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Dios maldiga a los rubios por niky-cham

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Notas del capitulo:

Hulas :)

Ya he regresado. Ya les he dicho que guarden la calma. Las cosas estan dificiles en mi vida y me esta costando escribir, pero lo hago y no dejare de hacerlo :D O sea que no tengan miedo, porque no voy a abandonar la historia ;)

Muchas gracias a todos por sus comentarios. Me alegra que esten todos felices con esta reconciliacion. Se que algunos queria mas drama y peligro, pero consideren que como he planteado a Naruto y Sasuke, si las cosas se ponian mas graves, yo tendria el problema para saber como resolvia todo ese embrollo. De todos modos, para mis masoquistas amados, no se preocupen, drama va a haber si o si. Solo que un poquito mas adelante :3

Listo, es momento de leer el fic :D

Capítulo 22: Segunda cita.

Era la primera vez, en mucho tiempo, que cambiaba de parecer, pero no se arrepentía, dar su brazo a torcer fue una de  sus mejores decisiones.

Ese mismo día llego a su casa sonriendo como idiota. No había hablado mucho más con Sasuke, deseo haberlo hecho, pero sus estudios estaban presionando. En fin, su regreso a casa termino siendo miel sobre hojuelas, y solo se dedicó a disfrutarlo, aunque sabía que hablar con su pelinegro era un paso necesario para avanzar. Por eso se reunió con el ese mismo sábado.

Le estaba esperando. Naruto le había hablado temprano en la mañana, quería hablar con él. Ambos sabían que aquello era necesario.

Abrió la puerta, tras oír el intercomunicador. Y allí estaba, el rubio desquiciado que le traía vuelto loco.

Sasuke le observo de pies a cabeza, el blondo hizo lo mismo, y ninguno se atrevió a dar un paso al frente. Estaban avergonzado ¿Cómo saludarse? ¿Un beso? ¿Un apretón de manos?

-Ho-hola. –Naruto fue el primero en hablar. Y se sorprendió a si mismo con ese estúpido tartamudeo.

-¡Hola! –Demasiado fuerte. Carraspeo un poco, era un momento incómodo. Amplio el espacio de la puerta y observo a Naruto directamente. –Adelante. –Soltó con gesto sutil.

Nuevamente la situación era incomoda. Se sentían como un par de adolescentes, estúpidos y torpes, esos eran los efectos del amor, una estupidez incomprensible, pero a la vez dulce.

-¡Ah! Bien… ¿Tienes sed, quieres que te traiga algo? –El moreno espero que Naruto de verdad pidiera algo, así le daría tiempo para serenarse, y ordenar un poco la cabeza también. Sin embargo el rubio negó. –Tú querías hablar. –Suspiro el moreno, acompañado de un gesto para que Naruto diera pie a lo que fuera que tuviese por decir. Esperaba de todo corazón que no estuviera arrepentido de darle una nueva… ¿oportunidad?

-Tengo... –Soltó y se detuvo, viéndose obligado a tomar una gran bocanada de aire, contuvo la respiración un rato y luego soltó todo de golpe. Estaba nervioso, lo supo desde el momento en que puso sus pies dentro del ascensor, y sintió el galope apresurado de su corazón contra el pecho. –Tengo algunas dudas, inseguridades. Ayer solo nos besamos, yo me fui, porque tenía que hacer en el instituto, pero esto no ha dejado de darme vueltas y... –Callo.

-¿Qué sucede? –Externo el moreno con voz calma.

-¿Qué somos? –Soltó Naruto de pronto, sin introducción alguna.

Sasuke quedo de piedra por un segundo. No se había detenido a pensar en aquella pregunta, no es que tampoco le interesara colocar un título a su relación con Naruto, ellos dos tenían algo          que funcionaba. Hasta el momento eso era todo lo que le había interesado. Pero… ¿Qué tenía? o ¿Al menos que quería tener con Naruto?

-No sé –Confeso tras un largo suspiro. –Mentiría al decirte que había pensado en eso. Hasta el momento solo sé que me gustas mucho, y que no quiero otra  persona a mi lado si no eres tú. –Tuvo la confianza de levantarse y recorrer los cuatro pasos que separaban su asiento del de Naruto. Se hizo de un lugar a su lado, y sintió el corazón rebosante de felicidad cuando el rubio le recibió gustoso, entrelazando los dedos de ambos.

A Naru le había gustado oír eso. ¿Y a quién no? Si era una preciosa confesión de amor, marca Uchiha por supuesto.

-¿Tu sientes lo mismo por mí? –Sasuke no le observo de frente, temiendo encontrara en la mirada cristalina de Naruto, una duda, de la que él no quería saber.

-No estoy seguro. –Acepto el rubio torciendo sus labios. –Me gustas mucho, más de lo que cualquiera me ha gustado antes. Si no fuera así, créeme que ya te  hubiera mandado al diablo. Pero me gustas, y haber estado alejándote de mí todo este tiempo, solo me hizo notar lo mucho que me hacías falta. –

-Eres terco. –Interrumpió el moreno.

-Lo soy –Afirmo el rubio –Espero que también te guste eso de mí, porque me he bastante difícil de cambiar. –

-Me gusta, aunque a veces también me desespera. –Se encogió de hombros.

-En fin. Si sé que me gustas, eres divertido, pero también orgulloso y eso me agrada. Me gusta la idea de torcer ese orgullo –Sonrió Naruto. –También me hace muy feliz que respetes el tema de mi condición médica. La gente normalmente siente miedo, y me trata como si fuera hecho de cristal, sé que tienen buenas intenciones, pero no me permiten vivir y equivocarme de vez en cuando. Siento que eso es algo que no ha pasado contigo. Has actuado cuando ha sido necesario. –Sonrió un poco. El pobre Sasuke siempre terminaba acompañándole en el hospital. Quizás de verdad si actuaba un poco tarde.

-¿Eso quiere decir que me correspondes? –

-¿Por qué preguntas algo que ya sabes? –Se quejó el rubio.

-Quiero oírlo de tus labios. –Externo el moreno. No habría cosa que aumentara más su orgullo, que oír al mismísimo Uzumaki admitir sus sentimientos.

-Estúpido egocéntrico Uchiha. –Murmuro cruzándose de brazos. – ¡Si, ya! Correspondo tus sentimientos ¿Feliz? –

-Mucho. –Un beso rápido se instaló sobre sus labios. Sasuke le había tomado desde la nuca, para no dejarlo escapar, pero la verdad era que Naruto tampoco deseaba alejar ni un centímetro. Al contrario quería fundirse en esos labios, para así nunca abandonar aquella dulce calidez. –Deberíamos darnos una oportunidad. Nosotros dos, salir. Ya sabes. Estamos hechos el uno, para el otro. –Insto sonriente.

Las mejillas de Naruto florecieron de un rojo intenso y notorio. Sasuke no dijo nada, aunque tentado estuvo de hacer alguna broma, no quiso se quien rompiera aquel ambiente encantador.

-¿Qué dices? ¿Quieres salir conmigo? –Susurro en el oído contrario.

La piel del rubio se erizo ante el cosquilleo de aquel susurro. Sasuke le observo expectante. Ya conocía la respuesta, pero imaginarla no era ni un cuarto de lo que sería vivirla. Pretendía guardar ese momento en su memoria para siempre.

-Si quiero. Quiero darme una oportunidad contigo. ¡Pero sin planes de celos de promedio! ¡Ya oíste! Esa estúpida idea solo te dará resultado una vez en tu vida con el gran Naruto Uzumaki ¿Entendido? –

-Entendido. –

El resto solo fue mismos, caricias dulces, y una que otra broma de por medio. Naruto se marchó tarde. Procurando verse pronto en el trabajo, y aunque se habían prometido mantener su relación a raya, profesionalmente hablando. Llegado el lunes, las cosas se estaban volviendo difíciles.

Sasuke tenía la costumbre de caminar silencioso, y susurrarle cosas al oído, justo cuando veía a Naruto de lo más concentrado. El rubio por su parte era un poco más directo, llevaba la correspondencia hasta el escritorio de su jefe, y cobraba la propina en cálidos y ardientes besos, que se extendían desde un pequeño encuentro, hasta largos y tendidos.

Dos semanas transcurrieron en ese divertido juego de tira y afloja. Pero Sasuke estaba llegando a su límite. Verse solo en el trabajo no era su estilo. El quería estar con Naruto, y tenerlo solo para él.

-Te invito a una cita. –Soltó un día de pronto, apoyando los codos en el escritorio del rubio. Contemplando divertido, como a su pareja se le caía la mandíbula. –Este viernes, después del trabajo. Ya hice la reservación, por lo que no puedes decir que no. –Sonrió manipulador.

-¡Vaya invitación! Suena más a obligación. –Externo el rubio.

-Si quieres tomarlo así. –No se inmuto. –Sera sensacional, te aseguro que no vas a arrepentirte se cumplir con esta obligación. –Animo el azabache.

-Eso espero. –Amenazo el rubio.

-¡Palabra de Uchiha! –

Y no mentía. Un Uchiha hacia las cosas en grande, o no las hacía. Ese era el lema, y Sasuke no pretendía llevar la contra.

El día viernes llego tan rápido como era deseado. Trabajaban justo, por lo que pasaron todo el día viéndose, como empleado y empleador, por supuesto, roles que se invierno gratamente, cuando pasaron a ser varón y doncel.

Sasuke fue un verdadero caballero, al permitir que Naruto subiera a su auto sin tener la más mínima idea del destino. El blondo había insistido muchas veces en saber a dónde iban. Pero Sasuke se había negado a hablar.

Condujo por cerca de quince minutos, para finalmente introducirse en un estacionamiento subterráneo., encuadro su vehículo, y tan rápido como pudo se bajó del mismo, corriendo hasta el otro lado, solo para abrir la puerta de su doncel, como un completo caballero, aunque solo recibió un bufido en respuesta de parte del rubio, a quien le divertida ver lo estudio que actuaba.

Subieron a un ascensor, donde apenas al cruzar la puerta Sasuke cubrió los ojos de Naruto, sin permitirle ver si quiera el tablero de números o el piso al que iban.

Los nervios fueron creciendo a medida que el cubículo se acercaba a su destino. Naruto sintió las manos de Sasuke temblar levemente sobre sus ojos. EL moreno seguramente también estaba ansioso por conocer su reacción. El sonrió de las puertas abriéndose, dio aviso de que ya no faltaba más. Sasuke se dispuso a avanzar tan solo unos cinco pasos.

-¿Dónde estamos? –Susurro el rubio nervioso. Sentía la brisa en su rostro, pero había imaginado que la cena seria al interior. Y las cosas no terminaban de calzar en su cabeza.

-¿Por qué no me lo dices tú? –Sasuke descubrió los ojos del blondo. Tan solo se alejó unos pasos, para grabar en su mente la reacción del rubio.

Naruto simplemente había quedado estático, la impavidez logro durarle por lo menos diez segundos.

-¿Qué es esto? ¡Dios mío! ¿Qué es esto? –Exclamo extasiado. Sus manos temblaban entre nerviosismo y emoción. -¡Nunca había estado tan alto! –Observo a su alrededor y sintió de pronto como las piernas le fallaban. El vértigo subió como un cosquilleo incomodo desde sus pantorrillas, hasta adueñarse de su estómago.

Sasuke fue rápido, sostuvo a Naruto antes de que diera contra el piso. Estaba disfrutando aquello, Las reacciones de su rubio estaban siendo muchísimo más de lo esperado.

-¡Estás loco! –Exclamo el rubio elevando la vista.

-Pero te gusta. –Insto el moreno.

-Me encanta. –Estabilizo sus pies sobre el suelo, asegurándose de no caer por segunda vez. Levanto su vista, deleitándose con el extenso y maravilloso cielo cubierto de estrellas. –Nunca antes había estado tan cerca –Estiro su mano, simulando que en tan solo unos centímetros podría tocar alguno de esos astros luminosos.

Sasuke rodeo la cintura del menor con los brazos, y apoyo su barbilla en el hombro del rubio.

-Me alegra que te guste. –

Estaban en un rascacielos, de treinta o cuarenta pisos, era difícil descifrar, la terraza estaba libre. Solo para ellos, mientras que la ciudad saludaba a sus pies con las luces tintineantes y su gente en movimiento.

Sasuke no dijo nada, solo tomo la mano de Naruto y le guio hasta una mesa apartada. Era pequeña, cubierta con un mantel blanco, acompañado con diseños plateados, el vino estaba servido en dos elegantes copas de cristal.

-¿Me acompañas? –Consulto el moreno con tono caballeroso.

Naruto solo fue capaz de ofrecer una respuesta muda. Se dejó guiar hasta la mesa, aun inmerso en su estupor. Sasuke levanto dos cubiertas color plata, y el vapor caliente escapo de los, ya servidos, platos de pasta.

-¡Por Dios, Sasuke! ¿Cómo hiciste todo esto? –Exclamo Naruto, aun sin entrar en toda su sorpresa.

Sasuke sonrió orgulloso. Las cosas estaban saliendo como el quería. ¡Al fin estaban saliendo como el quería! Y no podía sentirse más gustoso.

-Eso no se pregunta. –Externo con tono misterioso, mientras su sonrisa burlona le decía a Naruto que si buscaba una respuesta, de él no la iba a obtener. Elevo su copa de vino, dejándola alzada justo frente a Naruto. –Salud. –Expuso el varón.

-¿Por qué? –

-Por nosotros. –Aquella frase solo consiguió teñirle las mejillas de rojo, Naruto levanto la copa, y un suave tintineo llego a sus oídos cuando el delicado cristal hizo su encuentro. Bebieron un sorbo cada uno, y luego Sasuke se dispuso a comer.

Los primeros bocados fueron silenciosos. Sasuke solo buscaba en Naruto esa mirada que tanto le gustaba. Los ojos tímidos del rubio le evitaban de vez en cuando. Se sentía avergonzado, y esa era una sensación bastante nueva, por lo general el rubio era carismático y muy confiado, pero por primera vez, sentía que alguien había derribado todas sus barreras. Ese “alguien”, era Sasuke Uchiha.

-Estás loco. –Soltó Naruto, en un intento por romper el silencio.

-De amor por ti. –Externo rápidamente el mayor. Disfruto al ver como el rubio bajaba el rostro, en un intento inútil por esconder su vergüenza.

-¿Te han dicho que eras un maldito cursi? –Soltó divertido y nervioso a la vez. Jamás espero una respuesta tan directa de parte del Uchiha.

-Nunca. –Respondió el moreno tranquilo. –Pero tampoco he sido con alguien, como lo estoy siendo contigo, ni he sentido por nadie, lo que siento por ti. Aunque supongo que las primeras veces, siempre son las mejores. –Admitió con tono serio.

Naruto calló, las palabras de Sasuke habían tocado cierta fibra en él, que no sabía que existía hasta ese momento. Sasuke solo sonrió un poco, antes de beber un sorbo de vino. Para ambos aquello era nuevo, todos esos sentimientos, esas ganas de estar con la otra persona. El mundo desaparecía si estaban junto, y aquello se sentía increíblemente bien.

No sintió cargo de consciencia por Deidara, ni recordó lo que había hecho Sasuke con Itachi. No le intereso que intentaran sacarle celos con una pelirroja operada, según él. Simplemente no hubo nada. Solo ellos dos en esa noche.

Terminada la cena, dejaron todo abandonado en esa terraza, y solo se llevaron el recuerdo.

Sasuke condujo hasta su apartamento, no pregunto nada, pero tampoco tuvo la necesidad, los ojos del rubio le habían dicho a gritos silenciosos, lo mucho que quería permanecer junto a él.

El camino en ascenso fue por lo menos acalorado. Sasuke había acorralado a Naruto en una esquina del cubículo. Sus labios habían buscado los tiernos del menor con timidez y dulzura, pero pronto lo habían reemplazado todo con pasión.

Se contuvieron hasta llegar al apartamento, pero una vez cerrada la puerta, dieron rienda suelta a sus deseos y necesidad. Sasuke guio a Naruto hasta el enorme sofá de su sala. Tendió al menor bajo su cuerpo, y contemplo los maravillosos cabellos rubios regados en la almohada.

-Me encantas. –Admitió el moreno, poco antes de atacar una vez más los labios contrarios.

Poco falto para que se deshicieran de todo lo que les cubría en su cuerpo superior. Dándose la oportunidad de conocerse por primera vez. Naruto había imaginado en Sasuke un cuerpo tonificado, no en exceso, pero tampoco le faltaba nada. Se había deleitado recorriendo con la yema de sus dedos el borde firme de sus oblicuos. Sasuke por su lado estaba cumpliendo todas sus fantasías, Naruto era tal como lo había imaginado pequeño, pero un doncel hecho a mano, tenía una cintura delgada, fácil de asir, botones rosados y tendedores, necesitaba probarlos y eso era justo lo que haría.

Descendió desde el cuello de Naruto, con besos delicados hasta llegar a su pecho. Delicadamente probo el fruto prohibido, y hasta el momento nada se había sentido como aquello. Sasuke no tenía dudas, su boca era hábil, y sabía perfectamente cómo usarla, hizo alarde de todos sus conocimientos, y Naruto lo noto.

EL rubio se removió inquieto por el tacto húmedo de la lengua contra sus pezones. Gimió suave, pero fue suficiente para darle ánimos a Sasuke.

EL juego siguió ese ritmo, entre caricias acaloradas y besos pasionales. Todo iba bien, hasta que Sasuke quiso pasar al siguiente nivel.

-¡No! –Exclamo Naruto erizado, cuando las manos hábiles de Sasuke, intentaron darle atención a su necesitado miembro.

-No te asustes todo estará bien. –

-No estoy listo. –Musito el rubio con tono avergonzado. Y aquello encendió todas las alarmas de Sasuke. Ahora que lo pensaba, Naruto probablemente nunca había hecho nada con nadie.

-Esperare a que estés listo ¿Esta bien? –Tranquilizo quitando los mechones rubios de su rostro. –No tengas miedo. –Animo.

Lo necesitaba, estaba loco por poseer al rubio, pero no podía. Era incapaz de arruinar la primera vez del rubio.

Beso los labios del blondo con mucha ternura. Y en el proceso libero el miembro erecto de su amante, posteriormente hizo lo mismo con el suyo.

-Tranquilo, tranquilo. –Susurro. Naruto estaba nervioso.

Los miedos fueron pasando conforme el calor invadió sus cuerpos. Sasuke llevaba un ritmo tranquilo placentero, moviendo su miembro sobre el de Naruto.

Gemidos y gruñidos bajos invadieron la habitación. Sasuke había aumentado el ritmo y Naruto solo había aferrado sus manos a sofá, sin saber qué otra cosa hacer.

-¡Sasuke, no! ¡Ya! –Advirtió el rubio. Y fue como un incentivo para el moreno, quien aumento solo un poco más el ritmo, y luego de dos embistes, eyaculó, y cayó sobre su cuerpo.

Sus miembros quedaron juntos entre sus cuerpos. Naruto estaba agitado. Le había gustado eso, le había gustado que Sasuke respetara su temor. Estaba feliz.

-Gracias. –Susurro aun con la respiración agitada.

-Esperare todo lo que quieras. –Le dijo el moreno al oído. –Aunque espero que no sea mucho. –

Naruto rio un poco, Sasuke le abrazo y beso su mejilla.

-Vamos a dormir. –

-Está bien. –

Notas finales:

¿Les gusto? Yo se que si :3 pero tambien se que quieren mas ( y ya lo tendran)

Y ya, no se que decirles. Me gusto hacer este capitulo, ya tenia deseos de mostrar algo como esto, pero al igual que una relacion verdadera, queria que sea un poco mas progresiva, asi que eso :)

Espero que les haya gustado, me dejen algun comentario :) Ustedes saben que siempre los leo, y me ponen muy feliz :D

Nos leemos pronto~


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