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Secreto a Voces por vitalife

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Notas del capitulo:

¡Hola! 


Disculpen la demora, tuve algunos problemas con mi ahorario, así que bueno, tecnicamente estoy actualizando en martes, aunque no se compara a mis anteriores retrasos xD


Puse todo el amor que pude de estos dos en este capitulo, quería notaran la evolución de su relación, sin que se pierda del todo la personalidad de cada uno, espero haberlo conseguido. Por otra parte, quizás al principio choquen un poco en comparación a los caps anteriores, pero es aproposito (?). Ah, si, hay lemon, aunque no me enfoqué sólo en ello, así que quizás sea un tanto flojo, acá lo importante es el kokoro chicas y chicos xD


Muchas, pero muchas gracias a todos los que leyeron el cap anterior y en especial gracias a quienes me dejaron sus reviews dandome animos!!


 


Shaoran Lee


gotentruncks55


shiki1221


naruf


Sao-chan


Mito Uzumaki


 


Gracias chic@s porque se que vari@s de ustedes me siguen desde el principio del fic n.n


Sin más, el fic ;) 


 

 

 

 

Despertaba con el cuerpo apesadumbrado, veía la lámpara de la mesita de noche como la cosa más interesante, su cerebro procesaba que ya era de día, por lo que debía espabilar, así que sacudiendo sus cabellos entre los dedos, decidió incorporarse, escapando de las garras que le retenían a la cama, mismas que regresaron a su guarida dentro de las sabanas. Soltó una risilla al ver aquel bulto revolverse en el colchón. Se estiró una vez estuvo de pie, salió de la habitación encaminándose a la cocina, tembló ligeramente mientras se sobaba los brazos, hacía frío, sus gastados pans y camiseta de manga corta no parecían ser suficientes para soportar el invierno dentro de su propio hogar. Preparó la cafetera para dos tazas, ideando un posible desayuno que no irritara el ánimo de su pareja, quizás un omuraisu (N/A: omelet relleno de arroz sazonado), se pondría a ello.

Fue un largo año, si bien, Sasuke se comenzaba a abrir poco a poco, descubrió en carne propia lo duro que era ser pareja del mismo, no sólo estamos hablando del lado sexual insaciable o de su mal carácter, resultaba que también era excéntrico y bastante posesivo, aunque esta última parte le inflaba el ego de vez en cuando, presenciar sus “escenitas” de celos le hacía sonreír como un tonto, ganándose varias palizas en el proceso, pero lo valía, aunque claro, el Uchiha nunca admitiría que deseaba acapararlo, sólo reclamaba su territorio por supuesto, también su temperamento solía suavizarse estando solos en casa, mientras en el exterior volvía a ser el mismo arisco de siempre, nada que unas cuantas copas no le amansaran, después de todo, más de media torre Hokage sabía de su relación, sin embargo, nadie se atrevía a mencionarlo en voz alta.

Acababan de mudarse juntos, su insistencia dio frutos escasos días atrás, tomándole la palabra al momento para no dejarlo retractarse, en los rincones y pasillo principal se veían algunas cajas que hacía falta acomodar, después de todo, era cuestión de proponérselo tarde o temprano, al final terminaban pasando siempre sus días libres y fines de semana en la casa del otro (teniendo sexo como conejos o llevando una relación que se asemejaba a la de un par de ancianos casados durante mucho tiempo).

Se disponía a servir el primer omuraisu cuando sintió unos brazos envolverle desde la espalda, los vellos se le erizaron cuando unos húmedos besos se repartían en su nuca, así como el restregar de un cuerpo contra el suyo, el lóbulo de su oreja fue atacado para luego apreciar como una barbilla se acurrucaba en su hombro.

 

 

-Buenos días… -escuchó una sedosa voz que lo hizo vibrar por dentro.

-Buenos días… -tragó su saliva- ve a sentarte, ya está listo.

-Está bien –bostezó, abandonándolo, con torpeza, aún somnoliento tomó asiento en la pequeña mesa con dos sillas.

-Toma… -colocándole el platillo frente a él con una taza de café, sonrió divertido al ver que llevaba a modo de capa los cobertores.

-Gracias… -tomó una cuchara de un vaso con cubiertos en medio de la mesa- ¿Necesariamente tenemos que ir? –dijo con voz irritada.

-Sí, ya nos hemos levantado muy tarde –le contestó posicionándose al otro extremo del mueble con su respectiva porción de alimento- son casi las doce, todo por culpa de alguien que quería desempacar todas sus cosas anoche –recriminó.

-Lo siento, yo no puedo vivir con una montaña de cajas en la habitación –resopló.

-Como sea, debemos terminar de ordenar e ir por los trajes al alquiler, la boda es a las cuatro de la tarde.

-O podríamos quedarnos en casa y hacer cosas más divertidas… -sonrió de lado, acariciando seductoramente el antebrazo del rubio.

-No podemos faltar, lo sabes… -tomó la mano del otro, entrelazando los dedos, disponiéndose a dar el primer bocado de comida.

-Tks… -frunció los labios, apartando su brazo de aquel contacto. 

 

 

Está demás decir que alguien estuvo de mal humor el resto de la tarde. Naruto tuvo que arrastrarlo prácticamente a la recepción, Shikamaru y Temari se unirían en aquella ceremonia, después de diversos contratiempos que hicieron posponer la boda hasta este día, aunque el Nara no parecía del todo feliz, no porque no amara a su mujer, sino por toda la organización de la fiesta, misma que debía ser “perfecta” y teniendo como cuñado al mismísimo Kazekage, vale más no reparar en nada.

Ahí estaba, completamente enfurruñado en la mesa de bocadillos con una copa de champaña en la mano, acababan de dar el brindis y él ya quería largarse, pero el ojiazul se veía tan feliz, parecía que realmente disfrutaba, a costa de su aburrimiento claro, con desgana se tomó de una sola vez aquel licor de color melocotón, interceptando rápidamente a un camarero para que le suministrara otra bebida, mínimo desquitaría el servicio de la barra.

Pronto una hermosa hilera de copas de cristal finamente cortado adornó aquella mesa, también había acabado con un plato de canapés, comenzaba a tener calor, así que simplemente desató un poco su corbata color gris Oxford satinada y desabrochó dos de los botones su camisa azul rey, el saco de su traje (a juego con la corbata) terminó abandonado en una silla, tomó una bocanada de aire, percatándose que le hacía falta un buen cigarrillo, palpó sus bolsillos pero no traía ninguna cajetilla con él, bufó, pero al ver al novio de la boda sonrió, aproximándose a él con sobrada confianza.

 

 

-Shikamaru… -llamó, este volteó a verlo algo sorprendido de ser abordado por él- ¿Tienes tabaco?

-¿Eh? Ah, claro… -le ofreció su mercancía de contrabando junto con un mechero, lo había traído para cuando todos estuvieran pasados de alcohol y Temari no pudiera reclamarle nada- haz tomado bastante… -le advirtió al notar el sonrojo permanente del otro, así como su ligera torpeza.

-Puedo manejarlo… -balbuceó con el cigarro en su boca- gracias.

 

 

Volvió a esconderse en uno de los rincones del lugar, era una terraza al aire libre, por lo que se recargó en uno de los arboles próximos, ignorando los constantes coqueteos de algunas chicas que no le conocían, por sus vestimentas algo abrigadas, podría deducir vendrían del país del viento, no estaban acostumbradas a inviernos tan fríos. En la lejanía pudo notar a su rubio enfundado en un traje sastre de color azul marino, mantenía una animada charla con Gaara, bueno, este último normalmente sólo asentía con la cabeza y contestaba de forma poco elocuente, sabía de sobremanera que eran bastante amigos, aunque eso nunca le había importado, últimamente comenzaba a irritarse por todo.

 

 

-Sasuke-kun… -una voz femenina le sacó de sus pensamientos.

-Sakura… -le dedicó una fugaz mirada y se relajó, por un momento pensaba que era una chica intentando ligar con él.

-Deberías unirte, todos están celebrando.

-No me interesa… -le dio una calada a su cigarrillo.

-Era de suponer –suspiró, observando el vaso que cargaba con ambas manos.

-Más bien ¿Tú qué haces aquí? –alzó una ceja.

-Las bodas me ponen algo melancólica –sonrió con un deje de tristeza.

-Ah… -soltó seco, la situación se tornaba un tanto incomoda, genial, lo que le faltaba.

-Pero… -frunció el ceño y apretó el cristal que retenía su coctel- no me amargaré por eso… -tomó todo el contenido de un solo trago, enrojeciendo sus mejillas al momento- haa~ -dio un suave carraspeo por el ardor en su garganta- ¡Vamos Sasuke-kun! –le tomó del brazo, intentando jalarlo a la multitud que empezaba a bailar en la pista.

-¡¿Qué?! –trató de soltarse, pero la fuerza de aquella mujer era mucho más enérgica de lo que recordaba, su preciado cigarrillo terminó en el suelo, apagándose como sus esperanzas de largarse del lugar.

 

 

Ahora estaba ahí, en medio de la gente y la estruendosa música, se encogía de hombros sintiéndose completamente fuera de lugar, mientras la pelirrosa parecía disfrutar de la melodía, meneando su cuerpo frente a él, ondeando en su esbelta figura aquel vestido de color vino a juego con sus tacones, un tic aparecía en su ojo, justamente cuando pensó en abandonar a su compañera de equipo, observó nuevamente al Uzumaki a un par de metros de distancia siendo guiado en un baile por la heredera de los Hyuuga, aquella que parecía muy suelta y desinhibida contoneando sus caderas, seguramente presa del alcohol, la ex, se repitió mentalmente, rechinando sus dientes.

 

 

-¡Sasuke-kun! ¡Vamos, muévete! –canturreó la de ojos jade, chocando su cadera de lado con el Uchiha.

-Bien… -sonrió malévolo, tomando a la chica de la cintura y pegándola a su cuerpo, jugaría sucio entonces- Bailemos, Sakura –relamió sus labios, saboreando su venganza, aunque aquel acto sólo había provocado un colapso interno en la colorada mujer.

 

 

Para su buena suerte, la música cambió a una bastante sensual, se subió las mangas de la camisa y con la maestría ganada en sus años turbios, marcó un paso bastante tentador para quien lo presenciara, embrujando a las féminas a su alrededor que envidaban a la pobre Haruno que no creía lo que estaba pasando, rápidamente se hiso un circulo a su alrededor, entre quienes asombrados observaban y otros que alentaban a la pareja.

 

 

-Sa-Sasuke-kun… -tartamudeó con vergüenza cuando después de que al guiarla en un giro, la tomó entre sus brazos pegando su pecho a la espalda de ella, moviendo la cadera de ambos en círculo- ¿Qué estás haciendo?

-Nada… -soltó despreocupado, haciéndose el tonto, para volver a girarla dejándola de frente a él- oye  ¿Puedes ver a Naruto por ahí? –le susurró al oído.

-¿Eh? –sus orejas se coloretearon ante el calor de su aliento- Ah… ¿Me estás usando? –se relajó, suspirando mientras cerraba los ojos, claro, era lo más obvio.

-No necesariamente… -se inclinó hacia adelante, sosteniendo el torso de su compañera en el aire para luego seguir serpenteando en pasos seductores- yo te hago pasar un buen rato, te olvidas de tu soltería y depresión, mientras yo logro mi cometido.

-No tenías por qué decirlo así… -frunció las cejas con molestia, pero al final accedió a localizar al miembro faltante del equipo siete- ¡Ah! ¡Ahí está! –exclamó quedo- creo que está enojado –desvió la mirada de los ojos azules que le recriminaban.

-Perfecto –sonrió actuando como si no le importara, se mordió el labio inferior imaginando lo bien que se la pasaría esa noche.

 

 

Después de unos movimientos más la canción terminó, varios de los presentes les aplaudieron, otros vieron incomodos la situación que estaba por comenzar, Sakura y Sasuke salieron de la pista de lo más calmados en dirección a los baños, siendo perseguidos por un rubio con cara de pocos amigos. El anochecer se hacía presente por lo que las farolas de papel que adornaban el lugar comenzaron a encenderse, la pelirrosa estaba en medio de una competencia de miradas, por lo que intentó escabullirse, siendo retenida por el Uzumaki.

 

 

-¿Qué se supone que estabas haciendo? ¿Eh, Sasuke?

-Nada –se cruzó de brazos, completamente divertido.

-¿Sakura? –la vio fijamente.

-Yo sólo quería bailar –se defendió.

-¿Lo disfrutas, eh? –encaró al Uchiha.

-Completamente –ensanchó su sonrisa.

-Y-yo ¿Puedo irme? –en cuanto fue liberada de su muñeca, salió disparada.

-¿Por qué lo hiciste? –colocó uno de sus brazos a un costado del rostro del contrario, acorralándolo contra la pared exterior de los sanitarios.

-¿Me reclamas a mí? –soltó suspicaz- ¿Quién estaba restregándose con su ex? –su gesto se endureció en completo desagrado.

-Con que era eso… –dijo en tono irónico-  ¡¡El único que se restregó con otra eres tú!! ¡Yo ni siquiera la toqué!

-¡¡Me has estado ignorando toda la maldita fiesta!! –explotó.

-¡Son nuestros amigos! ¡No puedo simplemente quedarme a pudrirme en una esquina contigo!

-¡Pues me largo a pudrirme a otro lugar entonces! –le empujó para alejarse de él.

-¡Sasuke!

-¡No! ¡No me sigas! –fue jalado de la muñeca para ser retenido en un abrazo- ¡Suéltame!

-Lo siento… -susurró- no quise decirlo de esa manera.

-¿Adivina? ¡Ya lo hiciste! –más no se movió de su lugar.

-Lo siento… –repitió, apoyando su barbilla en el hombro contrario- me quedaré el resto de la noche contigo.

-Tks… -desvió la mirada aún molesto, su rostro fue tomado por una mano para inmovilizar su huida y ser prontamente besado, gesto que no respondió.

-Vamos… -animó de lo más tranquilo, entrelazando sus manos.

 

 

El ambiente en un principio se había vuelto algo tenso entre los que sabían que estaba pasando entre aquellos dos, pero una botella a cuenta del novio fue obsequiada a la mesa donde la recién peleada pareja compartía, vaso tras vaso se fue consumiendo, desapareciendo el pesado ambiente, el Uchiha se había vuelto un manso gatito que buscaba la atención de su dueño con descarados coqueteos bajo el mantel.

 

 

-E-es suficiente, Sasuke… -apartó la mano que claramente intentaba estrujar lo que tenía entre las piernas.

-Sólo un poco más… -pegaba su cuerpo con descaro mientras le hablaba al oído.

-No, espera a que lleguemos a casa.

-Vamos al baño~ -depositó un beso en el bronceado cuello.

-N-no, sólo compórtate –cubrió el área atacada con su mano, impidiendo que se repitiera.

-Entonces… -susurró sensual- bailemos juntos, te enseñaré mucho mejores pasos de los que hice con Sakura –le abrazó.

-Juegas sucio.

-Sólo un poco… -le soltó, dándole un falso alivio al jinshuriki que no se esperó que el otro sin más se inclinara abalanzándose contra su entrepierna.

-¡¿Qué?! –intentó quitárselo, pero el otro restregaba su cara en el sitio que de por sí ya estaba medio despierto.

-¿Quieres hacerlo aquí? –pasó uno de sus flequillos tras la oreja, viéndole desde su posición- o ¿Prefieres ir al baño?

-Está bien, nos iremos a casa –soltó derrotado, provocando una sonrisa petulante en su pareja.

 

 

La celebración continuaba como si no tuviera un fin, pues era el primero en su generación en casarse, pronto seguirían uno que otro, incluso nuevos lazos parecían crearse en ese mismo momento, como Ino y Sai por ejemplo. Por su parte, el disfrutaba en silencio de la felicidad de su ahora esposa, aquella que aplaudía ante las ocurrencias de sus amigas, completamente encantada con los regalos y felicitaciones.

 

 

-¡Oh! Ahora que lo noto ¿A dónde se fueron Naruto y Sasuke? –mencionó la rubia festejada- creo que habían discutido ¿No?

-No te preocupes, ya se les pasará, siempre es lo mismo con esos dos –restó importancia Tenten.

-Es verdad, además creo que los vi salir, seguro regresaron a casa –se encogió de hombros la pelirrosa con una sonrisa difícil de descifrar.

-Ah… -tapó su boca con la mano- con que era eso –soltó una risilla picara la que ahora pertenecía al clan Nara.

-Sí, tu sabes –rodó sus ojos jade con cansancio.

-Haa~ -suspiró- es muy triste –se quejó con un vaso de licor en la mano.

-No te desanimes Hinata… –le palmeó la espalda la florista- por otra parte, tú, maldita Sakura, vi cómo te divertías –reflejó una mueca molesta.

-Yo sólo ayudé a la causa de Sasuke-kun… –se encogió de hombros- aunque debo admitir que también me sorprendió –los colores se le subieron al rostro de recordarlo.

-Moo~ ¡Qué envidia! –casi pataleó en una rabieta la Yamanaka.

-¿Qué no se supone comenzabas a salir con Sai? –le recordó la castaña del grupo.

-Mi deber es el admirar a los hombres guapos –se defendió, posando una elegante mano en su pecho.

-Es porque eres una cerda –le picó.

-¡Sakura!

 

 

 

*.*.*

 

 

 

La estancia nunca había sido tan grande, ni la desesperación tan palpable, aunque claro, era de esperarse. Sus dedos se enterraban en una oscura cabellera que se balanceaba adelante y atrás, escuchaba el chasquido de aquella ya tan experta boca que le hacía delirar hasta hacer temblar sus piernas, los afilados ojos negros le observaban con profundo deseo, siendo adornados del intenso sonrojo en las que fueron pálidas mejillas, una hábil lengua delineaba todo su contorno, desde la base hasta la rosada cabeza, enterrando la punta del serpenteante musculo en el orificio de su miembro, mientras una diestra mano le masturbaba, para simplemente de un momento a otro, volver a enterrarse en aquella profunda garganta, definitivamente se volvería loco. Con ambas manos tomó el flequillo sedoso, llevándolo hacia atrás, teniendo una excelente vista de aquel rostro sudoroso que le seguía devorando, marcó un ritmo rápido y pretencioso, arrancándole roncos gemidos al borde del éxtasis.

 

 

-N-no puedo… -intentó articular en forma de aviso, pero el otro simplemente nunca paró, al contrario, lo introdujo tan profundo que sus labios tocaron el vello púbico- ¡AAGH! –enterró sus uñas en el cuero cabelludo de su amante, viniéndose, el cual ni siquiera se quejó- aah… lo… lo siento…

-Mnn… -parecía contestarle, absorbiendo cada gota mientras lo liberaba, abrió la boca enseñándole el botín en su lengua.

-Cada vez eres peor… -acarició su barbilla con el pulgar, aunque mentiría si dijera que no le gustaba, sus ojos le delataban completamente, un mar oscuro completamente templado que anunciaba una feroz tormenta.

-… -lo tragó para luego sonreírle de lado e incorporarse- vamos a la cama… -susurró sobre sus labios, tomándolo de la celeste corbata y guiándolo cual mascota a la alcoba.

 

 

Se besaron fogosamente en cuanto sus piernas tocaron el pie de la cama, Sasuke, dándole la espalda a la misma, retenía en un fuerte agarre la suave tela  que se anudaba alrededor del cuello del rubio, impidiéndole separarse de él, mientras la otra mano acariciaba una de las bronceadas orejas, jugueteando un poco con sus dedos, su cuerpo era estrujado como respuesta, su pelvis se friccionaba con la contraria en un reflejo necesitado, así como sus labios eran mordidos y su cuello marcado, arrancándole jadeos desesperados. Su camisa azul había sido abandonada en alguna parte, por tanto, su pecho era frotado por unas amplias manos que delineaban cada musculo, cicatriz o chupetones casi desvanecidos, hasta que sus pezones fueron pinchados con insistencia.

 

 

-Umm… -retuvo un gemido en su garganta cuando una húmeda lengua se pasó por un botón rosado, le tomó de los hombros para evitar tambalear- Naruto… tu ropa… -replicó, pues este aún llevaba la mayoría de sus prendas.

-No comas ansias… -le sonrió, despojándole de los pantalones que cayeron por la gravedad- ¿No querías follar con el traje puesto?

-Quiero verte…  -soltó casi como una súplica.

-Otra ocasión será entonces… -enderezó la espalda, quitándose la corbata, a la par que unas manos acomedidas le desabotonaban la pulcra camisa con rapidez.

-Aah~ -suspiró tocando aquel delicioso torso, perdiendo su mirada en el entreabierto pantalón que dejaba asomar una mediana erección, misma que no pudo evitar apretar entre sus dedos, invadiendo dichas prendas.

-Mmm… tranquilo… -le acarició el antebrazo antes de tomarlo y girarlo sobre su propio eje, el Uchiha quedó de espaldas hacia él, agarrándolo de las caderas para simular una deseada embestida.

-Naruto… -suspiró su nombre, pegando su trasero al miembro que despertaba, arqueando ligeramente la espalda, enterrando su mano en la nuca contraria y ladeando su propio rostro, buscando su boca.

 

 

Claro que su demanda fue atendida, volvieron a unir sus labios mientras continuaban refregando sus cuerpos, bajó los boxers contrarios, acariciando la piel blanca descubierta a su paso hasta toparse con un rígido pene completamente húmedo, le masturbó, sacando quejidos de su dueño que en nada despegó su boca de la ajena, sintió gran parte del peso caer en su propio cuerpo, viéndolo retorcerse ante su toque, sonrió satisfecho besándole el cuello, le empujó contra la cama, dejándolo a cuatro piernas.

 

 

-Sasuke… -le susurró encima de él, pegado a su cuello, lo sintió estremecer, descendió dejando besos, marcas y lamidas por toda la columna vertebral que tiritaba en cuanto percibía su respiración, erizándose por completo- me encantas… -admitió cuando iba ya en la espalda baja y su mano derecha exploraba el esfínter a su merced, mismo que se encontraba húmedo- ¿En qué momento lo hiciste?

-Cuando… -tomó aire, su respiración se había vuelto entrecortada- cuando fui al baño antes de venir a casa…

-Me imaginé que harías cosas sucias con tu cuerpo… -introdujo dos dedos de golpe.

-¡Aah! –se agarró de las sabanas.

-Te tardaste mucho ahí… -comenzó a moverlos.

-Y-ya está listo… sólo mételo…  -le vio sobre el hombro con el ceño fruncido.

-Está bien… -metió una mano al bolsillo, sacando un preservativo.

-¡Sólo hazlo, eso no importa! –gruñó.

-Es rápido, no quiero ser golpeado en la mañana por venirme dentro… -rio, terminando de colocárselo- levanta las caderas –dándole una palmada en el trasero.

-Tks… -se acomodó, pegando su cara a los cobertores, pronto sintió como era lentamente penetrado, se mordió los labios gimiendo quedo.

-Está adentro… -avisó, moviéndose de a poco, siendo incitado por el cuerpo contrario que serpenteaba- Nee, Sasuke… –arremetió contra él.

-¡Naruto! –gimió.

-¿Te gusta? –sonrió malévolo.

-¡Ah! ¡Sí! –su voz salió deseosa.

-Nee… -se inclinó para estar a su altura, apoyando una de sus manos en el colchón sin dejar el movimiento de su pelvis- ¿Me amas? –con la otra acarició desde los pezones hasta masturbar el duro miembro que se balanceaba.

-¡Mmm! –mordía el dorso de sus dedos.

-No me contestas… -bajó la velocidad, apartando aquello que impedía escuchar la voz del de cabellos oscuros- ¿No vas a decir nada? –vio como apretaba los labios, para después esconder su rostro- Bien… -se acercó a su oído, viajando con sus dígitos por la clavícula, cuello y barbilla, terminado por delinear los delgados labios, introduciéndolos en esta cavidad- sólo recuerda que eres mío.

-¡Ugh!... –se agitó por la roncha voz y caliente respiración, chupando instintivamente aquello que invadía su boca, jugueteando con su lengua.

 

 

Las envestidas fuertes y rápidas no se hicieron esperar, llenando de placer los cuerpos que se sacudían en la cama con fervor, el rubio seguía molesto, aún más después de ser rechazado de esa manera, eso el Uchiha lo sabía, pero era la única manera de que el otro fuera rudo con él, no podía evitarlo, se había vuelto algo masoquista, le encantaba la forma en la que se aferraba a su cuerpo con aquella desesperación, marcándolo y proclamándolo como suyo, siendo solamente él quien pudiera ver esa faceta no tan “correcta”, desarmando esa careta de infinita amabilidad y nobleza, Naruto no era el angelito que todos creían, entonces, el simple hecho de causarle un sentimiento tan negativo como los celos, provocaba un profundo morbo en su cabeza.

 

 

-“Vamos, hazlo, deséame sólo a mí, mírame sólo a mí, ámame, dame todo de ti” –pensaba, perdiéndose poco a poco en el inminente clímax.

 

 

Bastaron unos cuantos segundo para venirse, soltando gruñidos bastante audibles, de forma súbita fue girado, quedando esta vez boca arriba, con sus piernas indecorosamente abiertas, estaba con el cabello completamente desarreglado, sudando, con la respiración irregular y sin tener ninguna tregua con la erección que se bombeaba dentro de él, entonces observó las cejas rubias fruncidas en palpable enojo, así como aquellos ojos humedecidos y rojos, suspiró con una sonrisa ladina, era como un niño haciendo una rabieta, un niño al que era muy débil, así que extendió sus brazos, tomando con sutileza las encendidas mejillas, logrando interrumpir el camino de la primera lagrima derramada.

 

 

-Eres… un idiota… -sonrió de nuevo, casi burlándose- claro que… claro que te amo.

-¡Sasuke! –su expresión se quebró, besándolo en un arrebato.

 

 

Lo sentía en el sabor de sus labios, lo había hecho llorar, en el interior de su pecho algo se removía inquieto, esa terrible emoción, la culpa, le dolió, era una sensación lacerante. Correspondió aquel contacto de la forma más dulce que su orgullo le permitía, acariciando las hebras doradas y aquella amplia espalda, intentando calmarle, enroscó sus piernas sobre aquellas caderas que habían dejado de moverse, para después cortar la unión de sus bocas, depositando pequeños besos en las mejillas y cuello bronceado, susurrando palabras de afecto con cada uno de ellos, lo percibió tranquilo, restregando su cabeza con la de él, pidiendo más mimos que concedió.

Sus labios volvieron a buscarse, esta vez de forma pausada, húmeda, dejando sonar el chasquido de los mismos, ambos con sus parpados cerrados, respirando profundo, perdiéndose en el singular placer de sentir aquel efímero roce. Se aferró a él con sus pálidos brazos, no quería dejarlo ir, pero era inevitable, cuando el contacto terminó, se vieron con los ojos entrecerrados, pero sucumbió, alzando su cuello en busca de más, encontrando una tibia lengua en su camino, recogiéndola en su boca con devoción, la temperatura volvió a subir, así como las caricias se tornaron más atrevidas, buscando fundirse en la piel contraria.

 

 

-Sasuke… -mencionaba con renovado deseo, comenzando su marcha, mordiéndole la punta de la barbilla hasta el inicio de la mandíbula.

-Aah… más rápido… -pidió, posando sus manos en los omoplatos a su merced- ¡Mmm! –arqueó su espalda al ser atendido.

 

 

El cadencioso vaivén nubló sus mentes, dejándose llevar por lo que sus hormonas a flor de piel aclamaban, no sólo era el instinto sexual, sino como el intenso lazo emocional se reforzaba, no podían negarlo, su relación era distinta a una común, siempre estirando y aflojando, insultándose en las mañanas, extrañándose por las tardes, amando al otro entre las sabanas, entre las hojas de las copas de los árboles, con sutiles gestos, adorables rabietas, impetuosa cólera y dulces mimos, las cosas no eran tan distintas como antaño en realidad, la diferencia real era que la madurez había traído consigo el significado de aquel hilo rojo que les unía, el mismo que prevalecería hasta el final de sus vidas o incluso más.

 

 

*.*.*

 

 

La habitación seguía en la penumbra, la luz de las farolas era tenue a través de la ventana, las cortinas se mecían levemente por el viento, mientras ellos retozaban despreocupados bajo los cobertores, en una escena bastante curiosa, una rubia cabellera se desperdigaba en un blanco pecho, descansando un brazo propio sobre el mismo, escondiéndose de la oscura mirada, el Uchiha un poco apenado le dedicaba suaves caricias con sus dedos, surcando caminos invisibles, discutiendo internamente si romper el silencio, pero al final lo hiso.

 

 

-Lo siento… fui un bastardo… -posó sus ojos en el techo, huyendo de una confrontación directa.

-Lo sé, siempre has sido un bastardo –soltó una risilla.

-Hablo en serio –su voz se endureció.

-También sé eso… -suspiró- pero yo también tuve la culpa, te llevé a la fuerza y después te abandoné, tenías derecho a molestarte.

-Yo…

-Sé que no sientes nada por Sakura, no tienes que justificarte, sé que lo hiciste para llamar mi atención, pero en ese momento, simplemente perdí la cabeza.

-Pfff… -una risa natural salió de su garganta, asombrando al de ojos azules que volteó a verlo- no estamos bien de la cabeza, no puedo creerlo… Yo no estaba molesto por estar solo… -admitió, desviando la mirada- sólo estoy acostumbrado a estar contigo todo el tiempo, aun así…  yo… creo que… -sus mejillas se colorearon- nada, olvídalo, ya pasó.

-Espera… -se incorporó con sus brazos- ¿Es lo que creo que acabo de escuchar? –sus pupilas se iluminaron.

-¿Eh? No sé de qué hablas, debiste haberte golpeado la cabeza con algo en la recepción –se hiso el desentendido, empujando la cara de su pareja con la mano.

-¡¡Ibas a decir que estabas celoso!! –sonrió ampliamente, intentando besarlo a pesar de que se resistía.

-¡Tanto ramen instantáneo fundió tu cerebro! –lo pateó sacándolo de la cama, con su rostro completamente encendido y el cabello erizado cual felino.

-¡Sasuke~! –se le tiró encima, atacándolo sin piedad en un arranque de ternura.

 

 

Aquel año había avanzado muy lento, se adaptaron el uno al otro como si estuvieran destinados a ello, Naruto era el devoto amante, aquel que se desvivía completamente por su orgullosa pareja, la misma que de a poco le mostraba con sutiles muestras el intenso amor que guardaba en su pecho. Sabían que no todo era color de rosa, ni dulce, mucho menos maravilloso, pero aun así, a pesar de sus incontables defectos, estaban el uno para el otro, nunca soltarían aquel remendado lazo que les mantenía juntos, porque no hay nada más hermoso que el imperfecto y puro amor que se profesaban. ¿Amigos? ¿Novios? ¿Pareja? ¿Familia? Nada de ello podría definirles por completo, su relación iba mucho más allá de simples formalidades, o eso era lo que tanto se decía a voces en aquella vieja aldea oculta entre las hojas.

 

 

 

Notas finales:

 

Espero les haya gustado el final, realmente cuando terminé de escribir el ultimo parrafo fue muy gratificante, casi un año con este fic, aunque me hubiera gustado agregar más cosas, me estoy poniendo a ello con el epilogo, llevo entre un tercio y la mitad, espero acabarlo antes del fin de semana, pero ya veremos, dejenme en sus reviews si les agrada la idea, les dejaré un adelanto para que lo piensen, spoiler:

 

-¡¡¿Qué?!! –gritó, alertando a su pareja que brincó de la cama para encontrarlo.

-¡¿Pasó algo?! ¡Sasuke! –un lastimero llanto se escuchó en el lugar, tensando aún más al hombre de cabellos oscuros- ¡Sasuke!

-… -le pasó la carta que hasta hace poco leía y descubrió la canasta en donde un pequeño bebé sollozaba apretando con fuerza sus manos- léela…

-¿Qué hace un bebé aquí?... bueno, hum… “Querido Sasuke-kun: sé que esto será algo repentino para ti, después de todo, sólo nos vimos un par de ocasiones, incluso yo me sorprendí cuando me enteré pero lo mantuve en secreto, es fácil saber que no te interesaría y yo tampoco quería que lo supieras, pero la vida da muchos giros, cuando menos pensé era inevitable ocultarlo y actualmente la situación se complicó demasiado, lo siento mucho, pero por favor, hazte cargo de tu hijo. Atentamente: Aki. PD: Su nombre es Menma, tiene cuatro meses.”... Ve el lado positivo, el clan Uchiha no se extinguirá –dijo irónico.

-Cállate… -soltó extremadamente cansado de repente, tomando su cabeza entre las manos- aún estoy dudando que sea mi hijo.

*.*.*

 

Bien, esa es la idea base, falta mucho por explicar y es muy probable que termine siendo incluso el doble de largo que un cap normal, diganme que les parece, como ven, tecnicamente no es mpreg xD 

Sé que parezco disco rayado, pero de verdad, gracias a todas las personas que siguieron conmigo este fic, recordaré con especial cariño a quienes desde el primer capitulo dejaron su review, me dieron sus animos de vez en cuando, se quejaron, reclamaron o agradecieron, los aprecio a todos n.n

Si el epilogo procede nos leeremos pronto ;) 

Y sino, estén al pendiente de nuevos proyectos, es probable que me vean subiendo algo de Viktuuri~ 

¡Gracias!

 

Matta nee~ n.n/ 

 


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