GohanxMiraiTrunks
-Mi vida no sería tan aburrida si él estuviese aquí…
Aquel pensamiento no abandonaba la mente del joven de cabellos azabaches, quien en esos 10 años no había podido dejar de pensar en él…
En esos momentos se encontraba recostado en medio de un prado, mirando el cielo mientras se hundía en sus recuerdos. Siempre solía ir a ese lugar; la suave brisa de verano alborotaba un poco sus cabellos, lo único que podía oírse era el cantar de las aves, volviendo ese prado en un lugar idóneo para encontrar la tranquilidad que necesitaba en su ajetreada vida…
No podía evitar pensar en ese joven peli-lila que se había ido para siempre hace muchos años, pero que aún seguía presente en su corazón. Se había enamorado sin saberlo de ese joven tan apuesto, amable y fuerte, pensando que solo era admiración. Y desde que supo lo que en verdad sentía, solo pudo resignarse a nunca más verlo.
Sus recuerdos le traían melancolía, habría deseado acercarse más a él mientras estuvo en su tiempo, habría deseado pasar momentos lindos a su lado, pero ya era demasiado tarde. Suspiró con tristeza, sabía que debía dejarlo atrás y seguir con su vida, pero le era algo difícil…
Salió de sus pensamientos de repente al sentir aparecer de la nada cierta presencia en la que tanto había estado pensando…
-¿¡Qué!?- Se levantó abruptamente y miro al cielo, no podía creer lo que estaba sintiendo, ¿era posible? Emprendió vuelo velozmente, quería llegar y comprobar con sus propios ojos si era él o no…
**
En un lugar alejado a donde estaba el joven azabache, una nave extraña con el logo de la Corporación Cápsula apareció en medio del cielo de repente, para estrellarse con algo de brusquedad contra el descampado sobre el que apareció. La parte inferior de la nave había sido afectada, el humo se mezclaba con la tierra que se levantaba por el fuerte impacto.
En eso, de la parte superior de la nave aparece cierto joven peli-lila, moviendo una de sus manos rápidamente tratando de disipar el polvo que lo rodeaba
-Vaya aterrizaje… - Se quejó el peli-lila, sobándose la cabeza debido al golpe que se dio. Levantó la vista para observar el terreno en el que había “aterrizado”, para su suerte no había rastros de personas cerca. Saltó de su nave y comenzó a revisarla un poco
La nave no había sufrido daños severos, pero el impacto había logrado averiar la base de la misma. Le llevaría unos días repararla, y luego unas cuantas semanas que se recargara para volver a su hogar. En otro momento se habría enfadado, pero en ese instante sonrió
-Mucho mejor, así podré tener más tiempo para cumplir mi objetivo… - Un leve sonrojo se apoderó de sus mejillas al pensar en el motivo por el cual viajó en el tiempo. Miró hacia el cielo, sintiendo una única presencia ir hacia él. Suspiró aliviado, y escondió su Ki por completo, evitando que cualquier otro lo descubriera.
En poco tiempo, una silueta comenzó a verse en el cielo. Mirai no pudo contener una gran sonrisa al ver a aquel hombre al que siempre había admirado…
-¡Mirai! –Gritó efusivo desde las alturas el pelinegro, quien descendió y rápidamente se acercó al pelilila -¡No puedo creer que seas tú! ¡Has regresado! –Exclamó con notable emoción Gohan, quedando parado a unos pasos del otro, sentía unas enormes ganas de abrazar a ese joven pero se esforzaba para contenerse
El oji-azul se estremeció al verlo nuevamente, frente a él, con esa hermosa sonrisa que tantos bellos recuerdos le traía -Cuánto tiempo sin vernos, Gohan. – Mirai fijó su mirada en el cuerpo del pelinegro. En verdad había cambiado desde la última vez que viajó en el tiempo, ahora se veía más alto que él; estaba menos entrenado que su maestro pero era igual de guapo como recordaba. Se sonrojó levemente ante ese pensamiento y desvió la mirada -Creciste mucho – Casi susurró, algo avergonzado por haberlo mirado tanto
Gohan sonrió un poco más alegre al verlo así de apenado -Sí, hace 10 años que no nos vemos, pero tú te ves igual que siempre. – Ahora era él quien fijaba su mirada en el peli-lila.
Le seguía pareciendo igual de perfecto que la primera vez, esa mirada tan enternecedora que le provocaba tantos sentimientos confusos ahora estaba fija en él, sus relucientes cabellos que le llegaban a los hombros se veían tan suaves y finos como cuando salió de la habitación del tiempo, su cuerpo se veía igual de bien formado como lo recordaba. Simplemente le parecía hermoso
Mirai comenzaba a sentirse nervioso, ¿Por qué me mira tanto? Se preguntó, y desvió la vista avergonzado enfocándose en su nave. Gohan salió de su trance, y también miró la máquina
-¿Qué le pasó a tu nave? –Preguntó con curiosidad, al ver cómo otro fragmento de la misma caía al piso. Mirai se sintió aliviado por el cambio de tema, por lo que sonrió levemente
-Fue un error de mi parte, estaba algo distraído. –Respondió rascándose la mejilla, le costaba creer que se había chocado por andar pensando en otras cosas… aunque, para serse sincero, no le sorprendía quedarse “en blanco” pensando en cierta persona…
Solo entonces Gohan miró bien al peli-lila y notó que tenía una herida en su frente, medio oculta por sus cabellos -¿Te encuentras bien? ¡Te golpeaste! –Se acercó preocupado y delicadamente movió los cabellos del rostro de Mirai para poder ver su herida
Mirai se tensó y se sonrojó notablemente ante la cercanía y el contacto del pelinegro. Se alejó un poco junto a una risa nerviosa -Recuerda que somos Saiyajin, es solo un rasguño. –Intentó persuadirlo, pero se extrañó al ver un gesto de preocupación en el rostro del menor
-Por cierto Mirai, ¿Por qué has vuelto? ¿Acaso… pasó algo en tu dimensión? –Preguntó algo dubitativo, temiendo que algo malo pudiese haber pasado allí, Mirai rápidamente sonrió
-Claro que no, no te preocupes. Solo vine por un asunto pendiente. -
-¿Asunto? –Repitió interesado, Mirai bajó la cabeza intentando ocultar el sonrojo de sus mejillas al pensar el motivo de su viaje…
-E-es algo… Privado… Y-ya lo sabrás, más adelante –Lo persuadió tartamudeando, mientras jugaba con sus manos. Gohan notó que estaba bastante nervioso, parecía que no quería hablar sobre eso, y él no lo presionaría.
-¿Entonces te quedarás por mucho tiempo? –Preguntó ilusionado, no pudo contener un tono alegre y el brillo en sus ojos al imaginarse que su amado viajero del tiempo se quedaría cerca de él… Mirai levantó la mirada y le sonrió tímidamente
-Unos cuantos días, hasta que logre reparar mi nave
-¡Eso es genial! –Exclamó entusiasta, esa noticia en verdad era increíble, ¡era todo lo que había deseado! Sin pensarlo, se lanzó hacia el peli-lila para darle un fuerte abrazo que dejó pasmado al oji azul.
-S-sí… -Susurró completamente avergonzado, pero a la vez a gusto con ese abrazo que siempre había querido… Correspondió al abrazo con fuerza, como no queriendo separarse nunca más…
**
Días más tarde…
Varias semanas habían transcurrido desde la llegada de Mirai al pasado. Ya todos se habían enterado de su presencia, Bulma le había prometido a su hijo del futuro reparar su nave lo “más lento posible” ya que imaginaba que él tenía un propósito en esa época…
Por su parte, Mirai enfocaba cada día en acercarse aún más en aquel joven pelinegro, quien no desaprovechaba las oportunidades para estar cerca de su querido peli-lila. Ninguno de los dos se había dicho lo que habían sentido y aún sentían, pero pronto llegó el día en que uno de ellos no pudo contenerse…
Gohan y Mirai se encontraban solos en algún lugar alejado de todos los demás. Mirai había decidido cumplir su objetivo ese día, por lo que procuró llevarse a Gohan a un lugar alejado y tranquilo, un prado cubierto por vegetación a un lado de un hermoso lago… Nadie podría molestarlos en ese sitio…
Ambos estaban sentados bajo la sombra de un árbol, en un cómodo silencio donde solo oían el cantar de las aves. Mirai había dejado a un lado sus nervios, o por lo menos se estaba esforzando en ello; había esperado ese momento desde hace años y no iba a echarse atrás a esas alturas. Dio un largo suspiro y miró al pelinegro
-Gohan… -El mencionado entreabrió los ojos lentamente para fijar la mirada en el peli-lila – He querido decirte algo… hace tiempo… -Empezó en voz baja, sintiendo como poco a poco los nervios intentaban fastidiarlo -N-no sé si te agrade o no, pe-pero voy a decírtelo… -Tragó grueso
-¿Algo que no me agradaría? Viniendo de ti lo dudo, Mirai. –Comentó despreocupadamente Gohan, para después sonreírle al peli-lila, quien no pudo evitar sonrojarse levemente -Anda, cuéntame –Insistió, Mirai bajó la vista apenado
-Verás… Es algo difícil de decir – Susurró, arrepintiéndose en parte por su decisión. Se abrazó las piernas y acercó su rostro a ellas…
No sabía por qué estaba actuando así, se sentía nervioso como una colegiala que le declararía su amor a su amado senpai… Técnicamente era así, iba a confesarle su amor a quien habría sido su maestro, esa figura tan heroica y noble que ahora podía volver a ver en la realidad… Ni siquiera podía levantar la vista, mientras luchaba internamente por confesarle sus sentimientos pero extrañamente aquellas palabras no querían salir…
Gohan notó lo nervioso que se encontraba el otro, por lo que se aproximó solo un poco a él y le tomó de las manos, sorprendiendo enormemente al peli-lila- Mirai levantó la vista abruptamente encontrándose a pocos centímetros del rostro de Gohan
-Dímelo, confía en mí Mirai. –Dijo suavemente, con una mirada algo tierna que logró estremecer al oji-azul. Mirai se quedó petrificado unos segundos, perdido en esos ojos negros que tanto le gustaban… La cercanía era tanta que casi podía sentir la respiración del pelinegro
-Y-yo… -Titubeó, ahora menos que antes podía hablar, sus manos temblaban levemente mientras eran sostenidas por las fuertes manos de Gohan, sentía su corazón latir más que nunca, seguramente su rostro estaba tintado de rojo ante esa situación
Se maldecía internamente por no aprovechar la oportunidad y decirle lo que sentía. También maldecía al maldito desvergonzado de Gohan por no respetar su espacio personal y acercarse tanto a su persona… ¡Bah, para qué engañarse! Toda su vida había esperado esa situación, si no la aprovechaba era por ser un idiota.
-Go-gohan… -Cerró sus ojos con fuerza, completamente avergonzado, y en un rápido movimiento se estiró hasta llegar a los labios del pelinegro… Uniéndose en un roce de labios…
El tiempo parecía haberse parado, Gohan estaba perplejo, ¿¡En verdad Mirai lo estaba besando!? Siempre se lo había imaginado, había soñado tanto con aquel momento que ahora no podía creer que fuese verdad. Sus manos eran presionadas con algo de fuerza por las de Mirai, el peli-lila no pensaba apartarse de sus labios pero tampoco movía los propios, no sin antes tener consentimiento…
El pelinegro no pensaba desaprovechar la oportunidad por lo que cerró sus ojos y comenzó a mover sus labios contra los de Mirai a la vez que soltaba sus manos para abrazarlo y acercarlo a su cuerpo. El peli-lila se sintió muy feliz al no ser rechazado, correspondió el beso que le proporcionaba Gohan mientras posaba sus manos sobre su pecho.
El beso era lento y lleno de sentimientos, ninguno de los dos iba con prisas pues en ese momento estaban demostrándose aquel amor que a pesar del paso de los años jamás se había perdido… Luego de unos segundos se vieron obligados a separarse solo un poco, sin dejar de verse a los ojos. Mirai sentía su rostro ardiendo, Gohan sonrió
-Siempre te he amado, Mirai… - Confesó con un tono dulce y tierno para el peli-lila, quien se sintió aún más feliz al ser correspondido. Sus ojos brillaban de la emoción, una tímida sonrisa se dibujó en sus labios – Y veo que tú también lo sientes… -Agregó con el mismo tono, notando que Mirai se había quedado sin palabras
El peli-lila se sonrojó un poco más si eso era posible, siguieron viéndose a los ojos en silencio unos momentos más, expresándose lo que sentían solo por la mirada, hasta que Mirai volvió a tomar los labios del menor en un beso fugaz
-E-eh… Va-vamos a-al lago –Susurró avergonzado el peli-lila desviando la vista, no negaba que estaba cómodo al tener aquella cercanía con el amor de su vida, pero a la vez eso lo ponía sumamente nervioso. Gohan soltó una risilla al verlo tan apenado
-Claro
El pelinegro se levantó tranquilamente del suelo, para después extenderle una mano al peli-lila. Mirai sonrió levemente y aceptó la ayuda, aún mirando hacia otro lado. Gohan no lo soltó, solo comenzaron a caminar hacia el lago tomados de la mano. El pelinegro miró al otro por sobre su hombro y le sonrió cálidamente al verlo aún nervioso. Mirai sonrió tímidamente y luego bajó la mirada al agarre de sus manos al sentir que el menor entrelazaba sus dedos.
En unos pocos pasos llegaron al lago, Gohan soltó delicadamente la mano del peli-lila y con calma comenzó a quitarse la camisa. Mirai tragó saliva al verlo sin camisa, podía ver su torso completo, sus músculos bien formados, su ancha espalda; Gohan siguió quitándose los pantalones, el peli-lila no podía creer cuánta perfección veía, su cuerpo era perfecto, se veía extremadamente guapo. El pelinegro se quitó finalmente la ropa interior, Mirai prácticamente quedó boquiabierto al ver el miembro de Gohan, ¡Qué buen tamaño tenía! ¡Y eso que aún seguía dormido! Casi sentía que se le hacía agua la boca al mirar ese cuerpo… Tanto que no se dio cuenta de algo…
-¿No vas a quitarte la ropa también? –Preguntó con cierto tono burlón al notar que Mirai no dejaba de mirarlo. El peli-lila bajó la mirada rápidamente, no podía estar más avergonzado, ¡Gohan lo había descubierto literalmente babeando por él!
-S-sí – Respiró hondo para tratar de calmarse, no podía estar tan avergonzado justo ahora, era su oportunidad de estar con el pelinegro en esa situación tan íntima, debía estar más relajado. Sin despegar la mirada del piso, se fue quitando sus prendas.
Gohan no perdía detalle del cuerpo del peli-lila, aprovechando que éste miraba hacia otros lados. Veía como Mirai se quitaba lentamente sus ropajes, admiraba cada parte de su cuerpo, su piel se veía tan tersa y suave que le daban muchas ganas de tocarla. Mirai se quitó su pantalón junto a la ropa interior de forma pausada, Gohan no separaba la vista, esa escena le parecía tan… excitante… Las piernas del otro estaban bien formadas y el solo ver sus muslos era una invitación a pasar un gran momento… Su mente comenzaba a perderse en otros pensamientos, imaginándose a él mismo tocando ese cuerpo…
Solo entonces se dio cuenta de que su miembro se había alzado con solo ver el hermoso y esbelto cuerpo de Mirai, se sonrojó de sobremanera y se metió al agua para ocultarlo de la vista del peli-lila, no quería verse como un pervertido por haberse excitado solo mirándolo quitarse la ropa.
Mirai miró extrañado a Gohan quien prácticamente se tiró de cabeza al agua, pero no le tomó más importancia y se acercó a él, sintiéndose más tranquilo ya que el agua cubría sus cuerpos desnudos.
-¿N-no está bu-buena el agua? –Preguntó de repente Gohan, su voz se notaba algo temblorosa debido al miedo de ser descubierto, pero por suerte Mirai no se había dado cuenta
-Sí, se siente muy bien – Respondió sereno, hundiéndose unos segundos en el agua para mojarse completamente. Al volver a salir, notó que Gohan se veía algo extraño… - Te ves algo tenso, Gohan
-¡N-no! ¡Para nada, debe ser tu imaginación! – Comenzó a reír nerviosamente con una mano detrás de su nuca. Mirai arqueó una ceja sin entender, Gohan no sabía qué hacer… - ¡Mira eso! – Exclamó señalando hacia el cielo detrás del peli-lila. Mirai, ingenuo, volteó para ver. Gohan aprovechó su distracción para lanzarle una gran cantidad de agua por la espalda y comenzar a reír
-¡Oye! – Se volteó y miró a Gohan indignado, pero al verlo tan risueño, con esa amplia sonrisa que tanto amaba no pudo enfadarse. Sonrió con malicia y con rapidez le devolvió el ataque llenándole la boca de agua -¡Te lo merecías, Gohan! –Echó a reír, mientras el pelinegro intentaba recuperarse
Gohan se hundió en el agua y jaló a Mirai hacia el fondo. El peli-lila subió lo mejor que pudo y luego se lanzó hacia el menor para comenzar un juego en el que sus cuerpos estaban muy juntos y eso, sumado al hecho de la semi-erección de Gohan, empeoró la condición del pelinegro
El juego terminó cuando la espalda de Mirai chocó con algo de fuerza contra una roca que había en medio del lago. Quedó inclinado con la espalda sobre la superficie fría y rasposa de la roca, Gohan quedó sobre el peli-lila con sus brazos a los lados de éste, manteniéndolo acorralado contra la piedra. Ambos reían, pero rápidamente la risa del oji-azul desapareció al sentir algo duro rozar una de sus piernas
-Gohan… -Apenas susurró sin dejar de mirarlo a los ojos, con un profundo sonrojo en sus mejillas. El pelinegro al principio no comprendió, pero al ver la expresión tan avergonzada del peli-lila recordó su problemilla entre las piernas…
Sus mejillas se ruborizaron levemente -¡Mierda, me descubrió! – Pensó nervioso, con cierto temor. Sus labios comenzaron a temblar mientras él intentaba buscar una excusa, sin siquiera poder moverse para alejarse de Mirai – Y-yo… - Pero sus palabras fueron interrumpidas…
Mirai había unido sus labios con los de Gohan, impidiendo que siguiera hablando. El peli-negro se sorprendió ante eso, pero no dudó en corresponder ese beso que el otro le daba. El contacto comenzó lento y suave, pero pronto la lengua traviesa de Gohan se abrió paso en la cavidad bucal del otro, para recorrer cada rincón
El peli-lila movía su lengua en un intento de seguir la del menor, mientras rodeaba con sus brazos el cuello de Gohan para atraerlo más a sí. El beso se hacía cada vez más apasionado, Mirai apenas podía hacer pié en el fondo del lago, mientras que Gohan estaba inclinado sobre el peli-lila, sus cuerpos estaban “pegados”. El calor aumentaba un poco, y no era necesariamente por el clima
Se separaron por la falta de oxígeno, dejando un hilillo de saliva aún uniéndolos. Solo se miraron, en silencio, no necesitaban utilizar palabras, ambos sabían lo que querían, podían verlo en los ojos del contrario… Gohan descendió hasta el cuello del peli-lila para probar esa piel que tanto ansiaba recorrer y degustar con sus labios
Sus manos se alejaron de los costados del peli-lila para dirigirse a su cuerpo dando suaves y firmes caricias, tocando cada parte, cada músculo, mientras se deleitaba oyendo los leves gemidos de Mirai. Llevó sus manos a la espalda del otro, lo atrajo a su cuerpo separándolo un poco de la roca, el oji-azul era sostenido por los fuertes brazos del menor. De manera lenta comenzó a bajar por su espalda, delineando su figura hasta llegar a los glúteos, los cuales presionó posesivamente
Mirai se sorprendió, pero a la vez le gustó y excitó ese acto. Podía sentir la prominente erección del menor contra la su miembro aun dormido y eso en parte lo avergonzaba, pero por otro lado eso es lo que había planeado desde un principio… Su piel se erizó por completo cuando Gohan se separó de su cuello y se acercó a su oído para susurrarle…
-Quiero que seas solo mío… Me ocuparé de que jamás te olvides de esto…
Un cosquilleo agradable viajó por su espalda hasta su entrepierna cuando el peli-negro lamió el lóbulo de su oreja. Mirai sintió las manos de Gohan volver a sus costados por lo que su espalda volvió a reposar contra la roca, estaba fría y rasposa pero eso dejó de importarle rápidamente cuando Gohan llevó una de sus manos al miembro del peli-lila
-¡Aahh! – Mirai gimió gustoso al sentir la mano del otro masajear su intimidad. Gohan le sonrió pícaramente, causando que el rubor de Mirai se extendiera aún más. Comenzó a mover sus caderas simulando embestidas por lo que sus miembros se rozaban de una manera exquisita.
Ambos jadeaban por el placer, pronto Gohan descendió por el cuerpo del peli-lila, depositando húmedos besos y marcando con sus dientes esa piel tan suave. Lo hacía de forma lenta, explorando sin prisa y con cuidado ese cuerpo que siempre había deseado y que ahora sentía temblar ante sus caricias
Mirai sentía su cuerpo temblar a cada beso que Gohan le daba, su boca ya no podía acallar los gemidos de placer que se escapaban de su boca avergonzándolo. El pelinegro seguía acariciando el miembro completamente duro de Mirai que ya estaba cubierto de humedad debido a la excitación, mientras el suyo aclamaba algo de atención al oír esos sonidos tan eróticos que producía el peli-lila, pero primero quería darle placer a su hermoso viajero del tiempo
Gohan llegó hasta el abdomen y lo delineó juguetonamente con su lengua, provocándole algo de cosquillas a Mirai que no pudo contener una leve risa. Luego de eso, alejó su mano del miembro del peli-lila ya que veía que pronto se correría. El peli-lila se sintió incómodo por esa interrupción por lo que miró con cierta molestia a Gohan
El pelinegro rió y con su lengua inició un camino lento desde el ombligo de Mirai hasta su oreja…
-No te apures, tenemos mucho tiempo para llegar a eso –Le susurró divertido y coqueto, volviendo a avergonzar a Mirai. Se separó de su oído y se dirigió a sus labios para darle un fugaz beso antes de volver a descender
Gohan se arrodilló frente al peli-lila, posicionándose justo en frente de su miembro erecto que no era cubierto por el agua, lo tomó por las caderas y lo separó un poco de la roca. Mirai entendió lo que planeaba e intentó evitarlo, pero su reclamo fue reemplazado por un gemido ahogado cuando Gohan tomó nuevamente con su mano ese pedazo de carne rojo y palpitante
Acercó su rostro a él, Mirai podía sentir la respiración caliente de Gohan sobre su miembro excitándolo aún más. El pelinegro empezó a dar ligeros besos en la punta de su pene consiguiendo nuevos gemidos por parte de Mirai, que ya no sabía si eran de desesperación o placer.
Con su lengua hizo círculos alrededor de la punta y luego fue bajando con lentitud solo para desesperar al oji-azul, que estaba ansiando liberarse de una buena vez. Gohan acercó dos de sus dedos a la boca de Mirai, quien rápidamente capto el mensaje y comenzó a lamerlos de una manera sugerente ante la mirada lujuriosa de Gohan
El pelinegro siguió rozando sus labios contra la erección de Mirai con mucha tranquilidad, torturándolo. Cuando lo creyó conveniente quitó sus dedos de la boca del peli-lila y los llevó hasta su entrada que palpitaba por ser llenada. Apenas metió el primer dedo, introdujo ese miembro en su boca. Mirai dio un respingo pero a la vez un gemido lleno de placer se escapó de sus labios al sentir la boca del pelinegro envolver su pene. Simplemente no podía sentir dolor en ese momento de lo extasiado que estaba
Gohan rodeaba ese falo con su lengua, subía y bajaba su cabeza rápidamente y succionaba de vez en cuando aquel líquido que no paraba de salir de la punta, mientras que con ambos dedos preparaba esa entrada que lo recibía gustosamente. Mirai ya no podía controlar sus gemidos, estaba muy cerca del límite, el pelinegro lo notó por lo que aceleró sus movimientos hasta que con uno de sus dedos logró rozar aquel punto en el interior de Mirai
El peli-lila no pudo resistirlo más y sin poder avisar se corrió de forma abundante en la boca de Gohan, quien se alejó un poco para poder tragar la esencia que el otro le había regalado…
-Sabes bien, Mirai… - Mencionó mirando pícaramente al otro. Mirai otra vez se avergonzó, pero rápidamente olvidó eso al sentir nuevamente la húmeda lengua de Gohan pasearse por su sensible miembro, además de esos curiosos dedos que no dejaban de moverse haciéndolo sentir extraño pero, a la vez, a gusto.
Gohan notó que la entrada del peli-lila estaba lo suficientemente dilatada, ya era el momento de darle atención a su necesitada erección. Volvió a acomodarse sobre Mirai, levantó sus piernas para que se acomodaran alrededor de su cintura y posicionó su miembro contra la entrada del otro
-Prepárate, Mirai – Avisó suavemente, comenzando a introducirse en la estrecha cavidad del peli-lila. El dolor rápidamente alcanzó a Mirai, quien cerró los ojos y presionó la quijada con mucha fuerza intentando resistirlo, era un dolor extremadamente punzante, sentía que literalmente estaba siendo partido a la mitad.
Lágrimas fugitivas caían por sus mejillas, algunos quejidos se escapaban de sus labios aunque él no lo quisiera. Gohan terminó de entrar y se mantuvo quieto.
-Vaya… E-es in-increíblemente… estrecho…. Y caliente… - Comentó entrecortado, en verdad se sentía bien estar en su interior, quería empezar el movimiento pero debía contenerse para no lastimar al peli-lila. Mirai se ruborizó nuevamente ante esas palabras, y por una milésima de segundo olvidó su dolor
-N-no digas eso… - Pidió avergonzado en voz baja, desviando la vista. Gohan sonrió de lado
-¿Por qué no? Solo digo la verdad… - Susurró divertido, casi conteniendo la respiración, pues no podía concentrarse en tantas cosas al sentir su miembro aprisionado de esa forma… Mirai conservó la vista en otra dirección, apenado
Mirai tragó grueso y cerró sus ojos suavemente, respiró hondo intentando soportar ese dolor que jamás pudo imaginarse. Era incómodo, ardía y dolía mucho, pero él sabía que luego mejoraría y sería igual que en sus sueños más privados…Gohan al verlo tenso acercó sus rostros para comenzar a depositar suaves besos en el de Mirai buscando tranquilizarlo, cosa que fue logrando poco a poco
No pasó mucho tiempo cuando Mirai decidió que ya era hora. Movió sus caderas esperando que Gohan iniciara. El pelinegro lo miró por última vez, buscando su confirmación pues no quería lastimarlo. Mirai asintió con una leve sonrisa, Gohan sonrió y le dio un dulce y tierno beso antes de iniciar
Una vez se separaron, Gohan empezó dando las primeras embestidas, lentas y cortas para que Mirai pudiese acostumbrarse mejor a la penetración. El pelinegro se sentía increíble en su interior, era tan cálido, húmedo y estrecho que sentía que perdería el poco autocontrol que le quedaba. Respiró hondo tratando de concentrarse en el peli-lila, después de todo, cuando ya no le duela podría darle duro como él quería…
Pasaron unos cuantos segundos, Gohan aumentaba poco a poco la intensidad de sus estocadas, llegando más profundo cada vez. Mirai seguía sintiendo ardor pero a la vez le gustaba esa sensación, suspiraba y gemía levemente entre cada salida y entrada del menor. El pelinegro aceleró sus embestidas intentando dar con aquel lugar que tanto buscaba, y tomó la semi-erección del peli-lila con una de sus manos para masturbarlo
Gohan se sentía al borde, le faltaba poco para llegar al tan esperado orgasmo. Unió sus labios con los del peli-lila de una forma lujuriosa y feroz, sus lenguas se movían desesperadamente buscando sentirse más, la saliva comenzaba a resbalar por las comisuras de sus labios hasta que de pronto el peli-negro llegó a tocar ese punto con su pene
Mirai se separó abruptamente del pelinegro para soltar un sonoro gemido, Gohan no pudo soportarlo y se liberó en el interior del mayor llenándolo de su esencia. Mirai gimió al sentirse así, era algo nuevo para él pero se había sentido muy bien. Gohan respiraba algo agitado, intentando recuperarse, y continuó con las embestidas con la misma fuerza, sin dejar de masajear la erección de Mirai
Rápidamente el miembro de Gohan volvió a despertar al encontrarse en ese interior tan húmedo y cálido donde podía resbalar con mucha más facilidad debido al semen que aun se encontraba en su interior. Mirai se abrazaba con fuerza a la espalda de Gohan, clavaba sus dedos en ella sin dejar de gemir cerca de su oído.
El pelinegro logró alcanzar esa zona otra vez que hizo que Mirai casi gritara del placer y clavara sus uñas en la espalda de Gohan. El menor tomó las piernas de Mirai y las llevó hasta sus hombros para comenzar a embestirlo con más potencia logrando que las embestidas fueran más profundas
Mirai se sentía en las nubes, nunca había sentido algo así. Su espalda estaba siendo lastimada debido a los feroces movimientos que lo hacían rozar contra la afilada roca pero eso no le importaba, estaba disfrutando en demasía ese momento. Gohan alcanzaba con mayor facilidad ese punto que enloquecía a Mirai por lo que podía escuchar más gemidos de su parte
-¡Aaahhh, Gohan! –Gritaba su nombre sin pudor el nombre de su amado, sabiendo que eso hacía sentir mejor al pelinegro. Tenía su cabeza hacia un lado, mirando el horizonte con sus ojos entrecerrados y su rostro completamente rojo, pronto llegaría el momento
Gohan se encontraba en las mismas condiciones -Hmm… Mírame Mirai… - Pidió entre jadeos, sin despegar la mirada del rostro lleno de placer del mayor. Mirai obedeció, sus ojos se conectaron, mirándose con cariño, lujuria, expresándose lo bien que se sentían en ese momento tan íntimo que estaban compartiendo.
Pronto ninguno de los dos pudo seguir resistiendo ese momento y se liberaron por segunda vez tras exclamar con fuerza el nombre de su amado. Mirai se corrió ensuciando parte de su pecho, mientras que Gohan lo llenó con una cantidad abundante que comenzó a escurrirse por su entrada
Ambos terminaron exhaustos, intentando recuperar el aliento luego de tener el mejor orgasmo de toda su vida. Sin duda esa experiencia fue única e inolvidable para ellos. Gohan salió cuidadosamente del interior de Mirai y bajó sus piernas para poder acostarse un momento a un lado del peli-lila y rodearlo con uno de sus brazos protectoramente
Pasaron unos pocos minutos así, tranquilos, solo sintiendo el sonido del agua y el viento sobre sus cabellos…
-Gohan… -llamó de repente Mirai, captando la atención del pelinegro -¿Qué pasará ahora? –Preguntó en apenas un hilo de voz, su expresión se veía melancólica por lo que Gohan se preocupó
-¿A qué te refieres? –Preguntó sin entender, fijándose en el rostro del mayor. Mirai lo miró con los ojos levemente cristalizados y una mirada triste
-A que… tendré que irme, algún día, y esto que tuvimos… -Comenzó angustiado, pero Gohan colocó dos dedos sobre sus labios para impedir que siguiese hablando. Mirai lo miró extrañado, notando la seriedad en la expresión del pelinegro
-Esto que tenemos, Mirai, es real, es completamente puro y verdadero. –Dijo con mucha seguridad en sus palabras, cosa que sorprendió un poco al peli-lila -No importa que te vayas, volverás, no importa cuánto demores, aquí siempre te estaré esperando –Sus ojos se humedecieron al decir esas palabras, entristeciendo aun más a Mirai. Gohan se levantó de la roca y se posicionó nuevamente sobre el peli-lila para abrazarlo y apoyar su cabeza en su pecho -Solo te pido que no dejes lo nuestro en el pasado, por favor –Susurró con la voz algo temblorosa, no quería siquiera pensar que algún día su amado peli-lila podría faltarle
Mirai se sentía de la misma manera, sabía que su amor era prácticamente imposible ya que vivían en otras épocas y no podría ir y venir u ocasionaría problemas… Correspondió el abrazo y acarició suavemente la cabellera del menor
-No lo haré, Gohan, lo prometo. –Prometió con una leve sonrisa, mirando con ternura al menor. Gohan levantó la cabeza con una amplia sonrisa llena de ilusión y una mirada cariñosa
-Te amo, mi viajero del tiempo – Ambos unieron sus labios en un beso suave y tranquilo, sin prisas y sin preocuparse por lo que podría pasar luego, sin importarles lo que vendría más tarde…
Luego iban a resolver aquel problema, pero por esos momentos iban a disfrutar aquel instante en el que su amor no se veía restringido por las diferentes dimensiones…