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¿Hero? por MiRoApril

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No pensó que ver a Yunho en plena batalla sería tan difícil, no por tener que estar atento a sus movimientos, o en caso de que sus miradas se encontraran y recordara aquel beso, no. Sentía la gran necesidad de saltar e ir a salvarlo de lo que podía ser su pronta muerte. Ya bastante le dolía ver como las heridas del moreno empeoraban en cada movimiento, pero debía admitir que no lo hacía nada mal para ser una primera vez. La espada era un arma comúnmente utilizada, muchos la veían como una simple extensión de la mano fácil de manejar, pero era una de  aquellas en las que moverla al gusto era bastante complicado de no tener la destreza o una previa interacción con esta.

 

 

Las batallas se estaban extendiendo, más de lo imaginado. Ninguna había logrado robarles la atención como la batalla del moreno, incluso mal herido este continuaba moviéndose. Podían como criaturas ver más allá de los movimientos, lo peor era tener a la líder ángel a su lado, quien por más mínima que fuera el ataque, daba el veredicto del aura humana, entre ellos corrían peligro de muerte, el encuentro de Yunho, y dos mujeres al otro lado de la arena. El primer encuentro había terminado, una mujer con el muslo atravesado por una flecha, la cual se había rendido y atendido inmediatamente por la directora, ya que ella no tenía voz en las batallas, ella cuidaba de las criaturas, eran ellos quienes decidían sus elegidos, la gran híbrida apoyaba la moción o iba en contra de ella.

 

 

 

Se puso de pie inmediatamente al ver el cuerpo de Yunho en el suelo, sin demorar en teletransportarse, llego al lado de su cuerpo. Llevo las manos contrarias al rostro de Yunho, quien apenas lograba abrir sus ojos para verlo, no podía siquiera escuchar sus pensamientos por el mismo estar pensando en cómo o más bien, si debía intervenir en sus curaciones. Envío a la mierda su preocupación por su elegida, Yunho en ese momento era más importante, no paso por su cabeza si estaba bien o no preocuparse, si estaba siendo demasiado obvio al reaccionar de esa forma, nada…

 

 

—Yo me hago cargo de él, Hero. — Dijo Taecyeon. — Es mi elegido…

 

 

—Yo puedo hacerme cargo de él. — Respondió en su seca voz.

 

 

—Ya esta claro JaeJoong. —La voz femenina pronunció a lo lejos, cuando igualmente se escuchaban sus pasos acercarse. — Yunho es elegido de Taec, deja que él se haga cargo del nuevo cachorro…

 

 

Era molesto saber que el moreno estaba a cargo de alguien más, era una forma de alejarlo nuevamente de él. Finalmente Yunho estaría lejos de él, no volvería a verlo, no sentiría lo mismo otra vez, pero algo en el… No quería dejar de sentir. Con la ayuda de sus rodillas, volvió a ponerse de pie, parándose rectamente, sin una curvatura en su espalda, siempre manteniendo el orgullo de vampiro.

 

 

—Entendido. —Pronunció tragando en seco poco antes de relamer sus labios como de costumbre.

 

 

No volteo su mirada atrás, solo sintió la presencia del perro tomando al moreno y como esta se alejaba cada vez de ellos. Al momento en el que se volteó para verlo, Taec había tomado su forma animal para salir con Yunho en su lomo. Apretó su mano en un puño, ese era definitivamente la despedida de lo que pudo ser… ¿Pudo ser? ¡No claro que no!, simplemente no volverían a verse, era todo.

 

 

—Vamos. —Miro a su elegida quien apenas podía caminar.

 

 

Tomo a la mujer malherida pero aun completamente consciente en sus brazos, como acostumbraba en los tiempos medievales a cargar damiselas. La sangre de la humana termino manchando parte de su atuendo, aun así no le importo, era un vampiro, no le interesaban las manchas de sangre, además, su ropa acostumbraba a tener gotas rojizas, claro, por los eventos durante el día.

 

 

Dejar a la elegida en el castillo de la luna, curar sus heridas y explicar parte de la historia había sido tedioso, incluso dejo la conversación a medias para lograr escapar de ese lugar, un simple “Mañana hablamos” fue suficiente para dejar a la humana descansar hasta la mañana siguiente, donde por alguna razón, enviar a sus elegidos a darle la bienvenida, por primera vez no fue una opción, sino que el mismo se acercó a la ventana de la mujer.

 

 

—Hero.. Te estuve esperando. —

 

 

—Ya estoy aquí. — Dijo sentándose en el alfeizar como de costumbre.

 

 

—Ayer no respondiste mi pregunta. Entonces, ¿Por qué fue? —

 

 

—La batalla se realiza para agudizar sus habilidades y ver que no son débiles en cuanto se trata de matar. Por ejemplo.. Serás un vampiro, si no matas para beber sangre, ¿Cómo piensas sobrevivir? —

 

 

—¿Tendré que matar?...¿No podemos beber su sangre y dejarlos libres? —

 

 

—De ser así. ¿Crees que estaríamos aun ocultos?. — Tomo una pausa. — Bebes la sangre de uno e ira a contarle al resto, y así sucesivamente con todos de aquellos que te alimentes. Dejaríamos de ser un secreto y nos volveríamos una amenaza. En esta actualidad… ¿Ganarle a los humanos?. —Bufó. — Esas hormigas tienen incluso armas nucleares con las cuales amenazarnos, y aunque no nos ganan absolutamente nada, eliminaran población del ganado, humanos de los cuales nos alimentamos. ¿Lo entiendes ahora?

 

 

—Soy humana Hero. Si hablas así me estas….—

 

 

—Desde el momento en que aceptaste convertirte en un vampiro, dejaste de ser humana. — Tomo aire y esta vez suspiro pesado. — Suerte en tus clases. No me decepciones.

 

 

La misma amenaza iba para todos los elegidos, no decepcionarlo, poco le importaba pero era la forma de mantenerlos alerta ante todos los movimientos que debían realizar. Hasta se momento, habían sido un par de elegidos los que había matado a sangre fría por desobedecerle, uno de ellos había sido simplemente por tener una pareja humana, rehusándose a dejarla. La mujer no tenía habilidad alguna para pertenecer a su mundo, ser una criatura para ella era un sueño, MinAh no lo había aceptado, el mucho menos, una decepción para su clan al verle la cara de idiota. Acabó con su vida al huir de Ypsilon y la academia, querer ser un vampiro neófito por el mundo, lo llevaría a la ruina como líder. Dos pasos lejos de la academia habían sido los últimos que su elegido había dado.

 

 

Termino saltando de la ventana para dirigirse al bosque, tantos pensamientos una vez más trajeron a su cuerpo esa pésima sensación. No detendría sus pensamientos en un momento como ese, al contrario, los dejaría fluir mientras descansaba como le era de costumbre en el bosque, en una de las tantas ramas de los árboles. Más bien, quería pensamientos para dejar de pensar en Yunho, pero entre más pensaba en lo ocurrido años anteriores, más pensaba en Yunho.

 

 

 

Estaba en la misma situación que el último hombre que mato. Si Yunho no elegía ser un lycan, perdería su memoria, sería alejado, de rehusarse a perder su memoria, sería eliminado. Lo peor era ser el único con la habilidad de acabar con esas memorias, además de MinAh, pero era un trabajo que ella jamás realizaba, a menos que fuera necesario. Pensaba… ¿Qué tal si se negaba a borrar sus pensamientos?  MinAh tendría que actuar de inmediato, y no solo tendría conflictos el, sino que terminaría en una batalla contra la híbrida, probablemente moriría, como podía terminal mal herido… Pero al final de todo, sin Yunho en su vida.

 

 

¿Cómo no pudo aceptar algo así antes? ¿Qué era realmente el amor?, era todo lo que ese hombre repetía, “La amo.. Por favor..” Suplicaba por un perdón, pero termino muerto por sus propias manos. ¿Realmente la amaba? Había sido capaz de huir, arriesgarse a una vida como neófito por esa humana. ¿Y él? ¿Qué estaba haciendo por Yunho? Estuvo a punto de salvarlo de una batalla en la cual morir no era una opción, jamás MinAh dejaría que un humano muriera en una batalla, los necesitaba, si no eran elegidos en ese momento, lo serían al estar listos, pero el temor más grande… Fue ver a Yunho perder la vida de no llegar a tiempo.

 

 

Las horas pasaron y nada podía sacarlo de sus pensamientos, era tan real pensarlo, soñarlo, intentar encontrar una respuesta, que el aroma a la sangre de Yunho se hacía cada vez más fuerte, tan deseable, como si este intentara llamarlo. Por un momento pensó que se había sumergido de más entre tanta imaginación, palabas, y objetivos de su vida que tal como una colegiala enamorada podía sentir el aroma al perfume de su enamorado, el sentía el aroma a la sangre humana, pero no de cualquiera, del moreno. Yunho.

 

 

Ese aroma no podía ser tan real. Salió de sus pensamientos rápidamente buscando de donde este provenía, no había duda, esa sangre era del futuro lycan. Idiotamente, pensó que este estaba en peligro, un ataque, más estando en el bosque tan cerca de Ypsilon. Si bien sus vampiros debían estar en sus clases, habían otros que preferían quedarse en el castillo, con otro tipo de aprendizaje. Igualmente, la sangre de Yunho era tan deseosa, dulce, que no podía ser el único vampiro en sentirla.

 

 

 

—¿¡Eres idiota!? ¿¡Por qué te estás haciendo daño!? —Dijo exaltado, enfadado. — Tengo neófitos que podrían matarte al sentir tu sangre. Pedazo de idiota…

 

 

—¿No se te ocurre alguna idea de porque lo hice? —Pronunció Yunho en una voz calmada.

 

¿Por qué lo haría?, ¿Para buscarlo? Tomo su mano para estudiarla, quería asegurarse de que aquel corte no fuera un ataque ni animal ni mucho menos de uno de sus neófitos. Pero la herida tenía una pequeña profundidad, además de encontrarse en peligro de infección al ser apoyada en la tierra.

 

 

—Tsk…—Bufó ante la pregunta del moreno. No era un idiota, era una forma muy estupida de llamar su atención— Eres un elegido Lycan, Yunho… Ya no puedo acercarme a ti.

 

 

Era difícil estar frente a la herida contraria, más con esa deliciosa sangre tentándolo. Saco un pañuelo de su bolsillo y limpio la herida con sumo cuidado, perdiéndose en vez de la sangre, en los rasgos de la piel ajena.

 

—Me equivoque… Hero, no quiero ser un lycan  y alejarme de ti. ¿Qué debo hacer? —

 

¿Por qué le decía algo así? ¿Estaba jugando con él? Termino relamiendo sus labios mientras se ponía de pie, cerro sus ojos unos minutos antes de soltar un seco, y suave susurro.

 

—Ya no hay nada que puedas hacer. Así está todo mejor. Te lo dije Yunho.—Tomo una pausa. Obligándose a mentir. — No me gustas. No me gustan los hombres…

 

 

¿Era consciente de estar mintiendo? Así lo sintió apenas salieron las palabras de su boca. Le había dolido tanto decirlo como pronunciarlo. ¿No le gustaba? Entonces todo lo que sentía.. Era real. ¿Eso era amor?. Nuevamente estaba bajando la guardia frente al humano, volviéndose débil, manipulable. No… El no era así, ¿Por qué le tomaba tanto trabajo aceptar algo?. De todos sus años de vida, era la primera vez que se sentía de esa forma, y esa debilidad… Una tan extraña.

 

 

—Por cómo me besaste la última vez, dudo que no sientas algo por mí. —

 

 

El besó. Su corazón una vez más comenzó a acelerarse, su respiración a agitarse, ¿Tanto le afectaba?. No había querido recordar en un momento como ese, aquella escena, pero ahí estaba, acorralado una vez más por el humano. Su cintura fu capturada por Yunho, se le estaba haciendo costumbre, una molesta costumbre que trajo una vez más de solo ver los ojos ajenos, ese pasado.

 

 

—¡Que no soy una maldita mujer! ¡Yunho! —Grito en una queja. Su debilidad no le permitió alejar el cuerpo contrario con la fuerza que debía, pero aun así, se había liberado. —¡Soy un hombre! ¡Deja de tratarme como a tus putas novias!

 

 

—¿Cómo sabes eso? —Dijo el moreno ya en el suelo.

 

 

—Soy un vampiro Yunho. Tus pensamientos, recuerdos y todo lo que esta en su cabeza puedo leerlo viendo tus ojos. —

 

 

—No te veo como a ninguna de ellas. Ya deberías saberlo, ¿No?. — Dijo en un tono más serio, incluyendo su expresión.

 

 

—No quiero saber nada más. — Ignoro por completo el tema, se había cansado. Yunho no comprendía lo que sentía.— Dame tu mano. Te curaré para que te vayas a clases.

 

 

—¿Por qué no quieres ver? No me interesa tener una herida más en el cuerpo, podrán desaparecer como las otras. —

 

 

—Yunho, déjate de bromas ¿Quieres?. —

 

 

Aquella había sido su ultima advertencia al humano. Tomo la mano de este dirigiéndola hasta su boca, donde saco su lengua con lentitud, sin buscar provocar al moreno, sino que estaba dudando de sus acciones. Lamió la herida no solo para disfrutar de la sangre, su saliva podía regenerar un tejido como ese, tan pequeño.

 

 

Apenas alejo sus labios de la herida ya cerrada, fijo su mirada en los ojos contrarios, encontrándose con una diferente en Yunho, además de tenerlo sumamente cerca, su distancia era mínima. Todo paso en un par de segundos, de estar viendo los ojos marrones, a tener una vista en negro por cerrar sus ojos. Su espalda estaba contra el tronco de un árbol mientras sus labios estaban siendo devorados por el futuro lycan. Debilidad, era lo único que podía describirle en ese momento, completamente débil.

 

 

 

Las manos ajenas pasaron de su cintura hasta sus muslos, levantándolo por completo y obligándolo a rodear con sus piernas el cuerpo ajeno, una posición aún más comprometedora que las anteriores, más no estaba poniendo resistencia, estaba disfrutándolo, hasta el último segundo en el que sus bocas se acariciaran.

 

 

—Agh.. Yunho.. —Se quejo contra sus labios por tan corta distancia entre sus cuerpos.

 

 

Sin pudor alguno, Yunho estaba recorriendo sus piernas, acariciando sus muslos hasta sus glúteos. Por mucho que le molestara ser tratado como una mujer, no lo estaba evitando, se sentía tan bien el roce de sus cuerpos, de sus bocas y sus lenguas, que en más de una ocasión debió morder los cerezos del moreno para callar sus gemidos. Estaba gimiendo por las caricias de un hombre.

 

La lluvia comenzó a caer sobre sus cuerpos, pero importancia no le dieron, era parte de la naturaleza, un par de gotas no les lastimaría en absoluto, más solo lograba enfriar un poco sus cuerpos, de la temperatura que estaban tomando. Los labios de Yunho estaban en su cuello en un intento de dejar marcas rojizas  que llevaran su nombre, más o tuvo suerte. Ser un vampiro, tenia sus beneficios, entre ellos, era la cicatrización inmediata, una succión de su sangre a la piel no haría marca alguna. Pero le estaba encantando los intentos que Yunho estaba realizando.

 

 

—Ah.. Yunho.. Detente. — Gimió llevando su diestra hasta sus labios para evitar los vergonzosos sonidos. — No soy una de tus putas Yunho… Maldito humano. Detente.. Ah..

 

 

—Se perfectamente que no lo eres JaeJoong. —Susurro contra su piel. — No lo eres.. No me sentí así jamás por una de esas putas… ¿Es que no puedes ver sentimientos?...

 

 

—Yunho.. No.. —Sus labios una vez más fueron interrumpidos, los ajenos se encargaron de hacerlo.

 

 

Las cosas se estaban saliendo de control, su cuerpo estaba cada vez más caliente, como su respiración parecía quitarle la vida que claramente no tenía. Fue una caricia entre sus entrepiernas lo que le llevo a gemir más fuerte y a detenerse de inmediato. Las manos que rodeaban el cuello ajeno, se posaron en los pectorales del moreno, muy bien esculpidos pectorales.

 

 

—Espera.. Yunho. — Dijo en una agitada voz. — Tomémoslo con calma. Yo aun no entiendo esto…

 

 

—Por ahora… Lo aceptaré. —La voz del moreno sonaba igualmente agitada.

 

 

Sus pies tocaron el suelo una vez más, sintiendo aun la molesta lluvia caer sobre sus cuerpos, aunque el clima no era algo que le molestara, el moreno parecía verse afectado por el presente frio, y claro, el seguía siendo humano en comparación a él.

 

 

—Será mejor que vuelvas al castillo. —

 

 

—JaeJoong-ah… Seré un lycan y no podré acercarme más a ti. Dejame al menos pasar esta ultima noche contigo. ¿Si? —

 

 

¿Por qué esas palabras le habían dolido?, ¿Aceptaría ser uno de esos perros?. Termino bajando la mirada al suelo, apretando sus dientes y nada más asintiendo como si su cuerpo respondiera por si solo, estaba aceptando que Yunho Jung pasara la noche en su castillo, tan peligroso como que este se le acercara siendo lycan o no quisiera perder la memoria.

 

 

—¿Estas decidido?... Digo… ¿Serás uno de ellos?. — Sonó su voz algo quebrada.

 

 

—Ya te lo dije. No quiero ser uno de ellos… Pero si tener esa excusa me hace tener más tiempo por hoy a tu lado. — Elevo su mirada de inmediato. ¿Estaba jugando? ¿Cómo es que no leyó sus pensamientos para averiguarlo?. — Vamos…

 

 

—Eres un idiota. —Se quejo organizando sus ropas.

 

 

Tomo una vez más la compostura de un vampiro pura sangre, no en su expresión, sino en su espalda recta y mentón arriba al caminar. Apenas había avanzado un par de pasos cuando sintió la mano del moreno tomar la propia. Se detuvo solo para bajar su mirada y ver como sus dedos estaban entrelazados. Le provoco un nuevo cosquilleo sentir la piel de este contra la propia. ¿Por qué sentirse protegido por un humano? No tenía sentido.

 

 

 

El ingreso a su castillo, Ypsilon, era un problema. Su habitación estaba en lo alto de la torre, lejos de todos sus elegidos, pero estos tenían un agudo sentido el olfato para saber cuando un humano estaba cerca. Frente a la arquitectura, se detuvo mordiendo su mano de tal forma en la que salieran unas cuantas gotas de sangre. Acercar su mano a Yunho solo le indico lo que este debía hacer. Habían dejado todo el romanticismo en el bosque, eso creía, pero el moreno beso su mano con una delicadeza única bebiendo su sangre.

 

 

—E-Esto.. Cubrirá tu presencia y aroma humano por unas horas.. —Dijo con cierto nerviosismo.

 

 

Frente a Yunho, se acercó con algo de temor, por primera vez estaba tomando el la iniciativa de acercarse al moreno. Sus manos lentamente rodearon el cuerpo ajeno y alzo un poco sus pies para dejar que sus labios tocaran los contrarios en apenas un roce. Solo necesitaba que Yunho cerrara sus ojos para realizar la teletransportación, ya al abrirlos, estaban en su habitación. Elegante, medieval, con sedas rojas, muy diferentes a las de la otra vez.

 

La curiosidad del moreno era de esperarse, una vez separado de su cuerpo, comenzó su aventura por todo el lugar, viendo sus libros, papeles, plumas que aun utilizaba para escribir, mientras el, se dedico a observarlo sentado desde la cama. ¿Cómo paso eso? ¿Estaba aceptando a un humano en su habitación? ¿Y que hay de sus sentimientos? Termino con su mirada baja de tanto pensar, ¿Estaba haciendo lo correcto al seguir esa sensaciones? ¿Qué tal si se equivocaba?.

 

 

—¿Qué ocurre JaeJoong? — Yunho se acercó.

 

 

—No lo sé. No entenderías nada…—Pronunció elevando lentamente la vista al moreno.

 

 

—No entenderé si no me explicas. —El futuro lycan se sento a su lado tomando una de sus manos, obligándolo a ver sus ojos. Una de esas miradas en las que sus pensamientos fueron abiertos escuchando un “Dimelo”

 

 

—Es la primera vez que siento esto Yunho… No sé qué es amar, no se si es real. No se lo que siento por ti. Pero…—Relamió una vez más sus labios bajando su mirada. — Se siente tan bien…

 

 

—¿Por qué no me dejas… Demostrarte que es amar? —

 

 

—¿Cómo? —

 

 

—Te haré el amor…—


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