de su cama era el Uchiha mayor. Descanso pacíficamente, cómodo, hasta que el timbre de su interlocutor le despertara de forma estrepitosa.

Camino a tropezones, mas por inercia, que por razón. Y abrió la puerta sin preguntar quién. Solo el puñetazo certero estampado en su rostro logro devolverle,  a medias, a la realidad.

-¡¿Qué tan imbécil puedes ser?! –El grito irrumpió sus oídos. Ayudado por la resaca, le provoco un asqueroso dolor de cabeza.

Sus ojos brunos se levantaron, para observar a quien, hace segundos, le había agredido. Su mente tardo lo que tarda una patada en llegar a su estómago, y luego de eso pudo unir los cabos sueltos, entre lo que había  hecho el día anterior, y la presencia de su hermano aquella tarde.

-Naruto. –Susurro para sí mismo. En parte, también estaba preparado para esa paliza. Solo deseo no haberla recibido tan pronto, el alcohol aun hacia estragos en su cuerpo, y vaya que le era  difícil defenderse.

Escupió un poco de sangre que se acumulaba en su boca por el labio roto, y observo a su hermano altivo y orgulloso. Para ese momento, Itachi ya había repartido una buena tanda de golpes. Se dejó hacer como saco de boxeo, y esperaba que su hermano ya hubiese descargado la rabia que traía de camino. Ahora era momento de hablar.

-Soy mejor que tú. –Rio el Uchiha menor, hirviendo la sangre de su hermano.

-Un hijo de puta que no puede guardar un secreto. Me sorprende que te creas mejor. –Gruño el mayor enrabiado.

-Te recuerdo que eres hijo de la misma madre. –Soltó el menor, acomodándose un poco sobre el suelo. –Guardar secretos si puedo, pero mentirle a la persona que amo, eso sí que no. ¿Ya vez? Soy mejor que tú. Imbécil hipócrita. –Encaro, aunque solo gano una patada más por su atrevimiento.

-No puedo creer que le dijeras a Naruto. ¡Teníamos un maldito trato! –Exclamo.

-Yo no puedo creer que ames a Deidara, y puedas seguir callándote lo que hubo entre nosotros, presentándome sonriente como tu hermano pequeño, eligiéndome como tu padrino de bodas. ¡NO PUEDO! –Grito de pronto. –Destruiste la mitad de mi vida, y te burlaste de todos mis sentimientos... –

-¿Es una venganza entonces? –Interrumpió el mayor.

-¡No! –Exclamo pronto Sasuke. –Si fuera una venganza te hubiera humillado en tu matrimonio, hubiera destrozado tu relación con Deidara, tan pronto lo viera de frente. Pero esto no se trata de una venganza. Se trata de que amo a Naruto, y no quiero seguir cargando con estas mentiras. –confeso.

-Destruiste mi matrimonio. –Reclamo Itachi.

-Eso es mentira. Conozco a Naruto, sé que parece impulsivo, pero es mucho más prudente que todos nosotros, sé que él no destruirá la felicidad de su amigo, sé que te dará una oportunidad para demostrar que vales la pena. –Y acertó justo en el blanco. –Si alguien destruye este matrimonio, serás solo tú, Itachi.

Los ojos del mayor se apagaron de pronto. Soltó una patada desganada al costado de su hermano, y se marchó sin mediar una sola palabra más.

Guardaba ese secreto porque amaba a Deidara, porque quería protegerlo, porque en la vida de aquel hermoso rubio, Itachi no quería causar otra cosa que no fuera felicidad. Así había sido desde el momento en que noto que le amaba, y por ello se había esmerado tanto en tejer todas esas mentiras que tan felices les hacía. Pero ahora se hallaba contra un muro, y su única preocupación, era perder al amor de su vida.

Dos formas diferentes de amar, una para cada hermano. Ambas igual de inciertas…

“¿Una mentira que te haga feliz, o una verdad que te amargue la vida?” 

Notas finales:

Bueno, eso fue todo. Ya conocimos un poco mas de lo que pasa por la mente de Sasuke. queria mostrarlo derrotado en parte, pero es Uchiha, asi que no se puede rendir tan facilmente, como ustdes leyeron. Sasuke pretende conquistar a Naru como corresponde :D 

Espero que les gustara mucho. Si me aman, y quieren verme pronto por aqui, dejenme un jugoso comentario, es gratis, aqui en la cajita de abajo. Sus animos, y saluditos, siempre me hacen muy feliz :)

Eso fue todo. creo... Sip, ya me voy.

Nos leemos pronto :3


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