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¿Hero? por MiRoApril

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Tener a Dambi de elegida, probablemente había sido una mala idea. La mujer al ser un vampiro más, pasaba más tiempo que nunca pegada a él, no la estaba soportando, odiaba tener que entrenar a sus elegidos con habilidades básicas, la mujer aún era nada más una neófita que debía aprender a alimentarse de la sangre animal, un comienzo bastante duro escuchando los chillidos de la mujer por no querer clavarle los dientes a un animal, pobres.. pobres animales… Si claro. Aunque si lo pensaba bien, si, pobres animales, que debían pagar las cuentas de los humanos, en momentos como esos odiaba a Min Ah, quería beber sangre humana sin tener que ocultar los cadáveres. Seguramente de su ultimo alimento ya habían noticias en la ciudad, pero de ser huellas de un vampiro, ni pensarlo, no sería un idiota para dejar que los humanos le descubrieran.

 

—Solo hazlo.— Soltó un suspiro pesado cerrando sus ojos al momento de acomodar su cabeza contra el tronco del árbol.

 

—Huele delicioso.. Pero. ¿Por qué matarlo?. Hero… Eres un asesino.-Escuchó la queja de Dambi.

 

—¿Qué?... ¿Crees que mi nombre es realmente de un héroe?.-

 

¿Cómo se ganó ese nombre?, si realmente se enterara esa mujer de todo lo que hizo por ese nombre, y no lo que precisamente haría un héroe, sino todo lo contrario. El devastador Hero era quien acababa con pueblos, ciudades, sin dejar humano con vida, los cuerpos secos, a la vista de cualquiera, cuando las criaturas eran una amenaza para los humanos, cuando las razas reinaban por sobre los humanos. Pero jamás pensó que los humanos se multiplicaran incluso con agua, eran peor que hormigas. En comparación a las criaturas quienes aunque tenían menos meses de gestación, no eran de tener familias a menos que necesitaran un heredero al puesto de líder del clan.

—Hero..— Chilló una vez más.

 

—¡Hazlo! ¡Dejaste tu vida humana, deja de tener piedad! Si no lo haces, te mataré.—Si, estaba harto de escuchar los chillidos femeninos. Termino saltando de la rama para llegar al suelo justamente al lado del animal paralizado por sus habilidades oculares.—Si no puedes alimentarte. No me sirves…

 

Aburrido, dejo libre de los efectos al animal, huyendo este apenas tuvo movilidad de sus extremidades. Lo poco sorprendente era ver como Dambi salía a toda velocidad tras la presa, tal cual vampiro, o al menos el intento que esta debía dar para clavarle los colmillos. Seguramente solo debió matarlo y dejar que esta oliera por primera vez la sangre, quizás no resistiría el clavar sus colmillos en su cuello, algo bueno hubiera sucedido. En fin, perdió la oportunidad de hacer algo que le divirtiera luego de esas semanas soportando a la fémina. Jamás había tenido un elegido tan molesto.

 

Comenzó un caminar lento, tranquilo, a un paso seguro. No tenía la visión realmente de donde iría, solo quería pensar, después de todo, en esos días, ni eso había logrado hacer de tanta molestia que causaba Dambi. Incluso la molesta mujer había ingresado a su habitación, la cual elegido que cruzaba, elegido que salía herido, y Dambi no fue la excepción, una marca en sus manos era la prueba de aquel día en el que intento seducirlo una vez más. ¿Cómo era que no entendía?, ¡No quería estar con ella! Era increíble incluso decirlo, pero ni deseos de sexo tuvo esas semanas y mucho menos alimentarse.

 

Podía sentir la debilidad de su cuerpo por la poca alimentación, si existía algún tipo de ataque en esos días, seguramente moriría, de ser un encuentro uno a uno, pues existían más líderes que podrían ayudarlo, lo difícil era dejar que su orgullo los dejara ayudarle. En fin, no se sentía del todo bien a falta de sangre, necesitaba pronto clavar sus colmillos en algo, y con algo se refería a un humano, otro más de un ganado.

 

El hambre y deseo lo llevo una vez más a pensar en Yunho, ya no era de sorprenderse por dejar que el moreno entrara a sus pensamientos, aunque tan molesto como Dambi, no podía hacer nada al respecto para sacarlo de sus pensamientos, como podía sacar a Dambi de su espacio personal. Yunho era de quedarse en su cabeza a arruinar sus días por el deseo que provocaba beber su sangre. El hambre en ese momento, no lo estaba ayudando en absoluto, era peor aún pensar o imaginar ese aroma. Imaginar… Podía sentir el aroma en realidad, como si le estuviera provocando aún más. Sus colmillos estaban amenazando con hacer su aparición, pero intentaba resistirse, tenía años de experiencia, debía resistir realizar clases a una gran cantidad de humanos o pasearse por los pasillos de la academia, ¿Por qué no podía controlarse con Yunho?

 

Estaba perdido en sus sentidos, que no sentía presencia alguna a su alrededor, la debilidad le estaba afectando, no como uno de esos días en debilidad extrema, claro, la naturaleza también les afectaba. Termino sosteniéndose contra un árbol deteniendo su caminar, al final de cuentas estaba más cerca de la academia de lo que pensaba. Pensar en Yunho no le había salido bien, su cabeza le jugo una vez más una mala pasada, debía alimentarse cuanto antes, pero con esa debilidad atacando sus piernas, incluso era imposible mantenerse en pie. Quizás tan solo.. Tan solo debía pensar en algo más que no fuera…

 

—Hero…—

 

— Esto debe ser una broma…—Dijo en voz alta cerrando sus ojos de inmediato e intentando retomar la postura sin tener que aferrarse a un árbol.- ¿Qué quieres Yunho?

 

En un día nublado como ese, era perfectamente cómodo caminar por el bosque sin tener que usar esas gafas oscuras por miedo al sol, aunque siempre las llevaba con él por si tenía de la nada la curiosidad de observar al ganado, debía tenerlos para ir a la academia, claro que en ese momento, si pudiera al menos dejar sus manos lejos del tronco del árbol estaría poniendo sus gafas en su rostro. Más, era inútil incluso sus esfuerzos, el culpable de esa debilidad estaba tras su espalda.

 

—Llevo días buscándote. Dambi desapareció y se que tiene relación contigo su desaparición.—La molesta voz solo le hizo enojar.

 

—Lo que haga o no con Dambi no es tu problema. Ahora vete.—Ordenó.

 

Necesitaba estar lejos de Yunho, su sangre, su palpitante corazón lo estaban volviendo loco, sus sentidos se agudizaron de solo sentir su presencia tras su cuerpo. Control, debía tener control, pero era lo que menos podía pedir de tener un apetito como ese.

 

—No seguiré tus órdenes. Quiero respuestas.—

 

—No tengo las respuestas a tus preguntas y si realmente las tuviera, no te las diría, no tienes por qué meterte donde no te llaman Yunho Jung.—Al menos su voz si lograba el mismo tono seco con el cual acostumbraba a hablar.

 

—¡Te vi! Se que eras tu quien se llevo a Dambi la otra noche. Los vi irse de la habitación. ¿Me crees un idiota?.-

 

¿Debía afectarle algo como eso?, era probable, de ser consciente de lo que estaba pasando en aquel momento. Era un animal, una criatura, sus instintos claramente le ganarían de estar en desventaja contra ellos, su apetito pedía a gritos la sangre del moreno. Sus colmillos salieron sin previo aviso de su boca, por lo que su mano fue de inmediato hasta su boca para cubrir el bulto formado en el labio superior, por los grandes colmillos afilados, incluso el intento de mantener la boca bien cerrada era poco probable.

 

—¿Hero?...—Sintió de la nada el agarre de la mano ajena sobre su muñeca expuesta, el contacto de su piel le llevo una vez más a sentir las pulsaciones ajenas.

 

—¡No! Yunho vete.. —Ordenó.

 

Soltó su mano con fuerza, realizo el intento de alejarse de él, caminar, correr no era una opción, primero porque estaría más en contacto con sus instintos salvajes, conectado con la criatura que era, terminaría perdiendo el control.

 

-Ya te dije que no me iré.- Pareció que este tomo una pausa solo para volver a acercarse a él. En un abrir y cerrar de ojos, estaba acorralado contra el tronco de un árbol, y no de una manera sutil, delicado, todo lo contrario, su espalda fue prácticamente azotada contra el tronco.- No te dejaré ir. Dimelo de una vez. ¿Qué paso con Dambi? ¿Por qué esa noche te la llevaste? ¿Y como?... ¿Cómo saliste por esa ventana? ¿¡Eh?!

 

Su primera acción fue cerrar sus ojos, esos ojos dorados no podían ser vistos por un humano, claramente Yunho notaria que no era normal de ver ojos de ese tipo, no por el color, sino por su brillo hipnotizante. Forzó sus ojos a estar cerrados, mientras el agarre de Yunho evitaba el movimiento de su cuerpo, un agarre que para él era débil, pero no podía actuar con su fuerza sobrehumana, si quería seguir fingiendo ser uno. Por otra parte, la cercanía, esa cercanía era un peligro, gran peligro, no resistiría pero aun así no quito la mano de su boca. Por otra parte, el golpe, definitivamente el dolor que sintió demostraba su debilidad, necesitaba sangre, cuanto antes, pero no Yunho, todo menos Yunho.

 

—Esta bien. Se transfirió a la clase nocturna, es todo, ahora esta en el castillo de la luna. Agh..—Se quejó apretando con más fuerza sus ojos, era seguro que el cambió estaba ocurriendo, no solo sus ojos dorados eran capaz de delatarlo, existía otro color que todo humano conocía, un estereotipo por primera vez, cierto.

 

—¿Castillo de la luna? ¿Hay clases nocturnas?. — La voz del moreno se escuchaba más confundida que antes, obviamente no podría mantener la mentira si este tenía más dudas por resolver. Respuestas que no podía dar en esa situación.— Pero, ¿Cómo?... Entonces… ¡No! ¡No me iré!

 

—¡Vete! ¡Yunho!... Agh… Por la mierda. ¡Vete! ¿Qué parte no entiendes?! –

 

Sus ordenes definitivamente no funcionaban, estaba perdiendo el control poco a poco, ni siquiera podía mantener sus ojos por completo cerrados, su mirada estaba baja, intentando no elevar sus parpados para no ser descubierto, pero a era tarde, sus sentidos estaban agudizados, incluso, la tranquilidad llego a él, ya estaba perdido, Yunho era hombre muerto.

 

—¿Qué? ¿Por qué quieres que me vaya? ¿Qué te ocurre? —Su voz exaltada iba perfectamente con sus pedidos desesperados porque se fuera.— ¿Hero?... —Lo escuchaba, esa voz, suave voz.— Hero, no es eso. Yo.. Bueno.. Desde que te vi. Digo, desde que vi tu rostro no puedo… ¿Cómo decirlo? Es extraño… Yo…

 

—Yunho.-Pronunció finalmente interrumpiendo las palabras ajenas.—Te dije que te fueras.

 

—Si, pero.. Necesito respuestas. Hero, ¿Por qué no me dejas ver tus…? —Sintió finalmente su mano sobre su barbilla obligándole a desviar su mirada del suelo y clavarla en los ojos contrarios, pero logró cerrarlos poco antes de realizar aquel contacto.— Hero.. Creó que me gustas.

 

Si bien, no eran las palabras que esperaba, no pudo evitar sorprenderse. La sorpresa le llevo a abrir sus ojos inmediatamente, sus rojizos ojos, rojos como la sangre, Los humanos solían ver solo una vez esos ojos, y era poco antes de la muerte, de él, Hero, el depredador que acabo con aldeas, pueblos, ciudades enteras, sin piedad a los humanos. Heredero al clan principal de los vampiros, tenía el potencial de ser un buen líder de los pura sangre, tal y como su padre, pero sus instintos se apoderaron de él, consiguiendo el destierro de su clan, y la desconocida de su familia, hasta ahora, pues luego de la muerte de su padre, el era el único que podía tomar el liderazgo de su clan. De todos modos rechazo la oferta, el era un depredador, un vampiro solitario.

 

Las miles de experiencias le llevaron a ser más fuertes, entrenamientos duros, y con el tiempo, su rango subió como subir las escaleras. Fue el primero en tomar un rango plata, luego de su padre, el segundo de todos los vampiros, el rango plata era uno casi inalcanzable, mucho menos el oro, y máximo rango de los vampiros, ninguno además de su padre lo había logrado, claro que su padre murió a los pocos días de conseguirlo, una maldición para muchos, el dorado se asimilaba al sol, un ser tan poderoso como el astro. El… Era el único poseedor de esos ojos, los ojos color oro, que en ese momento eran rojos por el deseo de sangre humana.

 

—Tus ojos.. ¿Por eso los ocultas?. Si te gusta usar lentes de contacto no es algo que debas ocultar. El rojo no es mal color, casi te hace un… ¿Hero?... —Escucho decir al contrario mientras mantenía su boca cerrada sin importar el bulto en sus labios superiores.— Lo siento, debo estar loco, ni siquiera la belleza de una mujer me ha capturado como tu, es que… Eres hermoso y yo…

 

Los brazos ajenos lo rodearon, como si intentara protegerlo, pero, ¿De que?, si era el quien debía huir, aun asi, ese calor corporal, era algo que jamás había sentido, de su piel fría como el hielo, sin sentir afecto alguno en sus tres siglos de vida, se sentía extraño, como si algo intenara evitar que lo devorara. Pero, gran error. El cuello de este estaba al roce de sus mejilla, más cerca que nunca sintiendo el aroma de su sangre como una droga. Trago en seco intentando resistirse, ¿Podía quedar algo de humanidad en su forma de criatura?.

 

Supuso que era una técnica más del contrario, todos los hombros conocían esos movimientos, incluyéndole, tomar a la pareja de la cintura para apegarlo a su cuerpo, no solo le molestaba, sino que lo hacía sentir como una mujer, femenino, y aquello traría a su cabeza las afirmaciones humanas de los pasillos, ¡El no era femenino!. Pero odio en ese momento soltar casi un suspiro por la extraña sensación de tener las manos ajenas en su cintura, pues tan solo alcanzo a tomar aire, viéndose perdido en el exquisito aroma de la sangre contraria. No perdía ni siquiera perdón al cielo, sino que agradecía la exquisitez de sangre enviada como un sacrificio de los humanos por mantenerle vivo.

 

—Yunho…— Apenas susurro contra su oído, pues sus colmillos estaban haciendo su trabajo, buscando la vena más cercana para clavar.

 

—He… Ro…—

 

Y ese nombre entrecortado dio a conocer la ultima escena. Sus colmillos se clavaron al cuello ajeno, finalmente probó el dulce elixir del humano. No esperaba un encuentro tan “romántico” para acabar con su vida, pero si la situación solo se dio, el solo deseaba su sangre, no quería nada más que eso, porque, ¿Sentir algo por Yunho? Vamos.. No podía de la nada ser algo por el por una belleza que todos los vampiros como él tenían, seguramente si le presentaba a una vampiresa este igualmente se enamoraría de ella, como lo había hecho con Dambi. Pero por alguna razón, la idea se le hizo realmente molesta, no quería que así fuera. ¿Por qué?

 

La sangre corría por sus labios, su boca, caía incluso desperdiciando algunas gotas por las comisuras de sus labios hasta su cuello, pero el agarre de Yunho no se aflojaba, todo lo contrario, se mantenía firme como si intentara resistirse. Aun así, no se detuvo, planeaba dejar a Yunho seco, beber hasta la ultima gota de sangre en su interior.

 

—No lo hagas… Hero… No..—

 

Sus ojos ojos una vez más se abrieron sorprendido, ¿A esas alturas? ¿Podía hablar? ¿Era una broma?. Los brazos ajenos se aferraron a su cuerpo sintiendo una vez más ese calor y la comodidad de tener a Yunho rodeando su cuerpo. Sentirse protegido, era una extraña sensación, pero el no tenía emociones, jamás había sentido algo, quizás si en un pasado, pero ¿Por qué ahora?

 

—No me importa lo que seas… Quiero conocer más allá de esas gafas…—

 

¿Estaba loco?, ¿Cómo podía decirle algo como eso? Peor aun, fue sentir como si algo de su pecho pidiera salir, un golpe le detuvo. Ese humano no podía tener nada más una sangre exquisita, tenía que tener algo más, entre ellas, un poder que le estaba dejando anonadado, jamás un humano había conseguido que se detuviera, menos con sus instintos consumiendo su cuerpo de esa forma.

 

Retiro los colmillos de su cuello lentamente, soltando el agarre de los hombros ajenos para separarse, necesitaba saber como ese humano con tan poca sangre en su cuerpo, seguía vivo. Y ahí estaba, un Yunho sonriente mirando sus ojos sin temor alguno, sin curiosidad por saber más allá de su físico, pese a sus palabras, este no parecía tener reacción a su forma vampirica, y no culpaba a la poca cantidad de sangre, pues aun asi estaba consiente, de querer saber más, este hubiera hablado.

 

—Sabía que no lo harías.— Pronunció el moreno poco antes de caer al suelo inconsciente.- Hero… 


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