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Dios maldiga a los rubios por niky-cham

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Notas del capitulo:

Holaaaa :D He regresado. Una vez mas, despues de lo esperado, pero con un capitulo que me quedo maravilloso. La verdad que esme costo escribirlo, porque no sabia muy bien lo que iba a hacer ahora, pero ya lo se ;) Y pienso que me ha quedado bien bueno :D

Una vez mas no respondi comentarios, pero tengo una razon, termine el capitulo recien, y aun tengo algunas cosas que hacer, unos favores que me pidio mi mamá, ya son las 12:26, medianoche, y si quiero dormir. Tenia que publicar ahora, porque el favor de mi mamá tampoco es muy rapido de hacer :/. Pero ustedes saben que yo aprecio muchom sus comentarios, gracias a todos <3

Y eso, a leer :D 

Capítulo 20: Bien hagámoslo.

Paso una semana más antes de que Sasuke volviera. Hizo  como había prometido, se tomó un tiempo para curar sus heridas, tanto físicas como emocionales, y regreso. Los resquicios de aquella golpiza ya eran pocos, pero algunos seguían visibles, cosa que sus trabajadores ignoraron, al igual que el extraño comportamientos entre los hermanos.

-Qué bueno que volviste. Tú hermano esta sin secretaria, y me estuvo usando a mí para los mandados, toda la semana. No tienes idea de lo insufrible que es Itachi para mí en estos momentos. –Comento Naruto, como bienvenida para su verdadero jefe. –Aquí está la correspondencia de la semana pasada, algunos documentos que debes firmar, y el último balance económico. –

-Gracias Naruto. De todos modos, no estás obligado a servirle a Itachi, yo te contrate, eres mi secretario, no le debes servicio a nadie más. –Aclaro el Uchiha. Naruto se encogió de hombros.

-Tu hermano también es jefe. Yo puedo ser muchas cosas, pero no soy un mal trabajador, y se dejar mis temas personales fuera del trabajo. Es insufrible, pero este es mi empleo, y debo cumplir. De todos modos, me quitas un peso de encima al volver. –Admitió el rubio. –Seguiré con unos informes que te traigo en breve. Y trata de terminar eso pronto, que algunos papeles te esperan desde la semana pasada. –

-A veces me pregunto, ¿Quién es el jefe aquí? –Suspiro el Uchiha, al tiempo que Naruto abandonaba la oficina.

Sus acercamientos comenzaron con tímidas invitaciones a tomar un café y comer galletas en su oficina, algo simple, y difícil de rechazar para el rubio, pero para Naruto, lo único difícil es lo imposible, y contra todo pronóstico, rechazo cada una de sus invitaciones, por más simple y estúpida que fuera.

Las semanas iban pasando y él seguía sin avanzar nada. A veces se preguntaba si debía ser más arriesgado, pero luego se encontraba con la idea de Naruto mandándolo a diablo una y otra vez, al final solo terminaba deprimiéndose, y quebrando su cabeza en busca de nuevas formas para conquistar a su rubio amor.

-El señor Uchiha está aquí. –Anuncio el rubio desde el umbral de la puerta, que segundos después, dio paso a la figura de su hermano mayor.

Las cosas con Itachi tampoco habían sido fáciles. Para empezar su hermano le había dejado claro que no quería sabes nada de él, a pesar de que Sasuke había puesto todo de su parte por hablar las cosas con raciocinio y madurez, pero nada, su hermano le había enviado al diablo de todas las formas posibles. Al final, termino por rendirse con él.

-Tenemos que discutir el asunto del nuevo proyecto. –Soltó el Uchiha mayor sin pizca de fraternidad. – Me imagino que ya viste las bases. –

-Si las vi. –Admitió Sasuke con el mismo tono. –Para mí están bien, no tengo cambios que realizar. –

-Que poco profesional. –Ataco el Uchiha mayor.

-¿Tú tienes alguna idea acaso? –Sasuke levanto una de sus cejas. –Claro, te has tomado unas largas vacaciones, dejándome aquí con todo el trabajo y sin secretaria. Me imagino que has regresado renovado, lleno de buenas ideas. –Ironizo el menor.

-¿Por qué te quejas tanto? ¿No estuvo la putita rubia ayudándote durante toda mi ausencia? –

-No metas a Naruto en esto. –Gruño Sasuke.

-Has sido tú quien metió al rubio en “nuestros” asuntos. –Destaco el mayor. –Y tú el imbécil estúpido cayó cuando la zorrita esta le movió el culo. ¿Cuántas veces se acostó contigo para sacarte toda la verdad? ¡Si hasta se olvidó de Deidara para andar encamándose contigo! Y ahora se hace el buen amigo. Nunca se ha interesado por mi esposo, es Dei quien le anda persiguiendo siempre. –Callo.

Sasuke fue mucho más rápido de lo esperado, estampo su puño con fuerza y potencia. Itachi giro su rostro, pero fue demasiado tarde para detener el impacto, y el puño se estrelló en toda su quijada.

-Infeliz. –Gruño con sus ojos furiosos.

-Ya te he aguantado suficiente Itachi. Si tu problema es conmigo, deja de meter a Naruto en todos nuestros asuntos. –Advirtió una vez más. –Si él no toma en cuenta a tu marido, seguro es porque el muy pesado siempre anda atrás de todo, es un maldito controlador. –Contraataco Sasuke.

-¿Qué dijiste? –

-Lo que escuchaste. Tu esposo es un puto desagradable. –No era así, realmente no pensaba eso de Deidara, pero esa discusión se les estaba saliendo de las manos.

Justamente, esa frase fue lo que hacía falta para molerse a golpes, o al menos eso pretendían, hasta que el escandalo obligo a Naruto a meter sus narices en la riña.

-¡Basta ustedes dos! –Exclamo el rubio, cuando un par de puños estaban a punto de estamparse. Y aunque el grito había sido lo suficientemente alto como para alertar al par de Uchihas, nada les detuvo del inminente enfrentamiento.

Sasuke golpeo a Itachi una vez más en la mandíbula, en tanto el mayor estampaba su puño en el estómago del otro pelinegro. Sasuke quedo sin aire, dándole a Itachi una segunda oportunidad de atacar. Pero esta vez Naruto fue mucho más rápido agarro la muñeca del Uchiha mayor, y observo a este con toda la rabia que podían expresar sus ojos azules.

-¡Suéltame imbécil! –Arranco su brazo de un solo empujón, que lanzo a Naruto con fuerza contra el escritorio.

Naruto tenía carácter, quizás demasiado para caber en ese pequeño y frágil cuerpecito, pues realmente el doncel carecía de altura, y tenía una figura pequeña. Aquel empujón había terminado por estampar su cuerpo sobre la dura superficie de madera. Se golpeó la espalda y cabeza, logrando quedar un poco desorientado.

Sasuke vio todo en cámara lenta, y apenas la escena termino, se giró furioso a enfrentar a su hermano. Elevo el puño con tanta rabia, que seguro se haber golpeado a Itachi le habría volado un diente o dos, pero fue incapaz de hacerlo.

-¡No lo hagas! –Exclamo Naruto, deteniendo a Sasuke. –Ustedes dos dejen de pelear. –

La oficina queda en silencio por breves segundos, todo se detuvo en tanto Naruto intentaba incorporarse. Sasuke observo al rubio y a su hermano alternadamente, las cosas parecían haberse calmado al fin.

-Vete. Si de verdad tienes alguna idea para el proyecto, envíamela por correo. Ahora sal de aquí. –Dicto Sasuke con voz firme.

Itachi estaba dispuesto a replicar, pero de verdad la discusión se les taba saliendo de las manos. Y si volvía a dañar a Naruto sería el mismo Deidara quien le mandara al diablo, con o sin “verdad”. Abandono la oficina sin cruzar palabra.

-¿Estas bien? –Estiro su mano hacia Naruto, el rubio tomo de ella y se animó a incorporarse una vez más, esta sin fallos.

-Todo bien, solo me tomo por sorpresa –Respondió, haciendo un breve chequeo de sus daños, al parecer todo estaba en orden. –Tu hermano es un imbécil. –Añadió molesto, observando la puerta por la cual había pasado el Uchiha mayor.

-Sigue molesto, estoy tratando de comprender eso. –Naruto bufo. –Pero ya se está pasando. De todos modos, Itachi siempre ha sido un idiota resentido, es probable que esto le dure un buen rato.

-Espero que se le pase antes de que nazca el bebé. Yo no le voy a esperar para siempre, su berrinche debe acabar, pero ya. –Especifico el rubio.

-¿De verdad vas a contarle a Deidara? –

-¿Tienes alguna objeción “señor amante incestuoso”? –Consulto el rubio levantando una de sus cejas con molestia palpable. Sasuke suspiro.

-Ninguna, solo me preocupa toda esta situación. –Se encogió de hombros.

-Deberías haberlo pensado antes. –Recrimino. –Bueno, ya es hora de retirarme. Para la próxima sean un poco más profesionales y dejen sus peleas fuera de este lugar. –Advirtió Naruto sin más, saliendo de la oficina sin dejar que Sasuke le tocara un cabello.

Realmente, todo era muy difícil.

Otra semana más se marchó, sin avances ni cambios. Al menos la relación con su hermano se volvió un poco más cordial tras esa pelea, no se llevaban bien, pero como el mismo Naruto le había dicho, aprendieron a dejar sus riñas fuera del trabajo.

-Ya me voy. –Anuncio Naruto tras la puerta, sin esperar respuesta de Sasuke. El moreno suspiro, ese sería otro fin de semana sin su rubio, otro fin de semana pensando en que hacer para ganárselo de nuevo.

En tanto el fuerte y duro de Naruto, buscaba un escape en los brazos de su amigo. No, no Deidara, Gaara.

-¡Que suerte la mía, aceptaste al fin una de mis invitaciones! Espero que no me vayas a dejar botado como la vez anterior, mira que quede solo con la parejita melosa en pleno almuerzo. –Recrimino su pelirrojo amigo, apenas al verle.

-No Gaara, no te voy a dejar votado esta vez. Aunque espero que tu no invites tampoco a personas indeseadas. –Ataco el rubio, sentándose frente a su amigo.

Acababa de salir del trabajo, se suponía que tenía instituto, pero Gaara le había llamado de pronto, diciendo que estaba cerca de su oficina y que era un buen momento para tomarse un café y charlar un poco. Como siempre Naruto se iba a negar, pero después de mucho pensar una buena excusa, descubrió que realmente necesitaba un respiro de todo.

-No invite a nadie más que a ti. –Aseguro el pelirrojo. – ¿Qué, estas peleado con Dei, o algo así? –Consulto luego. Cosa que –Naruto negó.

-No es eso, pero su marido no es del todo mi agrado, y además, tú sabes cómo es Dei conmigo, no podría ni pedir galletas. –Soltó, al tiempo que observaba el mostrador lleno de dulces. Gaara sonrió.

-Solo cuida de ti. –

-Hemos tenido esta conversación mil veces. Contigo y con Deidara. Me hace sentir como si toda mi vida diera vueltas en torno a la diabetes. –

-¡No hablemos de eso entonces! –Exclamo el pelirrojo. –Mejor me cuentas porque traes esta cara de amargado. Créeme, tienes peor expresión que la mayoría del tiempo. –Soltó su animado amigo. Y pensar  que antes Gaara era aún más amargado que él. Al menos a alguien si le iba bien en el amor dentro de sus amistades.

Se sintió tentado a contarle, quería sacarse un peso de encima, lidiar con aquello solo estaba volviéndose demasiado para él, pero tenía miedo, haberse visto metido en todo ese embrollo le estaba costando caro, no quería incluir a Gaara en ese infierno.

-Me gusta Sasuke y las cosas no van como yo quisiera. –Casi vio el café en su rostro, cuando Gaara comenzó a ahogarse, amenazando con escupirle, gracias a Dios solo termino tosiendo.

-¿Naruto Uzumaki deprimido por un hombre? –Pregunto incrédulo. –O sea, si sabía que había algo entre el morenito y tú, de hecho pensé que les estaba saliendo todo bastante bien. –Comento, en alusión a sus apasionados besos el día de la boda. – ¿Qué se arruino? –

-Sasuke me conto algunas cosas. El… –Pauso por un momento, pensando muy bien sus palabras. –Fue infiel con su ex, y su ex es una conocida mía, así que sentí mucha lastima por ella, y también me moleste mucho con Sasuke. –Externo, esperando haber construido una buena mentira.

-¡Pero que bobada Naruto! ¡Eso no tiene nada que ver contigo! –Exclamo el pelirrojo. –Aunque si es un imbécil infiel. –Soltó luego. –Bueno, al menos el imbécil se veía muy prendidito de ti. –Bebió otro sorbo. –De todos modos, olvídate de eso, no tiene nada que ver contigo. ¿Es pasado no? –Naruto asintió. – ¡¿Ves?! Decidido, anda y juégatela por el hombre, su pasado ya no importa. –

Naruto sintió que ese era el peor consejo que le podrían dar, y a la vez, el más acertado. “¿Qué hubiese dicho Gaara si supiera que dicho “ex”, en realidad era el hipócrita de Itachi?”

-Bueno, ya no hablemos de eso ¿Tú no tienes nada que contarme? –

Pudo haber sido solo Naruto, quien buscara distracción y consejo en alguno de sus amigos, pero no. Esa Noche Sasuke se animó a dejar de culparse al menos un día. Esperaba al menos, no cagarla.

-Sí, hola ¿Tienes un momento esta noche? –Pregunto a través del teléfono. –No, no, reunámonos en el centro y vayamos por unos tragos. –Explico, esperado que su interlocutor aceptara, cosa que ocurrió.

Y allí estaba, horas después, y medio-arrepentido de todo. La pelirroja con un insinuante vestido, movía sus labios coqueta bebiendo su fragante Martini.

-Sasuke, que cara te traes, estoy segura de que yo podría mejorarte el humor. –Comento guiñando un ojo.

-Basta Karin, sabes que no es eso lo que quiero. –Suspiro.

-Tienes mal de amores, y quieres que tu “amiga” te acompañe para no emborracharte solo. ¡Mira que no voy a cargarte a tu habitación, si no es para tener sexo! Así que más te vale no beber demasiado. –Amenazo la pelirroja.

Si, Karin era su amiga con derechos, pero no siempre había sido así. La mujer era una profesional de primera, y en sus tiempos de estudios, había sido su mano derecha y acompañante. Karin podía tener una afición por su cuerpo, eso era seguro, pero también conocía los límites del Uchiha mejor que nadie.

-¡Ya, ya! Deja esa amargura, dime que ha pasado, mejor será. –Comento, cambiando su tono de voz y postura.

-Tengo mal de amores, tú lo has dicho. –Admitió, provocando que la pelirroja ladera el rostro en una expresión de: “¡No me digas!” – ¡Bien! –Exclamo Sasuke, captando el mensaje. –Me estaba saliendo todo de maravillas con una persona, hasta que decidí cagarla, y me ha enviado al diablo, ahora tengo que recuperar su confianza, pero el muy terco no me deja ni acercar. –Soltó el pelinegro de golpe, para luego dar un largo trago.

-Para tu tren Uchiha, ya dije que no voy a cargarte. –Soltó Karin agarrándole el vaso. –No  puedo creerlo, el gran Sasuke enamorado de alguien. Pago por ver el berrinche de Sakura cuando se entere. –Comento divertida, pues si, la ojiverde era su peor enemiga. –Mi amigo, la solución es muy fácil. –Soltó después de un rato.

-¿A ver, y cuál es? –Externo el Uchiha.

-Úsame a mí. Dale un poco de celos a ese enamoradito tuyo, seguro cuando vea que ya no te tiene comiendo de su mano va a volver rapidito, rapidito. Yo te ayudo con esto. –Soltó. –Y tú me das la oportunidad de conquistarte. Si no me resulta, te envió, sin quejas a los brazos del afortunado ¿Qué dices? –

-No se Karin, me parece una pésima idea. –Soltó poco convencido.

-¡Vamos Sasuke, nadie pierde aquí! –Insistió la pelirroja.

Quizás fue el alcohol, quizás su desesperación…

-Bien, hagámoslo. -

Notas finales:

Bueno :) Aqui nuestros protagonistas buscando ayuda en sus pelirrojos amigos. ¿Que opinan de todo esto? A mi me ha encantado, porque aunque no lo crean es una muy buena idea :D Les aseguro que lo llevare bien ;)

Por otro lado, el imbecil de Itachi no ha mejorado mucho :S Ñeee, ya vere que hago con ellos.

Espero que les haya gustado. A mi me encanto.

¿Alguna queja, consejo, amenaza de muerte? La cajita de comentarios recibe todo tipo de opiniones, asi que dejenme alguito :D

Gracias por leer~

Nos leemos preciosuras :)


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