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¿Hero? por MiRoApril

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¿Cómo se suponía que debía usar una espada?, ¿En que año creían que estaban?, esperaba pistolas, balas, otro tipo de armas o simplemente usar los puños, jamás pensó que a la batalla que Taecyeon se referia era una al estilo medieval. Ahora le faltaba un caballo y podía comenzar la pelea como en el coliseo romano, pues ese lugar era muy parecido, quizás apenas la infraestructura se parecía, tenían gradas, tronos o asi le llamaba. Ahí estaba Hero, sentado en uno de ellos mirándole como si nada. Si, sabia que le miraba a el, no era un idiota, ¿Por qué le estaba evitando?, estuvo esperando por el tanto tiempo, pero tenia razón, Taec se había acercado una noche por él para proponerle lo ya esperado.

 

 

Esa noche como las demás, estuvo pensante en todo momento del vampiro. Estaba como un idiota extrañando tenerlo entre sus brazos, besar sus labios. Jamás pensó extrañar tanto a alguien, más bien desearlo, porque Hero se hacia de desear en cada una de sus miradas. Maldita sea, daría todo por subir esos muros para robar un beso de sus labios en señal de buena suerte. Pero no, esos muros al menos median tres veces su tamaño. En fin… Esa noche Taec apareció por la ventana tal cual lo había hecho el vampiro. No se permitiría ser descubierto por una torpeza suya, menos que terminara Hero siendo el culpable por sus locuras. Había sido el quien decidió mantener esos recuerdos, debía ocultarlos bien.

 

 

—¿Q-Quien eres tu? — Sabía fingir perfectamente.

 

—Yunho Jung. —Escucho de la voz aún más ronca que la propia. — Soy Taecyeon. Tu maestro de deportes.

 

—Se quién eres. Debí decir ¿Qué rayos hace aquí?. —Dijo retrocediendo en sus pasos. Si bien sabía que este era un lycan, jamás había visto a uno antes, tenía cierta curiosidad como cierto temor.

 

—Vine por ti. —Pronunció a lo que el reacciono simplemente retrocediendo una vez más. — Quiero darte una mejor vida.

El resto de la conversación fue tedioso, pues escucho de los labios ajenos un poco de la información que Hero le había dado, en otras palabras que claramente el no entendiera la realidad de las criaturas como el vampiro le había dicho. El lycan había omitido la información de la casi extinción de las razas, dejando así solo la propuesta de tener una mejor vida, súper poderes que ellos les llamaban habilidades, tenía lógica, pues obviamente no sería Superman o algo por el estilo, pero no tenía como llamarle a un mundo de fantasía, habilidades o súper poderes era lo mismo para él.

 

 

Acabando la charla, y con la expresión fingida de “ Ohh.. No te creo”. Una que no debió usar, pues sintió luego como un enorme animal lo tiraba al suelo. ¡Era un perro enorme!, el animal prácticamente alcanzaba el techo de la habitación, media probablemente unos dos metros de alto, quizás más, para que hablar de los afilados dientes, uno de ellos podría ser su brazo. No tuvo que fingir expresión alguna en el susto que este le dio. Termino más asustado de lo normal, ¿Hero competía con esa raza? ¿Como le ganaba a esos enormes perros?. Por un minuto pensó en la raza de Hero como una más débil que el lycan, pero podría ser porque variaban en tamaño.

 

 

Lycanes, vampiros, demonios, ángeles e híbridos, todas esas razas pertenecían a la academia, todas particulares en sus áreas, según lo que Taec le dio a entender. Gracias a este se enteró de unas cuantas cosas que el vampiro seguramente no le diría. Como el que ellos tenían más fuerza que el clan de Hero, pero la velocidad era de los vampiros y más. Pro la verdadera información que valía la pena escuchar, era el saber cómo Hero, era el único en el mundo con esos ojos dorados. Se había enamorado el vampiro más fuerte. Ahora si consideraba gracioso el querer protegerlo cuando este podía cuidarme mejor que cualquiera.

 

 

—¡Inicien! — Escucho en una voz femenina que pareció resonar en su cabeza. ¿Cómo hacían eso?

 

 

Apenas había escuchado la voz de la mujer y el tipo frente a él se había tirado con todo contra su cuerpo. Las reglas eran claras, se rendían o debían matar a su adversario. Esas palabras le recordaron a una de aquellas películas juveniles, ¿Juegos del hambre?, solo que aquí tenían la posibilidad de vivir, cosa que no era una opción si quería vivir el mundo del vampiro, no quería ser alejado de él, si tenía que matar al hombre frente a él para entrar al mundo de Hero. Lo haría.

 

 

Era una drástica decisión, pero no tenia de otra, aunque sabía que no podían morir los humanos, Hero lo había dicho, los necesitaban para ser transformados. Seguramente este le daría lo mismo que hizo con el cuándo estuvo a punto de morir, eran tantas criaturas observándoles que no esperaba menos de ellos. No sabía bien como era que les traían  de vuelta a la vida, solo sintió un líquido frio recorrer su garganta y al poco tiempo sus sentidos habían vuelto por completo. Si eran criaturas mágicas con poderes y todas esas cosas de caricaturas e historietas, seguramente unas pociones no estaban de más en tanta locura.

 

 

Apenas si sabía como tomar la espada, ¿Por qué había tomado esa arma?, vio muchas películas en las que la lucha con espadas era la más sencilla y la que mejor se veía al momento de mostrar sus habilidades en batalla, pero claramente no tenía ni la menor idea de cómo utilizarla. La extensión tenía un peso que al moverla era difícil controlarla. Ya había recibido dos rasguños por parte del otro sujeto quien tenía dos dagas, una en cada mano. Parecía más simple utilizarlas, apenas si eran grandes.

 

 

Sostuvo con fuerza el arma evitando recibir otro contacto con las dagas ajenas. El tipo levanto su rodilla en señal de movimiento contra su abdomen. Sus reflejos fueron un poco más rápidos evitando el golpe, pero aun así despistándose de otros movimientos de este, como el enviar su puño contra su cara. Cayó al suelo soltando de inmediato la extensión en su mano. Sentía el metálico sabor de su sangre en su boca, su mirada se fijo en Hero, aquel sabor le recordaba al vampiro y a la sed que tuvo para casi dejarlo muerto la pasada noche. Cero expresión del vampiro, no esperaba más, de hecho vio su mirada cambiar de lugar a otra pareja en batalla, ¿Dónde estaba el interés que le tenía?.

 

 

 

Sus celos no era algo que pudiera evitar, más cuando notaba que sus movimientos eran inútiles, asi no captaría nunca la atención del vampiro. Tomo  el arma con fuerza evitando una vez más el contacto con las dagas contrarias. Tenia el peso del tipo sobre su cuerpo con las afiladas cuchillas apuntando a su cuello, realmente iba en serio, quería acabar con su vida tal y como se lo había pedido MinAh. Trago en seco y realizo la mayor fuerza posible para cambiar sus posiciones. Esta vez, era él quien amenazaba con terminar la vida del otro.

 

 

Retomo el liderazgo de la batalla, tras unas cuantas quejas, golpes y cortes. La espada no era una arma tan difícil de ocupar, ya después de unos minutos interactuando con ella, buscando la forma en la que los actores de esos films se veían tan realistas a la hora de utilizarlas, claro que estas podrían ser siempre de un material más denso en comparación a la arma real de la era medieval que tenía en sus manos. Ambas manos sujetas en la empuñadura, un tanto molesta por ser tan corta y aquel pomo tan pronunciado. Pero se acostumbraría. Elevo ambas manos ladeando la extensión, la hoja, en su tercio débil, rozo la mejilla del sujeto dejando apenas una marca, pero aun asi sangrante en el rostro ajeno. Aprovecho el movimiento para golpear la espalda ajena con fuerza, el fin era tirarlo al suelo, pero sin poderlo conseguir.

 

 

En su espalda, había sido clavada una de las dos dagas, armas de su contrincante. El dolor, no sabía cómo describirlo, era un desgarre doloroso además de sentir como la caliente sangre corría por su espalda hasta caer por sus piernas. El dolor le estaba quitando el aliento.  Si bien en las películas mostraban como los sujetos tenían la destreza de continuar aun pese al dolor, no entendía como lo hacían. Claro, era ficción, un film, de ser verdad… No, sin duda nadie podría continuar con aquel dolor, pero el no se permitiría perder, menor en frente de Hero.

 

 

No intentaba demostrar nada, solo quería mantener sus recuerdos. “Si pierdes o no eres elegido. Borraremos tu memoria y volverás a la cuidad” Las palabras de Taec no podía olvidarlas. Si su memoria era borrada… ¿Qué sería de Hero?. Por primera vez sintió que era un bien para alguien, un cambio en una persona siniestra, enseñarle que era sentir, que eran las emociones y que era amar. Era tan diferente de cómo lo sintió alguna vez, las mujeres no eran lo mismo, no las discriminaba por el sexo, tampoco quería llamarse homosexual, sino que solo se sentía capturado por algo más alla de la belleza del vampiro.

 

 

Sin poder alcanzar el arma, la dejo clavada a su espalda, siendo aun molesta incluso para moverse, pero no se detuvo. La hoja en el tercio más fuerte fue detenida por la única arma restante de su contrincante. Su fuerza le llevo a rasgar parte del pecho contrario, alzando la espada al aire, utilizando luego el impulso para dar un seco golpe en el muslo ajeno con el pomo  de la espada.

 

 

Su contrincante finalmente cayó al suelo, donde termino clavando la punta de su espada en el suelo contra el rostro de este en una señal de advertencia.

 

—Ríndete. — Amenazo.

 

—No lo haré. Aun no estoy muerto. — Respondió el adversario.

 

 

No le tomo mucho tiempo recobrar la fuerza y alejar a Yunho a patadas de la espada. Ahora ambos sin arma alguna en sus manos, dejarían todo a los golpes. Y así fue, una de las mejores áreas en cuanto a peleas, eran los puños. Habilidades del contrario no eran muchas, como si este nunca se vio enfrentándose a alguien en un combate cuerpo a cuerpo, de defensa personal sabia poco. Podía notarlo. Pero no podía juzgar las pocas habilidades que tenía con su cuerpo, cuando su cerebro era experto. Su contrincante había logrado quitar el arma de su espalda, sacándole un ronco grito de dolor, más unas cuantas gotas de sangre derramándose en el suelo. Su cuerpo cayo una vez más, esta vez en sus rodillas, puesto que no solo consiguió quitarle la daga, sino que este logro una vez más clavarla contra su cuerpo, esta vez en unos cuantos movimientos al esquivarla, fue clavada en su abdomen.

 

Pero el tipo no podía cantar victoria, cuando había bajado la guardia regalándole prácticamente el encuentro. El miedo por matar a alguien acabo cuando retiro de su cuerpo la daga, y corto los ligamentos de las piernas contrarias. No pensó jamás dañar a alguien de esa forma. Pero no se dejaría ganar por alguien frente a los ojos de su vampiro. Termino por ponserse de pie, y tiro el cuerpo con un golpe en la espalda. Había salido victorioso, con más de una herida tanto en su rostro por los golpes, como en su cuerpo por los cortes.

 

—Ganador. Yunho Jung. —Escucho la voz femenina poco antes de caer una vez más en sus rodillas.

 

Apenas había alzado la mirada, logro ver como Hara desplegaba sus grandes alas blancas, tenían una dimensión aún más grande que su cuerpo, el plumaje era tan blanco y brillante que deseaba acariciarlas, podrían ser incluso cómodas al dormir.  En menos de un segundo, la líder ángel estaba ayudando a su contrincante, seguramente para dejarlo con vida.

 

Las imágenes se hacían borrosas, estaba perdiendo mucha sangre. Termino cayendo sobre su rostro en el suelo, su respiración una vez más estaba disminuyendo, se sentía peor que ser casi cenado por Hero. Un gritó con su nombre y a los pocos segundos un contacto con la piel ajena, es lo que pudo oir y sentir en ese estado. Con suerte logro abrir sus ojos encontrándose con los ojos dorados de Hero. En esa noche, más que la luna o las antorchas, los ojos de Hero iluminaban eran mucho más brillantes.

 

—Yo me hago cargo de él, Hero. — Dijo Taecyeon. — Es mi elegido…

 

—Yo puedo hacerme cargo de él. —

 

—Ya esta claro JaeJoong. —La voz femenina pronunció a lo lejos, cuando igualmente se escuchaban sus pasos acercarse. — Yunho es elegido de Taec, deja que él se haga cargo del nuevo cachorro…

 

 

 

Yunho finalmente abrió sus ojos encontrándose en una habitación diferente a la propia, pero extrañamente con todas sus cosas. Pese al dolor leve de su cabeza, se puso de pie recorriendo el lugar, asomo su cabeza por la puerta, y luego volvió a la ventana. Estaba en otro castillo, pero era idéntico al castillo del sol. ¿Dónde se suponía que estaba?.

 

—Bien.. Despertaste. — Escucho tras su espalda apareciendo por la puerta un dolor más de cabeza junto con una bandeja que seguramente traía comida.

 

—¿A que va ese tono de voz? No nos agradamos, no tienes que fingir. — Dijo ignorando una vez más al sujeto.

 

—Yunho, ahora somos hermanos, no podemos odiarnos. Taec me mataría de saber que nos peleamos una vez más. — Jonghyun termino dejando la bandeja en uno de los muebles antes de acercarse a su armario.

 

—¿Hermanos? Yo aún no acepto ser o no tu hermano. — Dijo volviendo su atención al ya lycan, por deducción.

 

—Taec te transformara luego de una semana, son las reglas. ¿Ganaste, no? — Tomo de las prendas el armario un uniforme igual al que este traía, diferente al que una vez ocupo para asistir a sus clases, este era blanco. — Ahora serás uno de nosotros, un lycan.

 

—¿No hay alguna posibilidad de tener otra raza?.. Digo, ¿Qué tal si no quiero ser un lycan? — Sabía la respuesta, aun asi, quería confirmarlo por última vez.

 

—Los líderes nos escogen por nuestras habilidades como humano, para resistir una transformación, no creó que a Taec le guste la idea de que dejaras la manada sin siquiera entrar. —

 

—Yo estoy aquí por otras razones, no quiero ser uno de ustedes. —

 

—Supongo que tendrás que hablarlo con él. — JongHyun termino dejando el uniforme en la cama en señal de obligación a ponérselo. — Por cierto, bienvenido al castillo de la luna. Nos vemos luego…

 

 

Al ver cerrarse la puerta, sus manos de inmediato buscaron marcas en su cuerpo de la batalla. Levanto su playera buscando la cicatriz que la daga debio dejar en su abdomen, pero no tenia absolutamente nada, ni una señal de haber peleado por su vida. Termino una vez más tirado en la cama sin importarle arrugar el nuevo uniforme que debía llevar. Por un momento pensó que sus problemas se acabarían al entrar en ese mundo, pero estaba empeorando todo, ya no tenía escapatoria, debía ser un lycan para mantenerse cerca de Hero. ¿Qué tal malo podía ser?

 

 

El sol parecía no querer salir de entre las nubes en un día tan oscuro como ese. Seguramente el clima iba con sus estados anímicos, pues tal como el sol, no tenia deseos de salir en absoluto, ni siquiera se había cambiado, su nuevo uniforme tendría que esperar, era probable que aquella noche faltara a sus primeras lecciones como criatura, que aun ni siquiera era una, pero debía preparar su cuerpo para uno de los grandes cambios. Así lo consideraba.

 

 

La noche había caído y el arreglaba su ropa frente al espejo, su rostro se mostraba serio e inexpresivo, aunque llevaba el nuevo uniforme, no quería ni siquiera aparecer por las clases. Aunque, pensaba que en una de ellas, debía estar Hero. No habían otras criaturas que pudieran entrenarle en ese lugar, ¿No?, la noche anterior se presentaron todas y cada una de ellas en ETA. El vampiro debía estar en la academia.

 

 

Ya arreglado, se acercó a la ventana. Su habitación se encontraba en la parte trasera del castillo, por lo que su vista era el bosque, montañas, e incluso más a lo lejos, podía ver una de las torres de ETA. Definitivamente estaba conociendo más del nuevo mundo, aunque estaba odiando pertenecer a él.

 

 

La silueta de alguien saltando desde dos habitaciones más lejos que la propia, un piso más arriba. La sombra era bastante conocida, no se equivocaría cuando se trataba de él, el siniestro, el vampiro. No demoro en salir de su habitación, inútilmente corriendo hasta la salida. De no ser porque el castillo era idéntico al anterior, seguramente se perdería entre los pasillos, más solo había cambiado de habitación, incluso manteniendo el piso en el que se encontraba.

 

 

El vampiro era rápido, tanto tomo para perderlo en un abrir y cerrar de ojos. Tanto como estaba odiando ser parte de las criaturas, estaba odiando ser un humano, por no poder alcanzar a quien más quería tener entre sus brazos. Pero eso no le detuvo. Desde un principio no asistiría a las clases nocturnas, no perdía nada con buscar en el bosque a Hero, si era atacado, su sangre seguramente llamaría al vampiro.

 

 

¡Eso! ¡Si sangre! ¿Cómo no lo había pensado antes?.

 

 

En las profundidades, ya lejos de los castillos. Tomo una rama lo bastante afilada para causarse un daño, la empuño con su diestra y corto la palma izquierda. Un grito de dolor salio de sus labios apretando con fuerza su mano en un puño. La sangre no demoro en caer a goterones de esta, manchando su uniforme nuevo. El blanco era un buen color para dejar caer sus gotas de sangre.

 

 

Los minutos pasaron y no había señales del vampiro, aun asi, no se movió. Termino sentado en el suelo afirmando su cuerpo contra el tronco de un árbol a la espera de Hero. Su mano estaba cicatrizando, la sangre había dejado de caer ya varios minutos atrás, incluso las manchas en su ropa estaban secas. ¿Estaba loco? ¿Por qué estaba tan desesperado por verlo?, necesitaba respuestas, ayuda, no quería perder a Hero por no saber que camino seguir.

 

 

Tomo una vez más la rama y la acerco una vez más hasta su palma, su fin, desgarrar una vez más su piel. Una fría mano detuvo sus acciones dándole un fuerte golpe contra el rostro, un puñetazo como una lección de vida, un regaño, como sea que le llamara esta vez.

 

—¿¡Eres idiota!? ¿¡Por qué te estás haciendo daño!? —Escucho a Hero finalmente sacando de inmediato una sonrisa de sus labios. — Tengo neófitos que podrían matarte de sentir tu sangre. Pedazo de idiota…

 

 

—¿No se te ocurre alguna idea de porque lo hice? — Dijo sintiendo como Hero acercaba la palma de su mano hasta su rostro, como si estudiara la herida.

 

 

—Tsk…—Estaba seguro que el vampiro había entendido su punto, escucharle bufar le dio la victoria. — Eres un elegido Lycan, Yunho… Ya no puedo acercarme a ti.

 

 

Hero dejo su mano para buscar entre sus bolsillos un pañuelo con el cual limpio la herida. Podía ver en el la incomodidad que tenia de sentir su sangre, o la forma en la que miraba su herida, como si fuera un apetitoso postre por devorar. Más este no dio señal alguna de atacarlo.

 

 

—Me equivoque… Hero, no quiero ser un lycan  y alejarme de ti. ¿Qué debo hacer? —

 

 

—Ya no hay nada que puedas hacer. Así está todo mejor. Te lo dije Yunho. — Finalmente vio al contrario ponerse de pie obligándolo a seguir sus acciones. — No me gustas. No me gustan los hombres…

 

 

Las palabras ajenas le molestaron, cayeron como bomba en su estómago, su pecho, el dolor fue inmediato. Apretó una vez más sus manos en un puño sin importarle la herida, si la sangre volvía a salir ya poco le interesaba. ¿Por qué huía? ¿Qué fue el beso de la última vez? Estaba odiando a Hero por volver a ponerse la máscara que le había tomado tiempo quitar, el no era así, ese no era el Hero del cual se estuvo enamorando.

 

 

—Por cómo me besaste la última vez, dudo que no sientas algo por mí. — Dijo tomando con fuerza la mano ajena. Atrajo a Hero a su cuerpo como lo hubiera hecho con cualquier otra mujer, forzando el agarre hasta tenerlo entre sus brazos con sus manos rodeando su cintura.

 

—¡Que no soy una maldita mujer! ¡Yunho! —Escucho en un grito a Hero.

 

Su cuerpo dio contra el tronco del árbol, sosteniéndose de este para así no caer. Hero no media sus acciones, menos tratando con un humano como él, pero esa fuerza no fue como la última vez para dejarse casi inconsciente.

 

 

—¡Soy un hombre! ¡Deja de tratarme como a tus putas novias! — La voz del vampiro no solo le sorprendió por el tono, sino que por la información.

 

 

—¿Cómo sabes eso? — Frunció el ceño esta vez.

 

 

—Soy un vampiro Yunho. Tus pensamientos, recuerdos y todo lo que esta en su cabeza puedo leerlo viendo tus ojos. —

 

 

Finalmente, la información que tanto espero llego a él. Entonces era cierto… Hero podía hacer todo lo que deseaba con esos ojos dorados, tal y como Taec lo había dicho.

 

“Tenemos diferencias de los vampiros. Nosotros nos podemos comunicar por los pensamientos cuando estamos en nuestra forma lobuna, solo cuando estés en cuatro patas.”

 

—“¿Qué diferencia tienen los vampiros?”

 

—“Al nivel de Hero, pueden comunicarse, ver el pasado, presente y futuro de todo aquel que mire sus ojos”

 

—“¿Cómo lo hacen? ¿Solo mirándolos? ¿Qué?... ¿Sus ojos brillan y todo eso?”

 

—“Si lo hacen” —Dijo entre risas—“ Pero solo cuando borran la memoria de alguien, que es otra cosa que pueden hacer con sus ojos”

 

 

Todo ese tiempo, el vampiro sabia de sus sentimientos, de lo que pensaba, todo, le había visto la cara de idiota como lo hacia con todos los humanos. Aun así, Hero no se alejo de él, busco encontrarse más de una vez, estaba seguro que era el quien lo buscaba y no lo encontraba por casualidad de la vida.

 

 

—No te veo como a ninguna de ellas. Ya deberías saberlo, ¿No?. — Dijo en un tono más serio, incluyendo su expresión.

 

 

—No quiero saber nada más. — Sonó la voz del siniestro, como aquella que intentaba romperse para dejar salir la melodiosa escondida. — Dame tu mano. Te curaré para que te vayas a clases.

 

—¿Por qué no quieres ver? No me interesa tener una herida más en el cuerpo, podrán desaparecer como las otras. —

 

 

—Yunho, déjate de bromas ¿Quieres?. —Sintió como el vampiro tomo su mano acercándola a su boca, ¿Estaba jugando con él?.

 

 

Sintió la lengua ajena recorrer su herida, cubriendo esta con su saliva la cual poco a poco borraba la cicatriz de su mano, los rastros de sangre, todo. Lo peor no era sentir como la herida cerraba, sus tejidos moverse bajo la lengua ajena regenerándose rápidamente, sino que… El vampiro lo estaba provocando, y pese a ser un humano…Reaccionaria como tal.

 

 

Hero… JaeJoong… No escaparía otra vez de él. Sería suyo. 


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