Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

~El pago por tu fe~ por AnonimoHarui

[Reviews - 128]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola mis hermos@s lectores/as!! :3 Espero que esten bien y hayan pasado lindos feriados. Felices Pascuas :D Ojala hayan comido mucho chocolate jejeje

Bueno, siento mucho mi ausencia, pero pasaron cosas, se me bloqueo mi cuenta bancaria, no he tenido nada de dinero para nada, me atrase en la entrega de papeles y no podre empezar la facultad y ese ultimo me dejo muy triste ya que yo queria empezarla con toda mi alma, pero al parecer eso no se podra hasta el siguiente año :'c

Ese es un resumen, lamento lo sucedido. Pero aqui estoy y estoy dispusta a continuar ahora que tengo mas tiempo :'v asi que no se precupes ahora por la demora, ya no teng nada que hacer u_u

Bueno RESPONDI A TODOS SUS COMENTARIOS :D Asi que pueden leer las respuesta la gente que me dejo un bello comentario :3

En fin no quiero distraerlos mas!!

A leer se ha dicho!!!

Nos vemos abajo!! ^o°

Capitulo 9.Un respiro. Noticias.

 

 

Estaba que se lo llevaba un agujero. No podía creer que en verdad aquello estuviera pasando.

Recapitulemos.

El simplemente salió de su casa para empezar un nuevo año escolar. Uno que pasaría lento y aburrido. Al llegar se encuentra con un escándalo que él no presta atención, hasta que al ver la pizarra de nombres casi se le salen los ojos junto al corazón. De ahí se formo una serie de eventos desencadenantes que lo hicieron caer en más de una forma. Se  desmayó, vomitó, lloró, le dio casi un ataque de ansiedad e histeria, pero se mantuvo ante todo eso y buscaba la forma de acercarse a la persona que le causo todo eso. Naruto.

Ciertamente apenas lo veía sentía que le faltaba el aire, se mareaba y no podía hablar, pero quería hacerlo. Quería hablarle. Pero su Naruto ya no era el mismo chico que conoció. Lo evitaba, le miraba indiferente, le trataba formal, dejo de ser espontaneo o ruidoso… dejo de ser su kitzune revoltoso. Ahora solo era una sombra de lo que fue Naruto. Aun así, tenía la esperanza que esa actitud fuese temporal, Naruto era un ser humano después de todo, no siempre iba a conservar esa actitud bondadosa, amable y que brinda una segunda oportunidad a las personas… con todo lo que le paso, era obvio que no iba a volver a ser así, lo entendía, lo comprendía absolutamente bien. También se aplico en él, aunque en menor medida, el caso era casi similar en el punto de vista de uno mismo. Rogando por mierdas siempre, no recibiendo nada por tu esfuerzo, ser dejado de lado en una fría indiferencia en la que nadie te escucha aunque grites con todas tus fuerzas, hasta que se te rompe la garganta. Pero nadie nunca respondía a los llamados y te quedabas solo, solo en una fría obscuridad que quiebra de manera ensordecedora tu moral.

No quería para nada a su Naruto ahí, el siempre lo vio como un girasol hermoso que buscaba expandirse en su árido y desértico corazón, no, Naruto era más que eso, era mucho más, era un sol, un sol que daba vida y luz a su mundo, pero ahora… no había nada de lo que una vez a él lo salvo.

- No, no es eso – Se dijo a si mismo sentado en las escaleras de su casa – El está perdido, el está dolido y mal encaminado… - Mirando al suelo muy preocupado – Naruto volverá a ser el mismo, seguro que si – Tomando el collar con sus manos y mirándolo atentamente. Sonrió, una sonrisa como nunca había tenido, desde hace años.

Y es que no era para menos. Naruto estaba ahí ¡Su Naruto estaba con vida! Las lágrimas se acumularon en sus ojos y el nudo en la garganta que antes lo ahogaba en melancolía ahora era por no contener la alegría. Un calor y una emoción como fuego se formo en su pecho y bajó  hasta su estomago y ahí se quedo haciéndole cosquillas dándole de vez en cuando pequeños sacudones.

- Vive – Murmuro con esa radiante sonrisa que comenzaba a hacerse mueca – Él vive – Las lagrimas descendieron gruesas, fugases, cayendo en grandes medidas y mojando todo su rostro – Está vivo – Se cubrió sus ojos con la mano izquierda, su derecha apretaba el colgante con fuerte anhelo, y apretaba los dientes continuando con su llanto casi silencioso, las lagrimas no cedían pese a ser cubiertas – Él está aquí, está aquí, está aquí, por dios está aquí – Y lloro cubriéndose aun los ojos y acercando el collar a sus labios donde lo recibió con un beso – Estas aquí mi amor, mi  Naruto está aquí – Repetía aun no creyéndoselo, con temor a que fuese un cruel sueño, pero feliz hasta sentirse como un niño vulnerable. Así estuvo hasta que Chiyo salió y viendo a Sasuke en ese estado alarmada corrió y lo abrazo.

- ¡Sasuke! Tesoro ¿Estás bien? – Acariciando sus cabellos.

- Él está aquí, Chiyo, el nunca se fue, que felicidad – Acepto el abrazo y solo se dejo mimar liberando todas las emociones que tuvo retenidas y las nuevas que florecieron con el regreso de Naruto.

Sin saber que tal vez, y solo tal vez, si hubiera sabido que pasaría, se hubiese replanteado la felicidad que sentía.

Porque sin imaginarlo, Naruto solo le traería agonía, a él y a todos.

**--**--**--**--**

Suspiro revisando los últimos expedientes que le quedaban pendientes. Al parecer varios de sus pacientes tendrían que quedarse más tiempo por secuelas intestinales producidas por si mismos al ingerir embutidos u otros tantos tipos de alimentos que no podían consumir sino hasta meses después. Suspiró cansado, cada vez que veía a un paciente quejarse de dolores que el mismo se provoco le daban ganas de estrangularlos con el suero.

- Maldita sea, mas encima creo que debo hacerles una laparoscopias a un par de ellos – Bufo enojado de que nadie le hiciera caso ¿Para qué se hizo medico de…? ¿De qué? No importa, solo que no sabía porque practicó medicina si tenía menos autoridad que un anciano silenciando a los niños, ah cierto, para ayudar a las personas. Pues se cagaba en ellas ahora, están jodidos por sus mismos meritos, no pueden ahora llorar.

Se masajeo las sienes recostando sus codos en el escritorio, tratando de encontrar un poco de paz a tanta necedad y terquedad por parte de los despreocupados pacientes. Últimamente sentía que el peso de los años anteriores que soporto jovialmente, cuando era un estudiante, le pasaban factura sin tregua ¿Cuándo dormiría? ¿Cuándo tendría el completo alivio de que un paciente le haría caso? ¿Dónde quedo el respeto a la palabra medica?

“Maldita sea. Los pacientes son unos malagradecidos. No me explico en nada su comportamiento, ósea ¿De qué sirvió todo mi tiempo? ¿Todo mi esfuerzo, mis explicaciones, mi devoción, mi apoyo moral? ¡Estoy tratando de salvarles la vida! Desperdiciando energía, mis habilidades, mi paciencia, mi trabajo, el de mis camaradas, el de los que iniciaron las investigaciones, el de los que los cuidan, los atienden, hasta del que limpia el piso, todo ¡Que impotencia! ¡Qué frustración! Me es irónico que mueva cielo y tierra para salvarlos y curarlos para escupirme en la cara su falta de importancia hacia sí mismos ¡Se matan en mi cara! ¡¿Se burlan de mí?! ¡¿Por qué?! ¡Lo que hacen es un púdrete a mí y a mis compañeros! Y lo más bonito es que luego me lloran para que los ayude cuando vuelve el dolor.”

- Sinceramente debería replantearme trabajar en un hospital privado – Resoplando aun recostado y con las palmas en las mejillas haciendo mohines.

- Si haces eso te arrastraré de nuevo aquí – Justo entro por la puerta Sasori con un folder azul, cerro y se sentó en la silla frente a Dei. El rubio solo sonrió.

- Ya sé que me amas y no puedes vivir sin mi – Liberó una de sus manos para apuntarse con el índice – Pero este pedazo de semental debe expandirse por otros lugares – Dándose aires alzando esta vez el pulgar, el bermejo solo arqueo una ceja mirándolo impasible. Tomo un anotador y un bolígrafo, apretó el botón de retracción y comenzó a anotar.

- El sujeto comienza a mostrar grandes signos de retraso mental – Alzo la mirada de manera burlona - ¿Será porque es rubio? – El ojiceleste, molesto, inflo sus mejillas y le salió un tic en el ojo – Oh, también hay distorsión de la edad – Sonrió con mas sorna.

- ¡Ya déjalo! – Arrebatándole el lapicero, levantándose por reflejo y caminar unos pasos lejos de su escritorio, Sasori solo abrió la palma dejando que tome el bolígrafo con una expresión neutral y chibi. – Eres malo conmigo, soy apuesto – Le miro molesto.

- Eres como un niño. La descripción perfecta para ti, sería lindo – Al rubio le dio otro tic en el ojo sonrojándose de frustración, el compañero solo alzo el pulgar. Mas cabreado el rubio iba a decirle unas cuantas cosas cuando su móvil sonó. “Maldita sea se salvo” Pensó de mala gana tomando su celular, pero su expresión cambio por completo al ver quién era.

- ¡Hola! – Contesto animadamente – Justo iba a llamarte, quería saber cuándo quedar…. – Sus palabras murieron y su sonrisa de a poco a poquito se bajaba, haciéndose una mueca - ¿Eh? – La mueca continuaba pero sus ojos quedaron fijos y su cuerpo tieso - ¿Qué? – Lagrimas salieron de sus ojos alertando a Sasori quien estaba muy pendiente de aquella conversación - ¿Por qué haces esto? ¿Por qué hacer una broma así? Jeje, eres muy cruel – Siguiendo congelado, el pelirrojo llego a su lado queriendo tomarlo por los brazos, pero no concluía la acción porque no sabía qué hacer o que pasaba. – Mientes, estas mintiendo ¿Por qué? Si yo no te hice nada – Por fin haciendo un movimiento, pero solo fue bajar un poco la vista mientras sus ojos se opacaban y mas lagrimas salían y su sonrisa rota se borraba por completo - ¡¡Basta!! – Cerro fuerte los ojos - ¡Creí que nos hicimos muy unidos! ¡¿Por qué me haces…?! ¿Eh? – Quedo con una expresión de tristeza, alteración y confusión, Sasori no entendía nada - ¿La televisión? ¿Ahora? – Sin decir nada se acerco de nueva cuenta a su escritorio y abrió el cajón sacando el control remoto. Con este prendió la tele que estaba en una esquina superior de su despacho y puso el canal de noticias.

Ahí los presentadores mostraban como había una conmoción en el instituto Yoshizaka, lleno de reporteros, policías, disturbio y conflicto. La reportera del canal Jade, estaba prácticamente en un campo de batalla, pero dejando de lado todo eso, no dejaban de mencionar lo que tanto a Deidara dejaba perplejo y sudando. Sasori estaba igual de impactado ¿Cómo era eso viable?

- Na…Naruto – Susurro el ojiceleste con esos ojos enormes, donde se mostraban las imágenes de la televisión, donde aparecía el rubio nombrado… vivo. Sus ojos lloraron más y antes de darse cuenta cayo desmayado.

- ¡Deidara! – Tomándolo en brazos. Se arrodillo con el rubio en brazos, con una expresión impactada rayada a la paranoica. Abrazo al rubio con protección mirando la pantalla. - ¿Cómo es posible? – Murmuró el doctor derramando un par de lágrimas antes de esconder el rostro en los cabellos del ojiceleste y acariciándole las hebras para transmitirle seguridad.

**--**--**--**--**

//Canal TVB Jade//

// * - Sebastian Michaelis… - Murmuro la periodista aun embobada por aquel ser glorioso.

- Sebastian, vámonos – Dijo sin más Naruto y su moreno sirviente asintió con una reverencia y fue detrás de su amo.

- ¡Espera, Namikaze-san, por favor, responda unas preguntas! – Naruto quería mandarla a la mierda, a ella y a todos, pero su “mentor” lo iba a castigar luego.

- No me apetece – Le contesto con calma y se retiro para subir al auto azul fuerte que lo esperaba en la entrada. Sin más, este arranco dejando a todos con las ansias, así que rápido se subieron a sus camionetas o autos y siguieron a ese auto azul.*

- Y eso fue lo que paso esta tarde en el prestigioso instituto que honra a nuestro Hong Kong. No sabemos cómo es que está pasando este hecho increíble, tan inverosímil que perpleja ¿Qué piensa de todo esto Katazu? – Dándole pie al señor mayor.

- Pues yo creo que si en un mundo donde un criminal sale libre por buena conducta, un hombre de negocios trafica droga, una madre abandona a su hijo, un padre mata a su familia y un cura abusa de menores, esto no es más que otro hecho donde tendremos que abrir nuestras mentes a que lo increíble, lo imposible y absurdo es la verdad. Naruto Namikaze vive ¿Cómo? No se sabe, pero lo sí puedo dar por sentado, es que esto es apenas el principio del caos -  Dijo aquel señor. Johu lo veía con aturdimiento. El hombre mayor sacudió un poco la cabeza como saliendo de sus pensamientos.

- Ejem – Aclarándose la garganta, ya que el señor mayor se levanto y se fue, acomodó el fajo de hojas en su mano y miro a la cámara – Como ya dijimos, esto es muy inquietante y no sabemos que esperar del regreso del último miembro de la antes más reconocida familia, lo que sí, es que no se quedara de brazos cruzados…. En otras noticias… //

//Apago la televisión.//

Un bufido se dejo escuchar mientras el sonido de una fina taza fue posada con delicadeza en la mesa de roble refinado y claro por un moreno con una sonrisita.

- ¿Algún problema mi señor? – Mirando a su amo mientras este se masajeaba las sienes.

- No puedo creer como es que estos seres se aprovechan de mi retorno para soltar un sinfín de estupideces – Reposando la cabeza en su mano.

- Bueno, no se puede evitar, dado que ha resurgido como la misma maleza, solo que esta maleza fue arrancada y la tierra se hizo infértil, y aun así, ha vuelto a brotar – Colocando en un platito con unas pinzas algunos bollos.

- Claro. La misma mala hierba que nadie esperaba volver a ver… - Suspiró – Al menos esta gente me sirve de algo. – Sebastian le miro curioso, ya que en el rostro del rubio una sonrisa ansiosa apareció.

- Y es que dan mi existencia a conocer. Lo que simplemente es un paso más, para llegar a lo que más deseo – Tomando una esfera de nieve – Pronto “ellos”, lo sabrán – Miro ensimismado en sus pensamientos como la nieve caía.

Sebastian sonrió admirado por como su amo tomaba todo a su favor, tal como su anterior amo. Se maldijo de nuevo, debía dejar de recordar tanto el pasado, eso ya no venia al caso, ahora tenía una nueva oportunidad de diversión y otra alma deliciosa que devorar. Naruto  miro a su demonio y sus ojos se encontraron.

- ¿En qué piensas Sebastian? – Mirándolo intensamente como solo esos ojos saben. El moreno simplemente suspiró restándole importancia.

- En cosas innecesarias – Sirviendo el té de la teterita – Le ruego que no le dé importancia a mi divagaciones, le prometo que no volverá a pasar – Naruto le siguió mirando y Sebas seguía con aquella sonrisa.

- No hace falta que te prohíbas recordar – Aquella respuesta dejo fuera de lugar al moreno quien se quedo con la duda por el golpe fuerte de la puerta. – Maldición, debemos conseguir luz, este generador solo sirve en el despacho – Chasqueando la lengua.

- Que falta de modales. Presentarse sin avisar con anticipación y más encima golpear de aquella manera la puerta – Se molesto el moreno.

- Eso no importa, ve a ver quién es y házmelo saber – Sebastian asintió y se iba a retirar – Y Sebastian – El moreno le volteo a ver – Lo que dije fue enserio – Otra vez el demonio quedo sorprendido – Puedes ir – Y comenzó a tomar un poco de su té. Sebas no tuvo opción más que irse a atender la puerta.

Sin lugar a dudas a veces su nuevo amo lo dejaba muy perplejo con sus actitudes, pero otras veces, como esta, lo dejaba mudo de no entender como pensaba. Naruto era un misterio que no podía descifrar, no actuaba como sus anteriores amos, ni siguiera a su anterior a él que era casi de su edad. No. El rubio actuaba de una manera… impredecible, Sebastian siempre se hacia una idea de cómo actúan sus amos, pero con Naruto no era así, todas sus suposiciones quedaban en eso, suposiciones que nunca pasaban porque el realizaba todo lo contrario o impensado. Naruto era indescifrable y eso… era algo que realmente le molestaba.

Llego a la puerta y abrió para que frente a él apareciera un joven de la edad de su amo, sonrió por la etiqueta más que por gusto.

- ¿Se le ofrece algo…?

- Nara, Shikamaru Nara. Soy… amigo de Naruto del instituto… yo quería hablar con él – Sebastian escudriño con sutileza a aquel individuo y sonrió de nuevo.

- Aguárdeme un segundo que debo notificarlo, ya que es de mala educación presentarse sin invitación previa – Dijo con cierto cinismo pero sin dejar de sonreír, cosa que el Nara capto de inmediato, pero solo asintió, no quería problemas.

 

 

- ¿Y bien? – Revisando algunos papeles.

- Se hace llamar Shikamaru Nara – La mirada de Naruto se alzo sorprendido y hasta cierto punto algo ansioso, cosa que al demonio no le gusto mucho, un señorito en busca de venganza no debe expresar tales emociones, o siguiera tenerlas, eso hace flaquear a la mente.

- Hazlo pasar por favor, y prepara té para el – Sebastian asintió y se retiro para hacer entrar a esa persona para conducirla al despacho. Naruto cuando vio como el Nara entro tan lentamente, con timidez, sonrió. – Bienvenido Shikamaru – Sonrió sereno.

- Me retiro, cualquier cosa que necesiten me avisan – Dejando el té y saliendo para dar privacidad a los humanos.

El silencio era muy palpable, pero Shika se acerco y sonrió a Naruto con añoranza queriendo tocarlo pero tenía temor.

- Naruto... Yo… ¿Cómo…? – Sintiendo que su mente estaba por sufrir un corto.

- Toma asiento Shikamaru, tenemos mucho de qué hablar. – Invitándolo a sentarse y comenzar la charla para explicarle, aunque para el rubio, era más que sabido que no podía contar todo.

 

Mientras los “amigos” platicaban, Sebastian estaban separando el tallo de los rabos, vegetal que iba a ser utilizado para la cena de hoy. Ciertamente Sebastian antes no sabía absolutamente nada de comida asiática, pero ya había practicado mucho. Muchas recetas sí que eran muy elegantes y exóticas, pero había otras tantas que le eran abominables, para su señorito igual, algunas comidas de China le eran asquerosas y jamás las comería, jamás, y Sebastian por más increíble que sonara tampoco permitiría a su amo comer tales atrocidades.

- Sopa de cucaracha, por favor. Que desprolijidad de presentación – más que por él lo decía porque nunca le ofrecería tal impudencia a su amo. – La comida de Inglaterra era mejor. – Aun quisquilloso, ya que muchos de sus amos eran de Europa, que le tocara uno en ese lado del continente sí que era una experiencia nueva.

Sebas miro la hora.

- Sera mejor que me apure, la cena debe estar a las 8:15 y todavía me falta limpiar y poner la mesa sin mencionar otras tareas – Se decía a si mismo comenzando a cortar las cebollas – Creo que pronto será el momento de buscar más personal – Se decía el demonio.

 

- Por Dios… - Es lo que atino a decir el Nara luego de la historia que le conto su amigo. – Naruto… por todo lo bueno, eso es espantoso – Dijo conteniendo todos los sentimientos en su interior.

- Di lo que quieras Shikamaru, pero lo hecho, hecho esta. – Dijo sereno bebiendo un poco mas de té.

- ¡Pero Naruto…!

- No creo que haga falta seguir con esas memorias, solo me queda lo que tengo y seguir adelante para llegar a lo que quiero – Mirando serio a los ojos del otro, el Nara sintió un estremecimiento ante esa intensa mirada llena de cargas obscuras.

- Naruto…. Está bien… entiendo – Tratando de controlar su respiración – Enserio aunque no quiera lo entiendo – Mirando a su amigo – Te ayudaré – Le dijo serio. Podía no estar tan de acuerdo con lo que quería su amigo, pero lo ayudaría, porque… porque también él quería aquello aunque sonara muy mal.

- No hace falta que te fuerces a…

- ¡Quiero hacerlo! – Golpeando con sus palmas el escritorio - ¡Quiero también desquitarme! – Apretando los puños – Desde el incidente, desde tu tormento, desde tu desaparición, no me he quedado tranquilo de nada. No puedo dormir, me cuesta comer, apenas y me sostengo, pero no me importa, he estado investigando. Cada pequeña cosa, cada caso, cada similitud, uso todos mis recursos para hallar pistas, lo que sea que me lleve a los malditos hijos de puta – Se altero un poco recordando todos esos espantosos meses.

Naruto quedó sorprendido. El sabía que el Nara era el único que jamás lo juzgó ni antes ni después y tampoco flaqueó su mente o corazón a su persona. Siempre lo acepto como era sin querer cambiarlo, siempre le decía la verdad, nunca lo traicionaría ni aunque le dé la espalda a todo lo que creía, siempre estaba con él.

- ¿Me fijé en la persona equivocada? – Murmuro muy bajo, así que Nara alzo la vista confundido. – No dije nada – Negó - ¿Enserio estuviste haciendo todo aquello? – Conmovido, sus ojos opacos brillaron como antes solía hacer siempre.

- Esto… - El Nara se avergonzó, se suponía que Naruto no se debía enterar, de esa manera si averiguaba quien fue, se lo diría como sorpresa. – Perdón… - Atino a decir, pero no aparto sus ojos de los azules que brillaban como siempre le gustaron que brillasen.  El rubio sonrió.

- Gracias Shikamaru – El corazón de Naruto bombeaba de verdad feliz de tener aun un amigo de verdad.

- No me agradezcas – Le correspondió sintiendo su corazón y su ser bombear y revivir como antes, solo con una sonrisa de Naruto. El Nara volvió a levantar la mano queriendo hacer algo pero aun tenía miedo, esta vez el rubio rio.

- Adelante, hazlo – Le dio permiso. Shika quedo anonadado – Esta bien, hazlo – Apartándose un poco del escritorio aun sentado.

Shikamaru sintió su corazón acelerarse de temor, pero frunció el ceño decidido y se levanto y rodeo el escritorio para acercarse al rubio. Este alzo su mirada ante el moreno muy nervioso quien trataba de calmar su respiración. Shikamaru alzo la mano, le tembló y la hizo un puño queriendo controlarse. Exhaló aire estirando lentamente sus dedos para ir moviendo el brazo hacia adelante y acercándolos al rostro ajeno. Apenas rozó la piel y contrajo los dedillos aun con miedo, pero se dio valor y poco a poco la fue posando en la mejilla del rubio quien no aparto la mirada. Cuando aquella palma se poso completamente se permitió lanzar un suspiro lastimero pero lleno de esperanza y emoción, sus ojos se aguaron. Naruto ladeo el rostro y se apoyo en aquella palma y llevo su propia mano a esta para acariciarla mientras entrecerraba un poco los ojos, que también se estaban aguando. Shikamaru llevo su otra mano a la otra mejilla y comenzó con sus pulgares a delinearlas, acariciando las marquitas, una lágrima salió de su ojo izquierdo y luego derecho. Naru tomo la otra mano del moreno con su otra y también dejo escapar una lágrima y miraba hacia abajo. El Nara aparto esa lágrima y  el rubio volvió a mirarlo a los ojos.

- Estoy vivo Shikamaru – Le susurro solo a él y el Nara sin poderlo aguantar haló a Naruto y lo abrazó fuertemente con posesión y cariño, siendo correspondido por el rubio quien se escondió en su pecho.

- Naruto… - Susurró apretándolo un poco mas sin dañarlo. Naruto sonrió y restregó un poco su rostro en aquel hombro y se deslizo de nuevo al pecho donde se quedo sintiendo el calor del más alto. Al separarse ambos sonrieron a más no poder y rieron de manera estúpida por sentirse ridículos.

- Debo irme – Mirando la hora.

- ¿No quieres quedarte a cenar? – Pregunto tranquilamente.

- No puedo… - Mostro una sonrisa muy serena y cargada en cansancio y fue que Naruto entendió.

- Está bien, la próxima de seguro. – Ladeo su cabeza comprensivo.

- Si, la próxima – No apartando la mirada. Luego de unos largo segundos se aclaro la garganta – Bueno, será mejor ya retirarme – Comenzando a caminar fuera del despacho – Veo que aun no tienes luz – Mirando el pasillo obscuro.

- Bueno, eso ya lo arreglo, primero debo hacer otras cosas – Con unas velas en la mano seguía al moreno.

- Si… - Miro de reojo a Naruto – Algún día me explicarás ¿No? – Refiriéndose a la casa.

- Aun no es momento – Sentencio cualquier platica de esa conversación – Aunque ya mismo te digo que no es nada del otro mundo – Comento desinteresado.

- Pues… aunque me digas eso… para mi si es algo paranormal. – Poniéndose serio mirando adelante – Todo es igual – Muy concentrado en sus pensamientos y en cada detalle que vio de la casa. Naruto solo permaneció en silencio para no seguir con el tema. – Por cierto. – Volviendo en sí – No quiero que andes con rencores Naruto, lo que te dije ese día es cierto, los demás tenían sus motivos para…

- No me interesa saberlos – Corto concluyente de manera seria y molesta. Shika le miro y suspiro.

- Naruto, se que has pasado por mucho y lo que menos quiero es imponerte morales – Se detuvo para voltear a verlo – Pero solo te pido que en su momento los escuches, que escuches lo que tengan que decir. No te enojes con ellos – Naru miro la expresión suplicante del Nara.

- Las cosas no son sencillas Shikamaru… no te prometo nada por ahora, si ellos quieren hablar deben ganárselo – Afilando la mirada – Es lo mínimo por ahora -  Perdido en sus pensamientos, para el más alto aquello lo dejo muy sorprendido, Naruto no era el mismo completamente  - Pero cuando ese día llegue, los escucharé – Siguiendo caminando antes de que las velas se consuman en su candelabro de mano.

El silencio se hizo incomodo y pesado, Shika debía pensar que hacer para romperlo y supo cómo.

- Naruto – El rubio le miro – Debemos reunirnos pronto con alguien ¿No lo crees? – El rubio no comprendió del todo. – Ya sabes, no solo yo estuve encerrando en un mundo donde mi todo eras tú – Sin darse cuenta de lo que dijo miró a un cuadro ahí cerca, mientras el ojiazul mal conteniendo una mueca de sorpresa se sonrosó levemente – También hubo otras personas, pero las más importantes, al menos para ti, merecen un encuentro. – Volviendo a mirarlo. - ¿No crees? – Sus ojos se miraron y Naruto se perdió en ellos tratando de que estos le dieran la respuesta, y esta llegó con todos los creces. Bajo el rostro conteniendo una oleada de melancolía y ansiedad y asintió.

- Si, es verdad – Miro de nuevo al Nara – Lo iré a ver mañana  - Sonrió y Shika le correspondió. Ya habían llegado a la puerta – Nos vemos Shikamaru – El moreno asintió y acomodando su mochila.

- Nos vemos mañana – Y sin más se retiro y abordo el taxi que había llamado con anterioridad. Naruto se quedo ahí hasta que el móvil se fue.

- Vaya, pensé que nunca se iría – Apareció el mayordomo.

-  Ni yo. No me malentiendas, Shikamaru es diferente, pero no dejaba de preguntar cosas que no le puedo responder – Adentrándose a la casa.

- Ya note que es diferente joven amo, no por nada se pusieron muy íntimos – Dijo burlón y algo hastiado.

- ¿Eh? ¿Nos espiaste? – Desconcertado y molestándose.

- Por supuesto que no, solo me aseguraba que todo estuviera bien, pero los encontré muy cercanos – Dijo con ironía – No es una actitud prudente ni aceptable esa mi señor – Naru le miro serio.

- Ya te dije que no soy completamente lo que quieres que sea, esta es otra época y tenemos otros valores – Caminando hasta un cuarto de aseo con las velas en mano.

- Pero… no cree que ¿Está muy en contacto con sus emociones? – Naru le miro de reojo en la puerta del cuarto del baño. – Aquellas emociones solo lo hacen flaquear, y a mí me hacen perder el apetito y la paciencia – Dijo afilando su mirada que fue contestado igualmente por el rubio.

- Las emociones mías no deben ser un impedimento en mi meta – Se acercó al moreno - ¿Por qué actuar tan encerrado en mi miseria? – Acercando su mano a la camisa del más alto - ¿Por qué actuar como tus anteriores amos estirados y vacios? Dime Sebastian – Jalando la corbata del moreno - ¿Por qué ser un títere manejado por la repulsión a mi misma existencia? – Sonrió mordaz y cínico – No sería absolutamente nada divertido solo centrarme en mi venganza cuando también puedo jugar con estas emociones – Susurrándole muy de cerca, chocando sus respiraciones – Y que mejor, que hacer bajar las guardias – Acercando sus labios al oído del mayor – Sigue siendo mi vida, Sebastian – Alejándose – Antes de entregártela para que la devores y sacies tu patética hambre, haré lo que se me plazca con ella – Le sonrió con sorna – Ahora, sé un obediente perro y avísame cuando esté la cena – Cerrando la puerta.

Sebastian quedo ahí parado frente aquella puerta con una expresión neutral pero obscura. Nunca en la vida se había sentido tan sorprendido como iracundo. Contuvo esa ola de fuego que amenazaba salir y matar a cualquiera que se le cruce, menos a su amo claro está, aunque las ganas en ese momento sobraban. Se retiró para terminar de hacer las labores antes de servir la cena. Pero aquella mella no se iba, estaba muy enojado. Jamás en su eterna vida sintió aquello, ira misma a su propio amo, sentirse así de humillado y acallado, no, jamás le paso, había similitudes cercanas que le hicieron molestar, pero nunca eran tan grandes como esta. Detuvo sus pasos, sus ojos se hicieron rojos y rasgados y apretaba las manos intentando calmarse.

En la ventana se había posado una paloma, Sebastian la miro. Ahí estaba moviendo su cabeza de manera alternada y sin coordinación, picando su alita y volviendo a mover la cabeza a varias direcciones. La respiración de Sebastian se acelero cada vez más, mientras miraba aquella ave que era inconsciente del peligro. Los dientes afilados del demonio se dejaron ver y alzo la mano lentamente.

Se escucho un sonido raro y sordo, Sebastian exhalaba el aire ya más calmado y se acomodo su traje y lo sacudió para sacarse de encima todas esas plumas. Se limpio con un trapo la sangre en su mano y miro la ventana estallada en rojo.

-Debo limpiar este desastre rápido – Murmuro para seguir caminando en busca de un balde y una esponja. Al volver limpio el vidrio y parte de la pared ya que aquel manchón había escurrido por esta y otras partes en donde se regaron algunos trazos viscosos de color rosa o rojo obscuro – Listo – Dijo levantándose y siguió esta vez barriendo las plumas que estaban en el piso. – Acabado – Concluyo satisfecho su labor y sin más se retiro para hacer lo suyo.

**--**--**--**--**

Balanceaba su pierna mientras saboreaba una paletita. El fresco viento movía sus cabellos y su expresión era serena y aburrida. Sacando aquel dulce de su boca miro un poco abajo al oír un grito. Al parecer otro trabajo surgía. Inspecciono bien pero suspiro, no era nada interesante, solo una tonta mujer que se topo con un psicópata y este la iba a matar con su machete ¿Valía la pena? Ciertamente aquella mujer tampoco era una santa, pero era cuestionable ya que su vida era obscura. Pero lo pensó mejor y entre uno y otro el hombre era el que no le correspondía para nada. Sin más dio un salto para caer lentamente a donde pasaba la acción.

- Veamos – Meditando mientras miraba a la mujer que en un ataque de histeria trataba de subir la pared al verse acorralada y sus uñas sangraban. - ¿Lo hago ahora, o después? – Mirando como aquella mujer miraba a todos lados buscando algo que la salvara. – No has sido una buena chica, esto te lo buscaste por puta – Sentándose de cuclillas – No es que hallas sido prostituta pero ya me entiendes – La mujer tomo un fierro que estaba cerca - ¿Qué harás con eso? Sabes no que puedes escapar, lo tienes destinado. Además que tu bien sabes que te lo mereces, aunque de aceptarlo es otra cosa – La mujer lloraba contenidamente pensando que tal vez había despistado al hombre. - ¿Ara? – También algo confundido por la demora, así que se levanto y se acerco a la entrada a ese callejón sin salida.

Miro a un lado, nada, miro al otro y sonrió.

- Oh, ahí estas, bien escondido – Saliendo completamente y mirando aquel señor que fumaba un cigarrillo - ¿Qué haces? ¿Dándole suspenso, es eso? – Negando – Mira buen hombre, yo no tengo todo el día, así que o lo haces ahora o… - Lo pensó un poco – La verdad no se qué hacer, ya que si me enojo y te hago daño perderé mi premio – Consternándose infantilmente – Y no quiero perder – Miro al hombre – ¡Fuma más deprisa por el amor al dulce! – Miro a donde estaba la chica - ¡La muy perra! – Viendo que logro hallar algo para huir, estaba apilando lo que sea para alcanzar una escalera de emergencia - ¡Apúrate imbécil! – Soplando el cigarrillo haciendo que este se consumiera más rápido.

- ¿Qué carajos? – Dijo aquel señor viendo como sin que el calara su cigarro se consumía deprisa.

- ¡Que carajos ni que nada! ¡Actúa hombre! – Se escucho un ruido. Ambos se asomaron y vieron que la mujer logro desprender la escalera.

- ¡Maldición! – Siseo el hombre y comenzó a correr.

- Ah, ahora te apuras bastardo – Sarcástico.

La mujer viendo que el hombre se acercaba dio un salto y llego a la escalera. Comenzó a querer subir pero el hombre había llegado bajo ella, así que aquella mujer de cabello ondulado subió más aprisa, el hombre dio un machetazo al aire y al ver que fallo gruño para querer empezar a subir también la escalera. Era una persecución puesta en todo. La mujer llego a la unión de la escalera con otra y sonrió. Aprisa y certera desprendió aquella parte de la escalera y ese hombre cayo, aquella cosa pesada le cayó encima y mas encima en una de las cajas había vidrio enormes que le perforaron.

- Jaja, imbécil – Se burlo la mujer  respirando más calmadamente.

- Que desastre –Dijo nuestro señor misterio detrás de la chica que se carcajeaba – Y yo que esperaba no tener que meterme, pero me has hecho perder el tiempo y además acabaras con la vida de ese tipo – Rascándose la nuca viendo como el hombre agonizaba pero se mantenía firme en querer levantarse – Eso me hará tener problemas con ese loco – Pensando en todo el rollo que se iba a tener que aguantar – Y es tu culpa – Muy enojado mirando a la mujer que se quería ir. Sin más aquella presencia comenzó a emanar energía y la escalera comenzó a temblar, la mujer ya llego al piso de metal por lo cual se sostuvo del barandal. – Que giro inesperado… al parecer… la lunática eras tú – Y sin más la construcción cedió y aquella mujer cayó al piso.

La mujer, lastimada y escupiendo sangre, trataba de sacar la mitad de su cuerpo de aquellos fierros pesado que seguro le quebraron las piernas. Pero todo movimiento paró cuando una sombra la cubrió.

- No… No-o por favor – Le rogó piedad al hombre que se encontraba perforado del estomago y desangrando. Este le miró.

- Tu no la tuviste – Dijo quebrado y ya determinado. Alzo el machete y le cortó el brazo a la mujer quien grito agonizante pero no pudo seguir ya que le dio también un tajo a la garganta, uno pequeño, pero lo suficiente para cortarle las ganas de gritar y que su muerte fuera lenta y dolorosa. – Muere y vete al infierno, ahí nos veremos – Y sin más comenzó a caminar.

La mujer escocía queriendo decir algo, las lágrimas salían y sufría, se veía que sufría mucho.

Nuestro ser miraba a aquella mujer sin pena y no hizo lo que tenía que hacer, solo siguió al hombre. Este caminaba lento y cuando no pudo más se deslizo por una pared, ya muy alejado de la escena sangrienta. Su respiración se aceleraba y miraba el terrible hoyo en su estomago. Sonrió deslizándosele una lágrima y soltando el machete miro al cielo estrellado. Aun con esa sonrisa saco de un bolsillo una foto que miro con amor y tristeza.

- Perdóname Joulin, solo iba a asustarla para que confesara todo – Lagrimas salieron – Todo se salió de las manos – Apoyando aquella foto en su frente y luego la volvió a mirar – Pero no estés decepcionada por favor, papá solo quería que aquella mujer pagara, no de esta forma, pero al menos ya pago un poco todo lo que te hizo bebé – Las aguas salían cada vez más por sus ojos, todo siendo contemplado por alguien serenamente. – A donde sea que me vaya, quiero que sepas que te amo más de lo que te imaginas – Beso aquella foto.

Aquel ser miro al hombre y luego miro a la niña que estaba arrodillada al lado de este llorando y pidiéndole que resista. Suspiró y acerco su mano al cuerpo del hombre.

De repente el hombre no sintió más dolor, no sintió más cansancio ni miedo, lo que sí, era una terrible emoción al ver a su niña ahí, con él, llorando y reclamándole. Su sorpresa era genuina, sus lágrimas salieron a montones y se aferro fuertemente al cuerpito de su nena de 7 años. Estrujado por tantas emociones no paraba de disculparse con su niña y aun cuando esta le daba leves golpes regañándolo, ambos seguían fundiéndose en ese abrazo, antes de desaparecer.

 

“(Abril 15 – 1:05 Am) Parece ser que aunque me de flojera debo ver el corazón de las personas antes de sentenciarlas. El psicópata resulto ser la víctima y la víctima resulto la psicópata. Seguro que tendré muchos pleitos con aquellas dos entidades, pero sinceramente, me vale una mierda. Al menos se que ese hombre cuidara de su hija, por siempre. Me estoy haciendo blando. Ciertamente, los humanos son estúpidos y se dejan llevar por sus emociones, tanto que contagian de empatía a alguien como yo.”

- Me doy asco – Y sin más aquella sombra luego de escribir aquello desapareció del tanque de agua de un edificio.

 **--**--**--**--**

En vivo

- Fue una escena bastante sangrienta. Los investigadores estuvieron limpiando el caso e identificaron a los cuerpos. La mujer de unos 42 años era una vendedora de cosméticos que fue asesinada por el hombre de 38 años. Todo indica que fue un asesinato premeditado pero con fuerzas de querer justicia a mano propia, ya que la mujer fue acusada de matar a sangre fría a la hija de 7 años de edad…

Apagado.

- Que jodido esta el mundo – Naruto desayunaba en el despacho ya que era el único con luz.  – Me revienta que no hay base solida, todo es muy vago y me da asco – Comiendo una tostada.

- Los policías siempre hacen las cosas a medias y necesitan de años para llegar a la verdad completa – Sirviendo más té con leche a su amo.

- Pues… me enferma – Miro al demonio quien le servía serenamente aquel liquido que le gustaba. Sebas sintiendo aquella mirada alzo la suya para que se encontraran.

- ¿Sucede algo mi señor? – Naru solo desvió su cara haciendo un sutil puchero. - ¿Joven amo? – Con expresión sinceramente confusa.

- Yo… - Sonrosándose -  Siento lo de ayer – Soltó por fin avergonzando. El moreno abrió los ojos pasmado, antes de que pudiera decir algo el rubio le corto – Solo, lo siento, no digas nada – Bajando la mirada ya demasiado abochornado y rápidamente bebió su liquido ahogándose en el proceso.

Sebas sintió un pequeño cosquilleo, si, era risa. Su amo era una persona estúpida, lo podía asegurar, también hiperactiva y odiosa, pero a veces tenia estos momentos, nunca antes había visto algo así en sus otros amos. Ayudo a su amo a desatorarse.

- Acepto sus disculpas si eso le hace sentir mejor – Naruto calmándose un poco sonríe suavemente y continua desayunando.

- Creo que ya sé que debemos hacer para tener más acceso a la base de datos policiales – Miro al demonio y este sonrió.

 

Sin duda, ya pronto empezaría la acción.

 

 

 

Continuará…

 

 

 

Notas finales:

Raishoz ya empeiza la accion! xD

 

Bueno, vimos como son un poco mas los sentimientos de Sasuke, pobrecito, pero se lo merece, esperemos a ver que es lo que hara al respecto.

Jajaja pobre Dei, los pacientes no le hacen caso, ademas que se desmayo QmQ (Cof Cof, Sasori es un loquillo *//* algo de SasoDei? xD)

Sebas deslumbro ante camara xD otra vez recordando a Ciel :'v. Sopa de cucaracha! D: que asco!!! ShikaNaru!! *----* jajaja un gustito para mi :P

Mierda! O_O Que intensidad la pequeña pelea de Naru y Sebas, un minuto de silencio a la pobre paloma u_u

Otra vez la figura misteriosa O.O y esta vez envuelto en una dramatica historia D': pobre Hombre, maldita sea esa mujer.

Awww sabia que no dudaria mucho el pleito y un Naruto enojado y serio QwQ

Bueno hasta aqui se llego! :D

 

Espero que les haya gustado, dejenme todo, sus amenazas sus comentarios, alagos, criticas, lo recibo todo jejeje 

Un gran abrazo y espero leerlos pronto!! :D

Nos vemos n_n/


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).