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El chico de las posdatas. por Uruhasa_13

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Notas del capitulo:

Muy buenos días queridos lectores, aquí la actualización y el lemon que tanto habían estado esperando.

 

13. Formas de amor

 

Yo confieso sin pudor,
que tengo la intención
de secuestrar tus sueños

Y de ser sin excepción
el único invasor
que ponga pie en ellos

 

 

Naruto sintió que su corazón estaba a punto de salirse por su pecho, ya había tenido esa experiencia con anterioridad, pero los labios de Suigetsu no eran ni remotamente parecidos a los de Sasuke. Pareció como si realmente ese hubiese sido su primer beso, jamás sintió nada parecido en la vida.

- Naruto, tú idiota – le susurró Sasuke rompiendo el contacto para mirarlo a la cara – ¿Por qué jamás me dijiste que tú eras quien escribía las cartas?

- No pensé que me miraras nunca realmente… ¿No estás enojado?

- ¡Claro que lo estoy! Me hiciste dudar de mis verdaderos sentimientos, siempre te quise a ti, desde el principio eras tú, torpe

Sasuke tomó el rostro de Naruto entre sus manos, se sintió tan feliz, no necesitaba atormentarse más pues se había enamorado de la persona correcta desde un principio. Ya no necesitaría al títere mental, desvanecería la imagen de esa chica extraña y sin rostro para poder poner una de Naruto.

- Me alegro tanto de que seas tú

 - ¿Por qué, Sasuke?

Esta vez fue Naruto quien actuó algo inconsciente, sus pies lo acercaron hasta poder sentir a Sasuke más cerca y obviamente el mayor no pudo más que rodearlo con sus brazos. Su oreja sobre el pecho del azabache le daba la oportunidad de deleitarse con sus latidos, su respiración, solo para estar seguro de que en verdad estaba pasando.

- Los ataques de ansiedad, los problemas con tu familia… todo eras tú

- Si

- El asunto con Ino… tú estabas ahí, lo lamento

- Todo eso ya pasó

El corazón de Naruto latía fuerte pero aún así logró mantenerse en calma, quería que esa fuera una noche especial, tenía que serlo pues no podía olvidar el hecho de que ya no volvería a ver a Sasuke nunca más. Realmente no se había puesto a pensar en lo que pasaría después de su graduación, cuando tuviera que salir a un mundo nuevo y totalmente distinto.

Sabía que su condición dificultaría empezar en una escuela nueva, sus padres hallaron la alternativa perfecta pero eso. Claro que dejaría atrás todo, ya no había marcha atrás así que disfrutaría lo que tenía en sus manos en ese momento.

Las manos de Sasuke regresaron al rostro de Naruto para quitar el antifaz, los ojos azules que tanto le atormentaron por tanto tiempo. Recordaba que esa pista había sido el principio del fin, era lo único que tenía para formar la imagen de la escritora… o en este caso, el escritor.

- Perdí tanto tiempo

- Yo no lo veo como tiempo perdido

- Pero…

- Tú siempre quisiste que quien escribiera las cartas estuviera junto a ti y yo estuve ahí siempre

- No es lo mismo

- Para mí lo fue, yo no me sentía listo para decirte que era yo y si te soy franco, si no fuera por el incidente con Ino, tal vez jamás te lo habría dicho

Una risa nerviosa salió de sus labios, no tenían una muy buena idea de lo que seguía a continuación, tampoco él tenía un plan para después de conocer a la chica de las cartas. Pero sintió que había encontrado algo mejor, como si hubiese rechazado ya esa idea que tenía en su cabeza, su relación con la escritora de las cartas había pasado a un mejor plano porque ahora, Naruto parecía ser una mejor sorpresa.

- Pero ambos son tan diferentes

- Lo sé, y tú te habías enamorado de ella

- Me enamoré de ti, de nadie más, ni siquiera ella puede compararse contigo

- Claro – rio – ella no es real

- A ella no puedo tocarla, no puedo besarla, Naruto

Una vez más, los labios de Sasuke reclamaron los de Naruto, el contacto sellaba su promesa una vez más, era como si el mundo exterior ya no existiera más, solo estaban ambos. Una fiesta para dos, solo una noche, era su noche hasta que tuvieran que volver a pensar en el mundo real, por lo pronto esa fantasía efímera de nube de caramelo estaba bien.

- Es aburrido aquí – le dijo Sasuke suavemente – la música ya es una mierda

- La banda que trajo Karin lo es

- No la culpo, además, casi todos están ebrios y no lo notan

- ¿Qué tienes en mente, entonces?

Una pícara sonrisa se escapó por la comisura de su boca, Sasuke quería tener esos arranques ahí mismo, pero igualmente estaba con el muchacho que resultaba ser su verdadero amor, quería que esa experiencia fuera buena para ambos.

- Sabes que técnicamente tú y yo somos novios ¿no?

- Oh – sonrió del mismo modo – entonces sé por dónde vas… tú quieres que tengamos sexo

La carcajada no pudo ser sostenida por mucho tiempo más, no había más que esconder, la atracción física       que ya existía de por medio se hizo más obvia. Ambos se tomaron un minuto para bajarse la calentura y darse cuenta de que seguían estando en el almacén del gimnasio, no estaban en una película porno para suponer que nadie los vendría a interrumpir.

- Vamos a casa – sugirió Sasuke – y por “casa” me refiero a mi dormitorio

Naruto no tuvo problemas, ya había avisado a sus padres que se quedaría en casa de Tenten aunque obviamente tanto él como su amiga tenían planes diferentes. La prioridad del rubio era irse junto con su amante, no le hizo ni una sola pregunta sobre los demás cuando estos regresaron en la limosina solos. Las manos se quedaron quietas, aunque estaban ansiosos por tocarse, esperarían pacientemente.

La mansión Uchiha se miraba diferente, las innumerables veces en las que Naruto estuvo ahí en otros momentos se desvaneció para darle paso a esa nueva visión de esta. La penumbra de la casa les brindó a ambos nuevas perspectivas, el camino hacia la habitación de Sasuke que fue en completo silencio.

El sonido de la puerta del cuarto cerrándose tras ellos los enfrascó en un silencio delicioso, el beso fue inminente, pero no había sido algo violento sino que la torpeza de ambos complementaba la inocencia del contacto. Una brisa fría y refrescante se coló por una de las ventanas, haciéndoles separarse para admirar lo que juntos habían creado.

- Jamás he estado con un chico – rio Sasuke

- Yo jamás he estado con nadie

- Lo supuse – acarició su mejilla – me alegra ser el primero

Se miraron uno al otro, realmente no sabían qué hacer a continuación, Sasuke se sintió totalmente vulnerable pues, el haber estado con muchas chicas no era menester de saber cómo hacer lo mismo con un chico. Le gustó esa sensación, ese sabor agridulce de sentirse desarmado cuando él estaba acostumbrado a ser quien dominaba siempre.

Con su dedo pulgar, acarició el labio inferior de Naruto, ya lo había besado, pero parecía como si nunca pudiera llegar a cansarse. Tenía que volver a hacerlo, saborear nuevamente esos labios de perdición, podía perderse en la humedad tan pura, un alma sin profanar, algo que Sasuke jamás conoció pero que ahora le encantaba. Nunca pensó en estar con un hombre, absolutamente todo era distinto, desde la fragancia hasta la textura de su piel.

- Estoy… temblando… – susurró Naruto

No era una petición para que se detuviera, sino que se sentía cálido, su cuerpo empezaba a tener reacciones que solo había tenido un par de veces. Conocía su propio cuerpo, sus deseos y la manera en que funcionaban, su mano había sido siempre su compañera de exploración pero se dio cuenta que el tacto ajeno siempre sería mucho mejor.

- Desnúdate para mí

El rostro de Naruto se fue pintando de rojo carmín de a poco, sus mejillas ahora se habían convertido en dos tomatitos. Una petición así lo hizo subir a las nubes y de regreso, podía sentir que incluso en ese momento, su pantalón ya le quedaba un poco más apretado, estaba cierta parte de su anatomía empujando para dárselo a entender.

- ¿Quieres que te ayude? – insistió Sasuke al ver que Naruto no reaccionaba

- Yo… yo puedo hacerlo

Las manos del ojizarco temblaron pero lograron reaccionar para lentamente quitar el saco, desaflojar el moño pero fue cuando se hizo pelotas con los botones de la camisa. Entonces, un par de manos blancas se pusieron sobre las suyas, Sasuke empezó a desabotonar con deliciosa paciencia, tomándose su tiempo para poder mirar cada trozo de piel color canela que quedaba al descubierto.

La camisa de Naruto resbaló por sus hombros terminando en el suelo, los labios del azabache dibujaron el contorno del rostro de su amante con besos húmedos, después se paseó por su cuello, le abrazaba por la cintura para acercarlo más a su cuerpo. Naruto le rodeó con los brazos también, quería sentir a Sasuke con todo su ser, su pecho desnudo estaba pegado al de su pareja, podía sentir a través de su ropa, su respiración agitada.

Un escalofrío recorrió la columna de Naruto, la lengua de Sasuke delineaba su clavícula y amenazaba con bajar un poco más. No aguantó, sus labios se separaron para dejar escapar un gemido inconsciente, se había desbloqueado un lugar en su mente en el que nunca había estado.

- Hazlo de nuevo – ordenó Sasuke

No supo qué fue lo más efectivo, la voz ronca y varonil de Sasuke o la larga y húmeda lamida que el azabache dio desde su pecho hasta su cuello. El azabache necesitaba un poco más así que de un tirón desabrochó el pantalón de Naruto quien solo permaneció así, tratando de conservar el equilibrio.

Para Sasuke, tampoco estaba siendo demasiado fácil, necesitaba acostumbrarse a eso, el cuerpo de un varón era totalmente distinto al de una chica, no tenía idea si las zonas erógenas funcionarían igual, ni siquiera podía basarse en su propio cuerpo pero estaba tratando de aparentar total control. Pero no podía dejar de querer perderlo, no le tomaría nada saltar sobre Naruto como si fuese un animal, sus deseos carnales que había desbordado en la escritora ahora estaban puestos en su compañero. Lo deseaba, lo necesitaba.

Como pudo, Sasuke logró despojar a Naruto de sus últimas prendas de ropa, se dio cuenta de que Naruto estaba hecho un manojo de nervios, pero también notó su hermosa figura desnuda, esa silueta tan perfecta, él era perfecto, inclusive no pudo contener sus manos en acariciar el pene descubierto (y previamente erecto) de su compañero.

- Sa… Sasuke

El movimiento de la mano de Sasuke era fluido, nunca había tocado un pene que no fuera el suyo, pero estaba fascinado con el de Naruto. Con la mano con la que sostenía la cadera del ojizarco se percató de que este trataba de luchar con su propio cuerpo para mantenerse de pie.

- Ve a la cama – le ordenó el azabache dejando de tocarlo

Parecía un ciervo recién nacido, Naruto logró salir de los pantalones que aún tenía en los tobillos, también se deshizo de los zapatos y calcetines. Sasuke se quedó mirando cómo era que su compañero terminaba la hazaña de volver a caminar, el momento en que él se sentó en la cama sintió como todos sus instintos depredadores afloraban. Fue hasta allí y le miró desde arriba, él también quería lucirse.

-  Acuéstate – ordenó con esa voz que hizo estremecer a Naruto

El miembro de Naruto empezaba a chorrear líquido pre seminal, ahora estaba sintiendo que los testículos le explotarían, Sasuke empezó a desnudarse frente a él, la fuente de todos sus deseos y su mayor fetiche estaba siendo desnudado ante sus ojos. El cuerpo de Sasuke lo tenía todo, el vello púbico que se asomaba sobre sus pantalones hacía que su propio miembro pidiera más, necesitaba ver más abajo.

- Ven aquí – volvió a decir  Naruto – ¿Quieres ver? Hazlo tú mismo

- S… si…

Naruto se sentó al borde de la cama, Sasuke se acercó para que este le desabrochara los pantalones, su cuerpo estaba ardiendo y en cuanto el pene de Sasuke quedó a la vista, se llenó los ojos. No hubo que decir nada, fue casi instinto el hecho de abrir la boca y engullir el miembro que ya pedía atención.

No era la primera vez que le hacían sexo oral, Sasuke supo que no había comparación con eso, apretaba los dientes y forzaba el entrecejo, no había manera de poder contener sus deseos ni un poco más. Era demasiado, todo lo era, sin darse cuenta ya estaba moviendo las caderas, se tomó un momento para escuchar que Naruto trataba de no atragantarse y vomitar, aminoró su movimiento pero aún así sentía que ya no podía más.

Con un gruñido profundo, se dejó ir dentro de la boca de Naruto, ni siquiera tuvo tiempo de poder avisarle a su compañero. Por su parte, Naruto solo fue capaz de simplemente lograr sacar el miembro, tenía hilos de semen que le escurrían, con todo y todo, logró que lo poco que le quedó en la boca pasara por su garganta. Ni siquiera recordaba el sabor, el solo acto era bastante e incluso se relamió los labios.

- También quiero – musitó Sasuke en un susurro apenas audible

Sus prontos y muy nuevos deseos y sentimientos sobrecargaban su ser, no entendía como funcionaba pero su reciente atracción por un hombre lo arrastraba a querer que Naruto pudiera sentir lo mismo que él. Se inclinó sobre el cuerpo de Naruto, empujó su pecho para acostarlo en la cama nuevamente, así tendría todo el camino libre.

Se hincó al pie de la cama, nunca había tenido ese panorama, tardó un poco pero finalmente decidió que podría gustarle. En cuanto su lengua tocó la piel de los testículos de Naruto y le escuchó gemir mientras su respiración se agitaba, supo que estaba en el camino correcto. Dio una larga lamida desde los testículos hasta la cabeza del pene, increíblemente el sabor salado de un pene no se comparaba al de una vagina. Estaba bien, se sentía bien, ni siquiera tenía esa sensación de asco, porque el chico con el que estaba lo merecía.

Intentó recordar cómo era que esas chicas en los videos pornográficos hacían, incluso quería imitar a las muchachas con las que había estado. Con todo y todo, sentir el cuerpo de Naruto retorciéndose  por él era lo que más le emocionaba, se sentía soñado y podía seguir por siempre. Tomó el miembro de su compañero y empezó a masturbar con más fuerza, sin dejar de hacerlo bajó el rostro, con la mano que tenía libre se ayudó para separar las nalgas del rubio.

Desde ese punto no era tan distinto, acercó su rostro para acariciar el ano con la lengua, un gemido más alto vino desde los labios del ojizarco, sus caderas empezaban a moverse, Sasuke sintió con su lengua como era que su amante estaba comenzando a dilatarse. El cuerpo de Naruto estaba preparándose para recibirlo.

Para Naruto, estaba siendo una especie de festival de sensaciones y emociones realmente nuevas, su cuerpo se movía casi con mente propia, ya sus extremidades no le hacían caso actuando espasmódicamente. Quería más, sentía en su estómago una punzada de dolor placentero, igualmente sabía que su entrada estaba ya preparada después de que Sasuke la hiciera dilatar.

- Sasuke…

 - Raro ¿no? – contestó el azabache levantándose para sentarse en la cama al lado de Naruto – por mucho tiempo soñé con cómo sería este momento y fue totalmente distinto de lo que yo esperaba

Naruto intentó incorporarse, su miembro chillaba porque lo habían dejado a medias, sus ojos cristalinos no dejaban de ver a Sasuke, sentía que su garganta estaba cerrada. Sus ojos se llenaban de la vista tan maravillosa que el cuerpo desnudo y sudado de Sasuke le brindaba, sus labios entre abiertos, su pecho palpitante, todo era maravilloso.  

- Te amo, Naruto

Habían sido palabras mundanas que solas podían no significar nada, pero Sasuke las había puesto en el orden correcto. Naruto sintió ganas de llorar, se reprimió para no parecer tonto, se acercó más para así saborear nuevamente los labios de Sasuke.  Las manos del azabache acariciaron los cabellos dorados de su compañero, ambos estaban en ese éxtasis perpetuo.

- También te amo, Sasuke, siempre lo hice

- ¿Por qué siempre estuviste escondido?

- Porque no me mirarías

- No podría mirar a otro lado

Sasuke tomó a Naruto del trasero y de un jalón lo sentó en sus piernas, el menor podía sentir el miembro de su compañero haciendo presión contra su entrada, igualmente su propio asunto que estaba bien erecto se restregaba en el abdomen de Sasuke.

- Despacio ¿Ok? – musitó Sasuke

Naruto asintió avergonzado, sabía que su compañero no lo dejaría solo. Se pusieron más cómodos, el azabache se acostó sobre su espalda y contrajo las piernas para darle soporte a su amante, con una de sus manos tomó su miembro para ponerlo justo a la entrada, una sonrisa pícara se le escapó al ver la cara del ojizarco en cuanto la cabeza de su pene rozó su ano.

- Apóyate en mi

Las manos de Naruto se pusieron en el pecho de Sasuke y se inclinó para acomodarse, lentamente descendió. Iba muy despacio, aunque estuvo tentado a simplemente empezar a dar sentones, justo como en la pornografía, pero ni la cara más placentera de Sasuke podría hacerlo olvidar la integridad de su culito virgen. Cuando por fin Naruto pudo sentarse, había algo que simplemente lo volvía loco, le dolía pero no era un dolor insoportable, solo tenía que aguantar un poco hasta que su cuerpo lo tolerara.

- ¿Estás bien? – preguntó Sasuke con voz muy ronca

- S…si

Acomodó sus caderas, el sentir la virilidad de Sasuke dentro de él cosquilleaba de una manera tan especialmente extraña, como si tuviera ganas de reír y gemir al mismo tiempo. Acomodó sus manos nuevamente en el pecho, Sasuke previno las intenciones de su pareja así que con ambas manos lo tomó de las caderas para ayudarle. Había una cierta sensación dolorosa, una punzada que no lo hacía olvidar que si resistía más, llegaría al éxtasis.

Sus miradas estaban conectadas, jamás dejaron de mirarse, una gota de sudor resbaló desde la punta de la nariz de Naruto y se estrelló en la mejilla de Sasuke, fue una especie de detonante para que el azabache empezara a mover sus caderas, sentía como las manos de Naruto temblaban sobre su pecho, no podía detenerse ahora, el interior de ese muchacho apretaba su pene, estaba muchísimo más estrecho que cualquier otro agujero en el que se hubiese metido.

- Podemos ponernos más cómodos

Naruto solo asentía, a ese punto ya no controlaba su propio cuerpo, el estar perdiendo la virginidad con la persona de quien había estado enamorado siempre representaba una tentación indescriptible. Si había algo mejor que eso, no lo conocía, dejó que Sasuke le empujara hacia atrás (sin salir de él) para que ahora fuese el azabache quien llevara las riendas del asunto.

Así le gustaba más, de alguna manera el poco control que tenía en su vida ahora quedaba reducido a nada, Naruto se sentía libre, confiaba en Sasuke por completo, tanto que cedería el poco control, ya no tenía que preocuparse más. No existían sus problemas, ellos se irían, los barrería con sus besos y caricias, se sentía completamente pleno.

- Naruto…

Los gimoteos de Sasuke eran algo extasiarte, el movimiento de las caderas del azabache simplemente lo hizo perder el conocimiento, sus ojos azules clavados en los negros de su compañero no perdían la conexión. Mientras más rápido se movía el Uchiha, el otro sentía como el corazón se le subía a la garganta.

- Más… Más rápido

Los balbuceos de Naruto, aunque según él no eran muy audibles, para Sasuke eran detonadores, el tono de voz del ojizarco siguió pidiendo más y las caderas de Sasuke volvían y volvían.

-E… espera 

Entonces, Sasuke paró en seco creyendo que había lastimado a su amante, pero enseguida el menor se arrodilló mirando muy serio a Sasuke que ya se había asustado pero todo eso se esfumó cuando una sonrisa tan distinta se dibujó en sus labios. Para el azabache había sido la perdición, era tan erótico, tan sensual y distinto.

- Te amo – dijo Naruto – Quiero que me lo hagas muy fuerte

Rápidamente, Naruto se puso en cuatro, se inclinó sobre el colchón dándole a Sasuke una perfecta vista de su entrada y por obviedad, el azabache no se resistió. El miembro del Uchiha entró de una sola estocada, los gemidos de Naruto ya no cesaban, no le importaba ser escuchado por nadie, en ese momento eran solo ellos dos. Las caderas de ambos estaban fusionadas en una danza  tan especial.

- ¡Sasuke!

Fue demasiado para los dos, el estómago de Naruto sintió explotar en cuanto el semen caliente de Sasuke le llenó por sus adentros. Fue como si llegara a la iluminación, el orgasmo más increíble de todos los tiempos (al menos para él)  se dejó caer sobre el colchón agotado, Sasuke salió de su cuerpo para ocupar el espacio a su lado.

- ¿Quieres darte un baño?

- Estoy bien así – contestó el rubio con un susurro

- ¿Estás seguro? Porque mi hermana y Jugo aún no lo usan

- De verdad

Ver el rostro apaciguado de Sasuke acostado a su lado, las hebras azabaches pegadas a su inmaculado rostro era como un golpe en el hígado. Hubiese dado todo porque ese momento se congelara en el tiempo, por vivirlo una y otra vez. Sabía que él iría lejos en cuanto Sasuke cerrara los ojos, se alejarían por siempre para que tal vez nunca más se volvieran a ver.

 Sería lo mejor para ambos, sus vidas ya eran bastante complicadas como para permitirse el lujo de volver a complicarlas más. Lo entendió el día que conoció al hermano de Sasuke, un chico con una vida prometedora lanzada a la basura por seguir a su corazón, claro que estaba seguro de que Itachi era mucho más feliz así, pero dudaba que Sasuke pudiera estar hecho para la vida diferente de cómo la conocía.

- Me gusta estar así, Naruto

- Duérmete ya, ha sido una noche larga

- No quiero, quiero mirarte hasta que los ojos se me desgasten

- Lo harán si no te duermes ahora

- ¿Qué haremos después, Naruto? – rio bajito – sé que a mis padres no les va a hacer gracia… no conozco a los tuyos pero tal vez Itachi y Deidara nos hagan un espacio

- ¿No quieres ir a la universidad?

- Nada de eso me importa

Ni una palabra más fue dicha, Naruto selló los labios de Sasuke con un beso casto sobre los labios y así se acomodaron para dormir. Pero el rubio no tenía intenciones de hacerlo, sabía que el azabache se relajaría lo suficiente como para quedarse profundamente dormido enseguida. Lo miró lo más que pudo, quería que el calor que emanaba de su pecho se quedara impregnado en su ser, se aseguraría de poder recordar cada detalle, cada palabra, cada aroma y rincón de la habitación.

Fue cuando lo supo, vio el modo de zafarse del agarre de Sasuke para ponerse de pie y vestirse de nuevo. Contempló a su amante desde ese ángulo, tan tranquilo, tan suyo y ahora era momento para dejarlo ir.

El escritorio de Sasuke era un desastre pero aún así encontró lo que buscaba, una hoja de papel y pluma para rápidamente escribir. Se tomó su tiempo, estaba a obscuras así que no esperó que la caligrafía fuese impecable, de todas maneras, el mensaje era el mismo. Dejó la nota en el escritorio, la habitación de su amante tenía la misma composición que la de su hermana solo que con una paleta de colores diferente. Los sofás frente a la cama y la pequeña mesita parecían mejores que el escritorio así que cambió la nota de lugar.

Fue hasta la cama y se inclinó sobre su amante para depositar un beso. El último. Salió al pasillo, las luces estaban encendidas pero el cuarto de Okami estaba bastante ruidoso así que siguió de largo hasta la entrada, cerró la puerta tras él. Caminó hasta la mitad de la calle, la luna estaba por irse y el sol llegaría pronto, tenía que ir a casa, el avión partiría en un par de horas y debía ser puntual.

Era su último adiós.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Ojalá que puedan comentar!

Nos leemos la semana que viene!


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