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Secreto a Voces por vitalife

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Notas del capitulo:

 

¡Hola!

Lamento mucho la espera, en verdad han pasado cosas que por un motivo u otro, simplemente no puedo escribir o actualizar, tuve más de dos semanas de bloqueo, de tener tantas ideas, me replantee nuevamente muchas de ellas, cambiando el giro de los acontecimientos, yo quería matar de deseo a nuestro Uchiha favorito, al final las cosas resultaron diferentes xD

Espero les guste el cap de hoy, es más largo y con un lindo lemon para compensar el casi mes de espera.

Agradecimientos a:

c.c.b

UzuhaRen

gotentrunks55

Ktika

anonimo jajaja

Mito Uzumaki

naruf

nee chan

Anonimo

hilary_21

StarlightRain

Alena

Honey27

 

En un momento respondo sus reviews del cap pasado n.n

Sin más el fic ;)

 

 


 


No es como si no pudiera llevar la situación, no, no se moría de los nervios, que va, tocarse no era necesario para la vida ¿Verdad? No estaba aterrado o confundido, era impensable, sólo no sabía actuar enfrente de él, claro, eso era, no quería decir nada el hecho de encerrarse en su casa durante toda la suspensión del trabajo, ni que su estómago se revolviera inquieto al ver una foto del rubio, eso no pasaba, ni siquiera las veía más de lo normal, claro que no, no significaba nada.


Golpeó su cabeza una y otra vez contra las baldosas del baño, se duchaba “tranquilamente” en un intento desesperado por aclarar sus pensamientos antes de ir a la oficina, no le molestaba el hecho que el otro sintiera algo por él, en algún momento se plateó la posibilidad, entonces, ¿Por qué se sentía tan jodidamente ansioso? Estaba muy preocupado, algo dentro de él se sacudía, no entendía el qué, pero no quería verle, ni estremecerse ante su voz, de sólo imaginarlo se volvía loco de los nervios, era su “mejor amigo”, se repetía, con el que se había acostado en más de una ocasión, pero eso eran simples detalles, así como disfrutaba de su compañía enormemente, como le deseaba de manera casi insana, pero eso le hacía plantearse la tan temida pregunta ¿Qué sentía por Naruto?


Tenía claro que no le odiaba, por lo menos, no actualmente, ahora era evidente para cualquiera lo importante que era el ojiazul para su persona, tanto que no podía siquiera dejarle de pensar con frecuencia, en el último mes casi el doble de lo usual, pero eran simples tonterías, claro, que si a Naruto le gustaría tal cosa, que si deberían ir a cenar juntos en el nuevo puesto de comida de tal sitio, que si le invitaba a tal tienda para comprar kunai, que si iban juntos a la reunión de la generación, que si se ven en la casa de alguno para conversar, que si se besaban… aunque lo último era nuevo, no pudo evitar pensar en aquellas veces que tuvieron sexo, ahora entendía porque su tacto era diferente al de las chicas, que fuera hombre no era la cuestión, le acariciaba con un profundo cariño, sólo el rubio tenía ese fuego azuloso en las pupilas, llamas de amor y deseo, le tocaba como si lo añorara desde mucho tiempo atrás, eso en especial le intrigaba.


 


 


 


*.*.*


 


 


El edificio del Hokage se erguía intimidante para los forasteros, era uno de los edificios más altos de la aldea, contaba con las oficinas más importantes de la nación del fuego, después de todo, equivalía a una dependencia de gobierno, con diferentes departamentos que se centraban principalmente a la expedición, categorización, seguimiento y administración de misiones, así como de shinobis, principalmente de la aldea de la hoja, aunque también se contaba con registros de otras aldeas y naciones. En la época de paz que actualmente se encontraba, el tráfico y demanda de ninjas era mucho menor, pero no por ello dejaban de existir misiones de rangos altos, por lo que sólo aquellos más experimentados se reclutaban para supervisión de las nuevas generaciones, en especial de escuchar los informes, ese era el trabajo de Sasuke, aquel que con desidia entraba por las puertas principales de la torre, arrastrando los pies, como si el camino a la orca se tratara, no odiaba su trabajo, pero sabía las altas probabilidades que esto sumaba a encontrarse con su tormento.


 


 


-¡Sasuke! –Escuchó una animada voz a sus espaldas en la distancia.


-Ese idiota… -bufó y aceleró el paso, perdiéndose dentro del edificio.


 


 


 


No creyó encontrárselo tan temprano en la mañana, ya sentía sus extremidades temblar, en uno de los pasillos restringidos al público se escabulló, dirigiéndose casi a hurtadillas a su oficina. Sus compañeros le vieron con recelo entrar, cosa que poco o nada le importó, revisó su papeleo sin mucho interés, la semana que faltó se hacía notar en su sitio. Aun se encontraba algo distraído por aquella voz que se repetía en su cabeza, intentó disipar a ese revoltoso de su mente. Un nombre resaltó de entre los informes, genial, el reemplazo que tanto odiaba estaba de regreso, no eran celos, sabía que para Naruto, era mucho más importante que ese charlatán… se regañó a sí mismo por sus pensamientos, un aura oscura apareció a su alrededor, sus compañeros pretendían ignorarle.


Después de un par de horas de acomodar la pila de documentos, tomó los archivos más urgentes para llevarlos al despacho del Hokage, se dirigió al lugar observando atentamente los alrededores, ninguna señal del rubio, al llegar a su destino tocó la puerta, abriéndola después de una aprobación del otro lado, lo primero que sus ojos se toparon fue a cierto jounnin con su equipo, su interior se crispó, pero manteniendo su autocontrol, se mostró indiferente, pasándole de largo, dejó las carpetas que cargaba en el escritorio del peliplateado, casi intentando huir de ahí.


 


 


 


-Nee, Sasuke –llamó Hatake.


-¿Qué? –respondió tosco, fulminándole con la mirada.


-Quería proponerte una misión, ya que Naruto también está aquí…


-¿Misión? – “Kakashi no estaba pensando eso ¿Verdad?”.


-Chicos.. –llamó a los gennin- ¿Podrían dejarnos solos? Es información confidencial.


-Si –respondió la chica.


-S-si –soltó el de pecas, siendo intimidado por la presencia del Uchiha, el menor faltante sólo asintió.


-Verán… -comenzó una vez los más jóvenes se fueron- necesito de su formación para rastrear y capturar a un equipo de ninjas desertores de la aldea de la niebla, han comenzado a merodear en los pueblos vecinos, así como saquear las casas de algunos feudales, es una petición de la Mizukage, quiere que Naruto se encargue, pero necesita un apoyo, sería irresponsable de mi parte mandarle solo, aunque sea tan poderoso, y pensé ¿Quién mejor que tú?


-¿No puedes pedírselo a otro? ¿No hay muchos ninjas rastreadores? –bufó.


-Ustedes hacen buen equipo, pensé en mandar a Sai, pero acaba de regresar de una misión larga, además, pienso que te hace falta algo de movimiento.


-Con que Sai… -masculló- ¿Me estás ordenando ir?


-Me alegra que lo comprendas –sonrió con voz burlona.


-Tch… -chasqueó la lengua.


-Naruto, después de la misión de tu equipo, repórtate para darte los detalles.


-Entendido –asintió.


-Sasuke, prepárate, será una misión de por lo menos una semana.


-Genial… -dijo con molestia, se encaminó rápidamente a la salida, siendo seguido por el Uzumaki, una vez fuera, fue tomado del brazo.


-¡Sasuke!


-¡¿Qué quieres?! –le encaró disfrazando sus nervios.


-Quería hablar contigo –dijo de lo más tranquilo, provocándole un deja-vu.


-Yo, no… -se zafó de su agarre.


-¿Por qué me evitas? –le cerró el camino con su brazo.


-No lo hago –mintió, esquivando la mirada.


-Sasuke… -dijo serio, obligándolo a pegar su espalda a la pared, acorralándolo- ¿Seguro? –le obligó a verle.


-… -frunció el ceño, sus mejillas se coloraron de un tenue rosa- ¿Qué quieres de mí?


-¿Eeeh? –su voz salió con un atisbo de diversión, sonrió ampliamente, sus zafiros deslumbraron en seducción- antes de la misión, cenemos juntos hoy… -se inclinó un poco, cortando la distancia.


-¿Cenar? –se sintió hundirse en las pupilas del otro.


-Hace mucho que no lo hacemos, hoy hay una promoción en un restaurante de yakiniku (N/A: carne a la parrilla) en el centro…


 


 


 


Naruto siguió hablando pero no podía escucharlo, quizás estaba delirando, eran esos ojos que provocaban un extraño genjutsu sobre él. Era su imaginación o ¿El rubio se había vuelto guapo? Siempre le atraía su mirada, su sonrisa, pero esa bronceada piel por los entrenamientos, se le antojaba extrañamente sexy, así como las doradas hebras que repentinamente dejó crecer como cuando tenía dieciséis años, incluso un poco más, se veía bien así, el cabello tan corto no le quedaba, observó los músculos que se marcaban a pesar del uniforme jounnin, tan bien trabajado, nunca se había detenido a contemplar las marcas en sus mejillas, como recorrían un camino pecaminoso hasta su mandíbula, un tanto preocupado por ser descubierto mientas lo admiraba, intentó descifrar que era lo que le decía, sus ojos se clavaron en aquellos ligeramente carnosos labios, los mismos que se acercaban con lentitud, entrecerró los ojos como acto reflejo, un cálido contacto le envolvió, no entendiendo del todo lo que pasaba, abrió sólo un poco su boca, dando movimiento a aquella húmeda caricia, olvidando donde estaban, que pensaba, su orgullo, sus confusiones, pero no era su culpa, no podía concentrarse, una corriente eléctrica le estremecía, en ese momento, no existía nadie más, se sintió ligero y pesado al mismo tiempo,  fundido a quien le besaba, perdido, totalmente a su merced.


La cordura se encontraba en un letárgico sueño, quizás más allá de lo que creía, pero no era posible mantenerla a raya para siempre, un murmullo al final del pasillo le hizo espabilar, después de tales intensos segundos, le apartó, tapó su boca y mejillas con el antebrazo, intentando ocultar su rostro ardiendo.


 


 


 


-¿Qué pasa? –sonrió cual cómplice.


-¡Usuratonkashi! –masculló, le empujó con brusquedad para quitarlo de su camino.


-¡¡Piensa en la cena!! –dijo lo suficientemente alto para que escuchara antes de perderse por uno de los pasillos, se tocó los labios- je… eso es nuevo, Sasuke…


 


 


*.*.*


 


 


Dobló en la esquina donde escuchó el murmullo, estaba algo ansioso por saber quién los había visto, pero se encontró con la persona que para él, era la más desagradable de toda la aldea, ese de expresión falsa y burlona, tras  este, se encontraba aquel temeroso chiquillo que una vez amenazó en casa del ojiazul, como le gustaba interrumpir, les dedicó una mirada amenazante, para rodearlos de su camino, alejándose.


 


 


-No deberían hacer eso en un lugar así –reprendió.


-Eso no es de tu incumbencia –le vio sobre el hombro.


-Quizás… -le concedió parte de la razón- pero podrías meter en problemas a Naruto.


-El empezó –intentó retomar su andar.


-Claro… desde aquí se veía como le ¿Seducías? ¿Es la palabra correcta? –dijo fingiendo estar pensativo.


-¡¿Qué?! –se giró, encarándole con furia contenida.


-¿Ves? Esa actitud problemática.


-¡Tú! –se abalanzó sobre él, tomándolo del cuello de la camisa.


-¿Me vas a golpear? –siguió incitándole- te suspenderán de nuevo, incluso podrías ser relevado de tus cargos y honoríficos.


-No necesito dejar marcas físicas, incluso, podría hacer que no recordaras estar en un genjutsu –sus ojos se volvieron rojos.


-¡Sasuke!


-Tch… -sus ojos volvieron a ser negros al escuchar aquella voz, casi como un interruptor, le soltó, viendo al ojiazul a unos cuantos metros- Naruto… -vio al chico castaño, seguro había ido por él al presenciar la pelea- y el mocoso.


-¿Qué se supone que hacías?


-Nada… -se volteó, dispuesto a irse por fin.


-No te preocupes, Naruto –se acomodó la ropa- sólo le molestaba.


-Aun así Sasu… -pero ya no estaba- ese teme –suspiró.


-Sensei, no entiendo cómo puede llevarse bien con él –pensó en voz alta.


-¿Takumi? –se sorprendió.


-¡Ah! ¡Lo siento! –inclinó la cabeza.


-Él no es tan malo –le revolvió el cabello- créeme, lo conozco desde hace mucho, pero tiene muy mal genio en las mañanas, además, no tolera especialmente a Sai, supongo que por reemplazarlo en el pasado.


-¿Reemplazarlo? –preguntó curioso.


-Larga historia, Takumi-kun –cortó la conversación el de piel pálida.


 


 


 


*.*.*


 


 


Un suspiro resonó en los sanitarios, su dignidad había quedado por los suelos, ¿Dónde quedó su convicción? ¿Qué lo iba a poner en su lugar? Ja, ante la primer mirada incitante su juicio le abandonó por completo, hechizado por aquel mar profundo. Se jaló de los cabellos, quizás se quedaría calvo algún día, se lamentó, no podía caer tan sencillamente, ¿Ir a cenar? ¡Agh! No podía negar de que tenía ganas de salir con él, pero debía abstenerse, no quería darle una imagen equivocada, claro que no…. ¡¡Pues empezó mal el día!! No podía simplemente besarlo a mitad del pasillo, pero se había sentido tan bien. El bochorno le atacó, debía refrescarse, fue al lavabo, mojó su rostro con agua fría.


 


 


*.*.*


 


 


 


Muy cerca de la meseta Hokage, se encontraba la biblioteca Konoha, desde textos escolares, ciencias, literatura, hasta arte ninja, todo se podía encontrar en ella, pues contaba con escritos que databan desde antes de la fundación de la mismísima aldea. Era realmente enorme, hecha en su totalidad de madera, aún con lo que los insectos podrían provocar, contaba con estanterías altas retacadas de pastas de distintos colores, todo bastante majestuoso, hasta notar la gruesa capa de polvo, así como muchos libros apilados en los rincones.


 


 


-¡Oh! ¿Son los ninjas que vienen a ayudar? –preguntó la encargada del lugar al verles entrar.


-Así es… –respondió el ojiazul- es un gusto –se inclinó ligeramente en forma de saludo- soy Uzumaki Naruto, el jounnin encargado del equipo, ellos son Aoki, Takumi y Hotaru.


-Estamos a su servicio –dijeron al unísono.


 


 


Después de unas cuantas indicaciones, así como la entrega de su nuevo “armamento” (plumeros, trapos, pulidores de madera, etc.), se dividieron en áreas para comenzar la limpieza y organización. Se suponía por obviedad que el recinto estaría cerrado al público, por lo que libremente sacudieron pasillo por pasillo, sin cuidar del todo las enormes nubes de polvo que se formaban ante cualquier movimiento de plumero, ante el ahogo se vieron obligados a abrir las ventanas, así como el uso de clones por parte del sensei.


Entre el ajetreo, una de las tantas torres de manuscritos y pergaminos colapsó, provocando una avalancha de textos sueltos, polvo, entre otras cosas, dejando incluso un herido en el camino, cosa que descubrieron cuando aquella nube de tenue café grisáceo se disipó. Aquel hombre entre tos y tropiezos, logró incorporarse, sacudiendo sus ropas, así como limpiándose el rostro.


 


 


-¿Sai? –se sorprendió al ver a su amigo salir casi completamente empolvado.


-Naruto… cof… cof…


 


 


Después de unas cuantas explicaciones, disculpas interminables por parte de la encargada, muchos clones de sombra, sudor y cansancio, lograr terminar de asear la biblioteca, como muestra de gratitud, el director de la misma les regaló pases gratis a los baños públicos de aguas termales en las orillas de la aldea.


Una vez en las termas, los mayores se decidieron por la tina que se encontraba techada, yendo los más jóvenes por la del intemperie, dándoles sin saberlo, privacidad. El rubio se acomodó en la orilla, recargando sus brazos y descansando la espalda, mientras el de cabello oscuro le observaba tranquilamente, generando un deja vu entre ambos, el pálido no pudo contener una risilla. 


 


 


-¿Qué sucede? –enarcó una ceja.


-Has crecido –le sonrió burlón.


-¿Eh? –se percató de la indirecta, se avergonzó, tapando sus partes- ¡¡Estúpido Sai!!


-Sasuke-kun debe estar muy contento –volvió a picarle.


-¡¿Q-Qué?! –su cara era digna de verse.


-No tienes por qué ocultarlo, los vi en la mañana –le restó importancia- veo que por fin diste el paso.


-¡¿Có-Cómo lo…?!


-Recuerda quien fue el primero que dudó de tu sexualidad –se apuntó a sí mismo.


-Haaa… -suspiró pesadamente, un tanto abatido por ser descubierto tan fácilmente.


-Está bien, felicidades.


-No hay nada que festejar… -se hundió en el agua hasta la barbilla- él aún no me responde…


-¿Aún?... –se sorprendió- yo lo vi bastante convencido…


-Ese es el punto, la verdad, es que ahg… -le costaba decirlo, sincerarse sin más- todo comenzó por un “accidente”, nos acostamos, hicimos una rutina de eso, pero duró muy poco, realmente a veces siento que para Sasuke sólo es atracción física…


-Bueno, pienso que ese ya es un avance, Sasuke-kun es un tanto difícil de comprender… al igual que tu…


-¿Qué quieres decir? –le vio con atención.


-Parecen actuar de una forma muy similar en ocasiones, sólo que el mecanismo de defensa es diferente, tú tiendes a sublimar, enfocándote a ser mejor, mientras que Sasuke-kun directamente se pone agresivo…


-¿Qué? –no entendía nada.


-A lo que me refiero, es posible que Sasuke-kun actúe así porque no sabe cómo sobrellevar la situación, incluso puede ser que nunca haya sentido algo por otra persona, es natural que se sienta perturbado, creo que estás siendo muy  flojo, se más directo.


-¿Justamente tú tienes que decírmelo? –bufó, decepcionado de sí mismo.


-Qué la mayoría haya decidido engañarse, no es mi problema, simplemente fui discreto, tantos libros de psicología me sirvieron de algo –volvió a sonreír.


-Creo que tendré que actuar… bueno, creía que ya lo hacía…


-Sólo acorrálalo, ya deberías saberlo.


-Lo sé, Sakura-chan también lo dijo.


-Hazlo entonces, tu perseverancia es legendaria.


-Gracias, quizás sólo necesitaba un empujón para calmar mis dudas.


-De nada… mmmm… -entonó divertido- Sasuke-kun estará muy contento –bromeó.


-¡¡Déjate de tonterías, Sai!! –volvió a cubrir su entrepierna.


 


 


*.*.*


 


 


Era una tarde fresca para ser verano, sentía la brisa que se colaba por la ventana, sus compañeros estaban más silenciosos de lo usual, claro, claro, quizás se debía a su expresión en ese momento, cualquier se quedaría de piedra al ver al Uchiha con una cara de toral estupefacción, sonrojado hasta las orejas, la boca abierta, con el cabello erizado cual felino ante la amenaza, ¿La razón? Cierto rubio lo había ido a buscar hasta su oficina para insistir en su propuesta de la mañana, esa pose de galán de telenovela en el marco de la puerta, esa sonrisa radiante, lo quería volver loco, sin duda.


 


 


-¿Qué haces aquí? –gruñó entre dientes cada silaba cuando lo tuvo lo suficientemente cerca.


-Te lo dije, hay que cenar juntos –entrecerró los ojos.


-¡¿Pero por qué vienes aquí?! –lo quería matar.


-¿Qué tiene de malo? –se encogió de hombros, restándole importancia- somos sólo dos amigos que irán a comer juntos –le picó.


-Está bien, pero ¡Lárgate de aquí! Bajaré en veinte minutos –le fulminó con la mirada.


-Gracias –le dedicó una mirada difícil de descifrar para los demás, muy directa para él, mientras discretamente acariciaba su mano con los dedos, como acto reflejo le regresó el mimo, percatándose de su error, le manoteó.


-Bien, si ya lo has entendido, vete –ordenó, regresando a sus labores.


 


 


El cuchicheo no se hizo esperar, se sabía que la relación de esos dos era muy estrecha, todos en la aldea los habían visto juntos casi siempre, pero nunca aquellos en la torre fueron testigo de aquel espectáculo, la bestia era domada con una simple mirada, muy bien entrenada, se veía que cierto hombre petulante estaba más que dominado por el rubio, faltaba que se diera cuenta de ello, un aura asesina les calló, como sí el cañón de un revolver les amenazara en la nuca, todos siguieron con sus deberes.


 


 


*.*.*


 


 


Su tormento estaba ahí, esperándole paciente, disfrutando de una lata de soda, viendo en la lejanía, sus hebras doradas se movían con el viento, ¡Agh! Otra vez con su visión de manga shoujo, sólo faltaban las rosas y burbujas de colores alrededor, quizás sólo se estaba sugestionando con lo que el otro le confesó. Se acercó a él, ignorando su inexplicable timidez, parándose justo a su costado, haciendo un gesto con la cabeza en señal de saludo, siendo correspondido por una sonrisa más en aquel día, un imperceptible sonrojo apareció causado como reacción.


 


 


-Vamos entonces –le animó.


-Hmm… -apenas respondió.


 


 


Al caminar sentía la mirada del otro que le hablaba de cualquier tontería, pero él evitaba verle a los ojos, incapaz de sostener el contacto, aún estaba algo sensible por lo de la mañana, no quería caer de nuevo en aquello, suficiente tiempo tuvo que pasar para poder calmar su ansiedad, se preguntaba ¿Cómo podría pasar la cena? No lograba siquiera responderle adecuadamente, a penas monosílabas, aunque nunca fue muy elocuente, por lo menos hasta hacía unos meses conseguía entablar una conversación normal, pero ahora le costaba tanto siquiera estar a menos de un metro de él, su corazón podría salírsele de la garganta, ¿Era acaso su radar alertándole que era peligroso estar a su lado? Pero Naruto era incapaz de causarle algún daño, por lo menos no consiente.


Su mano chocó con la bronceada, como reflejo se apartó, casi asustado por el roce, el rubio soltó una risilla, sus nervios desaparecieron, le amenazó afilando sus ojos, ¿Qué pretendía? Volteó su rostro con indignación, fingiendo altivez, se preocupaba por tonterías, Naruto era Naruto y punto, nada cambiaría eso, ni los besos, ni las caricias,  todo era independiente a su relación “habitual”, eran “amigos”, los sentimientos de por medio estorbaban, no debía sentirse perturbado por eso.


Al llegar al local fueron conducidos por la camarera a una mesa un tanto alejada de las otras, debido a la promoción el lugar se encontraba a reventar, por lo que en aquella área estaban casi completamente solos, era la última mesa del pasillo, casi enfrente de los sanitarios, por lo que la mayoría de la gente se sentiría incomoda de sentarse ahí, incluso el pelinegro hizo un gesto desagradable, pero el Uzumaki parecía bastante feliz, perdido ante la emoción de su “primera cita” (aunque el otro no lo supiera), cosa que también se prestaba para otras situaciones.


 


 


 


*.*.*


 


 


 


Le vio entrecerrar sus parpados, no creyó que aceptara su invitación para beber, no por lo menos para embriagarse, ya notaba aquel sonrojo en las blancas mejillas, como esa enigmática mirada se ensombrecía, sabía que cuando eso pasaba, Sasuke era materia dispuesta a sus incitaciones, su instinto le pedía tomarlo, envolverlo en sus brazos, besarlo tan apasionadamente, le amaba tanto, para sus ojos era perfecto. Quizás por el alcohol en sus venas, se le hizo fácil acercársele, cual depredador asechando, realizando uno de sus tantos deseos, comenzar una dulce danza entre sus labios, era inevitable, sus miradas, sus rostros, eran atraídos hacia el otro como si de imanes se trataran. Pero a pesar de la locura que estaba realizando, pues sabía que no era lugar, ni momento para expresar su inagotable afecto, se detuvo de lo que su cuerpo le pedía, apartando su mano de aquel firme muslo bajo las ropas, el de cabellos oscuros ya estaba colgándosele del cuello, reteniéndole de la nuca para no dejarle ir fácilmente, era un sitio público, no podían simplemente liarse ahí.


Debía admitir que parte de su insistencia por ingerir alcohol podría desencadenar esa situación, cuando calmó lo suficiente a su pareja, pagó la cuenta, llevando a Sasuke casi arrastrando a su departamento, sabía que no debería hacerlo, lo sabía muy bien, pero, le necesitaba tanto. Tendido en su propia cama, bocarriba, con los brazos extendidos, la ropa revuelta y floja, incitándole a ser tomado, le prendía bastante, aun así, decidió no hacerle caso a sus instintos, a pesar de haber llegado tan lejos, se desvistió poniéndose una ropa más cómoda, una pijama de playera sin mangas y unos pantaloncillos cortos algo flojos, cuando terminó, el otro parecía dormido, así que con cuidado intentó tomar una de las almohadas de su lecho para dormir en la sala, la tentación era muy grande ya para dormir juntos, pero fue jalado con fuerza del brazo, quedando así sobre el Uchiha a pocos centímetros de su rostro.


 


 


 


-Ahora ¿ibas a escapar? –le acarició el rostro, delineando con su pulgar los labios que temblaban por su cercanía.


-Debes estar cansado… -se excusó- sólo creí que debía dejarte dormir… -intentó incorporarse pero fue apresado por un brazo en su cuello.


-¿A dónde crees que vas? –susurró con su sedosa voz- ¿Realmente me trajiste hasta tu habitación para dormir?


-Sasuke… -cerró sus ojos, en un intento por no sucumbir- estás ebrio, no quiero que mañana te arrepientas de esto, yo te quiero, pero tu…


-¿Yo? –sonrió de lado, sabiendo a que se refería- ¿Quién dijo que no te quisiera?


-¡No digo como amigos! –se apresuró en abrir sus parpados para encararlo, frunciendo sus cejas con molestia.


-Yo tampoco… -le atrajo con sus manos, aprovechando la sorpresa del otro.


 


 


 


Un beso demandante se prolongó por largos segundos, con ímpetu, descargando intensas emociones en ambos, haciendo un ruido húmedo y placentero, disfrutando de los jugos del contrario, como una miel perfumada que fundía sus esencias en una, la corriente eléctrica que recorría su espina dorsal y alimentaba su corazón, mandando intensas señales a sus labios, comunicándose un mensaje tras otro, floreciendo, inundando ambos pechos, aquella caricia les unía en más de un sentido, con calidez, con desesperación, abrazándose, fundiéndose en el roce de sus pieles, siendo tan inservible la ropa colocada.


Naruto intentó separarse para quitarse la camisa, pero fue detenido por las manos que se aferraban a sus mejillas, impidiendo que aquella ambrosia se le escapara de su boca por unos instantes, aun así, las prendas lograron salir a duras penas, apartándose lo estrictamente indispensable para lograrlo, de pronto la desnudez estuvo presente, aprovechando así al máximo el disfrute de sus carnes, restregándose entre sí, sin dejar de unir sus bocas, permitiendo salir gemidos impacientes, respiraciones cortadas y totalmente deseosas.


Las piernas blancas se abrieron, cual abanico de lujuria, dejando ver una hinchada erección junto a una enrojecida piel, sólo haciendo incitar más al ojiazul, que aturdido, no dejaba de pensar en que era suyo, ignorando incluso su propio miembro que comenzaba a lubricar, con las manos temblorosas buscó en su buró la tan ansiada botella de líquido trasparente, llevó sus dedos a la entrada que se contraía, siendo testigo de cómo eran recibidos sin rechazo, envolviéndose con suavidad, apretándole casi como un saludo de bienvenida, para su sorpresa se encontraba ligeramente húmedo, casi como una mujer, ¿Acaso…? Pero sus cavilaciones fueron interrumpidas por el quejido de su pareja, cuando se topó con aquel rostro sonrojado, labios brillosos por la saliva, cejas arqueadas cual suplica, pecho acelerado, supo que debía darse prisa. Besó sus labios, tranquilizándole, dosificando aquella, esperaba, no tan larga sesión de preparación, ampliando.


 


 


-Hazlo… -suplicó un poco turbado por los toques en su próstata- Naruto… hazlo… -gimió en su oído.


-Haa… -jadeó al escucharle, erizándole los vellos de la nuca- entraré entonces… -retiró sus dedos con cuidado.


-Ugh.. –gimió de nuevo ante la pérdida de aquello, pero paciente al saber lo que venía.


-Hmm … -tomó pene, presionándolo contra el sonrosado agujero que sin mucho esfuerzo se abrió para él- mmmm… -se deleitó con la facilidad que se deslizaba en tan lenta estocada.


-¡Aaah! –suspiró bajito una vez estuvo totalmente lleno, contrayéndose, sintiéndolo.


-Sasuke… -las bocas volvieron a juntarse, sus lenguas se enroscaron, frotándose una con la otra.


-Mmm… -subió sus piernas, envolviendo las caderas bronceadas- ¡Mmhh! –el quejido se ahogó en la garganta contraria cuando el vaivén empezó.


 


 


 


Despacio pero con ritmo, las embestidas se bombeaban como el pistón de una maquinaria precisa iniciando la marcha, la fricción y el resbaladizo interior hacían una magnifica combinación. Sus labios no pudieron estar juntos ante el movimiento constante, el rubio comenzó a repartir besos mojados en el cuello a su merced, haciendo más estragos en el cuerpo bajo suyo, recibiendo a cambio la presión de las yemas de los dedos en su espalda, pero a su vez, el meneo de caderas que exigían más rapidez, cosa que poco a poco fue cumpliendo, sintiendo unos dientes hundirse en su hombro izquierdo.


 


 


-¡Hmm!... Ugh… -se estremecía cuando aquel punto era estimulado ante cada penetración. 


-Sasuke.. –susurraba casi en un quejido, acariciándole las piernas, tomándolas con arrebato y guiándolas hacia sus hombros, propinando una profunda estocada- ¡Ugh!


-¡AAH! –su cabeza se echó hacia atrás, abriendo los ojos desmesuradamente, agarrando con fuerza las sabanas, inundando su mente de blanco, así como su vientre, se había corrido.


-Haa… -suspiraba ante la estrechez que le asfixiaba, pero al no ser suficiente para llegar al clímax, siguió moviéndose- aah… mmm…


-Ahh… Naruto... –deliraba ante el éxtasis que aún le envolvía, dejando salir un par de lágrimas de placer.  


 


 


El sudor comenzó haciéndose notar, el sonido de sus caderas al chocar les delató, sintiendo sus pieles resbaladizas. La profundidad de cada arremetimiento le hacía despertar su flácido miembro, los azules ojos eran oscurecidos por el pecaminoso baile de sus cuerpos, sabiendo que era culpable de cada gruñido, no pudo evitar contraerse por la excitación, su nombre era repetido al compás del macado movimiento, arrancándole sonoros gemidos, lo sentía, como palpitaba en su interior, llenándole todavía más, sus uñas se clavaron en la ancha espalda.


 


 


-Ooh… Sasuke… -suspiraba perdido en el deseo- mmmm… -cerró sus parpados, viendo innumerables chispas en la oscuridad- ¡AHG! –se derramó en la rosadas paredes que succionaron cada gota.


-Naruto… -le nombró en un hilo de voz, percibiendo el caliente chorro que le hizo tiritar.


 


 


La respiración cortada y contenida del rubio que intentaba regular su respiración, cual entrenamiento, le hizo sentir impaciente, sabía que estaría agotado, pero aún estaba duro, así que le empujó para quitarlo de enzima suyo, cosa que sorprendió al aludido, se acomodó a su lado, atrayéndolo, besándole, acariciando el trabajado pecho, los abdominales, vientre, así como el el miembro poco firme, le estimuló con su mano, clavando con insistencia su propia erección en el torso canela, transmitiéndole su necesidad, de esta manera fue tomado por unos brazos fuertes que le atraían, siendo sentado sobre una pelvis, restregando sus partes, sentados volvieron a unir sus bocas, sin dejar el movimiento morboso, hasta que el calor en la entrepierna de matas rubias volvió a alzarse.


Los gemidos salieron de la blanca garganta, impaciente, el trozo caliente rozaba su blando orificio, logrando penetrarlo entre tanto vaivén, iniciando un frenesí de caderas. Sus voces armonizaban una escandalosa orquesta de sonidos agudos y graves, la cama rechinaba golpeteándose contra la pared, incluso más que la ronda anterior, suerte que Naruto era el único que vivía en ese piso. La cintura era guiada a mantener el ritmo, los músculos en los muslos y glúteos se marcaban, las tetillas se erizaban, impulsos nerviosos recorrían el cuerpo, tomando impulso en cada movimiento, fluidos entre sus vientres, contracciones de esfínter, el orgasmo de ambos era inminente, las rapidas embestidas hicieron lo suyo, ambos se corrieron con segundos de diferencia.


El cansancio inundó completamente sus cuerpos, contrario a lo que normalmente, el Uchiha no le dio la espalda, viéndole fijamente a su costado, le sonrió sognoliento, no pudo evitar tocar aquel rostro, acariciando sus hebras negras, depositó un casto beso en los humedecidos e hinchados labios.


 


 


-Te amo –le susurró a corta distancia, su felicidad no cabía en su cara.


-¡…! –las orbes oscuras se abrieron, brillando con ilusión- yo… -pero el sueño terminó por derrumbarle.


-¿Sasuke? –“¡No podía dormirse en este momento!”- ¡Nee! –le sacudió el hombro, fue inútil- haa… bueno… mañana habrá tiempo de hablarlo –besó su frente y le abrazó.


 


 


*.*.*


 


 


Los rayos del sol se colaban obstinados a través de la delgada cortina, la misma que se mecía con la brisa fresca de la mañana, mostrando con indiscreción lo que se encontraba dentro de la habitación, generando un declive de la temperatura. Los vellos de su brazo se erizaron, generando incomodidad, aún con los ojos cerrados buscó la sabana, pero encontró un brazo en su cintura, sus dedos se crisparon, abrió sus parpados de golpe, topándose con un lugar más que conocido, el cuarto de Naruto, sabía que si volteaba hacia atrás ahí estaría, sentía su respiración en la nuca, “No, otra vez no”, intentó escabullirse antes de que despertara, fue inútil, sus piernas estaban intercaladas.


 


 


-Maldición… -masculló por lo bajo, el otro se revolvió tras él, su cuerpo reaccionó poniéndose rígido.


-Buenos días, Sasuke… -susurró un tanto adormilado, besándole en la oreja.


-Ugh… -se contrajo por el cosquilleo del contacto, le vio sobre el hombro, tapando la zona atacada, con el ceño fruncido y completamente sonrojado- ¿Qué se supone que haces?


-Espera… -meditó- ¿Recuerdas lo de anoche?


-… -los recuerdos le bombardearon uno tras otro, “Te amo” sus mejillas parecían un tomate- n-nada… -huyó de su mirada.


-Lo sabía… -suspiró resignado, sentándose en la cama- lo diré con franqueza, te amo y quiero que salgamos juntos, como pareja, no como amigos.


-Yo no estoy seguro… -se incorporó, dándole la espalda, con lentitud comenzó a recoger sus ropas del suelo.


-¡¿Qué es lo que te lo impide?! –soltó ya fastidiado, se tomó la cabeza por la resaca- incluso ya nos hemos acostado tantas veces…


-Estás confundido, tú no me amas…


-¡¿Qué?! –su cara era de verse- ¿Quieres comenzar otra estúpida pelea?


-Nunca he amado a nadie, sólo a mi hermano, mis padres... –dijo viendo el suelo- nunca te he dado motivos para que lo hagas… ¿Por qué amarías a alguien como yo?


-Sasuke… -su gesto entristeció.


-Me voy yendo, tenemos que salir de misión mañana muy temprano…


 


 


Se encaminó al baño con sus prendas en mano, cerró con seguro, ocultó el rostro en sus palmas, sintiéndose abatido por sus duras palabras, ¿Por qué lo había rechazado? ¿A qué le tenía tanto miedo? Le quería más allá de lo que a un amigo, entonces ¿Por qué? Sabía lo tanto que eso lastimaría al Uzumaki, eso le estrujaba el corazón, se culpaba, siempre siendo un idiota con él, causándole dolor, desesperación, desconcierto, tomando las peores decisiones una y otra vez.


Salió vestido y superficialmente acicalado, debía llegar a bañarse a casa y colocarse nueva muda de ropa, encontró a Naruto en la cocina, nunca creyó verlo tomando café negro en su vida, le ofreció una taza que rechazó, le encaminó a la salida, cuando se calzó las sandalias, sintió la frente del otro en su nuca, como le abrazaba por la espalda, intentando convencerle que no se fuera, un sentimiento se abrió camino con lentitud, como una serpiente en una inmensa laguna, haciendo resonar ondas en su andar.


 


 


-Sasuke… -mencionó con una sedosa voz, su diestra se deslizó al antebrazo del Uchiha, girándole, apresando su cintura- te estaré esperando… -le besó suavemente, teniendo una activa respuesta positiva.


-Debo irme… -susurró, “intentando” apartarle, no pudiendo controlar sus reacciones ante su cercanía, tanto que persistía en no caer ante él, su resistencia era nula, nunca se sintió tan vulnerable por otra persona, al grado de contradecir sus palabras y acciones.


 


 


 


Una larga semana les esperaba juntos, siendo estos días y noches, los determinantes para dar inicio a su relación, una misión que un principio parecería fácil, unos simples bandidos, pero que poco a poco los unió más de lo que creían, Sasuke descubriría lo realmente importante que era Naruto en su vida, recordaría lo que éste era capaz de sacrificar por él, su persona más importante.


   


 

Notas finales:

 

Espero les haya gustado n.n

Me costó algo escribir este cap, algunas partes no me convencieron del todo, al final terminó de forma dramatica D: espero sus reviews para ayudarme a inspirarme en los nuevos capitulos, así como alguna situación divertida durante la misión n.n

Nos seguiremos leyendo xD

 

Matta nee~ ;) 

 


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