Mila Bursell no era estúpida. Tampoco una inconsciente. La gente a menudo pensaba que era la típica chica tonta y linda, raramente la tomaban en serio, pero no le importaba, era incluso divertido.
No se había perdido la forma en que Sehun miraba a Luhan, como si fuera la cosa más deliciosa del mundo y él quisiera besarlo desde la cabeza hasta el dedo del pie, pero Mila no podía realmente culpar a su novio.
Era una reacción bastante normal a Xiao Luhan y ella no era diferente en ese sentido. Sería terriblemente hipócrita de su parte estar enojada por la atracción de Sehun hacia él.
No, la atracción de Sehun no le molestaba tanto; le había dicho la verdad sobre que encontraba muy excitante verlos.
Pero la fuerza de esa atracción sí le molestaba. No le gustaba la forma en que se miraban y la forma en que actuaban durante el sexo. Cada vez que Mila traaba de participar cuando Sehun follaba a Luhan, fue rechazada.
Ninguno de ellos fue grosero y ni siquiera estaba segura de que fuera intencional, simplemente parecían olvidarse de que estaba allí, demasiado centrados uno en el otro.
No era un problema cuando la complacían, aunque la perturbaba un poco la creciente cantidad de veces que tenía que meterse entre ellos para mantener la atención de Sehun sobre ella.
Era... preocupante.
Muy preocupante.
Cuando había sugerido un trío después de enterarse de la atracción de Sehun por Luhan, no esperaba la fuerza que esa atracción tendría. Ella esperaba ser el punto focal del trío.
Ella, no Luhan.
En retrospectiva, debería haber evaluado mejor la situación antes de hacer cualquier sugerencia apresurada, pero había estado demasiado excitada por la perspectiva de volver a tener sexo con Luhan como para pensar realmente bien las cosas.
Debería haberlo sabido. Sehun odiaba engañar más que nada, por lo que el hecho de que hubiera besado a Luhan sin su conocimiento previo debería haber despertado señales de alarma en su cabeza.
Pero lo que fue hecho fue hecho.
Mila suspiró. Habían pasado dos semanas desde que Luhan había convertido en un elemento habitual en su vida sexual y la atracción de Sehun por él no parecía estar disminuyendo en lo más mínimo.
Después de su pedido, no habían tenido sexo sin su presencia de nuevo, pero a veces se preguntaba si su presencia incluso importaba.
«Podría también ni estar aquí« Pensó, no sin amargura, mientras los miraba tener sexo, y una vez más, no podía dejar de sentirse como la tercera rueda.
Pero aun así, tenía que admitir, que era increíblemente caliente. Luhan era una ruina, la boca hinchada, roja y húmeda, los ojos muy abiertos y las pupilas dilatadas, los pómulos enrojecidos. Su pelo oscuro, con sudor, era un desastre.
Podía entender por qué Sehun lo miraba como lo hacía y podía entender por qué lo estaba follando de la forma en que lo hacía, sus embestidas descontroladas, suficientemente potentes como para estrellarlos a ambos hacia adelante cayendo de un acantilado conducidos por la lujuria.
En ocasiones tenia el ridículo pensamiento de que si ella tuviera una polla, querría follarse a Luhan también. No es que ella no quisiera follárselo en ese momento, por supuesto que lo hacía, pero había un cierto... atractivo en Luhan quemestaba segura de los hombres lo apreciaban.
…l era follable.
Al menos Sehun parecía pensarlo así, su expresión era salvaje mientras miraba a Luhan debajo de él. Eso la hizo ponerse dolorosamente húmeda, preocupada y celosa también. …l nunca la miró de esa manera cuando se la follaba a ella. …l estaba siempre en control de sí mismo y de sus expresiones faciales.
Siempre.
Pero no con Luhan.
El temor surgió dentro de ella y se acercó más a ellos.
Puso su mano en la amplia y fuerte espalda de Sehun acariciándolo, pero ni siquiera pareció darse cuenta, sus ojos centrados únicamente en Luhan.
Retiro su mano y la apretó.
«Es sólo sexo» se dijo a sí misma. «Sólo sexo.»
Sehun la amaba, estaba segura de ello. Podría estar atraído físicamente por Luhan, pero la amaba a ella. Luhan era el que se iba cada noche; ella era la que se quedaba y compartía la cama con Sehun.
Sehun nunca la engañaría o la dejaría por un hombre. Era algo de lo que estaba absolutamente segura. No conocía toda la historia, pero sabía que el padre de Sehun era un mentiroso cabrón infiel que había roto el corazón de su madre al engañarla constantemente con hombres.
Sehun despreciaba a su padre y todo lo que representaba.
Sehun era leal hasta el punto de ser un defecto.
No tenía nada de qué preocuparse. Nada.
En un par de semanas a lo sumo, Xiao Luhan desaparecería de sus vidas y Sehun sería sólo de ella otra vez.
A veces se preguntaba si debía poner fin a este acuerdo ella misma, pero tenía la sensación de que sería un error. Era mejor para Sehun llegar a aburrirse de Luhan o viceversa. Luhan estaba obligado a aburrirse pronto de todos modos. Después de todo, todo el mundo sabía que era un jugador.
Ella no tenía nada de qué preocuparse.
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