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Twin Uchiha por Kuroyami Mirai

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Notas del capitulo:

Los personajes son de kishimoto :)

La SdK. Una secundaria construida exclusivamente para niños ricos y/o prodigios de todo el país. Los mejores profesores, los mejores salones y los más refinados instrumentos. Generalmente, se considera a esta escuela – que comienza desde el kínder hasta la preparatoria – como una de las más cotizadas del mundo. Nada podía perturbar la paz en tan prestigiosa institución…, a excepción de un par de gemelos pelinegros.

Si había algo que en verdad removía ese colegio desde los cimientos, eran las discusiones del par Uchiha. Los estudiantes pasaban del problema por la fuerza de la costumbre, algunos profesores hacían lo mismo. Pero había alguien en ese colegio que no tenía tanta paciencia. La directora y actual dueña de la institución. Senju Tsunade.

La rubia prácticamente los vio crecer, puesto que están en su centro desde muy pequeños hasta el presente, estando a meses de graduarse de la preparatoria. Tsunade podía asegurar como nadie más, que esos chicos eran la ostia de inestables. En la primaria se amaban y no se separaban, andaban como los siameses para todas partes. Cuando entraron en la secundaria, estuvieron peleando los primeros años, removiendo la escuela entera. En los últimos años se pegaron otra vez como lapas y al entrar en la preparatoria volvieron a pelearse.

Estaba harta de ese circo. Tres años más estuvieron peleando cada vez que se veían, sin importarles si había profesores presentes o no. No podían ni mirarse, matándose a leguas con la mirada Made in Uchiha. ¡Y ahora volvían a estar pegados! ¿¡Qué mierda le pasaba ese par de hermanos, joder?!

Frotándose las sienes con los dedos, Tsunade mitigó un poco de la jaqueca que estaba teniendo. Podía ser resaca, o solo era estrés por el trabajo, pero de cualquier forma, estaba hasta la médula de los Uchiha. Por eso lo había llamado a él, su última alternativa. Podía ser algo alocado y estúpido cuando quería, pero si había alguien que podía controlar al par Uchiha, ese era su invitado.

_Entiendo la situación- hablaba el hombre frente a la mesa de la directora, con los brazos tras la espalda y el porte erguido, parecía un monarca sacado de época- ¿pero qué tengo que ver yo con los gemelos?

_Escucha, Kakashi. Sé que ellos te respetan, incluso te admiran. Tal vez si les hablas de vez en cuando, podrás arreglar ese problema bipolar que tienen.- explicaba la rubia, con los codos en la mesa y los dedos entrelazados frente al mentón, era una figura seria digna de respeto.

Kakashi respiró largamente y se dejó caer en la silla frente a la mesa. Metió un dedo en el nudo de su corbata y la aflojó. Abriendo las piernas, optó una pose casual bastante relajada.- ¿Para eso me ha sacado de mi luna de miel?

_Te necesito, Kakashi. Eres la única opción que me queda…, además- una vena enorme salió en la frente de Tsunade, apretó el agarre de sus dedos cuando evitó el temblor de su ceja- has estado de luna de miel durante tres años. ¿Qué te piensas de la vida? Es hora de que vuelvas al trabajo, maldito perezoso.

Kakashi ladeó una sonrisa ladina llena de morbo- Es que, no me canso de mi pareja. Podría follármelo todos los días y…

_ ¡Hey!- regañó Tsunade con una mano en señal de Stop- Alto ahí, campeón. Que no me interesan tus intimidades, joder.

_De acuerdo- se encogió de hombros- te ayudaré, pero solo lo hago por Obito, que lleva días diciendo que extraña a sus sobrinos.

La expresión de Tsunade cambió de irritada a nostálgica al recordar al pelinegro- y…, ¿cómo le va? ¿No han podido…?

_Aún no- se adelantó el peliblanco, poniéndose serio de repente- su cuerpo está algo débil y tengo miedo.

_Sabes que tengo un doctorado, Kakashi. Puedes contar conmigo cuando haga falta.

Kakashi se puso de pie sobándose la nuca- está bien, Tsunade. Ninguno de los dos estamos apresurados- levantando una mano, se despidió de la rubia mientras le daba la espalda- nos vemos después, ¿vale? Veré que puedo hacer con el terremoto Uchiha- y con esas últimas palabras, salió de la oficina.

Tsunade suspiró, sintiéndose más vieja de repente. Kakashi y Obito fueron sus alumnos cuando era una simple profesora de preparatoria. Eran un dolor de cabeza en su época, eternamente peleando por tonterías. Kakashi siempre siendo demasiado pegado a las reglas, regañaba a su compañero de salón por la más nimia de las cosas. En cambio Obito, era un doncel revoltoso incapaz de quedarse quieto. En el fondo lo entendía, era el único doncel de su familia en esa época, una que además, era famosa por su prestigio y sus varones estoicos.

Por supuesto, esa soledad se vio amilanada cuando Kakashi estaba presente, por lo que Obito siempre buscaba la forma de llamar su atención. Hasta que lo consiguió, pero sin darse cuenta que se le pasó la mano y entonces Kakashi se volvió su acosador personal. No lo dejaba tranquilo, mostrando un lado pervertido que mantuvo oculto todo el tiempo.

Al final, tantas vueltas dieron que terminaron casados y con una prolongada luna de miel de tres años hasta el presente. Sin embargo no habían podido tener hijos, no porque alguno fuera estéril, sino porque, con el paso de los años, el cuerpo de Obito se fue debilitando hasta el punto en que cualquier cosa lo agotaba. Como ya había dicho, Kakashi tenía miedo de que un embarazo se llevara la vida de su esposo, por eso lo habían estado evitando a toda costa.

Dando un sonoro golpe en la mesa, Tsunade exorcizó esos pensamientos tan deprimentes. Obito no era tan débil, seguro se recuperaría pronto y podría ver a sus hijos correteando en la sección kínder de su institución. Se puso de pie y agarró unos panfletos para dejarlos en la mesa de Shizune con una nota de color manila que indicaba que los colgara en los pasillos. Ahora que había cerrado su faceta responsable con broche de oro, se daría un merecido trago de sake.

 

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Naruto apretaba la bolsa de libros contra su pecho, cohibido ante las miradas penetrantes contra su persona mientras se encaminaba hacia la cafetería. Maldijo internamente a los Uchiha en su fuero interno, culpándolos por convertirlo en el centro de atención cuando obviamente lo odiaba. Desde la cita que tuvieron en la piscina, no lo dejaban en paz. Lo perseguían a todos lados como si temieran que le sucediese algo. Bufó con fastidio. ¿Qué le podía pasar estando en la escuela? No entendía ese extraño recelo.

Además, eso no era todo. La SdK entera estaba impactada con la renovada relación de los hermanos, ahora unidos y sonrientes todo el tiempo. Cada cual a su forma, claro. Mientras Rasuke exudaba felicidad con sus radiantes sonrisas de comercial de Colgate, Sasuke mostraba unas discretas, pero perceptibles sonrisas a medias.

Por supuesto, no faltó nada para que se volvieran la comidilla del día, pasando de ser perro y gato para volverse siameses. Y eso no era todo, sino que se habían llevado a Naruto consigo hacia las bocas de todos los estudiantes. Buscándolo en el piso de los de primer año, juntándose los tres en la cafetería, turnándose los días de la semana para ver cuál de los dos llevaba a Naruto a casa en su auto.

Todo un fastidio.

No era que le molestara, en realidad, la compañía de los gemelos era la única que su tímido cuerpo aceptaba a excepción de Hinata, la cual, hacía tiempo que no veía. No dejó de ir a clases, pero tampoco lo frecuentaba como antes. Durante esa semana, Hinata se había limitado a pintar en un rincón para que nadie la molestase, ni siquiera Naruto.

Estaba preocupado, pero prefería darle su espacio y tratar de acercarse cuando ella en verdad lo necesitara. Por ahora parecía mejor dejarla sola. Tal vez tenía que ver con los moretones de su cuerpo, los cuales habían desaparecido apenas. O era el hecho de que ya no pintaba sus dragones, ahora solo pintaba extraños zorros de pelaje negro y ojos rojos. Daba un poco de miedo sus dibujos, todos sangrientos y oscuros. Esperaba que esa faceta no durara demasiado y volviera a ser la misma volátil de siempre.

Frunció el ceño al ver en el pasillo a la vice-presidenta del consejo, Haruno Sakura. Desde el encuentro que tuvieron en el restaurante, ella no se le volvió a acercar, ni a amenazarlo, pero de cierta forma, su mirada ahora destilaba más miedo que aquella vez. Era como la calma antes que la tormenta. Agachando un poco la cabeza en una reverencia, le pasó de largo sin decir ni una palabra. Apretó más la bolsa contra su pecho cuando vio esa sonrisa torcida y llena de frialdad. Algo tramaba, de eso no había duda.

Observó en la distancia las puertas de cristal nevado de la cafetería, los gemelos de seguro ya lo estaban esperando. Esperaba que al menos esta vez pudiera comer sin que se peleasen por quien le daría la comida en la boca, sabiendo además que él no escogería a ninguno porque eso lo avergonzaba. Aunado al hecho de que eran el objetivo de todas las miradas del lugar.

De repente sintió un calor bastante sofocante, la cafetería estaba más abarrotada que de costumbre, llena de estudiantes de otros años. No entendió esto, los de la primaria y secundaria baja tenían su propia cafetería, ¿qué hacían allí entonces? Buscó con la vista al par de melenas brunas, pero había tantas cabezas más altas que la suya, que apenas podía ver.

_ ¡Pequeñín!- Naruto reaccionó ante aquel llamado. El brazo de Rasuke se agitaba por encima del gentío, indicándole al rubio dónde estaban él y su hermano. Naruto se abrió paso entre la gente, buscando la mesa que los gemelos habían monopolizado durante esa última semana como sólo y únicamente de ellos tres. Incluso si no iban a la cafetería, nadie osaba de sentarse allí. Debía admitir que los chicos tenían cierto poder sobre el alumnado, daba algo de miedo.

_ ¿Por qué está tan lleno?- preguntó mientras dejaba la bolsa en la mesa y se sentaba en su sitio marcado, justo entre los dos.

Sasuke leía algo, al parecer de su trabajo en el consejo, se quitó las gafas de lectura para responder- Es por los anuncios.

Naruto ladeó la cabeza, algo confundido por la respuesta tan banal- ¿Anuncios?

_ ¿No lo sabes todavía?- preguntaba un sorprendido Rasuke mientras le acercaba al rubio el almuerzo que le había preparado. Otra costumbre marcada en los últimos siete días. Rasuke se había hecho la rutina de prepararle el almuerzo a los tres- Es por la fiesta de esta noche. Halloween.

_ ¿Halloween?- dijo extrañado el blondo- ¿en Japón se celebra?

Rasuke se encogió de hombros- ¿Por qué no lo íbamos a celebrar?

_Es cierto- le secundó Sasuke, optando su pose de tipo serio, con los codos en la mesa y las menos delante de la barbilla- Nuestra escuela siempre lo celebra, cada año se hace una fiesta durante la noche, organizada por la directora. En ella está permitido de todo, incluso el alcohol y las drogas, menos para los que están en años menores.

_ ¡No jodas!- exclamó un asombrado Naruto- ¿cómo es posible que la directora permita eso?

_No lo permite- aclaró Rasuke con orgullo- la vieja es la que lo organiza.

_Solo hay una regla- seguía explicando Sasuke- hay que asistir disfrazado, de lo contrario no te dejarán entrar. Cada año es un tema diferente.

_ ¿Cuál es el tema de este año?

_ ¿Por qué lo preguntas, pequeñín? ¿Te interesa ir a la fiesta?- Rasuke le acarició la mejilla con los nudillos, provocando un sonrojo en Naruto y una apresurada necesidad de ingerir su almuerzo para ocultarlo.

_ ¡Está delicioso!- exclamaba con la boca llena, metiéndose un onigiri casi completo para disimular- como siempre, tu comida es exquisita, Rasuke.

Inflando el pecho con orgullo, Rasuke canturreó el himno de la victoria- por supuesto, soy yo después de todo.

_ ¿Y eso qué quiere decir?- pregunta Sasuke sin ningún interés en especial.- no tiene ningún sentido lo que has dicho.

_ ¡Claro que lo tiene! Es solo que se necesita un poco más de cerebro para entenderlo.

_ ¿Estás diciendo que no tengo cerebro?

_No lo sé, trata de pensarlo por tu cuenta, hermanito.

_ ¡Serás…!

_ ¡Chicos!- gritaba un ofuscada Naruto, levantando las manos entre los mellizos para detener la discusión, aprovechando su posición privilegiada entre los dos.

_Lo sentimos- respondieron al unísono.

Por alguna razón, Naruto no soportaba verlos pelear, se alarmaba y siempre intervenía para detenerlos. Y por alguna otra razón, los gemelos se avergonzaban cuando Naruto se molestaba, pidiéndole siempre disculpas en cuanto esto sucedía. Era una relación de amistad algo divertida, o al menos así lo veían algunos alumnos. Para otros, era algo molesto. Para los gemelos, un martirio porque no habían podido acercarse a Naruto hasta el punto en que querían, y para Naruto solo era… algo raro.

Ni siquiera tenía un nombre para catalogar su relación con los Uchiha. Le gustaba los dos, por igual, y ellos al parecer estaban en la misma posición. Entonces, ¿cómo deberían llamarse? Debía pensar en ese asuntillo con más calma o de lo contrario terminaría con una úlcera en el cerebro.

_Volviendo al tema de la fiesta- decía Rasuke mientras mordía un trozo de manzana- el tema de este año es el Pandemónium.

_ ¿Pandemónium?- Naruto se debatió en su fuero interno lo que eso significaba. ¿Disfraces de demonios? ¿Folklor japonés? ¿Era del Edo? ¿Qué tipo de disfraces usarían los estudiantes con ese tema?

_Entonces…- decía un tranquilo Sasuke mientras le daba un sorbo lento a su té verde- ¿de qué te vas a disfrazar?- le preguntó al pequeño rubio, observándolo de soslayo para apreciar su respuesta.

_De nada, no pienso ir- confesó de lo más tranquilo, tomando un poco de jugo de naranja sin importarle la inquisidora mirada, doble además.

_ ¿No vas a ir? ¿Por qué?- Rasuke lo miró con seriedad, esperando una respuesta que lo convenciera.

_Tengo que estudiar. Para poder quedarme aquí, necesito mantener mis notas por encima de la media o de lo contrario tendré que volver a Australia.- respondió, alzándose de hombros para restar importancia.

_Joder, Naruto. Puedes estudiar mañana. Tus notas están bien, Sasuke y yo te hemos ayudado con los kanjis y no tienes problemas en las asignaturas de cálculo- se quejaba el mayor de los gemelos, cruzando los brazos sobre su pecho, era la personificación de alguien inconforme.

_Aun así. No puedo flaquear. Además…- mordió su manzana, tragó un poco pesado ante las penetrantes miradas y después continuó- si no dejé de estudiar ni siquiera en mi cumpleaños, ¿crees que dejaré de hacerlo por una fiesta?

_ ¡Espera ahí!- rugieron los mellizos a la vez, levantando las manos en señal de alto- ¿no celebraste tu cumpleaños?- preguntaron al unísono.

_Ehm…-Naruto parpadeó tres veces, confundido ante tan exagerada reacción de aquel par- no, tenía exámenes cerca de la fecha y…

_ ¿Cuándo fue?- exigió saber Sasuke, frunciendo el ceño con algo de molestia.

_El… 10 de este mes- respondió el áureo, algo intimidado por el gesto. Llevaba conviviendo con los gemelos desde el primer día de clases, en los últimos días estaban más cerca que nunca, pero aun así, esas penetrantes miradas de ambos lo seguían estremeciendo de pies a cabeza.

_ ¿Por qué no nos lo contaste?- cuestionaba el mayor, aseverando las brunas pupilas.

_Bueno, porque en ese entonces yo no…

_ ¡No importa!- interrumpió- Hay que celebrarlo, ¿verdad, Sasuke?- sugirió a su mellizo con unos toques de su codo en las costillas.

_Por supuesto.- Contestó sin que le cupiera la menor duda.

_Pero yo no…- Naruto intentó detenerlos, pero los gemelos dejaron de prestarle atención para ponerse a planear lo que harían para su cumpleaños. Él no quería celebrarlo, en serio, esa fecha siempre le traía malos recuerdos y prefería dejarla olvidada. Muchas veces lo lograba y solo se daba cuenta que había cambiado de edad cuando verificaba el almanaque, por eso no entendía las reacciones indignadas de los hermanos.

_ ¡Atención!- una voz femenina llamó la curiosidad de todos en la cafetería, el bullicio se apagó cuando una cabellera rubia se destacó sobre todos. Yamanaka Ino se había subido en una de las mesas, con las manos a los lados de la boca para que su voz se escuchara más fuerte- ¡Para la fiesta de esta noche, prepararemos un espectáculo especial!- a su lado subieron dos chicas más, una de ellas era conocida de Naruto y Sasuke.

_ ¡Soy Tenten, capitana del equipo de kendo!- se presentó una de ellas. Tenía el cabello castaño y recogido en dos moños, los ojos marrones y grandes, tan expresivos y alegres como su amble sonrisa.

_Soy Karin, del club de Literatura- se presentó la otra chica un poco menos emocionada que las otras dos. Pelirroja, de ojos escarlatas y finos lentes, dándole un aspecto serio e intelectual.

_ ¡Muchos me conocen, pero me presentaré igual!- decía la rubia con un deje de orgullo y soberbia, aunque igual su sonrisa parecía amable- Tesorera del Consejo Estudiantil y sub capitana de las porristas, ¡Ino!

_ ¿A qué se debe esto?- preguntaba alguien desde el público- ¿harán un estriptis o algo?

_Que más quisieras- respondió Ino con los ojos entrecerrados, mostrando una leve molestia por el comentario- Lo que haremos, será una demostración en la fiesta, pero necesitamos a alguien más, por eso estamos reclutando a cualquiera que tenga algún talento.

_Pequeñín- Rasuke le dedicó a Naruto una mirada pícara, llena de diversión- ¿no te gustaría participar?

_ ¿Qué, estás loco?- Naruto negó con la cabeza cuando el menor de los mellizos lo miró fijamente, indicando que estaba de acuerdo con su hermano- ¡no! Odio llamar la atención, ¿cómo esperan que sea capaz de participar en un espectáculo?

_Creo que será bueno para ti- decía Sasuke, volviendo de nuevo a su pose seria- con un poco de fama, podrías darte a respetar. Así funciona la jerarquía en esta escuela.

_Es cierto- secundó Rasuke- Mientras más famoso eres, más intocable te vuelves.

_Pero…

_ ¡Uzumaki Naruto!- El rubio brincó cuando escuchó su nombre resonar entre las paredes de la abarrotada cafetería. Dándose la vuelta en el asiento, observó encogido en su propio cuerpo como Ino le sonreía desde la mesa donde estaba subida- ¡Tú eres perfecto! ¿Por qué no te nos unes?

Karin lo miró por encima de los cristales de sus lentes, dedicándole una sonrisa comprensiva al pequeño doncelito. Lo había visto unas tres veces en la última semana en el club de Literatura, siendo el protegido de su senpai, Sasuke, no demoró nada en agarrarle cierto cariño. No tardó en darse cuenta que el rubito era retraído y bastante tímido, pero quería ayudarlo, por eso estaba del lado de Ino a pesar de que no se llevaban muy bien.

La Yamanaka era amiga de su peor rival y enemiga a muerte, Sakura. Pero Ino se acercó en son de paz, alegando que quería ayudar a una persona para redimirse por lo que su amiga estaba haciendo y un ligero inconveniente que tuvieron en el pasado. Por supuesto, no tenía la más mínima intención de colaborar con la porrista cabeza hueca, pero al ver que esa persona, era Naruto, aceptó.

_Lo siento- respondió el rubio ahora de pie, mostrando una reverencia en señal de disculpa- yo no tengo ningún talento.

_ ¡Por supuesto que lo tienes!- chilló una voz desde la puerta. Todas las cabezas giraron en el lugar para apreciar una cabellera rosa destacar- Eres el prodigio del club de música, el profesor encargado está maravillado contigo. Tienes una habilidad asombrosa para el piano, aprovéchala.

Ino frunció el ceño cuando vio a Sakura, la conocía demasiado bien, lo suficiente como para distinguir cuando hablaba con honestidad y cuando lo hacía con hipocresía. Con una mano en el hombro de Karin, le habló cerca del oído- Está tramando algo- susurró.

Karin le dedicó una mirada a Tenten, la castaña captó el mensaje de inmediato y bajó de un salto de la mesa, caminando a paso veloz hasta donde estaba Naruto- Escúchame- le pidió por lo bajo, el rubio la miró mal, creyendo que aquellas tres tenían algo planeado con Sakura para hacerle daño- nosotras no pensamos hacerte nada, no te dejes intimidar por Haruno o le estarás dando justo lo que quiere.

Tenten brincó cuando sintió un firme agarre en su hombro- Más les vale- todo sus huesos se congelaron, obligándola a tragar saliva al ver la severa mirada del par Uchiha. Asintió con la cabeza y dio un par de pasos hacia atrás, temiendo ser pulverizada por unas llamas negras que no se extinguen, o al menos eso vio en los ojos de los gemelos.

Sakura se puso ambas manos en las caderas y alzó la barbilla- ¡¿Quién quiere ver al doncel extranjero cantar?!- exclamó a los cuatro vientos- ¡no solo toca el piano, sino que también canta!- los murmullos no se hicieron esperar, todos comentando lo novedoso que sonaba eso, querían apreciarlo solo por el placer de ver algo nuevo, ¿y qué mejor que un chico extranjero que toca el piano y canta?- ¡démosle nuestro apoyo, chicos!- rugió de nuevo la pelirosa.

Con un alarido al unísono, la cafetería entera exigió que Naruto aceptara la invitación de Ino y formara parte del espectáculo, a pesar de que sus ojos añiles decían claramente que no quería hacerlo, y más si Sakura estaba en medio del asunto.

Ino se bajó de la mesa junto con Karin y fueron a donde estaba el rubio con los Uchiha y Tenten- Naruto- susurraba la rubia por lo bajo- no tienes que hacerlo si no quieres, solo te hice la invitación para darte la oportunidad de que no se metieran contigo como lo hizo Kiba aquella vez, puedes negarte si…

_ ¡Acepta!- rugió Sakura nuevamente, ahora a unos pasos de la mesa de la discordia- ¡Acepta!- volvió a decir y faltó nada para que los demás estudiantes le siguieran el paso- ¡Acepta!- ahora decían todos, canturreando a coro una y otra vez que el doncelito aceptara la invitación.

Justo ahora, Ino podía asegurar lo que se sentía ser una mierda. Ella quería ayudar a Naruto, por eso le pidió a su amiga Tenten y a Karin que la apoyaran con esa idea, pero lo que menos creyó fue que su intento de redimirse terminaría siendo una humillación pública para el doncelito- Lo siento Naruto- pidió, su voz apenas escuchándose por los gritos del alumnado.

_ ¡Basta ya!- rugieron los gemelos a la vez, mandando toda esa fiesta al desagüe cuando sus voces resonaron por encima del canturreo. Inmediatamente reinó el silencio, todos expectantes… y algo temerosos por el claro enojo de los Uchiha.

Sasuke apretaba los puños, controlando sus ganas de golpear a todo el mundo hasta dejarlos en el hospital, empezando por la jodida pelirosa. Rasuke envolvió los hombros de Naruto con su brazo, instándolo a salir de la circunferencia que habían hecho a su alrededor.

Naruto, cabizbajo y serio, retiró el brazo del moreno con un movimiento firme. Estaba cansado de ser el chiste público, que lo señalaran por esto o por lo otro, harto del bullying y los abusos y sobre todas las cosas…, de que los gemelos siempre tengan que protegerlo. Odiaba todos esos papeles, la carga de los mellizos, la mascota del colegio, el bicho raro en Australia, el objeto delicado que su hermano quería resguardar.

Ya.

Basta.

Se dijo a sí mismo.

Alzando la mirada, decidida, llena de determinación y vida, frunció el ceño a Sakura antes de responderle a Ino- De acuerdo, actuaré con ustedes.- recogió sus cosas rápidamente para marcharse del lugar- si me necesitan, estaré en el club de música- dijo, sin voltearse para mirar a nadie, y salió lentamente del lugar.

Rasuke miró a su hermano menor con una mirada que decía muchas cosas, desde “mataré a la pelo chicle” hasta “incendiaré este colegio desde adentro”. Lo gracioso era que Sasuke le enviaba una mirada similar, apenas conteniéndose. Odiaba que se metieran con lo que era suyo, obviamente Naruto entraba en ese plan también.

La campana sonó, indicando que la hora del descanso había terminado. Los estudiantes reunidos rompieron filas hasta que el lugar quedó vacío, solo dejando a cinco personas allí, cada una con una mirada seria, a excepción de cierta cabellera rosa, que tenía una sonrisa triunfal en su rostro perfectamente maquillado.

_ ¿Qué estás planeando?- inquirió Sasuke con una mirada severa, tensando los músculos de sus brazos con cada apretón de sus puños.

_Nada- Sakura se encogió de hombros.- Solo quiero que me perdones por lo que dije el otro día, lo siento.

_Ahórrate tus palabras- sentenció, frunciendo el ceño notablemente- no me hagas repetir lo que hice esa noche.

Sakura levantó las manos y dio dos pasos hacia atrás, mostrando una señal de absoluta rendición- de acuerdo, me retiro por ahora.- Dirigió una mirada divertida hacia el trío de chicas antes de voltearse- ¡suerte con el espectáculo!- chilló ya de lejos.

_ ¿Qué sucede con ella?- exigió saber Rasuke, su enojo intensificándose al punto de combustión.

_Después hablamos- respondió de forma recta, sin emociones, se dio la vuelta y salió con un paso apresurado.

Rasuke lo observó alejarse con los ojos entrecerrados, respirando pesadamente por el enojo- Ustedes…, no estarán planeando algo junto con ella, ¿verdad?- inquirió, levantando una ceja cuando el trío de chicas negó con la cabeza a la misma vez de manera apresurada- eso espero.

 

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Naruto se sentó en el piano del club de música, tocando Para Elisa de una forma lenta y algo triste, enterrando los dedos en algunas partes cuando su rabia salía a relucir. De repente la suave melodía se volvió más violenta, incluso parecía teñirse de matices oscuros. Tocó con una mano cuando levantó su antebrazo para secarse las lágrimas de rabia y después siguió tocando con las dos. Cerró los ojos y se meció adelante y atrás cuando estuvo cerca del final, dejándolo a medias cuando sintió una penetrante mirada.

Rodó los ojos, ¿por qué siempre lo interrumpían de la misma forma? De soslayo, observó cómo su senpai caminaba hasta él con las manos en los bolsillos y su porte elegante de siempre- Escuché lo que pasó en la cafetería- dijo Sasori cuando se sentó a su lado en el banquillo frente al piano- ¿estás bien?

_Estoy perfectamente- respondió apresurado, cerrando la tapa con cuidado para no dañar la madera.

_ ¿Por qué dejaste de tocar?

Hizo un mohín molesto- solo toco para los que invito a que me escuchen, odio que me espíen.

_Lo siento- Sasori rió por dentro, por un momento creyó que el humor del rubio no se había visto afectado por el incidente de recién, que equivocado estaba- ¿me invitarás a que te escuche?

_Dentro de poco me escuchará toda la escuela- desvió la vista hacia el suelo, aun molesto por la forma en que Sakura lo acorraló, pero no tuvo otra opción. Si huía con los gemelos, se vería como un cobarde frente a todo el mundo. En teoría, solo le quedaba aceptar la oferta o… aceptar la oferta. Cualquier otra cosa lo habría humillado mucho más.

_ ¿Qué tocarás esta noche?

_No lo sé, pensé en Para Elisa, pero es una pieza demasiado conocida.- admitió- ¿me sugieres alguna?

_Mnn…- Sasori lo meditó unos segundos, con la mano en el mentón, duró tres segundos más antes de soltar su respuesta- ¿Qué tal algo de Schumann? Todas sus composiciones son una gran muestra de la naturaleza del romanticismo, envuelve una parte de drama y otra de alegría. Creo que tiene un equilibrio perfecto que le gustaría a un público ignorante como lo son los estudiantes de esta escuela.

_Waw…- fue todo lo que pudo decir el rubio- menudo análisis. Por eso eres el presidente del club, Sasori-senpai. Eres un genio.

Sasori negó con la cabeza- No es así. Solo he pasado una gran parte de mi vida estudiando. Pero Naruto, tú en cambio, eres el auténtico genio. Compones con una facilidad digna de elogiar, ni yo con todos mis estudios puedo crear una melodía de la nada.

Naruto desvió su sonrojo hacia un puto de la derecha, no estaba acostumbrado a los elogios.- Schumann está bien- admitió, cambiando de tema de repente- creo que tocaré su opus 2, Papillons. Es una música con un ambiente festivo, aunque un poco melancólico, pero está inspirada en una fiesta de disfraces, así que creo que estaría bien.

Sasori levantó su mano, sacudiendo los áureos cabellos como dictaba la costumbre autoimpuesta que se había hecho desde que Naruto ingresó en el club, le sonrió como un hermano orgulloso- parece que tú también has estudiado.- Levantó nuevamente la tapa del piano y comenzó a tocar el comienzo de Papillons- vamos, te ayudaré a practicar hasta que te sientas en confianza.

Naruto sonrió ampliamente y, enderezando la espalda para optar la pose adecuada para tocar el instrumento, secundó a Sasori en la melodía, repitiéndola una y otra vez hasta que le salía más que perfecta. Extrañamente, la compañía de Sasori le era tan refrescante, era como estar al lado de un hermano generoso con aspecto de príncipe…, a diferencia de Menma. No pudo evitar compararlos en su fuero interno. Naruto quería mucho a Menma, pero a veces creía que era demasiado… violento.

Sacudió la cabeza sin dejar de tocar, centrándose de lleno en la música. Aún tenía que hacer una vergonzosa presentación frente a toda la escuela y quería estar bien preparado. Su cerebro no aguantaría una humillación más, así que tenía que tocar perfecto.

 

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Rasuke caminaba apresurado por los pasillos del colegio. Habían pasado un par de horas desde que terminó la tercera clase y necesitaba hablar con su hermano urgentemente. Pero el muy maldito estaba patrullando la escuela por ser el segundo recreo, el cual siempre era el más problemático de todos porque era el que estaba más cerca de la salida, por lo tanto los estudiantes sentían esas arrolladoras ganas de fugarse de las clases. Eso era precisamente lo que Sasuke debía evitar en sus patrullas, pero Rasuke no estaba para esas tonterías rutinarias, necesitaba decirle algo importante.

Correteando un poco, logró llegar al campo trasero de la institución, justo donde se unían los estudiantes de los bajos años para sentarse en la sombra de los árboles junto a los de años superiores. Sería un coñazo buscar entre tanta gente, así que optó por lo más rápido.

_ ¡Sasuke! ¡¿Dónde coño estás, cabrón?!- y surtió efecto. Cuando se dio la vuelta, su hermano estaba justo detrás, con el ceño contraído y una mueca de molestia en la boca.- ¡Qué rápido!- admito con asombro.

_ ¿Qué mierda quieres?- bueno, al parecer el menor no estaba para chistes, su mala leche a la luz era evidencia suficiente para indicarle a Rasuke que debía ir al grano.

_Él está aquí, ¡ha vuelto!- exclamó con una expresión entre asombrado y aterrorizada.

Sasuke rodó los ojos con aburrimiento- ¿de quién hablas?

_ ¿Acaso no es obvio? Estoy hablando de ¡Kakashi-sensei! Ha vuelto de su luna de miel y… quiere hablar con nosotros- lo último dicho con un repentino temblor que le recorrió todos los huesos del cuerpo.

_ ¿Kakashi volvió?- preguntó con asombro- ¿Cuándo? ¿Y por qué carajo quiere hablar con nosotros? No le hemos hecho nada…, ni al tío Obito.- lo último lo pensó antes de decirlo. Recordaba las muchas maldades que él y su hermano confabularon contra su tío antes de casarse, pero últimamente no habían hecho nada. Ya estaban muy mayores para esas niñerías.

_No lo sé. Me lo encontré a la salida de la cancha después de mi entrenamiento. Me dijo que quería que nos reuniéramos con él en la fiesta de esta noche para…- escalofrío- hablar.

Sasuke cruzó los brazos, meditabundo ante la noticia- entonces solo nos queda una opción si él nos ha citado en la fiesta.

_Estoy de acuerdo- Rasuke asintió con la cabeza, también frunciendo el ceño con seriedad, los hermanos se miraron unos momentos, leyéndose la mente para después exclamar al unísono- ¡huye!- y salieron corriendo. Rasuke lo más rápido que pudo y Sasuke lo hizo disimuladamente, pero no aminoró el paso.

Kakashi estaba de vuelta, su maestro, casi segundo padre y además confidente, el único que conocía su oscuro secreto desde los comienzos y además, el único capaz de intimidarlos más que Fugaku, incluso más que Mikoto cuando se enojaba. Definitivamente la opción más sensata era huir por sus vidas antes de que el lobo blanco decidiera sacar los colmillos y darle sus buenas ostias.

 

Continuará…

Notas finales:

Y hasta aquí llega la conti… un poco más cortita que de costumbre (es que tengo cero inspiración ¬¬…), pero igual escrita con mucho amor Se acercan nuevos personajes a la historia y con ellos, ¿más problemas? ¿más diversión? Eso solo lo sabréis si seguís leyendo ahahaha… nos vemos la próxima semana n_n/ … (creo ¬¬)


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