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Secreto a Voces por vitalife

[Reviews - 95]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del capitulo:

Hola,hola :) Aquí les traigo la continuación, en este cap se explicaran un poco las cosas, en especial la parte de Sasuke, su crisis y locura desatada por Naruto, sus hormonas desquiciadas, el primer lemon, etc. etc. xD

¡Muchas gracias a tod@s quienes dejaron review! Me hizo mucha ilusión leer uno en particular de alguién que me sigue desde hace tiempo, no creí que una persona de aquella epoca lo leyera, gracias en verdad :)

Agradecimientos :3

 

Shiki1221

Honey27

C.C.B

liu

Soo

Naruf

nee chan

Un anónimo

UzuhaRen

 

Sin más, aquí el fic ;) 

 

En la oscuridad de aquella habitación resplandecían unos ojos azules y un tenue sonrojo, aquellos zafiros le miraban intensamente, le querían decir tantas cosas, pero dudando, ansioso ante su reacción, sonrió de medio lado para ellos, le rodeó del cuello, como si fuera común en entre ambos, lo atrajo con un sutil movimiento casi sin esfuerzo, encajaron sus labios en un suave roce, sintió los brazos contrarios ceñirse a su cintura, instintivamente movió su boca recibiendo una respuesta positiva,  de forma picara lo incitó con su lengua lamiéndole el labio inferior, pero al contrario de lo que creyó, la lengua contraria invadió su cavidad con ímpetu, los brazos en su cintura lo apretaron con fuerza contenida, provocando que el contacto de sus cuerpos se intensificara, fue sorpresivo y extraño, pero bastante excitante, tiró de la camisa de su compañero guiándolo a la cama, las prendas superiores de ambos no tardaron en caer al suelo, su cabello negro se desparramó en las sábanas blancas, su torso era devorado a besos y caricias, no es como si fuera la primera vez que le pasaba aquello, pero si la primera en las que se estremecía completo de solo sentir la respiración de él sobre su piel, en un instante sus ojos chocaron nuevamente, un fuego azul fulguraba en las pupilas dilatadas que le miraban con lujuria, su piel se erizaba ante la escena, una lengua rozó el borde de su ropa interior, no pudo evitar gemir, aún más cuando el húmedo roce fue más allá.

 

-Naruto… -suspiró ante el placer, no pudo evitar apresar con su diestra los rubios cabellos- ¡Haa!

 

Despertó sentándose de golpe, su mano apretaba firmemente la tela blanca que le cubría, su rostro enrojeció escandalosamente, se tomó de la cabeza ¡¿Qué le estaba pasando?! Ese sueño se repetía una y otra vez cada noche desde hacía una semana ¡Se estaba volviendo loco! El ardor en cierta parte y el bochorno le hicieron voltear a su entrepierna donde nuevamente, como cada mañana, había un bulto que era imposible no notarlo, suspiró con fastidio, casi resignado, se incorporó de la cama yendo directo al baño.      

Al principio había sido un fuerte shock, en efecto todo había sido un mal entendido, aquellos aruñones y marcas no habían sido más que raspones y moretones de una misión reciente, pero la idea obsesionaba de sobremanera a Sasuke, no podía concentrarse como una persona normal al leer “inútiles” informes de jounnin recién graduados, no podía ver unos ojos azules porque su mente trabajaba cual fujoshi viendo fanservice, descubrió que podía ponerse de humor con un hombre, pero no cualquier hombre, puesto que el dueño de sus inoportunas erecciones contaba con nombre y apellido, comenzó a pensar que tirarse de la torre Hokage no era tan mala idea, quizás eso acabaría con su sufrimiento, él, el mujeriego Uchiha, deseaba a su “mejor amigo”, entre comillas sí, porque ya no sabía que pensar, lo peor era que Naruto lo evitaba últimamente, posiblemente al darse cuenta de su situación, pero ¡Por favor! ¿A quién engañaba? El rubio era muy malo para esas cosas, a duras penas se daba cuenta si una chica se le estaba declarando, como cuando Hinata hacía unos años le pidió salir con ella, toda la aldea sabía que la Hyuuga iba tras los huesos del Uzumaki, menos el aludido, y porque había hecho a la chica explicárselo con bolitas y palitos (ósease cómo les enseñan a los niños a contar en preescolar), obvio la relación no duró mucho tiempo, decepcionada pero agradecida por la oportunidad, Hinata terminó con la relación al ver que el de ojos azules no contaba con el mismo interés que ella en el noviazgo, esa había sido su única novia oficial, las demás chicas se dieron por vencidas en poco tiempo ante su cabezonería.

 

-Tks… -chasqueó la lengua mientras encendía un cigarrillo en uno de los balcones de la torre Hokage-  esto no está bien… -se tomó de las sienes- ¿Qué me hizo ese idiota?...

 

Se encontraba en su hora de descanso, al encontrarse en época de paz no había muchas misiones interesantes que hacer, los mejores ninja se encontraban en oficinas o en el campo entrenando a las nuevas generaciones, su caso era el primero, antes muerto que lidiar con un trío de niños púbertos e inmaduros. Se recargó en el barandal del balcón, saboreando así el humo que inundaba sus pulmones, a lo lejos vio a tres chicos bastante familiares, frunció el entrecejo, tras ellos iba un distraído “Naruto-sensei” leyendo lo que seguro sería una misión patética para su equipo de gennin, al parecer sus miradas acribillantes soltaron su aura asesina lo suficiente para activar los radares del rubio que volteó justo en su dirección, sintió un pequeño mini-infarto cuando sus miradas chocaron, pero preservó su actitud de siempre y ante todo, su “pesar” le saludó apurado ya que había perdido de vista a sus aprendices, fingiendo indiferencia le regresó el gesto, cuando el Uzumaki estuvo lo suficientemente fuera de su vista tapó su rostro abochornado por sus malos pensamientos. Para despejar su mente (y refrescar su cuerpo sobre todo)  se encaminó al área de las maquinas expendedoras a por una bebida refrescante, ahí se encontró con el que era ahora el sucesor de los Nara.

 

-Nee Sasuke, mañana iremos al bar de siempre –le avisó Shikamaru al terminar su bebida.

-Está bien –asintió, sin dejar de ver el tablero de la máquina.

-Ya le hemos avisado a Naruto así que no te escaparás –rio por lo bajo.

-Hmm… -frunció las cejas fastidiado por el comentario, pero sonrió para sí, esta vez no se le escapaba.

 

*.*.*

 

Tic, tac, tic, tac… el reloj sonaba en su habitación, solo hacía falta una hora para verse en el bar como todos los viernes, instintivamente buscó en su bolsillo el paquete de cigarrillos, sacó uno y lo encendió, inhaló sacando el humo por sus labios y nariz, se dirigió a la ventana, se sentía bastante ansioso, por una parte quería verlo, por otra temía lo que pudiera llegar a pasar, se sentía patético, se acababa de bañar, se aplicó colonia y traía una camisa nueva, se lamentó sintiéndose como un chico que va a su primera cita, la ceniza del cigarrillo calló al suelo, su mano temblaba de la emoción, quería hacerlo con él, poco le importaban las consecuencias que le acarrearía, incluso aunque sus compañeros le vieran seduciéndolo en medio de la embriagues, moría porque su sueño se hiciera realidad, podía apostar que la realidad superaba a la ficción y que el rubio, al contrario de sus habituales compañeras, un poco de rudeza no le haría ningún daño, sino al contrario, extrañamente le excitaba de sobremanera la idea de ser devorado por el contenedor del Kyuubi y el resto de las bestias con colas, esos ojos fieros que le miraban con lujuria le hacían tiritar.

La hora llegó, nunca había sido tan extremadamente puntual, había salido con veinte minutos de anticipación cuando el lugar estaba a solo quince, incluso hizo tiempo mirando algunas tiendas en su camino, más de una chica lo incitó con la mirada, pero se limitó a ignorarlas, de forma rara, ya no se le hacían atractivas, ni las rubias.

En efecto, como lo pensó, había sido el primero en llegar, la mesera algo insegura le dio la carta de las bebidas y acompañamientos, ella bien sabía que no debía darle alcohol por encargo de los compañeros del Uchiha, el aludido ordenó una limonada con agua mineral y papas fritas, con algo de coqueteo, su técnica infalible, consiguió una revista para entretenerse con una de las chicas de la mesa de enfrente. Poco a poco llegaron los demás, los cuales se encontraban muy extrañados por su presencia, ya que no solía llegar a la hora acordada sino hasta casi después de una hora de retraso, todos estaban ahí excepto su rubio tormento, cosa que le hizo desesperar bastante, no es que el Uzumaki fuera muy puntual, pero tampoco imitaba los hábitos de Kakashi, fingiendo indiferencia se animó a preguntar de repente.

 

-¿Dónde está Naruto?

-¡Ha! –se sobresaltó el Inuzuka- me comentó que no vendrá porque tuvo una misión difícil con sus alumnos y mañana saldrá temprano a otra, pero supongo que puedes beber algo de alcohol ya que las chicas que te conocen no caerán contigo –se burló refiriéndose a Sakura, Ino y Tenten que eran las presentes.

-Tks… -chasqueó la lengua, sacó dinero de su bolsillo y lo dejó sobre la mesa- me largo…

 

Le vieron detenidamente, no objetando al respecto, suponían que quizás era porque no se podía “divertir” con nadie ahí, aunque la pelirrosa le vio algo extraño ya que notó que al pasar por la mesa de enfrente donde estaban un grupo de féminas, Sasuke solo les regresó la revista y pasó totalmente de largo a una de las chicas que desde lejos se notaba que quería irse con él.

Su día estaba totalmente frustrado, tanto planearlo para nada, pateó una piedra en el camino, vio la meseta donde se encontraban tallados los rostros de los hokages, suspiró hastiado, su “duro contra el muro” había sido derrumbado a pedazos, ese estúpido, tenía que jugarle al tonto con sus “discípulos”, patrañas, ¡Lo estaba evitando! ¿Es que acaso sus ganas de “darle” eran tan evidentes? ¿Tanto que hasta Naruto le huía? No, no podía ser, el rubio era muy despistado, ni sus compañeros sospecharían de sus malas intenciones, era el shinobi que con más chicas en la aldea se había acostado, incluso de otras naciones, nadie se escapaba a su seductora sonrisa, nadie excepto Naruto, claro. Después de media hora de crisis existencial, por fin decidió deshacerse de sus pensamientos, entró en una tienda de conveniencia y un tanto patético se dirigió a los refrigeradores por una paleta helada, era un verano caluroso, volteó a un costado topándose con una promoción, como decía, era verano y unas cervezas frías con descuento no caerían nada mal, su sonrisa se ensanchó.

 

*.*.*

 

Golpeó tres veces la puerta, escuchó un quejido del otro lado seguido de unos pasos, vio una cabellera rubia asomarse por el umbral del departamento, se veía sorprendido de su presencia.

 

-Sasuke –parpadeó.

-Hola… -elevó un paquete que llevaba en la mano con ocho latas de cerveza- escuché que no irías así que vine, no había chicas buenas y sobrio no soportaría a los demás…

-Ha, ya  veo… -reaccionó- pasa… -le invitó, desconcertado.

-¿Tuviste una “misión difícil”? –dijo en cuanto cruzó la entrada, para él eso había sido una excusa.

-S-si… -tartamudeó ansioso- pasaron muchas cosas –sonrió de forma extraña.

-Haa… -respondió despreocupado, siguiéndole la corriente, se pasó hasta la recamara del Uzumaki y en la mesa baja que tenía ahí, dejó las bebidas- haz limpiado aquí, la última vez que vine apenas podía dar un paso sin pisar algo.

-Jajajajaja, lo sé –rascó su nuca.

-¿Y bien? –se sentó en uno de los cojines del suelo- “¿Qué cosas pasaron en la misión?” –destapó una cerveza dándole un trago.

-Las nuevas generaciones son unas revoltosas –suspiró tomando un bote de aquel liquido embriagante.

-¿Es que acaso no recuerdas como eras hace 14 años? –sonrió con nostalgia.

-Lo se… -soltó una risita- Sakura y yo siempre te metíamos en nuestras tonterías, igual a kakashi-sensei –movió su cabeza de un lado a otro recordando con una sonrisa sus fechorías.

-Eran tiempos felices, me hacían olvida todo ese odio que cargaba… -hizo una pausa- tu siempre logras cosas extrañas en mi –su mirada se cargó de sentimientos.

-Sasuke… -desvió su mirada- no digas esas cosas… -se notaba bastante incomodo.

-Lo digo en serio… -dejó de lado el embace de aluminio ya vacío, se le acercó peligrosamente- tanto que a veces me asusta –una corta distancia separaba sus rostros.

-No soy una chica y no puedes estar ebrio tan pronto como para confundirme con una –frunció el entrecejo sin alejarse.

-¿Quién dijo que quería a una chica? –le sonrió y enarcó una ceja.

-¿Es que acaso cambiaste de bando? –sonrió divertido.

-No necesariamente –le jaló de la playera y lo besó, pero fue apartado bruscamente.

-¡Búscate a alguien más, no pienso ser un revolcón más en tu lista! ¡Eres como una zorra! ¡Tan fácil e indecente! –su tono de voz era serio y con un atisbo de ira.

-¿Zorra? La zorra aquí serías tu ¿No? –rio ante su mal chiste al pensar en el Kyuubi- realmente no me importaría que fueras el ultimo de mi lista –se relamió los labios saboreando la suculenta saliva que había quedado ahí del otro.

-Ja… -bufó- no digas cosas tan irresponsables cuando estás caliente, solo deja de acostarte con cualquiera… -sobó con insistencia su entrecejo.

-No me he acostado con nadie en varias semanas y desde la última solo sueño contigo ¿Sabes lo frustrante que es? –le tomó una mano llevándosela a la entrepierna- así –se mordió el labio inferior.

-Pervertido… -sus mejillas se enrojecieron escandalosamente contrastando con su apenas serio rostro.

-Si quieres exclusividad, te la daré, te daré lo que quieras, pero quiero hacerlo contigo…  -suplicó al borde de la lujuria con la voz ronca y ansiosa.

-¿Lo que sea? –el flequillo tapó su rostro.

-Lo que sea –respondió inmediatamente.

-Solo tienes que ser mío…

-Está bien… -su sonrisa se ensanchó.

-No tendrás sexo con nadie más, promételo… -insistió.

-Ok, lo prometo.

-Y yo seré el activo.

-Ok… ¡¿QUÉ?! –reaccionó sorprendido.

-Dijiste “lo que sea” –sonrió astutamente.

-Pe-pero… -dudó.

-Vamos teme ¿No quieres hacerlo conmigo? –le tomó de la barbilla retándolo con la mirada.

-Hug… -Gimoteó sonrojándose, esta vez por vergüenza, aquella mirada lo había estremecido lo suficiente como para pensar de forma atractiva en el sabor de la almohada, que de seguro olía a él, maldición, se estaba poniendo más duro.

-Vamos –le animó dándole un beso persuasivo- seré todo tuyo –le dio otro- solo debes abrir las piernas para mí, solo para mí…

-Las piernas…  -repitió ya un poco embriagado por los cortos e insuficientes roces de sus labios.

-Bueno, puedes abrir todo lo que quieras –sonrió al verlo un tanto convencido- ¿Qué dices? Nee Sasuke –Con su lengua delineó el labio inferior del aludido.

-Grr… -gruñó fastidiado por tan tentativa presión- haz lo que quieras –le rodeó el cuello con ambos brazos mientras veía fijamente los labios contrarios, conteniéndose, no queriendo verse tan desesperado, pero la verdad ya era bastante evidente.

-Itadakimasu… -soltó una ricilla y al momento lo besó apasionadamente.

 

Se le abalanzó enzima tendiéndolo contra el suelo de madera que crujió por el peso de ambos, metió sus manos bajo la camisa azul marino palpando la piel pálida, los trabajados músculos que resaltaban gracias al tiempo, sintió como su pelo era revuelto y jaloneado, su pierna chocó contra la dureza del contrario que instintivamente movió sus caderas para sentir más contacto, jadeando en sus bocas, no pudo evitar presionarlo con su rodilla, sentirlo bajo él, retorciéndose, gimiendo ante sus roces, le hacía erizar los bellos de la nuca y enrojecer sus orejas, su rostro, sus manos, su cuerpo comenzaba a emparejarse a la temperatura del Uchiha.     

 

-Naruto… Hug… -gimió impaciente, tenía tiempo que no lo hacía con nadie, subió una de sus piernas a las caderas del rubio, pegando sus pelvis.

-Sasuke… -tembló, también se estaba excitando- maldito…

 

Se separó un poco, lo suficiente para separar las piernas del otro, además de desabotonarle con poca delicadeza la camisa, repartió besos y caricias por todo aquel bien formado pecho, bajando lentamente con paciencia, levantó sus ojos para mirarle fijamente mientras saboreaba cada parte de su torso, cosa que perturbó de sobremanera al de ojos negros, un flash-back asaltó su mente, un fuego azul resplandeciendo en la oscuridad, uno que le quemaba el alma a pedazos, consumiéndolo, un escalofrío lo estremeció desde los pies a la base de la cabeza, como reflejo arqueó la espalda y levantó sus caderas que tiritaban, rozando sin querer su hombría con la barbilla del Uzumaki que en ese momento lamía su ombligo. 

 

-¡Ugh! –cerró sus ojos y apretó sus puños, una oleada de placer le invadió, el calor golpeó su rostro y poco a poco se espació por todo su cuerpo.

-¿Te corriste?... –se sorprendió al ver el rostro de su amigo en turbación y los pantalones húmedos del mismo.

-Llevo… llevo una semana… soñándolo… -mencionó con la voz entrecortada- no pude controlarlo… desde que entré a tu cuarto… ya me estaba calentando…

-Eres imposible –frunció el ceño, su corazón latía con bastante fuerza, él también estaba al límite.

 

Con deseo le despojó sus prendas inferiores, siendo testigo de la semilla que aún se aferraba a la piel y vello púbico, sintió ardor entre sus piernas ante la vista, descaradamente y con cierta diversión el Uchiha abría sus piernas viéndole seductoramente, le sonrió de medio lado, satisfecho de poner ansioso al otro, Naruto pasó saliva, evitó mirarlo mientras se desabotonaba el pantalón con torpeza.

 

-Hey… -sus labios se curvaron aún más al mirar como temblaban las manos del otro, con su pie le levantó la barbilla para que lo viera- tú querías esto ¿No?

-S-si –desvió sus ojos nuevamente.

-Vamos –se incorporó y con sus manos le tomó del rostro- serás mío y yo seré tuyo…  -lo besó casi devorándolo, no le permitiría echarse para atrás a estas alturas, no después de aceptar la deshonrosa idea de ser pasivo, le despojó de su playera y aprovechando le ayudó a bajarse la ropa interior lo suficiente para que saliera aquella erección.

-Sasuke… -su voz tembló excitada, con dificultad terminó de deshacerse de sus prendas, le robó un beso igual de intenso, tal como el que había recibido, le abrazó y rozó ambas pelvis, hincados de sus entrepiernas, provocaron un vaivén con sus caderas, con la lujuria invadiéndole, apretó uno de los glúteos claros y firmes.

-Ugh… -gimió ante el agarre sin separar sus labios, fue elevado y llevado hasta la cama que se encontraba a un par de metros- nee, tengo condones en mi pantalón –le susurró al oído.

-No es como si pudieras quedar embarazado –rio por lo bajo.

-Claro que no idiota –refunfuñó- ese lugar es sucio…

-Quizás tengas razón –meditó- la próxima vez tendrás que limpiarlo muy bien entonces –sonrió traviesamente parecido a un zorro.

-Idiota… -lo golpeó sin mucha fuerza en el hombro, sus mejillas se arrebolaron apenadas.

-¿Dónde quedó tu pantalón? –lo buscó con la vista- ya lo vi –fue y en efecto había cinco preservativos- de verdad querías violarme –una gota bajó por su frente.

-Usuratonkachi –bufó- solo ven –ordenó.

-Voy -se acercó a la orilla de la cama y con los dientes abrió un paquete.

-Espera… -le quitó el sobre metálico y sacó el plástico- una vez me pasó esto con una chica y fue genial –aseguró.

-Hablando de otras chicas mientras… - e iba a seguir con su sermón de no ser porque el Uchiha le colocaba cuidadosamente el condón con la boca- aah… -suspiró y tomó los cabellos negros entre sus dedos, recibiendo como respuesta un manotón en su muslo- ¡Auch! –se quejó adolorido.

-Cof… -toció- ¡Idiota es la primera vez que hago esto y tú me atragantas!

-Es que se sintió muy bien –bajó la cabeza como niño regañado.

-No hagas esa cara, haces que se me baje el ánimo y comience a arrepentirme… -se recostó en la cama.

-Bien. –asintió, del cajón de su buró sacó un frasco de líquido rosado transparente.

-¿Qué es eso? –enarcó una ceja, sospechando la utilidad de aquel fluido.

-Lubricante, no me preguntes porque lo tengo –sonrió.

-Ok… -realmente quería preguntar, pero de cierta manera prefería no saber.

 

Colocó el líquido viscoso en la punta de dos de sus dedos, los guio con impaciencia a la entrada del Uchiha, este último se estremeció por la frialdad del producto, con cuidado empapó la zona externa delineando cada pliegue de aquel intimo lugar, friccionando levemente, intentaba ir introduciéndolos de a poco, yendo cada vez más lejos, logrando al final penetrarle con uno de sus dígitos, el otro se revolvió algo incómodo, lo metía y sacaba con delicadeza para poder colocar el segundo dedo en interior, los movió en círculos, abriéndolos cual tijeras, pretendiendo dilatarlo lo más posible, por lo menos, lo que la (única) virginal estreches de aquel lugar le permitiera, a estas alturas el pelinegro ya le había tomado el gusto a las nuevas sensaciones, tanto que su miembro comenzaba a gotear, su cuerpo comenzaba a calentarse, cosa que le sorprendió, nuca pensó que ser tocado en aquella parte le traería tal goce.

 

-Ya… solo hazlo… -soltó casi suplicando con la mirada.

-Pero aún… -mencionó inseguro.

-¡Hazlo! –ordenó sin poder calmar sus impulsos del todo.

-Si duele será tu culpa. –advirtió un tanto preocupado.

-No pienso ponerte otro condón, tus piernas están temblando –refirió, causando la vergüenza en el otro- deja de contenerte y hazlo de una buena vez, me estas impacientando… -bufó.

-Teme… -gruñó al verse tan patéticamente descubierto.

 

Se colocó adecuadamente entre las fuertes y blancas piernas, le vio a los ojos aun que Sasuke volteó a otro lado, escapando totalmente de su mirada, ahora entendía la vergüenza de muchas chicas a la hora del sexo al dejarse tan expuesto, con lentitud sintió como era penetrado, una sensación verdaderamente extraña, de repente sintió un ardor en su interior, sus muslos temblaron, su voz salió en pequeños quejidos dolorosos, una vez completamente dentro unos zafiros chocaron con sus ébano, en ese momento cualquier sufrimiento desapareció, ahora le consumía un intenso calor que se expandía por todo su cuerpo, como si la misma piel le estorbara, otra vez era devorado por aquellos ojos, tan intensos, tan sensuales, tan fieros que le desgarraban el alma, se estremeció sintiéndose a merced de quien le dominaba, excitado de ser la presa de aquella fiera que parecía ser liberado después de un largo encarcelamiento, su esfínter se contrajo, la cabeza de su pene lubricó, con un gemido le llamó, incitándolo, pidiéndole ser tragado por aquella pasión que se desbordaba desde hacía varios días, obediente, entendiendo aquella invitación al placer, el rubio comenzó a moverse, una, dos, tres, una estocada tras otra, cortas y bruscas, pero en ese momento, tan turbado por sus deseos, aquellas simples embestidas le llenaban por completo, haciéndolo reproducir voces agudas y entrecortadas, gemidos penosos y poco “masculinos”, especialmente para un hombre con ese cuerpo tan varonil, pero ¿A quién le importaba? A él no y si alguien estaba en desacuerdo pues que se jodiera entonces.

Sus manos que antes apresaban las sabanas ahora tomaban los bronceados antebrazos por las horas de entrenamiento al aire libre, el dueño de los mismos soltaba roncos jadeos que reflejaban lo bien que se estaba sintiendo, cada vez un poco más la velocidad iba en aumento, provocando el obsceno sonido de la piel húmeda al chocar, el rechinar de la cama y sus voces entremezclarse, a duras penas por el movimiento se besaron, el Uchiha se aferró a la espalda de su compañero, dejándole a propósito sus uñas marcadas, por otro lado el Uzumaki mantenía bien agarradas las caderas contrarias para guiar las envestidas cada vez más profundas, llevó su rostro a un costado para apoyar su frente en la misma almohada en donde la cabellera negra descansaba y se desparramaba, gimiendo sus nombres el uno al otro en el oído, llevó una de sus manos al miembro necesitado de su felino, pues cual tigre gruñía por más goce, una vez siendo atendido aquella misma voz se escuchaba más alta, más irregular, sintió como su cintura era apresada por unas torneadas piernas, intensificando el roce de sus cuerpos.

 

-Ya no puedo más… -susurró sintiendo el orgasmo cerca.

-Dímelo a mí… -jadeó trastocado por aquel desesperado tono, no pudiendo contener por más tiempo su semilla, se vertió en aquel interior sacudiendo instintivamente sus caderas.

-Está… está roto… -se retorció gimoteando.

-¿Roto? –preguntó turbado por la reciente eyaculación, respiró con dificultad.

-S-si… -arqueó su espalda hacia atrás, derramándose así entre ambos vientres, poniendo su mente totalmente en blanco.

 

Jadeando Naruto se recargó sobre el pelinegro, este lo dejó ser, claramente sentían el palpitar del otro sobre sus pechos, una caricia extrañamente placentera, existía un silencio entre ambos solo perturbado por sus agitadas respiraciones, ninguno de sus amigos sospecharía lo que acababa de pasar en aquel apartamento, de hecho ni siquiera el mismo rubio lo creía, por otra parte el Uchiha se avergonzaba de admitir en su interior que realmente lo había disfrutado y como si no fuera poco, presentía que había sido el mejor sexo de su vida, se lamentaba mentalmente por ser amante de que lo empalaran. Con cuidado el ojiazul se separó un poco para salir del contrario, notando como un líquido blanquecino unía sus cuerpos por unos segundos.

 

-Se rompió -afirmó esta vez.

-Quizás al ponerlo lo rasgué con mis dientes –mencionó ya con un poco más de aire en sus pulmones.

-Si… -se tumbó a un lado de su “amigo”- no eras el único… -entrecerró los ojos con cansancio.

-¿El único? –la intriga invadió su ser.

-El único… -bostezó- en soñar… eso… -cerró los ojos totalmente agotado por su arduo día.

-¡Oi! –Intentó despertarlo, tenía que saber de qué le hablaba, pero al parecer aquella “misión difícil” y su ardiente encuentro le habían cobrado factura- Usuratonkachi –le insultó frustrado- Tch, ahora debo limpiar todo este desastre… -suspiró viendo las prendas regadas por todo el lugar, las sabanas revueltas y sintiendo su entrada incomoda, con lentitud se paró de la cama yendo hacia el baño, pero sus piernas temblaron haciéndole irse de lado y casi chocar con la pared- ¡¿Pero qué demonios?! –ahora entendía porque algunas chicas no querían pararse después del sexo.

 

*.*.*

 

Amanecía en konoha, los rayos del sol se colaban entre las copas de los árboles, a esas horas la mayoría de las personas dormían, los mercaderes acomodaban sus productos preparándose para abrir sus negocios, algunos shinobi se dirigían a sus misiones a primera hora del día, así como era el caso de tres chicos que impacientes esperaban a su sensei, rara vez llegaba tarde, ya habían pasado veinte minutos después de la hora acordada, en conjunto y como pocas veces, trabajaron en equipo en busca de su maestro, uno se quedó en el punto de encuentro, otra buscaba en los alrededores y el ultimo iría directo a la casa del mencionado, una vez ahí se decidió a tocar la puerta con prisa, pero al no escuchar respuesta decidió merodear por las ventanas. Por otra parte Naruto palidecía sentado en su cama, Sasuke se removía en las sabanas mientras se tapaba la cabeza con las mismas.

 

-¡La misión! –corrió desnudo al baño a darse una ducha rápida.

-Usuratonkachi… -gruñó fastidiado por los ruidos, enroscándose aún más bajo aquella tela.

-¡Sensei! –gritó desde la ventana- ¡Levántese ya! –alegó medio en broma.

-¡Kohaku! –entró a la habitación totalmente alterado, solo cubriendo su parte baja con una toalla, su alumno amenazaba con tirársele enzima al Uchiha.

-¿Sensei? –le vio sorprendido, miró el bulto, al rubio, y en ese orden repetidas veces, se sonrojó- di-disculpe… -retrocedió.

-¡Tu! –se incorporó- pedazo de idiota ¡Deja de hacer tanto ruido! –le tiró una almohada al ojiazul en la cara- “sensei”, “sensei”,  ¿No ves que no aguanto la resaca? –reaccionó y se topó en ese momento con el pobre jovencito que no sabía dónde meterse- ¡Tu! –encendió el Sharingan- más te vale no contarle esto a nadie, ahora ¡Lárgate! ¡¡Antes de caer 78 horas en el tsukoyomi o ser teletransportado a una dimensión desconocida para siempre!!

-¡¡Si señor!! –aterrorizado sale del lugar.

-¡Idiota! ¡¿Pero que hiciste?! –le miró totalmente consternado.

-Ese niño no dirá nada –se vuelve a acostar.

-Haaa… -suspira sintiéndose derrotado, cuando a ese bastardo se le metía algo en la cabeza, se volvía insoportable- regresaré en tres días… -comienza a vestirse- iré a la aldea de la cascada, puedes tomar las llaves de repuesto que están en el perchero de la cocina para que cierres cuando salgas… -una gota bajó por su frente- y deja por favor de amenazar a la gente con tu kekegenkai –le vio con desdén, el otro le ignoró- teme…  -se acercó a él, este le miraba de reojo- mantén tu promesa –frunció las cejas con preocupación.

-Tks –chasqueó la lengua y desvió sus ojos a un lugar lejos de aquellos zafiros que le incitaban a tantas cosas, se sonrojó débilmente- no planeaba romperla, no es como si pudiera darle el trasero a cualquiera –se encogió.

-ok –le sonrió, se colocó la banda en la frente- nos vemos –le besó la mejilla mientras el otro se removía avergonzado.

 

No era una mujer para soportar tanta cursilería ¡Pero joder! ¡Que le encantaba como se armaba una fiesta con sus hormonas en el vientre! Sin duda aquellos ojos azules, aquellas simples caricias, los tiernos y también los pasionales besos, cada pequeña cosa del rubio le estaba volviendo loco, quizás era más homosexual de lo que creía, aunque nunca creyó serlo, pero ahora entendía bastantes cosas que “sus chicas” sufrían por su culpa, pero recuerda Uchiha, nunca te enamores de sus acostones, nunca les des exclusividad a tus parejas, lastimablemente ya había roto una de sus reglas y esperaba no arrepentirse de la otra.          

 

 

Notas finales:

 

Espero les haya gustado xD

En el proximo cap se verá desde el punto de vista de Naruto y se sabrá lo que realmente pasó hij@s mí@s ¬u¬ no creerán que el rubio aceptó porque sí el estar con Sasukito, verdad? Bueno, bueno xD quizás me tarde un par de días en subirlo, verán, aún me falta trascribirlo y decidir si será el último o dividirlo, ya veremos, ya veremos...

Sin más, espero sus lindos reviews nuevamente :) 

Matta nee ;) 

 

 


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