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¿Hero? por MiRoApril

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Sentía que la locura lo estaba consumiendo, pasaban los días y no había rastro de Dambi, mucho menos de Hero. Lo que pensó por un momento era un sueño nada más, una pesadilla de todas esas que había tenido al llegar al macabro lugar, más con un siniestro rondando por los pasillos de la academia, pero no, todo parecía ser más real que nunca, pues Dambi y Hero desaparecieron a todas las clases en las que debía verlos. 

 

Aquella mañana, la locura había llegado a un nivel diferente, quería respuestas, saber como Hero salto de un tercer piso, con el cuerpo de la mujer en sus brazos y caer sin problema alguno en la tierra. No podía ser una habilidad que todos los humanos tuvieran, estaba seguro que si realizaba aquella acción, terminaría con el rostro estampado contra el suelo y seguramente sin vida. Los pisos del castillo no eran como un edificio normal. Estos eran bastante diferentes, espaciosos, techos altos, tal cual castillos antiguos. Era probable que el tercer piso fuera un quinto en un edificio normal de la ciudad. 

 

Estaba seguro que de asistir a clases nuevamente no encontraría a la pareja, por lo que no se tomo el tiempo siquiera de ponerse el uniforme, todo lo contrario, se quedó con la ropa que había utilizado esa mañana para salir a caminar una vez más por el bosque, en busca de Hero. Pensó que de volver al mismo lugar en el que descubrió su rostro, lograría verlo una vez más, realizar las preguntas sin respuesta de la ultima vez y aquellas nuevas que le robaban el sueño. Pero no, era de esperar que el siniestro no se encontraba dos veces en el mismo lugar, por más que espero sentado contra el tronco de un árbol, las horas solo pasaron dejando a un Yunho aun más desesperado por la situación, probablemente más que desesperación, era ira, por la curiosidad prácticamente matándolo. 

 

No había lógica en nada de lo que pensaba, en como Hero salto de ese lugar, o como se acercó una vez más a Dambi, se suponía que este no se le acercaría, ¿No?, lo dejo bastante claro esa noche, lo cual le llevaba una vez más a pensar en esa belleza, y en como esos ojos aunque cerrados, atraían más su curiosidad por saber de ellos. De un momento a otro, toda preocupación se había ido, había sido reemplazada por una sensación diferente, tranquila, como esa noche en la que vio por primera vez el rostro del siniestro, que de siniestro no tenía nada, más tenía una belleza de ángel. 

 

Un suspiro se llevó el silencio de su habitación, sus ojos se cerraron en un largo parpadear antes de sentarse en la cama decidido, a salir. Luego de tantas preguntas, películas prácticamente apareciendo en su cabeza con la escena de Dambi y Hero saliendo por la ventana; sus pensamientos iban más allá de la imaginación, esos días habían sido un sufrimiento por culpa de esa creatividad en su cabeza, podría ser incluso una mejor historia que cualquier libro escrito antes, con una idea tras otra, sin duda capítulos que dejaban capturado con cada palabra, todo por saber como resolver cada una de sus disputas, pero el final del libro jamás estaría completo. 

 

Camino a habitación de Dambi, ya más tranquilo, de hecho, no pensaba en nada más que en Hero y en cómo sería encararlo por los últimos hechos. Tenía un punto a favor, una forma de acercarse más, de conocer más de él, saber quién era realmente, que tipo de hombre era, más bien, que tipo de persona era, ¿Por qué esa personalidad tan misteriosa?, ¿Que lo llevo a ser el tipo siniestro que espanta a los estudiantes?, pues aunque este tenía un claro atractivo para toda mujer en la academia, había que admitir que este igualmente espantaba con esa personalidad tan seca y misteriosa, no solo causaba curiosidad, sino que el miedo también capturaba a los alumnos. 

 

¿Serían las leyendas ciertas? ¿Que todo alumno que parece ser cercano a Hero... Desaparece?, eso era lo que había escuchado la última clase con Junsu, sus palabras fueron claras y aquel tono de voz que utilizo hacia todo más creíble, tal parecía que había sido uno de sus amigos el que había desaparecido cuando se le vio hablar más de una vez con el siniestro. Lo cual, le llevaba a las pruebas de Dambi. La mujer si bien se acercaba al maestro con otro tipo de invenciones, la mujer era cercana al tipo, les había visto hablar como dos personas intimas, no en el sentido ya sexual, pero si cómo si se conocieran desde antes. Y otra vez, su cabeza volvía a ser un mar de pensamientos. Debía ser cierto... Dambi había desaparecido y había sido Hero quien fue por ella. 

 

No se quedó con la curiosidad. Era el único en el castillo del sol, a menos que otro alumno se tomara el dia como lo hizo el, mala idea si decidía salir de la habitación, era probable que existiera algún inspector rondando por los pasillos, de no estar enfermó, no tenía nada que hacer en el castillo, por lo tanto, el castigo podría llegar en un abrir y cerrar de ojos. Además, todos los maestros en el lugar tenían esa aura misteriosa que tenía Hero, como su maestra de biología, una mujer diferente a Hero de pies a cabeza, amable, tierna, dulce, como un ángel, la mujer era completamente adorable, pero no dejaba de ser misteriosa, nadie podía tener esa aura tan.. ¿Limpia?, realmente la mujer paría alguien pura.

 

Su maestro de deportes, otro tipo que no podía ser humano, no por creer en criaturas míticas y ese tipo de cosas solo existentes en libros, sino que el tipo era uno de esos maestros que entrenaba con sus alumnos, pocos de esos hay y el era uno de ellos, pero esa resistencia, al correr, al levantar pesas, no era humana.. Definitivamente. El era uno de los más fuertes en su clase, probablemente el más fuerte, pero su maestro parecía un dios levantando prácticamente el doble. Por un momento pensó que las pesas eran echas de otro tipo de material que le permitía a Taec levantar el doble que cualquier humano, ni siquiera la experiencia era razón para la resistencia que este tenía. 

 

En definitiva todos en ese lugar eran extraños, y su directora, porque ¿Era directora, no? Ni siquiera aparecía, no le había visto siquiera el rostro, nada, era una mujer que no salía de su oficina, ella vivía ahí. Esas y muchas cosas más pasaban por su cabeza, todas terminaban involucrándose con Hero, terminando por pensar que realmente ese lugar tenia algo que había escuchado de los demás, algo que no creyó para nada, ¿Alumnos que desaparecen?, no tenía sentido, el ministerio de educación lo sabría, o los padres de esos alumnos. ¡Vamos..! Nadie desaparece por nada y con la actualidad no es buscado, al contrario, estaba seguro que las autoridades no pararían hasta encontrar al desaparecido. 

 

Para su suerte, logro llegar a la habitación de Dambi sin problemas, no había ni una sola alma en los pasillos como pensaba, al contrario, estaba más solitario que nunca. Una corriente recorrió su cuerpo del escalofríos que causaba el silencio del lugar, pero aun asi no se detuvo, continuo con lo que quería terminar. Revisar y ver una u otra opción para huir del tercer piso del castillo, si Hero podía hacerlo, ¿Por qué él no?. Una vez dentro de la habitación de Dambi, cerró la puerta con cuidado, provocando un poco de ruido, era un tanto brusco para sus cosas, más cuando estaba algo nervioso. Su primera impresión de la habitación, no la proceso hasta el momento de notar que estaba completamente vacía. No habían pertenencias, ni ropa, nada, la habitación que una vez perteneció a alguien, ahora estaba completamente vacía. 

 

Era imposible, ¿Cómo habían logrado llevarse todo? Entonces, ¿Era cierto? ¿Dambi realmente había desaparecido?. Lo impresionante no era la importancia de Dambi, era lo que poco le importaba a Yunho en ese momento, lo que pasaba por su cabeza, era el culpable de la desaparición, el que le estaba robando el aliento en los últimos días con unos cuantos suspiros de recordar ese rostro. A veces, hasta idiotamente pensaba en sentir algo por él, como si fuera gay. Probablemente era la envidia de la belleza ajena, siempre llegaba a esa conclusión. Pero esos deseos de tocar su piel a veces le ponían en duda. No podía ser gay. Sentir algo por otro hombre no tenia lógica para nada, iba contra todos sus principios, las mujeres eran su vida, día a día tenia a una mujer nueva y ahora pensaba en un hombre como una de ellas. 

 

No era difícil confundirse, Hero tenia sus facciones bien definidas, como toda mujer, además esa piel, envidiable de cualquiera, piel blanquecina, sus manos, esa suavidad. El siniestro era tan delicado como una mujer, eso pensaba, ni quiera lo había tenido completamente cerca para juzgarlo por completo, pero solo su belleza lo estaba atrapando en otro mar de dudas, pero peor que los anteriores, puesto que ahora se trataba de dudar de su propia sexualidad. 

 

Reviso la ventana, afirmando su cuerpo desde el marco de la puerta para asomar su rostro y ver la altura en la que se encontraba. Solo un asomo y retrocedió del vértigo. Era alto, muy alto, tal cual lo había deducido anteriormente, era probable que demostrara un quinto piso de un edificio normal. Era imposible saltar de ese lugar, un loco lo haría, menor con una mujer en sus brazos, y ese loco hasta ahora era Hero. Sin duda necesitaba encontrarlo, no para culparlo de los hechos, sino para las respectivas respuestas. 

 

Las clases habían terminado y los alumnos volvían al castillo, mientras el iba en dirección contraria a toda la masa, se dirigía una vez más al bosque, en busca de Hero. Si tenia que esperar en la oscuridad de la noche, lo haría, subiría a un árbol, lo que sea, ya no podía seguir viviendo con esa curiosidad, esa academia ocultaba algo, y tenia que enterarse de que se trataba. Ir por unos libros a la biblioteca, era algo más que cualquier protagonista de una película haría, como si en libros encontrara la respuesta, sabia que nadie era tan idiota para dejar las respuestas a preguntas como esas a una simple vista, menos de cualquier estudiante. 

 

Salto la advertencia, evitar el ingreso de alumnos era lo que menos hacia ese cartel, no era el único que se adentraba al bosque, estaba seguro que otros tan idiotas como él, ya lo habían hecho. Camino a las profundidades, sin saber donde ir ni como volver si deseaba hacerlo, ya no tenia como arrepentirse. Continuo, camino hasta detenerse contra el tronco de un árbol, no había caso, no encontraría al siniestro de esa forma, pero antes de ingresar parecía una buena idea hacerlo. 

 

—¿¡Quién anda ahí?!.— Dijo posicionando sus manos en forma de puño frente a su cuerpo, una forma de autodefensa. 

 

El ruido de unos pasos le había advertido que no estaba solo, por poco pensaba que era algún maestro que le regañaría o un animal salvaje de esos que hablaban por los pasillos. Estaba nervioso y algo asustado, la silueta se movía sosteniéndose de los árboles, acercándose cada vez más. No se acerco a ella solo hasta ver que aquella silueta pertenecía a quien justamente, buscaba. 

 

—Hero…—Susurro intentando llamar su atención. 

 

—Esto debe ser una broma…—Escuchó en respuesta. Pero lo ignoro por completo, pues había visto al siniestro con los ojos abiertos poco antes de verse obligado a cerrarlos para no realizar un contacto con los propios.— ¿Qué quieres Yunho? 

 

Estaba impresionado de no ver a Hero con sus gafas, tenia expuesta esa belleza a la vista de cualquiera, y en ese momento el era un espectador de primera fila. Fue la imagen frente a él que le llevo a calmarse, y no tener que atacar de primer plano con sus palabras, preguntas y todo lo que tenía que decir al respecto. 

 

—Llevo días buscándote. Dambi desapareció y se que tiene relación contigo su desaparición.- Valga la redundancia, pero no podía expresarse teniendo esa distracción frente a él. 

 

—Lo que haga o no con Dambi no es tu problema. Ahora vete.—Ordenó. 

 

La imagen de Hero no parecía estar tranquila, aunque mantenía sus ojos cerrados y esa forma siniestra de él tanto como de su voz no desaparecía, la posición en la que estaba lo llevaba a pensar diversas “Cosas”, como que este no estuviera bien del otro y estaba nada más fingiendo frente a él. 

 

—No seguiré tus órdenes. Quiero respuestas.—La paciencia, tampoco la tenía a esas alturas. 

 

—No tengo las respuestas a tus preguntas y si realmente las tuviera, no te las diría, no tienes por qué meterte donde no te llaman Yunho Jung.—¿Estar mal?, ahora si lo dudaba, se escuchaba perfectamente bien. 

 

—¡Te vi! Se que eras tu quien se llevó a Dambi la otra noche. Los vi irse de la habitación. ¿Me crees un idiota?.- 

 

Sabía actuar, había que admitirlo, sin duda no había forma de quitarle esa mascara a Hero, esa forma tan siniestra que tenia de ser, tan misterioso, tan poco humano, pero no buscaba la amabilidad de este, solo quería respuestas, que le explicara que sucedía, ¿Qué era eso de estudiantes desaparecidos? ¿Dónde estaba Dambi? ¿Qué pasaba con sus ojos? ¿Por qué tenia esa belleza? ¿Por qué mierda no dejaba de pensar en él?

 

Sin duda la imagen que daba era para pensar lo contrario al estar bien, más cuando le vio llevar su mano a su boca, ¿Le ocurría algo?, ¿Había sido atacado por un animal salvaje?, en aquel bosque podían ocurrir mil y una cosa, o eso era lo que todos contaban, más solo veía una conexión con el siniestro, el bosque mostraba la misma mascara siniestra de Hero. 

 

—¿Hero?...— Tomo la muñeca de este asegurándose primeramente que no escapara, y segundo, evitar que cayera. 

 

—¡No! Yunho vete.. —¿Cuándo entendería Hero que sus órdenes no servirían con él? 

 

Podía ser un maestro o no, pero ya había pasado más alla esa relación maestro alumno que todos tenían normalmente, el ni siquiera le tenia respeto a la figura frente a él, solo curiosidad y los deseos de quitar la máscara a un personaje más de esa academia, pero Hero se reusaba a cooperar. Sintió como la fuerza contraria le llevo a soltarlo, la delicada muñeca contraria, incluso tuvo un ligero temor al soltarla con tanta fuerza, era delgado, podía romperse como el cristal. Quizás en un principio le preocupo la situación de su muñeca y esa forma delicada que tenia de tratar a un tipo siniestro como Hero, pero el que este fuera tan “duro de cabeza” le estaba molestando. ¿Cuánto más debía aguantar por una respuesta?

 

—Ya te dije que no me iré.—Pronunció en una voz decidida, llevando con él el cuerpo del contrario contra el árbol que anteriormente Hero estuvo apoyado. — No te dejaré ir. Dimelo de una vez. ¿Qué paso con Dambi? ¿Por qué esa noche te la llevaste? ¿Y como?... ¿Cómo saliste por esa ventana? ¿¡Eh?! .—Dijo exaltado. 

 

No estaba exagerando en el tono de voz. Llevar días con esa incertidumbre, lleno de preguntas, incluso el temor de ser el siguiente en desaparecer… ¡No era un idiota! Si Hero creía que podía engañar a todos los humanos, estaba equivocado, el no sería engañado, necesitaba saber que estaba ocurriendo. El ver cómo el contrario forzaba una vez más sus ojos para no ser abiertos, ni ver más allá de ellos, ¡Dios!! ¡Estaba hartó! ¿¡Qué mierda tenían esos ojos?!

 

—Está bien. Se transfirió a la clase nocturna, es todo, ahora está en el castillo de la luna. Agh..— ¿Está bien?. Escuchó por primera vez ceder, no solo sorprendiéndole, sino que escuchando un tono de voz diferente a los anteriores, ¿Débil? .— Ahora vete..

 

—¿Castillo de la luna? ¿Hay clases nocturnas?. —Tenía que ser una broma. Se estaba enterando de otra parte de la academia, ¿Existían clases nocturnas? .—Pero, ¿Cómo?... Entonces… ¡No! ¡No me iré! 

 

—¡Vete! ¡Yunho!... Agh… Por la mierda. ¡Vete! ¿Qué parte no entiendes?!—

 

La voz de Hero le estaba inquietando, no era seca, ni mucho menos siniestra. Su voz sonaba suave, aunque a gritos y desesperada. ¿Qué le ocurría?, veía sus ojos cerrarse con fuerza, ¿Estaba sufriendo?, además esos quejidos. ¿Estaba enfermo? Pero si algo le sucedía, el era el único que podía ayudarlo en un momento así. Estaban lejos de la academia, en medio de un bosque oscuro, con el sol ya perdido desde el horizonte. 

 

—¿Qué? ¿Por qué quieres que me vaya? ¿Qué te ocurre? —Estaba exaltado, preocupado. Si bien conocía a Hero como un tipo siniestro, esa parte de él, era tan.. Extraña. Pero, lo hacía ver más humano.- ¿Hero?... —Susurro.—Hero, no es eso. Yo.. Bueno.. Desde que te vi. Digo, desde que vi tu rostro no puedo… ¿Cómo decirlo? Es extraño… Yo… 

 

Estaba, ¿Declarandose?. En realidad quería dar a conocer un ligero problema que estaba teniendo, un problema hormonal. Ver a Hero en esas condiciones, esa belleza, lo hacía ver tan débil, tan manipulable, podría obligarlo a mostrar sus ojos y en esa situación era probable conseguir su objetivo. Aun así, no era algo que deseará de esa forma, no entendía como el revoltijo de emociones estaba atacándolo.

 

—Yunho.—Interrumpió sus palabras.—Te dije que te fueras.—Una vez más escuchó una orden que sería desobedecida.

 

—Si, pero.. Necesito respuestas. Hero, ¿Por qué no me dejas ver tus…? —

 

Tomo la barbilla ajena con un solo fin, esperar a ver lo que tanto deseaba, los ojos contrarios que seguramente iban más alla de la belleza que había mostrado su rostro. Pero apenas fijo sus ojos en los contrarios, este nada más los tenia con fuerza cerrados evitando el contacto con los propios. Aunque, aquella curiosidad paso a segundo plano cuando la belleza del contrario una vez más estaba frente a él, a una distancia que… Jamás pensó tener con un hombre. Tan delicado, tan hermoso que… 

 

—Hero.. Creó que me gustas.— Declaró. 

 

Jamás pensó que una declaración como esa saldría de sus labios. Poco antes de iniciar la disputa en sus pensamientos por una declaración a un hombre, por dudar de su sexualidad, y por tener miles de cosas más por pensar, los ojos de Hero estaban sobre los propios. Esa mirada, ese color… ¿Ese era el misterio?. Sus ojos eran rojos, un rojo fantasía que se conseguía nada más con lentes de contacto. ¿Ocultaba sus ojos con lentes de contacto además de esa gafas oscuras? Aun así, su mirada buscaba en los contrario un indicio de las lentillas, claramente no creería que eran reales, un color rojo como la sangre no eran un tono de ojos común, igualmente dudaba que ese fuera el misterio tras las gafas. 

 

—Tus ojos.. ¿Por eso los ocultas?. Si te gusta usar lentes de contacto no es algo que debas ocultar. El rojo no es mal color, casi te hace un… ¿Hero?... —Pesé a ese color, a usar lentillas, esa gafas oscuras, creerse una persona siniestra. Hero era hermoso, tenia la necesidad de acercarse más a él.— Lo siento, debo estar loco, ni siquiera la belleza de una mujer me ha capturado como tu, es que… Eres hermoso y yo… 

 

No se resistió a abrazar al contrario por la cintura, apegándolo por completo a su cuerpo. Tenia una figura femenina, delicada, como si este buscara la protección de alguien como él, un hombre fuerte. Pero, ¿No que era hetero?, Hero había dejado clara su inclinación sexual, pero con ese cuerpo era imposible no dudar. Tenía un cuerpo femenino, más que una mujer, esa cintura era envidiable por cualquier fémina, y aquel aroma, ¿Era su perfume?. Idiotamente su mejilla rozo la contraria, esa suavidad, no podía creer que estaba sintiendo algo por un hombre, ¿Y si solo le confundía con una mujer?

 

No pensó recibir respuesta del contrario, en lo más mínimo, de hecho pensaba en ser alejado, claro que Hero estaba en una posición de la cual aún no tenía idea si estaba enfermo o algo, pero sabía que cierta debilidad existía que le permitía tenerlo en ese momento entre sus brazos. Sentía los labios ajenos en su cuello. Jamás.. Jamás pensó en sentir su piel erizarse por el contacto de los labios masculinos sobre su piel. 

 

—Yunho…—El susurro, esa voz, ya no podía negarlo. Sentía algo por Hero. 

 

—He… Ro…—Pronunció entre cortado. 

 

La suavidad de los labios había sido reemplazada por un afilado, ¿Qué era?, solo sentía una especie de aguja rayar su cuello, pero antes de separarse con la intensión de averiguarlo, sintió la penetración en su cuello. El dolor fue increíblemente doloroso, que de no ser por lo sorprendido que estaba, seguramente estaría gritando por el dolor, pero ni eso podía hacer. Su visión se estaba nublando, sus ojos cayendo y su fuerza, disminuyendo. Aun así, no dejo de sostenerlo, tenia con fuerza la cintura ajena contra su cuerpo, con ambas manos aferradas a él. 

 

El misterio se había acabado. El siniestro, Hero, el codiciado de la academia, el ser más extraño entre los humanos, con una belleza increíble, irresistible a cualquier humano, si humano, lo decía ahora que sabía la real naturaleza del siniestro. Alguna vez pensó que esos libros hablando de una realidad oculta, eran nada más que historias creadas con el fin de atrapar a los lectores, tener mayor cantidad de ventas. Sorprendentemente… Todos los autores escribieron la verdad detrás de unas cuantas personas. El siniestro era un vampiro… Que ahora, acababa con su vida. 

 

Así es como termino enamorándose de un vampiro, una criatura mitológica que creía inexistente, nada más creada para libros. Podría haber sido una vampireza, una mujer, otra criatura. No… Yunho se enamoró de un siniestro. 

 

—No lo hagas… Hero… No..—¿Estaba rogando?. 

 

¿Qué sería de una historia sin que uno de los protagonistas no se sorprendiera en una escena como esa? ¿Yunho? ¿Huir? Hay veces que dicen, el amor es más fuerte, ¿Es posible?. Estaba conociendo otra parte de Hero. Su verdadera naturaleza le llevo a ser el tipo siniestro que era, ¿No era así?, hace un momento, Hero era una persona diferente, débil, casi un humano como cualquiera, tenerlo en sus brazos no cambiaba la sensación de tenerlo sabiendo que era un vampiro, se sentía igual. 

 

—No me importa lo que seas… Quiero conocer más allá de esas gafas…—Pronunció reafirmando lo que apenas lograban ser pensamientos.

 

La falta de sangre estaba a punto de llevarlo a la inconciencia, si es que asi podía llamarlo, pues de no detenerse Hero, el moriría. Sus ojos se cerraban lentamente sintiendo como sus piernas perdían la fuerza para tenerlo en pie. ¿Podría al menos dar sus últimas palabras?, por un momento pensó que su vida tenía un final diferente. ¿Dambi también murió de esa forma?, seguramente había sido cena de Hero la noche anterior. ¿Él era uno más? ¿Así se sentía Dambi?, entonces… Hero, ¿Nada más seducía y acababa con la vida de los alumnos? Había caído en sus redes, y vaya que estaba atrapado. 

 

Los colmillos fueron retirados de su cuello causando un nuevo dolor, soportable, ya apenas lograba sentir con la falta de sangre en su cuerpo. Pero, estaban ¿Feliz?, Hero se había detenido, ¿Lo estaba dejando vivo?, ¿Tenía una oportunidad más de vivir?

 

—Sabía que no lo harías.—Pronunció en una sonrisa suave al separarse del vampiro. Una sonrisa que incluso inconsciente en el suelo, mantuvo en todo momento. 


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