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¿Hero? por MiRoApril

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Notas del capitulo:

Recomendación para la lectura...

 

https://www.youtube.com/watch?v=jSlYVW6o-4M

La recomendación de Kibum era la única forma de acercarse una vez más a Yunho, el gran problema que tenía, claro, jamás había estado en esa situación. ¿Cómo seducirlo?, para empezar era un hombre y el moreno había olvidado todos sus recuerdos, por lo que seducirlo sin recuerdo alguno, no tendría un buen resultado. ¿Qué tal si reaccionaba como un homofóbico?, era consciente de poder utilizar su fuerza contra el humano, obligarlo más bien a besarlo o a pasar una noche de sexo, pero no iba al caso si este no dejaba que su corazón interfiriera, tenía que alcanzar sus sentimientos.

 

 

Key tenía razón en cada una de sus palabras. Yunho había perdido su memoria, ¿Qué era de su corazón?, los sentimientos no eran inducidos por el celebro, estaban en su corazón. Extraño, ¿Cómo un órgano como ese podía hacer sentir de tal forma, ¿De donde venían realmente los sentimientos?, no era de tener esperanzas, tampoco era de luchar por algo que encontraba completamente perdido, pero Yunho era un gran cambio en su vida, le afecto tanto que jamás volvería a ser el mismo. Claro, su maldito temperamento y carácter de mierda estaría siempre ahí con el mundo, más el era consciente del verdadero vampiro que era.

 

 

Estaba harto de ver a Yunho llevar a una mujer diferente a su cama por las noches, cada dos días, el fin de semana, existieron oportunidades en las que la semana completa tuvo sexo por las noches. Odiaba que este no le recordará, pero se quedaba tranquilo, celoso pero tranquilo, los pensamientos lujuriosos de Yunho se enfriaban con el tiempo, su cuerpo rechazaba a las mujeres dándole apenas una esperanza de que este extrañara el propio.

 

 

Solo habían pasado una noche juntos, sin contar las repetidas veces que llegaron al orgasmo por su condición de vampiro, sus fuerzas volvían a la normalidad en segundos, y el deseo aparecia nuevamente, el cuerpo de Yunho aquella noche le mostro un mundo diferente. Pero no, no aguantaba más ver el cuerpo de ese unirse a alguien más, de hecho, sus celos fueron al punto en el que intento vengarse, dejando que alguien más hiciera de las suyas con su cuerpo, pero no cualquier persona, debía ser otro hombre, una mujer no tendría el mismo valor sentimental. Había sido una de sus tantas ideas para evitar matar a media ciudad y contener su rabia, el sexo.

 

 

Un bar homosexual, fue de ayuda para intentar coquetear, seducir, un completo desastre, no era de aquellos que lograban hacer miradas coquetas, guiñar un ojo o algo parecido. Su aura misteriosa y tétrica, además de esa seriedad que tenía como vampiro, atraía a hombres.. ¿Cómo era que se les decía?, ¿Pasivos?, no quería usar aquel termino, pues estaba en aquella posición con Yunho, y así se metería en un mismo saco que los otros tipos. Uno cayó ante sus encantos solo por negarse a más de uno que se le acercó. Pero nada dio resultado.

 

 

No sentía placer, ni deseos por tener sexo, repelía las caricias ajenas, y los besos con otro hombre, no, en definitiva no era una buena idea. Aquella noche solo se alimentó del hombre, borro su memoria y le dejo inconsciente sobre la cama. Se sintió tan sucio que llego a Ypsilon por un largo baño del cual no salió en horas, su piel no era afectada por el agua, solo se relajaba ante la temperatura, y si el agua se enfriaba, volvía a calentarla con sus habilidades, que ardiera su piel, como si estuviera en el caldero de una bruja a punto de ser devorado, por primera vez, se preguntó, ¿Qué sería la muerte?. Hasta ese punto, le afectaba la ausencia de Yunho.

 

 

La noche siguiente, realizo su primer movimiento.

 

 

Fue tarde, en la madrugada, no quería encontrarse con la escena humana de sexo, asi se sentiría más afectado y tendría menos deseos de actuar para obtener al humano. Cerca de las cuatro de la madrugada, cuando la luna apenas iluminaba, ingreso a la habitación del moreno, observándolo una vez más, pero este, estaba despierto. Sus ojos completamente abiertos mirando el techo, ¿Qué pensaba?.

 

 

Y entonces entendió todo.

 

 

MinAh había borrado la actividad reciente de Yunho en Black Rose, no todos sus recuerdos, este aun recordaba la academia, y le recordaba a el como maestro, ¿Tenia alguna posibilidad?. La híbrida había sido descuidada al borrar la memoria del moreno, al parecer, Yoochun se encargó de hacerlo con sus padres también, pero no con las personas cercanas, eso quería decir, que las amistades de Yunho le hablaron de la academia, aunque el moreno lo tomara como un sueño, era un indició, podría utilizar esa información para rehacer una historia.

 

 

Como vampiro, entendía perfectamente que los recuerdos, eran irrecuperables, eran una parte del alma que era arrancada y puesta en blanco, probablemente Hara entendería de eso, siendo ángel tenia otro tipo de habilidades puras. ¿Por qué había entregado a Yunho?, ¿Taec le dijo la verdad?. Desde aquel día, no sabia nada de ellos, ni de Taec, ni de Hara, mucho menos de la híbrida, no quería saber nada en absoluto, su trabajo hasta ese momento, era un asco.

 

 

Estaba pasando la mayor parte del tiempo solo, Kibum experimentaba con las células del  líder demonio, además de pedir las propias, por lo que luego de ese consejo, perdió contacto con su mejor amigo. Una semana solo, buscando la forma de seducir al moreno.

 

 

Trago en seco listo para actuar.

 

—Yunho…—Lo llamo en un susurro desde la oscuridad de la habitación.

 

 

—¿Quién dijo eso? —Pronunció. — ¿Jess? —Dijo observando a la humana que tenia a su lado.

 

 

—Recuérdame Yunho…—Pronunció con celos.

 

 

—¿Dónde estás?. ¿Quién eres? —Dijo el moreno.

 

 

¿Quién era?, eso quería que este recordara. Era el vampiro siniestro al que todos temían y huían, quien paso de ser un iceberg a un vampiro puro con sentimientos, no era algo de verse todos los días, el amor no existía para los vampiros, menos para uno de más de trescientos años, pero ahí estaba, enamorado de quien recuerdos de él no tenia en absoluto.

 

 

Sintió como el moreno paso a su lado hasta acercarse a la pared. Su visión era perfecta, esos ojos dorados lo decían todo, ver en la oscuridad no era nada para esos ojos, pudo notar de inmediato que intentaba encender la luz, pero lo evitó, tomo su mano y lo acorralo contra la pared. Tenía su cuerpo cerca, su corazón lo sentía, buscaba a gritos hablar en latidos con el órgano ajeno, lo necesitaba luego de pasar más de un mes sufriendo. Quería a Yunho, lo deseaba.

 

 

—¿Qué mierda?. — Escucho el quejido.

 

 

—Yunho…—Susurro entre un suspiro.

 

 

—Déjate de juegos y dime quien eres. —Confundido, alterado, eso mostraban las expresiones del moreno.

 

 

A presión que este hizo contra su cuerpo, evidentemente quería alejarlo, pero no le dio la oportunidad, tenia que tenerlo cerca más tiempo, solo un poco más, calmar sus pensamientos. Lo siguiente fue un golpe directamente a su cara, tan solo con su palma detuvo el movimiento, se estaba arriesgando demasiado al exponer su sobrenaturaleza, pero no tenia de otra, si se dejaba golpear, encendería las luces, vería su cuerpo, y todo terminaría aun peor.

 

 

—¿Q-Quien eres?... —Dijo el moreno con algo de miedo.

 

 

—¿Por qué estas con ella Yunho?... ¿Ya me olvidaste?. —Sus celos, una vez más.

 

 

—N-No sé quién eres… ¿Qué haces? ¿Cómo entraste? —Pregunto.

 

 

—Recuérdame… Por favor…—Susurro.

 

 

¿Cómo tomar esos pensamientos? Estaba una vez mas dudando de su sexualidad, ¿Realmente pensaba que era una mujer? ¿Qué mujer le detendría asi?, claro, otra vampiro, lycan, hibrida o cualquier criatura femenino, pero…¿Por qué pensar en el como una mujer?. Tomo el rostro de este con delicadeza para acariciar sus mejillas, incluso estaba dejando pasar los pensamientos de Yunho por su figura femenina al tocar su cintura. Era cierto que su delgadez le jugaba en contra, era un hombre, aunque… Podría sacar provecho de esa oportunidad. Si le veía como mujer… ¿Podría?

 

 

—Digamos que no te recuerdo… ¿Cómo me harás recordarte?. —Pronunció en un susurro cerca de sus labios.

 

 

 

No podría contenerse, estaban tan cerca, necesitaba más, un contacto más profundo.

 

 

—Me dijiste que me amabas…—Confesó en un susurro.

 

 

¿Qué mejor prueba que esa?. Sus labios buscaron los contrarios desesperadamente, lo extrañaba, extrañaba estar entre los brazos del moreno, sentirlo, sentir como su corazón latía su nombre, como ese contacto volvía loco su cuerpo entre tantas emociones. La respiración le estaba haciendo falta, había extrañado utilizar sus órganos, sentirse vivo a pesar de jamás estar cerca de esa vida humana, se sentía bien, como si todo problema hubiera desaparecido, esa triste realidad reemplazada por una fantasía.

 

 

—Y-Yunho…—Gimió sin contenerse sobre los labios contrarios.

 

 

Estaba excitado. Más no tendría sexo aquella noche, este le creía una mujer.

 

 

Se alejo retrocediendo en sus pasos poco a poco, tenia que enamorarlo primero de él, no de su aspecto, ¿Así funcionaban los sentimientos humanos? ¿Esos libros ayudarían?, si Yunho se enamoraba de él sin saber que era un hombre, tenia una oportunidad de volver a estar a su lado, contarle quien era en realidad, que era en realidad, quien fue para él, y como llegaron a conocerse. Pero…

 

 

 

—Espera.. ¿Dónde vas? —

 

 

El moreno tomo su mano.

 

 

—Recuérdame… —Pronunció soltándose del agarre.

 

 

Se teletransporto.

 

 

Felicidad con una mezcla amarga, había obtenido un avance, y que avance en realidad, pero se sentía extraño al no saber como enamorar a Yunho sin que este descubriera aun su sexualidad. ¿Hacerse pasar por una mujer?, no, jamás, no seria jamás una opción. ¿Qué tal si le mostraba de inmediato quien era?, traería un efecto contrario a enamorarlo. Todo era tan complicado, los humanos eran complicados, esa mentalidad desarrollada tan cerrada. Falta de realidad.

 

 

Después de esa noche, JaeJoong visito al moreno cada dos o tres días, incluso este había descubierto el patrón en el que el vampiro le visitaba para no tener una mujer en su cama que pudiera descubrirlos o interrumpirlos. Encuentros de una o dos horas como máximo, no podía arriesgarse a más, dejaba que sus labios hablaran por él, y las caricias entre sus cuerpos sin dejar que Yunho tocara más allá, no dejaría que este notara aun lo que ocultaba bajo sus pantalones.

 

 

Huía, siempre. Cuando el ambiente lujurioso aparecía, justo en el momento que su cuerpo comentaba a excitarse, cuando sentía que sus pantalones no daban más con el bulto entre ellos y la lejanía entre sus pelvis no podía ser más grande, en ese momento, se alejaba, huía escuchando peticiones de explicaciones, pero no decía nada más que un “Recuérdame”. Las preguntas de Yunho siempre iban a sus encuentros, ¿Dónde se conocieron? ¿Estuvieron juntos antes? ¿Por qué el misterio de quién era?, y muchas más, ninguna fue respondida, sus charlas eran tan cortas, todas iguales.

 

 

—Yunho…—Susurro una vez en la habitación.

 

 

—Al fin llegas… Te estuve extrañando. —Respondió el moreno.

 

 

Yunho bajo de la cama. La oscuridad como siempre, le beneficiaba.

 

 

—Vamos… Ven aquí. ¿Cuánto más me harás esperar por ti?. —Dijo abriendo sus brazos a la espera de su cuerpo.

 

 

—Vine hace dos días. ¿Tanto me extrañas? —Respondió mientras caminaba lentamente hasta el moreno.

 

 

—¿Quieres que sea sincero?. —Preguntó.

 

 

—Sabré si me mientes. —

 

 

—Entonces no mentiré. — Soltó un suspiro pesado. — La verdad es que si… Y mucho.

 

 

—Pruébalo. —Dijo en un tono seductor.

 

 

—No es una prueba pero…—Pronunció mientras le tomaba por la cintura al vampiro. —Llevo dos semanas sin ver a otra mujer.

 

 

Esas palabras le sorprendieron. Habían pasado exactamente dos semanas desde que dejo de venir a observarle, tres desde sus encuentros, entonces, ¿Yunho solo lo quería a él?, más bien.. ¿A ella?. Su mirada busco en la ajena los indicios de sus recuerdos, veía al moreno mirando por la ventana, pensando en él, una vez más… Ella. Confundiéndolo con una más del montón que este llevaba a su habitación, de cierta manera diferente por el simple misterio que tenían, pero al final de cuentas, entre el montón.

 

 

—Soy diferente Yunho…—Susurro sobre los labios de este.

 

 

—Lo sé… De ser igual que las demás, tendríamos sexo hace mucho. —Pronunció en una suave risa.

 

 

—No me refiero a esa diferencia… —

 

 

—¿No? —Dijo el moreno.

 

 

—Si quieres saber la diferencia… Solo déjate llevar. —Susurro una vez más sobre sus labios.

 

 

La respuesta del moreno fue inmediatamente capturar sus labios, más bien devorarlos. Sus brazos rodearon el cuello de este acercándose más a su cuerpo, ya no le importaba que este notara su cuerpo, pero lo haría descubrirlo de otra forma, quería que sus corazones se encontraran una vez más, que el órgano le explicara a Yunho lo que sentía por su cuerpo. Era tan extraño pensarlo y tenía menos lógica si lo explicaba, en realidad no tenía ninguna lógica, pero lo intentaría, debía hacerlo.

 

 

Dejo que sus labios se perdieran en los de Yunho, obligándolo a dar un paso atrás y finalmente caer sobre la cama, su oportunidad perfecta para indicarle los siguientes hechos a suceder. Habían pasado tres semanas desde esos locos encuentros, donde compartían sus besos y apenas unas caricias, preguntas sin respuestas que tras esa noche, respondería a cada una de ellas. Esa noche era, finalmente, el gran paso a una futura vida.

 

 

 

Sentado sobre el cuerpo del moreno, mientras este ya descaradamente tocaba su trasero, froto su pelvis de tal forma en la que la hombría ajena reaccionara por las caricias, con aquella cercanía aun evitando el roce de su pene contra el abdomen de este. El trabajo estaría en sus manos esta vez. Por lo que tomo las manos de Yunho mientras se separaba de sus labios para finalmente susurrar.

 

 

—Déjamelo a mi…—

 

 

El moreno se recostó ubicándose en medio de la colcha para mayor comodidad de ambos, podía ver la sonrisa en sus labios y lo entusiasmado que estaba, además de aquellos pensamientos en los que hablaba sobre su cuerpo y la reacción que este tenia con el propio. A veces se perdía tanto en el placer y sus emociones que la voz en pensamientos de Yunho eran ignorados, no por querer, sino porque se dejaba llevar por completo.

 

 

Sus manos acariciaron el abdomen de este, levantando su playera para acariciar los muy marcados musculos, sus abdominales, lentamente siendo recorridos por sus dedos hasta arrebatarle la prenda. Sus labios bajaron a los contrarios en un simple contacto, beso su cuello, hombros y siguió con sus pectorales, su abdomen, los muy marcados abdominales, hasta llegar a sus oblicuos. El cuerpo de Yunho era perfecto, tan bien esculpido que jamás pensó apreciar una belleza masculina como esa. Menos con sus labios.

 

 

Desabotono el pantalón del moreno y termino por retirar todas las telas. La noche avanzaba y el se dedico primeramente a trabajar la erección de Yunho. No quiso pensar en nada parecido a “Jamás había hecho esto” “Jamás pensé tener un pene en mi boca” sino que se dejo llevar, como lo hacia últimamente, donde sus labios acariciaban cada vez que lo deseaba el glande del moreno para sacar gemidos de este. Más su nombre no salía de ellos. Supuso que preguntaría una vez más por su nombre, el cual negaría a decirle, hasta claro, terminar todo.

 

 

Con el miembro ya lubricado del moreno, se alejo un poco dejando que la luz de la luna con suerte iluminara su silueta. Se deshizo de sus ropas, la playera, sus pantalones, y se acerco una vez más al cuerpo ajeno. Se sentó sobre este acariciando con su trasero la erección del moreno, mientras sostenía con su diestra su propia erección, no quería, más bien, temía por ser descubierto. Sintió las manos de Yunho en su cintura y su cuerpo enderezarse para capturar sus labios, pero de inmediato su surda detuvo sus movimientos.

 

 

—No te muevas. No me toques aun. —Ordenó.

 

 

Yunho no parecía extrañado, al contrario, sintió un brinco en su erección sacándole un gemido de sus labios.

 

 

—Como tu ordenes…—Susurro.

 

 

Tomo la hombría de Yunho y la acerco a su entrada. Era la segunda vez que haría algo como eso, pero esta vez no tenía preparación alguna en su entrada, no tenía tiempo para prepararse, ni siquiera el mismo, se tomaba unos minutos más y Yunho le descubriría. Estaba tan excitado que no hizo falta seguir sosteniendo su pene, este se mantendría erecto hasta alcanzar el orgasmo, asi, ocupo una de sus manos para introducir el gran miembro de Yunho en el mientras la otra tapaba sus labios aguantando las quejas, los gemidos y el dolor.

 

 

Yunho gemía, seguramente por lo estrecho que se encontraba, sintió sus manos tocar sus piernas en leves roces, pero ante el placer y el dolor que estaba sintiendo, no pudo quejarse en absoluto. Una vez dentro, dejo salir un suspiro, más bien un jadeo. Dios, había extrañado sentirlo en su interior, eran uno otra vez. Se volvería loco por el placer que estaba sintiendo ante lentos movimientos penas unos pocos.

 

 

—Dejame ayudarte…—Dijo el moreno tomando finalmente su cintura con firmeza para comenzar sus duros movimientos.

 

 

—N-No.. Espera… YY-un…Ho —Intento detenerlo.

 

 

Sus labios fueron callados por los contarios, un beso en el que devoraban los labios del otro, además dejar que sus cuerpos se rozaran perfectamente. Podía sentir como su hombría había acabado con la distancia entre ellos, frotándose entre sus abdomen, ahí fue cuando pensó que todo acabaría. Yunho se detuvo, se separo de él, sin salir de su interior, simplemente separo sus pechos.

 

 

Su respiración era agitada al igual que el palpitar de su corazón, asustado, mientras que el otro estaba sorprendido. ¿Qué pensaba? El miedo no le dejaba escuchar nada en absoluto, además el golpetear de ambos órganos deseando esa unión nuevamente de sus pechos.

 

 

Las manos de Yunho recorrieron sus hombros lentamente, por su pecho, tocando sus pectorales, no habían senos; bajo aun más por su abdomen, no era un vientre plano, pese a ser delgado, tenia un abdomen marcado, no más que el contrario; por ultimo, su pene, toco su erección sacando en el peor momento un gemido de sus labios, cubrió de inmediato su boca, su secreto había acabado.

 

 

 

—Y-Yunho… ¿Me recuerdas?. —Susurro tocando su pecho, su corazón latía.

 

 

—Porque siento… —Susurro buscando sus labios en un corto contacto. — ¿Q-Quien eres?...

 

El moreno no dejo su erección tranquila, comenzó a masturbarlo lentamente, jugando con su glande.

 

 

—Ah.. Y-Yunho…—Gimió.

 

 

—Dime…—Susurro sobre sus labios. —Dime quien eres…

 

 

—Soy… Ah…—Atrapo los labios del moreno en un suave roce, mordiendo el labio inferior de este con lentitud. — Soy JaeJoong…

 

 

—JaeJoong… —Tomo una pausa. — Hermoso nombre…

 

 

Unió una vez más sus labios en un desenfrenado contacto.

Esa noche una vez más hicieron el amor, pesé a que uno de ellos, no recordara nada.

 

 

Su corazón y su cuerpo lo reconocían perfectamente.

 

¿No es así?

 

Yunho…


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