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Dios maldiga a los rubios por niky-cham

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Notas del capitulo:

Hola a todos. Lameto mucho la tardanza. Llevo dias dificiles u.u

Muchas gracias a todos por sus comentarios :) Esta semana especialmente estuve llena de ellos. Ya los he respondido. Vayan a leer, que he contestado a cada uno de ellos.

Espero que el capitulo les encante ;)

Capítulo 9: Beneficios mutuos.

-¿Bromeas? –Después de casi un minuto completo en silencio, eso fue lo primero que pudo soltar Naruto. Sasuke negó, sabiendo que seria difícil. – ¡Eres una mierda Uchiha, vete de aquí! –Bien, aquí empezaba la batalla.

-Escucha. –

-¡No quiero! –Exclamo colérico –Eres igual, todos terminan siendo igual –Soltó molesto. Pateo uno de los pilares de su mesa, y los papeles sobre ella se regaron, captando su atención. –Maldita diabetes. Estúpida porquería –Golpeo los exámenes, y la primera hoja de ellos termino sufriendo las consecuencias de su rabia.

-Naruto, por favor. Está bien que seas orgulloso, y condenadamente terco, pero no dejes que esto te mate ¿Qué vas a hacer con seis trabajos? ¿Hasta cuando, el resto de tu vida? ¡Te mataras de todas maneras! –Noto como el rubio arrugaba con sus manos el papel, y apretaba sus labios.

-¿Y quieres que acepte tu lastima? ¿Esa es la forma de vivir bien? Aceptar la caridad de otros –Suspiro, forzando la salida del aire.

-Oye, no es lastima. De verdad necesito un asistente –Soltó el aire cansado. Arrastro una de las sillas del comedor, Naruto solo tenia tres, y se sentó, esperando que el rubio le prestara un poco de oído. –Itachi y yo siempre hemos compartido secretaria, porque en realidad nuestros puestos de presidente y subpresidente, son solo de nombre, nos desempeñamos en el mismo campo, algunas reuniones las prepara el, otra yo, y necesitábamos que la misma persona manejara nuestros documentos. Pero ella acaba de presentar su prenatal hace un mes y medio, y mi hermano no se presenta a trabajar desde hace casi el mismo tiempo, le he dicho que necito que planifique una entrevista y la haga él, porque yo estoy ahogado en trabajo, no puedo perder dos o tres horas del día entrevistando gente, pero Itachi, con su matrimonio, no se ha hecho el tiempo si quiera de organizar la maldita entrevista –Soltó molesto.

Naruto continuaba molesto, le había desviado intencionalmente la vista a Sasuke, pero escuchaba, estaba atento a lo que decía el moreno, aun cuando todo lo que deseaba era correrlo de su casa inmediatamente.

-No te voy a pagar más de lo que le pago a mi secretaria, y de hecho dudo que este sueldo recaude lo mismo que tus cinco empleos, probablemente sea un poco menos, pero las horas de trabajo también son más acotadas. –

-¿De qué sirve si me vas a pagar menos? –Se encogió de hombros.

-Te daré un contrato, podrás entrar al sistema de salud de la empresa, impondrás tu salud, como todos los trabajadores. Y la diabetes está incluida en el servicio médico. La insulina, y otros medicamentos, al igual que atenciones médicas, que necesites, serán gratuitas, bueno en parte, pues la verdad es que un pequeño porcentaje de tu sueldo va al servicio médico, pero aun así es mucho menos a lo que tú gastas todos los meses en medicamentos. Entonces el sueldo que recibas será completamente tuyo, para que pagues tus necesidades e inviertas en una buena alimentación. –

-Suena bien. Pero estas olvidando algo Sasuke, no me puedes contratar. ¿Lo olvidas? No tengo mis estudios completos –Ya habían conversado sobre aquello hace un tiempo, la razón por la que Naruto tenía cinco medios-empleos, era porque nadie podía hacerle un contrato formal, ya que el rubio no tenía sus estudios terminados, el mismo Naruto los había abandonado, para encargarse por sí mismo de su enfermedad y dejar el  orfanato.

-¡Ja, hablas con el Uchiha bastardo! –Exclamo Sasuke – ¿Crees que dejaría pasar un “detalle” como ese? –Pregunto con una sonrisa arrogante, cosa que de inmediato le dio a entender a Naruto, que el “Uchiha bastardo” tenía un plan.

-Bien… ¿Cuál es tu plan? –

-Es cierto que no puedo darte un contrato así como así, nadie puede. Pero el hecho de que sea difícil hacerlo, no quiere decir que sea imposible. Hay una manera –Soltó, clavando sus ojos noche, sobre el blondo –El contrato debería tener todas las reglas de uno normal, con los compromisos del empleado y el empleador, tal como siempre se han conocido, pero deberíamos agregarle una clausula. Hablare con mi abogado para que digite el contrario, si aceptas, por supuesto. –

-¿Cuál es la cláusula? –Naruto no dejo pasar ese detalle.

-Debes terminar tus estudios. El estado permite a cualquier empleador, dar un contrato fijo a un mayor de edad, sin estudios, con la condición de que termine estos, al menos en el campo laboral, en el tiempo estipulado. Deberás encontrar un buen instituto, que de clases por las noches, y que tenga el sistema laboral, que te permite aprobar dos años de estudio, en un solo año cronológico. Yo solo te daré el empleo, el resto depende de ti, tienes que rendir en clases, y por supuesto trabajar correctamente en la empresa. Yo a esto le llamaría de cualquier manera, menos lastima. ¿Lo tomas o lo dejas? –

Naruto no podía creer lo que estaba oyendo, no sabía que existían esas clases de condiciones, pero Sasuke era un profesional muy capaz, seguro no estaría hablando solo por darle falsas esperanzas. No quería, realmente no quería involucrarse con su amigo de esa manera. Si Sasuke se volvía su jefe, todo iba a ser diferente.

Apretó los labios alejándose de la mesa. Esta era la oportunidad de su vida, si terminaba sus estudios, podría acceder a varios beneficios, y no estaría obligado a trabajar solo para Sasuke, pues en el campo laboral, podría obtener muchos otros empleos, quizás nunca como profesional, pero de cualquier modo sería mejor de lo que poseía en ese instante.

-Sasuke –Jadeo apretando el papel – ¿Estás seguro? –

-Yo te ofrecí el empleo, por supuesto que estoy seguro –Afirmo el moreno.

-Yo… –Un nudo se formó en su garganta. Los papeles dispersos sobre la mesa le recordaban que no estaba en condiciones de regodearse, y aunque su orgullo le gritaba con fuerza, que debía rechazar la oferta de todos modos él… –Acepto.

El moreno sonrió.

-Recuerda esto, Naruto: Yo no te estoy regalando nada. Solo te he dado la oportunidad, y queda en ti demostrar que lo vales. –Le hubiese gustado burlarse un poco de Naruto en ese momento, a él le encantaba molestar al pobre rubio, pero por primera vez desde que se conocían, supo que no debía hacerlo –Quita ya esa cara. –

Los ojos azules se cruzaron con los ónices de Sasuke. Naruto tenía su mirada cristalina, los labios se le torcían en un Angulo extraño, y su respiración tendía a ser errática y pausada, dando saltillos de vez en cuando.

-¿Podrías… dejarme solo? –La mente del moreno grito inmediatamente que no, sin embargo, en un movimiento lento recogió sus cosas, y revolvió los cabellos dorados.

-Nos veremos pronto. Todo está bien –Animo, pero Naruto se mantuvo con la vista baja, solo asintió a las palabras del moreno. Sasuke se retiró.

Patético, así se sentía. Ese, en especial, había sido un día asqueroso. Todo lo que le había hecho sentir orgulloso, todos esos años, se derrumbó en solo unos segundos. Sus exámenes fueron un fracaso, y aquello solo demostró lo poco que sabía cuidar de sí mismo, la única cosa, su único logro, y sin embargo, también había fracasado en eso.

No iba a llorar, no se lo permitiría. Soltó un largo suspiro y volvió a juntar todos sus exámenes dentro del sobre, no los leería más. Dejo todos juntos en una pequeña gaveta que conservaba todo su historial médico.

Sasuke le había dado tiempo para hundirse en su miseria. Al otro día contacto con él, solo para decirle que tenía el contrato listo, y una inscripción al instituto vespertino, donde debería asistir, cada noche, después del trabajo.

-Firmaremos por la tarde. Ven a la empresa a las cuatro. Quiero que comiences mañana mismo. –

-Claro, nos vemos –

Sasuke también lo había notado. Desde que acepto el empleo, su personalidad estaba diferente. Hasta el momento había intentado ignorarlo, pero desde el fondo de su alma, rogaba para que esa actitud cambiase pronto, y volviera a ser el mismo rubio orgulloso y medio atolondrado de siempre. Quizás solo estaba deprimido, no lo culpaba, y confiaba en que Naruto, definitivamente, se repondría pronto.

Llego cinco minutos antes de lo indicado. Sasuke estaba feliz de verlo.

-Vamos a mi oficina. El abogado nos explicara cada punto del contrato –Y así fue, realmente el beneficio era mutuo. Naruto no podía decir que Sasuke buscaba un asistente, solo porque le tenía lastima, la oficina estaba llena de documentos, y proyectos, la cosa parecía de nunca acabar,  de alguna manera, Naruto se sintió intimidado al saber que parte de esa montaña de trabajo, se la llevaría el también.

Firmaron, así de simple, y es que todo lo que tenían por pensar, ya estaba hecho. Naruto no lo dudó ni un solo segundo, tomo la pluma con firmeza y en el papel dejo, rápidamente, el sello de su acuerdo. Sasuke de igual manera, solo sonrió y dejo su importante firma sobre el contrario. Desde ese momento eran oficialmente; Empleado y empleador. El hombre guardo rápidamente los documentos en su maletín, se despidió de forma cordial y dejo a sus clientes solos.

-¿Ya se te paso el berrinche? –Pregunto Sasuke, tanteando el camino. Naruto suspiro, y Sasuke supo, que debía hablar con más seriedad. –Oye, no puedes lamentarte para siempre. –

-No me estoy lamentando –Corrigió de inmediato Naruto –Tengo mucho por hacer de ahora en adelante, no creo que tenga tiempo de lamentarme –Se encogió de hombros.

-Me agrada eso ¿Ya renunciaste a tus otros trabajos? –

-Lo hice antes de venir. Aunque creo que voy a conservar el primero. Al menos hasta el otro mes –Comento. Y aunque Sasuke quiso criticarle por aquella decisión, sabía muy bien, que no era momento de cuestionar a Naruto. Se conformaba con que solo conservaría el trabajo por poco tiempo.

Ambos estuvieron en silencio un poco tiempo. Naruto evitaba mirar a Sasuke, pues sabía que el pelinegro pretendía decirle algo, solo que estaba lo suficientemente incomodo, como para no hacerlo.

-Naruto –Llamo por fin el azabache, después de un largo rato macerando las palabras en su boca –Sé que no te agrada que me meta en tus temas, pero –Hizo una pausa, debía ir con mucho cuidado –Sobre tu diabetes ¿Tienes la dosis para llegar a fin de mes? –

Sus ojos se abrieron desmesuradamente, estuvo un rato en silencio, mordió su labio inferior, y retuvo las ganas de decirle a Sasuke que eso no era de su incumbencia.

-No me malinterpretes. Mi abogado es muy bueno, y él me ha dicho que pondría tu nombre hoy mismo en el listado de salud, de hecho, es por eso que se ha marchado tan pronto. No me interesa si la dosis es suficiente, ya dije que no quiero meterme en tus temas, y lo conservo, es solo que, si no tienes la dosis, deberías concertar una cita durante la semana, para que te entreguen lo faltante. –Aconsejo.

-¿Debo ir al hospital? –

-Sí, tienen un buen servicio para diabéticos, aunque no lo creas, y de todos modos puedes asistir a algún medico particular, la empresa tendría que reponer la atención. –

-Eres un buen jefe Uchiha –Sonrió el rubio, un poco más desinhibido.

-¡El mejor! Oye, para ti, soy señor Uchiha –Corrigió riendo.

-¡Olvídalo Sasuke bastardo! –Naruto le dio un golpe en el hombro.

-Naruto, tu sabes que me gusta estar contigo, y hablar de esas estupideces que a ti te gustan, pero –Giro la vista –Todo este trabajo no se hará solo –Menciono a sus espaldas.

-Sí, sí. Estoy ocupando tu preciado tiempo, ya me voy –Se encogió de hombros.

-¡Espera! –Naruto se detuvo a medio salir –Bueno, yo sé que empiezas mañana pero, aquí junto hay una pequeña cocina. ¿Podrías…? –

-¿Preparar un café? –Completo el rubio. Sasuke sonrió, colocando sus manos en frente, como si rogara que el rubio dijese que sí. Naruto solo dejo su bolso sobre un sofá, y soltó una carcajada, camino a la cocina.

Era extraño, el odiaba beber café, era amargo, tomarlo caliente hacia su lengua doler, y definitivamente no le gustaba frio, aunque con chocolate era un poco mejor, sin embargo, seguía sin enloquecer por ese brebaje. Quizás por eso fue una gran sorpresa, cuando al trabajar en la cafetería, su mejor éxito fue justamente, el café, en todos sus tipos, todos se les daban bien.

Encontró unas galletas en un estante, y aunque Sasuke no le había pedido eso, de todos modos las puso en un pequeño plato, y llevo todo sobre una bandeja a la oficina del moreno. Esperaba ser recibido por alguna broma pesada, responder con palabras malsonantes, y terminar ambos riendo y golpeándose en los hombros. Pero eso fue lo último que podría haber ocurrido.

Conocía a Sasuke, como un arrogante, hijo de papá, que había tenido todo en su vida. Sin embargo, su opinión cambio mucho en ese momento. El pelinegro, tenía lentes de lectura, revisaba unos documentos, tenía un teléfono en la oreja, y a ratos tecleaba números en una calculadora junto a él. Levanto la vista, y sonrió, solo pudo hacerle una señal con la cabeza, Y Naruto dejo la bandeja en el único lugar disponible del escritorio.

Solo hizo un gesto con la mano, y se dio la vuelta para ir por sus cosas, y dejar a Sasuke trabajar en paz.

-Aguarda un segundo –Hablo a su interlocutor en el teléfono –Naruto, Hay una joven abajo, su nombre es Konan. Ya he hablado con ella, te dará algunas indicaciones para tu trabajo de mañana. Sera algo rápido, antes de que te vayas. Gracias por el café –Sasuke aprovecho el corte de la llamada para darle un sorbo, y volvió a su conversación.

Hizo tal y como Sasuke dijo. Bajo a la recepción, la mujer que le recibió era muy agradable. Le dio todas las indicaciones, Naruto hizo un par de preguntas, que ella no tardó en responder, y luego se marchó.

El reloj apenas rozaba las cinco de la tarde, habían tardado poco. Tomo aire y recorrió los alrededores con su mirada, subió la vista hasta llegar al último piso del edificio, aun le costaba creer que ese era su nuevo empleo. Pero tenía sus condiciones… Sonrió.

Se suponía que regresaría a su casa después de aquello, pero en realidad esperaba terminar un poco más tarde, ahora tenía tiempo libre. Y aunque malgastarlo en alguna tontería en su casa, le parece una idea muy tentadora, cambio de opinión al pasar por fuera de una pequeña tienda de útiles. Entro, guiado por el olor a hojas, y los coloridos lápices grafito, no tenía mucho dinero, aunque junto un par de monedas, las suficientes para comprar los cuadernos más baratos, un lápiz y una goma.

-¿En efectivo? –Pregunto la muchacha.

-Si –Pago por su compra, y recibió la bolsa aferrándola contra su pecho. Cierto era el dicho: “No hay mal, que por bien no venga”. Quizás lo acontecido en los últimos dias, había sido un asco, pero ahora tenía un buen empleo, servicio de salud, y estudios.

Ese día culmino con los sueños del rubio, sobre aquella graduación que nunca logro alcanzar. Al día siguiente se levantó temprano. Su primer trabajo era el único que conservaba, haría una limpieza rápida, y luego a su nuevo empleo.

Sasuke, llego como siempre, ocho y treinta de la mañana. Traía el rostro cansado, pero su apariencia era la de un jefe impecable. Entro a su oficina dando un bostezo, pensó que estaba solo, y no se molestó en cubrir su boca, grande fue la sorpresa, al descubrir que estaba equivocado.

-Buenos dias “señor Uchiha”. Su café está listo. –

Notas finales:

¿Que les parecio?

Espero que les haya gutado.

Me despido rapido. Espero sus comentarios.

Esta semana nos vemos el viernes ;) Asi que falta poquito.


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