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Juntos ¿Para Siempre? por Gratsune

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Notas del capitulo:

Hola, Hola, aqui otro cap espero y les guste, si me demoro es porque las ideas no me salen.

Los personajes son de Hiro Mashima

Ya han pasado 2 días desde que aquel grupo de chicos perdidos regreso al gremio, esos dos días han sido de alegría e inolvidables para aquellos que los estuvieron esperando por 7 años, y ni hablar del pequeño Romeo que no se despegaba de Natsu ni para dormir, así mismo, ni para dormir, Romeo convenció a su papá para que lo dejara vivir 1 semana en casa de Natsu, y así fue, Natsu no pudo decir nada ya que veía ilusionado al chico tanto que termino accediendo a la petición del pequeño.


Desde que Natsu regreso Romeo volvió a ser aquel niño alegre y divertido de antes, ahora reía y gastaba bromas, Makao no podría estar más contento que ahora, sus preciados compañeros de vida volvieron y su hijo volvió a saber que era la felicidad.


Makao observaba desde la barra como su hijo y Natsu hablaban alegremente en una mesa del fondo, observaba como el gremio volvía a tomar vida, sus ojos se aguaron y una sonrisa se apodero de su rostro.


-¿En qué piensas Makao? – pregunta Makarov acercándose y sentándose en la barra al lado de él.


-Ma-Maestro, no me di cuenta que estaba aquí –


-Tonto, ¿En donde más voy a estar? –


-Y-Ya veo… tiene razón –


-Romeo ya es todo un adolescente – dice viendo al chico reír alegremente – veo que lo has educado bien todo este tiempo –


-Yo no he hecho nada, él solo ha llegado a ser lo que es ahora, estoy orgulloso de él –


-Hoo… eres todo un padre ejemplar – dijo con orgullo al ver a uno de sus hijos hablar tan bien.


-¿He? ¿Pero que no escucho que yo no hice nada? –


-Uno siempre hace algo, aunque no lo hagas intencionalmente, con tan solo estar presente en ese momento estás haciendo algo – dijo dejando pensativo a Makao.


-Hmm, bueno no entendí nada, pero creo que tiene razón – Makarov se arrepintió de elogiarlo al escuchar su respuesta – por cierto… ¿no quiere el cargo de Maestro de nuevo? – Ofreció.


-No… yo ya fui el maestro de Fairy Tail y la verdad quiero un descanso, además estos 7 años tu lo has llevado a flote y no puedo pretender tomar mi lugar así como así sin haber hecho algo, tú sigue siendo el Maestro, te lo mereces –


-Muchas gracias maestro – dijo entusiasmado por recibir aquel alago. 


-De seguro lo dijo para no tener que volver a enfrentarse al Consejo Mágico cada vez que los chicos destrozaran alguna propiedad – pensó Mirajane al escuchar la charla de aquellos maestros de Fairy Tail.


 


-Has crecido bastante Romeo –


-¿He? ¿Enserio? – pregunto el chico, viendo con ojos llenos de brillo a la persona con quien hablaba.


-Sí, la última vez que te vi eras un chibi – dijo Natsu riendo.


-¿Un… chibi? – Dice algo decepcionado - ¿Y ahora sigo siendo un chibi? –


-Um… - pone una mano en su mentón pensando –ahora eres un chibi no tan chibi… ¿Qué te parece? –


-Veas cómo lo veas seguiré siendo un chibi para ti ¿no? – pregunta algo molesto.


-Pero no te molestes – respondió el pelirosa ahora sintiéndose culpable por el desanimo de Romeo.


-Algún día te alcanzare y me tendrás  que dejar de llamar chibi, ya lo veras –


-Pero hasta que eso pase seguirás siendo mi chibi –


-Ya deja de llamarm… ¿Tú chibi? –dijo esto último en casi un susurro mientras sus mejillas  tomaban un ligero color rosa.


-Pues claro, ¿De quién más? – Dijo con toda la naturalidad del mundo poniendo nervioso al pequeño - ¿Por qué? ¿No quieres ser mío? – dijo en broma.


-¿He?... n-no dije eso… - respondió nervioso.


-¿He? ¿Entonces si quieres ser mío? – respondió Natsu algo sorprendido por la respuesta.


-Etto… - no sabía que decir, estaba muy nervioso y cada vez su sonrojo era más evidente.


-¿Romeo? – llamo Natsu algo preocupado, aunque para ser francos el también estaba algo nervioso.


-… ¡Vo-Voy!, pe-perdón Natsu-ni papá me llama – dijo y salió corriendo como alma que lleva el diablo.


-¿Romeo? – Quedo algo atontado – pero si yo no escuche que lo llamaran… que raro –


-¿Qué tal Natsu, todo bien por aquí? – pregunta Makao acercándose.


-¿Ha? Si todo bien –


-Me alegra, ¿Has visto a Romeo? Hace rato lo vi aquí pero ya no lo veo – pregunto algo extrañado de no ver a su hijo.


-¿He? ¿Pero que tú no lo llamast…? – Hubo silencio - ¡Ese maldito niño se me escapo, deja que lo vuelva a ver… me escuchara!  -


………………………………………………………


Después de haber corrido durante media hora…


-¿Pero que fue eso? – Se preguntaba dejando de correr y sentándose en un muro para recuperar el aliento -¿Porque Salí corriendo? No entiendo nada… ahora que le diré a  Natsu-ni cuando nos volvamos a encontrar… que pena, eres un idiota Romeo…mira que salir corriendo así de la nada y sin saber porque – se regañaba a si mismo mentalmente por tal acto que cometió.


-¿Romeo-san? –


-¿He?... Wendy ¿Qué haces aquí? –


-Lo mismo te iba a preguntar – dijo sentándose al lado del chico.


-¿Yo? Bueno… es que yo, paseaba por la ciudad y… me senté a descansar un poco, si – decía nervioso, no quería decir que salió corriendo como un cobarde después de hablar con Natsu.


-Ho ya veo –


-¿Y tú qué haces por acá? –


-Vengo de comprar unas fresas para el pastel que Erza quiere que Mira-san le haga –


-¿Pastel? – sus ojos se iluminaron, no le gustaba admitirlo pero Romeo adoraba los pasteles.


-Sí, y me encargue de elegir las fresas así el pastel quedara más sabroso – a Wendy también le brillaban los ojos y ambos comenzaron a imaginar su momento perfecto al lado de aquel pastel con el que soñaban.


Ambos chicos se pusieron de pie y comenzaron su vieja al gremio, iban avanzando mientras hablaban de diferentes sabores de pasteles y cual le gustaba más a cada uno, sin darse cuenta ya estaban entrando al gremio y de la nada Romeo paró de caminar al recordar lo que había hecho la última vez que estuve ahí, rápidamente se escondió detrás de Wendy ocultándose de Natsu por si lo viera, un no sabía que le iba a decir `por haber salido corriendo así de repente.


-R-Romeo-san ¿Qué haces? – pregunta extrañada de ver como Romeo avanza detrás de ella, ocultándose de quien sabe quién y mirando a ambos lados de vez en cuando.


-Na-Nada… tú solo sigue caminando –


-¿De quién te escondes? – pregunta la chica.


-De nadi…-


-Romeo-


Mierda” piensa el chico por dentro de él ya que el que lo llamaba era nada más que Natsu.


-Na-Natsu-ni… cuanto tiempo, ¿Cómo estás? – dijo súper nervioso.


-¿He? ¿Pero de que hablas? – Pregunto el mayor confundido – cambiando de tema ¿Por qué te fuiste corriendo hace rato? – Romeo se tenso ante la pregunta.


-Y-Yo… es que… tú sabes que yo… y eso paso… ahora tengo que irme, soy un chico muy ocupado – se dio la media vuelta y antes de pegar la carrera Natsu lo sostuvo por la camisa y lo alzo con una sola mano y con mucha facilidad.


- No te hagas el tonto Romeo, dijiste que tu papá te llamaba y era mentira ¿Por qué te fuiste? ¿Hice algo malo? – dijo poniendo rostro de arrepentimiento en las últimas palabras.


-¿Qué? No, no, claro que no Natsu-ni, tú no hiciste nada – decía nervioso, la culpa era suya no de Natsu.


-¿Entonces porque te fuiste? –


-Es que yo… - mierda que hago… -yo tenía… tenía que… tenía que ir al baño, si eso, no podía aguantar más y tuve que salir corriendo, creo que los frijoles me hicieron daño – joder… de seguro ni me cree…


-¿He? –


-Joder ya sabía yo… no me cree ni una sola palabra


-¿Y porque no me dijiste eso desde el principio? –


-Veras es que… es que me daba pena que supieras que me estaba cagando y te rieras de mí –


-Ho ya veo… pero Romeo – dijo con voz seria al final.


-Lo sabia… ya me gane mi buen regaño con golpe incluido por mentir y correr como cobarde quien sabe de qué –


-No tienes porque avergonzarte por esas cosas, puedes contármelas, no me reiré, es algo normal, puedes contarme todo lo que quieras, siempre estaré ahí para ti, solo confía en mí – dijo y le sonrió cálidamente al pequeño el cual sostenía  en  el aire en frente de él.


-Natsu-ni… - susurro embelesado.


Tucun, tucun, tucun, el corazón de Romeo se acelero levemente, y un rosado suave se apodero de sus mejillas, su mirada se ilumino y no podía dejar de ver a Natsu, aquella risa deslumbrante, aquellas palabras tan lindas, no cabe dudas que ese chico quería mucho a Natsu.


-Hey Wendy ya volviste, ¿trajiste lo que te pedí? –


-Uh, Hola Erza-san, si aquí esta – dijo dándole la bolsa de fresas.


-Hm, muchas gracias Wendy – agradeció mientras agarraba una fresa y se la metía a la boca.


-No fue nada –


-Hola Natsu, hola romeo… ¿Qué hacen? – pregunto curiosa la pelirroja al ver como Romeo y Natsu no se dejaban de ver.


-Nada – respondieron al unisonó.


-Ya… deberían de darse un baño, apestan – dijo y se retiro del lugar.


-Bu-Bueno yo me retiro nos vemos luego – dijo Wendy marchándose detrás de Erza.


- Hasta luego Wendy – se despide Romeo.


-Hm… todavía no apestamos, verdad Romeo – pregunta Natsu algo intrigado por el comentario de Erza.


-Uh, bueno desde que llegaste no te has bañado y yo  tampoco desde que me mude a tu casa –


-No es para tanto, no tenemos tanto tiempo sin bañarnos – dice relajado – podemos hacerlo después, dos dios sin bañarse no le harán mal a nadie –


-Pero Natsu-ni, yo tengo dos días sin bañarme pero tú… tienes 7 años que no te bañas –


-… - quedo pensativo – tienes razón… volvamos a casa – dijo y comenzó a caminar hacia la salida del gremio.


-¿He? Tan temprano ¿Por qué? -  se quejo el chico que aun seguía siendo cargado por Natsu.


-Haber… necesito recuperar los 7 años de baño que no me di –


-Heee, eso será una eternidad –


-Por eso nos vamos ya para la casa, o no, mira, quédate aquí y cuando ya te quieras ir, te vas para la casa, nos vemos – dijo y se fue corriendo dejando a Romeo allí.


-Moo… ni siquiera dejo yo respondiera que quería –


Eran las 4:30 pm y Romeo se sentía inquieto de ir a donde estaba Natsu, pero por alguna extraña razón no quería ir a la casa de este último, cada vez que quería ir y decidía hacerlo recordaba que Natsu en estos momentos estaría en el baño desnudo, o tal vez ya hubiera salido del baño y estaría en la sala completamente desnudo y justamente en ese momento entrara romeo y lo viera, si eso sucedía Romeo no sabría como actuar, posiblemente volvería a salir corriendo y no quería, esta vez la mentira del baño no le serviría.


Ya eran las 6:30 pm y todos los del gremio ya se marchaban a sus casas, Makao antes de irse le dijo que ya se fuera a casa de Natsu o si no lo obligaría a irse con él, Romeo de una vez se puso en marcha a casa de Natsu, no quería volver a su casa con su papa, él quería aprovechar esa semana en casa de su adorado Natsu, al cual admiraba mucho.


Llego a aquella casa pintoresca, era un cabañita pequeña, por dentro solo era una sala amplia, que con tan solo abrir la puerta ya se podía ver todo lo de adentro, hasta la cama que estaba en frente de la puerta.


Romeo entro, con los ojos cerrados, al cerrar la puerta abrió un ojo y se alivio de no encontrar a Natsu allí afuera y desnudo como pensó que sería, pero lo que encontró fue su ropa tirada en el suelo, eso le puso en aviso que Natsu aun seguía bañándose.


-Na-Natsu-ni ya estoy en casa – dijo nervioso caminando hacia la cama y sentándose.


-Bienvenido – escucho desde el fondo del baño.


Romeo se sentía algo incomodo y nervioso, recogió la parte superior de la vestimenta de Natsu y la contemplo por un momento, sin darse cuenta aquella prenda de ropa ya estaba en s cara, oliendo el olor de Natsu, a pesar de que no se había bañado por esos 7 años y se ejercitaba su olor no era desagradable, era un olor re confortador y agradable, tanto que Romeo lo aspiro una y otra vez hasta que ya no sus pulmones no podían contener el aire.


Sus mejillas se habían puesto levemente rosadas, casi ni se notaba, abrazo aquella prenda y se sintió feliz, no sabía porque hacia eso, hasta llego a cuestionarse que lo que hacía estaba mal, pero lo hizo y no se arrepentía.


-Romeo – se sobresalto al escuchar que lo llamaban y tiro la prenda lo más lejos que podía de él.


-¿S-Si? – respondió nervioso de pensar que lo habían descubierto.


-Tienes que bañarte hoy, o si no tu papá me regañara por no cuidarte bien – dijo aun estando dentro del baño.


-Ah ok, está bien – dijo más tranquilo de que no lo hayan descubierto.


-¿Entonces te vas a bañar? –


-Si –


-Ok, entra pues –


-Ok… ¿Qué? –


-Que entres a bañarte –


-¿Contigo ahí? – ya estaba nervioso de nuevo.


-Claro, ven rápido –


-Y-Yo mejor espero a que salgas Natsu-ni – dijo nervioso.


-No seas tonto y entra, vamos date prisa –


-S-Si entro el espacio quedara reducido y será más difícil bañarse –


-Claro que no, ven será divertido –


-Que no, mejor espero a que salgas Natsu-ni – no recibió respuesta, eso lo calmo un poco ya que Natsu era muy insistente.


 -Dije que vinieras conmigo – escucho que le susurraban en la oreja al mismo tiempo que su cuerpo era rodeado por unos brazos que estaban húmedos. Natsu lo había agarrado por la espalda sin que él se diera cuenta, frente a Romeo había un espejo y este último vio el reflejo y sus mejillas pasaron de ser rosado fuerte a rojo vivo al ver que Natsu estaba totalmente desnudo detrás de él.


-¿Qu-Qu-Qu-Qué haces Natsu? – pregunto totalmente embobado.


-Te vengo a buscar para que te bañes – dijo y lo llevo al baño.


Ya adentro Natsu cerró la puerta con seguro lo cual puso más nervioso a Romeo, el pelirosa soltó a Romeo y este último no se movió, de hecho cerró sus ojos bien fuertes lo cual le hizo gracia a Natsu, este último le quito la ropa a Romeo y el chico no opuso resistencia alguna, luego de estar ambos desnudos Natsu lo metió a la regadera junto a él.


-Romeo abre los ojos –


-No –


-Vamos Romeo, nada va a pasarte si lo haces –


-Claro que si –


-Haber según tú ¿Qué puede pasar? –


-De todo – hooo claro que pasara de todo, no sé porque pero tengo un mal presentimiento si abro los ojos


-Tranquilo, no pasara nada, confía en mi abre los ojos –


-E-Esta bien… 

Notas finales:

Espero que les haya gustado, si tienen alguna sugerencia o alguna idea de como hacer la historia interesante les invito a que me lo dejen por reviews, gracias por leer nos vemos luego flojos.


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