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Secreto a Voces por vitalife

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Notas del capitulo:

 

Hola, hola!!

Disculpen la tardanza, estuve algo ocupada estos días u.u

En este capítulo encontrarán respuesta a muchas de sus dudas, por algo el titulo xD verán 4 puntos de vista, Naruto, Sasuke, Sakura y Shikamaru, quizás tenga una que otra sorpresilla ;) 

Agradecimientos a:

 

Uzuha Ren

Casnath

C.C.B

nee chan

abi

 

Gracias pos sus reviews n.n

ahora el fic ;) 

 

 

El clima era bastante agradable, aunque el aire era un tanto húmedo, la misión de escoltar a uno de los sobrinos de un terrateniente de la zona había sido agobiante, un malcriado chiquillo de no más de diez años que, solo por tener un familiar “importante”, se creía el mismísimo príncipe del país, más de una vez tuvo que detener a sus discípulos de empezar una riña con el susodicho, estaba agotado, por suerte no habían tenido ningún incidente grave, solo simples rufianes que querían asaltarlos, en estos momentos, como comprendía a Kakashi, suspiró con pesadez y algo de aburrimiento, el sol comenzaba a hacer estragos en su cuerpo, tenía calor.

 

-Sensei, tomemos un descanso –mencionó una fatigada chica de cabello azulado.

-Está bien Aoki –autorizó desganado.

-¡¡Sii!! –gritaron a coro sus estudiantes.

 

Se habían acomodado bajo la sombra de un frondoso árbol, su cuerpo acalorado parecía disfrutar de que el sol no le diera de lleno, incluso la brisa se sentía fresca en sus mejillas, cerca de ahí existía un prado de verde pasto, se quedó viendo como las finas hojas eran mecidas de un lado a otro, en un momento su mente divagó, recordó cuando su “mejor amigo”, si, entre comillas, había sido todo un patán mujeriego desde que llegó después de la guerra, de por si era pedante y poco cooperador, creyéndose la gran cosa y líder del grupo, aunque se había ablandado un poco, las cosas habían cambiado cuando se vino la paz, ya las misiones no subían de clase B, se limitaban a capturar a ninjas renegados o descarriados, pocos, muy pocos en realidad, por lo que el Uchiha se aburría, no había quedado más que tomar caminos separados, él liderando a los nuevos gennin y el otro en “trabajo de oficina”, pero aun así el pelinegro seguía con su actitud habitual, como si revisar reportes y asignar misiones de acuerdo a los ninjas, fuera más “Elite” que ir al campo con un trío de adolescentes, bueno, quizás tenía razón, pero no había estudiado y luchado tantos años de su vida para terminar en un departamento similar a Recursos Humanos.

Durante mucho tiempo, incluso cuando eran niños, su relación siempre había sido extraña, una amistad inquebrantable pero bastante egoísta, juntos porque necesitaban del otro para no sentirse tan desdichados, sin familia, sin amigos, aislados, tenían muchas cosas en común, pero eso había creado lazos emocionales entre ambos, y el juró que su amistad era 100% pura, si claro, ya a los 20 años no podía seguir engañándose, de vez en cuando su mirada terminaba escrutando los músculos de su “amigo”, también viendo aquel rostro en las fotografías por incontables minutos, sonreír bobamente cuando este prefería su compañía a la de los demás, era obvio, jodidamente obvio y se lamentaba, los sentimientos que habían permanecido latentes durante años golpearon brutalmente su conciencia, disfrazándolos casi discretamente como una amistad incondicional.

La frase tonta que le había dicho Sasuke aquel día de juerga lo dejó mal, bastante mal, “Siempre me has gustado”, si, era cierto, se convenció a sí mismo que el Uchiha lo había dicho por su estado de ebriedad, pero la verdad es que las manos le temblaban como si estuviese bajo cero en esa habitación y su corazón latió tan fuerte como si acabara de llegar corriendo de una maratón, en su interior deseó esas palabras por mucho tiempo, le abrazó ignorando el olor a alcohol y tabaco, lo contrajo tan fuerte que el contrario se dejó hacer, incluso le sorprendió ser correspondido, sentir las cosquillas del cabello negro en su hombro y cuello, le perturbó sentir besos en ese lugar y se estremeció trastocado, el otro sonrió como si lo esperara, fue rodeado por unos blancos brazos, sintiéndose atraído por los mismos, fue besado en los labios como si fuera muy común, un contacto que significaba mucho para él, pero quizás no tanto para el contrario, en ese momento no le importó, quizás también por el alcohol en su sangre que le animaba a seguir con aquello.

La lengua contraria le sedujo, danzó con la suya durante un tiempo, al igual que sus manos y sus pies se movían con dirección a la cama, una vez en ella, la ropa estorbó, no tardaron en desparramarse en el suelo, los besos, roces y caricias subidas de tono  no se dieron a esperar, con sus labios grabó en su mente cada parte de aquella piel blanca hasta llegar a su pelvis, estimulado su miembro con la mano, al ver la desesperación del Uchiha, se incorporó un poco colocándose entre sus piernas, rozando sus hombrías y friccionándolas con ambas manos, deseó poseerlo, pero no podía aprovecharse tanto de él, entre besos y palabras sucias del de ojos oscuros, habían terminado entre sus cuerpos.

 La experiencia fue casi irreal, Sasuke no aguantó mucho despierto después de tan “movido” rato, pero sus ojos azules pudieron contemplar aquella piel nívea por unos minutos, sintiendo imposible el hecho de separarse de él, le acarició el flequillo apartándoselo del rostro, se durmió en poco tiempo. Al amanecer no pudo decirle la verdad, se sentía indigno, avergonzado por sus “sucias acciones”, le mintió, bueno, solo en la parte donde aprovechaba la tan pecaminosa invitación, la que lo llevaría a la perdición. Ese tema le persiguió durante toda la semana, la culpabilidad no le dejaba vivir, tuvo que huir de su amigo más de una vez, evitando los lugares que frecuentaba, daba gracias a kami-sama que el Uchiha estuviese a cargo de la asignación y revisión de misiones en rango jounnin, por lo que no se veía forzado de verse con él, al mismo tiempo “movió sus influencias” para pedir misiones largas fuera de la aldea y así tener menos posibilidades de topárselo.

 

-Haa… ese idiota –suspiró con frustración.             

 

¿Cómo era posible que se enamorara de tal persona? No es que fuera homosexual, tampoco estaba peleado con ello, cuando era niño se “asustaba” de esas relaciones, ya en la adolescencia comenzó a verlo natural, entre algunos shinobi ese tipo de práctica era casual, especialmente en misiones largas y sin mujeres, nunca se atrevió a hacerlo, tampoco su urgencia era tanta, nada que su diestra no pudiera controlar. Su mente comenzaba a divagar con el tema, ¿Con quién se estaba justificando? Esto no podía sonar más “gay” que un manga BL (N/A: Boys Love), simplemente debía aceptar que lo quería (sí, carnalmente también) y que eso lo hacía suficientemente homosexual, terminaría odiando a Sasuke al hacerlo pensar tantas cosas “desviadas”, pero ¿Qué más daba? Ya lo había hecho con él, la penetración era lo de menos, ahora entendía a las chicas que caían con él, aun en ese estado de embrutecimiento por el alcohol aquel hombre gemía condenadamente sexy. Después de una semana torturadora, el encontrarse con el susodicho en la puerta de su propio departamento le causó escalofríos, había sido atacado ferozmente y creyó que seguirían jugando con él, la propuesta de exclusividad no le hizo más que prender ese sentimiento que guardaba en su interior, claro que aceptaba, además que poseerlo sería una de las experiencias más maravillosas que recordaría el resto de su vida.

Suspiró nuevamente, se había vuelto un pervertido, tanto convivir con el Uchiha le afectó indudablemente, tanto dejarse llevar por sus pensamientos provocó que no se diera cuenta del tiempo, ya era hora de seguir con su marcha.

 

*.*.*

 

No quería llegar topándose con que todo fue un sueño, pero ya veía las puertas de la aldea a unos 200 metros, además de las quejas  de sus alumnos por llegar pronto, tampoco ayudaban mucho. Una vez en el edificio de su departamento, subió las escaleras con pesadez, lleno de cansancio, su mochila parecía pesar horrores, su habitación se encontraba en el último piso, de hecho era el único que  se encontraba en esa planta. Sacó sus llaves de la mochila a pocos escalones de llegar a su piso, al estar en el pasillo levantó su mirada encontrándose a Sasuke recargado en la puerta, como si hubiera estado esperando tiempo ahí.

 

-Idiota –le nombró- eres lento –bufó impaciente.

-Qué…. ¿Qué haces aquí? –mencionó sin ocultar su sorpresa.

-Haa… -suspiró apenas sonrojándose- por nada en especial…

-¿Mantuviste tu promesa? –sonrió.

-Sólo fueron tres días, no estoy tan necesitado –se molestó.

-Me estabas esperando –afirmó acercándose a él, acarició una de sus mejillas blancas que poco a poco se teñían de rosado, los ojos negros se abrían con indignación.

-¡No me toques como si fuera una chica! –apartó su mano bruscamente.

-¿Una chica? –sonrió retándole, le tomó con fuerza de la muñeca que había cortado tan autentica caricia que le dedicaba- te gusta que sea rudo contigo ¿No? –le acorraló contra la pared, elevando el brazo del Uchiha sobre su cabeza, con la otra mano tomó su barbilla para obligarlo a verle a los ojos.

-¡Suéltame! –siseó con las cejas fruncidas en clara molestia.

-¿Realmente quieres que te suelte? –su mirada devoró al contrario, con sutileza introdujo una de sus rodillas entre las piernas del otro- ¿Lo ves? –le susurró en un suave murmullo.

 

Con cuidado y dando tiempo a que el de cabellos oscuros le rechazase, le besó, aflojando la fuerza que utilizaba para  aprisionarlo, pero al contrario de ser golpeado, fue correspondido, provocándole un cumulo de reacciones en todo su cuerpo, aquellos labios le envolvían, le deseaban, Sasuke realmente le había extrañado, sintió una presión en su muslo, las piernas contrarias se cerraban generando un leve roce.

 

-Acabo de llegar, aun no me baño –dijo por lo bajo a poca distancia de los labios del otro.

-No me importa –pasó la lengua por su boca.

-Estoy cansado –frunció las cejas hacia arriba, casi rogando.

-Hmmm… -sonrió de lado, se acercó a su oído- entonces te cabalgaré.

 

Como si estuviera bien calculado, Sasuke giró la manilla de la puerta, abriéndola y trayendo consigo al rubio al interior del departamento. Una bolsa de papel cayó al suelo en aquel pasillo, alterada y con las manos temblorosas tapó su boca, dejando al descubierto sus muy abiertos ojos verdes, había desenmascarado la verdad de sus ex compañeros de equipo. 

 

*.*.*

 

En su interior lo había sospechado, pero quería pensar que su imaginación le jugaba una mala pasada, al principio creyó que discutían, incluso iba a detenerlos como de costumbre, cuando sin esperárselo presenció con que ímpetu se besaban, se quería convencer de que su vista fallaba, pero el arrebato de pasión de sus compañeros le reafirmó que en efecto, no necesitaba anteojos, la cosa era bastante clara, Sasuke y Naruto tenían un secreto que el resto de la aldea no conocía.

Se tranquilizó, respiró lentamente, apretó sus manos, recogió la bolsa del suelo, observó la puerta ahora cerrada del departamento del rubio, por un momento dudó de lo que había sido testigo, con cautela se encaminó por el pasillo hasta el lugar por donde la pareja desapareció, tragó en seco, acercó su oreja a la madera, escuchaba ruidos y algunos murmullos, pero no distinguía la situación, pero para ser sincera ¿A quién engañaba? Era obvio que no estaban tomando el té.

Decepción tras decepción, Sasuke-kun siempre la rechazaba, después se volvió un mujeriego, ahora le jugaba al homosexual o  ¿bisexual? En realidad no importaba, sabía que el patrón del Uchiha era muy predecible, sus gustos, casi siempre eran rubias, de ojos azules o de sonrisa deslumbrante, nunca se mezclaba con las de su generación, ni por más que Ino había intentado aprovecharse de sus estándares, jamás se fue con ella a la cama, ahora Naruto había sido su nueva víctima, pero ¿En realidad lo era? Pues parecía manejar bien la situación, es más casi se aprovechaba del otro, estaba hecha un lio y aún seguía enfrente de la puerta, lo mejor sería dejarlos solos.

Todo el camino a casa la pelirosa iba pensativa, no estaba en contra de la unión de sus amigos, no era raro verlos juntos, después de todo el Uzumaki pertenecía a la corta lista de amigos del Uchiha, si, aquella lista que sólo tenía un nombre o dos, incluso les veía sumergidos en conversaciones normales, reían juntos, cosa distinta para los demás, pues apenas si lograban sacarle palabras sobrio.

Por otra parte Naruto siempre había sido muy apegado a él, muy a pesar del distanciamiento que ocurrió cuando Sasuke se fue de la aldea, en un principio pensaba que era por la promesa que le obligó a hacerle, pero las cosas ya se estaban yendo a otro nivel, esos ojos azules brillaban ante la presencia del otro, además que nunca le había desagradado el hecho de ser el niñero de este, las cosas ya eran demasiado raras desde el principio, no mentiría diciendo que no se percató de muchos detalles, no sólo ella, en sí, varios de sus compañeros de generación, incluso a Kiba le gustaba molestarlos con sus comentarios, sospechaba a su vez de Shikamaru que fue quien inició la idea de no dejarle a las chicas a Sasuke, siendo que él no se veía afectado por la situación (vamos, que su relación con Temari estaba a un pie de la boda), parecía que no era la única que veía extraña esta relación, todo parecía un complot para que estos dos encontraran su camino, y vaya que lo habían consumado, el punto ahora era descubrir exactamente qué tipo de relación compartían, no quería encontrarse con que Naruto sólo fuera uno más, no se lo perdonaría al Uchiha.

Llegó a su pequeño departamento aún algo pensativa, al entrar un esponjoso gato blanco se frotó en sus piernas, con cariño lo tomó trayéndolo consigo a su comedor donde se prepararía una buena taza de té. En general era muy ordenada, excepto el cuarto de estudio que era un pequeño laboratorio donde experimentaba con nuevos tipos de medicamentos, justo ese día llevaría una muestra al rubio para una prueba que él mismo había aceptado, no creyó que fuera mejor otra ocasión para ver sus efectos curativos que justo después de una misión, pero se había equivocado al parecer.

Justo hoy era miércoles, la mayoría de sus compañeros de generación estaban en la aldea, lo que significaba que habría reunión el fin de semana, en ese momento podría tener una oportunidad para aclarar en qué términos se encontraban sus amigos.

 

*.*.*

 

Gotas se escuchaban caer en el agua, el vapor inundaba la habitación debido a la tina caliente, un nulo espacio entre un par de amantes dejaba sentir el tacto de la piel desnuda del contrario, reposaban sentados uno atrás del otro, disfrutando de la calidez de aquel liquido perfumado que les relajaba, uno de ellos dormitaba recargando su cabeza en el pecho del otro, arrullándose con él latir de aquel cuerpo.

Unos ojos negros contemplaban con detalle aquel hombre completamente a su merced, aquel que tanta confianza le mostraba, la cabellera rubia se esparcía mojada en sus pectorales y clavícula, casi invitándolo a acariciarle, nunca se imaginó una escena así, tampoco el hecho de sentirse extrañamente cómodo de tenerlo tan cerca en esa intima situación, se tragó los pensamientos y emociones confusas en su mente, no quería escuchar aquel debate interno que le hacía sentir perturbado, realmente estaba disfrutando de la cercanía de Naruto, no quería arruinarlo con sus prejuicios y orgullo, aunque no sabía realmente lo que significaba para él, aunque temiera enamorarse, aunque para un Uchiha ese sentimiento era prohibido, así que seguiría engañándose a sí mismo, no importándole siquiera sus propios sentimientos, ni ese enorme miedo de volver a perder algo preciado, tantos años aguantando e ignorándolo, intentando matarlo, desaparecerlo, parecían en vano, quizás más que lujuria, su corazón guardaba un gran secreto que ni el mismo sabía.  

 

*.*.*

 

La meseta de los Hokage contaba con un sinfín de túneles y oficinas secretas, así como grandes salones para evacuaciones masivas en caso de invasiones, pero en este momento nos enfocaremos en uno de los laboratorios cercano al hospital konoha, una mujer ataviada con bata blanca, mascarilla y cofia, salía acalorada de su enclaustraste oficina, quitó lo que llevaba en el rostro y cabeza dejando en descubierto su rosado cabello, suspiró cansada, decidió tomar aire fresco en los alrededores.

 

-¡Sakura! –una voz familiar le hizo voltear a sus espaldas.

-Ino, ¿Qué haces aquí? –soltó sorprendida.

-Acabo de ver a Shikamaru en la florería y justo tenía unos pendientes en el hospital por el voluntariado de algunos gennin que se quieren unir al grupo de ninjutsu médico, así que aproveché para avisarte, habrá reunión mañana –le sonrió con picardía.

-Si tus alumnos supieran que eres una alcohólica –rió por lo bajo.

-Soy humana –excusó intentando convencerse- no es que pierda el conocimiento como Sasuke-kun, es nuestro día de relajación –soltó ya más animada.

-Supongo que tienes razón… –se encogió de hombros- entonces ¿Estaba Shikamaru en la florería? –alzó una ceja intentando indagar.

-Sí, pasó a saludar y avisarme ¿Por qué?

-Quería preguntarle unas cosas ¿Sabes si está en su día libre? Hoy saldré temprano

-Supongo que sí, normalmente está en estas horas en su oficina…

 

*.*.*

 

A lo lejos vislumbró el bosque de los Nara, el chakra de Shikamaru parecía provenir de ahí, así que tomó el camino a la casa del aludido con paciencia, tenía muchas cosas que preguntarle. Ya estando en el lugar nadie atendió la puerta, así que abusando de la confianza que había en su generación, rodeó la casa por dentro de la muralla de madera hasta llegar al patio, donde con pereza descansaba el sucesor del clan de los venados, al borde del piso de su hogar.

 

-Hola, Shikamaru, tengo unas dudas acerca de un tema… -habló sin disculparse por interrumpir, parecía que el otro la estaba esperando.

-Respecto a ¿Qué tema? –alzó una ceja con curiosidad.

-Naruto y Sasuke-kun…

-Notaste algo extraño ¿Verdad? –dedujo mirándola detenidamente a los ojos mientras sacaba un cigarrillo de su chaqueta.

-¿Cómo lo sabes? –en su rostro parecía esperable esa frase del de coleta, pero eso le intrigaba aún más.

-Era cuestión de tiempo que lo notaras, eres la más cercana a ellos –cerró el mechero metálico para tomar una bocanada de nicotina.

-Espera ¿Quién más lo sabe y desde cuándo? –indagó.

-Los chicos y yo, Naruto siempre procura cuidarse más de ustedes las chicas, como si nosotros no  nos diéramos cuenta –sonrió con un deje de burla.

-¿De qué hablas? –se sorprendió, entonces ¿Esos dos hacían ese tipo de cosas enfrente de otros? Comenzaba a confundirse.

-Sí, ya sabes, Naruto está enamorado de Sasuke… –soltó la bomba con aburrimiento, aquel tema ya era viejo para él- siempre pasaban cosas extrañas entre ellos desde que Sasuke volvió a la aldea, desde antes se hacía ver, pero éramos jóvenes y nos tragábamos la idea de que eran muy amigos, claro, claro, eso de jurarse la muerte y seguirse buscando es muy normal –soltó una leve risilla.

-¿Cómo? –Sakura se sonrojó por la vergüenza ante aquella confesión, además de que ella también creyó en la amistad de sus compañeros de equipo.

-Haa, que problemático…-se tomó con una mano la cabeza- Nos dimos cuenta poco a poco, no creas que no pensábamos lo mismo que tú ahora, no siempre nos reunimos con las chicas, así que a veces salimos a entrenar en grupo o a beber, las cosas al principio eran sutiles, ya sabes, miradas, sonrojos y algunos comentarios extraños, nadie puede hablar mal de Sasuke en su presencia…

-Sí, yo también había notado eso –recordó- pensé que yo lo estaba malinterpretando…

-Todos pensamos lo mismo hasta aquel día… -dice con algo de fastidio.

-¿Qué sucedió? –le vio atentamente.

-Una noche nos fuimos a un bar, éramos Kiba, Chouji, Shino, Lee, Naruto, Sasuke y yo, ya sabes, Naruto había llevado a rastras a Sasuke, habíamos hecho un ligero entrenamiento, pero en el descanso comenzamos a platicar de los viejos tiempos, así que interrumpimos la práctica y decidimos ir a ese bar a las orillas de la aldea, no es muy elegante pero es barato y sirven buena comida, bueno, eso dijo Chouji…

 

*.*.*Flash-Back*.*.*

 

Nos habíamos sentado en una mesa grande, entre todos abarcábamos la tercera parte del pequeño lugar, estábamos acomodados a manera de herradura, seguíamos hablando de historias de la niñez, hasta que alguien tocó una fibra sensible, Lee mencionó aquel día donde habíamos ido tras Sasuke cuando desertó de la aldea, Naruto no se lo tomó muy bien, pero lo que nos sorprendió a todos es que Sasuke se puso a llorar, estábamos realmente impresionados, él estaba muy ebrio.

 

-Perdóname Naruto… -dijo entre sollozos mientras ocultaba su rostro en la mesa- siempre he sido un idiota, perdóname… -su voz sonaba cortada y aguda.

-Sasuke… -conmovido se acercó a él tomándolo de los hombros casi como un abrazo- no tienes que disculparte, hace mucho que lo hice… -posó su frente en la cabeza del otro.

-Lo siento de verdad… -levantó su rostro quedando muy próximo al contrario, se vieron intensamente a los ojos incomodando a los presentes.

-Yo soy el que lo siente… -acarició la blanca mejilla con su mano, secando con el pulgar las lágrimas del otro.

-¡Oi! ¡Oi! ¡Oi! –interrumpió Kiba al ver que aquello estaba yéndose en otra dirección.

-Sasuke yo… -pronunció lentamente, ignorando por completo a sus amigos que lo veían entre sorprendidos y angustiados- no puedo odiarte… -no aguantó el contener más sus sentimientos, borró la distancia entre ambos.

-¡Demonios, no! –Kiba se tapó los ojos entre el asco y la vergüenza.

-Que problemáticos… -no aparté la mirada, pero me preocupaba el espectáculo que estaban dando a las personas en las otras mesas.

-No puede ser –incluso Chouji dejó de comer al ver tal escena.

 

Shino parecía imperturbable, quizás por su poca presencia ya habría sido testigo de algo, por otra parte Rock Lee estaba completamente rojo de la impresión, después de todo y contrario a lo que creíamos, Sasuke correspondió el beso que Naruto le dedicaba, terminaron liándose en el tatami, por lo que tuvimos que separarlos, no es nada agradable ver como tus compañeros desde la infancia comienzan a meterse mano bajo la ropa, pasaron semanas para poder olvidarlo.

 

*.*.*End Flash-Back*.*.*

 

-Después de eso Sasuke empezó su fama de mujeriego, ninguno de los dos parecía recordar nada, los demás y yo nos percatamos de los patrones de Sasuke, así como el mal humor de Naruto con respecto a ese tema, decidimos darles un empujón… -dejó salir el humo de sus pulmones.

-Eso… -la pelirrosa intentaba digerir toda la información proporcionada.

-Lo de “no dejarle las chicas a Sasuke” era mero pretexto para mantenerlo en abstinencia, así Naruto no estaría tan malhumorado y moralista, una persona que ideó y perfeccionó el “Ero no jutsu” no podía simplemente llegar hablando de la castidad, era obvio que estaba pasándolo mal, Sasuke por su parte buscaba inconscientemente a Naruto en sus chicas, pero la fase final del plan no llegó hasta hace dos semanas, cuando por fin tocó el turno de Naruto –se encogió de hombros para seguido apagar su cigarrillo.

-Entonces todo fue… -su mente era un caos.

-Ahora dime, Sakura ¿Qué fue lo que viste? –le cuestionó interesado.

 

 

 

Notas finales:

 

Este cap es más corto que el anterior, posiblemente el siguiente sea el final, pero aun está en proceso, la verdad es que modifiqué muchas partes de este cap... un par de veces de hecho, así que quedó muy diferente al original, por lo que haré un final nuevo, tengo varias ideas, pero si ustedes tienen alguna serán bien recividas en los reviews n.n

Muchas gracias por seguir este fic n.n

Espero sus sugerencias, animos o comentarios!!

 

Matta nee ;) 

 


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