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¿Hero? por MiRoApril

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Notas del capitulo:

Acompañamiento musical. 

https://www.youtube.com/watch?v=n3MdKWPKeZ8

Aun no podía creer lo sucedido, esa última escena en el bosque lo perseguiría día tras día, sin contar que aun ni siquiera vivía el desenlace de todo. Por un momento pensó que el moreno sería uno más de todos aquellos que se convirtieron en comida para él, nada más que un alimento, luego enterraba los cuerpos y fin de la historia. Los humanos habían sido creados como ganado para los dioses, una vez que estos dejaron la tierra siendo suplantados por criaturas como él, los humanos seguirían siendo una raza inferior a ellos, ganado, comida, nada más que eso. Por primera vez, estaba poniendo en duda uno de sus más grandes pensamientos. ¿El culpable?, yacía recostado en una cama a horas el último encuentro.

 

Las sabanas eran blancas en comparación a la transformación de Dambi. Había ordenado el cambio para el próximo elegido que ocupara ese lugar, aunque de tener en su habitación una cama propia, seguramente escondería ahí el cuerpo del humano. Hasta ahora, el único lugar que olía a humano era esa habitación del castillo Ypsilon, sino, cualquiera de sus elegidos transformados descubriría su posición con un humano no permitido en el castillo. Como líder, tenía el poder sobretodos ellos, pero igualmente podía ser acusado culpable de romper las reglas de la gran híbrida. Muy amiga podía ser, pero cuando cumplía su palabra, era capaz de todo, tal y como él, podía matar sin piedad alguna. 

 

Aún escuchaba el latir del corazón ajeno, Yunho estaba vivo. El órgano intentaba de todas formas bombear las ultimas gotas de sangre que corrían por sus venas en un intento de mantenerlo con vida. Entre tanto lo pensaba, no tenía la decisión tomada. ¿Dejarlo o no morir?, si lo hacía, correría un riesgo con MinAh, de no hacerlo, solo tenía una opción, transformarlo o borrar su memoria. Tenía mil formas de salir del problema, pero, ¿Qué lo hacía tardar tanto en tomar una respuesta?, la respuesta estaba en el hecho que estaba robando sus pensamientos… ¿Por qué lo dejo con vida? 

 

Si bien el auto control que un vampiro tenía por la sangre era casi nula, los años les llevaban a tener más tiempo de control en sus instintos asesinos, eran capaces de tomar su tiempo para pensar en lo que estaba bien y lo que no. Con tres siglos de vida, había sido capaz de controlarse a la sangre humana, viviendo entre ellos, actuando como un maestro, oliendo esta día a día y aun así tras verse tentado por el ganado, jamás perdió el control. Pero, ese control jamás había sucedido una vez sumergido en la exquisitez del elixir recorriendo su garganta, entregando toda esa fuerza que un vampiro necesitaba, inclusive hasta sentirse poderoso. 

 

Yunho, había logrado en él lo que jamás había pensado. Ya parecía una historia romántica de esas en las que todo terminaba bien, lo estaba detestando, porque no era así, nada de esas novelas ocurría, era imposible que un drama inventado por la creatividad de una persona, fuera.. Real. Bien, bien. Yunho consiguió que se detuviera, era un logro, ¿Algún día tenia que pasar, no? Pero esa voz ni siquiera parecía desesperada, no estaba pidiendo auxilio, tampoco misericordia, el moreno nada más buscaba tranquilizarlo, como si ser un vampiro fuera algo totalmente normal. Más no salía de su cabeza, el como este se refirió a él luego de esa declaración. “ No me importa lo que seas… Quiero conocer más allá de esas gafas”  ¿Qué quería conocer?, estaba frente a él una bestia asesina, una criatura mitológica que se creía inexistente, probablemente una de las razas más peligrosas en el mundo y el vampiro más poderoso de todos. Hero.

 

Su nombre había sido entregado en burla a sus ataques, aunque nada más había sido un apodo en el primer siglo de vida, ya luego lo tomo como parte de él, dejando a un lado su verdadero nombre JaeJoong. Volverse poderoso necesitaba de un apodo que causara temor en el mundo, pero el suyo no optenía justamente eso, sino que atraía a sus presas hasta sus manos. Como lo había sido Yunho, uno más que se vio tentado ante la curiosidad de su nombre. 

 

—Agh.. Mm..—Escuchó al moreno quejarse a su lado. 

 

De tanto pensar, estaba olvidando la escena crucial, ¿Qué hacer con Yunho?. Sus dorados ojos se clavaron en el cuerpo contrario, recorriendo lentamente desde su cuello, aun con esas marcas de sus colmillos, hasta el rostro del humano. ¿Podía ser cierto? ¿Yunho gustaba de él?. Para empezar se sentía extraño de ser querido por otro hombre, pese a ser una criatura y el un humano, ambas razas tenían sexualidades, femeninas y masculinas, el era un hombre más, y sentirse atraído por otro, lo llevaba claramente a ser gay. 

 

Esa sensación, aun la recordaba. Una protección que no sintió antes. Las manos del moreno, aunque le trataran como a una mujer, le brindo lo que no sintió antes, protección. Por un momento parecía gracioso pensarlo, ¿Un humano protegiendo a un vampiro?, no era lógico, mientras más lo repetía menos lógica tenía, pero más allá de esas palabras, existía una sensación que ningún vampiro podía sentir. La protección no era algo que brindara ni siquiera el líder de un clan. Mientras se es neófito, el líder cuida del cuerpo vampírico hasta ser más poderoso. Un vez alcanzada la madurez, el vampiro es libre. Libre de hacer lo que se le diera la gana por el mundo, bajo las estrictas reglas de sus creadores. 

 

Yunho le dio la sensación más estúpida, extraña y placentera que jamás sintió, pesé a perderse luego en sus instintos y atacarlo, esa sensación aun lograba recordarla. Tembloroso, acerco su mano a la contraria. Los minutos se acababan y debía tomar una decisión pronto. Termino acariciando la piel ajena, como si buscara una señal que despertara sus pensamientos tomando rápidamente una decisión. 

 

El pecho de Yunho subía y bajaba a gran velocidad, el aire estaba siendo escaso, los pulmones no estaban funcionando al ser el corazón con el poco palpitar dar un aviso de muerte al cerebro humano. Yunho moriría, era su destino. 

 

—No puedo sentir lo mismo que tu Yunho.— Pronunció a un cuerpo casi sin vida.- El amor no existe, tu solo sientes atracción por mi belleza, nada más que eso.-

 

—Hero…—Susurro el moreno. 

 

Tomo aire sorprendiéndose una vez más del cuerpo humano. Sabía que el mundo tenía mil formas de sorprender, pero no así, no como una fantasía irrealista, imposible. Incluso en la muerte, Yunho lo llamaba. 

 

Tomo su collar arrancándolo de su propio cuello, un collar creado por la híbrida para todos los líderes, un elixir negro creado con sus propias sangres con el fin de salvar vidas, tanto humanas como de criaturas. El elixir permitía regenerar todo daño en el organismo, tardando menos tiempo en los cuerpos débiles de los humanos. Aun así, con el estado de Yunho, era casi imposible que este se recuperara en segundos. 

 

Acerco el pequeño frasco hasta la boca ajena dejando caer el contenido completo del collar, el cual, al volverlo a tapar, este volvió a llenarse en cuestión de segundos. La magia de la hibrida. Tomo su tiempo para acomodar una vez más el collar en su cuello, pero aun así su mirada no se perdió del cuerpo humano. Aun escuchaba el débil bombear del corazón ajeno, los pulmones retomaron el aire volviendo a inflarse con desesperación. Así, poco a poco la piel ajena tomo nuevamente su color, una tez morena, un atractivo que tenía el humano. 

 

Sentarse en el alfeizar de la ventana, estaba siendo una costumbre, sin poder salir al bosque para pensar en los árboles, no le quedaba de otra que estar en ese lugar esperando aun el despertar del moreno. Ya habían pasado horas desde que escucho el corazón ajeno bombear con normalidad la sangre que se restauró en todo el cuerpo, sus pulmones ya tenían una respiración tranquila, como si este estuviera descansando de una gran lucha, claro que su lucha había sido entre la vida y la muerte. Estaba tardando, el amanecer se acercaba y Yunho aún no despertaba. Quizás no había sido buena idea dejarlo con vida, estaba tomando más tiempo de lo que pensaba y estaba harto de esa sensación que consumía su cuerpo. Estaba.. Nervioso. 

 

La seriedad de su rostro no desaparecía, acostumbraba a no mostrar expresiones, ni una sola emoción, pero aun tras esa mascará que traía, se sentía diferente, por primera vez sentía que no estaba siendo el mismo Hero de siempre, el tipo de aura negra capaz de matar a cualquiera. ¿Así se sentía tener emociones?. Nunca creyó que un vampiro podía tener emociones, los purasangre, puesto que sus elegidos pasaban de una etapa humana a una vida en la muerte, ya habían tenido experiencia con las emociones. Un vampiro como él, no había sentido antes. Menos nerviosismo. 

 

—Agh… Mierda. Mi cabeza.—Se quejó Yunho sentándose sobre la cama mientras llevaba su diestra hasta su frente. 

 

—Yunho…—Susurro. 

 

Los quejidos de este lo alertaron de inmediato. Bajo sus pies del alfeizar para sentarse nada más en la ventana a ver la reacción del humano y aunque su expresión no cambiaba, su nerviosismo había aumentado. 

 

—Hero .- Pronunció un sonriente Yunho.—¿Me dejaste vivir?...

 

¿Por qué esa sonrisa? ¿Por qué actuaba como si todo fuera normal?, el humano no dejaba de sorprendenderlo. Siempre había obtenido gritos, escándalos, chillidos o humanos curiosos, llenos de venganza y poder, pero uno como Yunho, con esa.. ¿Felicidad? ¿Por qué?

 

—Borraré tu memoria, Yunho.—

 

—¿¡Qué?! ¿Por qué?...—Exaltado el moreno, se puso de pie inmediatamente.— Espera… Eres un vampiro. ¿Existen los vampiros?, ¿Por qué intentaste matarme? ¿No se supone que soy uno de tus estudiantes?... ¿Qué paso con Dambi? 

 

En cierta forma, esperaba todas esas preguntas atacándolo, pero que este se interesara aun por Dambi le causo cierta molestia, ¿No era él de quien gustaba? ¿Por qué tanta curiosidad por saber de esa molesta tipa? De pronto esos nervios se fueron para ser reemplazados por otro tipo de sensación, la cual no sabía como llamar.

 

—No debes saber nada de mi mundo, es contra las reglas.—Desvió su dorada mirada a la ventana, el amanecer se acercaba.— No es la única raza que existe, Yunho. Y Dambi esta bien. Como te dije, se transfirió a las clases nocturnas. 

 

—¿Desde cuándo hay clases nocturnas?. —La voz de Yunho parecía que no tenerse para nada más que para hacer preguntas.- ¿Hay alguna diferencia? 

 

—Desde los inicios de la academia, y si, hay una gran diferencia. No necesitas saberlo todo.- Tantas preguntas lo estaban molestando, debía acabar con todo de una vez.—Borraré tu memoria. 

 

Ya de pie, se acercó a Yunho con sus dorados ojos clavados en los contrarios, si borraba su memoria, dejaría de sentirse tan extraño como en aquel momento, molesto, con cierto deje de nerviosismo, no podía mantener ese carácter de mierda que solía tener siempre, por alguna razón, no podía, no con Yunho. 

 

—Tus.. Ojos. ¿No eran rojos?—Tartamudeo el moreno.— No, espera. No borres mi memoria. Hero… No bromeo. Me gustas y se que sientes algo por mi. Me dejaste con vida.. 

 

¿Sentir algo por él?, ¿Por qué Yunho creía saberlo todo?, no tendría siempre la razón, estaba equivocado, no sentía nada por él, era un humano y si se detuvo antes de matarlo era para no tener problemas con MinAh. 

 

—No siento nada por ti. No inventes cosas que no son Yunho.—Seguía nervioso, más por el acto de tener que borrar su memoria y tenerlo aun más cerca.—No sentiré algo por un hombre, no soy gay. Y te deje con vida para mantener la mía. 

 

—Estas equivocado.—Lo vio acercarse poco a poco hasta él, sintiendo como el moreno tenía el valor para tomarlo una vez más de la cintura y acercarlo a su cuerpo con descaró.— Si es cierto… Entonces aléjame.

 

La sangre de Yunho nuevamente lo estaba llamando, pero una vez consumida, parecía que su control era más fuerte, además, que sentirse perdido con el aroma de la sangre ajena, estaba perdido en esa sensación que su cuerpo le brindaba, protección. ¿Por qué se sentía protegido?, el cuerpo de Yunho era tan cálido en comparado al propio. Su dorada mirada estaba fija en los ojos ajenos, estaba seguro que podía sentir su nerviosismo, si Yunho notaba aquel cambio con él, jamás se detendría. No, no sentía nada por el moreno, imposible. 

 

—Me gustan más estos ojos, Hero…—El susurro del contrario fue prácticamente sobre sus labios. ¿Dónde estaba su fuerza sobrenatural?.—Eres hermoso…

 

Ni una palabra podía articular, estaba en un mar de sensaciones que Yunho provocaba. Un humano estaba despertando sus emociones. ¿Por qué dejaba que estuviera tan cerca?, se sentía débil, como si la sangre de este fuera quien le controlaba, como si estuviera completamente hipnotizado por la sangre ajena quien tenía el control del vampiro, pero no, era el portador de ese elixir quien le estaba debilitando con sus palabras, más bien, estaba quitando la máscara que traía como una persona siniestra. 

 

Apenas sintió un roce sobre sus labios, los suaves del moreno estaban decididos a capturar los propios. Todo era muy rápido, hace tan solo unas horas lo odiaba y no quería saber nada de él, luego aparece provocando sensaciones extrañas en su cuerpo, y para dar un gran remate, estuvo entre la vida y la muerte por culpa de sus instintos asesinos. Y ahora, estaba a solo milímetros de ser besado por un hombre, un humano. 

 

—No. Yunho, detente. —Pronunció en una nueva orden. Llevo sus manos al pecho contrario deteniendo los impulsos, más no utilizo su fuerza.

 

—También lo quieres Hero, solo déjate llevar. Solo es un beso…—

 

El agarre de Yunho contra su cintura, era tal cual el tratar a una mujer, delicado, y aunque le daba esa sensación de protección, no dejaba de ser una acción a una mujer, no a un hombre como el igualmente lo era. Le molestaba que le viera de esa forma femenina, no podía admitir aun sus sentimientos por Yunho, ni siquiera sabia si los tenia, pero era un hombre, no necesitaba ser tratado como una mujer. 

 

—No Yunho. Detente.—Ordeno una vez más. Pero el moreno parecía no entender. 

 

Sus labios finalmente sintieron la precisión de los contrarios en un forzado beso, una unión que no admitiría, le había gustado. Le bastaron unos segundos para entrar en razón y empujar al humano lejos de su cuerpo. Quizás había sido demasiado alejarlo con esa fuerza que tenían los vampiros, pero esa unión de sus labios le llevo a sentir más que un simple cosquilleo en su estómago. 

 

Llevo rápidamente la mano a su pecho, apretando la zona de su corazón. Sus órganos estaban muertos, para cualquier humano, pero ese cuerpo tenia cada uno de ellos, aunque no les fueran necesarios, todos cumplían la misma función humana. Su corazón estaba latiendo, bombeando rápidamente su sangre pura, su respiración se aceleró obligándolo a retroceder. Por primera vez, Hero estaba retrocediendo a un humano.

 

Yunho había caído contra el costado de la cama, quedando tirado en el suelo seguramente inconsciente por el golpe, más no podía acercarse, su cuerpo no estaba respondiendo a sus órdenes, se sentía diferente, tan distinto que ni el mismo se estaba reconociendo. 

 

—¡ Hero! —Se escuchó la puerta abrirse. Varios de sus elegidos se vieron alarmados por el ruido que había provocado el cuerpo de Yunho al caer. Aunque este no fuera demasiado exagerado, tenían un agudo sentido de la audición. 

 

—¿Esta bien? ¿Señor?.—

 

—Si… —Pronunció quitando la mano de su pecho para volverla rápidamente un puño.- Llévenselo. 

 

—¿Dónde exactamente… Señor?.— Pronunció uno de los más leales elegidos. 

 

—Al castillo del Sol. Este humano no me sirve.—

 

—Entendido.—

 

—¡Hero! ¿Qué sucedió?.—La voz de Dambi hizo finalmente su aparición.—¿Ese es.. Yunho? ¿Qué le hiciste?

 

—No te metas en mis asuntos, Dambi.— Estaba de vuelta. El Hero de siempre. 

 

Sus vampiros traían el uniforme de las clases nocturnas, clases especializadas para criaturas con el fin de entrenar a los iniciados en la nueva vida que se les había entregado. Tanto ángeles, demonios, lycanes, vampiros e híbridos. Criaturas que entrenaba la academia.

 

Tomaron el cuerpo de Yunho sin problema alguno, y les vio salir por la ventana alejándose en el bosque con dirección al castillo del sol. Ya la misión de dejarlo en el castillo era peligroso, sus elegidos entendían que con la luz del sol ya en el cielo, no debían ser descubiertos. 

 

—¿Esta vivo?... ¿Hero?.—

 

—Ojala no lo estuviera.—Pronunció saliendo finalmente de la habitación. Tenía que pensar una vez más. 

 

Tenía que acordar una vez más ver a Yunho. Probablemente mientras dormía, pero si este tenía sus ojos cerrados no podía borrar su memoria. Su habilidad iba directamente en la conexión de su mirada con la de su victima, para ingresar a sus recuerdos y realizar modificaciones en ellos. Borrar la memoria era una tarea sencilla, sus dorados ojos siempre atraían la atención sobre todo de los humanos. Pero reunirse con Yunho, era lo que a él le hacía débil. 

 

Dejo la copa de vino a un lado para acariciar sus labios. Se sentía peor que una quinceañera por haber dado su primer beso. No era que el suyo fuera el primero, más bien era el primero que provocaba ese efecto en él. Si bien las mujeres lograban excitarlo entre besos y caricias, jamás habían logrado que su corazón latiera de esa forma, o sentir nervios frente a una de ellas. Había leído más de una novela donde todos esos síntomas eran de enamoramiento, pero, ¿El enamorado? ¿De Yunho?. Apenas le conocía, no era como si fueran almas gemelas destinadas a estar juntos, ¿Era eso posible? 

 

El sonido de la puerta interrumpió todos sus pensamientos, igualmente no fue una molestia, necesitaba salir de sus pensamientos antes de comenzar a pensar ridiculeces que involucraran estar sintiendo algo por un humano, peor aún, por un hombre. 

 

—Adelante…—Pronunció retomando la postura en su escritorio.

 

—Señor. Yunho Jung no se ha movido de su habitación durante todo el día, no será una molestia para usted durante la noche.— Reporto uno de sus elegidos. 

 

—Bien. Puedes retirarte.—

 

—Si señor.—

 

Entonces, el moreno no había dejado la habitación, ni siquiera se había molestado en verificar el estado de su cuerpo, ¿Qué tal si el golpe había sido tan fuerte para lastimar su cuero?, peor aun, era que este aun sabía su secreto. Aunque sabía que no iría por ahí hablando de vampiros, ya que lo creerían un completo idiota. Pero no podía dejar que este caminara por los pasillos con su vida dando vueltas por su cabeza, no podría evitar escuchar sus pensamientos, y sentirse extraño al estar involucrado en todos ellos. 

 

—Hero. ¿Estas mejor?.—La voz femenina una vez más hacia presencia en un momento inadecuado.—

 

—Te dije que tocaras antes de entrar, Dambi.—Algo que le molestaba, era que irrumpieran en su espacio privado como personal

 

—¿No puedes hacer una excepción conmigo?...—

 

—No le hago excepciones a nadie. Ahora vete Dambi, quiero pensar.— Dicho esto, tomo una vez más la copa de vino llevándola a sus labios. Una mezcla de sangre y el licor. 

 

-—Antes de irme. Quiero saber que sucedió con Yunho. ¿Por qué estaba aquí por la mañana?—

 

Aunque espero una pregunta como esa de Dambi, no espero que el tono de voz de la siempre chillona mujer, tan coqueta, fuera tan seco intentando imitarlo, buscando fácilmente respuestas de sus labios, respuestas que no obtendría por nada, menos de la forma en la que estaba pidiendo la información. 

 

—No tiene nada que ver contigo, si es por lo que preguntas.—Respondió dejando a un lado la copa alejándose finalmente del escritorio. 

 

—¿Es tu nuevo elegido? ¿No que yo soy tu favorita?.. Deberías contarme ¿Eh? Hero..—

 

—Tu ni siquiera te acercas a mi nivel de favoritismo. Lo que haga o no con Yunho, es mi problema.—

 

—Espera. Hero.-La mujer le detuvo tomando su mano con aquella fuerza sobrenatural que seguramente aun no sabía del todo dominar.—Quiero pasar tiempo contigo… 

 

—¿Conmigo? ¿Para qué? Suficiente tengo con entrenarte.— Se deshizo de inmediato del agarre, la sensación de ser sostenido por Dambi, era muy diferente a sentir el agarre de Yunho. 

 

Ignoro por completo la voz de Dambi en una respuesta, se perdió una vez más en sus pensamientos, ¿Por qué era tan diferente la sensación?, había notado una diferencia que no pensó hacer antes. Se tomo el tiempo de recordar la sensación agradable de estar con Yunho, ¿Por qué?

 

—Hero.. ¿Hero?.—

 

—Es todo por hoy. Debo irme.—Pronunció ignorando una vez más a la mujer, necesitaba salir, pero ¿Dónde debía ir?. 

 

Dejo Ypsilon a gran velocidad, pareció que se había teletrasportado pero nada más había apresurado el paso, tenia una velocidad más rápida que los demás, como líder debía tenerla. Entre tantos pensamientos, todas ellas por Yunho, perdió el sentido de su orientación. Por un momento pensó que iba directamente a la academia o  ETA, el lugar de entrenamiento para las criaturas, pero no. Termino donde menos quería estar. En el castillo del sol. 

 


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