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Twin Uchiha por Kuroyami Mirai

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Notas del capitulo:

Hola hola hola…. Gente bonita!!! Cómo se encuentran? Me imagino que el capítulo pasado los dejó con cara de  O_O!  o algó así n_nU hahahahah… no solo por el suculento y delicioso lemon de los hermanos, sino por la participación de Menma y Hinata. En serio, sé que muchos lo odian por lo que es, pero yo lo amo. X dios es que es tan sexy y con esa aura de “soy el cabronazo patea culos más caliente de la historia”. Santo cielo, me desangro…. Hahaha… no me hagan caso, siempre he sido una amante de los Bad Boys... fetiche Jejeje… Bueno, dejando mis extraños gustos de lado, aquí les dejo la actu. Se preguntarán ¿quién hace la petición del título?, bueno, lean para saber quién desea que confíen en él. Espero les guste y nos vemos en las notas finales n-n

Disclaimer: Cada vez me convenzo más que esto es una putada  ¬¬… Agh! Tengo que hacerlo, bueno… nadie me pertenece, solo Rasuke, él es todo mío, y las versiones OOC. Ahora sí, a leer!!

“Dejar tu vida en mis manos, tus besos en mis labios, tu cuerpo contra el mío…, aceptar mis palabras de amor y odio y perdonar mis faltas cuando menos lo merezca…, a eso, se le llama confianza… Confía en mí.”

Kuroyami Mirai.

 

 

Estaba confundida, no tenía la menor idea de a dónde la estaba llevando el hermano de Naruto, pero de algo estaba segura y era que no estaba cerca de su hogar. Llevaban corriendo por la avenida por un promedio de una hora. Tenía algo de frío y sus brazos estaban entumecidos por la fuerza ejercida contra la cintura de Menma, todo por un estúpido temor de caerse. No es que Hinata le tuviera miedo a las motocicletas, no sería la primera vez que se subía en esos ruidosos cacharros, pero es que a la velocidad que iba el pelinegro, y además con todos los saltos y piruetas que hacía en el camino, era razón suficiente para aterrarse.

Poco a poco fue distinguiendo algunos árboles a su alrededor, el camino dejó de ser de asfalto para convertirse en una tierra rojiza y el silente viento se volvió más penetrante en su piel. Llegaron a un terreno desolado, bueno, no tanto. Ciertamente no había civilización, pero estaba repleto de personas, jóvenes, para ser exactos. Era un amplio camino de tierra, con desniveles hechos de montículos y un millar de neumáticos abandonados. Los jóvenes hacían una circunferencia alrededor del desnivelado terreno mientras un hombre gritaba cosas inentendibles por un megáfono.

La duda golpeó varias veces las sienes de Hinata, no deseaba meterse en problemas y las pintas que tenían los presentes no era de fiar. Menma no dijo nada, condujo despacio a través de la multitud, cuando le abrieron paso, Hinata pudo apreciar que a su lado se encontraban otros chicos en motocicleta, formando una hilera con ellas detrás de una línea blanca en el suelo. Todos tenían algo en común con Menma además de la moto y era que llevaban a alguien en sus espaldas, chicas o donceles.

_ ¿Qué es esto?- preguntó la ojiperla en un susurro; el hecho de encontrarse en una situación desconocida la ponía nerviosa y no le gustaba sentirse así.

El moreno la observó por encima de su hombro con una sonrisa divertida, ella no se había dado cuenta, pero había hecho más fuerte el agarre de sus finos brazos alrededor de su cintura- Es una carrera- explicó, el hombre del megáfono levantó su mano y los motores de los vehículos fueron preparados, haciendo un ruidoso estruendo junto con los alaridos eufóricos del público- competiremos juntos- agregó Menma mientras hacía que su motor también rugiera.

Hinata parpadeó varias veces antes de procesar la información. ¿Era una carrera callejera? ¿Esas cosas no eran ilegales? Además, se supone que Menma solo llevaba en Japón alrededor de un mes, ¿cómo es que ya sabía dónde se realizaban dichas competencias? Al parecer el onii-san de su rubio amigo era un amante de lo extremo y los saltos de adrenalina.

Lo más gracioso de todo aquello, era que la ojiperla no estaba para nada enojada, sino todo lo contrario. Era peligroso, un delito, estaban poniendo su vida en el límite y si la atrapaban terminaría encerrada de por vida en casa. Aun así, si decía que no le gustaba la idea, estaría mintiendo. A Hinata también le encantaba lo extremo y nunca había participado en nada parecido, ladeó una sádica sonrisa y le dio una palmadita al chico en la espalda.

_Cuenta conmigo, pero tendrás que darme la mitad del premio.

Menma rió divertido ante el comentario- Ese era el plan desde el comienzo- aclaró mientras mostraba unos blancos caninos y el brillo escarlata de sus pupilas se volvió efervescente ante la emoción y el morbo. No solo se sentía excitado por lo que harían, sino que con ello podría acercarse más a la chica. Requería que Hinata confiara en él y cuando lo lograra, le sacaría toda la información que necesitaba. No había hecho el viaje de Australia hasta Japón solo para ligar, era menester encontrar a su hermano y haría lo que fuera necesario para lograrlo.

_ ¡Que se preparen las parejas!- exclamó el hombre del megáfono.

Hinata observó incrédula como los acompañantes de los demás competidores se bajaban para volver a montar en los vehículos, pero de espaldas. Se amarraron unas cintas a las cinturas para permanecer pegados a los conductores y llevaban sus manos hacia atrás para sostenerse. Al parecer, los acompañantes eran el primer obstáculo de los competidores de la carrera. La idea no le gustaba nada, llamarse a sí misma un “obstáculo” hería su orgullo en lo más profundo, aunque solo fuera una metáfora.

_ ¿Debo hacer eso también?- le preguntó al pelinegro.

_ ¿Tienes miedo?- insinuó el Uzumaki con una ceja enarcada.

Hinata bufó molesta, bajándose del vehículo para después subirse igual que los otros acompañantes. Ella no tenía miedo a nada y se lo demostraría al moreno creído. Una chica del público se acercó con un pañuelo largo y se lo entregó a la ojiperla- Te lo presto- le dijo con una sonrisa divertida. Hinata asintió con la cabeza en señal de agradecimiento, entonces se ató a la cintura de Menma para luego llevar sus manos hacia atrás.

_Veo que no- respondió el pelinegro a su misma pregunta, usando una sonrisa de burla, movió su muñeca derecha adelante y atrás en el acelerador, haciendo que el motor rugiera más y más. El tipo del megáfono bajó su mano con un pañuelo rojo y automáticamente los competidores arrancaron, pasando por su lado hasta el terreno lleno de montículos de tierra y neumáticos como obstáculos.

Los alaridos no se hicieron esperar, los ánimos del público hacia los competidores y los chiflidos de euforia. La Hyuuga apretó los párpados cuando la carrera comenzó y la motocicleta absorbía cada vez más velocidad. Su corazón palpitó con fuerza y cerró los puños en la playera de Menma, arrugando la tela en la parte del vientre mientras su dueño la miraba con diversión.

_Por favor, dime que sabes lo que haces- suplicó en cuanto vio el público quedaba atrás con rapidez. El hombre del megáfono iba narrando lo que sucedía, explicando las reglas y diciendo algo de un camino de la muerte, pero al estar algo lejos, Hinata no lo pudo entender con claridad.

Unos tipos a los lados de la pista iban grabando todo para evidenciar que nadie rompiera las normas y de paso que el público viera lo que sucedía en una pantalla improvisada, que no era más que un reflector proyectando la imagen contra una lona  que se extendía entre dos autos. Hyuuga se preguntó de qué generación serían aquellas cámaras que podían filmar tan bien en la oscuridad, ya que en el terreno no había ningún reflector.

_ ¡Llevo poco tiempo conduciendo una Suzuki, pero es fácil acostumbrarse!- Menma aseveró los ojos cuando vio el primer obstáculo; levantó la rueda delantera de la moto, haciendo una maniobra evasiva para esquivar un prado de piedras puntiagudas. Si la rueda del frente se trababa con una de ellas, podían desviarse y caer- los japoneses merecen mis respetos, han diseñado una preciosidad como ésta.- Elogió a su nueva compañera, de pintura negra y pegatinas de fuego en los lados. Sonrió con perversión cuando vio que estaba en el primer lugar. Algunos de los competidores se atrasaron en el charco de piedras y ahora él iba en la delantera.

Hinata se quejó cuando la moto se incorporó de nuevo en sus dos ruedas, el golpe la había hecho saltar en el asiento- ¿Cómo es que puedes ver tan bien en la oscuridad?- tenía esa duda desde que comenzó la competencia. Al estar de frente a la retaguardia, podía ver que a los demás competidores se les hacía complicado ver por dónde iban, sin embargo Menma estaba tan confiado que parecía saberse el terreno de memoria, o que podía verlo como si fuera de día.

_Estoy acostumbrado a la oscuridad… ¡sujétate!- exclamó mientras ambas ruedas de la moto quedaban suspendidas en el aire por el salto que habían dado. Un monte de tierra los había hecho volar tan alto que de repente Hinata pensó se habían quedado sin gravedad.

_ ¡Esto es jodidamente divertido!- gritó entre risas. Su estómago dio un vuelco cuando la moto empezó a descender y se estampó contra el suelo. Una nube de polvo se elevó a los lados de Hinata cuando Menma aceleró y dejó atrás a más competidores. La velocidad era increíble y el viento frío le pinchaba la piel expuesta; a pesar de que estaba de espaldas, sino fuera por el casco con pantalla que llevaba puesto, no podría ver nada por la presión del aire contra sus párpados; aun así todo aquello le resultaba bastante apasionante.

_ ¡Apenas estamos empezando!- frunció el ceño levemente y ladeó una sonrisa cuando vio las torres de neumáticos en la distancia. Estaban apilados de forma que había que zigzaguear muy cerradamente para poder evadirlos. Todo un reto, pero nada que no hubiera hecho antes, en su tierra natal hacía cosas mucho más extremas y siempre salía victorioso. Menma apretó el embrague un par de veces y movió su mano derecha para acelerar- cierra las piernas, linda- pidió, más bien ordenó cuando vio que estaban a apenas unos metros de los neumáticos.

Hinata obedeció sin saber por qué de repente se sentía tan dócil. Apretó una rodilla con la otra y cerró más sus manos alrededor del torso del moreno. La motocicleta derrapó en la primera curva y un gemido de sorpresa se escapó de sus labios; la ojiperla sabía ahora por qué Menma le había pedido que cerrara las piernas. A causa de la curva tan cerrada, el vehículo se dobló tanto que su muslo casi rosa el suelo. Suspiró de alivio y apretó más sus piernas. Frunció las cejas al ver que otros competidores les pisaban los talones.

El Uzumaki chasqueó la lengua con la cercanía de sus adversarios, no podía irse por la tangente, si quería impresionar a la Hyuuga, debía ganar la maldita carrera. Llegó otra curva y ahora Hinata podía distinguir que había algunos vidrios enterrados a los lados del camino. Un cálculo mal hecho por parte de Menma y tanto él como ella terminarían muy mal parados.

Zigzaguearon entre dos torres más de neumáticos, Hinata chistó molesta cuando vio que uno de los que competían a sus espaldas pateó una de las gomas para derribar la torre sobre los que iban detrás. Le fastidiaba saber hasta dónde eran capaces de llegar algunos por un simple juego de niños – que era como veía esa carrera –.

_ ¡Solo quedan tres, Menma!- dijo Hinata al ver que algunos competidores no pasaron la prueba de los neumáticos por el “accidente”. Increíblemente, a pesar de ver como los chicos caían y se hacían notables heridas en el proceso, Hinata no sintió lástima ni mucho menos miedo de que le pasara lo mismo, confiaba en Menma y sabía que él no la dejaría caer.

_Aún quedan dos pruebas, no te sueltes y no abras tus piernas- ordenó con seriedad. Distinguió a unos metros la poza de lodo. Si la parte de los neumáticos era peligrosa, pues ésta lo era más. El lodo era bastante resbaladizo y si patinaba por error, se estrellaría sin remedio contra los muros de piedra que había a los lados del camino. No solo eso, con el tipo que tenía en la retaguardia, y sabiendo de lo que era capaz, Menma estaba seguro que intentaría hacer algo para derribarlos en dicho obstáculo.

_De acuerdo- chasqueó la lengua de nuevo al ver que uno de los que quedaba se estaba acercando peligrosamente, su compañero tenía un tubo metálico en la mano, así que ya podía hacerse una idea de lo que planeaban, al parecer Menma también lo notó y aceleró de nuevo.

_Esto será difícil- admitió algo molesto. No solo tenía que concentrarse en pasar la poza resbaladiza, sino que tenía que hacer algo por esquivar el golpe que aquel maldito deseaba propinarle. Tal vez a él, a su preciada moto o en última instancia a Hinata; eso era algo que por nada del mundo debía permitir. Tenía que pensar en lago para salir de esa.

_ ¿Por qué lo dices?- No es que estuviera asustada, ni que empezara a dudar de Menma, pero necesitaba saber cómo se las arreglaría el moreno para librarse de ese problema. Tal vez si tuviera un bate o algo parecido con ella, podría luchar mientras el azabache se centraba en conducir, pero estaba tan desnuda – se refiere a que no tiene armas – como un bebé.

_Con la motocicleta que usaba en Australia, podía frenar por separado las dos ruedas- explicaba de forma apresurada, no tenían mucho tiempo y ya podía escuchar las carcajadas de su contrincante- las Suzuki frenan a la vez, por lo tanto estaré en un problema- el lago de lodo estaba más cerca y Menma chasqueó la lengua con molestia, ya no tenían tiempo, debía improvisar- ¡Hinata, cuando te diga, estira los pies y mantenlos rectos!

_ ¿Qué?- no es que moverse en plena carrera le causara vértigo o algo, pero se supone que Menma estaba acostumbrado a esto. Si la había llevado allí, era porque había participado otras veces, pero esa repentina queja acerca de la moto, comparándola con la que usaba en su país, solo indicaba una cosa- ¡No me digas que es la primera vez que corres…!

_Lo es- admitió, sin embargo su semblante cambió de serio a divertido- y me alegra que sea contigo.

Sabía que era una broma y aun así su corazón la traicionó y comenzó a latir con fuerza- Vale…- dijo con la cabeza gacha para ocultar sus sonrojadas mejillas, su flequillo revoloteaba por el viento a pesar del casco, y ambas cosas impidieron que su compañero pudiera ver su rostro acalorado. Nunca había pasado antes, sin embargo el moreno había logrado que Hinata no Shedu enrojeciera de vergüenza.

_ ¡A la cuenta de tres!- enunció de repente, faltaba poco para llegar al lodo- ¡uno…!- Menma hizo más fuerte el agarre de su puño en el acelerador, a su vez, deslizó sus dedos hacia la palanca de freno y cambió la velocidad con su puño izquierdo- ¡dos…!- unos metros para el lodo, apretó el freno y el embrague a la vez, el corredor que tenía pisándole los talones le pasó de largo cuando frenó de golpe, pero cuando movió su puño en el acelerador, las gomas rechinaron por el brusco cambio y se impulsaron hacia arriba a pesar de que estaban en terreno plano, pasándole al tipo justo por encima de la cabeza y haciendo que patinara hasta chocar con un muro- ¡¡tres!!

Hinata cerró los ojos con fuerza y estiró las piernas. A causa de eso, su cuerpo hizo un contrapeso y la parte delantera de la moto quedó ligeramente más levantada que la trasera. Volaron por encima del lago, pudieron ver como los demás competidores resbalaban en el charco y caían hacia los muros. Hinata abrió los ojos cuando escuchó las guturales carcajadas de Menma, se estaba divirtiendo como nunca y ella también, por lo que no pudo evitar reír también.

Exactamente cuatro segundos de vuelo, cuatro segundos que pasaron en cámara lenta para Hinata, para Menma y para todos lo que vieron semejante maniobra.- ¡Dobla las rodillas!- gritó el moreno cuando la moto descendió hasta el suelo, cayendo en su rueda trasera. La ojiperla acató la orden inmediatamente y le dio gracias a dios de haber escuchado, sino, sus pies habrían chocado contra el suelo por la inclinación del vehículo.

Menma se hincó hacia adelante y la moto cayó en su rueda delantera. Ahora estabilizado el asunto, solo quedaba una curva para llegar a la meta. Estuvo a punto de decir algo, pero su compañera lo interrumpió- Ya lo sé, no soy estúpida- el pelinegro sonrió cuando vio que Hinata juntaba sus rodillas antes de que la moto quedara de lado cuando derrapó. Bajó una pierna para que le sirviera de eje y con un arco perfecto en el suelo de ciento ochenta grados, giraron en la curva cerrada hasta que lograron pasar la línea blanca de la meta.

Los alaridos no se hicieron esperar. El hombre del megáfono canturreó algo cuando anunció a los ganadores. Una circunferencia de jóvenes los rodeó a ambos, vociferando lo increíble que eran los dos y la perfecta pareja que hacían, no solo amorosa, sino como compañeros de carreras. El pecho de ambos se infló de orgullo al escuchar los halagos y Hinata no pudo evitar sonreír, aquella carrera había sido la ostia de divertido y no esperaba la hora de repetir algo igual de excitante.

_ ¡Es hora de entregar el premio!- anunció el tipo del megáfono. Los alaridos no se hicieron esperar y los puños al aire llenos de entusiasmo. Una joven vestida con poca ropa se acercó a los ganadores con una motocicleta completamente nueva, tenía las luces encendidas y un moño rojo en la parte del asiento.

_ ¿Ese es el premio?- preguntó la ojiperla con asombro mientras señalaba la motocicleta con su dedo. Era hermosa, llamativa, llena de luces, mini focos y unas pegatinas de rayos en los laterales, con cintas de neón en la parte trasera y en los neumáticos, pintada de un tono lila eléctrico.

_Después de casi jugarme la vida en esto, ¿qué más querías?- bromeó el moreno mientras se acercaba a la moto ante la mirada expectante de su pareja. Le dedicó una sonrisa de agradecimiento a la modelo y remolcó el vehículo hasta la ojiperla- toma- agarró la mano de Hinata y la puso sobre el volante- es para ti.

_ ¿¡Mía!?- no podía creerlo. Esa moto debía ser de Menma, después de todo él fue quien ganó la carrera, ella solo lo acompañó y aunque ayudó un poco, no podía aceptar semejante obsequio- no puedo- negó con la cabeza y trató de retirar su mano, pero el pelinegro la detuvo con un firme agarre.

_Estoy seguro que después de esta noche, confías en mí aunque sea un poco- cargó a la chica por la cintura y la sentó en el vehículo, picándole la nariz con la punta de su dedo para molestarla un poco. La Hyuuga sacudió la cabeza mientras arrugaba la nariz, justo como hacen los felinos cuando se les hace un golpe similar, Menma agregó con una sonrisa- después de todo, has dejado tu vida en mis manos.

_Pero…

_Es lo que quería desde el comienzo- interrumpió con un bufido de sorna, deslizando su mano descaradamente por el muslo de la chica y con la otra jugueteaba con uno de los mechones azulados de su cabello- ganarme tu confianza- se acercó hasta el oído – Hinata ya se había quitado el casco – para susurrarle de forma ladina- lo he conseguido, y el premio no me interesa, así que te lo doy.

Hinata sonrió para luego separarse de Menma con un ligero empujón en su pecho, analizándolo con los ojos entrecerrados, de forma inquisidora y clínica.- ¿A cuántas chicas has conquistado de esta forma?

_Mmnh…- Menma hizo una cuenta mental durante unos minutos, ladeando un poco la cabeza en el proceso- unas cuarenta y cinco, tal vez cuarenta y seis, no estoy seguro.

_ ¡Imbécil!- Hinata hizo ademán de saltar de la motocicleta, pero el brazo de Menma se lo impidió, devolviéndola al asiento con facilidad. Ella le dedicó una mirada asesina, de esas que dicen “no me toques o te muerdo hasta la muerte”. (Hibari: ¡deja de copiarme, maldita!  ò_ó)

El moreno rió un poco con aquella amenaza, no podía dejar de verla como su hermano cuando intentaba verse más grande mientras se paraba de puntitas, justo como los felinos cuando erizan su pelaje- Vamos linda, solo era una broma- le dejó un fugaz beso en los labios, aunque bastante firme, remarcando una marca que no quería que la chica olvidara- acepta el obsequio. Eres la primera apersona que le muestro esta faceta.

_Gustos algo extremos- reconoció ella mientras rodaba los ojos. Ignoró las palabras del hombre del megáfono, invitándolos a otra carrera, también los demás elogios de los jóvenes, los cuales no habían cesado en todo ese tiempo. Bajó del vehículo, ésta vez Menma no se lo impidió, a cambio caminó a su lado mientras remolcaba su moto negra y ella la – ahora – suya de color lila, alejándose del lugar lentamente.

_Bueno, tú también tienes gustos extremos,- se encogió de hombros- sino, te lo habrías hecho encima de puro miedo.

_Pff… si claro.- Se mofó ella. La motocicleta era algo pesada y no estaba hiendo al paso apresurado que estaba acostumbrada, aun así, era reconfortante de cierta forma. Caminar junto a Menma, dejando el bullicio atrás mientras se adentraba en la oscuridad de la avenida, no parecía ser una mala idea.

_ ¿Quieres unas clases?- propuso sin dejar de mirar al frente, su mirada era apacible y tranquila mientras solo el sonido de sus pasos y el choque de los neumáticos con las piedras irrumpía la afonía.

Hinata parpadeó algunas veces ante la pregunta, lo miró incrédula sin saber a qué se refería el Uzumaki- ¿clases?

Menma señaló su nueva moto con un ademán- para montarla- aclaró.

_ Oh…- entrecerró y clavó la vista en el frente, pensando en si aceptar o no. Aún se sentía con cierta desconfianza hacia Menma, a pesar de que le había demostrado que podía ser – levemente – de fiar, eso no quería decir que podía abrirse a él tan fácil. Muchos han dicho que era una persona arisca, dándole aquel apodo de demonio incontrolable o algo así, pero no podía evitarlo. Después de la forma en que se crió, dependiendo de sí misma para sobrevivir y además proteger a su hermana, había aprendido a no confiar en la gente.

_No pienso morderte- mofó el de ojos escarlatas al notar el mutismo de su compañera. Podía adivinar, por como era su personalidad, que le costaría acercarse. Por alguna razón, Hinata ocultaba a todo el mundo que era una chica, él la descubrió cuando la acorraló en aquel armario del colegio, después de tocar su pecho y ver que no era para nada plano, sacó sus propias conclusiones, pero, ese hecho solo le decía a Menma que Hinata no era una persona que confiara fácilmente en las personas, así que debía esforzarse un poco más.

_ Siento informarte, Mr. Casanova, pero las mordidas no me dan miedo- sarcasmo al ataque y el ceño de Menma terminó fruncido. En serio odiaba esa parte tan altiva y socarrona que tenía Hinata.- Sin embargo- llamó rápidamente su atención al agregar una última noticia- acepto las clases, creo que podrían ser útiles.

El pelinegro resopló y se puso una mano en el pecho- creo que estoy ofendido- dijo ampliando la sonrisa burlona- una chica enana me está utilizando a su antojo.- Recalcó de forma teatral.

_ ¡No soy enana!- rugió fastidiada- Y tú mismo te has ofrecido, deja de hacer el tonto.

_Tranquila- le puso una mano en la cabeza y la sacudió cual cachorrito- solo bromeaba.

Después de eso, Hinata no dijo nada, solo compuso un puchero con los carrillos inflados y desvió la mirada. Ambos se detuvieron en un amplio espacio de forma circular, rodeado de árboles y pasto corto. No era un buen sitio para practicar, pero tampoco podían hacerlo en la ciudad. La familia de Hinata no podía descubrirla por nada del mundo.

_ ¿Empezamos hoy?- preguntó incrédula al ver que Menma dejaba a su cacharro – como le catalogaba ella en sus adentros – recostado contra un árbol y preparaba el suyo para que montara.

_Por supuesto, sino, ¿cómo volveremos a la ciudad?- respondió como si fuera lo más obvio.

Hinata levantó su dedo y lo movió de forma cómica- Tienes un punto- admitió.

Menma rodó los ojos- Ven, sube- palmeó en el asiento para que lo chica se acomodara en él. Cuando lo hizo, le tomó las dos manos y le colocó una en cada palanca. Presionó sus dedos contra los de la mano izquierda- Embrague- señaló, después movió la manija del lado derecho adelante y atrás- acelerador- deslizó los dedos de la mano derecha hacia la palanca que estaba frente a la manija y los presionó- frenos.

_No parece ser tan complicado- dijo algo concentrada, repitiendo mentalmente la corta lista que le enumeró el moreno. Movió sus dos manos por orden, embrague, acelerador, frenos, nada del otro mundo. Además de que ya sabía conducir el automóvil de su padre, así que las reglas debían ser básicamente las mismas.

_De hecho es bastante fácil- admitió mientras daba un paso atrás- gira la llave- ordenó mientras imitaba el movimiento giratorio con su muñeca. Hiante giró la llave como indicaba Menma y la moto ronroneó por lo bajo- acelera y suelta despacio el embrague- Hinata así lo hizo, el vehículo comenzó a avanzar despacio, deslizándose unos pocos metros por el pasto.

_Quiero ir más rápido- pidió mientras hacía un mohín. Iba tan despacio que Menma podía ir a su lado caminando.

El pelinegro negó con la cabeza- Primero debes aprender a mantener el…- se quedó con la palabra en la boca cuando vio que la ojiperla soltó el embrague de golpe y aceleró moviendo su mano derecha, disparándose hacia adelante como un proyectil- …equilibrio.

_ ¡Esto es increíble!- exclamaba emocionada, se dejó llevar por la adrenalina y la euforia del momento. La carrera de recién aún la tenía bastante emocionada, deseaba llegar pronto al nivel de Menma para participar por su cuenta en sus propias competiciones. Podía convertirse en una adicción, pero no le importaba, además, le gustaba ser independiente, por lo que no quería tener que contar con Menma para divertirse como lo hizo esa noche- ¿¡Cómo giro?!

Menma abrió bastante los ojos, ¿cómo es que una chica podía ser tan desobediente y obstinada? Si le hubiera hecho caso desde un comienzo…- ¡Gira el volante!- Hinata no lo hizo, sus brazos estaban tiesos contra las manijas y no giraba- ¡Dobla, Hinata!- no lo hacía y el muro de árboles se estaba acercando peligrosamente- ¡¡GIRA!!

_ ¡Ya lo sé!- rugió exasperada y dobló en el último minuto, apenas rozando los matorrales para rodear en redondo por el terreno de práctica- ¡No soy una idiota, con una vez bastaba!- regañó molesta mientras daba vueltas en círculos alrededor de un enfadado moreno.

_ ¡Si ya lo sabías, ¿por qué no doblaste antes?!

_Porque así es más divertido.- Respondió como si fuera lo más normal del mundo, encogiéndose un poco de hombros y derrapando alrededor como lo hubiera hecho el pelinegro en la carrera, pero no tan cerca el suelo.

_Eres una principiante, deja lo divertido para cuando seas…

_ ¿Cómo tú?- burló con una ceja enarcada- No te creas tanto, puedo superarte fácilmente.

Una vena enorme apareció en la frente del Uzumaki, menuda creída estaba hecha la Hyuuga- Has lo que quieras, paso de ti- dijo fastidiado mientras se encaminaba hasta su preciada Suzuki y se subía en ella para salir de allí.

_Te rindes fácilmente, Casanova-kun- se mofaba con una media sonrisa.

_No me he rendido, solo paso de ti- reafirmó cuando encendió el motor y se acercó hasta la ojiperla para detenerse a su lado- además, necesito que respondas algo.

_ ¿No que pasabas de mí?

_Solo responde y me iré, prometo dejarte en paz.- Menma pudo ver como Hinata arrugaba la nariz y entrecerraba los ojos, no dijo nada así que decidió continuar- Esos moretones, ¿quién te los hizo?- no podía ser tan directo. Era menester que Hinata confiara en él para que le revelara el paradero de su hermano, así que lo mejor era mostrar “preocupación”.

Menma había estado preguntando en el colegio, pero nadie sabía dónde lo podía encontrar fuera de las clases, no tenía amigos ni se había relacionado con nadie, solo tuvo una oportunidad cuando vio un día como Hinata peleaba con un chico, defendiendo al “doncel extranjero”. Ese debía ser Naruto, no había duda. Si Hinata lo estaba defendiendo, entonces lo conocía de algo. Por eso la interceptó aquel día en el pasillo. Lo que sí nunca esperó, fue que la chica – en ese momento doncel – fuera tan dura que ni una pista había podido sacarle.

_Eso no te incumbe- alegó con el ceño fruncido- no necesitas saberlo.

_Me preocupas- compuso una expresión lastimera, casi como un cachorro necesitado, pero ni así la ojiperla cedió- entonces déjame hacerte otra pregunta- resopló al saberse acorralado, ya no le quedaban excusas ni argumentos para retrasar su principal preocupación, debía decirla y ya, después pensaría en alguna forma de no verse tan desesperado- ¿dónde puedo encontrar a mi hermano?

Hinata crispó las comisuras de sus labios hacia abajo en un mohín de fastidio. Movió su puño derecho adelante y atrás, haciendo que el motor de su motocicleta rugiera. Menma parpadeó un par de veces cuando la vio conducir en círculos a su alrededor- Sabía que era por eso- refunfuñó enojada- pero ya te lo dije una vez, no me inspiras confianza- presionó el embrague y se disparó hacia la avenida mientras le mostraba al moreno su dedo medio- ¡Gracias por el obsequio, pero no delataré a Naruto! ¡Si no se ha mostrado contigo, por algo será!- y con esas últimas palabras, se perdió en la oscuridad de la noche en dirección hacia la ciudad. Gracias a las cortas lecciones de Menma, ahora podía volver por su cuenta, ella era una genio al fin y al cabo, conducir una motocicleta no le resultó ningún reto.

Menma hizo crujir sus dientes y lanzó el casco contra el suelo en un ataque de furia. Un rugido algo inhumano se escapó de su garganta cuando se dio cuenta que el tiro le salió por la culata. Antes en el colegio y ahora en aquel desierto, Hinata lo había tomado por tonto como un estúpido. Pero esto no se quedaría así, se las iba a cobrar con creces. Tanto recelo respecto a sus golpes, algún secreto gordo debía ir detrás. Si antes le preguntó porque estaba preocupado, ahora lo averiguaría todo para amenazarla, total, solo sería un intercambio de información.

Se subió a la Suzuki con la mandíbula contraída y los músculos tensos, por el momento podía intentar infiltrarse en el colegio de nuevo. No lo había intentado dos veces porque la primera fue casi imposible, al ser un edificio para niños ricos y de prestigio, la seguridad era exquisita, pero, debía intentarlo nuevamente, tenía que encontrar a Naruto.

 

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El sol salió como siempre cuando el reloj marcó la hora de un nuevo día, los párpados le escocían por el calor brillante que le daba de lleno. Se puso la almohada en la cabeza en un gesto de pereza, sin la más mínima intención de levantarse, pero al escuchar unas voces inconexas en la lejanía, recordó algo muy importante. ¡No estaba en su casa! Ese detalle lo había pasado por alto durante la noche, al quedar dormido después del desvelo por culpa de los “fantasmas”, Naruto ni siquiera recordaba lo que pasó el día anterior.

La casi violación de Sasuke en el club de Literatura, la plática con Sasori, el extraño monólogo del moreno bajo la lluvia, el casi polvo en el callejón, la cita que tuvieron en el restaurante, el acoso de Sakura, la pelea dónde los gemelos lo salvaron y por último, el intento de Fiesta de Pijamas que había hecho al quedarse en su casa, la cual, lo había impresionado bastante por su tamaño. Construida al estilo occidental, de decoraciones blancas y negras en casi todo y las decenas de habitaciones que tenía, todo un palacio.

Arrojó la almohada contra la pared en un gesto desesperado, aún tenía sueño, pero al recordar que era un invitado allí, no podía hacer de perezoso y levantarse tarde. Salió de la habitación arrastrando los pies y bajó los escalones mientras ahogaba un largo bostezo con su mano, de verdad estaba cansado.

En la planta baja estaban los mellizos Uchiha, Sasuke sentado en una de las sillas del comedor mientras leía el diario. Estaba vestido con unas bermudas grises y una playera negra con un dibujo de relámpagos blancos en la parte delantera. Cerca, estaba Rasuke, frente al fregadero mientras preparaba lo que era al parecer el desayuno. Estaba vestido con unas bermudas negras y una playera azul pálido con un letrero en la espalda que decía “I’m Freak”. Sus ropas eran tan iguales como diferentes, justo como ellos.

_Buenos días- bostezó de nuevo el rubio. Sasuke bajó el periódico para apreciarlo mejor y Rasuke lo observó por encima de su hombro. Naruto estaba vestido con unas pijamas que le prestó el menor de los hermanos. Le quedaban enormes, las mangas tapaban completamente sus manos, dejando solo los dedos a la vista y tan holgada que parecía un vestido. El pantalón se le caía, apenas sostenido por los huesos de las caderas y a sus pies les pasaba lo mismo que a las manos, solo a la vista la punta de los dedos.

Ambos morenos carraspearon incómodos y siguieron con sus tareas. No porque Naruto los pusiera nerviosos – en teoría sí lo hacía – sino, porque la vista era tan deslumbrante que quedarían ciegos en el intento- Buenos días- respondieron al unísono.

Naruto se talló un ojito con su puño y volvió a bostezar, los gemelos carraspearon de nuevo, tratando de controlarse para no atacarlo- ¿Dónde está el baño?- preguntó después de parpadear en cámara lenta, intentando desperezarse como los mininos.

_La tercera puerta de la izquierda- respondió el menor de los Uchiha- tu ropa se está lavando, Rasuke te prestará algunas prendas.

_De acuerdo- subió las escaleras y se perdió de la vista de los gemelos, los cuales suspiraron a la vez, de forma agotadora y aliviada. De menudo autocontrol tenían que valerse, y eso que se habían desfogado un poco la noche anterior.

_Ridículamente adorable- confesó Sasuke mientras volvía a su lectura del diario de forma “desinteresada”.

_Completamente de acuerdo- le respaldó su hermano antes de volver con su labor de hacer el desayuno.

Pasaron algunos minutos en silencio, el sonido de los platos era todo lo que se escuchaba en el comedor hasta que Rasuke terminó de preparar la comida y la acercó a la mesa con una maniobra, llevando al menos diez platos apilados en sus brazos. Sasuke iba a ayudarlo, pero al ver que su hermano se estaba divirtiendo con su proeza, lo dejó ser.

_Te has esmerado- admitió Sasuke cuando apreció todo en lo que consistía el desayuno. Algunas tostadas de pan de ajonjolí, leche fresca y calentita con un toque de canela, café negro y bien cargado, huevos fritos, revueltos, un par de huevos duros (N/A: hahahaha…. >///<), mayonesa y otros aderezos, tocino, jamón y dos jarras de jugo, una de naranja y la otra de tomate.

_Bueno, tenemos un invitado especial- admitió con un encogimiento de hombros- además, es fin de semana, podemos desayunar con calma.

_Vale- Sasuke observó desde su puesto privilegiado como su hermano se movía de aquí para allá, acomodando toda la comida en la mesa de doce puestos. Aún le costaba creer que se habían reconciliado después de tantos años en disputa, todo gracias a Naruto. Porque sí. El hecho de que él y Rasuke hayan hecho las paces, fue solo por Naruto (N/A: y porque querían follarse, no te jode? ¬¬).

Si bien era cierto que desde que lo conocieron no habían parado de pelear por su custodia definitiva, al final se dieron cuenta que de esa forma no llegarían a nada. Estuvieron platicando de eso en la mañana, antes de que Naruto se levantara. Ambos se habían dado cuenta que él tenía traumas y secuelas de algo que lo afectó en su pasado, sus reacciones en ciertas circunstancias lo delataban. Podía decir lo que quisiera, pero los gemelos no eran estúpidos, le pasaba algo, de eso no les cabía la menor duda.

Deseaban acercarse a Naruto, tratar de ayudarlo y en última instancia, pero no menos importante, que los aceptara. Esa vena sobreprotectora que el blondo les fomentaba a los hermanos, cada vez latía con más fuerza. Querían extirpar los miedos de Naruto de raíz, y solo había una forma de lograrlo sin que nadie saliera lastimado…, aliándose.

Quién lo había propuesto en un comienzo fue Rasuke, o eso intentó la noche anterior, pero al ver que su mellizo seguía renuente y encaprichado con mantener la hostilidad entre ambos, decidió que lo mejor era ir al plan B, el mismo que le funcionó años atrás. Él amaba a Sasuke, y Sasuke lo amaba, solo quedaba que dieran el primer paso para después… poder incluir a Naruto. Al final, consiguió que su hermano aceptara, alegando que era por el bien del rubio y por el de ellos mismos. Ahora solo quedaba lo más importante…; unir fuerzas para conquistar al doncelito que los tenía a ambos con la cabeza patas arriba.

_Salgamos a algún lado, los tres tenemos el día libre- propuso Rasuke cuando acomodó las frituras a un lado de las tostadas. Sasuke bajó el periódico para verlo y enarcó una ceja con escepticismo.

_ ¿Salir? ¿Te refieres a…?

_Eso mismo- asintió con la cabeza cuando cruzó los brazos en su pecho. Gesto que indicaba que no aceptaba un no- una cita…, los tres.

Sasuke carraspeó incómodo y se concentró en su lectura, mirando de soslayo a su hermano. No es que le molestara la idea, pero él no tenía imagen de a qué tipo de lugares se iba en dicho… acontecimiento.- De acuerdo, pero tú escoges el sitio- dijo y volvió a levantar el diario. Dejándole esa tarea a su gemelo, sabía que las cosas podían ser divertidas después de todo, para Naruto incluido, así que no tenía por qué negarse.

Rasuke ladeó una sonrisa pícara y se acomodó en la mesa frente a Sasuke- ya tengo el sitio ideal- le arrebató los jodidos papeles grisáceos que tenían a su hermano tan “distraído” y extendió su media sonrisa hasta hacer una completa.

Sasuke resopló por el robo de su diario y rodó los ojos. Apoyó un brazo en la mesa e inclinándose hacia adelante, entrecerró los ojos analíticamente para interpretar la expresión socarrona de Rasuke- ¿Dónde?

El mayor separó los labios para hablar, pero la voz de cierto doncel de ojos azules llamó su atención. Naruto entró al comedor con los cabellos mejor acomodados que minutos antes, su rostro se veía más animado y fresco y ya no parecía estar cayéndose de sueño. La ropa que le prestó Rasuke le quedaba enorme, pero – como había dicho Sasuke – ridículamente adorable. Una playera azul cielo con un candado en el medio y un letrero que decía: Unlock”, que le quedaba holgada, larga hasta la parte baja de los muslos, y un chándal blanco con líneas azules a los lados que se le arrastraba por lo largo que le quedaba.

_Me queda grande- aclaró con un pucherito. Agarró los extremos de la playera y los estiró hacia los lados para marcar el punto. Parpadeó confundido cuando los gemelos hicieron el movimiento al unísono de llevarse una mano a la nariz y presionar el tabique mientras carraspeaban con un deje de alteración- ¿pasa algo?

Rasuke levantó una mano y la movió para afirmar su negativo- no, tranquilo- se limpió con el dorso la sangre que se le había escapado. Sasuke le brindó un pañuelo de papel de la caja que tenía en la mano – que nadie sabe de dónde sacó a esas alturas – y terminó de limpiarse con él. Era increíble cómo Naruto le provocaba a ambos la misma reacción en cadena.- ¿Te apetece salir un rato con nosotros?- preguntó de repente, cambiando de tema en su fuero interno.

Naruto lo meditó unos minutos, no tenía nada importante que hacer y los mellizos se habían portado muy bien con él, no podía ser grosero y rechazar la invitación- de acuerdo- movió su cabeza de arriba abajo a modo de asentimiento- ¿a dónde iremos?

_Primero a desayunar- exigió el mayor. Palmeó la silla para que Naruto se sentara a su lado, justo entre él y Sasuke. Así lo hizo y Rasuke pudo regocijarse al ver los ojos brillantes del pequeño doncel cuando vio toda la comida- yo la he preparado- aclaró con un toquecito de orgullo en su voz. Sasuke rodó los ojos en silencio y se dispuso a comer.

_ ¿En serio? Eres increíble- elogió Naruto. Le dio una probadita a las frituras y un ronroneo por lo bajo se escapó de su pecho. Sus carrillos se pintaron de carmín, no pudo evitar soltar una lagrimita cuando probó el tocino con los huevos fritos y las tostadas- ¡delicioso!- exclamó sin que le cupiera la menor duda.

_Por supuesto, ¿cómo esperabas que estuviera cuando lo he cocinado yo?- dijo Rasuke de forma burlona, imitando un gesto de ofensa hacia su magistral persona.

Naruto rió bajito y siguió comiendo. De repente ya no sentía esa hostilidad en el ambiente cada vez que los Uchiha estaban juntos. De cierta forma era reconfortante que no estuviesen peleando, discutiendo y/o matándose. Le dio un sorbo a la leche tibia con canela y ronroneó de nuevo. Estaba extrañamente relajado en esa posición, sentado en la mesa, los gemelos a su lado, desayunando los tres juntos. Extraño, era la mejor palabra para describirlo, pero reconfortante en parte.

_ ¿Y?- Sasuke dejó su café a un lado, entrelazando los dedos delante de su mentón, aseveró su mirada hacia la derecha, penetrando a Rasuke con ella para que le diera una respuesta factible y convincente- ¿Dónde será?

Rasuke le dio un sorbo a su café y también lo dejó a un lado. Imitó el gesto de su gemelo, entrecruzó los dedos delante del mentón y dirigió su mirada hacia la izquierda. Naruto se sentía incómodo de repente, estando en el centro de ese duelo de miradas, no pudo evitar hacerse bolita en su asiento, metiéndose dentro de su propio cuerpo. Rasuke cambió la dirección de su mirada y observó divertido la timidez que desbordaba el rubio desde todos sus poros- Pequeñín- lo llamó por lo bajo, haciendo que el rubio diera un saltito antes de mirarlo- ¿te gustaría ir a la piscina?

 

Continuará…

Notas finales:

Y aquí termina el capi. Sé que habrían deseado más de los gemelos y Naru-chan, pero era necesario desarrollar la parte de Menma y Hinata, ya que ellos dos son demasiado importantes en la historia… aunque no lo parezca ¬¬… Pero les prometo algo. El próximo capítulo estará lleno de SasuNaru, RasuNaru, SasuRasu y RasuSasu…. Cielos o///o… estará que arde el próximo capi… hahahaha… pero bueno… eso era todo.

Ahora, quién desea que Naruto ya empiece a curarse? Yo voto porque sí lo haga, y si es con la ayuda de los gemelos, pues mejor. Por eso se me ocurrió lo de la cita, aunque pienso que deberán tener varias, ustedes que dicen? Además de la piscina, dónde más deberían tener una cita este hermoso trío?

Díganmelo en los rews, eso me dará la suficiente inspiración para poder continuar esta loquita historia a pesar de la depresión…. Si, estoy depre ¬¬… todo porque ¿Hasta dónde llega la inocencia? Ya llegó a su final TT_TT… me gustaba ese fic, me enamoré de mi propia historia, pero no me hagan caso… recuerden que me falta un tornillo n_nU…. Nos vemos la próxima semana.


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