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Dios maldiga a los rubios por niky-cham

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Notas del capitulo:

Hola amorres, espero que no les moleste que venga rapidito, pero debo seguir estudiando para mi examen de mañana, y ducharme y dormir :C Lo se, estoy retrasada con mi lista de tareas. Pero cumpli con la actu :D

Espero que este capitulo les encante, me tarde mucho en subirlo, debido a la universidad, ustedes ya lo saben, cuando las cosas se ponen dificiles debo ver por mis prioridades y lamentablemente esto solo es un pasatiempo u.u

Muchas gracias por sus comentarios, los he contestado todos, toditos esta vez, asi que revisen sus respuestas :)

Bueno, llevaba mucho sin escribir, y temia haber perdido el hilo de la historia, pero siento que volvi en gloria y majestad. A mi, por  lo menos me ha gustado mucho este capitulo :)

Capítulo 19: Esos ojos azules, esa cascada dorada.

La luz se coló entre sus cortinas, saludaron los cálidos rayos de sol sobre su rostro, anunciaron el nuevo día que recién comenzaba. Pero Sasuke solo pudo girarse desganado, se arrebujo en las mantas y cubrió hasta por sobre su cabeza. Era lunes, y por primera vez en mucho tiempo, faltaría al trabajo.

Haberle contado la verdad a Naruto aun pesaba en su cabeza, aunque este era un peso bastante confuso, por un lado se sentía liberado de haber dicho a una persona su escabrosa verdad, y por otro lado se sentía terrible al saber que había roto la promesa que el mismo había aceptado. Traiciono a su hermano, y no había forma de negar que aquello dolía. Casi tanto como los golpes que el mismo Itachi le había propinado.

-Estabas preparado para esto. –Gruño bajo las sabanas.

Su boca a un sabia metálica, tenía el ojo izquierdo palpitante, y un dolor incomodo en el centro de su abdomen, por si aquello fuera poco, la resaca aun no le dejaba del todo, conservo su dolor de cabeza, y el poco apetito, sin contar el desgano, cosa poco usual en el proactivo Uchiha.

Se giró sobre su cuerpo, incomodo de no poder conciliar el sueño, en parte por su consciencia, pero en parte también por lo incomodo que era tener el cuerpo lleno de hematomas, no había un solo centímetro que no doliera al apoyarse contra el colchón.

Desganado saco su cuerpo de la cama, corrió las cortinas, hasta dejar su habitación casi en penumbras, y regreso con sus ojos medio cerrados, hasta el colchón. Soltó un suspiro observando la pobre oscuridad, y poco a poco evoco esos claros y vibrantes zafiros.

-Bonitos. –Menciono para sí  mismo con una boba sonrisa.

Los ojos de Naruto, le sumían en calma, limpiaban el dolor, barrían el sufrimiento. Su cuerpo se sumergía cálidamente en esos lagos azul-celestes, brillantes y llenos de ilusión. Naruto no era tonto, pero aún conservaba su inocencia, Sasuke podía verlo cada vez que cruzaba sus profundos orbes color ónix, con aquellos cielos despejados. Son bonitos, sí, mucho más que los de Deidara, el azul de su cuñado en uno apagado, sutil, pero a la vez aburrido, el de Naruto no, los ojos de Naruto tienen una llama interesante, una invitación a fundirte en ellos y no dejarlos nunca.

Y ese revoltoso cabello dorado, extravagante. Los donceles, acostumbran, en su mayoría a llevar el cabello bajo los hombros, no es una regla estética, pero debido a su similitud con los hombres, el cabello largo les hace útil la seducción y aporta un punto en su apariencia andrógina. Naruto por supuesto no requiere de esos estereotipos, el lleva su cabello corto y revuelto, finas hebras color oro  que no envidian en lo más mínimo aquella larga cascada que lleva su cuñado. Una vez más, Deidara es pulcro y recadado, con sus largas hebras doradas, lacias y unidas en una coleta alta. Naruto, nuevamente no, él lleva su cabello como le place, corto y despeinado, pero enmarcando su rosto a la perfección, e invitando a Sasuke en enredar sus delgado dedos en maravillosos bucles.

-Tan bonito. –Volvió a repetirse en un enamorado suspiro. Amaba a Naruto, le amaba con una intensidad desconocida y embriagadora.

Sus ojos se perdieron en el recuerdo de aquella cita, Naruto con el mar de fondo, la luz del sol, sobre sus dorados cabellos, y el cielo despejado en sus cálidos ojos. Apoyo su cabeza en la almohada, y se dejó llevar una vez más, oyendo las olas reventar contra las rocas, la risa de Naruto al fondo, y la suya propia acompañándole. Aquello fue suficiente para hacerle conciliar el sueño una vez más.

El doncel de sus fantasías, por otro lado, se había presentado responsablemente aquella mañana en su oficina. La noche anterior le torturo con sus propios pensamientos, lo había planeado todo, desde como saludaría a Sasuke, hasta la madura conversación que sostendría con él al finalizar la tarde. Pero nada de eso podría ocurrir, si aquel, quien era su jefe, no se presentaba en esa mañana.

Ya pasaban de las doce, y Sasuke definitivamente no se había dignado a llegar, contrario a eso, unas horas antes, Itachi se había paseado por el edificio, tenía un humor de perros, y se estaba encargando de todas las emergencias en el trabajo, incluso le había dado unas órdenes que cumplir. Naruto, a mala gana, pero responsable con su deber, había cumplido con todo.

Dieron las seis de la tarde, y nada, el Uchiha menor no había asomado ni su nariz por la oficina, aunque aquello no era todo lo que le preocupaba, la presencia de Itachi ese día también le había alterado, sobre todo, que el Uchiha mayor llevara un humor casi irascible.

-No planeo postergar más mi conversación. Hablare con el cobarde de Sasuke lo quiera o no. –Expreso como excusa, una vez parado frente al imponente edificio. Quería convencerse así mismo, que estaba allí por demostrarle al Uchiha, que él era mucho más maduro, y por supuesto, su presencia en ese pent-house, no tenía nada que ver con ningún tipo de preocupación.

El conserje, quien ya le había visto pasar por allí varias veces, le dejo pasar sin inconvenientes. Naruto tomo el ascensor, marcando el piso de siempre, y se plantó frente a la puerta de Sasuke con toda decisión. Marco el intercomunicador, pero luego se alejó de la cámara, para que Sasuke no le viera al otro lado, esperaba que el Uchiha abierta la puerta, aun sin saber quién era su visita. Y resulto.

El timbre había sonado unas dos veces antes, a la tercera, Sasuke decidió que era una persona lo suficientemente insistente como para desgastar el botón de tanto márcalo. Se levantó de la cama desganado, y no hizo esfuerzo en buscar sus pantuflas, solo arrastro los pies descalzos y abrió la puerta con los ojos apenas abiertos.

-¿Qué quiere? –Pregunto seco, acomodando su vista a la luz del pasillo, cosa que escaseaba dentro de la casa, sobre todo en su habitación.

-Hablar contigo, Uchiha-cobarde. –Aquella voz fue suficiente para espantarle el sueño, levanto su mirada sorprendido, y allí se encontró con el Uzumaki. Por un segundo pensó en pellizcarse las mejillas, quizás ese, era solo uno de los tantos sueños que había tenido con Naruto en ese día. Pero no, ese rubio era mucho más real que cualquiera de sus ilusiones.

Sasuke levanto un poco más el rostro y dio un paso al frente para comprobar lo visto por sus cansados orbes. Era cierto, ese era Naruto, su Naruto.

El rubio, quien no le había visto bien, sino hasta ese momento. Dio un respingo alterado, primero fue la preocupación, y luego una ira que bullía desde su estómago, quería encontrar a quien le hubiese hecho eso a Sasuke y hacerlo pagar.

-¡¿Qué te paso?! –Exclamo alterado, dando unos pasos al frente, haciendo retroceder a Sasuke. Ambos ingresaron en el hogar, y Naruto no tardo en iluminar la estancia.

Aun se encontraba allí, la poca evidencia de su antigua ebriedad, tirada sobre la alfombra la botella de vodka vacía.

-¿Te embriagaste? ¿Con quién te has agarrado a pelea? –Consulto el rubio, escaneando la escena.

Sasuke no dijo nada, solo disfruto perderse en esos orbes azules, especialmente cuando Naruto había acercado su rostro a él, para examinar su ojo, aquel que durante la mañana se había puesto morado.

El doncel desapareció de su vista, por un periodo de tiempo que le pareció casi milenario. Regreso luego con el botiquín entre las manos y sin cruzar palabra se dispuso a limpiar varias heridas.

-Esta se ha infectado. –Menciono al pasar el algodón empapado en alcohol, sobre una herida en su labio, había visto la costra por la tarde, cuando fue al baño, aquella cosa parecía estar acumulando algo de pus, y el paso del alcohol lo irritaba todo.

-¿A qué has venido? –Soltó el Uchiha por primera vez en la tarde. Naruto guardo silencio, en lo que cortaba un pequeño trozo de gaza y cubría con este la cortadura en su labio.

-¿Así es como me recibes? Vengo, te curo, a pesar de que aún estoy enojado contigo ¿Y no tienes nada más que decir? –Soltó el doncel, con tono extrañamente conciliador.

Sasuke sonrió un poco, y se dio el lujo de acariciar su mejilla, pero se sintió dolido al ver como Naruto huía de su roce.

-Quiero hablar contigo. –Soltó de pronto el Uzumaki. Por fin había acabado su trabajo, y cerro el botiquín, dando por finalizada, aquella sesión.

-¿Viniste para hablar conmigo? Pensé que habías dicho que desde ahora solo sería tu jefe, me tratarías con cordialidad. –Enfatizo el Uchiha sonriendo de soslayo.

-Vine para enfrentar al Uchiha-cobarde que no se presentó a trabajar hoy. –Externo molesto. –Se lo que dije, pero no soy ese tipo de persona. No puedo llegar y hacer como que siempre has sido mi jefe y nada mas ¿Estoy molesto sabes? Y después de quebrarme la cabeza pensando todo el fin de semana, lo único que quiero es decirte todo en la cara, en lugar de quedarme calladito como el empleado del mes. –Soltó largo y tendido sin hacer pausas, y sin esperar los comentarios del Uchiha.

Sasuke sonreía, le gustaba tener a Naruto en frente, le gustaba la descripción que el mismo rubio había hecho de su persona, también le gustaba esa confianza con la que hablaba el Uzumaki, pero sobre todo, le encantaba tenerle en su casa, en un día donde realmente pensó que no sería capaz de verlo.

-Adelante, soy todo oídos. –Soltó Sasuke con tranquilidad, recargándose un poco contra el sofá, su adolorido abdomen y espalda, aun clamaban un poco de descanso.

-Actué mal. –Admitió de pronto el rubio, sorprendiendo a Sasuke. –Lo que hiciste es imperdonable, no hay forma de que cambies eso, el daño no me lo provocaste a mí, pero si a uno de mis mejores amigos, y eso hace que me lo tome muy personal ¿Entiendes? –Consulto alzando la mirada. Sasuke asintió, aun cuando no sabía si Naruto esperaba realmente esa respuesta. –Sin embargo reconozco que actué mal. Te eche de mi casa como a un perro, no pensé en tus sentimientos, y en la forma en la que había sucedido todo, no te di oportunidad de nada. Aun no sé si soy capaz de darte alguna oportunidad, es muy difícil. –Suspiro. –He pensado mucho en esto, pero realmente no sé qué hacer. –

Sasuke le oía atentamente. Cuando vio a Naruto en la puerta de su casa, supuso que solo venia para reprocharle todo lo que no le había reprochado antes, se imaginó a su mismo recibiendo una sarta de insultos. Pensó que se había calmado un poco al verle todo golpeado, y por eso actuó tan pasivo. Sin embargo no se trataba de eso, una vez más Naruto le demostraba que es el doncel número uno en sorprender a la gente.

-Yo se lo dije a Itachi. Le dije que sabía todo, y también le dije que si no demostraba que valía la pena en lo que le queda de embarazo a Dei, yo mismo seré quien suelte todo, y probablemente destruya su matrimonio, y a su familia. No estoy preparado para eso. –Suspiro. –Ahora se cuán difícil fue para ti contarme toda la verdad. Habías hecho muchos esfuerzos en acercarnos, derrumbar eso en un santiamén debió ser muy duro. –

-Lo fue. –Reconoció el Uchiha. –Me he arrepentido un par de veces desde que lo hice –Sonrió derrotado. –Quizás si solo te hubiese dicho que te amaba, ahora estaríamos juntos –Idealizo, Naruto desvió la mirada un poco incómodo. –Pero eso solo me hubiese convertido en una persona igual a mi hermano. –

-¡Itachi es un cretino! –Interrumpió el doncel. Sasuke soltó una carcajada baja y desganada.

-Yo no hubiese sido mejor. –

-¿Él te golpeo? –Pregunto de pronto Naruto desviando el tema. Sasuke suspiro, dándole claramente la razón a sus palabras.

-Digamos que me lo esperaba. Esperaba que tú le dijeras algo a Itachi, y también esperaba que el me reclamara algo, esto es solo parte de romper mi trato. –Se encogió de hombros. –Tú lo dijiste, no eres de las personas que se queda en silencio, esperando que las cosas sucedan, de la misma forma mi hermano no es el tipo de gente que espera a calmarse y tener una conversación racional. –Externo el Uchiha. –Me esperaba ambas cosas.

-¿Aun lo defiendes? –Pregunto Naruto, rozando la indignación.

-Para nada. Tú lo dijiste, es un completo cretino. –Negó con la cabeza. –Pero es mi hermano, me cuesta muchísimo odiarlo. –

-No entiendo eso de las relaciones familiares. Con todo lo que te ha hecho deberías estar asándolo en una parrilla, cortado en trocitos muy pequeños y listo para dárselo a los perros. –Ejemplifico el rubio. Sasuke solo volvió a reír.

-Tonto. Si Deidara te hiciera todo lo que me ha hecho Itachi, ¿Desearías picarlo en trocitos, asarlo en una parrilla y dárselo a los perros? –Pregunto suave. Naruto pareció  pensárselo un poco, al final negó con la cabeza.

-No lo haría, pero supongo que dejaría de ser su amigo. –Soltó desganado.

-Eso es difícil. Supongo que no puedo dejar de ser su hermano. –Negó con la cabeza. Naruto asintió. – ¿Entonces, tú y yo, como quedamos? –Se atrevió a preguntar después de un rato.

Naruto alzo la vista, cruzando sus zafiros, con los orbes ónix del Uchiha. Fue difícil hallar una respuesta a aquella pregunta. Finalmente alzo los hombros y negó lentamente.

-No puede ser lo mismo. –Soltó dolido. –No puede.

-Me lo suponía. –Ambos compartieron un nudo doloroso y angustiante en sus gargantas, evitaron hablar, pues no querían admitir que su voz estaba por quebrarse, y el silencio se extendió por varios minutos.

Es difícil amar y no poder perdonar, ni a ti mismo, ni a quien amas, solo el tiempo puede hacer milagros, borrar los resentimientos, y las culpas, limpiar el alma de dolor, y cubrirlo con esperanza de nuevas oportunidades.

-¿Te alejaras? –Consulto el Uchiha temiendo lo peor. Había prometido luchar por Naruto, pero si su presencia significaba dolor para el rubio, entonces ya no había mas por hacer, se alejara, aun cuando su alma clamara por volver junto al rubio.

-No lo sé. –Admitió el rubio negando con su cabeza. –Necesito tiempo. –

-Nadie nos apura. ¿Cuánto tiempo nos llevó llegar a dónde estamos? –Dijo el Uchiha, intentando ser conciliador.

-Empezar de nuevo me parece demasiado doloroso. –Renegó Naruto.

-Esta vez hare las cosas bien. –Insistió Sasuke. Pero su terco rubio volvió a negar con la cabeza, y limpio algunas lágrimas que escaparon sin consentimiento de sus bellas cuencas.

-Basta Sasuke. No podemos reiniciar la partida. –Suspiro. –Por el momento quiero estar solo. Yo, ya te dije lo que debía. Lamento mucho como te trate la última vez, y espero que me perdones por eso. –

-No tengo nada que perdonar. –Interrumpió el Uchiha, intentado retener a Naruto, quien ya cogía sus cosas para marcharse. –No puedo creer que solo vinieras a decirme eso. –Se negó a aceptar. Naruto giro la vista y le encontró de frente.

¡Quería verlo, maldición! Esa era la verdad de su precia aquella tarde en ese departamento. Se había pasado el fin de semana pensando en Sasuke, y su cuerpo clamaba por ver una vez más al Uchiha, su corazón insistía en tenerle cerca, mientras que su mente le obligaba a sí mismo a demostrar que ya no sentía nada por Sasuke, pero se equivocó, porque su estómago estaba lleno de mariposas, tenía las piernas temblantes y el corazón desbocado, estaba enamorado del Uchiha, más de lo que nunca antes había estado enamorado, lo supo desde el momento en que le vio golpeado en el borde del umbral, y su instinto reacciono solo y sin barreras.

-Ya me voy. –Soltó con la voz rota, negándose aceptar la realidad. Si permanecía un segundo más en esa instancia, terminaría cediendo a las redes del Uchiha.

-Naruto, por favor. –Imploro Sasuke, negándose a dejarlo partir.

Pero ya era demasiado tarde, solo pudo observar la espalda de su amado perderse tras la puerta del ascensor, vio como Naruto temblaba y supo entonces que si había un infierno, seria repetir ese momento el resto de su vida.

El sufrimiento duele, pero el sufrimiento del ser amado quema como el infierno.

Notas finales:

Eso fue todo cariños mios. Espero que les haya gustado.

Comenten, es gratis, no toma mucho tiempo, y siempre me hace feliz :D

La propuesta de Sasuke sigue en pie, no se va a rendir, pero me ha gustado esto de mostrarlos juntos, decir que no es tan facil hacer que nada a sucedido, asi como ta,poco es facil agarrar los sentimientos y tirarlos al tacho de la basura :/ Espero que se haya comprendido.

Bueno, eso es todo por esta semana, la proxima actu espero que sea el dia sabado, tendre vacaciones por dos semanas, asi que vere que logro hacer con este tiempo libre :D

Nos leemos pronto~


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