Una vez que Jiyong se tranquilizó, comenzó a besar con dulzura el hombro del castaño quien al sentir aquella muestra de cariño, acarició su espalda mientras le depositaba un beso en su frente.
-¿Mejor?- mira al rubio acariciando su rostro.
-Sí. Lamento ser tan sensible pero es que pude sentir todo tu amor en aquel cuadro y mi corazón rebalsó de alegría- captura la mano del mayor que estaba sobre su rostro y besa la palma.
-No tienes que lamentarte, Jiyong. Me encanta cada faceta tuya-
Ambos sonrieron y decidieron demostrarse su amor con un dulce beso. Al terminar, Seung Hyun lo mira haciendo un puchero.
-¿Qué piensas?- ríe Jiyong al notar lo adorable que se veía su novio.
-Estoy esperando mi regalo- finge enojo cruzándose de brazos como si fuera un niño.
Jiyong sonrió ante esa faceta del castaño. Le gustaba y mucho ya que él era el único que admiraba aquel hombre amable y reservado para cualquiera pero tierno y muy amoroso cuando estaban juntos.
-Cierra los ojos, Seung- ordena.
-¿Es necesario?- pregunta dudoso.
-Si quieres recibir mi regalo, sí-
Seung sonrió y decidió obedecer ya que era impaciente cuando se trataba de su hermoso novio.
-Hasta que no te dé la orden, no los abras- riendo, deslizó sus brazos alrededor del mayor con tanta delicadeza que Seung no notó que le estaba colocando una cadenita de oro en forma de huella de gato.
Al notar las largas y bellas pestañas de Seung Hyun, no se contuvo y besó sus párpados para luego colocarse rápidamente una cadenita similar.
-Ese beso y tu silencio me incitan a abrir los ojos y llenarte de besos, Yongie- susurra logrando que al rubio se le escapara una risita traviesa.
-Eres impaciente, eh Hyunnie. Puedes abrirlos-
El castaño obedeció y miró a su novio quien sonreía con un leve sonrojo.
-Espero te guste mi regalo y que no sea algo apresurado o muy cursi- nervioso, jugaba con sus dedos índices.
Mirando al rubio desnudo y sólo con una cadenita adornando su hermoso cuello, sonrió pero no entendía cuál era el regalo por lo que se acercó a Jiyong para ver mejor aquella cadenita notando que del lado de atrás de la huella de gato tenía grabado tres letras “CSH” en mayúscula. Iba a preguntar pero sintió la propia moverse sobre su pecho. La miró y notó que era igual a la de Jiyong pero con la diferencia que detrás tenía grabado “KJY”.
-Son cadenitas de pareja. Yo tengo tus iniciales y tú las mías para recordarnos cuando no estemos juntos… ¿te gusta?- desvía su mirada hacia un costado.
-Mírame- ordena con una cierta seriedad que hizo sentir nervioso al rubio.
Jiyong lo miró e hizo un adorable puchero ante los ojos del castaño.
-Es hermoso, me encanta Yongie- sonríe y toma el mentón de su novio para acercarlo a él y besarlo.
-Por un momento me asusté- suspira y sonríe abrazando al mayor.
-¿Por qué?-
-Porque creí que no te gustaría o que fuera muy infantil o cursi-
-Jamás pensaría algo así. Todo lo que me regales será hermoso para mí. Aunque hay algo que realmente me encantaría que me regales en ese momento-
-¿Qué quieres?- lo mira intrigado.
-Que sonrías. Tu sonrisa es el primer regalo que he tenido de ti y que logró cautivarme por completo-
Jiyong se sonrojó y no pudo evitar morderse el labio inferior ante su dulce novio. Lo miró unos segundos y le sonrió tan angelical que hizo que el corazón de Seung quisiera salir de su pecho.
-Gracias, Yongie- susurra y toma con ambas manos el rostro del rubio para depositarle muchos besos seguido de un cálido abrazo.
Estuvieron un momento abrazándose y acariciándose de manera dulce hasta que un fuerte gruñido del estómago de Jiyong se hizo presente logrando que se apene mientras el castaño reía.
-No hagamos enojar a tu estómago y cenemos-
Ji asintió con un leve sonrojo mientras que Seung fue a buscar la comida y las bebidas para comer en la cama.
**
Era de mañana y ambos hombres se encontraban sentados en el sofá del living mientras miraban la televisión tomando una taza de café.
Jiyong miró a su callado y pensativo novio y acarició su mano que yacía sobre su pierna.
-¿Qué piensas, Hyunnie?-
-¿Sí o sí debes de trabajar hoy?- lo mira con cierta tristeza ante los ojos de Jiyong.
-Sí. Nunca le he fallado a mi madre cuando de trabajo se trata… ¿por qué preguntas?-
-Porque quería estar contigo en nuestro primer mes como novios- suspira.
-Pero si estaremos juntos… ¿o no vendrás a Meow Coffee hoy?-
-Sí, iré. Pero quiero estar más… íntimamente contigo. Solos tú y yo…- hace un puchero y coloca su cabeza sobre el hombro del rubio quien se sonrojó levemente.
-P-Podría hablar con mi madre p-para que me dé el día libre o pedir salir antes para que podamos tener una cita- sonríe con cierto nerviosismo.
-No. Tal vez tu madre se enoje y luego tenga que trabajar sola agotándola por completo. Va a odiarme si se entera que le quité a su hijo en horas de trabajo para pasar el resto del día amándolo en privado- aún con su cabeza recostada sobre el hombro del rubio, tomó su mano para acariciarla suavemente.
-Ella no te odiará por eso. Te aprecia mucho y hasta creo que intuye que somos pareja- ríe.
“De todas formas no puedo retenerte por un capricho de estar contigo. Ya tendremos tiempo de pasar tiempo juntos porque nuestro amor será por siempre, ¿no?”
No pudo evitar pensar el castaño eso último ya que luego de que lo usaran en sus años de adolescente, por alguna razón tenía miedo de su futuro con el rubio. No creería que el menor lo utilizara porque podía notar en sus preciosos ojos que lo ama pero… ¿Y si Jiyong se cansara de él en algún momento?
Al sentir un beso sobre su mano, volvió a la realidad ya que ese sentimiento amargo lo estaba llevando por mal camino.
Enderezó su cabeza y miró al rubio quien le dedicaba una hermosa sonrisa.
-Sea lo que sea que estés pensando, no te pongas triste Hyunnie. Déjame pensar algo para que hagamos hoy, ¿sí?- acaricia su mejilla.
-De acuerdo pero si no puedes, no pasa nada. Tendremos muchos recuerdos por hacer juntos en el futuro, ¿no?- sonríe para fingir el miedo que sentía ante su inseguridad.
-¡Por supuesto! Te amo y jamás me separaré de ti. Haremos muchos recuerdos juntos y con nuestros bebés Ai y Yongie- sonríe y besa sus labios logrando que el castaño se sintiera más relajado ante aquellas palabras.
-No creo que con Ai tenga buenos momentos- tranquilo, ríe al recordar aquel gato malhumorado.
-Con el tiempo verás que se llevarán bien-
-¿Cómo estás seguro?-
-¿Intuición felina?-
Ambos rieron y Seung necesitó abrazar repentinamente al rubio. Besó su cuello mientras aspiraba su dulce aroma, se separaron y el castaño miró aquella cadenita en Jiyong. Se acercó a ella y besó aquel dije y parte de su pecho. Observó a su novio sonrojado y lo abrazó colocando su rostro sobre el pecho de Jiyong notando sus rápidos latidos y sonrió.
-Hermosa melodía- susurra y besa aquella zona para luego incorporarse y apoyar su frente sobre la del rubio.
-Es la melodía del amor- le dedica un beso esquimal.
Se miraron contemplándose el uno al otro mientras en un susurro se dijeron lo mucho que se querían para luego sellar aquellas palabras con un beso largo y lleno de amor…
**
Seung Hyun ingresaba a Meow Coffee pensativo ya que no podía creer que recordara aquella herida que le había dejado su primera y única pareja antes de enamorarse de Jiyong. ¿Por qué ahora? ¿Por qué dudaba en que su novio lo dejaría algún día? No podía quitarse ese sentimiento de miedo por lo que dio un gran suspiro intentando no pensar en negativo y poder pasar el tiempo con el rubio ya que era un día para festejar y estar juntos.
“Debo olvidarme del pasado y pensar en el presente con Jiyong. No porque me hayan engañado antes signifique que volverá a sucederme”
Al caminar hacia donde la madre de Jiyong estaba sonrió ya que la señora al verlo, le dedicó una bella sonrisa logrando comprender que su novio era igual a ella.
-Buenos tardes, Seung Hyun. No creí que vendrías tan temprano-
-Buenas tardes señora. Lo siento por venir antes de que comiencen a atender pero quería estar más tiempo con Jiyong para conversar… ¿Cómo le va?- sonríe amable mientras se quitaba sus zapatos y su abrigo.
-Muy bien. ¿Y tú?-
-Bien-
-No has traído al pequeño-
-Iba a hacerlo pero estaba muy entretenido jugando con su pequeña pelota y antes de que me vaya se subió a mi cama con claro signo de que dormirá por un buen rato- ríe.
-Oh, qué lástima. Es tan adorable. Espero lo puedas traer la próxima vez- sonríe.
-Por supuesto- mira a la señora.
-Ya sé, buscas a mi hijo. Está hablando con su amigo en la habitación pero enseguida regresará para trabajar y te atenderá-
-De acuerdo, lo esperaré. Muchas gracias- se dirige hacia la mesa y se sienta sintiendo rápidamente a la pequeña Yuki maullar cerca de su pie por lo que no tardó en subirla a su regazo y acariciarla con dulzura.
“¿Un amigo? ¿Por qué siento una sensación amarga en el pecho?”
Suspiró mientras jugaba con la pequeña gatita.
Pasaron alrededor de diez minutos y Jiyong no aparecía. Ni siquiera se escuchaba algún ruido desde el fondo del negocio. Tampoco veía alguna sombra de su novio desde donde estaba sentado.
Su mente comenzó a jugarle una mala pasada pensando demasiadas cosas a la vez.
Miró nuevamente hacia donde la habitación de Jiyong estaba y pudo divisar dos sombras muy juntas.
“¿Lo está abrazando? ¿Besando? ¿Tocando?”
Frunció el ceño y sintió la necesidad de ir a ver. Miró hacia la madre de Jiyong estaba y por lo visto estaba en la cocina preparando los últimos detalles antes de abrir el negocio.
Dejó a Yuki sobre un almohadón y escuchó a lo lejos un gruñido. Giró su rostro hacia dónde provenía aquel sonido de enojo y pudo notar a Ai sobre un estante alto para gatos mirándolo enojado. Decidió ignorarlo, no era tiempo para prestarle atención a aquel felino. Necesitaba ver a su novio.
Caminó rápidamente hacia aquel lugar y a medida que la distancia se acortaba hacia la puerta de la habitación, sus piernas temblaban por miedo a ver la peor escena.
Al quedar en frente a aquella puerta, intentó respirar calmado mientras tomaba el picaporte abriéndola con lentitud. Sólo la abrió hasta la mitad y pudo notar que cerca de la cama y de pie estaba Jiyong junto a un hombre de piel algo morena, más bajo que su novio y de cabello castaño como el de él pero peinado hacia atrás mientras hablaban bajo sin dejar de sonreírse.
Frunció el ceño nuevamente y no sólo por cómo sonreían, sino porque aquel extraño tenía su torso desnudo.
“¿Por qué está casi desnudo?”
Mordió su labio inferior ante el sentimiento amargo que comenzaba a aparecer.
Apretó con fuerza el picaporte al notar que Jiyong lo ayudaba a vestir colocándole una camisa blanca. Luego el extraño volteó para quedar frente al rubio entregándole una tarjeta, seguido de un gran abrazo.
“¿Qué mierda está sucediendo aquí?”
Seung estaba tan cegado por lo que estaba viendo que no podía escuchar lo que hablaban, al parecer sus oídos se cerraron. Sus manos temblaban, ¿acaso Jiyong lo engañaba?
“No puede ser… si Jiyong transmite en mí el sentimiento de amor. Lo puedo ver cada vez que estamos juntos… ¿o sólo eso quiero creer?”
Un gran nudo se formó en su garganta y sin dejar de apretar el picaporte, sintió como la puerta se abría en su totalidad cayendo al suelo debido a que de la fuerza que estaba aplicando, la cerradura se rompió.
Jiyong y el extraño se asustaron por el repentino ruido y miraron hacia la puerta notando al castaño en el suelo.
-¡Hyunnie!- asustado, corrió hacia él para levantarlo pero tal fue su sorpresa al sentir que Seung lo rechazó levantándose por su cuenta.
-¿Se encuentra bien?- pregunta el extraño, preocupado.
Seung Hyun lo fulminó con la mirada y miró al rubio.
-¿Estás bien, Hyunnie?- iba a acariciar su rostro pero el mayor dio un paso hacia atrás.
-¿Me puedes explicar qué hacían los dos solos en tu habitación y él semidesnudo? ¿Acaso …-
No pudo terminar de hablar ya que el miedo lo invadió por completo mostrando su peor expresión de tristeza logrando que un sorprendido Jiyong sintiera su pecho oprimirse ante aquella deplorable imagen de su novio…