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Te lo preguntare otra vez por Adri6

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Al final de la noche los reflectores iluminaron a los ganadores, la justificación del porque era de ese modo era muy fácil, solo había que venir disfrazados en pareja con la misma temática… Stark y Roger eran superhéroes mientras que Thor y yo éramos príncipes (que por cierto... qué vergüenza) y así, los cuatros ganamos una semana sin clases, ellos estaban más que felices pero yo lo único que quería era irme a casa, odiaba que todos me miren y más aun cuando mi novio me tomaba entre sus brazos orgulloso de su victoria…. ¡QUE VERGÜENZA!

Después de aquello, Tony y Steve desaparecieron, pero a Thor no le importo, ya comenzaba hacer planes de lo que él y yo haríamos en nuestras vacaciones. Cuando me subí al auto, me sentí a salvo, sigo siendo muy tímido, realmente lo soy y no pude evitar muchas veces odiarme por ser así… siempre me criticaron por no hablar, por no mostrar interés, por quedarme apartado y tan solo escuchando a los demás. A veces, las personas son crueles cuando ven que algo es distinto, son así porque en vez de adaptarse, prefieren criticar.

Me dedique a observar la cuidad, nada se escapa del progreso del mundo, las luces artificiales parecen lunas, todo parece engañarnos con facilidad.

“Más te vale que estés pensando en mi… porque de no ser así… te las veras conmigo, pequeño Loki” –se rio y aprovechando la luz roja, busco mis labios para besarlos. No le conteste solo con mis labios, sino también con el corazón, estoy tan enamorado de él, que ya comienzo a tener miedo. No quiero… no soportaría… que algo nos separara-- “Ahora que tenemos todo el tiempo a nuestra disposición, estamos obligados hacer lo más divertido del mundo” –sonrió y acero cuando la luz cambio de color

“¿Qué es lo más divertido del mundo?” –le pregunte pero como siempre, cuando trama algo, no me dice nada hasta que el asunto me golpea en la cara.


Llegamos a una feria, a un parque de diversiones en el cual tomándome la mano, me interno en la multitud y entre los juegos. Echamos un vistazo para ver que había para si, finalmente decidir en cual debíamos subirnos. Sonreí cuando lo primero que tuve frente a mí, fueron las tazas. El famoso y básico juego de las tazas.

“Ah no… ni creas que me subiré a eso” –me reí algo nervioso más que de gracia

“¿Y como yo lo hago?... mira” –me sonrió— “aunque es un poco chica para mi” –se removió algo incomodo pero de igual forma continuo esperando que me subiera yo también— “ven aquí… que no te de pena”

“Vas a dañar el juego” –me burle sin saber muy bien qué hacer

“Bueno… entonces hagámoslo rápido para que nadie se dé cuenta de que fui yo” –se rio de sí mismo. Y eso es lo que tengo aprender hacer, debo tener la bastante valentia para exponer mis debilidades y reírme de aquello, si algún día llegase a ser capaz de hacerlo, sin duda, no dudaría tanto de todo.

Por un segundo y desde que estamos juntos, me pregunto como él puede vivir de esta forma, siempre encuentra la forma de hacer cosas que yo, en mi sano juicio, no haría. Finalmente le hice caso, estando frente a frente, ambos pusimos nuestras manos en el centro y así… comenzamos a girar en 360° como lo hace el mundo cada día.

“Y dígame señor Laufeyson… ¿le gusta le gusta la comida china o prefiere la comida italiana?”

“No tengo preferencia” –le respondí de forma natural

“¿Película favorita?”

“Me gusta casi todo” –me encogí de hombros

“¿Verano o invierno?”

“Cada uno tiene su lado bueno” –le comente

“Mmm” –me miro pensativo— “…¿qué espera de la vida?” –aquello fue una pregunta fácil de responder

“Tener mi carrera, trabajo… mi casa… y…” –agache la mirada por un segundo y luego la volví a fijar en él— “… que estés conmigo”

“¡Por fin!” –se rio estruendosamente

“¿Qué es lo gracioso?” –pregunte nervioso de que encontrara divertido lo que dije, ¿acaso él no se proyecta conmigo?

“… cada vez que te pregunte algo, respondiste de forma ambigua, pero en la última detallaste algo muy especifico… quieres que yo este contigo” –me miro fijamente con sus lindos y brillantes perlas

“¿Y eso te es ridículo?” –mis manos comenzaron a sudar producto del miedo que me diga que sí. Me miro y sentí que escarbaba dentro de mi alma buscando algo que seguro no encontraría, porque todo lo que tenía y tuve, ya se lo había dado.

“Al ver tu rostro y como reaccionas justo ahora, me provoca… me haces sentir mal conmigo mismo” –aparto sus manos de las mías y apoyo sus brazos en el borde del juego, aquella actitud tan distinta en él, me hizo sentir que esto, que todo estaba por terminar— “…siento eso porque dudas de que te quiera… es como si creyeras que no mereces estar conmigo… ¿por qué piensas así?... ¿puedes decirme porque soy tan especial y tu no?”

Frente a eso, ¿qué podía decirle?... ¿la verdad?, mi verdad era algo que de seguro le molestara, tal como lo dibuje en el papel, me siento pequeño para alguien tan grande como lo es él. Tiene cualidades que yo ni sueño tener, su seguridad es el toque perfecto de su naturaleza sociable que contrasta violentamente con la mía.

“… eres… tú eres…” –baje la mirada despacio y dolorosamente, sabía que cada vez que toquemos este tema yo tendría que mentirle, tendría que decirle que me considero a mí mismo y que me tengo confianza, pero no es así. Podre ser inteligente pero en todo lo demás, constantemente me estoy poniendo a prueba y comparando con los demás cada día. Hay días en que no logro que nada me salga bien y cuando veo que personas hacen lo mismo que yo pero con el más mínimo esfuerzo, me siento aun peor. Quiero ser diferente pero estoy atrapado, quiero ser diferente pero ya me acostumbre a ser quien soy.

“Esto no está bien… siempre caemos en este mismo tema y no me gusta. Para avanzar no hay que ignorar los baches, hay que caminar sobre ellos” –se levanto y salió del juego, pensé que me iba a dejar ahí pero sentí su mano en mi brazo, de forma algo brusca me hizo ponerme de pie y seguirle. Varios nos miraban y de seguro pensaban que estábamos rompiendo nuestro noviazgo ya que su rostro era serio y el mío estaba invadido por el miedo.

Caminamos hasta el centro de la feria, las luces iluminaban la oscuridad volviéndola de multicolores, los sonidos de los juegos y de las personas, eran algo especial. De pronto se detuvo y me miro serio, muy serio.

“Si en verdad me quieres… quiero que lo grites en frente de todas estas personas” –me soltó el brazo pero continuo en su misma postura

“¿Qué?” –le mire sin entender que era lo que me estaba pidiendo

“No voy a estar con alguien que duda de mí, no voy ser el que haga todo el esfuerzo mientras que tu ni eso valoras… te di todas las señales posibles para que entendieras que iba en serio contigo pero sigues creyendo que no es verdad. Pues bien, entonces yo también tengo el derecho de no creer que me quieres… ¿qué has hecho por mí?... tengo un gesto romántico y te avergüenzas, te beso y miras para todos lados para cerciorarte de que nadie nos vea… estoy cansado, así que ahora quiero que hagas esto por mi… grita fuerte y claro que me amas”

Aquello era un imposible y un desafío perdido. Entendía lo que me estaba diciendo pero aun así, me es imposible salir de mi jaula, pero… ¿le perderé por mi propia decisión? Me angustie, trate de acercarme para convencerlo pero se aparto y me puso un límite de tiempo, solo tenía un minuto y nada más. Si no lo hacía, por cortesía me llevaría a casa pero todo quedaba hasta aquí, al final de la noche, terminaríamos cada uno por su lado.

Ojala pudiera, ojala mi mente no tuviera miedo de hacerle llegar el mensaje a mis labios y que estos, lo lancen al mundo como mi única verdad. Le amo pero a sí mismo, tengo límites al hacerlo. Le quiero pero… pero…

“Como quieras” –dio unos pasos y camino por mi lado, el tiempo se detuvo y solo vi su perfil a contra luz. Mi corazón le pertenece y creo que es justo, que mis defectos también asuman la responsabilidad que significa tener a alguien a mi lado. Estar en pareja también es enfrentarse a uno mismo, con el fin de mejorar.

Le sujete su chaqueta y volteo a verme, al ver su expresión supe que esperaba que lo hiciera, esperaba que le demostrara cuanto le quería porque sabía de ante mano, que esto, era mucho pedir en mi. De todas formas dude pero a su vez, estaba seguro que no le perdería, abrí la boca para gritar a todo pulmón: ¡Te amo, Thor!

Mi rostro estaba rojo a más no poder, todas las miradas estaban sobre mi pero por primera vez en mi vida, no me importo, lo único que si ocupo mi mente fue que me atreví y por fin había hecho algo que va en contra mi naturaleza reservada y ausente. Me demostré a mi mismo que podía hacer lo que él hace por mí, amar sin importar que.

Su sonrisa me ayudo a calmar mi corazón que tenía la adrenalina por las nubes, aun manteniendo el agarre de su chaquete con mi mano, me acerque para besarle. Era la primera vez que lo hacía y más aun, me sentí seguro de tener el derecho de tomar su boca como él lo hace conmigo, cada vez que quiera. Me abrazo y si las personas nos observaron me dio exactamente lo mismo, solo quería sentir que había sido valiente y mi premio, no era más que él estuviera seguro de que yo también le quería.




Con tanto tiempo libre, Thor y Tony se pusieron de acuerdo sobre qué hacer, así fue como organizaron un paseo en el parque Yellowstone, claro que como es un lugar tan turístico hay que reservar con antelación, pero Stark es un caso especial, no hubo problema que fuéramos de un día para otro. La idea era pasar dos días en un hotel y dos días en el camping.

Cuando llegamos al área de camping, tanto Thor como Steve tomaron el control de todo, según ellos armarían las carpas en un dos por tres, harían una gran fogata y prepararían un delicioso almuerzo, así que Tony y yo solo debíamos sentarnos a esperar… de hecho… esperamos tanto que se escuchaban nuestros estómagos rugir, Stark y yo nos miramos para suspirar derrotados al mismo tiempo. Nuestros hombres estaban en una batalla campal por encontrar una forma remotamente posible de armar las carpas y lo peor de todo, es que no aceptaban consejos o ayuda porque su ego de macho alfa estaba en juego.

“¡¿Por qué demonios no entras?!” –grito colérico mi novio mientras forzaba a toda costa la unión de piezas que no eran compatibles en lo absoluto.

“¡Maldita sea!” –se quejo Steve mientras pateaba la carpa desecha en el suelo

“Vamos Loki… busquemos algo que comer” –me propuso Tony y le seguí. Fuimos a los autos, mientras esperábamos que ocurriese el milagro. Pero ambos nos quedamos inertes viendo que ninguno de ellos había traído comida como le pedimos que lo hiciesen.

“¡¿Qué significa esto?!” –Tony tomo el canasto entre sus manos y lo zarandeo hasta que todo lo que había en su interior cayó al suelo, en vez de alimentos, su novio había traído juegos de mesa. Tanto él como yo nos quedamos viendo fijamente un juego de cartas, monopoly, adivina quién y twister— “¿Qué rayos?... ¡¿pero qué demonios es toda esta mierda?!”


“Ahhh… serán los cuatro días más largos de toda mi vida” –susurre al ver como los tres estaban discutiendo acaloradamente.

Notas finales:

Gracias por leer!!

Besos!!


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