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El chico de las posdatas. por Uruhasa_13

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Notas del capitulo:

Muy buenos días queridos lectores, les traigo aquí el último episodio de este fanfic. Mañana se subirá el epílogo para así cerrar este fanfic. Quiero darles las gracias de antemano a todos los que siguieron la historia, nosotras no seríamos nada sin los lectores. 

Estamos trabajando en nuevos fanfics para ustedes y espero que también nos apoyen. Muchas gracias. 

 

ATT: Cinderella(Escritora) y Uruhasa(Editora)

15. Regresa a mi

(Final)

No me abandones así
Hablando solo de ti
Ven y devuélveme al fin
La sonrisa que se fue

 

Sin embargo, los años pasaron y Sasuke logró graduarse con honores de la universidad, Fugaku no tardó en convertirlo en su mano derecha en la compañía. Lo odiaba. Sasuke odiaba trabajar al lado de su progenitor, todo el día debía escuchar sus quejar sobre sus hermanos, sobre la decepción que fue criar a dos inútiles que no pudieron lidiar con la grandeza que según él, era Sasuke.

Pero nada de eso lo llenaba, seguía tan aferrado a la idea de Naruto que no podía mirar a otras personas, Fugaku ya estaba desesperado y le insistía en que desposara a una mujer para que así el legado de su apellido no se perdiera.

- ¡Esos vástagos no llevarán el apellido! – espetó Fugaku en cólera

- Papá – intentó razonar Sasuke – deberías considerar a tus nietos, ya casi cumplen cinco años

- No necesito conocerlos ni lo haré nunca, esa mujer dejó de ser mi hija en cuanto se fue con los demás inútiles

Sasuke apretó el tenedor, él y Fugaku habían salido a almorzar en un restaurante cuyo nombre era razón suficiente como para hacer llorar al bolcillo, una comida ahí podía costar el salario de un mes de uno de sus empleados. El azabache menor era enemigo de esos lugares, pero su padre insistía en que solo ese tipo de sitios tenían la calidad suficiente para un paladar tan refinado como el de la familia Uchiha.

- Esa mujer es tu hija y mi hermana, aunque te pese, padre

Fugaku chasqueó la lengua y prosiguió con su almuerzo, Sasuke sentía que si probaba un bocado más de ese pato a la naranja devolvería el estómago. Se excusó con su padre para poder salir a tomar aire fresco, por lo menos las calles llenas de personas serían una mejor distracción que una mesera puta insinuándosele.

El centro de la ciudad brindaba tanto ruido y apogeo que pronto se olvido de todo, sus pasos eran casi improvisados, sin darse cuenta había llegado a una especie de calle más concurrida, aunque también estaba llena de negocios. La mayoría eran de electrónicos y ferreterías, bastante comunes en esa clase de ubicaciones, un par de vendedores ambulantes que se habían asentado en el suelo a mostrar sus baratijas.

Pero lo que le llamó la atención fue un pequeño y modesto local que apenas era visible entre los demás, sin pensarlo mucho, Sasuke entró para deleitarse con el aroma a libros viejos. Era una pequeña librería rustica, el azabache esperaba que fuese una venta de libros de segunda mano pero logró ver títulos de moda en los estantes, aún así decidió echar un vistazo en todo eso.

“A Naruto le hubiera encantado” pensó tristemente para él solo, recordó con más fuerza, alguna vez le escuchó decir que querría ser escritor, se preguntó si tal vez leería algo de él algún día. Entonces, pasando sus ojos sobre los estantes, hubo un libro que le llamó mucho la atención.

- ¿”El chico de las posdatas”?

Lo tomó en sus manos, la portada tenía una fotografía de un libro viejo, le dio la vuelta para poder leer la sinopsis del mismo. Una ceja se enarcó encontrándose a si mismo interesándose por literatura juvenil.

 

Una vez más tocar tu piel
El hondo suspirar
Recuperemos lo
Que se ha perdido

 

Tristán e Ian eran chicos incomprendidos que peleaban por vivir sus vidas un día a la vez, cada uno lidiando con sus propios demonios. Tristán estaba siempre rodeado de personas, jamás le hizo falta la compañía de nadie, tenía amigos y una familia acogedora que lo amaba. Luego, estaba Ian, el muchacho incomprendido y solitario. Pero el destino los uniría de una manera en la que no podrían separarse más, un día, Ian decide dejarle una carta anónima de la que Tristán se enamora perdidamente (…)

 

Sasuke seguía leyendo, finalmente abrió el libro y empezó a hojearlo, no le dio más vueltas al asunto y lo llevó al mostrador en donde la cajera le cobró con una coqueta sonrisa aunque el azabache ya no tenía más tiempo para chicas extrañas.

 

 

-_

 

 

Regresa a mi
Quiéreme otra vez

 

Llamó a su secretaria para cancelar sus citas del fin de semana, se quedaría en casa para seguir leyendo aquel material tan peculiar. Esa historia estaba siendo cada vez más y más terroríficamente parecida a la suya junto con Naruto, el personaje de Tristán, al igual que él, tenía una hermana gemela llamada Tatiana quien ayudó a Ian y a sus amigas Hester y China para lograr llegar hasta Tristán.

No se quedó muy atrás, investigó un poco en internet, las reseñas decían que al ser un libro que tocaba la temática del amor homosexual. Además, la identidad del autor era desconocida, la persona misteriosa solo escribía bajo el seudónimo de “N.U. Namikaze”.

No cabía duda, Sasuke tenía en sus manos un libro escrito por Naruto Uzumaki. Al principio, no supo cómo reaccionar, quién podría saberlo. Pero cada línea gritaba por esa atención tan única que solo el rubio sabía darle.

Su breve investigación en la red le arrojó que ese era el primer libro de una saga, además, su bibliografía había crecido desde entonces, casi todo era literatura juvenil. Novelas re romance y uno que otro libro que hablaba sobre fantasía, esa noche Sasuke no pegó el ojo hasta que por fin el libro llegó al final.

Final abierto, era obvio, terminaba en que Ian se iba a estudiar a Irlanda alejándose de Tristán y todos sus amigos. Rio muy divertido cuando se tomó un momento para empezar a leer el siguiente libro de la saga que ya había descargado en su computadora, hablaba de un Ian muy triste, tardó un par de capítulos hasta que pudiera saber qué sucedió con Tristán, se saltó todo para leer el final y darse cuenta que aún así no quedaban juntos, todavía quedaban otros tres libros de la saga pero el cansancio lo venció.

Se levantó hasta el medio día, lo primero en que pudo pensar fue en reunir a todos, necesitaría ayuda para llegar hasta la raíz del misterio.

- ¿Si?

La voz de su hermana contestó el teléfono, ellos hablaban una o dos veces a la semana, el repudio de su familia orilló a Okami a desaparecer casi por completo de sus vidas refugiándose junto con la familia que ya había formado. No se habían visto desde que sus sobrinos nacieron, conocía sus voces y quería ver a sus hermanos. Supo entonces que el momento había llegado, sonrió extasiado, ese sería el día para poder liberarse finalmente.

- Lo encontré – respondió Sasuke muy emocionado

-¿Q…ué?

- Okami, Encontré un libro, estoy seguro de que lo escribió Naruto

- Sasuke… ¿Qué harás?

- ¿Están muy lejos?

- No estarás pensando…

- No solo lo pienso, hermanita – sonrió – Vaciaré la cuenta bancaria para que papá no tenga oportunidad de nada, empacaré mis cosas y los veré mañana

- ¡Espera! – le hizo detenerse, Sasuke simplemente se quedó callado – Sasuke, piensa bien las cosas ¿Vale la pena? Tienes todo en donde estás, por lo menos papá te ve… y querrá ver a tus hijos

- ¿Bromeas? – su voz sonaba más seria – yo te envidio, tienes a Juugo, a Itachi y a Deidara, tienes una familia, familia a la que no he visto hace casi cinco años

- Los chicos quieren verte, les encanta hablar contigo

- Y yo quiero verlos, Okami – pausó un momento – llama a las chicas, ellas querrán venir

- Dalo por hecho

 

 

-_

 

 

No supo cómo fue que terminó de hacer las cosas tan rápido pero solo un día le bastó para hacer todo lo que debía hacer. Subió las maletas a su auto deportivo y después de una llamada a la oficina de Fugaku que duró un tiempo considerable, también quedó repudiado y desheredado, seguramente recapacitaría en cuanto se diera cuenta de que se había quedado sin ningún heredero.

No importaba, dejó la casa tal y como estaba, ya no necesitaría absolutamente nada de esa vida. En cuanto los neumáticos pisaron la carretera se sintió tan libre como siempre soñó serlo, una enorme carcajada se escapó de sus labios pensando que no sería más un esclavo. Pero lo mejor de todo era, que después de tantos años, estaba más cerca de encontrar a Naruto.

 

 

Borra el dolor
Que al irte me dio
Cuando te separaste de mí

 

Había esperado tanto, los años añorando volver a ver los ojos color zafiro de Naruto, su estómago estaba por explotar y no podía esperar por el reencuentro. La carretera le brindaba esa dulce satisfacción; después del nacimiento de sus sobrinos, sus hermanos se establecieron en una ciudad a un par de horas, un pequeño lugar rural.

Se arrepintió por jamás haber hecho ese viaje tan estúpidamente corto antes, de todas maneras, sabía que ahora pasaría en ese lugar el resto del tiempo o al menos hasta que pudiera averiguar el paradero de Naruto.

Llegó al pueblo en donde vivían sus hermanos, los lugareños se detenían a ver el lujoso auto que el pelinegro conducía. Increíblemente, la familia Uchiha siempre destacaba y los pueblerinos los ubicaron rápidamente, eran los “gitanos” dueños del huerto más grande, los que vendían sus productos en el mercado local.

- ¿Es aquí?

El señor afirmó con la cabeza, Sasuke aparcó el auto cerca del mercado y bajó casi corriendo, le divertía ver cómo era que las personas que miraban al tipo en traje elegante caminando por el mercado de piso terroso. Si Fugaku lo viera haciendo eso le regañaría por arruinar unos zapatos tan costosos, pero se sentía bien, el lodo en las suelas le hacía sentir mucho mejor que los perfectamente pulidos pisos de la compañía.

- ¿Quiere comprar tomates, señor?

Sasuke miró el puesto por el que había pasado unos segundos antes, sus ojos se iluminaron al ver dos pares de ojos iguales a los suyos, una pareja de gemelos. Él se acercó a los chicos que también lo miraron extrañados.

- ¿Higue, Tsume?

Los dos muchachos miraron al extraño y de algún modo supieron de quién se trataba, saltaron sobre el mostrador de su pequeño local para abrazar a su tío Sasuke. Le dijeron que su madre había salido unos momentos pero regresaría al local en unos momentos.

- ¡Sasuke!

Su hermana se veía totalmente diferente, su cabello era corto y la ropa que traía puesta era lo opuesto a lo que solía usar. Cerraron el puesto temprano para regresar, los muchachos quisieron subir en el auto de su tío en lugar de la camioneta vieja de batea que conducía la mujer para llevar la mercancía al mercado.

- Me alegra verte de nuevo – saludó Juugo

- Pero dinos – se apresuró Itachi – ¿Qué sabemos de Naruto?

El menor puso sobre la mesa el libro que había terminado en unas horas, todos examinaron el escrito, fue Okami quien corroboró que efectivamente parecía ser el estilo de Naruto. Fue cuando el timbre sonó, eran Tenten y Hinata quienes se unieron a la plática, ambas le echaron un vistazo al libro para ver que podían aportar.

- Haré unas llamadas – dijo Hinata, ella se había convertido en una reconocida periodista – seguramente alguien en el medio debe conocer al escritor del libro

- Esto es tan familiar – comentó Sasuke – tuve que esperar tanto para volver a saber de él

- ¿Qué esperabas? – le contestó Tenten – él esperó mucho más por ti

Una ola de culpa le inundó, la muchacha tenía la boca llena de verdad, incluso en ese momento no podía hacer las cosas por él mismo. Había dejado pasar cinco años antes de siquiera estar cerca de alguna pista y estaría mintiendo si jamás pensó en rendirse, le habló a su hermana sobre que ella tenía una vida envidiable, pero la verdad era que las comodidades viviendo en casa de su padre y siendo un peón más en su compañía le daba lujos que una vida campirana jamás podría regalarle. Pero seguía queriendo más, ese vacío en su interior existía con una fuerza irrefutable, ninguna mujer u hombre que hallara en el camino podría ocupar el lugar que el escritor de las cartas ocupaba.

- Tengo algo – se apresuro Hinata colgando el teléfono – el editor de N.U. Namikaze vive en Alemania

- ¿El escritor es alemán? – preguntó Sasuke con un tinte de decepción

- Pues no pueden asegurarlo pero… supongo que es lo más probable

- Vamos a Alemania

 

No puedo más si tú no estás
Tienes que llegar
Mi vida se apaga sin ti a mi lado

 

Todos los presentes le miraron con una ceja levantada, sonaba como una tremenda locura el ir tras una persona que parecía no ser quien él buscaba. Aún así, el apellido de quien escribió el libro seguía sonando oriental, tal vez sería una pérdida de tiempo, pero era lo mejor que pudo conseguir en años.

- Sasuke… no estamos seguros de que sea él – tajó Hinata

- No importa si no quieren venir, tengo que buscarlo

- Tonto – se rió Okami – claro que iremos contigo – miró a su esposo – ¿Podrás encargarte de los chicos unos días?

- Claro que lo haré – le contestó Jugo sin perder tiempo – ustedes tráiganlo de regreso

- ¡Es una estupenda idea! – intervino Itachi – haremos un enorme pastel de calabaza para cuando estén de regreso

 

 

-_

 

 

- No puedo creer que de verdad estemos aquí – bufó Okami abrazándose a sí misma

Alemania era muy fría en esa época del año, pero eso no les había impedido poder llegar tranquilamente. Hinata y Tenten habían decidido quedarse en la cabaña con los demás, los Uchiha fueron quienes abordaron el avión para atravesar al otro lado, las instrucciones de Hinata eran ir directamente a la editorial pero Sasuke sabía que no les darían ninguna información.

- Vamos, la editorial cierra en unas horas

- No quiero ir a la editorial

- Sasuke, es la única pista

- No, no lo es, ven conmigo

Durante el viaje hacia Alemania, Sasuke Indagó en internet, había llegado hasta los lugares más recónditos hasta encontrar una persona que decía conocer al escritor de los libros, o más bien, decía haberle enseñado el idioma aunque claro que nadie lo tomaba en serio, los fanáticos de N.U. Namikaze eran huesos duros de roer y no se dejarían llevar por ningún rumor.

- willkommen sind* – Saludó un hombre alto y rubio que venía hacia ellos

- Luca, supongo – respondió Sasuke estrechando su mano – es un gusto

- El gusto es mío

- Entonces…

- Vamos a un lugar más cómodo para hablar al respecto

Luca los guio a su auto y condujo un hasta una zona más concurrida, Alemania les parecía un sitio impresionante, el escuchar un idioma totalmente diferente les dio una sensación de añoranza. Su guía les llevó hasta un café en donde hizo el favor de ordenar cafés para los tres, era obvio que el frío causaba estragos en los extranjeros.

- Entonces… – empezó Okami

- No soy ningún charlatán – les aseguró Luca – pero en ese momento no sabía que N.U. no quería ser reconocido

- “Reconocido” – repitió Sasuke – entonces es un hombre

- Si que lo es – les sonrió – pero es todo lo que puedo decirles

-¿¡Qué!?

- No te desesperes, mi amigo – les regaló una mirada pícara – soy un amigo cercano de N.U. y sé quién eres, los llevaré hasta él

- Te enamoraste de él ¿No? – intervino Okami

- A las mujeres no se les puede esconder nada – contestó Luca con una enorme sonrisa – pero el corazón de N.U. ya está ocupado y nada me haría más feliz que verlo siendo feliz

Después de terminar el café, Luca los llevó en auto hasta una zona bastante retirada, el viaje duró horas y Sasuke se preguntó si de verdad estaba yendo por el camino correcto. Estaban en un país extraño, en el auto de un extraño, yendo por un sendero extraño, ya no había marcha atrás, giró la cabeza para ver el asiento de atrás en donde su hermana se sentía muy calmada, fue cuando su pecho dejó de dar tumbos tan violentos.

- Es aquí

Ambos miraron una casa enorme, Luca no se había acercado a la propiedad y les explicó a los hermanos que él no iría más lejos, no quería que N.U. se enterara de que él había sido el culpable si las cosas salían mal. Se despidieron cordialmente, Sasuke no sabía cómo agradecerle, había terminado haciendo un amigo con quien podría contar.

- Si eres la persona que N.U. espera – se despidió Luca – quiero decirte que si le haces daño, yo en persona me encargaré de ti

Dada su amenaza cordial, Luca se retiró en su auto dejando a los gemelos solos frente a la propiedad. Sin decir mucho, ellos caminaron hacia la entrada, Okami tomó la mano de Sasuke quien se miraba bastante mal.

- Estará bien, todo  va a estar bien – le calmó

- ¿Y si no es Naruto?

- Entonces volveremos al principio, no lo dejaremos de buscar

- No soportaría perderlo de nuevo

- No lo harás

La confianza de Sasuke se veía temblorosa, ya no estaban en preparatoria y ni siquiera estaba seguro de que Naruto estuviera tras esa puerta. Quería no pensar en siquiera sentir lo que era soportar una pérdida de nuevo porque ya no tendría hacia dónde ir, sus recursos se agotarían y ahora solo le quedaría resignarse.

Quien atendió la puerta fue Kushina, la mujer se asombró al ver a los gemelos en su puerta, supo instantáneamente que se trataban de los muchachos a quienes su hijo había dejado atrás. Ella estaba muy orgullosa de que Naruto pudiese destacar en un medio como lo era la literatura, pero siendo ella misma la primera en leer sus manuscritos podía darse cuenta de que estaba vaciando toda su frustración en la saga de novelas “El chico de las posdatas” a la que no había podido dar un final después de todo ese tiempo.

- Mi nombre es Sasuke Uchiha, ella es mi hermana Okami – se apresuró el azabache

 

Dime que si
Yo no quiero llorar
Regresa a mi

 

- ¿Son ustedes quienes lo acompañaron cuando vivíamos en Japón?

- Es difícil de explicar, señora, yo…

- Eres de quien se enamoró mi hijo, la razón por la que decidió huir

Sasuke se sintió avergonzado, pero en vez de que ella estuviera enojada, Kushina parecía bastante complacida de ver a los gemelos. La madre del rubio se hizo a un lado y los dejó pasar, les llevó a la sala para prepararles un té caliente, ella más que nadie estaba bastante contenta de saber que ya por fin, después de tantos años, la saga de libros podría tener un final.

- He esperado por años a que vinieras – se apresuró Kushina

- Las cosas no eran sencillas – le respondió Sasuke – él se fue sin decir nada

- Estuve tentada a contactarte muchas veces, pero no creo que a él le hubiese gustado

- ¿En dónde está? Quiero verlo

No me abandones así
Hablando solo de ti
Devuélveme la
Pasión de tus brazos

 

- Es el último cuarto del tercer piso

 

 

-_

 

 

Después de tantos años y el éxito que sus libros alcanzaron, seguía ahí sentado, en el balcón en donde todo había comenzado. Naruto se mantenía frente a la computadora tratando de escribir el último libro de la saga que lo había hecho tan famoso pero simplemente la inspiración no llegaba. Sus fanáticos se desesperaban y le exigían un final mientras él decidía sacar algún otro libro que no tuviera que ver para calmar un poco las ansias.

- Oh diablos…

Sus dedos vacilaban, tal vez debía aplazar el final de esa saga y volver a dar un final abierto, aunque sería una solución temporal para que después de la publicación volvieran las quejas por un final.

La puerta de su dormitorio se abrió, él solo se removió en su asiento esperando que su mamá no volviera con ese sermón de tener que terminar las cosas que se comenzaban, aunque a veces esos sermones eran más como de fanática que como su madre pues esta era la presidenta del club de fans de N.U Namikaze, no la culpaba, él también quería saber cómo podría terminar la historia.

 

 

Regresa a mi
Quiéreme otra vez
Borra el dolor
Que al irte me dio
Cuando te separaste de mi

 

 

- Tranquila, mamá, el libro todavía no está terminado

- Entonces… ¿Tristán no se quedará con Ian al final?

Aquella voz, Naruto se quedó helado, como si estuviera reevaluando la situación. Lentamente se levantó de la silla y se dio la media vuelta. Y ahí estaba. Ojos color azabache, cabellos tan obscuros como sus propios deseos, sus rasgos habían cambiado un poco pero seguía siendo la misma esencia, el aura maldita de los Uchiha.

- Naruto, tú, torpe

El labio inferior del rubio empezó a temblar pero su cuerpo respondió casi como si tuviera vida propia, en cuanto los brazos de Sasuke se abrieron, él corrió para refugiarse en ellos, el calor que emanaba del azabache era tan reconfortante. Por primera vez desde que se había ido de Japón, se sentía en casa.

- Te amo, idiota – se apresuró Sasuke – no sabes el dolor de trasero que has sido para mí estos años

 

 

Dime que si
Yo no quiero llorar

 

 

- Pero estarías mejor sin mí

- Cierra la boca

 

 

Regresa a mi

 

 

Entonces, un beso fue el último sello, por fin después de tanto tiempo el misterio y el sufrimiento había llegado a su término. Se amarían de ahora en adelante porque ya que volvían a estar juntos, nada más podría separarlos. El libro tendría un final.

 

 

Fin.

 

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Glosario

*willkommen sind: Bienvenidos

 

 

Notas finales:

Espero que nos dejen sus comentarios y esperen el epílogo :)


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