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El chico de las posdatas. por Uruhasa_13

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Notas del capitulo:

Buenos días queridos amigos, les traigo actualización 

10. Algo más 

Es algo más que la distancia,

que el dolor y la nostalgia,

sabemos que eso no nos va a separar

 

El títere mental que Sasuke había construido parecía no querer irse, no era como si al muchacho le molestara pues, era lo más cerca que estaba de la verdadera escritora de las cartas. Había pensado mucho sobre lo que reflexionó el día en que hablo por primera vez con ese espejismo propio, realmente necesitaba conocer a la que era su novia.

Había despertado de sopetón, como si la realidad lo hubiese golpeado en la cara después de todo ese tiempo jugando al enamorado. Todos en la escuela estaban a la expectativa pues, querían saber quién sería la próxima comidilla social, era entendible en ese aspecto que la escritora quisiera permanecer anónima tomando en cuenta sus problemas de ansiedad.

De todas maneras, para Sasuke, era importante poder salir, divertirse con la chica a quien amaba para conocerla mejor. Obviamente las cosas no podían ser tan fáciles tratándose de una persona con tal miedo a las personas que ni siquiera tenía el valor para mostrarse ante el que ahora era su novio.

Había pensado en muchas cosas, la mayoría de sus ideas las había sacado de telenovelas y mangas para niñas. Sin darse cuenta, invirtió demasiado tiempo en tonterías, el suficiente como para terminar en un video de Justin Bieber, jamás le diría a nadie que escuchó, vio o siquiera respiró cerca de algo de ese cantante.

- ¡Ya sé!

¿Por qué no lo había pensado antes? Había una manera de comunicarse con la chica de las cartas, estaba su hermana y su amigo, siempre pudo hacerlo pero pensaba que ese medio era todo de ella. Aún así, saltó a su escritorio para tomar una hoja de papel y su pluma.

Empezaría a escribir una carta para la chica de las cartas pero ¿Cómo debía empezarla? ¿Quién escribía cartas hoy en día? En ese instante Sasuke pensó que jamás había tenido la necesidad de escribir nada, las cosas en su vida eran tan fáciles con una computadora. Las tareas, recados e incluso papeles importantes tenían un formato prescrito en internet pero, ¿Qué había de las cartas? Ni siquiera era algo que pudiera comparar con mensajes exprés como el imbox o Watssapp, estos no requerían de una especial atención.

El hecho de que su enamorada escribiera cartas hacía de su relación especial, pero fue hasta ese momento que realmente se dio cuenta de lo que implicaba escribir una carta. Jugueteó con la pluma, aún no tenía ni una sola cosa en la cabeza.

“Querida chica de las cartas…”

No, eso era demasiado genérico, arrugó la hoja y la botó al piso.  Seguía pasando en lo que podía escribir, meras tonterías.

Finalmente, pudo hacerlo, una vez que empezó, ya no pudo detenerse. Tenía en la cabeza a su títere mental. Quería poder verla leyendo la carta que ahora él escribía, se preguntó si ella sería como él, aunque jamás había contestado a ninguna de las cartas con otra carta. Quería que funcionara todo, si todo su elaborado plan (que estaba formando sobre la marcha), ocupó varias hojas de papel y algunas tenía que tirarlas al suelo porque eran ilegibles.

Quería estar más cerca de la chica de las cartas, más bien, quería hacerla sentir bien. Su títere mental le sonreía, o al menos él sabía que lo hacía, necesitaba dibujar esa misma expresión en los labios originales.

 

 

-_

 

 

No esperó mucho, le pidió a su hermana que llamara a Naruto para que se vieran en un café cercano, les contaría a los dos su exhaustivo plan maestro de la cita con la chica a quien no debía encontrarse por ninguna circunstancia. Se emocionó al ver a su amigo entrando en la cafetería, era prácticamente que se veían fuera de la escuela como amigos, se dio cuenta de que Naruto intentó no hacer contacto visual con nadie, sus ojos estaban clavados en el suelo.

- Hola – saludó el rubio cohibido

- ¿Qué sucede? – se apresuró Sasuke antes de que Okami hablara

Okami, en efecto, guardó silencio, sabía que Naruto estaba incómodo por el número de personas que había a su alrededor, obviamente no estaba acostumbrado a estar rodeado de esa manera. La escuela era diferente, eran caras que aunque extrañas, el hecho de estar en un lugar conocido, no afectaban tanto, pero estar así en donde todo era nuevo, aún estando con amigos, podía sentirse extraño.

- No… no es nada – respondió lo mejor que pudo

- Muy bien – respondió Sasuke ceñudo – en fin

La gemela de Sasuke alzó una ceja, su hermano no había querido tocar el tema a tratar hasta estar con Naruto. Ella mejor que nadie conocía a su hermano a la perfección, él solo no iba a poder hacer nada, conociéndolo lo arruinaría con el afán de que la chica de las cartas estuviera feliz.

- Quiero salir con la chica de las cartas

- ¿Qu…qué? – se apresuró Naruto

- Quiero que ella y yo tengamos una cita

- Pero ella…

- Yo sé que ella no quiere que nos veamos todavía – sonrió triste – pero aún así quiero que salgamos juntos… bueno, no juntos en realidad

Fue cuando Sasuke les explicó lo que tenía en mente, quería hacer una especie de recorrido para que la chica de las cartas pudiera seguir. Él iría primero dejando en estos lugares instrucciones y notas para ella y las personas que debían atenderle para que se hiciera la ilusión de una cita. Se debería coordinar todo, desde las personas hasta los tiempos, obviamente no podría hacerlo el solo y mucho menos el llevar a la chica de un punto a otro, era ahí donde entraban sus amigos quienes ya conocían a su novia.

- No lo sé, Sasuke – siguió Okami – suena complicado

Naruto se quedó callado, escuchó como Okami trataba de decirle a Sasuke que su maravilloso plan tenía muchos huecos y que las cosas podían salir terriblemente mal si no se planeaban bien. Aún sabiendo que la gemela del Uchiha tenía la boca llena de razón, sintió que quería hacerlo, el gesto que Sasuke estaba teniendo, el querer salir con la dichosa chica de las cartas como una verdadera pareja, eso hacía quererle más y más.

- A ella le encantará – interrumpió Naruto

Claro, estaba volviendo a usar ese poder conferido a él por la afamada “Chica de las cartas” esa capacidad de hablar y decir las cosas que ella diría sin delatarse. De todas formas, la imagen de una mujer estaba ya bien marcada en el subconsciente de Sasuke, podía soportarlo, estaba bien siempre y cuando pudiera ser el receptor indirecto.

- ¡¿Ves?! ¡Naruto me entiende!

- ¿Naruto? – interrogó Okami con una ceja levantada

- A ella le gustará, Okami, sabes que es así

La muchacha volvió a mirar a Naruto, como queriendo decirle que lo pensara dos veces, esa clase de cosas sería un estrés bastante pesado para alguien como él, aún así, si estaba decidido que quería hacerlo, no podía negarse a ayudar.

- Bien – suspiró – lo haremos

- ¡Casi lo olvido! – siguió Sasuke buscando algo en su bolsillo hasta sacar un sobre arrugado – escribí esto para ella… quería saber si ustedes podrían dársela

- Naruto puede hacerlo – se apresuró Okami

- ¿Le has escrito una carta, Sasuke? – preguntó perplejo Naruto

- Es que, ya sé que ustedes pueden explicarle mi plan pero… es que jamás he contestado una de sus cartas de una manera decente

-_

Estaba sentado en su cama en posición de loto frente al sobre arrugado que Sasuke le había dado para la chica de las cartas. Jamás pensó que podría recibir respuesta alguna pero estaba ahí, había llegado a ese punto en donde ya no sabía lo que procedería, Sasuke había devuelto el mensaje porque ya eran pareja porque lo eran ¿No?

Naruto se movía incómodo, se rascó la nuca un poco indeciso, sentía como si ese sobre no fuera para él sino más bien para la chica de las cartas, su perfecto alter ego. De una forma rara sintió celos, después se sintió estúpido, estaba celoso de él mismo. Pero se olvidó de todo lo que estaba pensando y simplemente tomó el sobre entre sus manos, ahora podía sentir que todo era diferente, porque todo lo que estaba escrito ahí era exclusivamente para él.

 

Querida escritora

Eh… debo llamarte así, no sé tu nombre y ni siquiera sé cómo empezar esto, tal vez ya comencé más, tengo que decir que es mi millonésimo intento por lograr que quede bien, espero y no decepcionarte porque sé que esto de escribir es meramente tuyo.

En fin, el motivo de esta carta es algo muy especial y es que quiero invitarte a que salgamos juntos… tranquila, no “juntos” realmente pero me gustaría proponerte algo. No sé si deba llamarlo una cita porque pues bueno, no iré contigo sino antes de ti, y es que pretendo dejar pequeñas cositas para ti.

Quiero explicar bien los detalles porque me encantaría que salga a la perfección solo por ti, porque ahora que estamos juntos, no quiero echar nada a perder.

Naruto y una de sus amigas irá contigo, te llevarán a lugares en donde yo ya debí haber pasado previamente, dejaré cosas por ahí para ti. Será como salir en una cita, te divertirás y podremos compartir sin que tengas que presionarte, además, les pediré a estas personas que jamás me digan tu identidad, ellas estarán bajo juramento.

Será divertido, te lo prometo. Quiero que sepas que de verdad me preocupo por ti  y por el hecho de hacerte feliz aunque no me dejes verte todavía. Verás, esto de escribir fue fluyendo más fácilmente o al menos eso es lo que siento.

No sé qué más pueda decirte… te amo, si, exacto, yo te amo.

Con amor, Sasuke.

 

Sus ojos húmedos en lágrimas no podían contener toda la emoción salina que se le desbordaba, esa carta estaba escrita con el puño y letra de Sasuke. No cabía en él mismo de tanta felicidad aunque supiese que era solo una cosa sin importancia como una carta. Claro, le habían escrito una carta a la chica de las cartas, de alguna forma sentía que no era para él.

Estaba siendo asediado por el fantasma de un personaje que él mismo había creado, no podía ser más patético e inseguro que eso. Sentir celos de sí mismo, ya no podía caer más bajo.

 

 

-_

 

 

-¿Estás listo?

- La vedad es que no

Después de haber leído y discernido la carta de Sasuke, Naruto redactó una respuesta afirmativa para el plan de la cita, avisó a Hinata y Tenten quienes le acompañarían después de haber recibido instrucciones detalladas de Sasuke. Aún con todo, la mañana de la cita, Naruto se sentía muy nervioso, todo eso era solo una prueba más de lo tangible que era su situación ahora.

- ¡Que mal! – bramó Tenten más emocionada que enojada – no me desperté temprano por nada ¿Qué debemos hacer primero?

Hinata buscó en el bolsillo de su chaqueta hasta sacar un papel que desdobló con cuidado, había anotado las rebuscadas instrucciones de Sasuke para asegurarse de no olvidar nada. Ella misma estaba muy contenta de ayudar, las cosas que hacía para su mejor amigo eran prioridad tanto para ella como para Tenten.

- Sasuke dijo que primero fuéramos a la cafetería

Y así fue que se encaminaron, las instrucciones del azabache eran ir a una cafetería rustica que daba ese aire de los años sesentas. Cuando entraron se dieron cuenta que el Uchiha había escogido ese sitio especialmente porque no era muy concurrido, Naruto agradeció que no hubiera multitudes.

- Debemos ocupar la mesa del fondo – siguió Hinata

Cuando se encaminaron a dicho puesto, las meseras se susurraron algo entre ellas para seguir moviéndose, ya tenían órdenes dejadas por el apuesto chico que las había visitado más temprano por la mañana. Como buenas mujeres, les parecía una idea súper romántica y estaban encantadas de colaborar, de igual manera se preguntaban cuál de las dos muchachas que había entrado sería la enamorada.

- ¿Qué es esto? – preguntó Naruto al ver que había un papel doblado

- Seguramente es de Sasuke, léelo – le animó Hinata

 

Espero que disfrutes el desayuno, pensé que esto te gustaría

 

Sin decir una sola palabra más, una de las meseras dejó en su mesa un plato con unos panqueques recién hechos y una malteada de fresa. Se quedó ahí sin decir nada, esperando a que alguna de las dos muchachas tocara la comida pero para su sorpresa, fue Naruto quien lo hizo. En aquel silencio, se retiró con una sonrisa divertida, entendía muy bien la razón de tanto secreto.

Sus dos amigas no quisieron probar bocado, ambas estaban muy emocionadas por seguir adelante pero esperaban pacientemente a que su compañero (que era la razón de toda esa peripecia). Por unos momentos, Naruto pudo sentir que estaba yendo más y más cerca de Sasuke, que esa distancia tan imaginaria se desvanecía de golpe, querría estar ahí sentado, compartiendo la comida con el chico de quien se había enamorado.

Como obviamente, Sasuke había dejado todo pagado, los tres amigos se retiraron del local en un agradable silencio, se estiraron un poco y volvieron a saborear el aire calmado del lugar que el azabache había escogido.

- Tenemos que tomar el tren ahora – anunció Hinata – él quiere que visitemos un lugar extraño

- Déjame ver – le dijo Tenten – increíble, es una especie de pueblo vecino

- ¿Qué querrá que hagamos ahí? – se cuestionó Naruto

- ¡No perdamos más tiempo y vamos a por ello!

Para la sorpresa de Naruto, los boletos del tren estaban ya pagados también, Hinata traía los tres pases en su bolsillo. Claro que el transporte público no era su fuerte, pero estaba con sus dos mejores amigas, Naruto sintió que los ataques de ansiedad se habían tomado unas vacaciones de él y le encantaba que fuese de esa forma. Estaba siendo un día increíble y apenas estaba comenzando.

Casi como una premonición, el tren estaba vacío, Tenten, Naruto y Hinata iban disfrutando del silencio tan delicioso. Ninguno de los tres había viajado fuera de su lugar de nacimiento aunque era el muchacho quien más ansiedad presentaba, sus padres se habían privado de muchas cosas como esa clase de viajes por no perturbar la paz solitaria de su hijo.

- Me siento raro – comentó Naruto casi de la nada

- ¿Por qué? – se apresuró Hinata, mirándole con sus ojos perlas, dejándole esa sabrosa sensación maternal

- Jamás había hecho esto

Las dos muchachas se miraron con sonrisas tristes, no le habían dicho a  Naruto pero ambas tenían en sus bolsos (mochila, en el caso de Tenten) las cosas necesarias para cubrir una emergencia como algún ataque de ansiedad. Con todo y todo, la trayectoria estaba siendo bastante cómoda, Hinata pensó que Sasuke se había tomado muchas molestias para que la supuesta escritora de las cartas se sintiera cómoda.

- He pensado que Sasuke está un poco… mucho, ilusionado con esa imagen que ya idealizó de mí

Era la primera vez que Naruto se refería a él mismo como la escritora de las cartas concretamente en voz alta, se sintió incómodo, como si realmente no fuera él. No era fácil, tenía miedo de que él mismo alejara a la “escritora” de su mismo ser; era tan complicado, la situación carecía de pies y cabeza, de todas formas ya se había envuelto.

- ¡Llegamos! – anunció Tenten pata cambiar el tema lográndolo fabulosamente

El tren se detuvo en una estación pequeña, nada llamativo, era rústicamente adorable. Solo había un par de personas, solo se escuchaba el sonido del tren y de las escasas personas que lo estaban abordando, para Naruto había sido como un enorme salto a una nueva dimensión, no solo físicamente sino que en su interior, sentía que ahora sus emociones podrían ser controladas con mayor facilidad.

- Por aquí

Entre las anotaciones de Sasuke, había un pequeño mapa dibujado, Tenten era buena con las ubicaciones así que ella fue la encargada de guiar al grupo hacia donde sea que estuvieran yendo. La mayoría de las personas que se topaban eran personas mayores o niños, muy amables quienes les daban indicaciones y les ayudaban a encontrar su camino.

Más tarde que temprano, se dieron cuenta que incluso para ese pueblo, estaban dirigiéndose a una zona más rural.  Pronto, las casas se hacían cada vez más remotas una de la otra y en lugar de eso, tenían extensas áreas verdes, plantíos tras césped y árboles enormes. El aire tan campirano y puro llenó los pulmones del grupo, el trío seguía caminando gustoso de apreciar un sitio en el que jamás habían estado.

- ¿Qué es eso?

Había empezado a tocar una melodía algo rustica, era un sonido antiguo pero fácil de reconocer, alguien tocaba el shamisen, un tipo de instrumento originario de Japón, milenario y hasta cierto punto sagrado.

- Vamos – les dijo Hinata

Naruto no estaba nada seguro de seguir a su amiga, la música se intensificaba mientras caminaban más. El sendero que seguían estaba pobremente pavimentado así que la hierba les rodeaba de ambos lados, así fueron hasta que más adelante alcanzaron a ver lo que parecía ser una Ban. Los colores eran visibles a la distancia, a leguas era obvio que pertenecía a algún hippie.

Entonces, cuando fue más visible, vieron a dos hombres sentados en tapetes tejidos sobre el pasto alrededor de una mesilla baja de café, uno de ellos (el rubio con una expresión inmutable) deleitaba a su pareja quien escuchaba cada nota al compás que bebía su té. El trío se detuvo entonces, Naruto quería seguir adelante y así no toparse con personas desconocidas, aunque ya estuviera un poco más cerca de superar su miedo a la gente, seguía teniéndolo.

- Ustedes deben ser los amigos de Sasuke – les dijo el rubio dejando su instrumento a un lado – Soy Deidara y él es Itachi – señaló a su compañero – es hermano mayor de los gemelos

- Sasuke nos contó del asunto de su novia – señaló los tapetes restantes alrededor de la mesita – vengan

Hinata y Tenten se apresuraron pero Naruto dudo en hacerlo, finalmente ocupó el lugar entre sus dos amigas. Obviamente este gesto no pasó desapercibido para el Uchiha mayor que poseía una intuición mucho mejor que la de Sasuke.

- Ninguna de ustedes dos es la “Chica de las cartas” ¿Verdad? – preguntó apresurado y sin ningún tapujo

Las mejillas de Naruto se tornaron de un rojo intenso, sentía que la cara le ardía de la vergüenza pero increíblemente el aire no le hizo falta. Miró a sus lados para darse cuenta que ambas muchachas le miraban sonrientes, como si se hubiesen dado cuenta que fue capaz de controlar el ataque de ansiedad que se asomaba.

- Yo soy “La chica de las cartas” – contestó Naruto con voz apenas audible y sin quitar la vista de la mesa

El azabache mayor miró a su pareja quien le sonrió tenuemente mientras volvía a tomar su instrumento para volver a deleitarles con una suave melodía de fondo. Tres tazas más fueron llenadas con el té que Itachi había estado bebiendo, los amigos agradecieron y le imitaron para llegar a disfrutar también del exquisito líquido.

- Nosotras somos Hinata y Tenten – empezó la ojiperla – venimos porque Sasuke nos pidió acompañarlo – señaló a Naruto

- ¿Cómo te llamas? – siguió Itachi centrando su atención en Naruto

- Na… Naruto

- Sasuke me contó sobre tu problema con los extraños – le sonrió aunque el otro no le miraba al rostro – mírame al rostro

Había sido una petición demasiado específica, la voz de Itachi era amable y tenue, Naruto percibió ese aire igual al que despedía Sasuke (con sus respectivas diferencias) notó que el mayor tenía un aura imponente y sin embargo esta quedaba opacada por su calma, una amabilidad serena que de alguna manera lograba hacerlo sentirse cómodo.

Así fue como Naruto venció una vez ese miedo, alzó el rostro para mirar nuevamente dentro de un par de azabaches profundos terriblemente conocidos. Los gemelos y su hermano mayor eran demasiado parecidos, esa galanura tan propia de su familia emanaba de cada poro que Itachi tenía.

- Así está mejor – rio el Uchiha mayor

- yo…

- ¿Te digo la verdad? Yo no esperaba encontrarme a una chica, creo que Sasuke también sabe que lo que se imagina, no es real

- No lo sé… creo que yo tampoco pienso que esto es real

- ¿Qué es “real”? quiero decir, ustedes dos son una pareja oficial

- Siento que no es “real” – hizo énfasis en esa última palabra – porque él no sabe nada, yo tampoco sé nada de él

- Te equivocas – se apresuró Deidara que no dejó en Shamisen – tú lo conoces, él solo puede soñar con quien escribe las cartas, tal vez te conozca a ti, Naruto, pero no a la escritora

- Sasuke sabe que ama a quien escribió las cartas – continuó Itachi – sé que no estás listo para decirle quien eres, tienes que tomártelo con calma

Estuvieron tomando el té juntos hasta que se hizo de noche, Naruto encontró la convivencia con la familia de Sasuke muy amena, se preguntó si sus padres serían así de agradables. Realmente no le importaba mucho, Deidara se había despedido de él diciéndole que le daba la bendición de algún Dios cuyo nombre era muy raro para recordar, así fue como junto con sus dos amigas tomó el tren de regreso.

Para la pareja que se quedó en el pueblo, decidieron que dejarían todo así como estaba, recogerían sus pertenencias el día siguiente, así podrían aprovechar para dormir bajo la luz de las estrellas. Reanudarían su viaje por carretera después de ese momento, ellos habían regresado después de la petición de Sasuke para que le ayudaran con la cita.

- Ustedes los Uchiha son muy genéricos – le dijo Deidara a Itachi

El mayor estaba todavía sentado en el tapete tejido, solo que ahora tenía a Deidara recargado sobre su hombro, con una mano le abrazaba y con la otra sostenía la manguera de su shisha que reposaba en la mesa en donde antes estaban las tazas con té. El mayor exhaló el humo junto con una carcajada discreta.

- ¿Tú crees?

- Rubio, ojos azules y completamente fuera de la aprobación de sus padres – pausó – si, ustedes son genéricos

- Es verdad

- ¿Cómo crees que lo va a manejar?

- Si es inteligente, igual que yo

El haber dejado una vida de lujos para ser un nómada sin absolutamente nada seguro en su vida habría sido una idea completamente descabellada si se lo hubiesen planteado años atrás, pero ahora, Itachi no encontraba una mejor forma de vivir su ya increíble vida. Tenía absolutamente todo lo que necesitaba, estaba recostado en su hombro diciéndole cosas tontas como llamarlo “genérico”.

- Debiste decirle a Naruto lo que le esperaba

- No – volvió a exhalar humo – eso es asunto entre él y Sasuke

- Pero sabes que no va a tener un buen final

- Tú y yo lo tuvimos

- No es verdad – puntuó el otro pretendiendo haber sido ofendido – nosotros no hemos terminado

Y entre risas, la noche se hizo más densa, más brillante y acogedora, simplemente era un panorama de calma y tranquilidad.   

Notas finales:

No se olviden de comentar :)


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