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Dios maldiga a los rubios por niky-cham

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Notas del capitulo:

Hola, hola, hola. Al filo de la hora, pero he llegado con un nuevo e interesante capitulo.

Nuevamente muchas gracias a todos por comentar, se nota que muchas mas personas han comenzado a interesarse en el fic, y esto me tiene realmente contenta. 

Respondere comentarios, ahora mismo. Sucede que no me dio el tiempo de hacerlo antes, y si me lo tomaba ahora, subiria el capitulo mucho mas tarde. Es por eso que mientras ustedes disfrutan el capitulo de hoy, yo estare respondiendo sus mensajitos de la semana pasada.

Espero que les encante y lo disfruten.

Capítulo 4: Ese rubio orgulloso.

Tan pronto llego al hospital, fueron recibidos por una alarmada enfermera. La joven se había acercado a ellos para comprobar el estado del paciente, saltándose la lista de espera, le ingreso a un box para atenderle de inmediato.

-¿Es ustedes alguna clase de familiar? –Consulto la mujer apresurada.

Por un momento se vio tentado a mentir, pero desecho la idea al pensar que le pedirían información acerca del rubio.

-Es un amigo de mi familia. Él es huérfano, pero tiene una relación muy íntima con mi cuñado –Explico, mientras la mujer asentía al mismo tiempo que tomaba los signos vitales, del enrojecido rubio sobre la camilla.

Sasuke estaba esquinado en una orilla del box, cuidando al máximo el no estorbar. Mientras la joven preparaba una jeringa para tomar pruebas sanguíneas, o al menos esa era la intención, antes de que un médico joven y de aspecto serio, corriera las cortinas.

-¿Pérdida de consciencia? –Fue lo único que dijo, observando a la enfermera. Ella asintió y el medico no tardo en acercarse al paciente.

Reviso los datos tomados por la enfermera, luego comenzó a buscar algún signo que explicara la causa de tan inesperado desmayo, a punto estaba de revisar la conjuntiva del paciente, cuando el aliento del rubio le choco en el rostro.

-Toma la prueba después –Freno a la enfermera, al ver que estaba a punto de colocar la aguja en el brazo del blondo –Ve por insulina –Índico dejando tanto a la enferma como Sasuke, impávidos -¡De prisa! –Exclamo, consiguiendo que la muchacha abandonara el box y corriera en busca de lo solicitado.

-¿Es usted su familiar? –Pregunto volteando la vista. Por lo general se permitían acompañantes en el área de urgencia, pero solo si estos tenían algún lazo familiar.

-Un amigo –Repuso el pelinegro, sin salir de su sorpresa.

-¿Y no sabía usted que su amigo tiene diabetes? –Consulto de regreso el médico. Arqueando una ceja al recibir un gesto negativo de parte del moreno. –Espere afuera por favor –Agrego indicándole la salida.

Dejo el box un tanto desorientado, solo pudo ver como la enfermera cargaba consigo un pequeño maletín, probablemente con la dosis solicitada de insulina. Luego de eso, se vio en la obligación de esperar sentado por noticias del rubio, pensando en, si debía o no, informar de la situación a su hermano.

El medico llego a la sala de espera unos veinte minutos más tarde, hizo un gesto  al pelinegro, quien  no tardo más de un segundo en levantarse de la silla y acercarse al galeno.

-El joven Uzumaki ha recuperado la consciencia, él se encuentra mejor y creemos que no hay necesidad de internarle. Su amigo sufrió un cetoacidosis diabética, gratificantemente no fue grave, pero si peligrosa. Habrá podido usted identificar el aliento con olor a manzanas de su amigo ¿Verdad? –Sasuke asintió –Gracias a ese síntoma pude identificar la crisis –Comento, pensando que sería un buen dato para ese moreno, “amigo” de su paciente –De todos modos lo tendremos en observación durante una hora ¿Podrimos contar con usted para firmar el permiso de salida? Además recomendaríamos que el paciente se encuentre acompañado, al menos por las próximas doce horas –Agrego.

-Claro, yo  puedo firmar –Asintió el pelinegro – ¿Podría hablar con Naruto un momento? –Solicito. Recibiendo una positiva por parte del médico, acompañado de un gesto que decía claramente: “ya conoces el camino”.

Sasuke no requirió más explosiones. Conservando la calma, pero impaciente por hablar con el rubio. Doblo  la derecha y retiro las cortinas, impresionándose de inmediato con el milagro que podía producir una dosis de insulina. Por supuesto el rubio no era la personificación de la salud, pero al menos le vio despierto y tranquilo, reposando sobre la camilla.

-¿Cómo estás? –Pregunto tanteando el camino. El rubio volteo los ojos para observarle, luego soltó un largo suspiro.

-Me encuentro bien –Aseguro, sin mencionar su horrible jaqueca, su garganta seca, o que aún conservaba un molesto dolor de estómago.

-Me has dado un gran susto –Confeso el moreno sentándose a su lado. Sabía que él y el rubio no habían comenzado con buen pie, pero en estos momentos el blondo estaba enfermo y el bastante preocupado – ¿Sabías sobre la diabetes? –Pregunto, esperando por supuesto que el doncel se lanzara a llorar, confesando que no esperaba tan devastadora noticia. Sin embargo fue todo lo contrario. Naruto por respuesta asintió con la cabeza y soltó un largo supero.

-Es diabetes tipo uno –Externo como si fuera la explicación más clara de la vida. Sin embargo el rostro confuso de Sasuke le dio a entender que debía continuar hablando –Lo descubrieron cuando tenía unos dos años, pero dicen que estuve enfermo desde mucho antes –Confeso.

Sasuke parecía no querer creerlo, por un segundo recordó a ese doncel fuerte y aplomado que había conocido en aquella cena organizada por su hermano. Un muchacho que decidió caminar durante horas, antes de subirse a su carísimo Mercedes Benz. Y extrañamente ese chico, era el mismo que tenía ahora enfrente, decaído, enfermo y resignado.

-Debe ser difícil –Comento lo primero que llego a su cabeza. Naruto solo se encogió de hombros.

-Estoy acostumbrado –Respondió sereno.

Que verdad más grande. Desde que tenía memoria, se recordaba corriendo por el orfanato, llorando, pues él era el único entre todos los niños que debía sufrir la maldición de inyectarse varias veces al día, con el tiempo, por supuesto que las cosas fueron cambiando, creció asumiendo que la diabetes seria su compañera de vida y desde entonces afronto su destino con valentía. Sabiendo también que esa era la causa de todas sus desdichas, y que nadie en el condenado mundo, querría adoptar a un pequeño con tantos problemas y tan poca esperanza.

-¿Te han dicho cuando puedo irme? –Pregunto, intentado alejar el recuerdo doloroso de su pasado.

-En una hora –Respondió el moreno con calma.

-Entonces puedes irte ya. Muchas gracias por todo. No hace falta que te quedes toda una hora aquí, seguro tienes mucho trabajo –Externo el rubio con voz seca.

-¿Y dejarte aquí solo? –Dijo como si fuese algo demasiado irreal. El rubio asintió sin entender la exageración del Uchiha – Le dije al médico que firmaría por tu salida –Explico.

-Puedo hacerlo yo mismo, ya soy mayor de edad –Repuso  el rubio.

-Aun así ¿Cómo pretendes regresar a casa? –Insistió el moreno.

-En bus –Soltó el rubio con naturalidad –Todas las líneas pasan fuera del hospital –Agrego luego, pero el Uchiha no estaba convencido.

-¡Ni de broma! –Exclamo alarmado – Solo y en transporte público ¿Acaso quieres caerte muerto otra vez? –Consulto. Mientras el rubio pensaba que Sasuke solo quería exagerar la situación –No se hable más, me quedare contigo aquí y luego te llevare a tu casa. –

Naruto parecía sorprendido ¿Acaso ese Uchiha pretendía mandar sobre él? Giro el rostro con autosuficiencia, dispuesto a enfrentarse al moreno.

-Se cuidarme bastante bien Sasuke. Yo conozco mi condición. Ya me han puesto la insulina y los médicos se encargaran de enviarme a casa con el azúcar regulado. No hace falta que exageres la situación. –Soltó el rubio.

-¿Bromeas? ¡Pudiste haber muerto! –Exclamo nervioso. Tomaba aire para continuar su larga pelea con el rubio, cuando en medio de la discusión se dio cuenta de eso jamás funcionaria con Naruto Uzumaki. Y decidió cambiar de estrategia –Naruto, escucha. Sé que tú, mejor que nadie, sabe cómo tomar esta situación, solo intenta comprenderme un momento, para mi esta enfermedad es como un gran monstro, grave y peligroso. Si algo te sucede ¿Con que cara crees que iré frente a mi hermano y Deidara? –Intento explicarse el moreno –No quiero atentar contra tu independencia. Toma esto como como una estrategia mía para no ser despellejado vivo por Itachi y Deidara ¿Esta bien? –

De pronto se hizo el silencio. Naruto se había quedado quieto oyendo las explicaciones de Sasuke, tanto así que el momento  se preparó para recibir un puñetazo negativo en cualquier momento. Quicas por eso se vio tan sorprendido, cuando Naruto en lugar de negarse, comenzó a reír.

-Despellejado –Soltó de pronto, entre sus melodiosas y suaves carcajadas.

Por supuesto aquella analogía le había hecho mucha gracia al rubio, quien en ningún momento noto como Sasuke se aferraba a la silla con el rostro completamente enrojecido.

Fue como un rayo, una especie de ataque veloz, como una avalancha que remeció su mundo de pies a cabeza. Intenten taba negarlo, pero le era imposible, cuando observaba al rubio reír con tanta fuerza. Dos hoyuelos de formaban a cada costado de sus comisuras, las margaritas más hermosas que había visto en toda su vida.

-Sasuke, oye ¿Sasuke? –Intento llamar la atención del moreno, tardando más de lo esperando en traerlo a la realidad.

Avergonzado cubrió el rostro al notar lo ensimismado que le tenía el rubio. Naruto sonrió zorrunamente y le dio un golpe en el costado al varón.

-¿Ya te enamoraste de mí? –Consulto el rubio con expresión picarona.

-¡De que hablas! –Dio un brinco Sasuke – ¿Yo, de di? ¡Imposible! –Exclamo –Debes estar loco, la falta de azúcar te está haciendo mal a la cabeza. –

-No me falta, me sobra –Corrigió el blondo aun risueño, y Sasuke volvió a hundirse en su vergüenza. –Está bien. –Dijo sin más el Naruto.

-¿Qué cosa esta bien? –Cuestiono Sasuke sin entenderlo.

-Dejare que me lleves a mi casa. Pero nada mas ¿Entendido? –Estableció el doncel con seguridad. Sasuke suspiro y asintió resignado.

Increíblemente, la siguiente hora fue mucho más grata de lo esperado. Naruto era un doncel de armas tomar, sin duda alguna. Pero el muchacho dentro de todo, era educado y muy divertido, tenía una risa de ángel, y no  le tomo mucho tiempo en comenzar a bromear con su propia situación y lo tragicómico que significaba tener diabetes desde que poseía uso de razón.

Finalmente fue el medico quien tuvo que acercarse para decirles que el tiempo ya había pasado. Sasuke se marchó junto a él para poner su firma al documento. Naruto en tanto, fue ayudado por una enfermera a recoger todas sus cosas.

-Señor Uchiha, antes de que se retire quisiera hablar con usted al respecto a los costos del tratamiento –El medico no parecía muy a gusto con el tema. Sasuke solo levanto una ceja y con un gesto de manos, indico un claro: “prosiga” –Después de que ingresáramos el caso de hoy del joven Uzumaki, nos hemos topado con la sorpresa de que el paciente, en cuestión,  no posee seguro médico –Explico complicado con la situación.

Sasuke retrocedió bastante sorprendido. Observo hacia atrás, comprobando que Naruto un no se acercaba y con voz baja le dijo al médico:

-¿Reciben cheques? –El galeno de inmediato suspiro aliviado y asintió con la cabeza. –Dígame usted cual es el monto, y por favor no le diga a Naruto que yo he pagado el tratamiento de hoy –Externo al tiempo que sacaba su chequera del bolsillo, recibiendo la cuenta otorgada por el médico.

La transacción fue rápida, y para cuando tuvo al rubio enfrente, ya todo estaba arreglado. El medico se despidió tras unas ultimas indicaciones para el rubio, cosas a las que Naruto resto importancia, pues él ya sabía cómo cuidarse. Aun cuando la estupidez de esa mañana decía lo contrario.

Ese día Naruto subió por primera vez a un Mercedes. El vehículo de lujo le había salvado la vida, junto a Sasuke por supuesto.

El moreno condujo por calles que no había visto nunca en su vida, llego a un pasaje pobre, un complejo de apartamentos que parecía caerse a pedazos. Observo al rubio quitarse el cinturón y por primera vez desde que había conocido al ir revente doncel. Sintió lastima.

-Queda tranquilo, voy a cuidarme –Soltó Naruto al notar la mueca descontenta del moreno – Y gracias por todo. Sé que a veces me paso y sueno muy maleducado, pero en verdad te estoy muy agradecido por lo que has hecho hoy. –

Sasuke asintió a las palabras del rubio, aun descontento con la realidad del doncel. Quien sin esperar más palabras, se marchó a su pequeño y empobrecido hogar.

Ese día Sasuke descubrió algo. El también deseaba ayudar a Naruto.

Notas finales:

Bueno esto ha sido  todo. 

Como pueden ver, varios han acertado, era diabetes, tipo 1, por supuesto. Para los que no sepan, yo estudio una carrera en el area de la salud, por lo que todos mis fics tienden a ser un poquito cintificos.

¡Ya lo ven! A Sasuke no le esta costando mucho trabajo caer en los  encantos del rubio.

¡Dejenme sus opiniones aqui abajito! 

Nos leemos el proximo viernes~


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