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Trocitos de Familia por Ari_123_love

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Notas del capitulo:

Procuré apurarme en escribir este capítulo, mis breves vacaciones estan llegando a su fin u.u

Se sabrá un poco más de Taemin aquí, así que preparence para cualquier cosa inesperada >:D

Taemin abrió la puerta, era temprano en la mañana, así que sabía quién debía ser el que estaba tocando. Tenía un rato de no ver a Minho, y no lo entendía, se suponía que eran amigos, pero él se había alejado.

-¡Minho!- Por supuesto que estaba alegre de verlo; de verle muy seguido en el restaurante, pasaron a verse de vez en cuando y no lo terminaba de entender.

-Hola, Taemin ah...- Sonrió. -Yo sólo pasé a ver cómo estaban...

-No te quedes afuera, pasa.- Le jaló. -Ha sido tan cansado, Minsanggie llora, y llora y llora...- Se quejó, para después reír. -Pero es la luz de mi vida...- Sonrió amplió, sentándose en el brazo del sofá.

-Entonces las cosas han ido bien, ¿no?- Minho también buscó asiento.

-Minho, ¿qué pasa?- Hizo un puchero. -¿Estás enojado conmigo?

Minho alzó una ceja ante tal pregunta. Suspiró, sería absurdo estar enojado con él. Siempre le regañaba, pero no era para tanto. En cambio, decidió explicar, algo tan sencillo como su decisión.

-Por supuesto que no.- Sonrió. -Es tan sólo que ahora tienes un hijo, por ende eres más responsable, no debo estar detrás de ti viendo en qué te equivocas para regañarte. Estás en una etapa de la vida en la que yo no te puedo ayudar.

-Pero eres mi amigo.- Replicó. -Y me acostumbré a tus regaños. Creí que estabas enojado conmigo.- Se cruzó de brazos, enfadado. -Los amigos se acompañan.

-Tienes razón...¿Ves cómo ahora eres más responsable?- Sonrió a medias.

-Eres realmente grosero conmigo.- Gimoteó.

-No, no lo soy.- Se burló. -Tú eres un gruñón.

Taemin estuvo a punto de responder, quejándose, pero escuchar el llanto de su bebé le hizo poner cara de susto. Se alzó rápidamente, corriendo a la habitación.

-No, no, no, amor, no llores.- Le tomó, arrullándole. Pero Minsang no dejaba de llorar.

-¿Qué tiene Sanggie ah?- Minho se acercó. Taemin se veía algo atareado, corriendo a la cocina.

-Tiene hambre.- se giró. -Minho, ¿lo sostiene por un segundo?

Minho asintió; hacía un mes que Taemin no quería dejarle cargar al bebé, pero ahora parecía no tener ningún problema con ello. Cargó al bebé con cuidado, mientras Taemin con más soltura preparaba la mamila que le daría.

-Gracias...- Volvió a cargar a su hijo, para poder alimentarle. -Es demasiado demandante y se enoja mucho.

-¿A quién se parecerá?- Minho rodó los ojos.

-No...Te equivocas, mi niño se parece a Changmin...- Enterneció sus facciones. -Me recuerda tanto a él.

Minho se quedó callado, no podía imaginarse eso. Después de todo, a veces los niños pequeños no se parecen a nadie, y es cuestión de la percepción de los adultos. Probablemente era Taemin exagerando las cosas.

 

~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~

 

-Oye, ¿por qué me miras así?- Minho tocó la nariz de Minsang, haciéndole parpadear. El niño le miraba con sus ojos enormemente abiertos, atento a él. –Siempre estás dormido, pero cuando no, juzgas el mundo con esa mirada que tienes...- Rio. -¿Eh? ¿En qué piensas, Sanggie ah?- Dejó que el niño atrapara su dedo, le fascinaba ver las pequeñas manos del nene, le parecía que no podía existir nada más pequeño que ese par de manos.

-¡Lo encontré!- Taemin salió de su habitación agitando un papel en su mano. –Por suerte no está arrugado.

-O manchado de café.- Minho rio, observando como Taemin bajaba las escaleras dando brincos que podrían llegar a considerarse peligrosos si no pisaba bien. –Eres un descuidado.- Le regañó.

-Oye, ¡deja de llamarme así!- Se quejó, acercándose para cargar a Minsang. –Gracias por llevarme a sacar la beca para mi curso de capacitación.

-Ni loco dejaría que manejaras cuando estás tan nervioso y excitado por esa beca. Mucho menos si llevas a Minsang contigo.- Esclareció las cosas.

-No todos los días abren una beca para el curso de capacitación, Minho. ¡Volveré a trabajar!- Estaba tan emocionado que no notó que estaba gritando. Se dio cuenta después, cuando notó la extrañez en el rostro de Minho. –Oh...Lo siento Minho...

-Por razones como esa, no te dejaré manejar.- Se burló de nuevo. –Anda, supongo que querrás llegar temprano, ¿no?

-Sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí.- Sonrió como el gato de Alicia. -¡Vamos!

Minho rio, saliendo de la casa de Taemin. De nuevo, no había evitado preocuparse por él, le visitaba tan seguido, procurando que él y el niño siempre estuvieran a salvo. Simplemente ya no se sentía tranquilo si no tenía noticias de Taemin, y por supuesto de Minsang. Además, se sentía bien esa rutina, visitarles, llevarles a algún lado, era un cuanto tanto relajante.

Ya en la oficina de becas, Taemin le rogó a Minho que cuidara un segundo a Minsang, mientras él hacía el trámite. No se negó. No podía, lo había notado: Taemin no dejaba que nadie cargara a Minsang, excepto a él. Ni siquiera en el restaurante, con sus compañeros de trabajo. Si alguien se lo pedía, dejaba que le cargaran por escasos diez segundos y después lo volvía a tener entre sus brazos, o en el portabebé. En cambio, Minho le convenció a la primera de dejarle cargarlo, lo incluyó en su círculo de confianza, y no sabía si se sentía orgulloso o halagado (tal vez era otra cosa), pero le hacía enormemente feliz.

Se paseó por el lugar con el bebé en brazos. Le parecía increíble que Minsang aún no se hubiese dormido, sin embargo se encontraba alelado por la mirada tan seria del niño, como si estuviese enojado con él.

-Hey, ¿qué fue lo que te hice?- Le preguntó. -¿Es porque te sigo llamando alíen?- Lo admitía, debía dejar de llamarle así, el niño era bonito, no parecía alíen; y a Taemin también le molestaba. -Si es eso, prometo no hacerlo de nuevo. ¿O acaso no te agrado?

Minsang bostezó, ajeno a la pregunta del hombre que le cargaba, tan sólo era un bebé. Minho rio, sabía que era imposible desagradarle a ese chiquito, podía presumir que le había hecho reír varias veces, aunque no estuviese seguro de si era una sonrisa, o si había sido él.

Taemin salió de la oficina donde había estado. Minho suspiró, le era bueno ver que Taemin ya estaba poniendo su vida en orden, y se alejaba poco a poco de ser aquel chico que creyó que era un peligro para su propio bienestar. Taemin siempre sería un descuidado (el verle perder sus papeles de beca hoy en la mañana lo confirmaba), pero también era responsable, de otra forma no estaría criando un hijo solo. Le admiraba, aunque tal vez nunca pensara decírselo.

-Minho, ¡ya la tengo!- Exclamó, acercándose rápidamente. -Ya no necesito seguir ahorrando...

-Taemin ah...- Frunció el ceño. -No me digas que piensas renunciar a tu trabajo.

-¡No! Ay, de nuevo piensa mal de mí.- Rodó los ojos. -Seguiré en el restaurante, necesito dinero para las necesidades de Minsanggie, y aún falta para que el curso inicie y yo pueda encontrar una plaza...

-No eres tan inconsciente como pareces...- Murmuró.

-¡Oye!- Parecía que estaba a punto de hacer una rabieta en cualquier momento. -Eres malvado.

-¿Lo soy, Taemin ah?- Se mofó. -Anda, volvamos a tu casa.

El menor asintió, acercándose para poder cargar a su bebé. Solían discutir seguido, pero siempre era el mismo absurdo debate, que en el fondo lo único que lograba era hacerles reír. Ambos estaban tan acostumbrados ya, que era extraño el día en que no discutían.

El camino de regreso fue igual, tranquilo, Taemin platicaba con el niño, diciendo tonterías, tratando de hacerle reír. Minho le escuchaba, evitando ser él el que soltara la risotada. Una vez más sentía esa sensación cálida de alivio al verles, tal vez sí era demasiado sobreprotector, pero eso realmente no parecía ser un problema para Taemin.

-Llegamos.- Se detuvo, estacionando el auto justo en frente de la casa.

-Gracias, Minho.- Sonrió, dispuesto a bajarse del auto.

Minho corrió a abrirle la puerta, no quería que el chico fuera a perder el equilibrio con el niño en manos. Taemin rio, bajándose, Minho a veces parecía un loco de la seguridad.

Pero ese loco, no estaba tan loco. Taemin resbalando por cualquier motivo era un escenario no deseado. Minho le sostuvo por la cintura; se había llevado un gran susto. Había llovido hacía poco y el suelo seguía mojado.

-Cielos...- Taemin suspiró, también se había asustado, recuperó compostura y siguió su camino.

En cambio Minho se quedó rezagado. Le había soltado de inmediato, ya que había notado ese ligero cambio en el cuerpo de Taemin. Era obvio que su cuerpo ya no era igual, pero el chico había adelgazado tanto en dos meses. No conocía cómo había sido antes del embarazo, si su cuerpo fue de alguna otra forma, pero...Por primera vez desde que le conoció fue consciente del cuerpo de Taemin. Sus piernas eran largas, algo que no se notaba mientras estuvo en cinta, su cadera era estrecha, equilibrada con el ancho de sus hombros. Sintió que su garganta se secó, ¿habría sido así todo el tiempo?

-¿Minho?- Taemin se encontraba desde el marco de la puerta, observándole extrañado.

Minho sacudió su cabeza, regresando a la tierra. Caminó a zancadas, llegando a Taemin rápidamente. Él parecía esconder una burla hacia los segundos que pasó perdido en la luna, pero decidió no regañarle por eso.

-Gracias.- Taemin habló antes de que Minho pudiera decir algo. Entonces le dio un beso en la mejilla.

-...¿Por qué me agradeces, Taemin ah?- Minho estuvo tentado a tocar su mejilla, pero se detuvo, prefirió cuestionar tal agradecimiento.

-Por ser tan bueno conmigo.- Lo dijo de manera tan simpática y sencilla, que se notaba no había dobles pretensiones.

Minho rio, Taemin era demasiado sencillo, como para tener esa casa tan enorme. Era hilarante. Ese chico estaba compuesto por trocitos de diferentes cosas, sorpresas, que lentamente Minho lograba notarlas.

-No olvides que el jueves tienes un evento en el restaurante.- Minho siempre fungiendo como agenda, recordándole todo.

-Cierto...- Abrió sus ojos con sorpresa. -¡Maldición!

-Descuidado.- Murmuró, riendo.

-...-Taemin en cambio no dijo nada, se mordía los labios pensando. -...Debo de contratar a una niñera...

-Yo podría cuidarlo.- Lo sabía, Taemin odiaba que alguien más cuidara de su hijo, y lograba entender el porqué. Minsang era lo único que aún lo conectaba con su difunto esposo; aun no lograba superarlo. -Es mi día libre, no quisiera hacer otra cosa más que cuidar a Minsang.

Taemin hizo una mueca irónica. Minho era grosero, sin dejar de ser el loco de la seguridad, que en fondo lograba destacar a un hombre realmente amable.

-Gracias Minho.- Aceptó, sabía que Minho le cuidaría mejor que cualquier niñera.

 

~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~

 

Una vez más el teléfono a mitad de la noche despertó a Minho. Se movió perezosamente, cogiendo el teléfono, mientras leía el identificador de llamadas.

-Taemin...son las dos de la mañana.

-¡Minho!

Un grito seco le hizo ponerse alerta.

-¿Qué ocurre, Taemin?- Se incorporó, atento a la respuesta del otro.

-¡Minsang! No deja de llorar y tiene fiebre...No sé qué hacer...- Estaba realmente exaltado.

-Estaré ahí en cinco minutos. Llama al pediatra.- Se puso en pie, corriendo a vestirse y poder asistir a Taemin.

Llegó a casa de Taemin, sinceramente él estaba puesto histérico. Se acercó, preguntando por el bebé, pero obviamente Taemin no estaba como para responder. Fueron rápidamente al hospital, por suerte Taemin sí había llamado al pediatra, y ya se encontraba ahí. Le revisaron rápidamente, para poder dictaminar qué pasaba. No había sido más allá que el rotavirus. Lo internaron, para poder pasarle electrolitos que había perdido durante la fiebre.

-Tae...- Minho le llamó. El chico le abrazó, llorando en su hombro.

-Me asusté tanto, Minho...- Jadeó. –No supe qué hacer, ni siquiera sé cómo logre llamarte...

-Está bien, Tae...- Le acarició la espalda, confortándole. –Minsang está bien. No llores...- Le calmó.

Quiso agregar que estaba alegre de que le hubiese llamado, sentía como si sólo él pudiese tranquilizarlo en un momento tan desesperado como el que había pasado. Pero tal vez estaba dejando llevar su imaginación de más. Taemin le llamó a él, como le pudo haber llamado a alguien más, estaba histérico, asustado por no saber qué le pasaba a su bebé.

-...Gracias...- Sollozó. –Por traernos al hospital.

-¿De qué hablas, Tae? No tienes que agradecer, lo haría mil veces de ser necesario.- Le obligó a subir el rostro. –Sabes bien que no te dejo manejar cuando no estás en tus cabales...- Se atrevió a bromear, relajando el ambiente.

-Grosero...- Taemin esbozó una ligera sonrisa, golpeando suavemente el pecho de Minho. –No confiarías en mí, ni aunque se tratara de preparar un sándwich.

-Sí confío en ti, sólo que eres un poco descuidado, y eso me llega a preocupar más que nada.- Sonrió.

-Ah, vaya, ya agregaste un poco antes de descuidado, eso es un avance...- Respiró hondo. –Minsang está bien, ¿no es así? Pronto lo llevaré a casa, ¿verdad?

-Claro que sí, ya escuchaste al doctor. En un par de días será el mismo niño sano de siempre.

-Está bien...Estará bien...

 

~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~

 

Taemin había invitado a Minho cenar; ahora, después de la cena, mientras Minsang dormía plácidamente en la habitación, Taemin y Minho platicaban, con la excusa de estar viendo el televisor para así no tener que acabar el día. Minho no había tenido la sensación de irse, ni Taemin el de despedirle, así que ahora tomaban temas absurdos de la tele, para seguir hablando, derivando en otros temas, quizás más personales.

-¡Haré café!- Taemin brincó de su lugar, corriendo a la cocina.

-¿Necesitas ayuda?- No quise decirlo en tono de burla, pero así se escuchó.

-Que gracioso, pero yo puedo hacer un café, solo. Trabajo en un restaurante.- Contestó irónico.

Minho rio, poniéndose de pie y recorriendo el mismo camino que Taemin había tomado hacia la cocina. Le vio de pie, preparando la cafetera. Era la manera en que se movía, que últimamente le hacía querer observarlo de más. Lo sabía, entendía qué estaba ocurriéndole, no era un adolecente como para ponerse a cuestionar porqué pasaba; era un adulto que trataba de afrontar los acontecimientos.

-Tae, yo quisiera hablar contigo de algo importante...- Le tocó el hombro, consiguiendo su total atención. Taemin le miraba fijamente, con los ojos abiertos. Simplemente, esa mirada, le hizo sopesar la idea de contarle sobre esos sentimientos que empezaba a tener con respecto a él.

Habían pasado tantos días juntos, Taemin le confiaba muchas cosas, le agradecía que estuviera ahí para ellos. ¿Cómo no caer ante eso? Y ahora más que nunca era consciente del cuerpo de Taemin. ¡Incluso de su rostro! Ese chico podía ser catalogado bajo la etiqueta de perfección. Taemin reía y congelaba todo a su al rededor, cuando se enojaba podía hacer que el suelo temblara. Pero, definitivamente, lo que a Minho más le gustaba, era verle platicar con su hijo. Se le hacía tierno, le recordaba que si Taemin era fuerte y responsable era por su bebé. Adoraba esa imagen, la de aquel hombre que admira.

-Em...Yo...

-¿Sí?- Le instó a que continuara con su oración.

Sin embargo, no lo hizo, fue interrumpido. Alguien tocaba el timbre, haciendo que Taemin corriera a la puerta, para que así el ruido no despertara a Minsang.

-¿Quién es...- La sonrisa con la que Taemin abrió la puerta se esfumó de inmediato.

-¿Por qué no me avisaste que el bebé nació hace tres meses?- Un reclamo que hizo eco en toda la sala.

Minho se acercó, colocándose atrás de Taemin, con una mano en su hombro. ¿Quién era él como para hablarle así de rudo y grosero a Taemin?

-¿Quién es él?- Aquel hombre preguntó, señalando a Minho.

-Es un amigo mío.- No obstante, Taemin no se veía intimidado por su manera de hablar.

-¿Está todo bien, Tae?- Preguntó, observando de soslayo al desconocido.

-Por supuesto.- Fingió una gran sonrisa. -Minho, te presento a mi...cuñado...Kyuhyun.- Le señaló con un suave movimiento de cabeza. -Kyuhyun, ¿te gustaría pasar?

-Quiero ver al bebé.- Fue directo.

Minho quiso negarse, no quería que aquel desconocido mirara a Minsang. Pero, el bebé no era suyo, no podía decidir, y menos si se trataba de su tío.

-Minsang duerme.- Por un momento pareció que Taemin tampoco quería que le viera.

-¿Lo llamaste Minsang?- Se acercó a Taemin, provocando que Minho también se ciñera más sobre Taemin, queriéndole proteger.

-Así es.- Se cruzó de brazos, mirándole. -Lo siento si no llamé antes, he estado ocupado.

-Claro.- Kyuhyun hizo una mueca, sin creerle. -Taemin ah, quiero ver a mi sobrino.

-...Está bien...- Jadeó. -Ya lo traigo.

Minho quiso acompañar a Taemin por el bebé, pero se dio cuenta que no era algo prudente. Se quedó ahí, cruzado de brazos observando al cuñado de Taemin. No sabía que tenía familia, Taemin siempre andaba solo, de vez en cuando con algún amigo que había hecho en la isla después de haberse mudado, pero casi siempre solo...No, ahora casi siempre estaba acompañado por él. Suspiró cuando vio que Taemin volvía con su hijo. No estaba de acuerdo, pero de nuevo, él no podía opinar.

-Mira...- Se acercó a aquel individuo que había llegado reclamando. -Duerme, por favor no lo despiertes.

Kyuhyun tomó al niño, sin siquiera pedirlo. Aunque no se veía tosco, sabía cómo cargarle, y obviamente no pensaba despertarle.

-Es idéntico a Changmin.- Comentó.

-Lo sé. Cada día me lo recuerda.- Taemin se acercó, acariciando la cabeza de su hijo.

Minho rodó los ojos, empezaba a hartarse de escuchar aquella frase. Se apartó, por supuesto, ese era un momento familiar, y estaba más que sobreentendido que él no estaba invitado. Gruñó por lo bajo, buscando un lugar en dónde quedarse rezagado. Estaba repentinamente molesto, y era por ver que Taemin tenía una familia. En pocas palabras se encontraba celoso.

En cuanto aquel hombre se fue, Taemin dejó escapar un largo suspiro que captó la atención de Minho. Él había mirado por la venta, viendo que el cuñado de Taemin se subió a un auto de lujo; vaya sorpresa, justo como la casa de Taemin. Se acercó al menor, colocando sus manos en los hombros de Taemin. Se veía tan tenso, y tenía deseos de saber por qué.

-Llevaré a Minsang a la habitación.- Comentó seco, llevando al niño a su habitación. Volvió al cabo de unos minutos.

-Taemin, ¿quién es él?- Trató de aproximarse con cuidado, a pesar de estar enojado.

-Ahh~ - Exhaló. -Él era mi mejor amigo...Y estuvo algo enamorado de mí.- Hizo una mueca, cruzándose de brazos.

-Y tú te casaste con su hermano...- Al menos eso explicaba por qué aquel tipo había sido tan antipático.

-¡Bueno no es mi culpa! Él se confesó después de que Changmin y yo hicimos público nuestro compromiso.- Contestó exaltado.

-Si se hubiese confesado antes, ¿hubiera habido algo diferencia?- Estaba muy celoso, ahora más tras haber escuchado eso.

-¿Qué? No...- Se giró y le miró. -¿Eso qué importa Minho?

Tal vez a él le parecía absurda la pregunta, pero Minho estaba imaginando otros escenarios. Si aquel tipo se hubiese confesado antes, probablemente jamás hubiera conocido a Taemin. Peor aún, hoy en día, sin Changmin, podía volver a confesarse y Taemin esta vez corresponderle.

-¿Por qué no me dijiste que tenías familia?- La tensión en el ambiente les lleva a seguir discutiendo.

-¡Por que no quise!- Gritó. -Oh...Yo...Lo siento Minho...- Cubrió su boca, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. Taemin no se encontraba bien.

-Tae...

-Me molesta verle ahora, ni siquiera se presentó al funeral de Changmin, y ahora llegó exigiendo ver a Minsang...Lo siento, me exalté.- Jadeó.

-¿Y los abuelo de Minsang?-Quería saber todo de Taemin, incluyendo a la familia de su difunto marido.

-Ellos ni siquiera se han acercado a preguntar por Minsang.- Mostró una sonrisa dolida. -Yo les hice saber que estaba embarazado. Puede que no haya dicho cuándo fue que nació...Pero les debió haber interesado aunque fuera un poco.- Lágrimas brotaron de sus ojos. -¡Es lógico! Si ya pasaron los nueve meses, uno creería que el bebé ya nació.

Minho notó la acidez en la voz de Taemin. Estaba más que dolido con su familia política. Quería estrujarle un abrazo y hacerle sentir mejor.

-Está bien, ven acá.- Minho se acercó, abrazándole. -No llores, ¿sí?- Le limpió las lágrimas.

-No puedo...No les interesó mi hijo, ¡su nieto! Incluso Kyuhyun que terminó en malos términos conmigo, fue capaz de venir a conocer a su sobrino.- Sorbió por la nariz. -Esto es tan injusto.

-Hey, no pienses mal de tus suegros.- Le aclaró. -Tú perdiste a tu marido. Ellos perdieron a su hijo. Tú aún no superas el luto, es entendible que ellos tampoco.- Explicó. -Tal vez no han venido a conocer a su nieto porque les es doloroso. El verte, ver al niño, saber que ustedes ya no podrán estar a su lado. Tienes que esperar a que lo superen...Tú también debes superarlo.

Taemin inspiró entrecortadamente, Minho siempre le hablaba de esa manera entre regaño y amabilidad, que le hacían sentir un niño idiota. Pero en este momento se lo agradecía, ya se encontraba más calmado. Ver a Kyuhyun había hecho explotar la bomba que le regresó realidad que se había escondido de él después de dar a luz.

-Gracias...- Sollozó.

-Ahora, Tae, regresando a la pregunta quién es él, dime ¿quién es él?- Fue directo. -Su auto, tu casa, no son algo que cualquiera pudiera pagar.- Eso había quedado en la obviedad. -Cuando me dijiste que tenías algo de dinero, ¿a qué te referiste con algo de dinero?

Taemin se encogió de hombros, soltándose del abrazo de Minho. La verdad era que no tenía idea.

-Siempre estuve consciente de cuánto dinero disponía. Provengo de una familia promedio, tuve que trabajar durante la universidad para pagarla...Pero, después de casarme, me ilusioné tanto con tener una familia, que dejé que Changmin se encargara de mi dinero. Su familia tiene una compañía, me dejó algunas acciones que serán de Minsang en cuanto cumpla los veintiuno...

-Por supuesto...- Minho entendió. Sólo así terminaba de entender por qué Taemin no tocaba su dinero del banco, técnicamente era del niño. Todo tenía tanto sentido ahora. -Eres tan diferente a lo que el mundo esperaría que fueras.- Taemin era un montón de sorpresas juntas.

-¡El café!- Entonces Taemin se escudó tras esa excusa. -¿Me puede repetir con cuánto de azúcar?

-Dos está bien...

Ahora, más que nunca, sentía que quería estar a su lado cuidándole, y cuidando a su hijo. Taemin realmente no estaba bien, y nunca terminaría de estarlo si seguía evitando todo tras el enojo que sentía hacia lo que había sucedido con Changmin.

 

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-Taemin, ¡por favor escucha!

-No, Kyuhyun, no haré nada de lo que me pides.- Taemin se cruzó de brazos. ¡Era inaudito! No entendía cómo Kyuhyun podía llegar y pedirle eso.

-Estás siendo insensato.

-¿Insensato, dices?- Escupió una risa molesta. -Mi hijo nació aquí, mi casa está aquí, mi trabajo.

-Puedes comprar una casa nueva, Minsang irá a una gran escuela. ¡No tienes necesidad de pedir becas! Puedes tener cualquier puesto, allá.

-¡No!- Gritó. -No lo haré, detente...

Se estaba cansando. Desde que Kyuhyun había llegado, esa conversación se había repetido incesantemente. Y, honestamente, ya no era una conversación, sino un intercambio de gritos.

Para suerte de Taemin, Minho llegó, como siempre. Escuchó que tocaba la puerta, así que se apresuró a abrirle. Ah, Kyuhyun le había causado un maldito dolor de cabeza.

-¡Minho! Gracias por venir.- Fingió una bienvenida que obviamente estaba de más.

Minho alzó una ceja, preguntándose a qué se debía el agradecimiento. No tardó en fijarse por encima de Taemin y darse cuenta quién estaba dentro de la casa. Entonces le siguió la corriente al menor.

-No hay problema.- Se apresuró a entrar. -Supongo que ya has de estar...listo.- Definitivamente, no sabía que decir, pero suponía que cualquier cosa estaría bien.

-Así es.- Taemin se giró, mirando a su cuñado. -Lo siento, Kyuhyun, pero ahora estoy ocupado.

-Por supuesto.- Chasqueó la lengua. -Me voy, yo también tengo cosas que hacer...- Se acercó a la puerta. -Pero, piénsalo Taemin.- Entonces se fue, dejando a Taemin con el ceño fruncido.

-Tae, ¿qué ocurre?- Minho se acercó al menor, apretándole suavemente del brazo para que saliera de su plática interna.

-Ah...- Suspiró. -Kyuhyun quiere que me vaya con él.

-¿Qué? ¿Adónde?- Se alteró. No iba a permitir eso.

-A la capital.- Se recargó en el brazo del sillón. -Dice que aquí es muy chico, que no es un lugar para que Minsang y yo vivamos.

-Imbécil...- Eso sí le había molestado.

-Hey, Minho, tranquilo.- Se acercó, sonriéndole. -No me quiero ir. Le dije que no...Una vez más.

-¿Cuántas veces te lo ha dicho?- Le molestaba que ese tipejo le insistiera tanto. No quería que Taemin se fuera, no sabría qué hacer sin él. Había adaptado toda su vida, sin darse cuenta que todo giraba alrededor de Taemin y su bebé.

-Desde que llegó...Un par de veces...- Murmuró.

-¿Por qué no me lo dijiste desde un inicio?- Exhaló. Le ponía mal saber que Taemin no se lo había contado.

-Porque no había sido tan molesto como ahora.- Hizo un puchero. -Pero sigue insistiendo y se ha vuelto una molestia repetitiva.

-¡Es por eso que me lo debiste haber dicho antes!- Gruñó.

-Minho, sé que quieres ayudar.- Una vez más le calmó. -Pero no puedo depender de ti siempre.

Era cierto...Minho lo sabía, pero no evitaba ese sentimiento de protegerles todo el tiempo. Jadeó, sabiendo cómo responder a eso, el chico estaba en todo su derecho a querer arreglar las cosas por sus propios medios.

-Ya no eres ese descuidado que conocí hace tiempo...- Aceptó.

-...Gracias por el cumplido...- Alzó la vista. –Aspiro a ser un loco del control y la seguridad como tú.

Dejaron escapar la risa, mientras el estrés y la tensión se escapaban del lugar. Taemin suspiró, buscando asiento, en general había pasado una semana estresante entre el restaurante y los cursos, había pasado por varios dolores de cabeza. Pero, definitivamente esto le había provocado una jaqueca.

Minsang comenzó a llorar, probablemente por haber despertado y que no estuviese Taemin a su lado, como solía ser siempre. Minho le hizo una señal a Taemin, para que no se preocupara, le vio lo suficientemente cansado como para ofrecerse a ir por Minsang y hacerle dejar de llorar. Debió haber sido un excito, porque al cabo de unos segundos, Taemin pudo escuchar claramente que el llanto de su bebé había cesado. Suspiró, el silencio se escuchaba bien, pero a la vez, el silencio y un bebé eran mala combinación. Volvió a suspirar tranquilo una vez que vio a Minho llegar con Minsang en brazos.

El niño ya pasaba de los tres meses, era perfectamente capaz de alzar la cabeza, y hacía intentos por erguirse más seguido, por lo tanto ya era capaz de ver lo que había por encima de su cabeza, o séase el cabello de Minho.

-¡Ouch!- Minho soltó la mano del nene que se agarró fuerte de su cabello. –Campeón, ¿qué fue lo que te hice? No es necesaria la violencia.- Bromeó.

Taemin rio, cubriéndose la boca. Era obvio que Minsang le iba a jalar del cabello, todos los niños lo hacen. Se aclaró la garganta, llamando la atención de Minho.

-Concuerdo con Minsang, necesitas un corte de cabello.- Se acercó y cargó al niño, que inmediatamente buscó algo más con qué jugar (para su mala suerte Taemin no llevaba nada que pudiese meter a la boca).

-Mira quien habla.- Minho rodó los ojos. –Cuando te conocí usabas el cabello largo.- Le reclamó.

-Y por algo lo corté.- Fingió echarse el cabello por encima del hombro. –Además, te verías más guapo con el cabello corto.

La sinceridad de Taemin provocó que el corazón de Minho diera un vuelco. Él parecía no mentir, pero tampoco había querido dar a entender otra cosa. Simplemente decía las cosas que pensaba, tal vez de manera cruda, pero era totalmente cierto para él.

-¿No es así Minsanggie? ¿No crees que Minho debería cortarse el cabello?- Taemin jugaba con su bebé. –Minsanggie está de acuerdo conmigo.- Rio.

-Oh, claro, un bebé de tres meses y medio es capaz de concordar contigo que yo debo de cortarme el cabello.- Se quejó. –Lo cortaré, pero no porque "ustedes" me obligaron.- Advirtió.

-Claro, Minho.- Taemin fue irónico. –Mientras tanto, procure que Minsanggie no te jale del cabello.

-Oye, eso suena a mala suerte. ¡No me hagas brujerías!- Se cruzó de brazos.

-No las haré.- Se giró, meciendo al bebé. –¿Te quedas a comer?- Cambió el tema.

-Claro, Tae...- Rio, siguiéndoles por toda la casa, rumbo a la cocina.

 

~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~

 

Minho bajó del elevador, iba concentrado en ese contrato que tenía que revisar. En sí era una cosa sencilla, lo había hecho al menos un millón de veces, pero ser precavido nunca estaba de más. Miró su reloj, por suerte tenía mucho tiempo. En la mañana había pasado rápido a ver a Taemin y el niño al restaurante, lo cual había alegrado en exceso su día. Sin saber que después de cierta visita, todo se volvería de un odioso sabor agrío.

-Disculpe, señor Choi.- Su secretaria le detuvo. –Alguien quiere verlo...

-¿De quién se trata, Stephanie?- Miró por encima de ella, logrando ver a quien le estaba esperando en su oficina.

-Señor Choi...- Minho rodó los ojos al escuchar al imbécil de Kyuhyun hacer mofa de cómo le había llamado su secretaria.

-Gracias, Stephanie, me haré cargo.- Le agradeció, después entrando en su oficina. -¿Qué se te ofrece?

-Para ser un asalariado, no tienes un mal puesto.- Se burló. –Pero no vine a juzgar en qué trabaja el nuevo amante de Taemin.

Minho frunció el ceño ante esas palabras. ¿Cómo podía hablar así de Taemin? Era su familia, había estado enamorado de él, aunque sea le tenía que tener un poco de respeto. Se cruzó de brazos, procurando encontrar algo de paciencia para evitar saltarle encima y golpearle, que era algo que se había ganado desde hacía rato.

-¿Qué se te ofrece?- Fue directo nuevamente.

-Necesito que convenzas a Taemin de que se vaya a la península, conmigo.- Y como respuesta, algo directo. –Él te escucha, no será difícil para ti convencerle de ello.

-No tengo ningún motivo para convencerle de que se vaya.- Se negó. –Él está bien aquí, Minsang está bien aquí. Por alguna razón tu hermano quiso mudarse aquí, ¿no es así?

Kyuhyun rodó los ojos, torciendo los labios. No se encontraba cómodo con esa respuesta.

-Mi hermano perdió la cabeza cuando conoció a Taemin.- Declaró. –Lo único sensato que hizo, fue dejarle las acciones. Aunque, estando aquí, ¿de qué le servirían a Taemin? Ni siquiera sabe cómo manejarlas, menos disponer de ellas.- Era serio, por un momento llegó a parecer que se preocupaba por Taemin, y que no era un acto de egoísmo. –Taemin tiene que aprender eso, y no lo va a lograr en esta isla. Supe que pidió una beca. Es estúpido, ya que prácticamente tiene el dinero suficiente para poner el hospital que él quiera. Por otro lado, Minsang. Ahora es menor, pero cuando vaya a la escuela, él debe de ir a una donde pueda desarrollarse por completo. Las mejores escuelas se encuentran, naturalmente, en la capital.- Dejó que Minho meditara sus palabras. –No te agrado, pero piensa, ¿qué es lo mejor para mi sobrino? Estar aquí sólo con Taemin, o allá, donde el resto de su familia puede ver por el si a Taemin le llegase a pasar algo.

Minho frunció los labios. No quería admitir que era cierto. Cuando conoció a Taemin, él estaba trabajando en algo que no era debido para su situación, porque necesitaba el dinero. Además, entendía bien que Minsang necesitaba crecer conociendo a su familia. Todo niño debería de conocer a su familia. Un millón de cosas se aglomeraban en su cabeza. No quería dejar ir a Taemin, pero eso no sería lo mejor para él y su hijo.

-A menos que...- Incluso pareció que Kyuhyun siseó. –Tu relación con Taemin sea la que le impida el irse de aquí. Por supuesto que está mal visto, no hace mucho que murió mi hermano, y él ya tiene un nuevo amante.

Minho hizo una mueca, ese no era el caso.

-En lo absoluto. Taemin no siente nada por mí que sea más allá que una amistad.- Aclaró.

-Naturalmente...- Sonrió con sorna. –Pero tú no sientes eso por él. Un pobre amor unilateral, ¿no es así?- Le miró con seriedad. -¿Cuánto tiempo crees que le tomará darse cuenta?- Fue rudo. -¿Cuál imaginas que será su reacción?

Eso fue algo que tomó por sorpresa a Minho. Realmente no sabría decir de qué manera reaccionaría Taemin ante eso. Él era tan diferente en muchos aspectos, pero a lo que más le temía era a esa sinceridad que poseía. Si por algún motivo Taemin no le llegara a corresponder, sería una verdad demasiado dolorosa.

-No seas idiota Minho. Taemin no te corresponderá...Te lo dice alguien con experiencia.- Escupió amargamente. –Ser su mejor amigo no te servirá de nada, cuando se entere de tus sentimientos, los repudiará, porque te atreviste a sentir algo más por él, sin su consentimiento.- Jadeó. –Pero es tu decisión, a fin de cuentas. Yo sólo vengo a pedirte el favor de convencerle de regresar a la capital.

Entonces se puso de pie y dejó la oficina, dejando de tras de sí un ambiente demasiado pesado. Minho sentía que de repente todo su mundo se caía, y todo por culpa de esas palabras. ¿Qué era lo mejor para Taemin y Minsang? ¿Qué era lo mejor para sí mismo?

 

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-¿Estás seguro?- Taemin miraba seriamente a Minho. –Yo no me quiero ir...

-Pero tendrás, tendrán, una mejor vida allá.- Minho recogió un mechón de cabello de Taemin detrás de su oreja. –Ya lo discutimos.

-Si...- Suspiró. –Espero pronto verte de nuevo.- Reacomodó la pañalera que cargaba sobre su hombro.

-No lo dudes...- Sonrió. –Taemin ah...Por favor...cuídense...- Entonces se atrevió a darle un beso en la frente, de la manera más sobreprotectora posible. Al separarse logró ver eso en los ojos del menor. Eran enormes y miraban al mundo juzgándolo. Taemin siempre decía que Minsang se parecía a Changmin, pero en ese instante, Minho supo que la mirada del bebé no era otra más que la mirada de Taemin. –Lo digo enserio, cuídense.- Besó la frente de Minsang.

En ese instante se escuchó en los altavoces que el vuelo que Taemin iba a tomar estaba a punto de salir, y se requería que todos los pasajeros fuera subiendo al avión. Taemin hizo una mueca con sus labios, entendiendo que ya debía irse. Miró una vez más a Minho, sólo para asegurar el adiós. Después dio media vuelta y desapareció junto con su bebé tras la puerta que le llevaría a otro lugar, lejos de Minho.

Notas finales:

¿Qué piensan, eh? ¿Minho debió haberse negado? ¿O estuvo bien que dejara ir a Taemin? Me encantaría recibir sus opiniones al respecto. >:D 


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