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La revuelta por Ghost princess Perona

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Notas del capitulo:

¿Como terminan las cosas? Solo ustedes podrán decir.

“Escuchen, la vía hacia Vietnam está muy vigilada, así que tendremos que hacer un desvío” Sasuke sacó un mapa de su bolsillo y lo desplegó sobre la mesa. “Tenemos pocas opciones, hay que coordinarnos bien, aunque… hay una que puede funcionar, si Tobirama y Kagami nos ayudan”

“¿De qué estás hablando?” preguntó Izuna, que estaba inclinado sobre el mapa.

“Hay una facción rebelde formada por antiguos miembros del ejército real que se mantuvieron fieles a pesar del cambio de gobierno, muchos de sus jefes son antiguos altos rangos que perdieron todo el poder que tenían y ahora lo quieren recuperar. Usan la leyenda del heredero perdido para ganar adeptos y dicen que quieren restablecer la monarquía…”

“Puras patrañas” masculló Tobirama. Sabía exactamente lo que esos malditos querían y no era a su familia de vuelta en el poder, sino quedárselo ellos mismos. “Nos matarían después de cumplir su cometido”

“De todas maneras es mejor que los revolucionarios, esos nos matarían al instante” lo contradijo el otro adulto. “No te estoy pidiendo que te hagas adepto a ellos, sino que vayamos a verlos y los utilicemos para salir de aquí”

“Son profesionales, no nos quitarán los ojos de encima”

“Tenemos que engañarlos bien, nos creerán…”

“No, Sasuke, las cosas no funcionan así” trató de hacerle entender el albino, secundado por su esposo. La discusión derivó en una pelea verbal que nadie sabía cómo acabar. Los adolescentes, por su parte, estaban mirando otra cosa. Eran los horarios de los aviones del día siguiente. Si lograban colarse en uno de ellos… pero necesitarían ayuda.

“¿Habrá algún revolucionario que quiera darnos una mano?” se preguntó Kagami. Era cierto que querían deshacerse de él, más deshacerse no necesariamente era lo mismo que matarlo. “Tal vez podamos convencerlo…”

“Kagami, ¿Qué se supone que estás haciendo ahí?” Izuna se acercó con una linterna en la mano. Vio lo que los chicos estaban haciendo y… “Oh, no, jovencito, no vas a arriesgar tu vida de esa manera.”

“¿Por qué no?” preguntó el joven. “Es nuestra mejor oportunidad, si salimos del país sin causar mucho alboroto, como si huyéramos…”

“¡Los revolucionarios quieren matarte!”

“¡No quieren matarme! ¡Sólo hacerme desaparecer!”

“¡Para ellos es lo mismo!”

“¡No, no lo es! ¡Y por qué me das órdenes, no eres mi padre!” en seguida, al ver la cara de dolor de Izuna, Kagami reconoció su error. “Lo siento, yo...”

“Está bien, supongo que… Hashirama hubiera sido un mejor padre que yo” admitió el pelinegro mayor, alejándose un poco. “Él te hubiera dicho la verdad para que no pasaras por esto, además te hubiera cuidado mejor…”

“No es verdad, tú has hecho un gran…”

“Es por mi culpa que estás aquí, Tobirama quería decirte la verdad, pero lo convencí de que no lo hiciera, para que tuvieras una vida normal” se limpió algunas lágrimas. Realmente estaba shockeado de que le recordaran que Kagami no había provenido de él. “Sólo… sólo quería que fueras feliz…”

“Papá, escúchame, lo soy” dijo el joven, tomándolo de las manos. “Y no se puede saber la clase de padres que hubieran sido, están muertos. De seguro… de seguro también hubiesen hecho su mejor esfuerzo, pero… tú eres mi papá. Me has criado y protegido, los padres hacen eso. Y crecí bien, no lo hubiese querido de otra manera”

“Kagami…”

“Ahora hay que dejar de gritarnos y salir de este infierno”

“Malas noticias” Saru los interrumpió. Tenía una radio cerca en el momento en que se vieron obligados a huir y la estaba usando para monitorear los movimientos del enemigo, una táctica que aprendió de películas de guerra. “El presidente se volvió loco”

“¿Y esas son malas noticias por qué…?”

“Ya lo verán” puso el volumen al máximo que pudo sin llamar la atención de cualquiera que estuviera afuera. Al final del reporte todos estaban estupefactos. “¿Ya ven lo que les dije? Ha enloquecido completamente”

“Ese tipo…” Tobirama estuvo a punto de estallar. Giró sobre sus talones y estuvo a punto de salir por la puerta para matar al maldito puerco, si Izuna no lo hubiera sujetado. Aún así se revolvió colérico. Su estado no le ayudaba a controlar sus emociones, que en ese momento se juntaban formando el verbo matar. Ese hombre ya le había quitado mucho y ahora… ¿quería algo con su pequeño? ¡Sobre su cadáver!

“Rebobina ahí” pidió Kagami. “El líder de los revolucionarios, el hombre que mató a mis padre y ordenó que me mataran cuando era un bebé… ¿quiere casarse conmigo? ¿Y lo llama tenderle la mano a todos los que aún apoyan al régimen monárquico y llaman a su gobierno ilegítimo?”

“Parece que sí” terminó Homura, también sorprendido. “¿Qué le dirás?”

“¡Ughh! ¡Que no! ¡Guácala!” el Uchiha menos hizo un gesto de desagrado. “No me casaría con ese viejo ni aunque fuera millonario con un palacio y mil criados a su disposición. Ni en un millón de años” su cara lo decía todo. “¿Qué cree que soy? ¿Gerontofílico?”

“Más bien cree que le darás el poder del rey, que aún no posee” respondió Sasuke pensativo. “Creo que… para él su revolución no está completa. Quiere coronarse rey y para eso tiene que casarse contigo, el heredero natural”

“Primero me pegaría un tiro yo mismo, qué asco”

“Más malas noticias” Hiruzen había cambiado de canal y ahí se escuchaba la voz de otro varón que hablaba. “Esta es de los antiguos miembros del ejército, hacen transmisiones por medio de radios clandestinas e interrumpen los canales del gobierno para hacer llegar su mensaje a todos los pobladores del país. No te vas a creer lo que dice su general.”

“¿Qué podría ser peor?” tras escuchar el mensaje volvieron a quedarse callados. Kagami estaba helado, nunca creyó que le pasaría algo como esto. “Quiero irme de aquí lo más pronto posible” declaró. “Y no vayamos con ninguno de los dos grupos”

“Malditos, ¡¿Quiénes se creen?!” bramó el albino, siendo sujetado otra vez por su esposo.

“Vaya, Kagami, eres muy popular aquí” le aplaudió Koharu, bromeando para aligerar el ambiente. “Danzo, tienes muchos contrincantes”

“No bromees con eso”

“¡Cerdo bastardo traicionero!” gritó Tobirama mientras Izuna hacía un esfuerzo sobrehumano por calmarlo. “¡Primero no llegas a tiempo para ayudar a mi hermano por estar demasiado ocupado escondiéndote, luego ni siquiera nos buscas a mí o a Kagami para salvarnos a pesar de tu llamada lealtad a la corona! ¡Y ahora quieres casarte con mi bebé como si lo merecieras!”

“No está interesado en Kagami como persona, más bien como… una bonita corona que pondría el país a sus pies como antes” trató de calmarlo Sasuke, frunciendo el ceño. Las cosas se complicaban y mucho.

“¡Peor aún!”

“¿Tú que dices, Kagami?”

“Qué asco, con ninguno de esos viejos pervertidos de porquería” el aludido se estremeció. “Antes dejaría que me mataran”

“Y creo que lo harán” comentó el médico con aire pensativo. “Muchos se negarán a aceptar una nueva monarquía, sobre todo si pelearon tanto para derrocar a la anterior”

“Eso es cierto” una voz los alertó a todos. Ahí, cortándoles su vía de escape, estaba un pelotón de revolucionarios con rifles de francotirador. “Príncipe Tobirama, no esperaba verlo a usted también aquí, creímos que ya no volvería tras lo de su familia… pero parece que lo que dicen es verdad. Quien ha saboreado el poder no puede dejarlo”

“Malnacido”  apuntó a Kagami. “¡Déjalo en paz!”

“Creo que no tuvimos ocasión de vernos antes, príncipe Kodama… ¿o prefiere Kagami?” la confusión del otro era obvia. “Sí, ese es el nombre que ha tenido toda su vida” levantó su propio rifle y lo puso en la mira. “Ahora terminaré lo que debí haber hecho hace veinte años”

“Adelante, hazlo” dijo el joven, abriendo los brazos y mostrándole el pecho para sorpresa del otro. “Dispárame, así no tendré que casarme con ninguno de esos vejestorios pervertidos que me ven sólo como una corona y al mismo tiempo me convertirás en un mártir que podría inspirar al pueblo a seguir a sus enemigos, una muy buena decisión.”

“¿Qué?”

“¿No me oíste? ¡Dispara! ¡Les harás un favor a esos tontos sin que tenga que casarme con nadie!” el revolucionario bajó el arma. “¿Qué? ¿No ibas a matarme? Hazlo ya que no tengo todo el día”

“No lo voy a hacer si es que eso desata una contrarevolución” espetó el hombre, haciendo que los demás lo imitaran. “Pero tampoco puedo dejarte ir así como así. Si sigues en el país queda la opción de que te unas a uno u otro grupo para recuperar el poder o…”

“No quiero quedarme aquí”

“Ni se te ocurra mentir, alteza, sabemos que viniste con la intención de hacerte con la corona de tu padre y…”

“¡Ni siquiera sabía que nací aquí!”

“¿De verdad? ¿No sabías nada de nada?” miró a Tobirama e Izuna que asentían. “Nada de…”

“Ni una sola palabra” los tres dijeron al mismo tiempo.

“Señor, no va a creerles…”

“Les creo”

“¡Pero no los puede dejar ir así! ¡El jefe quiere convertirse en rey y no podemos dejar que eso pase! ¡Será tan malo como Butsuma! ¡Se volverá así!”

“No si no obtiene lo que quiere” sonrió el otro. “Haremos una cosa, los llevaré al aeropuerto y dejarán el país para no volver jamás. Una vez en donde sea que hayan estado ni el jefe ni el general podrán alcanzarlos y será como si nada hubiera pasado”

“Señor…”

“Es mejor que se diga que el príncipe salió huyendo que se quede aquí o que sea convertido en mártir” los demás asintieron. “Hay un avión con destino al país vecino que sale dentro de una hora, de ahí podrán volver a casa”

“Bien” se metieron en un camión y para sorpresa de todos los revolucionarios sí los llevaron al aeropuerto, aunque muy fuertemente vigilados. En medio del recorrido el que iba al mando se sentó junto a Kagami. Al parecer tenía ganas de conversar. “¿Qué quieres? ¿Advertirme que no puedo venir otra vez? Porque todo el alboroto…”

“Conocí a tu padre” le confesó. “En la prisión donde lo teníamos cuando… el caso es que fui su carcelero. Yo… creía fervientemente que lo que estábamos haciendo estaba bien. Una vez hablé con él… tuve dudas. Era una buena persona al contrario de su padre. Le sugerí al jefe que lo desterrara, pero se mostró inflexible, tenía que ser eliminado. Al morir él me sentí culpable, no… no era el tirano contra el que yo creía que estaba luchando. Deseé haberle dado una oportunidad, podía haber sido un buen rey”

“¿Entonces por qué no se la diste?”

“Cuando me di cuenta de eso era demasiado tarde” tras esa corta charla el trayecto fue silencioso. Tan pronto llegaron al aeropuerto los metieron casi a la fuerza dentro del avión y este despegó al instante, llevándoselos lejos.

“Nunca más hay que venir a este infierno, ¿si?” sugirió Izuna.

“Nunca” prometió Kagami. En ese momento Tobirama se acomodó cerca de su esposo para darle las buenas noticias y ambos se abrazaron su júbilo. Su hijo adoptivo sonrió, ya era tiempo de que tuvieran otro bebé. Abrió el álbum de fotos en sus manos y observó las fotografías de sus padres. Realmente parecían unidos. Sacó una de ambos frente al río. “Creo que quedaría bonita en un cuadro, ¿no? Así podría verlos y rezarles todos los días”

“A ellos les habría encantado” comentó el albino. Por fin unos días más tarde llegaron a Japón y Kagami pudo cumplir con lo prometido.

-Unos meses después-

“¡Que bonito eres!” le dijo Kagami al bebé que sujetaba. Este tenía el cabello blanco como la nieve y lloraba altamente. “¿Ya eligieron un nombre para mi hermanito?”

“Kazuki”

“Kazuki-kun… que bonito” miró a través de la ventana. Este pequeño no había tenido el mismo turbulento nacimiento que él, era muy afortunado. Y en cierta forma él también lo era porque a pesar de la revuelta tenía una familia maravillosa y un porvenir. Durante un momento creyó ver en las nubes dos personas que le sonreían, aunque pudo haber sido una ilusión óptica se volvió y le dio el niño a su madre, sentándose para conversar.

“Creo que después de todo está bien” comentó Madara, sentado en una de las nubes con Hashirama a su lado, ambos sonriéndole tiernamente a su hijo. “¿Todavía tienes algún remordimiento dentro?”

“Alguno que otro, sobre todo por no haber podido estar con él mientras crecía ni guiarlo como debimos haberlo hecho” contestó el rey, tomándolo de la mano. “Y te fallé a ti también”

“Eh, fue mi decisión” le contestó, batiendo sus alas blancas. “Hicimos lo que era correcto en ese momento. No nos fallaste en ningún momento. Además nuestro pequeño está vivo por todo lo que hicimos para asegurarnos de que así fuera” lo besó en los labios. “Elegiste unos buenos padres para él también”

“En verdad, era sólo un plan de contingencia”

“Vaya, eres precavido, eso me asombra” dijo con sarcasmo el otro cuando su amante puso un brazo alrededor de la cintura. “Te amo”

“Y yo a ti” se besaron y continuaron haciéndolo mientras ascendían al cielo…

Notas finales:

¿Qué tal? Apuesto a que no esperaban ese fin. ¿Qué tal estuvo? Review!!!!


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