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Dios maldiga a los rubios por niky-cham

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Notas del capitulo:

Hola a todos :) 

Ha pasado una semana, y yo ya estoy aqui con nuevo capitulo.

Muchas gracias a todos por comentar, he contestado comentarios :) Espero que pasen a leer personalmente cada una de mis respuestas.

Espero que les encante este capitulo. 

 

Capítulo 8: Inesperado.

Estaba mudo. Sus ojos recorrieron al pelinegro de pies a cabeza, examinaba a Sasuke como si de eso dependiera su vida. “Rápido y furioso en una mano”, Palomitas de maíz en la otra.

-¡Te has vuelto loco Uchiha! –Asevero divertido.

-Puede ser. Dicen que la locura es contigiosa. –

-¡Ya! Ahora dirás que yo te la he contagiado. –

-¿Quién más sino? –Le encantaba picar al rubio, cada vez que podía. Para su mala suerte, Naruto ya no caía tan fácilmente como antes.

-El reproductor es viejo, y el televisor pequeño. No te hagas muchas ilusiones –Soltó abriendo la puerta.

Esta sería la primera vez en que entrara a la casa de Naruto, hasta el momento si se reunían en algún lugar, era en la morada del Uchiha, y por supuesto en la cafetería. Lo más lejos que había llegado, era hasta la puerta del Uzumaki, sin embargo esta vez podría cruzar dicho umbral. Sus expectativas eran bajas, y demostró que tenía razón al ver la humilde morada.

-Vives como un ratón, dobe –Soltó como primera impresión. El rubio se giró molesto, y arrugo el entrecejo.

-No molestes Uchiha. No todos nacemos con la vida asegurada como otros –Aludió directamente a su acompañante. Sasuke se encogió  de hombros. Cada cual tenía su suerte.

-Son bromas Naruto –Intento tranquilizar.

-Lo sé –Admitió el rubio desde la cocina. Sus manitas habían agarrado la bolsa de “pop corn”, y no había tardado más de un minuto en desenvolverla y meter está en el microondas. –Pero haces esas bromas con la intención de que me moleste. Yo solo te estoy dando el gusto. –Naruto le encantaba, jamás había tenido un amigo como el, ni es sus más locas fantasías habría imaginado terminar junto a un doncel, rubio e irreverente, fuerte y de armas tomar. Como le encantaba Naruto.

-Oye, no las dejes mucho tiempo. Se van a quemar –Se asomó en la cocina, que era tan pequeña como el resto de la casa.

-No molestes Uchiha. El microondas es viejo y no calienta bien –Explico Naruto, corriéndolo al instante de la cocina. – ¿Qué quieres de beber? –Pregunto desde donde se encontraba. Mientras el Uchiha estaba sentado en el sofá. La casa no era muy grande, por lo que no hacía falta elevar la voz para comunicarse.

-Café –Soltó sin pensarlo mucho.

-¿Con palomitas de maíz? –Pregunto el rubio, haciendo cara de asco.

-Estoy contigo. No puedo desaprovechar la oportunidad de pedirte una taza de café. ¿Tienes? –

-Instantáneo –Asevero el rubio.

-Ese estará bien – Al poco tiempo de conocerlo, había notado una extraña cualidad de Naruto. El rubio podía hacer que hasta el café más barato tuviese buen sabor, y era extraño, pues al mismísimo rubio no le encantaba el amargo brebaje, solo lo consumía de vez en cuando, por aquellos momentos donde realmente necesitara energía para mantenerse despierto.

Así fue, Naruto lleno dos fuentes plásticas con palomitas, la de Sasuke estaba un poco más rebosante que la suya propia, en una bandeja llevaba la taza humeante de café y un vaso largo con soda sin azúcar. Se acomodó en el sofá, extendiendo al Uchiha lo correspondiente, Sasuke recibió lo suyo en silencio.

El film les pareció divertido. Ninguno de los decía nada, el único sonido además de la televisión, eran sus menor rebuscando palomitas en los casi vacíos recipientes, tan solo debían quedar unos cinco minutos de película, el desenlace ya estaba resuelto. Ellos solo esperaban los créditos para volver a comunicarse, después de casi dos horas sumidos en la grabación.

-¡Estuvo buenísima, teme! –Golpeo el hombro de Uchiha a modo de felicitación.

-No seas violento dobe –Se quejó este, devolviendo el gesto con un empujón. Naruto solo se limitó a reír. –Ya es tarde. Sera mejor que me vaya. –

-¡¿Qué?! Vas a reunirte con tu enamorada –Codeo el rubio. Naruto sabía que Sasuke tenía un extraño romance con una pelirroja. Sasuke por supuesto le había dicho que de romance tenía poco, pero el iluso rubio seguía pensando que era algo más que solo sexo.

-No. Creo que también cortare todo con Karin, ella se está colocando igual de controladora que Sakura. –

-Eres detestable –Soltó el rubio con gracia. La verdad es que esas mujeres no le importaban en lo más mínimo. Podía ser un iluso, pero asumía que Sasuke y él eran dos personas muy diferente. Y la forma de pensar de Sasuke era: “Si no sirve, se deshecha”.

Quizás por eso no pataleo cuando su hermano, y amor de toda su adolescencia, le dio una patada en el trasero de un día a otro.

-Entonces ¿No iras con ella al matrimonio? –Consulto inocente. Los ojos del Uchiha se dilataron con horror.

-¿Al matrimonio, Karin y yo? –Soltó, arrugando la nariz –Ni en mis pesadillas. Iré a esa porquería solo. –Asevero el Uchiha sin siquiera pensarlo. Ya lo tenía decidido desde que le informaron sobre dicha celebración.

-¡Oh! Sasuke, no puedes ir solo. Tú tienes de sobra mujeres para llevar. No desaproveches tus oportunidades. –

-Están todas locas. Me hare un favor a mí mismo al no llevar ningún acompañante. –Renegó –Además ¡¿Tú que tanto hablas?! ¿Acaso tienes pareja para la boda? –Consulto de regreso.

-¡¿Yo?! ¿A quién voy a tener? Si soy un ermitaño dedicado a mis agotadores cinco trabajos. Ni siquiera tengo algún candidato –Admitió el rubio relajado –“Me hare un favor a mí mismo, y no llevare a ningún acompañante” –Emitió las palabras del Uchiha.

Sasuke pareció divertido. Era una cosa extraña, durante toda esa experiencia de la boda, ellos habían sido cómplices. Cada uno acompañando a su respectivo amigo-hermano, pero ambos al fin y al cabo unidos en esa apestosa travesía que significaba ser “padrino de boda”. Ahora con esto se agregaba otra complicidad más… Eso le dio una idea.

-Está decidido. Vamos juntos –Soltó el Uchiha. Y Naruto casi escupe la soda que ababa de beber.

-De verdad te has vuelto loco ¿De que estas hablando? –

-Es un favor –Externo Sasuke tranquilo –Tú me libras de todas esas mujeres que se pelean por ser mis acompañantes. Y además tienes la dicha de acompañar al grandioso Sasuke Uchiha, a la boda de tu mejor amigo. –

-Ni lo sueñes –Asevero rápido – ¿El grandioso Sasuke Uchiha? ¿Es enserio? Ni en mis peores pesadillas –Soltó. Sasuke se hizo el dolido, pero al segundo después soltó una carcajada.

-¡Vamos Naruto! Caes demasiado rápido en mis bromas –Le dijo el moreno un poco más en serio –Quiero ir contigo, sería bueno, podríamos acompañarnos, ya sabes todos van a estar emparejados, será raro pasar la noche solos. –

-si te incomoda tanto ¿Por qué no vas con una de tus pretendientes? –Pregunto el rubio, insistiendo en la primera discusión.

-Porque son buenas follando, pero fuera de la cama no me interesan en lo mas mínimo. Vamos juntos, tu eres un buen acompañante –“Plan B”: Alagar al doncel.

-Eres detestable –Soltó en un suspiro –Bien, vamos. Después de todo, si íbamos solos, de igual manera terminaríamos juntos en la boda. –Resolvió. Sasuke sonreía.

Por alguna razón, el asistir a la boda ya no se le hacía tan desagradable.

Esa noche Sasuke se despidió, tan pronto como el rubio lo echo de su casa. La verdad ya tenía su objetivo cumplido, alimento al Uzumaki, le llevo una película, y  el tema de Deidara no volvió a mencionarse más. Todo bien por el momento.

Los dias siguientes transcurrieron con normalidad. Las cosas en el trabajo estaban algo pesadas, la boda cerca, y entre ese par de amigos, no hubo más encuentros que los estipulados en la cafetería. Al menos así fue, hasta que Naruto desapareció de repente.

No llego a trabajar. Sasuke no quería alarmarse, pero el día anterior había prometido verse, y Naruto era muy responsable en su trabajo. Debería haber llegado. Uchiha intentaba serenarse, espero durante la mañana, hizo dos, tres cuatro llamados al rubio, pero nada, Naruto no estaba disponible, y aunque no quiso pensar lo peor, su mente no dejaba de gritas: ¡Diabetes! A viva voz.

Por la tarde tomo su auto, no tenía más que pensar, necesitaba saber cómo y dónde estaba el rubio, y necesitaba saberlo en ese mismo instante. La montaña de trabajo “urgente”, que le había dejado Itachi quedo abandonada, ya vería su hermano que hacía con eso, después de todo Sasuke llevaba meses salvándole el pellejo al Uchiha mayor, que ahora estaba demasiado concentrado en su boda, como para hacerse cargo de su propio trabajo.

El camino lo sabía de memoria. Estaciono su auto y rápidamente subió las desvencijadas escaleras, golpeo la puerta repetidas veces, sin respuestas, llego a pensar que Naruto no estaba en casa, pero después de diez minutos insistiendo, y con un asqueroso dolor de nudillos, el rostro inexpresivo del rubio abrió la puerta.

-¡Estabas aquí después de todo! Podrías haberme abierto la puerta hace cinco minutos ¿No crees? –Inquirió un poco molesto, pero el rostro de su amigo continuaba como antes.

-Eres insistente Uchiha –Soltó sin más el rubio. Se dio la vuelta y dejo la puerta abierta, libre para que Sasuke pasara si le daba la gana.

-No fuiste a trabajar hoy –Susurro al entrar en la casa. Todo parecía bien. Se sintió estúpido, había exagerado por nada.

-Quiero buscar otro empleo –Admitió el rubio sentándose frente a la mesa, estaba bebiendo un humeante té, y su taza ya iba la mitad.

-¿Vas a cambiar alguno de tus empleos? –Inquirió el Uchiha. Esperaba que no fuese el de la cafetería. Naruto guardo silencio. Sasuke se acercó temeroso y… – ¿Esos son? –No pudo continuar la pregunta, la expresión de Naruto lo decía todo – ¿Salieron mal? –

En una esquina de la mesa reposaba un sobre grande, tenía el logo del laboratorio impreso en el frente, y por la expresión de Naruto, era muy fácil asumir que los exámenes habían ido mal. El rubio se encogió de hombros.

 -¿Te molesta si pregunto? –Sasuke se acercó poco a poco, como si estuviera caminando sobre cajas de huevos. Sabía lo complicado que era el rubio con ese tema, y era cuidadoso.

-Quiere subirme la dosis –Soltó después de un largo y cansado suspiro –Al menos esa es la alternativa menos costosa –Volvió a suspirar –Dice que hay daño en los riñones, azúcar en la orina, y que si continuo así llegare a una neuropatía diabética, que voy a quedar ciego y sufriré problemas del corazón, sé que es a largo plazo, pero de todos modos estoy asustado –Admitió el rubio. Era extraño, por primera vez se abría con alguien sobre su enfermedad, y ese alguien tenía que ser precisamente Sasuke Uchiha. Esta era la prueba del fuego de Sasuke, aquí debía demostrar si sabía tratar a Naruto o no.

-No tienes que asustarte. Lo has hecho bien todo este tiempo –Intento animar. Naruto bufo.

-Si lo hubiese hecho bien no estaría en esta situación. Deidara tenía razón –Admitió molesto. –Necesito otro empleo. –

-¿Cómo lo harás? Nadie puede con seis empleos, Naruto, vas a colapsar –Sasuke se había sentado a su lado. Esperaba que para el rubio eso no fuese una ofensa, pero realmente creía que el doncel iba hacia su propia tumba de esa manera.

-¿Y qué quieres haga? –Pregunto, desviando la mirada. Sasuke pareció pensarlo.

El silencio se extendió por un fragmento de minuto que se hizo casi eterno. Sasuke pensaba en una solución, Naruto desviaba su vista rendida. Un trabajo de domingo estría bien, después de todo ese era su día libre, aun podía utilizarlo para agenda algún empleo. Estaba sumido en esos pensamientos, cuando Sasuke soltó:

-Trabaja para mí. –

Notas finales:

¡Wow! ¿Les gusto?

Han pasado cosas impornates O: Pero aun falta saber como reaccionara Naruto.

¿Que les parecio?

Digamnelo en la cajita de aqui abajo, estare muy feliz de leer todos sus comentarios ;)


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