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¿Hero? por MiRoApril

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Estaba consiente, aun con el alcohol haciendo de las suyas en su cuerpo, era consiente de todo lo que ocurría, pero de ahí a controlar su boca o sus acciones, no podía decir nada en absoluto, estas actuaban bajo otros efectos. Era de saberse, aun mas por un vampiro como él, que el alcohol tenía sus efectos incluso en una copa de vino, para su mala suerte habían sido dos copas y media las que había bebido, estaba acostumbrado a beber, las copas no hacían efecto sino hasta la tercera, era probable que el pequeño estrés que tenía lo llevara a tener rápidos efectos, aunque no había considerado la escena de la madrugada. Estuvo a punto de matar a Yunho, aun tenía en su organismo la sangre ajena, el sabor en sus labios, imposible quitar ese dulce sabor de ellos, había sido una de las mejores sangres que había probado. Quizás la mejor. 

 

La sangre de Yunho era tan llamativa para él, esa exquisitez no solo podía significar el dulzor de un buen tipo de sangre, ni menos de un hombre saludable con buena circulación sanguínea, más bien recordaba enseñanzas del pasado que creía inciertas, seguía pensando lo mismo, una simple causalidad no cambiaría lo que pensaba, no podía cambiar, todo era una coincidencia. Existía aquella forma en la que el vampiro se enamoraba perdidamente de un portador sanguíneo. Como los lycanes se imprimen en un humano o una criatura, de aquella forma en la que protegen perdidamente a la persona, así ocurría con los vampiros, una especie de amor. No lo creía cierto, principalmente porque de enamorarse de la sangre, simplemente terminaría bebiéndola por completo y acabando con la vida del portador, pero inútilmente sus razonamientos fueron errados en el caso de Yunho, puesto que se detuvo por voluntad propia para dejarlo con vida. No tenía lógica. 

 

La única razón que tenía para perderse bebiendo, era la noticia entregada por sus elegidos, una nueva elección debía realizarse para poner en batalla a aquellos humanos, disfrutar del espectáculo y hacer elecciones convenientes a la raza correspondiente de sus habilidades. No debería afectarle una noticia como esa, siempre que la recibía ignoraba todo a su alrededor, solo asistía a la batalla para sentir el aroma a la sangre derramada, que para un vampiro era un gran desperdicio, pero para él era diversión verlos desgarrarse los cuerpos unos a otros. Una especie de juegos del hambre, solo para transformarlos en criaturas. Comúnmente la misma noche se realizaba la transformación, la mayoría terminaba al borde de la muerte y le evitaban el matarlos, lamentable, pues matarlos cruelmente era la parte divertida de una transformación. 

 

Yunho era uno de aquellos en la lista para la batalla, un elegido que iba por el puesto de un Lycan, al mismo tiempo el líder demonio lo inscribió al puesto de su clan, ¿Qué le quedaba?, no podía ingresarlo a su clan simplemente porque… ¿Por qué?... Podría ser que no quería verlo en otro lugar, pero no sabía expresar lo que sentía, solo eran emociones apoderadas de su cuerpo y las había tomado de tal forma, simplemente no quería involucrar a Yunho en su mundo. 

 

El moreno no tenía ningún indicio de tener una alma oscura para un vampiro, su cuerpo inclusive era diferente a los estereotipos vampíricos, sería un desperdicio de musculatura si lo elegía como un vampiro. Esos músculos sin duda harían de él un gran animal como un lycan, tanto como un buen poseedor de los cuernos de un diablo y un elemento que probablemente sería el derivado de la tierra. No tenía futuro como vampiro, más que tenerlo como un esclavo, tampoco quería decir que sería un inútil, pero no desarrollaría al cien por ciento lo que su cuerpo humano permitía. Además, MinAh vería lo mismo que él en el moreno, no tenía por donde ganar una disputa que llevaría como ventaja Taec o Joon. Sería un gasto innecesario de saliva. 

 

Por un momento había sentido cierto alivio como desesperación al saber que Yunho perdió la memoria por sus movimientos exaltados, ¿Cómo debía reaccionar a ese beso?, no era la acción la desagradable, sino que el revoltijo que tenía en su cuerpo de un sinfín de sensaciones, comenzando por su corazón con un palpitar que ningún vampiro debía tener, el órgano no podía latir de esa forma, quizás era su imaginación, pero este pedía a gritos salir de su pecho como una liberación de todo lo que sentía. 

 

Sus palabras parecían perderse en el aire, como si Yunho las escuchara pero no las procesara, pues solo le veía acercarse a su cuerpo cada vez más, y aun así sus intentos por alejarse de él, no eran más que imaginarios, su cabeza tenia una escena en la que se separaba, mientras su realidad era mantenerse quieto esperando la cercanía del moreno. 

 

Se mantuvo en todo momento con el mismo pensamiento, sin cambiar de opinión, debía borrar la memoria del moreno, tanto como deseaba borrar la propia, entre más olvidara sería mejor para esas sensaciones que se apoderaban de su cuerpo, no sabia como llamarle más que “emociones”, pues sabia que existían en cualquier ser, solo que los vampiros de sangre pura como el, extrañamente sentían algo como eso. Después de tres siglos, era bastante difícil creer que podría sentir algo por alguien más que no fuera él y no se refería a su ego, sino que mantener el respeto como líder que era, era lo necesario desde tiempos remotos. 

 

No tuvo más opción que abrir la boca, soltar información y hacerle entender la realidad del mundo, lo que las criaturas eran en realidad, lo que los humanos significaban para ellos. 

 

—Perfecto, al fin.— Escucho su voz en un suspiro pesado, como si se preparara para oir la verdad.—Dime, ¿Por qué no puedo saber de ti? ¿Por qué no puedo acercarme a ti? Y, ¿Por qué mierda me alejaste cuando te besé?

 

Esperaba escuchar miles de preguntas, de hecho entre ellas estaban justamente aquellas que este había mencionado, incluyendo la del beso, lo cual le ponía una vez más en una situación extraña, pero no catalogaba esa sensación como incomodidad, sino que podría asimilarla a lo que los humanos llamaban, ¿Nervios? De todas esas preguntas, tomo las necesarias para responder, uniendo información que no fuera del todo confidencial para explicar de que trataba todo, como era su vida como líder vampiro, aunque hablar de más no importaba, borraría su memoria de todas formas, no podía dejar que este conociera lo que ni siquiera sus elegidos sabían.

 

—Yunho… Tu.—¿Por qué se le hacía tan difícil expresarse?, bajo su mirada al suelo buscando las palabras correctas hasta dejar salir un…— Serás un Lycan. Taecyeon te aseguro como elegido hace mucho tiempo. 

 

—¿¡Eh?! No. No. No. Espera. ¿Qué es un elegido? Y, ¿Por qué debo ser un Lycan?.—

 

La reacción del moreno fue como todos los demás humanos, sus reacciones no eran nada especial, mucho menos las expresiones que estos daban al momento de procesar la información, ser creyentes de no ser los únicos en el mundo, sino que las criaturas existían a las sombras de los humanos, y no precisamente como ellos tomaban el concepto de sombras. 

 

Explicar luego la realidad de la academia, de los humanos como ganado, era una historia de cada mes, a cada elegido, quizás cada semana por todos los humanos que tomaban para transformar, dejar en batalla y entrenar. Había explicado sus palabras de la misma forma en la que siempre lo hacía, no vería a los humanos de otra forma, eran comida para las criaturas y fin. Sin excepción de Yunho… Sin excepción. Eso creía.

 

—Taec me eligio para ser un lycan… Si acepto, ¿Por qué debería ser un problema que este cerca de ti? O ¿Saber toda esta información?.—

 

—Yunho, eres inteligente. Dime… ¿Cuánto un lycan ha estado con un vampiro?. Somos enemigos naturales, no nos soportamos, tu no soportaras mi aroma, ni nada de mi raza…—

 

—No entiendo. ¿Por qué debería odiarte con solo ser de otra raza? ¿No saben algo de la paz? ¿Eh?.—

 

—Somos prácticamente animales, Yunho. Es instinto propio. Taec y yo no congeniamos en nada, nos soportamos solo porque Minah puede matarnos de no llevarnos bien. 

 

—¿MinAh? ¿Quién es ella?. No, espera. Hero.. Estoy confundido.- 

 

La amistad y enemistad de las razas, no era algo que los humanos lograran entender. Eran como animales, los gatos no se unían con los perros, como los ratones se mantenían lejos de los gatos, los tigres de los venados, los peces de los tiburones, eran razas al igual que ellos, vampiros y lycanes no se llevaban, y aunque tenían un intelecto superior para tomar decisiones por si mismos para arreglar las disputas, era imposible, simplemente no se soportaban ni siquiera en presencia. El aroma a perro mojado que tenían los lycanes, como ellos un olor a muerte, eran ya una razón para mantenerse alejados. La amistad que formaban las criaturas transformadas, era diferente al de las razas purasangre.

 

—Eso no interesa… Borraré tu memoria. No recordarás nada.—Dijo ya seguro de su decisión. Tomando esta vez el control de la situación.

 

La posición en la que estaban, se prestó para facilitar sus acciones. Por una parte pensaba en acudir inmediatamente a la fuerza, ir con todo contra Yunho para borrar de una vez su memoria, pero al momento en el que tomo su muñeca, solo pudo perderse en los ojos ajenos mientras notaba como este se dejaba llevar por el color dorado de los propios. Como cualquier otro humano que vio sus ojos. El moreno solo era uno más de todos ellos, ¿Por qué le veía de forma especial?, ¿Por qué le hacía sentir tantas cosas?. Se estresaba aun más de tanto pensar como era posible que este trajera a su cuerpo las emociones, ¡Era imposible! 

 

—Ya nos encontraremos en otra vida.— Su molestia le llevo a pronunciar seco sus últimas palabras. Sus ojos tomaron un brillo platinado apareciendo desde la pupila y expandiéndose poco a poco. Yunho era como los demás, se perdería una vez más en aquella magia de sus ojos y acabaría borrando su memoria. Eso creía. 

 

—No, espera.—Le escucho en una queja.

 

Sintió los movimientos humanos contra su agarre, el moreno intentaba liberarse y huir de su habilidad. Lo peor de todo, es que era el primero en cerrar sus ojos ante los propios platinados, como si este se hubiera enterado que su habilidad funcionaba nada más con el contacto directo de sus miradas. 

 

—Tengo que borrar su memoria Yunho. No tengo otra opción.—

 

Si bien tenía una fuerza sobrehumana, luego de su ultima utilización contra el humano, estaba evitando usarla, aunque claro, era un tanto imposible controlarla, solo intentaba superar la fuerza del moreno con el fin de no realizar otro movimiento que lastimara su cuerpo, ya era consciente de que este tenía una lesión en su cuerpo, era obvio, luego de caer de esa forma contra la cama, el ruido no lo había hecho nada más el mueble. 

 

—¡No! ¡Hero!.. Por favor. —Solo escuchaba de los labios ajenos las quejas por no querer terminar de una vez por todas con su trabajo.— No quiero olvidarte.—

 

Aunque seguía forzando el cuerpo ajeno, no podía hacer mas que sostener sus manos, abrir sus parpados ya era un trabajo que debía facilitarle el moreno. Pero, fue lo que menos hizo tras sus ultimas palabras. ¿No quería olvidarlo? ¿Era cierto?, todo aquel que aparecía en su vida solo deseaba alejarse de él, a veces creía que su amistad con Kibum no era nada más que una conexión con su parte vampírica del híbrido, una igualdad de situaciones; su única amistad. No pudo continuar, nada más se quedo observando el rostro ajeno, la morena piel, sus ojos cerrados y esos labios que ya había tocado, aunque en un forzado beso, pero después de todo un contacto inesperado. 

 

Tenía el cuerpo de Yunho acorralado contra la colcha, ambas manos a los lados de su cabeza impidiendo todo tipo de movimiento. No era una posición del todo correcta, era una muy comprometedora, pues sus piernas terminaron dejando el cuerpo ajeno entre ellas, era la mejor opción para inmovilizarlo. Pero dada sus emociones encontradas, la posición traía a el nuevas sensaciones, como aquellos nervios, sobre todo por la cercanía que tenían sus rostros.

 

Podía escuchar el corazón acelerado del contrario, ¿Era de Yunho? ¿O el suyo?, tenia una mezcla de ritmos cardiacos que no lograba ni siquiera identificar cual era el que latía con esa fuerza, probablemente una vez más su corazón pidiera salir de su pecho, como si deseara un descanso, una respiración, Yunho lo dejaba agotado de tantas sensaciones que provocaba en su cuerpo. ¡Era un colapso! ¿Cómo podía con tantas emociones? ¿Qué sentía? ¿Por qué mierda lo dejaba acercarse cada vez más?

 

Podía ver los ojos de este abrirse lentamente, buscando en los propios una señal de su habilidad, lo sabía, oía sus pensamientos. Estaba dudando si utilizaría o no el brillo para quitarle la memoria, pero no solo escuchaba esos pensamientos, sino que también veía en esos ojos los recuerdos, como el que este pasara por su cabeza más de una vez el último beso en Ypsilon. Una vez más los nervios lo capturaron, era demasiado, no podía con todo, se rendía, necesitaba acabar con él de una vez. 

 

—Lo siento, Yunho.— Sus palabras en despedida fueron el indicio de su habilidad en activarse. Sus ojos nuevamente tomaban el brillo, pero aun así era capaz de ver tras ellos las acciones del moreno. 

 

La cercanía era demasiada, incluso, no admitiría jamás el detener su habilidad solo cuando tuvo el rostro ajeno completamente cerca, ¿Para que continuar si no lograba la conexión con sus pupilas?, además… Los labios ajenos terminaron capturando los propios. 

 

Una corriente recorrió su cuerpo desde la conexión de sus labios, por su pecho, hasta su estómago, tal como una colegiala diría, mariposas en el estómago. El sinfín de sensaciones que una vez más estaba sintiendo, le llevo a apretar una vez más el agarre de Yunho, pero fue nada más el apretón de unos segundos, puesto que su cuerpo finalmente se había rendido ante tantas sensaciones, agradables, completamente agradables y no mentiría, quería sentir más. Dejo las manos del moreno finalmente libres, soltó sus muñecas de tal forma en la que la yema de sus dedos acaricio la piel ajena hasta su antebrazo, mientras sus labios una vez más estaban conectados. 

 

Los labios ajenos se entreabrieron buscando un mejor contacto que él no impidió, todo lo contrario, dejo como excusa el efecto del alcohol y nada más se dedicó a disfrutar de lo que se sentía besar a alguien que producía todos esos cambios en él. Podía sentir como su corazón se aceleraba cada vez más, al igual que como nunca antes, le estaba siendo falta el aire, aunque era completamente capaz de vivir sin respirar, era una sensación inevitable ante tantos cambios en su cuerpo. 

 

Yunho deslizo sus brazos impidiendo el contacto ya con sus manos, estos se aferraron a su cintura provocando aunque cierta molestia, un cosquilleo que amenazó con dejar salir un extraño sonido de sus labios, el cual claramente no permitió su huida. Ya era demasiado con sentirse tratado como una mujer, siendo atrapado por su cintura, aunque sabía que su delgadez se asimilaba a una fémina, el era un hombre y debía ser tratado como tal. Aunque en esa situación, realmente no sabía cómo era ser tratado como uno, si estaba con otro. 

 

¿En que momento había perdido el control?, estaba siendo seducido por los movimientos masculinos de un humano, estaba completamente acorralado a la colcha, podía sentir el peso ajeno sobre su cuerpo sacando un mayor número de palpitaciones del órgano que debía estar muerto a esas alturas. Como una mujer, asi se sentía, era molesto, pero a la vez tan agradable. No se había sentido asi antes, como si alguien realmente quisiera cuidar de él, completamente estúpido si lo pensaba, era un vampiro siendo cuidado por un humano. Pero tras esas realidades, existían sentimientos que afloraban más allá de su verdadera naturaleza, sus corazones hablaban en su único idioma. 

 

Aun entre las infinitas sensaciones que Yunho le provocaba, el deslizar sus brazos para rodear su cuello, de esa forma tan femenina, aunque su piel se erizo simplemente por el contacto, lo cual solo le llevo a procesar la información sacando un quejido de sus labios, aun sin separarse de los contrarios. Yunho sabía aprovechar las oportunidades, y con esto se refería a como su lengua ingreso a su cavidad recorriéndola con libertad. Le era imposible ya contener esos ruidos extraños, menos con una corriente bajando desde su boca hasta su parte baja, también era un hombre, pero jamás pensó que un beso lo encendería como lo estaba haciendo el moreno. Un simple roce de sus lenguas y su cuerpo tomaba una temperatura cada vez más alta. 

 

Pesé a odiar ser tratado como una mujer, se sentía extremadamente la unión de sus cuerpos de tal forma, como encajaban perfectamente mientras sus brazos rodeaban el cuello de Yunho, y este tenía sus manos aferradas a su cintura. No se había sentido así antes, era odioso pensar que la escena que estaba viviendo podría ser perfecta para una mujer, como lo estaba siendo para él. Pero, él era un hombre, y aquella unión lo llevaba a ser.. ¿Gay? No, no podía gustarle un hombre.. Pero se sentía tan bien. Era el vino… Que no lo dejaba a pensar, sino que solo actuar. 

 

El roce de los dedos ajenos por su cintura, mientras su agarre solo por inercia, otra excusa, era más fuerte contra el cuerpo del moreno, su camisa dejo su piel expuesta a las yemas ajenas. Si no fuera porque Yunho era un humano, podría jurar que este había dado la corriente contra su cuerpo, pues eran exactamente choques eléctricos lo que le llevaron a aferrarse al cuerpo ajeno. No era nada doloroso como se escuchaba si llegaba a explicarlo, era un placer, que de no detener, sacaría gemidos de sus labios. Si, gemidos.

 

—Mi espalda..— Escucho el quejido del moreno prácticamente sobre sus labios. 

 

—Fue mi culpa. Deberías descansar.—Dejo salir como un suspiro, intentando controlar sus órganos, era difícil buscar un control cuando jamás lo necesito, menos de sus pulmones. —No debiste besarme de esa forma.—Se excusó ante su acciones. 

 

—Ahora no escucho quejas.—

 

Trago en seco. Era cierto, ¿Dónde estaban sus quejas?, ¿Dónde estaba su voz seca?, el palpitar de su corazón podía ser escuchado por el moreno, más teniéndolo a este contra su pecho. Sus nervios una vez más aparecieron, y esa desesperación en su cuerpo por saber que le ocurría, ¿Qué rayos le estaba pasando? En vez de volver a su realidad por tantas disputas en su cabeza, fue lo contrario, se sintió débil, por primera vez en su vida de vampiro, se sentía débil. Tal parecía que Yunho sacaría de él más de una primera vez.

 

—¿Qué me hiciste, Yunho?.—Pronunció sin pensar en lo dicho. Cerró sus ojos tomando un poco de aire intentando obviar esos nervios.— ¿Por qué me siento así?

 

—¿Así como?... ¿Qué sientes realmente?.— Yunho ni siquiera elevo su mirada en busca de la propia, se mantuvo en la misma posición como si disfrutara de su corazón latiente.

 

—Así. Nervioso… Mi corazón late mucho. Y… Ese beso.—Pronunció con algo de dificultad.— No es correcto. Somos hombres… 

 

—Es lo que se siente cuando estás enamorado. ¿Nunca te has enamorado, Hero?.—

 

—JaeJoong.— Dijo en un hilo de voz.— Y no… Los vampiros no tenemos sentimientos. No los pura sangre.—

 

Yunho finalmente elevo su mirada acomodándose esta vez a su lado, afirmo su cabeza con su mano cargando su peso en su izquierda para mantener su mirada en sus ojos.- Así que.. Eres vampiro de nacimiento. ¿Qué se siente?... Espera.- Se tomó el tiempo de retroceder sus pensamientos hasta que él como vampiro escucho una vez más su voz en la cabeza ajena. “JaeJoong”.- ¿Tu nombre no es Hero?

 

—¿Qué se siente?, es normal para mi.—Negó con la cabeza apretando sus labios con suavidad.- Hero es un apodo que gané en el pasado… Por la masacré que causaba en los pueblos antiguos. Mate a millones de humanos. En vez de un asesino, me apodaron como un héroe. 

 

Vio como Yunho se sorprendió una vez más ante sus historias, sin duda no tenía como negar la raza del moreno, un humano, se sorprendía por cada una de sus palabras, con esos ojos abriéndose un poco más de lo normal antes de realizar las preguntas de siempre, que hasta ahora esperaba más. 

 

—Ahora se porque eres como una persona siniestra. Pero…—Sintió el contacto del moreno contra su mejilla, sus dedos acariciar su piel obligándolo a cerrar los ojos por unos segundos. Débil. Así se sentía.—Ya no pareces un vampiro siniestro… Sino uno dulce y hermoso…

 

En su vida había escuchado ese tipo de ¿Halagos? A su persona, ¡Jamás! Lo peor era que se escuchaban tan bien que no podía ignorarlos. Sus labios estuvieron a punto de formar una sonrisa, podía sentir como las comisuras de sus labios querían alzarse en una muestra de afecto al moreno. No, el no era así. No podía llegar un humano de la nada y cambiar su vida, eso no pasaba en la vida real, quizás en libros, la era medieval, su actualidad no podía ser tan bien escrita como un diario. 

 

—Me gustas, JaeJoong.—Escuchó de los labios ajenos. 

 

El temor lo capturo de inmediato, sus ojos se abrieron sorprendido. No podía ser cierto, ¿Cómo podía estar seguro? Además era un hombre, un hombre, no era gay, no podían enamorarse, no existía mundo en el que un humano podía estar con un vampiro, mucho menos un lycan. Yunho sería uno más de esos perros, ¿Qué estaba haciendo? Se estaba dejando llevar por tantas sensaciones que olvido su verdadera realidad. 

 

En un abrir y cerrar de ojos, noqueo a Yunho, lo obligo a dormir. Esta vez no lo pensó antes de utilizar sus habilidades, gracioso, pues estaba bastante idiota como para utilizar una habilidad como esa y no borrar su memoria cuando tuvo la oportunidad, sino que parecía un masoquista de mierda que le encantaba estar pensando todo el día una y otra vez en el moreno y que sería de su vida si este mantenía o no esos recuerdos. 

 

Soltaba un suspiro tras otro en las galerías de ETA. Con los demás lideres a su lado, todos espectadores de las batallas humanas. Una cantidad de armas estaban en medio de la arena siendo elegidas por los humanos a batallar, entre ellos quien sacaba los suspiros de sus labios, Yunho. Un par de días habían pasado desde que le dejo inconsciente en la cama para huir de sus emociones, se arrepentía de no borrar su memoria cuando tuvo la oportunidad, ahora tenia a Yunho en la arena distrayéndose por su presencia. Lo peor era pensar en su batalla, ¿Qué tal si moría?, sería el primer idiota en ir rápidamente a salvarlo, exponiéndose ante los otros lideres y probablemente siendo detenido por MinAh por no poder transformarlo en un vampiro.

 

—¿A que se deben tantos suspiros, Hero?.— Escucho a la líder ángel a su lado. 

 

—Nada Hara, no es algo que debas saber.— Su voz seca había vuelto, típica del vampiro. 

 

—A mi me suenan a enamoramiento. Sabes que ser un ángel me deja ver tu aura, ¿No?—

 

—“Maldia sea”—Pensó.—Lo se. Pero no es necesario que estés buscando donde no debes. 

 

—No busco nada. Lo tienes escrito en la frente.— La risa de Hara fue aun más molesta cuando se le unió la de Taec.

 

—¿Así que el vampiro se enamoró? ¿Quién es la afortunada? El perro termino acercándose a el causando aun más molestia.

 

—Solo conseguirán que me vaya. Deténganse de una vez. Yo no me meto en sus vidas y saben que soy capaz de ver sus recuerdos y saber exactamente de quien se trata.— Pronunció en una amenaza. 

 

—Vaya.. Que humor Hero. Aunque es el de siempre.— Esta vez MinAh habló tras sus cuerpos. 

 

Tomo un poco de aire buscando una vez más su asiento. Los humanos estaban preparados para la batalla, completamente armados y con las parejas a enfrentar frente a ellos. Tras sus espaldas por orden de la directora se escuchó un simple “Inicien”… Y las batallas comenzaron. 

 


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