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~El pago por tu fe~ por AnonimoHarui

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Notas del capitulo:

Holaaa mis hermosos lectores!! :D

Vieron que si cumplo jajajaja, bueno tenia que hacerlo el sabado, o hace unas horas cuando aun lo era, pero es que... me quede dormida!! xD y bueno que se le va a hacer. Pero me levante temprano!! O.O 5:30 a.m

Tome ese tiempo en responder sus comentarios, y ya los hice. Respondi a todos sus comentarios! :D La verdad que ahora me doy cuenta que si tardo, ahora son las 7:50 O.O casi mas de dos horas jajaja, soy tremenda xD

Bueno, como veran en este cap habra el inicio de algo, seguro ya lo notaran!!

Sin mas demora! A leer se ha dicho! :D

Nos vemos abajo ^w^

Capitulo 10.Dia de pensamientos/Entrada a la fuerza.

 

 

El timbre sonó anunciando la hora de salida. Los alumnos comenzaron a preparar sus mochilas para salir del agobiante instituto y sus cansadas horas. Naruto introducía sus útiles con paciencia y calma, no como los demás, apurados, desesperados y haciendo mucho ruido. Ya había pasado una semana de su regreso y aun era motivo de charla tanto en medios y susurros. Suspiro, ya que bien sabía que no todo lo que había en boca de todos era solo él… sino también.

- Buen trabajo joven amo – Sebastian estaba esperando en la puerta del instituto con una enorme sonrisa de bienvenida que deslumbraba y dejaba babeando a todas y dejando envidia en otros.

Naruto miro a su mayordomo algo cabreado. El no era un niño, podía irse por si solito y sin necesidad de alterar tanta hormona suelta de quinceañeras.

- Permítame – Tomando la mochila del rubio quien solo se dejó hacer para no armar una escena en frente de todos y se subió al coche.

El viaje como siempre pasó en silencio y es que al ser un auto alquilado no le daba la privacidad para hablar libremente sin que el conductor escuchara. Una vez en casa ahí podían estar tranquilos.

- ¿Quiere merendar ahora joven amo? – Le preguntó a sabiendas de que a veces él quería primero darse un baño, ordenar sus cosas y ahí merendar, o a veces solo quería directamente comer.

- Hoy no quiero nada – O también puede que estuviera enfurruñado. Sebas arqueó la ceja con dubitativa sin borrar su sonrisa.

- ¿Puedo saber ahora cual es el problema? – Como siempre, Naruto era un martirio para descifrar cual era esta vez su razón para estar quisquilloso.

- ¿Problema? ¿Yo tengo un problema? Por supuesto que no, el señorito que emana hormonas es el problema – Mirándolo con ironía y molestia. Sebastian ladeo la cabeza sin comprender que rayos quiso decir esta vez su joven amo. Naruto apretó los labios disgustado - ¡Deja de recogerme al instituto y de paso excitar a las locas colegialas! – Le regañó.

- Ohh – Dijo por fin comprendiendo. Pero volvió a sonreír con despreocupación y hasta burla mientras alzaba los hombros y brazos en un gesto “¿Y qué?”

- Sabes, solo olvídalo. Me voy a bañar – Sebas supo que debía esperar veinte minutos antes de empezar a hacer la merienda.

Una vez en la tina Naruto refunfuñaba molesto.

- Estúpido Sebastian. -  Soplando un poco de la espuma de la bañera – No es que me enoje que reciba atención… - Concentrado en el ir y venir de las burbujitas – Pero… - Recordando como Sasuke lo abandonó por un par de tetas – Y hay cientos detrás de él – Bufó. Sabía que su enojo era injustificado y que tal vez exagerado, pero tenía un ligero trauma con la gente desconocida queriendo meterse con sus, muy pocos, allegados. Temía que lo dejaran esas pocas personas que mantenían aun al viejo Naruto, que pese a todo no quería perder, solo por esas pocas personas.

Se metió en el agua hasta los labios e hizo burbujitas mirando hacia un lado. Los cabellos pegados a su frente y de este cayendo gotas era una linda imagen, pero más que eso, eran sus ojos que empezaron a recordar cosas que no debía por ahora. Se sumergió enteramente en el agua y ahí permaneció unos segundos largos, meditando y calmándose. Cuando se acabo el aire salió y termino de bañarse.

Saliendo del baño encontró molestamente su ropa ya preparada en la cama, soltó un suspiro de resignación y terminó por vestirse, minutos después golpearon la puerta. Naruto ya se sentó en el escritorio de su habitación y comenzó a realizar labores en su computador.

- Señor, la merienda ya esta lista, por favor vaya al comedor – Naruto no respondió, siguió tecleando en la computadora – Me permite saber ¿Qué está usted haciendo? – Acercándose tranquilo pero dándole su espacio, después de todo, Naruto le daba la espalda.

- Estaba revisando algunos archivos que necesito entregar al profesor Yamato – Sin voltearse o pausar su trabajo.

- Ya veo ¿Quiere que le traiga la merienda aquí? – Recibió un asentir con la cabeza y se retiro para volver con la bandeja con el tentempié.

Otra vez Naruto se sumergió en sus pensamientos dejando de teclear. Había tenido una idea para poder tener acceso a los archivos policiales, el tema era ¿Cómo efectuarla? Supuso que como en un manga que vio, era cuestión de ser un buen detective, pero el aun no estaba preparado para eso. No todo es como un manga y lo comprobó de la peor manera. Su nuevo yo le permitía digerir los casos, pero de leerlos, oírlos a vivirlos era por mucho diferente. Era comparar un pez con un animal aun más profundo del bajo océano, uno no imagina que cosas puede pasar o los detalles que hay en el proceso. Se tomo sus cabellos tratando de darse un poco de tranquilidad. Era aquella ansiedad a lo desconocido lo que lo tenía irritante y algo temeroso de cualquier cosa, no Sebastian y sus feromonas, sino sus pesadillas que no lo dejaban dormir.

Quiso extender un poco la idea de ya meterse en aquel mundo, no se sentía preparado, estaba muy nervioso ¿Patético? Por supuesto, se supone que busca venganza y teme a las maldades del mundo cuando el sufrió por ellas.

- Pero hay niveles de maldad – Con el mouse del computador cambio del programa Word a la función de internet y cambio a una ventana diferente de la que estaba. Hay había un titulo “Índice de maldad”.

Naruto cada oportunidad que tenia libre, investigaba cada esquema forense, las doctrinas por supuesto que variaban. De escala a escala hay un nivel para cada tipo de psicópata.

- Cada uno peor que el otro – Mirando un poco más. Naruto ya supo que los crímenes no son solo ajenos, hechos por terceros, sino también internamente. Eso solo le hacía ver que tanto él se dejaba vendar de la obscuridad que hay en el mundo, por gente tan podrida como la misma basura. - ¿Seré capaz de soportar todo manteniendo un perfil sereno? – Entrelazando sus dedos miró hacia un lado perdiéndose de nuevo en sus ansias.

- Joven amo, la merienda – En eso llego el moreno y Naruto rápidamente volvió a cliquear el programa Word. – Para hoy tenemos té de jazmín con manzanilla, tostadas de centeno con queso y unos bollos dulces de canela y miel – Colocando la taza elegantemente al lado de su señor, tomó la tetera y comenzó a servir el humeante té con una sonrisa en el rostro.

Naruto veía sin ver como realizaba la acción su mayordomo. Miles de preguntas se formulaban en su cabeza, quería poder decirlas correctamente, pero…

- Sebastian – El moreno  detuvo su tarea y levantó levemente la mirada para enfocarla en su amo  quien le miraba fijamente.

- ¿Ocurre algo joven amo?

- Sebastian… - Le miraba y Sebas no apartaba su mirar tampoco. – Bueno… - Miró a un lado algo nervioso - ¿Qué pasa…?

- ¿Señor? – Dijo dubitativo al ver la indecisión de su amo.

- Pues… me preguntaba… - Apretó los labios y alzó la mirada de nuevo - ¡Bueno me preguntaba si tú no comes nada! Jeje – Un  pajarito voló cerca de ahí y a Sebas se le levantó la ceja – Digo, ya que nunca te he visto probar bocado y… - Mirando a un lado de la habitación hacia arriba, con esa carita de niño todo nervioso.

-… - Todo quedo en un corto silencio incomodo, Naruto solo junto sus manos y las escondió entre sus piernas pensando que era un idiota – Bueno, en realidad yo siendo un demonio no puedo comer absolutamente nada humano, y no lo necesito.

- ¿Eh? – Alzó su miradita curiosa.

- Bueno, verá – Sebastian se acercó a su amo, como acostumbraba, violando su espacio personal. – La comida humana no puede satisfacer el apetito de un demonio, para nosotros es insípida. Nuestra lengua es diferente a la de un humano – Apoyando una mano en la silla reclinable a un lado del rostro de Naruto se acercó más y sacó sensualmente su rosada lengua y la apuntó con su índice – Siendo así, no podemos saborear absolutamente nada de lo que ingieren ustedes – Los ojos enormes de Naruto le miraban atento y sorprendido, Sebastian sonrió – Claro, excepto una cosa – Tomando la barbilla del rubio – Y eso es el alma de un humano – Sus ojos cobrizos casi rasgados se quedaron mirando atentos los azules que estaban perdidos en su mirar – Así que no debe preocuparse por eso, tampoco necesito dormir, pero puedo disfrutar del sueño y la relajación – Todo esto lo dijo alejándose y terminando su deber de servir el té – Que disfrute su merienda, joven amo – Sonrió juguetonamente y salió.

Naruto se quedo ahí algo pasmado. Saber que no ingería nada era algo sorprendente y curioso, pero no debía ser así, ya que era un demonio. Ahora el tema era que el solo comía almas y su objetivo ahora era la suya. Apretó la mano en su pecho y suspiró. No le importaba el hecho de saber que Sebastian iba a matarlo para alimentarse, lo que ahora le preocupaba era otra cosa… ¿Qué hacer para tomar la iniciativa y darse valor para comenzar con su camino? El camino que eligió a cambio de darle su ser a ese demonio.

- La próxima vez tal vez le pregunte – Dijo volviendo a lo suyo y merendar.

**--**--**--**--**

- ¡¿Por qué?! – Gritaba angustiada la chica a su amigo.

- Porque él no quiere, por eso – Le respondió el moreno guardando sus libros en el casillero.

- ¡Por favor, dile que…!

- Ino, ya basta – Cerró la taquilla y miro cansado a la rubia. – Naruto aun no quiere hablar con ustedes – La rubio se mordió los labios.

- ¡¿Hasta cuándo?! ¡¿Cuándo será el momento?! ¡¿Cuánto debemos esperar?! – Las lágrimas de rabia y dolor salieron a flote. Hinata un poco más atrás de él apretó sus manos tratando de no quebrarse y Kiba trataba de consolarla pero se sentía igual de mal.

- Shikamaru, te lo pedimos… ayúdanos – Rogó el castaño, Shika lo miró y suspiró.

- Lo he intentado. Y ya saben que no de esas personas que fuerzan a otras. Si Naruto no quiere verlos, deben respetar su decisión hasta que él mismo decida que es el momento. Yo no puedo responderles algo que depende de Naruto, así que sean pacientes y gánense el derecho de ser escuchados – Recogió su mochila del suelo llevándosela a la espalda y comenzó a caminar.

Ino miro la espalda de su amigo desaparecer hacia la salida del instituto y  chasqueo la lengua muy fuerte por la impotencia que sentía.

- ¡Será cabrón! Él no sabe cómo nos sentimos, el si puede hablar con él – Miro llena de ira el techo – Maldita sea… no se con quien o que sentirme molesta… - Se golpeó la cara apretando los dedos sobre esta con frustración. – Solo conmigo misma – Murmuró llorando un poco más.

- Ino-chan – Murmuró Hinata igual de mal, aunque ella trataba de retener las lagrimas, pero ver a la rubia así solo le hice flaquear y logró dejar salir un par de lagrimas. Kiba miró por donde se fue su amigo y camino un par de pasos sin apartar su mirada y largo un suspiro lastimero.

Todo era tan jodidamente complicado.

**--**--**--**--**

Una semana, tuvo que pasar una semana para que pudiera entrarle a la cabeza que no era un sueño, que no se murió por alguna parte del camino. Naruto estaba vivo, había vuelto de quien sabe que baja tierra y retornó. Estaba tan eufórico y su respiración era tan fuerte y rápida, ya que no podía contener la emoción. Simplemente era una emoción tan desbordante mezclado con angustia, que sencillamente quería romper a llorar tan vivazmente hasta quedar seco.

- Señorito Uchiha ¿Cómo se encuentra hoy? – En ese momento, después de tocar la puerta, entro la nana de Sasuke con una bandeja con la merienda. Sasuke solo estaba sentado en el filo de la cama mirando la ventana, la cual era opacada por estar oscureciendo afuera.

- Bien, Chiyo – Contesto con una voz suave y neutral, sin moverse ni un milímetro. Chiyo le preocupaba aquello, verlo en aquel estado perdido en la nada.

- Señorito, le traje la cena – Colocando la bandeja en la mesita en el centro de su habitación.

- Gracias Chiyo – Recibió aquella vaga y dulce respuesta. Por un lado la actitud  nueva de Sasuke era muy pasiva y neutral, y aquello le daba un aire tan mítico a su ya de por atractiva figura que revolucionaba las hormonas de varias empleaditas jóvenes en la mansión. Pero por otro, estaba en su mundo y reaccionaba automáticamente a lo que pasaba en su entorno por inercia que por sentirlo, y eso era lo que a Chiyo le preocupaba, verlo como un robot tranquilo.

- Sasuke, pequeño, creo que debemos hablar un poco ¿Me cedes la palabra? – Pidió para luego sentarse en la cama al lado de Sasuke y esperar una confirmación. El moreno, extremadamente quito, comenzó a girar lentamente su cabeza hacia la ancianita y regalarle una serena sonrisa.

- Claro, adelante Chiyo – No apartando su intensa mirada.

- Señorito. Últimamente su forma de actuar esta preocupándome bastante.

- No comprendo ¿Acaso hice…? – Pero la mano de la nana le indico que no había terminado.

- Estas muy distante, desconectado del mundo. Estas muy pasivo, muy firme, demasiado callado, como un cuadro eterno – Miro hacia la alfombra – En momentos dejas ver una sutil sonrisa y sin esperarlo luego… solo comienzas a llorar en silencio. Te encierras y te sientas en la cama mirando a la nada por la ventana y… - A este punto Chiyo se quebraba – Me da tanta angustia. Me aterra, me hace sentir como si en cualquier momento fueses a desaparecer – Ocultando con sus manos la nariz y la boca para largar un sollozo – Siento como si el niño que crie estuviera en un nuevo modo de estado vegetal, y que poco a poco es consumido y yo no puedo hacer nada. se te va la mida de mis manos y eso me está asustando al punto del desmayo – Ahora cubrió por completo su cara para evitar que sus lagrimas sean vistas, aunque sabía que era en vano porque su aspecto y su voz la delataban por completo.

Sasuke había escuchado todo sin inmutarse para nada. Vio a aquella señora mayor llorar, llorar como casi nunca en su vida hizo. Y todo por su culpa, al parecer solo estaba destinado a hacer sufrir a las personas que quería. Sin meditarlo mucho se acerco y la rodeo por los hombros dándole un abrazo tranquilizador, Chiyo lloró un poco mas por eso y Sasuke le acaricio la espalda.

- No llores, Chiyo. No es tu culpa – Cerró los ojos y trataba de hallar las palabras – Es solo que… - Una lagrima pura cayo sin previo aviso del ojo derecho de Sasuke y luego le siguió otra y otra de ambos ojos. – No sé qué hacer. Estoy perdido. Me siento suspendido en una realidad que no me parece que sea cierta, pero la es, y no sé cómo actuar. He hecho de todo, pero no puedo acercármele Chiyo, y cada vez, siento como que solo caigo. – Chiyo lo escuchó anonadada, su pequeño estaba en una cuerda de cordura por todas sus emociones y al parecer la única manera de no colapsar, era guardándolas muy dentro de su y liberarlas en formas de lagrimas. Con una expresión neutral, él  liberaba un mundo de inquietudes y dolor en aquellas lagrimas saladas.

- Sasuke… - Se separo y acaricio la mejilla del moreno que aun tenía aquella maldita expresión imparcial mientras soltaba esas lágrimas. – ¡Reacciona de una vez! – Y luego hizo algo que juró nunca volver a hacer. Golpeo a Sasuke, le dio una fuerte cachetada que casi el moreno cae. Chiyo miraba con dolor y decisión a su pequeño y Sasuke estaba impactado.

Los segundos pasaban y nadie decía nada. El Uchiha retorno la mirada hacia su nana aun anonadado.

- Chiyo… - Murmuro sintiendo como la mano de la mujer comenzaba a enrojecer su piel.

- Mírate. Eres patético – Los ojos del moreno se agrandaron – Quedándote ahí, como un muñeco sin vida dejando que solo el tiempo pase ¿Crees que esa es una vida? – Los ojos de la anciana volviendo a llorar – Sintiendo culpa de ti mismo y no hacer nada para cambiarlo – Apretó los puños - ¡No! ¡¿Cuándo yo crie a un niño tan cobarde?! ¡¿Cuándo Sasuke decidió solo dejarse morir en una cama esperando que le llegue una respuesta que debe buscar?! – Se puso histérica liberando todo lo que ella había guardado dejando más impactado al azabache. - ¡Escúchame bien, puede que la vida te de golpes horribles y sientas que no puedas más! Pero te paras, das la cara, te defiendes, enfrentas tus problemas, buscas soluciones y combates todos tus demonios… Si no empiezas a dejar esa mísera autoimpuesta… ¡¿Quién esperas que dé el paso por ti para arreglar tu vida?! – Le grito y luego volvió a esconder el rostro, se sentía mal por gritarle todo aquello cuando su niño estaba mal, pero ella también lo estaba y nunca nadie le pregunta, y escuchar a Sasuke decirle aquello, le hacía temer de que en cualquier momento, en verdad desaparecería.

Sasuke estaba pasmado. Hace ya muchos años, había pasado algo similar ¿Cuándo fue?... ah cierto. Cuando aún era un niño y había perdido a su madre. Buscando consuelo solo recibió frialdad y desprecio de su progenitor, solo abandono por parte de su hermano, estaba solo. Así que solo decidió, sentarse a esperar que el tiempo hiciera lo suyo. Muerto en vida a tan corta edad, alejado de cualquier conversación, solo respondiendo lo necesario. Chiyo siempre trataba que hablara mas, que reaccionara, pero simplemente, no podía. Hasta que ella no pudo mas y luego de responderle que nada le importaba, recibió una fuerte cachetada y un angustiante sermón. Ese día pudo llorar lo que se reprimía y juro nunca volver a ser débil, a dejarse caer en el vacío y hacer a Chiyo llorar. Pero otra vez lo hizo ¿Cuándo será el día en que no rompa una promesa? ¿Cuándo dejara de herir a la gente? Por ahora, solo por ahora, liberará esas emociones de nuevo.

- ¡¿Tú que sabes?! – Se encorvó y gritó. Chiyo quedo muda - ¡¡No sabes toda la mierda que tengo que aguantar!! ¡¡No sabes el cargo de consciencia que trato de remediar y no puedo!! ¡Tú no sabes nada de cómo en verdad me siento! Solo diciéndome que soy patético, un cobarde, un idiota ¡¿Crees acaso que no lo sé?! ¡¿Cuándo por un momento me dejaran ser egoísta y de imponerme ser fuerte?! – Sasuke respiraba agitado frente a una pasmada anciana – No soy un maquina, Chiyo, soy una persona con sentimientos. Mi mejor amigo era maltratado, yo estaba estresado con tantas cosas que hacer, me tenían por todos lados presionado, me tuve que rebajar a hacer algo por creer que de esa manera ayudaría a mi amigo. Me lastime las manos varias veces golpeando a imbéciles, en borrar pintadas crueles de un pupitre, de arrancar hojas que esparcían en la escuela, incluso madrugando para deshacerme de varias jugarretas horribles que le querían hacer… pero algunas, volvían a aparecer. Todo me hacia frustrar y odiar, me daba asco la gente, la cabeza me explotaba y ¡Terminé cansándome! – Golpeo la cama – Iba a renunciar a todo… - Miró de nuevo la ventana – Mis puestos, mi vida, mi “hogar”. Iba a deshacerme de todo y huir lejos con él… empezar de cero, quería solo hacer las cosas esa vez si de manera correcta… pero fue tarde, la cagué, y todo se fue a la mierda. – Miró a su nana con los ojos hinchados y rojos – Mi amigo murió, llevándose parte de mí y también un mal recuerdo de mi. Como un traidor. Con gente odiándolo, con idiotas que lo hicieron cenizas… - Largó un fuerte y prolongado suspiro – Y ahora volvió, me odia, no quiere verme. – Empezó a reír - ¿No es irónico? Una de las razones de mi vida para seguir viviendo… me odia ¿Dime si no es irónico? – Comenzó a reír mientras lagrimas caían – Por eso quería ser egoísta y hundirme un rato en mi miseria, una silenciosa, no desesperante como al principio. Solo quería, calmarme, nada mas… pero ni siguiera se me permite eso… ya… no se qué hacer. No sé nada – Y oculto su rostro en sus manos y se reposo en sus rodillas.

Chiyo miro anonadada a Sasuke. Era cierto que una vez quedo vacio de niño, y ella lo puso en su lugar imponiéndole fuerza, luego cuando se desesperó al punto del suicidio que tuvo que llamar a especialistas para que intervinieran y lograran calmarlo. Y ahora ella de nuevo frenaba su comportamiento… ¿Acaso pedir a uno que dejara de acongojarse era egoísta? Nunca lo vio de esa manera, pero… si lo pensaba un poco, hacer que uno se guarde todas sus miserias era algo muy pesado, muy cargoso y agotador. Sasuke todo el tiempo se guardaba el sufrimiento extremo que sentía, y ahora quería solo dejarlo salir.

- Sasuke…

- No pienso morirme de angustia Chiyo – Dijo revelando su mirada seria y ojos rojos por el llanto – Solo estoy sacando toda la mierda que llevo dentro, para que luego de que ya no quede nada… - Miro por la ventana – No volver a experimentarla, y más que nada, empezar a hacer las cosas bien – Sonrió sutilmente – Solo espero que el dobe pueda esperar un poco, ya que después me no podrá deshacerse de mi – Miró a Chiyo - ¿También serás paciente Chiyo? – La anciana suspiro algo triste pero mas comprensiva.

- Si, tratare de ser fuerte y darte tu tiempo. – Sonrió – Como una mariposa, debes estar lleno de cambios en ti que debes acomodar, para lograr salir – Acaricio las hebras del azabache y este cerró los ojos como niño pequeño – Seguro serás deslumbrante y perseverante cuando salgas de tu caparazón – Las mejillas de Sasuke se sonrosaron.

- Deja de hablar así – Sintiéndose apenado. Chiyo rio un poco. Luego de eso dejo a Sasuke comer tranquilo y pudiera descansar.

Pese a todo… sentía que aquella paz después de tan emotiva charla, no iba a durar.

 

- ¿Cómo esta? – La voz del jefe de la familia la sorprendió solo un poco.

- Está bien. Sasuke es fuerte aun acongojándose. Saldrá de esta – Sonrió.

- Ya veo – Miro al sueño un poco encerrando en sus propios pensamientos. Luego dio la vuelta para irse.

- Sabe que usted es su padre ¿Verdad? – El hombre frenó sus pasos sin voltear – Esta clase de problemas, no solo los puede resolver una madre, sino también un padre – La mirada de la anciana era severa – Pero… Un padre que no sabe cómo actuar con su propio hijo, que no atiende sus necesidades sin que este tenga que pedírselo, que no sabe qué hacer y solo lo deja derrumbarse ante sus ojos… ¿Puede enserio llamarse eso padre? ¿Aun tiene derecho a ese papel? – La mirada de la anciana no cambiaba. Fugaku solo se quedo quieto, y luego siguió caminando. Chiyo suspiró y también siguió su camino.

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Dos días después, noche de domingo, se encontraba Naruto abrazando una almohada sentado en medio de su cama. Aun tenía muchas cosas en mente, pero le daban tantas vueltas que no podía terminar de decidirse. Miró la luna desde su ventana y se quedó en esa pose meditando hasta que escuchó la puerta.

- Adelante – Dio permiso sabiendo obviamente quien era.

- Joven amo, no debería estar despierto, mañana es día escolar – Llego el moreno y se detuvo en medio de la habitación frente a la cama de su amo, sostenía una bandeja con una taza de té con leche humeante. Naruto lo miro con un puchero.

- Son solo las 22:30, no puedes regañarme por eso. Antes me dormía a la madrugada y aun así iba a la escuela – Acostando la cabeza en la almohada entre sus brazos.

- Seguro se la pasaba durmiendo toda la clase – Sonrió mordazmente y Naruto sintió la apuñalada en ese correcto comentario. – Por eso déjeme decirle que yo no tolerare tal comportamiento. Si llego a enterarme de que está cometiendo un acto así, debo tomar medidas ¿Lo entiende? – Agrandando su sonrisa maliciosa. Naruto tembló y pensó en la fusta.

El cuarto quedó ligeramente silencioso y Naruto no miraba a Sebastian ya que estaba nervioso ¿Cómo se tomaría aquello?

- Joven amo – Naruto respingó – Debo decir, que estos días son muy “pacíficos”, sin embargo, presiento que algo lo está perturbando ¿Puedo saber el qué?

Naruto sabía que aquello llegaría, no por nada Sebastian le había dicho una vez que su bien estar era lo más importante a cumplir en su contrato, así que saber todo lo relacionado a él era por sobretodo una cosa de vida o muerte. Así trató de respirar tranquilamente y miró a Sebastian.

- Oye… - El moreno hizo un gesto de que oía atentamente todo - ¿Puedo preguntarte algo? – Mirando a un lado aun medio ocultándose con la almohada.

- Dígame mi señor – Dijo algo curioso.

- Bueno… - Apretó la almohada y se dio valor - ¿Qué pasaría…? – Tragó duro, Sebastian parpadeo expectante – ¿Qué pasaría si aun no estoy listo para el siguiente paso? – Mirando hacia abajo nervioso y luego volvió a mirarlo.

Sebastian quedo quieto procesando la pregunta en tres partes. Una era de manera cómica ya que su amo se comportaba como una novia virgen y esa pregunta le encajaba a la situación. La segunda, era de manera algo irónica ya que puede estar refiriéndose a los cargos que deberá pronto a tomar en la empresa familiar. Y por último, la que lo tenía muy serio, ya que era esa la que el moreno apostaba a que se refería su amo.

- Bueno señor – Comenzando a caminar hacia el velador para poder posar la bandeja – Ciertamente es un tema delicado ya que usted será primerizo en muchas cosas que verá si sigue con el siguiente nivel  en cuanto a su venganza – Apoyando la bandeja en el mueble – También es comprensible que se sienta inseguro por su actuar y las decisiones a tomar – Naruto saco la cara de la almohada y lo miró intensamente ya que Sebastian le atinaba a todo, se sentía conmovido – Así que está bien que quiera esperar hasta que sienta que tendrá la fuerza y la confianza suficiente para dar a la segunda fase. – Mirando fijamente el líquido de la taza. Naruto sonrió y suspiró un poco aliviado. – Sin embrago…

Todo fue muy rápido. En un segundo Sebastian estaba frente al velador al lado de su cama, y ahora estaba sobre él, lo había tumbado al colchón y sostenía sus muñecas. Sebastian lo miraba fijamente con esos ojos cobrizos ligeramente enrojecidos en sus pupilas rasgadas. La luz tenue del velador daba un aire muy íntimo y la cercanía era intrusiva y amenazante. Naruto estaba impactado.

- Se… ¿Sebastian?

- Sabe joven amo – Con una sonrisa ladina, burlona y voz susurrante – Muchas veces los contratos no llegan a cumplirse correctamente ¿Sabe por qué? – Naruto seguía quieto – Porque ingenuamente unos piensan que aun no pueden dar el siguiente paso – Apretó las muñecas causando algo de dolor a Naruto – O quieren esperar a que las condiciones sean favorables. – Se acercó un poco más al rostro del rubio – O solo porque aun no tienen ganas – Soltó una risilla – Pero mediante que el tiempo pasaba, ellos iban olvidando, veían que sus vidas podían seguir adelante, que podían recuperar todo lo perdido al ver que su suerte cambiaba. Y se iban alejando de lo que era su venganza, tomándolo solo como una cosa absurda y lo dejaban de lado para poder vivir una vida digna, feliz y normal – Los colmillos del moreno querían aparecer – Obvio que un demonio se puede dar cuenta de ello, pero ¿Qué mejor que dejarles creer ilusamente que así puede ser? Que saboreen lo que es  estar sin preocupaciones extremas, de una pareja, de vivir. Hasta que se olvidan de su contrato, y luego… - Los labios de Sebastian casi, casi rozaban los de Naruto lo único que se tocaban eran las narices – Sus almas son devoradas – La mirada asesina de Sebastian era intimidante, pero Naruto seguía igual, como si estuviera hipnotizado. - ¿Qué le parece joven amo? – Un aura negra comenzó a rodearlos a ambos y la respiración del moreno se aceleraba - ¿No cree que es mejor? ¿Qué tal si olvida todo esto de la venganza y lleva una vida feliz y normal?

- ¿Una vida feliz y normal? – Decía ido.

- Por supuesto. Tiene la empresa, tendría a sus amigos que solo debe perdonar, y tiene a su chico que quiere estar con usted ¿No cree que lo tiene todo para empezar de nuevo?

- Empezar de nuevo…

- Si, empezar una vida – Las manos de Sebastian se hicieron negras y de uñas filosas, sus colmillos estaban ligeramente visibles, a punto de salir disparados pero…

- ¡Deja de decir estupideces! – Le dio un cabezazo que dejó a Sebastian estupefacto y volvió a la normalidad. - ¿Vivir una vida normal y feliz? Suena bien pero… - La mirada de Naruto era intensa, decidida y molesta - ¡Yo no voy a ser feliz hasta que haga pagar a todos! – Sebas agrando sus ojos – No volví a este maldito mundo para tener una vida normal, volví para vengarme. Y nada ni nadie, ni tú, me harán desistir. Voy a conseguir mi venganza y cuando lo haga, me sentare en una pila de cabezas – Destellando rabia en sus hermosos ojos azules. Sebastian parpadeó y sonrió largando una ligera risa, si, definitivamente se parecía un poco.

- Ya veo, en ese caso. Lo seguiré hasta que lo consiga, mi lord – Sin abandonar su posición y susurrando cerca de su cara.

- Así lo espero, siempre se obediente a mí y permanece a mi lado – Aquello ultimo si sorprendió a Sebastian – Ahora…. ¡¡Salte de encima mío!! ¡Maldita sea, maldito pervertido! ¡Fuera, fuera! ¡Pederasta violador! – Retorciéndose como pollito para que el moreno saliera de encima de él, quien se divertía de lo lindo viendo la cara de niño lleno de vergüenza y rojo de rabia.

- Lo obedecería si no fuera porque usted empezó con la violencia – Apuntando su frente donde había un chichón. Naruto con una mueca graciosa, sonrojado y frunciendo el ceño trataba de calmar su respiración.

- ¡¡ME IMPORTA UNA MIERDA, SAQUESE!!

 

Luego de tanta batalla, ahora Naruto estaba por dormir. Sebastian le deseo buenas noches y luego apago la luz y salió de la habitación. Mientras Naruto, ya había tomado una decisión.

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Ya era lunes y los alumnos se encontraban en sus clases esperando a sus profesores, otros les toco la suerte de día de estudio libre y otros ya estaban tomando asistencia. En ese caso se encontraba los de segundo año.

-Sakura Haruno – Dijo el profesor Ibiki.

- Presente profesor.

- Sasae Lamia.

- Aquí señor.

- Sasuke Uchiha.

- Presente – Respondió este ganándose un suspiro colectivo de parte de las chicas. Sasuke ya estaba mejor, se podría decir renovado. El listado continuo.

El moreno miro por la ventana, el día era bonito. Sonrió. Ahora todo iba a mejorar, así se lo planteo él.

 

En otro lado también pasaba lo mismo. En este caso en la clase del nuevo profesor Yamato.

- Nana Shoyo – Dijo el profesor.

- Aquí – Respondieron.

- Nami Lamia.

- Aquí.

- Naruto Namikaze Uzumaki – Nadie respondió - ¿Naruto Namikaze Uzumaki? – Mirando al frente. - ¿Alguien sabe si vino Namikaze-kun o si está enfermo? – Todo el mundo murmuraba negativamente y se miraban entre sí. - ¿Me pregunto donde esta?

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Frente a una estación del departamento de la agencia policial de Hong Kong, se encontraba un hermoso rubio de ojos azules junto con un apuesto y semental moreno. Quienes miraban el lugar atentamente. Allí estaba su boleto al poder informativo policial, no importaba con que contras tuviera que enfrentarse, el llegaría a ser parte de la división, de esa manera… tendría información para él mismo.

- Aquí es. Jefatura de policía número 1. La Sede de la policía donde trabaja el mejor cuerpo policial de Hong Kong. Su lema es, “Servimos con orgullo y cuidado”.

- ¿Qué más? – Dijo aun mirando seriamente el gran edificio.

- Hasta la fecha actual, trabajan 33.956 personas, los cuales 29.377 pertenecen al jurado. Uno de los que está a la cabeza de esta organización, es el ministro responsable, Lai Tung-Kwok que es el secretario de la seguridad. Y no menos importante, Stephen Lo Wai-chung, el comisionado de la policía.

- Continua.

- Aparte de sus alas designadas. El edificio se reparte en cuatro departamentos principales. Siendo estos divididos con el nombre de A, B, C y D.

- Prosigue – Comenzando a caminar dejando que el viento dé efecto a su persona junto con Sebastian.

- Tales departamentos también tienen su jefe a cargo. Pero lo que más necesita saber es a lo que se dedica cada uno. – Caminando elegantemente junto a él.

- Dímelas.

- Departamento A; El departamento se encarga de la formulación y aplicación de políticas, la supervisión de las actividades y el despliegue eficiente del personal y recursos. Su Ala de Operaciones coordina la lucha contra el terrorismo, la seguridad interior, las medidas contra la inmigración ilegal, los compromisos de desactivación de explosivos y la planificación de contingencia para desastres naturales. Sin mencionar las unidades marinas y el ejército – Naruto asintió – Departamento B; Delincuencia y seguridad. El departamento es responsable de la política de la fuerza con respecto a la investigación de los delitos y asuntos de la seguridad de la población junto con  la naturaleza. El crimen del ala consiste en un número de oficinas operativas y unidades especializadas.

- Sigue – Entrando por las puertas de vidrio reforzadas con una fuerte presencia que llamo la atención de los que estaban ahí. Sebastian se colocó a su lado y habló solo para que él escuchara.

- Departamento C; Personal y Formación. El personal del ala es responsable de todas las funciones de gestión de recursos humanos fundamentales, incluidas la contratación, promoción, condiciones de servicio, relaciones con el personal y las cuestiones de bienestar laboral – Naruto asintió – Y Departamento D; pertenece a los sistemas de Información, el ala tiene  dos ramas y una oficina, tramitación de las comunicaciones, tecnología de la información y servicios de oficina. La oficina de comunicaciones de diseños Branch, adquiere, examina y mantiene todas las redes de comunicaciones y equipos de la fuerza en constante vigilancia, como la radio, video, ayudas de navegación, detención de velocidad por radar, teléfonos móviles, buscapersonas, teléfonos de oficina, equipo de campo de tiro, etcétera. La rama de la tecnología de la información, es responsable de la planificación, desarrollo, implementación, operación y mantenimiento de los sistemas tecnológicos de la Sede.

Naruto detuvo sus pasos cerca del recepcionista.

- Como verá, deberá pasar por varios puntos, para llegar a donde quiere. El departamento A.

- Ya veo – Dijo sin poner ninguna expresión.

- Disculpen ¿Puedo ayudarlos? – Dijo mordazmente el hombre. Naruto no respondía – Oiga, puede responder. Si no tiene nada que decir, le pediré que se retiren – En eso llego un hombre que se notaba que era de alto rango.

- ¿Algún problema Lee Choang?

- ¡Jefe Chang Yuu! Nada grave, solo personas que vienen a molestar – El hombre miró a los recién llegados y los fulminó con la mirada.

- Disculpen, pero este es un lugar de trabajo, no una plaza de juegos, así que retírense si no tienen una emergencia – Lo dijo tan directo como solo un jefe de la división de policía podía ser.

Naruto sonrió un poco. El no tenía que hacer nada de esto, pero su naturaleza siempre fue ser soberbio y porque no, amante del riesgo, así que ¿Por qué no ser un poco impulsivo y arrogante?

- Quiero formar parte de cuerpo policial – Dijo el rubio ganándose la mirada de incredulidad de los policías y la cara de negación de Sebastian.

- ¡¿Perdón?! Niño, esto es una jefatura de policía ¡No una guardería! ¡Vete a casa! – Perdiendo la paciencia por sentirse ofendido. Naruto sonrió más.

- Yo seré parte del cuerpo policial quieran o no – El hombre le saltaron las venas por tal atrevimiento – Así lo digo yo.

- ¡MOCOSO! ¡¿Quién te crees?! – Queriéndole dar una tunda pero fue frenado por el otro policía, a este punto varios chismosos ya se acercaron sin creer lo que veían.

- Mi nombre es Naruto Namikaze Uzumaki – Apuntándose con el dedo – Y yo seré parte del departamento policial ¡De veras!

 

 

 

 

Continuará…

 

 

 

Notas finales:

WWWWOOOOOOOOOWWWWW!!!! SI, COMIENZA LO BUENO!!!

A quien mas le parecio el final muy a lo Naruto?! xD A mi me encanto jajaja xD

Ese Sebas, derramando hormonas donde camine y Naru si que se molesta, lo comprendo, malditas gatas que se quieren llevar al moreno! >:v 

Los amigos de Naru la tiene muy cruda jajaja xD Shika se hace el rikolino :v bueno a mi me parece asi jajaja

Sasuke Q.Q Ya se que se lo merece, pero me da penita jajaja, y ademas no esta solo, esta Chiyo con el :3 Ese Fugaku no tiene mucha experiencia como padre, buenas palabras Chiyo!! xD

Sebas no se rescata 0///0 Mira no mas, siempre invadiendo el espacio personal de esa manera zukulentha, aunque Naru no mucho caso eh? xD Quiero aclarar que despues de cabezaso Sebas se aparto un poco jajaja, ese Naru, repartiendo cabezasos donde sea :v

Cielos!! La parte Final me encanto, ya que quise hacerlo ver tal y como se ven un amo y su mayordomo pero obvio sin quitarle lo Naruto xD ¿Que opinan ustedes?

Un gran abrazo y espero leer sus comentarios, tomatazos, consejos, sugerencias, insultos, yo lo recibo con amor :3

Nos vemos n_n/


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