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¿Hero? por MiRoApril

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Notas del capitulo:

Recomendación para la lectura...

 

https://www.youtube.com/watch?v=guXMb7zLblM

 

Desde aquella noche, había caído rendido una vez más ante Yunho. No podía soportar el tiempo lejos de él, pero aun así, no dejaba que este viera su rostro, no podía permitir que sus últimos recuerdos de la academia jugaran en su contra. Yunho había tomado como un sueño su asistencia a la academia, por lo que ver su rostro le espantaría. Y alejarse más de él, era lo que menos deseaba.  Estaba tan enamorado que apenas podía aguantar los días lejos de él, debía tomarse un tiempo para volver, hacerle esperar, enamorarlo poco a poco, si así continuaba, era probable que lograra su objetivo, pero entre tantos pensamientos positivos, existía el negativo que arruinaba todo lo que planeaba a futuro.

 

 

Con Yunho enamorado de él, tendría que borrar sus últimos recuerdos de la academia, con el fin de mantenerse juntos. Pero, ese sentimiento de amor no le permitía mentirle al moreno, borrar sus pensamientos era como borrar sus primeros encuentros, aquella forma en la que se enamoró, era tan cruel como saber que Yunho ya no le recordaba como era antes. El recuerdo más preciado en la memoria del moreno no volvería jamás.

 

 

 

Los días pasaban y los encuentros aumentaban, ya no eran simples caricias, ni mucho menos unos cuantos besos, pasaban la madrugada teniendo sexo, o como el lo sentía, haciendo el amor, claro que para Yunho probablemente era una noche más, incluso se negó en todo ese tiempo a leer los pensamientos ajenos, ni uno solo paso por su cabeza, no quería saber nada que le hiciera sufrir, mantendría esa lejanía de la privacidad ajena, sin duda, no podía escuchar los pensamientos ajenos, por miedo. Un sentimiento que no pensó sentir jamás.

 

 

La ultima noche a su lado, le llevo felizmente a Ypsilon, donde como siempre al llegar intentaba apresurarse en sus actividades como líder, había vuelto a retomar todo incluso adelantando trabajo para pasar más tiempo con el humano. Transformo a los últimos elegidos, tenia neófitos a quienes entrenar, y así lo hizo en esas noches que tomaba su tiempo de distancia de Yunho. Era una forma de evitar que volviera a seguirlo, ya era suficiente con visitarlo en su tiempo libre o seguirle los pasos para averiguar si recordaba o no una parte de ese pasado, pero nada.

 

 

 

Cerca de dos meses pasaron desde que Yunho perdió la memoria, ¿Dos? ¿No eran tres?, si, probablemente tres, quizás cuatro, había perdido la cuenta, todo se le hacía eterno con las horas, más para un vampiro como él, que el pasar de los días no eran rápidos como los humanos, ni las horas, mucho menos los minutos, todo se hacía cada vez más inalcanzable, ya se imaginaba con quinientos años probablemente queriendo morir por el aburrimiento de la vida, o con una completamente diferente…

 

 

Se paseo por su oficina tomando una copa de vino, una mezcla especial que guardaba, vino y sangre de ángel, la mejor sangre entre las criaturas, incluso mejor que la humana, todo por ser tan pura, mantenía un sabor dulce diferente de aquellos que cometían pecados, extraño, pues un vampiro era parte de la oscuridad del mundo, seguramente era por ello que le atraían tanto las sangres puras. Un trago le dio a la copa cuando…

 

 

 

Yunho corría por el bosque en busca de JaeJoong. Finalmente había recuperado su memoria, ¿Cómo se había enterado?, porque este gritaba su nombre por todo Black Rose como si no le importara que MinAh le encontrara una vez más, era incluso una amenaza ser escuchado por la hibrida, pero Yunho gritaba su nombre en su búsqueda.

 

 

Esa voz, era inconfundible, no habían dos personas que hablaran de la misma forma en el mundo, y esa voz era la única que hacía latir su corazón a ese ritmo cardiaco, el único que traía a la vida ese órgano muerto provocando la sensación de que este se saldría de su pecho.

 

 

Salió de Ypsilon a gran velocidad buscando el aroma de esa dulce sangre en el bosque, ya no necesitaba una herida para identificarlo, era su persona especial, la sangre le atraía a kilómetros de distancia. Ni las hojas ni los arboles impedirían que lo encontrara, ni el más mínimo aroma de la naturaleza, o el elixir de otra especie, nada, él sabía dónde se encontraba el moreno pese a ser en el centro del bosque lo encontraría.

 

 

A lo lejos, lo vio, su cuerpo rodeado por árboles, esa increíble felicidad que llenaba su pecho, no sabía describirla. Sin notarlo, una sonrisa se formó en sus labios poco antes de salir a gran velocidad hasta el cuerpo del contrario.   

 

 

—¡Yunho! —Grito desesperado.

 

El moreno se volteó de inmediato a su señal, sus miradas se cruzaron, después de tanto tiempo, ahí estaban, ambos corriendo el uno al otro como si sus vidas dependieran de ello. El moreno le tomo en sus brazos estrechándolo contra su cuerpo en un gran abrazo. Sus brazos rodearon el cuello ajeno mientras ocultaba su rostro se ocultaba en él. Dios… Como había extrañado a Yunho.

 

 

Gracias a su maldito carácter, no había tenido la oportunidad de decirle lo que sentía, tenía tantos sentimientos aprisionados en su cuerpo que no estaba soportando vivir de esa forma. Que Yunho perdiera su memoria había sido el sufrimiento más grande que había tenido, y de sufrimientos un vampiro como él no sabía en absoluto, era uno de los primeros sentimientos que tenía, y el más horrible, para desear no sentirlo jamás.

 

 

 —¿Cómo?... —Dijo entre sollozos. —¿Cómo recordaste?

 

 

—No podía olvidar al amor de mi vida… imposible. —Susurro.

 

 

—Idiota… No tienes idea de todo lo que sufrí. —Golpeo su espalda con suavidad. — ¿Por qué te hiciste el héroe? Debiste decirme

 

 

—Si te decía no me dejarías hacerlo. —Sintió como le acaricio la cintura.

 

 

—Odio a Hara, no debió entregarte. —Apenas se separó del moreno. — Pero lo intente… Intente conquistarte y funciono… Me amas… ¿No?

 

 

—Claro que te amo JaeJoong. —Pronunció el moreno tomando entre sus manos sus mejillas. — Te amo… —Susurro.

 

 

—Te das cuenta que si MinAh descubre que recuperaste los recuerdos los volverá a borrar. —Dijo con algo de temor.

 

 

—Lo sé. Pero no tiene como enterarse. —Robo un beso de sus labios, un corto y simple contacto. — No necesita saberlo… Nadie necesita saberlo más que nosotros.

 

 

—¿Cómo nos ocultaremos? —

 

 

—Eres un vampiro JaeJoong… No necesitas pensarlo mucho. —Dijo mirando directamente sus ojos. — Transfórmame

 

 

La decisión más difícil de su vida, transformar al moreno en su misma especie. Aunque odiaba que la híbrida tuviera razón, ella y Taec, era cierto, Yunho no tenia el cuerpo para soportar una transformación a un vampiro, probablemente moriría en el acto. No era algo sencillo como se veía en las películas o lo que narraban los libros, transformar a un humano en una criatura tenia requisitos.

 

 

Los humanos eran una especie más, descendientes de aquellas mutaciones entre criaturas, como los híbridos, eran aquellos destinados a no desarrollar sus habilidades. Ea ahí donde jugaba un papel crucial sus ascendencias, Yunho tenía una ascendencia Lycan y Demonio, probablemente una cruza de ellos, pero era bastante obvio que su cuerpo tenia en sus genes una parte de esas criaturas, de transformarlo en un vampiro, podría ser rechazado, ¿Qué tal si sus genes de lycan repelían a los de vampiro que introduciría?. Lo mataría al instante. ¿Qué hacer?

 

 

Prefería vivir la vida humana junto a Yunho antes de perderlo para siempre y no traerlo de la muerte.

 

 

—No puedo.. —Dijo en un suspiro suave separándose del moreno.

 

 

—¿Qué? ¿Por qué? — Pronunció exaltado Yunho.

 

 

—No te perderé otra vez. —Su voz sonó baja. — No te mataré Yunho…

 

 

—¿Matarme? ¿A que te refieres? —Tomo al vampiro de los hombros. — Vamos JaeJoong. Estoy aquí, lejos de MinAh, nadie sabe que estoy aquí con recuerdos… Transfórmame.

 

 

—No es eso Yunho. —

 

 

—¿Entonces? ¿Entonces que es? ¡Vamos! ¡Dime! —Dijo desesperado.

 

 

—Morirás. —

 

 

—¿Eh?. —

 

 

—Tu cuerpo no resistirá la transformación. —Elevo la mirada lentamente al moreno. —No quiero verte morir.

 

 

—¿Estas seguro de eso? ¿No podemos intentarlo? —Susurro.

 

 

Negó.

 

 

—Mierda.. —Se quejó el moreno. — No tengo otras opciones.

 

 

—Deberías mantenerte como humano Yunho…—.Dijo desviando la mirada.

 

 

—¿Y que me veas envejecer hasta la muerte? ¿No es lo mismo? —Tomo una pausa. — Moriré con los años y tu te quedaras aquí solo y vivo. ¿Qué harás? ¿Buscar mi reencarnación?.

 

 

—Si es lo que debo hacer… Lo haré. —Admitió.

 

 

—JaeJoong…—

 

 

—Lo siento Yunho. Pero.. —Trago en seco. — Después de trescientos años finalmente me enamore y encontré a alguien que me hace feliz, no te perderé por un experimento…

 

 

—Dime al menos que lo pensarás…—Yunho acaricio su mejilla con su pulgar.

 

 

Asintió a sus palabras formando una leve sonrisa en sus labios.

 

 

—Lo haré…—Susurro por la cercanía.

 

 

Miraron sus ojos mutuamente como si estos hablaran mejor que sus labios.

 

 

—Te extrañe…—Susurro el vampiro.

 

 

—También te extrañe…Mi corazón te extraño. —Respondió.

 

 

Sus labios se unieron como si nunca antes se hubieran acariciado, no son desesperación, sino que con anhelo de sentir el amor por el otro. Estoy al igual que ellos se habían extrañado, el contacto, disfrutar de los otros, aunque se tocaron en reiteradas situaciones, no era lo mismo que hacerlo con el sentimiento más profundo de por medio. Sus corazones latían rápidamente, un ritmo completamente acelerado, era la unión de sus pechos lo que provocaba ese latir tan desesperado, el hablarse con el otro, el necesitar contacto, decirse cuanto se amaban, dar a conocer esos sentimientos de locura.

 

 

No creyó amar así jamás. Cuando pensó que ser un vampiro solitario era parte de su vida, aquel que nada sentiría, inmune a las emociones, cruel y despiadado. Su pasado era el que le condenaba, había hecho sufrir a tantos que seguramente el karma se encargó de darle una lección, le dio a Yunho en su vida, un humano que le daría amor el resto de sus años en vida, acabando así cuando su cuerpo no aguantara más el maldito mundo contaminado de los humanos.

 

 

Ya era de saberse que con el tiempo, los humanos contaminaron el mundo de tal forma que condenaron a su especie a los pocos años de vida, generaciones anteriores llegaban sin problema a los ciento cincuenta años, probablemente más, una herencia de su parte criatura muy oculta en sus cuerpos, solo por ser descendientes de ellos. Pero los humanos eran tan idiotas que no sabían medir las consecuencias.

 

 

Con tal de facilitarse la vida, creaban y creaban en vez de actuar por ellos mismos, utilizar sus cuerpos, entrenarlos, y desarrollar sus propias habilidades, era por eso que jamás desarrollarían sus cuerpos más allá de lo que ellos llamaban magia. Como los médium, contactos con los espíritus, poder mental, lo que ellos le llamaban a tener fé. Era un don, el don de la palabra, pero la raza humana creía esas habilidades nada más como cuentos. Se extinguirían.

 

 

Ya nada importaba, era feliz.

 

 

Los años pasaron y el seguía al lado del humano, manteniendo el su figura joven, mientras que Yunho se volvió todo un adulto. Le enseño a ocultar sus pensamientos, a protegerlos más bien, convirtiéndose en un maestro del Black Rose solo para estar cerca de él. MinAh no volvió a interferir, en realidad no tenia como hacerlo, Yunho aprendió con los años a bloquear sus pensamientos para la híbrida, más bien crear otros para que esta los creyera. Pues la habilidad de leer los pensamientos era del clan vampiro, JaeJoong sabia las debilidades de la mujer, pero todo llevaba años de practica. Con la edad que Yunho tenía había logrado engañar a la más poderosa criatura. Ya se imaginaran que edad debía tener el humano para lograrlo.

 

 

Pero era feliz.

 

 

Su trabajo por otro lado, no cambio en absoluto, seguía siendo el líder de los vampiros, aunque ya no vivía en Ypsilon, sino que vivía en una cabaña al interior del bosque con Yunho, solo ellos dos, donde aun lograban darse amor el uno al otro con el tiempo.

 

 

No existieron planes de casarse, más si existió una joya, un anillo que simbolizaba su matrimonio. No podían levantar sospechas, demás de que las ceremonias de ese tipo pasaban por MinAh, el secreto debía mantenerse, por ende, no planearon nada a futuro.

 

 

Tampoco existieron hijos, por un momento pensaron en adoptar a un humano con el cuerpo perfecto para ser transformado en vampiro a su edad adulta, asi JaeJoong se quedaría con una parte de Yunho al llegar su muerte, pero tampoco lograron concretarlo. Tener un hijo era otra razón donde MinAh estaba involucrada, más que ella, era el tener que cuidar a un bebe mientras estaban ambos trabajando, uno como maestro y el como líder, no había tiempo. Tener un hijo con una edad más avanzada no tenia gracia, ya que no aprendería de los modismos de Yunho, la idea era darle una personalidad con los años al crecer.

 

 

Pero el tiempo les jugo en su contra.

 

 

Más bien, sus naturalezas.

 

 

El día finalmente llegó. Yunho estaba muerto. Mientras el arreglaba las flores frente a su tumba, aun podía sentir el aroma a la sangre dulce del moreno. Pero una sonrisa no salio de sus labios, sino que salieron lagrimas de sus ojos. Pensó que en todos esos años, el amor que se tenían le haría caer en la realidad y asumir el destino del moreno, asi lo aprovecharía al máximo cada año, mes, día y hora. Pero no… Estaba enamorado, y había perdido a quien más amaba.

 

 

—Yunho…. —Dijo entre sollozos. — Perdóname… Perdóname por no intentarlo. Perdóname por tener miedo a perderte… Te amo Yunho. —Ubicó su palma sobre su nombre. — Regresa.. Por favor.

 

 

 

La copa en sus manos la lanzo lejos tras caer al suelo. Ambas manos sostuvieron su cuerpo mientras su pecho subia y bajaba por lo exaltado que estaba, su mirada recorrió su oficina, el tiempo no había pasado en absoluto, estaba aun ahí, había llegado de su último encuentro con Yunho, lo ultimo que hizo fue beber un poco de vino cuando… Sus dorados ojos le mostraron el futuro. Una habilidad que el vampiro tenía la cual era incapaz de controlar desde que sus emociones se volvieron un lío, más hasta ese momento, solo le mostraba elegidos a futuro como buenos vampiros, batallas, desastres naturales, pero nada que tuviera relación con Yunho, hasta ahora.

 

 

 

Estuvo cambiando el futuro en todo ese tiempo, probablemente la razón del porque  no tuvo una visión del futuro con Yunho. Pero lo había visto, lo vio todo. Yunho recobraría la memoria, más no era la mejor opción. Si estaba sufriendo en ese momento… ¿Qué era esa sensación al estar frente a la tumba de Yunho?. Era desesperante. Llevo su mano a su pecho apretando con fuerza las telas en su lado izquierdo, tenía que calmarse. Sus ojos jamás se equivocaban, y era por ello que el dolor aumentaba cada vez más.

 

 

No… ¡No!—Grito soltando sus lágrimas de inmediato, no podía contenerlas luego de ver toda su vida en menos de un minuto.

 

 

 

Lloraba con desesperación, ese era su futuro si Yunho recobraba la memoria. Debía detenerse, dejar de jugar con él, no podían estar juntos, debía asumirlo de una vez por todas. Dejar de enamorar al moreno, y dejar de enamorarse de él. Aunque lo creía imposible, pues sentía que el amor que sentía por Yunho había llegado al punto más alto, el problema ahora seria desenamorarse de él. Tenia unas opciones, pero tomar una de ellas, seria volver a su pasado y acabar prácticamente con la raza humana.

 

 

 

Desde su visión, no volvió a visitar a Yunho. No podía dejar que sufriera al alejarse tarde el, debía hacerlo desde ya, asi el sufrimiento seria menor, encontraría a otra mujer, sería feliz, y lo dejaría a un lado. Así fue la visión que tuvo luego de su decisión, al faltar ya a los demás encuentros. Yunho al menos seria feliz, mientras él.. No lo sabia. Dicen que ver al amor de su vida feliz, le hace feliz a uno. Ese no era el caso de JaeJoong, sentía celos de solo pensar que una mujer tomaría su puesto, que tomarían el corazón que le pertenecía, dolía… Dolía a horrores.

 

 

 

Pasaron los días, y su carácter había empeorado, si antes era una persona siniestra, no sabia que tipo de persona era en ese entonces. Inhumano, ni siquiera criatura, mucho menos vampiro, era una nueva especie. De vuelta a su soledad. No tenia piedad alguna, ni siquiera con sus vampiros, a muchos los llevo a trabajos pesados, a otros los hirió con fuego por un mal entrenamiento, nada le importaba. Estuvo a punto de matar una novia humana de uno de sus elegidos, pero termino bloqueando la memoria de su elegido vampiro y dando nada más una advertencia. “Cuando sea una criatura, el bloqueo se romperá y volverá a ser tu novia.” Había sido la única situación que sorprendio al mundo, el maldito sentimiento del amor.

 

 

—¿Qué haces? ¿Eh? —Escuchó a Kibum ingresar a su oficina.

 

 

—Trabajar, ¿Qué no lo ves? —Respondió seco.

 

 

Ya había sentido la presencia de Key cerca de Ypsilon, más no estaba solo, este era acompañado de un nuevo elegido, podía sentir la carne fresca de la transformación, un recién despertar.

 

 

—Wow… Que carácter. —

 

 

—Si viniste a ser una molestia, mejor vete. —Respondió JaeJoong.

 

 

—Vine solo a mostrarte mi nuevo invento. — Pronunció Key. —¿Recuerdas que pedí tus células y las de Joon?... Cree una nueva especie de híbrido y mi mejor amigo tenía que verlo antes que Minah.

 

 

—¿Un nuevo híbrido? —Dejo los papeles de lado. — ¿No que la cruza de vampiros y demonios existía?

 

 

—Si. Pero es inestable. Ya sabes…—Kibum se apoyó en el escritorio con ambas manos. —Los demonios son ángeles caídos, aunque tienen maldad y oscuridad en ellos, tienen una parte de luz, aunque oscura. ¿No sé si me entiendes?...

 

 

—Si, entiendo. —Tomo aire y soltó un suspiro pesado. — ¿Entonces?

 

 

—Uní las células con las mías. Mitad vampiro/Mitad lycan. —Dijo el híbrido.

 

 

—¿Y eso que tiene que ver conmigo? —Preguntó sin importancia.

 

 

—Pensé que querrías intentar el cambio con Yunh…

 

 

—No. —Se puso de pie. — Ya te lo dije, no se puede, no voy a matarlo. No me traigas esperanzas imposibles.

 

 

—Bien, solo era una idea. —Tomo aire soltando un suspiro pesado. — Bueno mezcle todo y cree este híbrido.

 

 

—¿Eso quiere decir que creaste un monstruo?

 

 

—Júzgalo tu mismo… Ven aquí… 


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