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Secreto a Voces por vitalife

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Notas del capitulo:

 

¡¡Hola!!

Esta vez no tardé tanto en actualizar ;) 

Y para quienes lo pidieron, este cap no será el último, debido a la emoción, a la hora de redactar escribí más de la cuenta, por lo que tuve que partirlo, en las notas finales les daré unas sorpresitas ;)

Agradecimientos por sus reviews a:

 

nee chan

anonimo

gotentrunks55

StarlightRain

Ktika

 

Recuerden que siempre les contesto n.n

Sin más les dejo el fic  

 

 

Los matices de sol en el crepúsculo dotaban de un cálido color los tejados de cerámica esmaltada de las imponentes casonas tradicionales, reflejándose a su vez en las ventanas de cristal de las mismas y de muchas otras, las personas caminaban por las calles centrales con normalidad, la tarde era muy agradable y tranquila, tanto así que a lo lejos se podían claramente escuchar los insistentes golpes en una puerta acompañados de escandalosos gritos.

 

-¡Sasuke-teme! ¡Abre la puerta! –bramaba con terquedad un rubio muy bien acicalado y perfumado.

-¡Que no quiero ir! –abrió de golpe para toparse  ante aquella escena (tan suculenta) donde el de ojos azules portaba una camisa naranja oscuro a medio abotonar, dejando ver debajo de ella una entallada de red, al final siendo coordinado con pantalones negros casuales y zapato cómodo… ¿Lo estaba provocando? Tragó en seco.

-¡¿Por qué no?! –decía entre alterado y desilusionado.

-No tiene caso… -dijo algo repuesto, intentando ignorar parte de los pectorales del otro que se veían a través de aquella red- no me apetece convivir con los otros –frunció las cejas.

-¡Vamos! –animó viéndole con sus zafiros emocionados.

-No lo sé… -desvió la mirada al borde del colapso, era patético, muy patético verse tentado por eso.      

-¡Teme! –su tono de voz era casi el de un niño neceando por algo, se acercó para tomarle de los hombros.

-Está bien, está bien… -le quitó sus manos como si le tuviera asco, pero en realidad estaba muy nervioso.

-Bien –sonrió de oreja a oreja.

-Espérame aquí… -iba a cerrar la puerta cuando fue detenido.

-¡¿Me dejarás a fuera?! –se descolocó.

-No pensarás que me bañaré y vestiré contigo dentro de la casa ¿O sí? Nunca llegaríamos, aunque no estaría mal –le sonrió seductor.

-Pero… -se sonrojó levemente por el pensamiento- lo hicimos dos días seguidos…

-¿Qué más da un tercero? –su mirada lo dijo todo.

-¡No! ¡No! –cerró los ojos y le empujó dentro de la casa- debemos ir.

-Aburrido –bufó.

 

 

El sonido de la regadera resonó dentro del pequeño departamento, las gotas de agua recorrieron sin dificultad su cuerpo, cerró los ojos dejándose empapar por completo, necesitaba dejar de pensar en el Uzumaki que le esperaba, mucho le costó contenerse de no arrastrarlo hasta la ducha, los días anteriores fueron intensos, tan complicados para él de entender, no sabía en realidad que sentía por el otro, ni de dónde venía aquella necesidad de no separarse en ningún momento, como sí la unión de sus cuerpos le trajera una tranquilidad absoluta, no quería descubrir el porqué de aquello, era enfrentarse al vacío, a su más temible fobia.

El Uchiha había decidido mudarse al centro de la aldea, dejando de lado la destartalada y vieja casa de su clan que sólo le dejaba malos recuerdos, la maldición de sus ojos, aquella que se ligaba a sus emociones, mientras más profundo es el sentimiento, la perdida y el dolor, más poder ganará el Sharingan, por ello su apellido estaba manchado de locura, ambición, guerra, gran amargura. ¿Qué sentía por Naruto? Temía que el instinto de su sangre se saliera de sí, desatando una masacre en su interior, que la demencia le comiera por completo, que le segara trayendo consigo desgracia, mucho tiempo luchó contra su instinto, tantas veces intentó matarlo, quizás muy en su interior el lo “odió” por quererlo más de la cuenta, por convertirse en su punto débil, en su total perdición.

 

 

-¡Sasuke! ¡¿Te falta mucho?! –le gritaba desde el pasillo.

-¡¡Ya voy!! –le respondió hastiado, es que ¡¿A caso no podía pensar en cosas profundas mientras se duchaba?!

 

 

Con mal humor se dispuso a secarse y salir a su habitación para buscar que ponerse, un rubio lo vio desde la sala cruzar el pasillo con apenas una toalla, los colores se le subieron al rostro, de por sí ya estaba ansioso de escuchar la regadera, ahora verlo prácticamente desnudo le rompía la mente, se contuvo, respiró profundo mientras intentaba domar su corazón, quizás Sasuke tendría razón y no salían de ahí. La cosa no mejoró cuando el dueño de las punzadas en su entrepierna salía con una camisa negra y pantalones azul oscuro ceñidos, el olor de su colonia le entró por sus fosas nasales perturbándole por completo… esperen ¿Lo que colgaba de su cuello descubierto era el collar que le dio Tsunade? Sus ojos se abrieron intentando recordar cuando fue que su amigo obtuvo tal pertenencia suya.

 

 

-¡¿Desde cuando tienes mi collar?! –se sorprendió.

-Ayer lo recogí del suelo de tu habitación –pasó su dedo por el cordón que alojaba aquella joya- es mi trofeo –le sonrió.

-N-no puedes llevar eso –tartamudeó viendo como el otro se le acercaba peligrosamente acorralándolo contra el sofá donde llevaba media hora sentado.

-¿No? –rozó sus labios con el otro, claro que sólo lo hacía para fastidiar, no era una chiquilla que le robaba cosas a su novio para usarlas en ella misma y marcar territorio con otras chicas, sólo una broma, una broma.

-Llegaremos tarde –atinó a decir mientras veía aquella sonrisa a pocos centímetros.

-No importa no llegar… -soltó una risilla maliciosa, comenzó a besarlo.

 

 

Casi instintivamente el rubio le delineó la figura con sus manos, atrayéndolo hacia sí con deseo contenido, invitándolo a sentarse en sus piernas, cosa que así fue, el de cabellos oscuros acariciaba el pecho del otro colándose por debajo de la camisa naranja, palpando los músculos a través de la red, masajeando con su mano libre la nuca donde nacían las hebras doradas. El sonido húmedo de las bocas se escuchaba con claridad, al igual que los suspiros deseosos por subir el nivel de caricias, demás estaba decir que se estaban empalmando, el Uchiha movió su cadera incitándolo, incluso serpenteó su lengua dentro de la cavidad de su compañero, sacándole un quejido ahogado.

 

 

-Hmm… Sasuke… ya… suficiente… -intentó separarlo antes de que la lujuria terminara por vencerlo.

-¿Seguro? –le susurró al oído dejando que su aliento chocara contra sensible zona.

-Sasuke… -el tono de su voz fue difícil de descifrar, asedió al de ojos oscuros contra el sillón- si vamos a la reunión haremos lo que quieras saliendo –le persuadió para no terminar tirándoselo de nuevo.

-Tch… -chasqueó la lengua- No te rindes ¿Verdad? –suspiró.  

 

 

*.*.*

 

 

Aquel viernes era especialmente bullicioso, el bar de siempre, estaba repleto de gente, suerte que Shikamaru alquilaba a tiempo la habitación privada, casi como si fuera exclusiva para el uso de ellos, nada tenía que ver que Chouji fuera un cliente frecuente en cuanto los platillos del lugar, además de darles una muy buena ganancia al negocio por este hecho.

El tintinear de los hielos con el cristal de los vasos se escuchaba de fondo, acompañado de murmullos y risas del local, aunque eso para él venía en segundo plano, casi con completo descaro observaba los zafiros que no eran dedicados para él, la acalorada conversación seguía interminablemente, como si no se hubieran visto en años, entre fascinado por aquella sonrisa radiante, con algo de vergüenza por su patética admiración por el otro, bajó la mirada, sonrió de medio lado con cinismo.

 

 

-“Si tan sólo no hubiera nadie aquí” –pensó, mordiendo un poco sus labios, conteniendo el deseo, las ganas de ser tomado por él.

 

 

Posó su mano en aquel recipiente de vidrio finamente pulido, lo movió en círculos en un intento por enfriar su bebida con el derretir de los hielos, despegó sus labios y probó el licor importado de un país vecino, suspiró después de ello, los sonidos comenzaban a escucharse lejanos, se sentía extrañamente alegre por aquel secreto entre ambos, percibía su cuerpo ligero, se estaba emborrachando.  

Sakura veía atentamente la escena, un tanto escéptica ante la extraña actitud de su ex amor platónico, casi parecería como si estuviera enamorado, cosa que era imposible, eso se afirmaba a sí misma, tenía fama de mujeriego, simplemente no podía terminar flechado tan fácilmente, escuchó todo lo que Shikamaru le dijo, aún le costaba asimilarlo, ¿Realmente Sasuke-kun sentía algo por Naruto? Ahora podía notar como el rubio le dedicaba extrañas miradas al Uchiha, aquel que con una especie de timidez le rechazaba, pero como después de ello le miraba con devoción cuando no le observaba, también el casi imperceptible roce de sus manos al intercambiar objetos, ya fuera la bebida, un platillo, cualquier interacción parecía un pretexto para dedicarse freses en su secreto idioma.

Pensaba lo tonta que fue por no darse cuenta antes, pero al darle un rápido vistazo al Nara, presenció el asombro del aludido que igual que ella no apartaba los ojos de la pareja, ni cuando sorbió su cerveza, casi derramándola, causando la burla de sus compañeros en cuanto a que tan perezoso podría llegar a ser, por otro lado, Kiba se notaba empeñado de no voltear en dirección a ellos (no era homofóbico, pero cada vez que los veía, la imagen que tenía de ellos se manchaba de color arcoíris), todo parecía indicar que aquello era nuevo.

La noche pasó entre charlas y risas, de un momento a otro Chouji e Ino terminaron cantando en el karaoke del bar, siendo aplaudidos por sus compañeros, todos la pasaban genial, excepto nuestro (emo) Uchiha favorito, ya llevaba poco menos de la mitad de cajetilla, había dejado de tomar cuando sus necesidades de violar al futuro Hokage ya eran casi inaguantables, con impaciencia dedicaba ligeros golpes al cigarrillo entre sus dedos, llenando de polvillo grisáceo el cenicero, daba profundas caladas intentando que su paciencia no le abandonara, ya pasaba de la media noche, quería irse a casa y follar ¿Era mucho pedir?

 

 

-¿Estás bien? Sasuke –sonrió sabiendo la respuesta.

-No –Soltó seco, terminó por apagar el cigarro.

-Podrías irte temprano a casa si ya estás aburrido –le retó con picardía.

-No te vas a escapar -frunció las cejas.

-Entiendo, entiendo –la sonrisa se ensanchó, sus ojos brillaron confidentes.

-Tonto –no pudiendo sostenerle la mirada, los ébano se desviaron lejos de su alcance.

 

 

*.*.*

 

 Después de unas cuantas canciones y ridículos más, los de aquella generación comenzaron a irse de a uno, cosa que fue aprovechada por aquellos únicos en sus clanes (lástima que ahí terminarían dos de los clanes más poderosos de la historia shinobi), pero no iban solos, sin saberlo, Haruno les seguía, explotando sus técnicas de sigilo, como si de una misión de rango S se tratara. Su objetivo dio un giro inesperado en un callejón, con cuidado se asomó desde la esquina, escondiéndose tras una cerca.

 

 

-Sasuke, no… -dijo un tanto nervioso de ser acorralado contra el muro.

-Te aguanté el jueguito por casi cinco horas, necesito mi recompensa –se relamió los labios, mientras una de sus manos acariciaba el muslo del otro.

-Sasu…!! –fue sofocado por un intenso beso, instintivamente tomó las caderas de su compañero.

 

 

Sus cuerpos serpentearon al contacto, al igual que sus lenguas, una blanca mano se enredó en la rubia cabellera, mientras la otra se metía en la camisa naranja oscuro, intentando deslizarla por el hombro bronceado, fue sorprendido por el cambio de posiciones, su espalda era ahora la que tocaba la pared de aquel oscuro lugar, uno de sus glúteos era estrujado con deseo, siendo a su vez acariciada la espalda baja, movieron sus cabezas de un lado al otro haciendo ligeros ruidos con sus labios, entre el éxtasis de ser devorado, no pudo evitar entreabrir los ojos, viendo las rubias pestañas a poca distancia, antes de cerrar sus parpados nuevamente, dio un fugaz vistazo a su alrededor, después de todo estaban en plena calle, deteniendo su mandíbula de golpe al toparse a la pelirrosa  observándolos, empujó al Uzumaki, que extrañado le vio, luego la dirección de los ojos del otro, palideció.

 

 

-¡Sakura-chan! –soltó alterado, el Uchiha parecía una estatua.

-¿Hay algo que deban explicar? –salió de su escondite, encarándolos, se cruzó de brazos cual madre molesta.

-N-no es lo que crees Sakura-chan…

-Entonces ¿Qué es? ¿Un beso de amigos? –soltó sarcástica.

-No tenemos de que darte explicación, Sakura –habló molesto el de cabellera oscura.

-Claro que sí, somos un equipo o por lo menos lo éramos, es que ¿Estás jugando con Naruto?

-¡¿AH?! El pasado poco tiene que ver –le enfrentó.

-Chicos… -intentó calmar el ojiazul.

-Lo que hagamos, follar o lo que sea, es nuestro problema.

-Así que se trata de eso ¡¿Follar?! –se mostró indignada.

-Pues claro –aseguró, cruzando sus brazos.

-Naruto no parece pensar lo mismo –apuntó al mencionado que se mostraba un tanto cabizbajo.

-¿Qué es esa cara? ¿Dobe? –su rostro se desencajó y sintió una punzada en el pecho al ver aquellos zafiros apagados.

-Es verdad, Sakura-chan -se forzó a sonreír.

-Naruto… -su voz reflejó angustia.

-Es mejor ir a casa… nos vemos… -el flequillo cubrió su rostro, dando gala de su ninjutsu, desapareció en segundos.

-¡¿Ves lo que hiciste?! –reclamó.

-¡Tu! ¡¡Grandísimo idiota!! –Contrario a lo que esperaría, la ojiverde le tomó de la camisa, alzándolo con su fuerza sobre humana, sólo algunos centímetros del suelo, lo justo que la diferencia de estaturas le permitía- ¡No dejaré que lo sigas lastimando!

 

 

Sasuke le veía completamente sorprendido, nunca creyó recibir una amenaza o tal agresión, de quien para él, era la menos madura del equipo, incluso por el pasado enamoramiento de la misma. Con brusquedad fue soltado, escuchando un par de maldiciones de paso dedicadas a su persona, la mujer le dio la espalda con visible indignación, quedando sólo, desarreglado y completamente desconcertado en aquel callejón, no había dicho ninguna mentira, entonces ¿Por qué se sentía tan mal? ¿Por qué parecía el malo del fanfic?

 

 

*.*.*

 

 

Era sábado por la mañana, no había podido dormir bien, la jaqueca lo estaba matando, todo por culpa de Sakura, o eso intentaba convencerse. Después de ir a la casa del rubio y tocar unas cuantas veces, éste nunca salió a encararle, por un momento pensó en usar la llave que estratégicamente se quedó del departamento, pero presentía que no era la mejor idea, como si una barrera invisible le advirtiera que esa puerta no debería ser cruzada, por lo que terminó encerrándose en su propia habitación, estaba muy molesto, no entendía porque Naruto se comportaba de esa manera, pero hoy era otro día, sin duda iría a preguntarle unas cuantas cosas.

Tomó una ducha fría, se colocó ropa cómoda y salió en busca de su “amigo”, esta vez corrió con suerte de verlo saliendo de su piso, así que sin más le abordó, intentando seducirlo, pero fue prácticamente ignorado, como si hablara con cualquiera de sus compañeros de generación.

 

 

-Lo siento, otro día será –le dedicó una mirada de aburrimiento.

-¿Qué dices? –no podía creerlo.

-Tengo planes –le sonrió falsamente.

-¿Estás seguro? –alzó una ceja e intentó acercarse a él, en vano, pues el otro se alejó.

-Hoy no, Sasuke… -sin más le pasó de largo, marchándose.

 

 

 

Pasmado, así estaba en ese preciso momento. Se comía la cabeza mientras le seguía de lejos ¿Cómo le iba a rechazar? Sobre todo siendo el gran Sasuke Uchiha (quien le dio su virginal trasero), ¡¿Qué otra cosa quería Naruto?! No lo entendía.

Le veía con escepticismo, en aquel lugar tan popular en Konoha, la avenida principal, llena de comercios, el rubio se topaba con Haruno, parecía bastante serio, la aludida le sonrió cordial, siendo así ayudada con las bolsas de compras, les veía reír, bromeando mientras escogían productos y vegetales, persiguió a la pareja hasta una cafetería, con sigilo se escondió tras un cartel, viéndolos detenidamente por el enorme ventanal del lugar, sus manos se crisparon cuando el ojiazul acariciaba los cabellos rosados de su amiga, así como esta misma se sonrojaba levemente, deseaba con ahínco que su Sharingan pudiera leer los labios del Uzumaki, lastimablemente estaba fuera de su rango de visión, rechinó los dientes ¿Por qué estaba con Sakura? ¿Por qué le rechazó? ¿Qué tan importante era la otra? Aunque recordara que la noche anterior fueron descubiertos en plena faena, cosa que debían aclarar con la chica, pero le molestaba el hecho de que fueran tan cercanos, aunque probablemente también fuera culpa suya por irse de la aldea y dejarles tan solitos ¡¿Qué hicieron en su ausencia?!

 

 

-¡¡Oye tú!! –salé un hombre mayor de su librería, comienza a golpearlo.

-¡¿Qué le pasa?! –detuvo el bastón, arma del mayor.

-¡¡Estás destruyendo mi cartel!! ¡¿Cómo me lo vas a pagar?! –alegó el anciano.

-¿De qué…?! –Voltea topándose el cartel a medio destruir, así como su objetivo salía del establecimiento y se alejaba- ¡No tengo tiempo, viejo! –metió la mano en el bolsillo, entregándole lo que traía, sin más retomó su persecución.

 

 

De un momento a otro les perdió de vista, subió a uno de los tejados próximos, busco con sus potentes ojos en los alrededores, vislumbrándolos al final en dirección de un bloque de departamentos y viviendas, reconoció por un momento el lugar, fue ahí cuando ellos entraron a la casa de la chica. Activó el rinnegan, los vellos de su cuerpo se erizaron, a través de las paredes distinguió a la pareja, temeroso por ver más allá de lo que debía, cerró sus ojos intentando calmarse, estaba alterándose demasiado, abandonó el lugar.

 

 

*.*.*

 

 

Se sentó enfrente al lago que colindaba con el barrio Uchiha, tomó su rostro entre las manos con pesadez, ¿Qué ocurría? ¿Por qué le afectaba tanto? Sólo eran amigos con derecho a roce, ¿Qué era eso tan doloroso en su pecho? ¿Qué era ese vacío en su estómago? ¿Naruto estaba con Sakura? ¿Por qué le pidió exclusividad? ¿Era un sustituto?

Su cabeza pasaba por la resaca, los ojos le escocían por la falta de sueño, se sentía desesperado sin algún motivo. Fue cuando recordó que en su niñez el ojiazul estuvo siempre enamorado de la pelirrosa ¿Había llegado el tiempo en el que ella le correspondería? Después de tantos años de desprecios de su parte ¿Por qué no le dio falsas esperanzas a la chica? Así nunca se habría sentido de tal manera, pero sabía que ese era un pensamiento egoísta, fue culpa de ambos el exhibirse en plena calle, también el hecho de sacar a la luz el trato de su relación, pero ¿Por qué Naruto parecía tan afligido? ¿Había algo más? ¿Algo que desconocía?

En su interior existía un sentimiento que conocía, pero intentaba ignorar, Naruto siempre fue importante para él, pero ¿Hasta qué punto? Eran amigos, aún a pesar que siempre intentó cortar ese lazo, el rubio insistía por tomarlo de la mano, por no dejarle ir, acobijándolo con su presencia, siendo paciente ante su mal carácter, apoyándolo. El dolor punzó en su pecho y pupilas, presentía que estaba perdiendo algo muy importante.

 

 

*.*.*

 

 

Los días pasaron, la indiferencia de Naruto creció, así como su ausencia, Sasuke redescubrió su mal humor en máxima potencia, abatido por la falta de atención del otro, dejó de buscarle después de ser rechazado en más de una ocasión, su abandono en las reuniones se hizo evidente, enfrascándose en sí mismo, no le apetecía convivir con nadie, ni siquiera echar un polvo, hundiéndose en su miseria, decidido a odiar a todo el mundo, en especial a su rubio tormento.

Pero, no era el único, por su parte Naruto, se lamentaba haber sido tan patético, tan iluso de pensar que el otro le correspondería, rechazándole para no seguirse haciendo daño, deprimiéndose, no quería saber de él, no quería escuchar que aquel regresaría a sus viejas andadas con mujeres y alcohol, pero, contrario a lo que creyó, la falta de su “amigo” le taladraba el pecho, quería verle, estrecharlo en sus brazos, pero sabía que eso le costaría su dignidad.

Ambos habían aceptado un trato en el que al final, ninguno estaba conforme, pero eso también era una de las posibilidades pensadas por el genio estratega de la generación.

 

 

Notas finales:

 

Espero hayan gustado del capítulo de hoy n.n

La verdad estaba muy tentada en terminarlo en un cap largo, pero me han surgido nuevas ideas, por lo que quizás ni el siguiente sea el último, se me ha ocurrido un nuevo arco y problemas para estos dos que podría alargarlo un par de caps o más, sólo les pido una condición para ello, he notado como muchos leen este fic pero no dejan su review (así como con cada capítulos dejan menos), incluso he llegado a pensar que no es del agrado de todos por lo que planeaba terminarlo en cuanto estos dos se reconciliaran, así que dependiendo del número de reviews (así como el que les parece la idea) pensaré en publicar o no el siguiente arco.

Nos leemos pronto, espero sus comentarios n.n

 

chaa nee ;) 

 

 


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