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¿Hero? por MiRoApril

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Quizás era la reacción de un niño pequeño, como si le hubieran arrebatado un jueguete de sus manos, pero no podía permitirse que un maestro, un simple tipo como el se creyera mejor por solo llevar unas gafas oscuras. Si bien estaba en todo su derecho a interrumpirles, ¿Por qué no hacerlo de la forma en la que todos lo hacían? No, Hero quería llamar la atención como el siniestro que era y estaba odiando que así fuera.

 

Logro su cometido aunque no esperaba que así fuera ¿Dónde estaban las advertencias de Junsu y Changmin?, ¿Nadie lo había intentado o era una broma para meterlos en problemas?, pero no podía ser mentira luego de ver el exactamente con sus ojos como todas las miradas seguían al siniestro como un protagonista de una película, como si este fuera la belleza del mundo la cual... Tenía sentido.

 

¿Qué estaba diciendo?, ¿Por qué?... ¿Por.. qué?. El rostro de este sin sus gafas era diferente, sin cicatrices, sin nada de otro mundo, solo un rostro blanquecino, con una piel que parecía ser de porcelana, delicada y una ligera tentación por comprobar sus propias palabras. Estaba de más decir que sus pensamientos se vieron nublados, quizás repletos de información, preguntas. ¿Cómo podían temerle a una persona como él?, tenía una belleza que ni siquiera una mujer podría alcanzar. Aunque sonaba exagerado, así era.

 

—Abre tus ojos.— Ordeno. Más que orden, parecía ser una necesidad, si la belleza de este era de esa forma, ¿Qué había tras sus ojos?.—¡Que los abras!

 

Su ira le provocaba ser insistente, quería obtener lo que deseaba, esos ojos, ¿Qué se escondía en esos malditos ojos?. Su puño estaba tan apretado porque incluso deseaba golpearlo para arruinar esa femenina cara que se estaba llevando su atención de sobremanera, si este había conseguido su atención con gafas, era cosa de imaginar nada más como se encontraba en ese momento. ¡Esa belleza no era normal! No podía estar viendo a un hombre de esa forma y eso lo enfurecía más. Por primera vez estaba admitiendo la belleza de un tipo siniestro. Extraño, dos palabras antónimas en una misma persona. ¿Quién lo diría?.

 

Sintió la mano ajena sobre su muñeca, por poco creyendo que le detendría de un golpe, pero no, este tomo su mano con la cual aun sostenía sus gafas. Pero había más. La piel ajena era... ¿Fría?, la temperatura del lugar era claramente de una época de invierno, pero, la piel del siniestro era tal cual su personalidad, como un hielo. Sin emociones, sin nada. ¿Eran las desventajas de una piel tan... Suave?, si, suave. Sentía la palma de su mano contra su piel, dando un ligero apretón, como si este se controlara en no hacerle daño, pues era gracioso, sus fríos dedos y delgados demostraban aún más el delicado cuerpo que este debía tener.

 

—Deja tus juegos.— Le escucho decir arrebatando de sus manos las gafas.—No haré lo que ordenes.-

 

De ese cuerpo delicado, o que parecía serlo, sintió una gran presión en su muñeca, no tan grande como para romperla, pero con una fuerza que no demostraba el cuerpo ajeno. Era demasiado delgado para tener músculos debajo de sus ropas.

 

—E-Eres normal. ¿Por qué ocultas tus ojos?— Balbuceo. Fue la respuesta más estúpida que pudo dar pero entre tantas cosas en su cabeza, ¿Cómo pensar en algo coherente?

 

—¿Normal? ¿Qué sabes tú de normalidad?. Solo has visto mi rostro y me tomas por alguien normal... Normal...—

 

Aunque este realizará un par de pausas en su teoría de lo normal, parecía más bien como si este dudará. Podría ser de película o sacado de un mal libro de magia y ese tipo de cosas, pero las dudas en el "Normal" del contrario, eran bastante claras, simplemente por repetirlas u dudar de ellas. ¿Normal?, podría ser entonces... ¿Normal?

 

-¿Por qué sigues aquí? Anda. Di algo.-Puede que la expresión no lo siga todo, pero la voz denotaba ira y rabia en el siniestro.- ¿Qué esperabas?... ¿Una cicatriz? ¿Otro ojo? .- Rió sarcástico- Eres como todos los demás, Yunho.

 

¿Era cierto?, ¿Sería como todos los demás?, entre más lo pensaba, más daba con la respuesta. Si. Había estado actuando como un idiota simplemente por la popularidad que tenía Hero en la academia, ese misterio de su persona atraía alumnos como la luz a las polillas, extraña comparación, pero no tenía otra para realizar entre tantos pensamientos. El que antes tenia los ojos cerrados, parecía observarle con determinación mientras el se hundía en su cabeza con más de una pregunta sin respuesta. Aun así, no fue lo necesario para distraerle de los movimientos contrarios. Por acto reflejo, tomo la muñeca del siniestro, deteniéndole.

 

—¡Espera!.—Pronunció una vez dado el contacto.—¿Por qué?.—Preguntó.

 

—¿Por qué? ¿Qué?.—

 

¿Por qué?... ¿Por qué su piel era tan fría? Podía sentirla pese a tener media palma de su mano con la tela del abrigo contrario, apenas un par de sus dedos lograban el contacto con la fina piel porcelana de Hero, fría como el hielo. Una de sus tantas preguntas, ¿Por qué? ¿Por qué se ocultaba? ¿Por qué usaba esas gafas? ¿Por qué esa belleza? ¿Por qué?...

 

—Y-Yo... Porque tu... N-Nada.—

 

—Si. Eso pensé.—

 

No pudo evitar balbucear en respuesta. No estaba en su sano juicio para realizar las preguntas y sabía que no iba a tener respuestas, sería nada más gastar aire, saliva en preguntarle a un tipo que en ese momento incluso podía notarlo molesto por lo ocurrido, aun así tras esa seca despedida, no se movió del lugar, como si esperara a que Hero se volteara en busca de sus preguntas.

 

Termino tocando su muñeca, aun podía sentir la fría mano ajena, tal y como sus dedos recordaban esa piel de porcelana tan suave y tentadora de tocar. Si, era un hombre, hecho y derecho, siempre disfruto de las mujeres, en su totalidad, todas ellas, pero por primera vez, sintió la curiosidad de acariciar el rostro de Hero. ¿Su piel sería tan suave como la de sus manos?

 

Una semana que podría considerar, no, más bien así la consideraba, una mierda. Por más que intentaba evitar al siniestro, su maestro, parecía como si estuviera buscándolo como un demente. No era que quisiera verlo, tenía que asegurarse de que este no dio información de más en aquella oportunidad, ¿Era eso?, no estaba mintiendo. ¿Qué tal si la directora se enteraba de que estuvo a punto de tener sexo en el bosque?, ahora que lo pensaba, tal como lo decía, sonaba bastante tentador y excitante, sin duda lo tendría más en consideración, claro, sin espectadores como el siniestro que le tuvieran en desesperación como ese momento.

 

En fin, su semana, una mierda, había concluido. El sol ya se ocultaba al momento de salir de la biblioteca, una simple tarea le tuvo hasta esas horas investigando, en la cual no avanzo ni dos palabras, no tenía como pensar una redacción si en todo momento solo pasaba el nombre de Hero por su cabeza. Hero, Hero, Hero... ¿Por qué Hero?. ¿Era una especie de héroe?, ¿A quien había salvado que se ganó un sobrenombre como ese?, dudaba que su verdadero nombre fuera ese, lo cual le llevaba a incrementar la curiosidad por el hombre.

 

Mientras caminaba por los pasillos, se detuvo a pensar en una de las ventanas, sentarse en el alfeizar mientras el sol se ocultaba en el horizonte. ¿Qué debía hacer con tanta incertidumbre?. El sol perdía brillo poco a poco iluminando parte de su rostro con los últimos rayos que este lograba emanar. Sus ojos se achicaron evitando el dolor que producía tanta luz y claramente para enfocar mejor su visión. Aun así, las heridas de sus mejillas dolían más que el brillo incandescente del sol.

 

Se quejo llevando sus manos a sus heridas apenas palpándolas sobre las bandas que la misma enfermera había dejado en ellas. Apenas llevaba unas semanas en el lugar, quizás un mes, ya ni lo recordaba, pero de todos modos estaba metido en problemas. Ahí estaba su castigo, una tarea, informe, o lo que sea que debía hacer para el próximo lunes, a primera hora en la oficina de.. ¿Cómo se llamaba?.. Mierda, incluso olvido el nombre de la maestra. De todos modos haría el trabajo, luego lo recordaría, tendría que preguntarle a ese tipo que dejo sus marcas en su rostro. Jonghyun. Sabía que muchos eran como él, en el sentido del entrenamiento y actividades físicas para su cuerpo, deportes y todo eso, pero no había encontrado un contrincante tan bueno para una lucha como aquel tipo, aun así, no le agradaba en absoluto. Pero, ¿Por qué actuó de esa forma ante una burla que ni siquiera iba dirigida a él?

 

Debe tener los ojos saltones.Las risas de inmediato inundaron el gimnasio por el comentario.

 

¡O puede que no tenga!

 

No. Yo lo he visto... Tiene los ojos como un par de huevos incrustados a la cara. Risas, risas y más risas que quitaron la paciencia del moreno.

 

Vaya.. Que buena visión tienes. ¿Cómo es que te llamas? Pronunció en un tono desafiante.

 

Jonghyun. ¿Y tu qué? ¿Eh?.

 

Solo espero arreglarte esa gran visión que tienes.

 

Hasta ahora, era el único que había visto más allá de las gafas de Hero, o eso quería creer. Los demás no tenían idea de la real belleza que el siniestro ocultaba, aun sin conocer las razones de porque lo hacía, ni mucho menos conocer los ojos de este; los comentarios de Jonghyun fueron una real molestia. Lo peor era que salió a defenderlo como si se tratara de una damisela en peligro, o un insulto a una mujer. Siempre fue caballero, respetuoso con las damas, y un comentario así, le alteraría. Pero, ¿Por qué Hero?, vamos.. Era un hombre. Si bien tenia una belleza única, ¿Por qué le defendió?

 

-Osh.- Se quejo poco después de un suspiro.

 

Tantas cosas en su cabeza, y ninguna respuesta. Quizás solo eran cosas que pensaba, y lo hacía demasiado. De hecho, eran cosas que pensaba, porque de lo contrario no pensaría, debería dejar de pensar y no hacerlo como pensaba en ese momento y...

 

-¡Ah!... Ya. Suficiente.-Tomo aire una vez más y respiro profundo.- Hero es Hero.. Un maestro siniestro con gafas, es todo. ¿Bien?

 

-¿A quién le hablas, eh?.- Una voz suave sonó tras su espalda.

 

-Junsu.- Se giro con una leve sonrisa en sus labios.- A mi mismo... No te preocupes.- Soltó una risa con el ultimo comentario.

 

-Vaya.. Si es verdad.-

 

-¿Qué cosa?

 

-Que has peleado con Jonghyun.- Dijo tocando su propia mejilla en señal de los parches del moreno.

 

-Oh.. Eso.- Apretó sus labios antes de asentir.- Si. ¿Ya todos se enteraron?

 

-Nadie lo hubiera hecho, de no ser porque defendiste a Hero. ¿Por qué lo hiciste?.- Dijo en un tono extrañado.

 

Si ya tenía una disputa en su cabeza. Junsu había creado una peor. ¿Decirle o no?. Aquella noche Hero parecía querer conservar su secreto con cerrar sus ojos, secreto que el tampoco sabía, puesto que aun no conocía sus ojos, pero, era completamente irrelevante su rostro, ¿No?.

 

-Solo me moleste. Estaba aburrido de escuchar por todos lados de él y bueno... Tengo poca paciencia.- Mintió.

 

-Procuraré no sacarte de tus cabales.- Rió.- Ven.. Vamos al castillo del Sol. Caminemos un poco...

 

Dentro de la extraña conversación con Junsu. Hero no fue un tema para tratar, incluso había olvidado todo lo que llenaba su cabeza por compartir justos con el contrario. Deportes y esas cosas que para el cuerpo de este, no parecía ser de aquellos que jugaran a la pelota, aun así, Junsu hablaba de ser un buen jugador en la cancha. Información que no estaba de más saber a la hora de practicar deportes, elegir grupos y ese tipo de cosas que todos los institutos realizaban en clases físicas.

 

Una vez más estaba en su habitación pensando, llenándose la cabeza de preguntas que no contestaría ni siquiera el mismo. Los suspiros parecían quitarle el aliento, no como colegiala enamorada, pero más bien por preocupaciones. Todo por ir a un horario inoportuno por un vaso de agua.

 

La noche parecía ser tranquila, ni siquiera los arboles cuchicheaban con la brisa nocturna. Era algo espeluznante caminar en medio de la noche por oscuros pasillos. Ya dando con las escaleras, debía bajar un par de pisos para dar con su meta. Pero de ser así, no estaría ahora en su habitación pensándose mil veces por qué salió a esas horas de la mañana. La voz de Dambi con aquel nombre que le quitaba el pensamiento esos días, lo detuvo. Ese debió ser el momento de su regreso, pero no. Se le ocurrió escuchar una conversación ajena.

 

-Anda vampirito.. El maestro, Hero...- Destaco la voz en el nombre.- No tiene por qué estar involucrado ya en esto..

 

No entendió. ¿Estaba o no Hero en ese lugar?. La mujer parecía hablar con alguien más de Hero, como también se escuchaba la voz del siniestro. Podían estar jugando una especie de juego de rol, ¿No? Quizás era demasiada imaginación para esa noche. Cuando escucho un simple "Vamos". Se refugió de la posible salida de la pareja por la puerta, una que nunca llego. Pero las voces en el interior ya no se escuchaban. ¿Cómo era posible?.

 

La curiosidad mató al gato y Yunho estaba a punto de dar sus últimas palabras antes de lo que parecía ser una posible muerte a manos de Hero si este se encontraba en el lugar. Abrió la puerta con lentitud, aquellas que no tenían seguro alguno puesto que la privacidad solo se daba con una puerta cerrada, y por la clara regla de mujeres de un lado y hombres del otro. Era estúpido, nadie podría respetar esa regla, pero con los maestros que tenían, era difícil de tener la razón.

 

Una vez abierta la puerta, Yunho se preparó para su fin. Espero insultos, por parte de la voz chillona de Dambi como la siniestra voz de Hero. Pero.. En el interior no había persona alguna. ¿Fantasmas? ¿Era posible? ¿Tan exactos para imitar la voz de la mujer justamente en su habitación?. Termino releyendo el nombre de la puerta, numero y nombre completamente correctos. Más no se detuvo e ingreso con el fin de buscar lo que deseaba. Siempre tan curioso. Ya dentro, sin una alma siquiera que le asustará, la única salida era... ¿La ventana?...

 

-Debo estar alucinando.- Pronunció viendo una vez más el techo de su habitación.

 

La silueta de la pareja estaba a lo lejos adentrándose al bosque luego de ver por aquella ventana. Una imagen que incluso aun recostado en su cama intentando dormir, le quitaría el sueño. ¿Por la ventana? ¿Cómo caer sin problemas desde un tercer piso? 

 


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