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Solo un poco obsesionado «HunHan» por solokik

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Notas del capitulo:

Lo se, dije viernes y es domingo, me tomo por sorpresa el mantenimiento de la pagina.

Bueno, aquí les dejo en capítulo final de esta historia.

Sehun se detuvo frente a aquella puerta conocida y levantó la mano para golpearla pero se detuvo. Cristo, eso era una locura. ¿Qué estaba haciendo allí a esa hora?

Lo más racional sería esperar hasta el día siguiente, en lugar de aparecer a la una de la madrugada como un adicto que necesitaba una dosis, lo que no estaba lejos de la verdad.
Luhan y su abuela estarían dormidos de seguro y probablemente estaría enojado con él, por casi patearlo fuera del coche después de haberlo besado primero. Por no hablar de que no le había dado ninguna indicación de que quisiera que fueran algo más que amigos. Luhan no sostenía relaciones y le había dicho que le gustaba Junmyeon.

Apretó los dientes. No, no había imaginado el hambre y la necesidad en sus besos, no lo había imaginado apoyándose en su toque. Esa cosa, esa atracción sin esperanza no podía ser unilateral. No sabía lo que haría si lo fuera. Nada bueno.

Tenía la punzante sospecha de que no lo tomaría bien si Luhan le decía que no estaba interesado. La sola idea lo puso inquieto y ansioso. No quería estar en una situación como la de Junmyeon. A diferencia de su primo, no creía ser capaz de verlo con otra persona.

Su autocontrol no era lo suficientemente bueno para eso.

Al darse cuenta de que tenía los puños apretados con fuerza a los lados, los forzó a relajarse. Mierda. Quizás reprimir y evitar las emociones durante años realmente había sido una mala idea. No sabía cómo lidiar con eso en absoluto.

Bromeando algunas veces Luhan lo llamó espeluznante. Sehun tenía el mal presentimiento de que podría no estar muy lejos de la verdad. Se sentía como una canilla con la llave rota que una vez abierta, no podía ser cerrada de nuevo. Tenía el potencial para convertirse en un acosador mas que espeluznante si Luhan lo rechazaba.

Jesús.


Mejor que no lo rechazara.

Apoyándose en la pared, sacó su celular y llamó a Luhan. Tuvo que esperar un rato largo hasta que respondió.

—¿Huh?— Murmuró una voz somnolienta y no del todo despierta. Sus ojos estarían probablemente aun cerrados. —¿Quién eres y por qué coño estás llamando en medio de la noche?

—¿Realmente te gusta Junmyeon?

Silencio.

—¿Hunnie?— Se oyó el ruido de los muelles del colchón. Sehun se pasó la lengua por los labios, imaginándolo en la cama, con la piel caliente, el pelo alborotado por el sueño, los ojos soñolientos y los labios un poco hinchados... —¿Sehun?

—¿Realmente te gusta?— Repitio con voz más fuerte de lo que pretendía.

No pudo evitarlo.

Otro silencio.

—¿Estás celoso?— Preguntó Luhan un poco inseguro.

Sehun respiró profundo.

Luhan dejó escapar una risa ahogada. —Mierda, esto realmente está jodiendo mi cabeza.

Sehun pensó que era algo justo, teniendo en cuenta que él había arruinado completamente su ordenada y racional vida. —¿Te gusta Junmyeon?

Luhan suspiró. —¿Alguien te dijo que eres como un perro con un hueso? No, no me gusta Junmyeon ¿Feliz ahora? ¿Y por qué me estás llamando a esta hora?

—Ven afuera.

—¿Qué?

—Ven afuera. Estoy aquí.

Hubo un momento de silencio. —¿Estás diciéndome enserio que estas fuera de mi casa a la una de la mañana?

—Sí.

—¿Por qué?

—Pasaba por el vecindario.

—Y decidiste visitar a un amigo, ¿eh?

—Algo así.

—Espeluznante.— Colgó.

Un minuto después, oyó el sonido de la cerradura haciendo clic desde el interior, y sintió su cuerpo tensarse.

La puerta se abrió y Luhan salió cerrando la puerta de nuevo. Llevaba solamente un par de boxers negros. Se sonrojó. —Las tablas del suelo son algo ruidosas.— Se defendio frotándose los ojos. —Tenía miedo de que la abuela se despertara si me movía demasiado, es de sueño ligero.

—No dije nada.— Murmuró sin saber dónde mirar, sus dedos deseosos de tocar por todas partes. Tragó saliva cuando se dio cuenta de que los pezones de Luhan estaban duros, antes de que él se diera cuenta de cuál era la razón más probable para ello.

—Tienes frio.— Sehun se quitó el abrigo y lo envolvió sobre sus hombros.

Luhan le dio una mirada extraña. —Entonces ¿Qué estás haciendo aquí?— Preguntó, acomodando un poco el abrigo.

Sehun intentó no mirarlo fijamente. Verlo con su ropa le hizo sentir cosas extrañas en su interior. Y en su polla.

—¿Sehun?

Desvió la mirada de la tela oscpura de su abrigo contra la piel de Luhan, pero sus ojos fueron atraídos de nuevo por su cara soñolienta y enrojecida, el pelo revuelto y los labios rojos suaves.
Cristo.
Su corazón corría una carrera, como si tuviera dieciséis años de nuevo, el calor acumulándose en su estómago y deslizándose a través de su piel. No podía pensar.

—Quería hablar contigo.— Dio un paso más cerca.

—¿Sobre qué?

Sehun apoyó las manos en la puerta detrás de Luhan, bloqueándolo entre sus brazos. Respiró profundamente, mirando sus ojos.

Los labios de Luhan se separaron. —¿Hunnie? ¿Qué estás...

—Desearía haberme negado cuando Mila sugirió el trio. Desearía no haber conocido nunca este sentimiento. No es lindo. Es feo. Y aterrador.

Tragó. —¿Hunnie? ¿Estás borracho o algo?

Sehun sonrió torcidamente, mirando su manzana de Adán subir y bajar. —Ojalá.

Bajó la cabeza y rozó sus labios contra la piel pálida de su cuello. Luhan se quedó sin aliento, su cuerpo temblando tenso, como una flecha a punto de ser lanzada de un arco. Él estaba bastante seguro de que estaba temblando también, pero se las arregló para no tironearlo contra sí. De hecho, sus cuerpos no se estaban tocando en absoluto, a excepción de sus labios apenas rozandole el cuello.

Luhan gimió, el sonido bajo y apenas audible, cuando finalmente Sehun hundió los dientes en su carne y chupó con fuerza, con ganas de dejar una marca para que todos vieran.
Dejó un rastro de besos con la boca abierta, subiendo hasta que se encontró con ese punto exacto, debajo de su mandíbula de que lo hacía estremecer. Chupó con fuerza, casi delirante por el deseo.

—¿Qué diablos me hiciste?— Susurró, lamiendo allí.

Jadeando, Luhan lo agarró del pelo y tiró alejándolo. No se veía mejor que él, sus ojos estaban vidriosos, sus mejillas sonrojadas y su respiración era dificultosa.

—Espera, no podemos, mierda quiero hacerlo, pero no debemos. Tienes novia...

—Ya no. Nos separamos.— Viendo los ojos totalmente abiertos de Luhan, agregó con una sonrisa triste. —Sé que lo más decente sería esperar, pero... No puedo esperar.— Se inclinó de nuevo y besó la comisura de su boca antes de presionar sus mejillas juntas. Aspiró su aroma con codicia. —En serio ¿Qué me hiciste?— Había una gran cantidad de resentimiento en su voz y no podía ocultarla.

Enterrando los dedos en el pelo de Sehun, Luhan le apartó un poco para que se miraran el uno al otro. —No hay nada malo contigo tonto.— Sonrio.

Negó con la cabeza. —No tienes ni idea de lo que está pasando en mi cabeza. Tengo algunas... Algunas ideas realmente espeluznantes que me aterran incluso a mí. Enloquecerías si te contara.

Luhan paso los dedos por su cabello. —Pruébame. No te preocupes, siempre supe que eras raro.

Sehun se echó a reír. —¿No te tomas nada en serio?

Luhan sonrió mostrando sus hoyuelos. —No, pero lo amas totalmente.

Miró su sonrisa, tratando de controlar la oleada de necesidad que nada tenía que ver con su polla. —Quizás lo hago.

La sonrisa de Luhan se desvaneció, sus ojos se pusieron serios. —¿Hunnie?

Se inclinó de nuevo y rozó sus labios contra la mejilla de Luhan. —Te quiero.— Murmuro lacónicamente. —Di que si.

El cuerpo de Luhan se puso rígido. —¿A qué te refieres? ¿Qué es lo que quieres de mí? ¿Sexo?

Aspiró inestablemente, presionando su frente contra la de Luhan. —Por supuesto que quiero sexo.— Dijo en un susurro ronco. Aferró fuerte las caderas de Luhan cavando sus dedos en sus redondas nalgas. —Quiero follarte. Quiero besarte y tocarte por todas partes. Quiero sentir que te corres con mí polla.— Los labios de Luhan temblaban a una pulgada de distancia de los suyos. Apenas podía contenerse de besarlos. —Nunca deseé tanto a nadie, y eso me aterra, pero sexo solamente nunca sera suficiente para mí. Sé que tú no mantienes relaciones, pero yo no tengo relaciones ocasionales.— Sintió sus labios torcerse. —Y esto... No hay nada ocasional acerca de esto. Así que si dices que sí, obtendrás el paquete completo, sea que lo quieras o no.

Se apartó un poco para verlo mejor.

Los ojos de Luhan estaban muy abiertos y extrañamente vulnerables antes de que una deslumbrante sonrisa dividiera su cara. —¿Está hacer cucharita incluido en el paquete completo?— Preguntó, poniendo una mano en su pecho. —Soy muy parcial sobre cucharear.

Sehun sintió su corazón latir más rápido. En ese momento, mirando la sonrisa de Luhan pensó que estaría de acuerdo con cualquier cosa. —Oferta especial, solamente para ti.— Tenía la respiración enganchada. Su agarre en las caderas de Luhan se apreto más. —¿Estás seguro? Nunca te vas a deshacer de mí.

Las manos de Luhan se movieron a su cuello y lo jaló más cerca, hasta que sus frentes se tocaron de nuevo y sus respiraciones se mesclaban. —Tal vez no quiera hacerlo.

Sehun se rompió y lo besó, empujándolo contra la puerta con su cuerpo, chupando y mordiendo los labios regordetes con tal hambre que sacudía todo su cuerpo. Dios, por fin.

En algún lugar en el fondo de su mente, recordó el beso que empezó todo hacia dos meses. El círculo cerrado. El mismo lugar, la misma persona, pero el deseo que sentía había cambiado a algo más personal, algo más intenso.

Algo aterrador.

A la mierda.

Acunó el rostro de Luhan con sus manos y lo besó más rudo, sin preocuparse.

«Si lo miras y piensas “es mío” eso es todo. Agárralo si puedes»


Y así lo hizo.

Notas finales:

Gracias por haber llegado hasta aquí, quienes comentaron y los lectores fantasmas también.

Para quien se quedó con la duda, Lay y Junmyeon si tienen su final feliz, no voy a adaptar el libro que sigue por que la historia no me gusto.

Nos leemos cuando encuentre otra cosa que subir.


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