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El chico de las posdatas. por Uruhasa_13

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Notas del capitulo:

Muy buenos días, les traigo actualización

 

3. Solo yo

 

No dejes que nadie, solo yo
Te haga el corazón pedazos

 

 

Una mañana más para los hermanos Uchiha que tenían que esquivar la horda de zombies adolescentes yendo a sus respectivas clases. Aún así, el azabache parecía genuinamente animado como ya se le estaba haciendo costumbre, las mañanas de escuela habían adquirido significados nuevos desde que había empezado a recibir cartas de una muchacha misteriosa.

- Sabes que ella no te dejará nada hasta después del almuerzo – le dijo Okami sabiendo que su hermano iría a su casillero

- Lo sé… pero es solo para estar seguro

- Solo estás ansioso

Era verdad, aunque no siempre había una hora precisa en la que las cartas aparecían, casi siempre eran después del segundo periodo. Los dos hermanos entraron al salón de clase, casi todos los estudiantes aún permanecían fuera de los salones, había un poco de tiempo antes de que la campana sonara.

- ¡Sasuke!

A penas entraron, Sakura Haruno, una muchacha de la clase les abordó – o más bien a Sasuke – llamándole y tomándolo del brazo. Okami pensó que era muy extraño, Sakura parecía muy interesada en su hermano de la nada, aunque ambos habían tenido historia juntos, al final no había pasado y su relación se hizo prácticamente nula.

- ¿Qué pasa?

- Ayer escuché unas cosas muy raras sobre la chica que te está dejando cartas

- ¿¡Qué!?

- Creo saber cómo poder descubrirla

- ¡No me estés engañando!

- No podría, sé que estás enamorado de ella, yo solo quería que tuvieras un chance con ella

- Pero…

- Escuché un rumor… creo que ella dejará la carta ahora mismo, si vamos a buscarla sabrás quien es

Sakura salió del salón y Sasuke corrió tras ella, Okami se quedó ahí parada unos segundos antes de ir tras ellos. Tal vez era el hecho de que su hermano estuviera tan enamorado de la chica de las cartas que ahora aceptaba información de cualquiera, la pelirosa no le daba nada de confianza sabiendo que su mejor amiga sería la primera en aprovecharse de la situación. Aún así, decidió dejar las cosas como estaban, vería la manera en que las cosas se desarrollarían.

 

 

-_

 

 

Naruto estaba llegando al colegio, ahora ya podía pasar por los pasillos más tranquilo  pues, desde que hubo empezado su correspondencia anónima con Sasuke, su ansiedad había disminuido considerablemente. La carta que tenía para su enamorado el día presente, contaba trivialidades comunes como todas, aún así sabía que el azabache la leería encantado y compartiría su cotidiana felicidad.

Llegando, vio como una marabunta se arremolinaba cerca del casillero de Sasuke, su corazón dio un vuelco increíble para acercarse con genuino interés. La escena parecía sacada de algún manga shojo rosa y empalagoso.

Ino Yamanaka estaba frente al casillero de Sasuke con un sobre en la mano mientras el azabache miraba atónito, todos los demás fungían como los buitres hambrientos de chismes. Naruto se quedo quieto, como si tratara de hacer de cuenta que estaba mal entendiendo la situación en la que se encontraban.

- ¿Ino? – Cuestionó Sasuke – ¿Tú?

- Oh, Sasuke – chilló ella melosa – ya no sabía cómo llegar a ti… así que inventé a este tonto personaje de las cartas

- Entonces… ¿Fuiste tú todo el tiempo?

- Si

Las personas alrededor cuchicheaban y decían que formarían una linda pareja. Para Naruto, era como una masacre interior, quería gritar y decirles a todos que Ino estaba mintiendo, que él era la chica de las cartas, más sin embargo su boca estaba pegada, su garganta cerrada, le era imposible hacer ruido alguno. Su corazón empezaba a agitarse y la respiración fallaba, eran los signos de que pronto tendría un “incidente”.

 

- Si tu eres la chica de las cartas – prosiguió Sasuke tomando la mano de Ino – entonces quiero que salgas conmigo

La sonrisa que Sasuke le brindó a la falsa chica de las cartas, le quebró el corazón a Naruto pensando que ese gesto le pertenecía a él. Empezó a caminar hacia atrás hasta simplemente salir corriendo, necesitaba un lugar solo para simplemente dejarse llevar, aún así, los ataques no eran cualquier cosa, no podía concentrarse muy bien pero sabiendo la gravedad de su problema, tenía un botón que llamaba automáticamente a sus amigas en su teléfono celular, como una alerta así que sin pensarlo dos veces lo presionó.

Corrió casi hasta llegar a la biblioteca, pero solo logró llegar al almacén de escobas que estaba a un lado. Al cerrar la puerta pegó la espalda a una de las paredes, trató de sostenerse de las escobas pero tropezó y las tiró al suelo cayendo con ellas. El pecho le dolía, como si lo empujaran contra la pared a sus espaldas, sentía como sus pulmones se apagaban, su boca no parecía darse abasto para repartir oxigeno a su cuerpo, sintió como su visión empezaba a aponerse borrosa.

 

“Si tú eres la chica de las cartas, entonces quiero que salgas conmigo”

 

Las palabras que Sasuke había dicho para Ino seguían retumbando en su subconsciente, incluso las voces de Tenten y Hinata entrando en el almacén para ayudarlo se fueron difuminando al mismo tiempo que sus ojos cedían, sus párpados simplemente cayeron como plomo al igual que su conciencia, solo se esfumaron.

- ¡Naruto! – gritó Hinata

- Cálmate – le pidió Tenten – solo se desmayó, hay que llevarlo a la enfermería

- ¿Qué habrá pasado?

- No lo sé… vine directo para acá cuando vi mi teléfono

- Espero que no tenga que ver con Sasuke

 

 

-_

 

 

Después de la repentina declaración de amor de Sasuke para con Ino, Okami empezó a sospechar que algo no andaba bien. Ella conocía muy bien a las fanáticas de su hermano gemelo, Ino era una de las más locas que él tenía, la muchacha le mandaba mensajes, fotografías y videos subidos de tono que obviamente Sasuke ignoró. Entonces, de la nada aparece diciendo que la chica delicada y dulce plasmada en las cartas anónimas era ella.

Simplemente no cuadraba, sabía que su hermano estaba endiosado con esa chica y el haberle dado un rostro – aunque fuese el de Ino – había sido bastante emocionante. Ino era la última persona que Okami se imaginaria que fuese la chica de las cartas, estaba más que claro que Sasuke estaba solo apantallado.

El salón de clases tenía una bruma un poco pesada para la gemela del Uchiha, incluso sus demás amigos tampoco se esperaron ese desenlace. El misterio que brindaba la chica de las cartas, esas palabras tan hermosas y gustos tan particulares se alejaban completamente de Ino.

La mano de Sasuke seguía entrelazada con la de Ino, incluso el muchacho le pidió a su gemela que se cambiara de lugar para que su nueva novia pudiera sentarse a su lado. Okami se sintió muy ofendida, ella misma pensaba que en cuanto apareciera la chica de las cartas, sería ella misma quien le cedería su asiento, pensaba que se sentiría feliz y sin embargo, le había costado pararse de su asiento para cambiarse.

Karin y Suigetsu también parecieron extrañados pero se acoplaron a la idea de que Ino era la chica misteriosa en cuanto les llegó la noticia. Aún así, Okami no se quedó tranquila, ella sabía bien a qué persona acudir en esa circunstancia.

En el almuerzo, cuando Sasuke llevó a Ino de la mano afuera, ella esperó a que el salón de clases se vaciara, hasta incluso le pidió a Karin y Suigetsu que se adelantaran quedándose ella y Jugo juntos. Okami fue hasta el asiento del chico para sentarse en  el escritorio e inclinarse, el beso llegó inminente aunque fuese un contacto corto al saber que alguien podría entrar.

- ¿Estás pensando lo mismo que yo? – cuestionó ella

- Ino miente

- ¿Cómo podríamos saberlo? Quiero decir… ella no… yo no…

- solo lo sabes

- Conoces a Ino, ella no sería capaz de escribir las cartas que recibió Sasuke

- No pretendo subestimar a nadie, hasta Ino merece el beneficio de la duda

- ¡Pero ella miente!

La mirada que Jugo le dedicó a Okami después de que ella dijera la última frase hizo que cada vello en el cuerpo se le erizara. Había sido una tremenda hipocresía, después de estar saliendo juntos desde hacía ya casi un año sin decirle nada a nadie los hacía a los dos unos inmensos mentirosos.

- Esto es diferente – se escudo ella pero Jugo permaneció inmutable – bien, llegaré al fondo de esto yo sola

 

 

-_

 

 

El resto del día, Naruto estuvo con la enfermera quien le permitió descansar con ella en lugar de enviarlo a casa y preocupar a sus padres. Aún así, no lo dejó marcharse solo, pero para su satisfacción, sus dos amigas fueron a recogerlo a la enfermería para acompañarlo a casa. Los tres iban rumbo a casa del rubio a pie, las caminatas siempre calmaban al muchacho así que no les costó nada acceder a caminar un poco.

- Así que eso fue lo que pasó – dijo Hinata rompiendo el silencio

El chisme de que la misteriosa novia de Sasuke había aparecido se esparció por la escuela durante la primer hora. Fotografías de Sasuke e Ino tomados de la mano caminando por la escuela eran la comidilla del instituto, comentarios diciendo lo lindos que se veían, otros insultaban a Ino o a Sasuke, lo normal para internet.

- Creo que debía suceder – contesto Naruto – Sasuke era demasiado para mi

- ¡Naruto! – le riñó Tenten deteniéndose en seco – jamás digas eso, tal vez Sasuke es demasiado idiota como para darse cuenta de que está saliendo con una impostora

- Tenten tiene razón, Sasuke es un completo idiota

- No lo llamen así – les pidió Naruto – yo aún sigo sintiendo cosas por él

Las dos amigas de Naruto no mencionaron más el tema, los sentimientos del muchacho parecían más fuertes que nada. Sus ojitos azules se miraban apagados del otro lado del cristal de los lentes, una vez más, había perdido ese pedacito de felicidad que creyó que le pertenecía.

Se despidió de sus amigas y entró a su casa como un rayo ignorando por completo los llamados de Kushina quien se rindió al cabo de un rato comprendiendo que su hijo necesitaba espacio. La soledad de su estancia privada montaba ese espectáculo tan solitario y a la vez vergonzoso, se quitó los lentes y los dejó en la mesa de noche, se sentó en la cama. Sin previo aviso, las lágrimas cayeron por sus mejillas como gotarrones violentos, había estado enamorado de Sasuke Uchiha por tanto tiempo que incluso sentía que jamás podría volver a enamorarse de nadie más.

Y ahí estaba, sentado sobre su cama llorando por un chico que seguramente jamás sabrá de sus sentimientos por él. No le cabía en la cabeza como era que siempre terminara de esa forma, aunque se dijo a si mismo que no habría más, Sasuke era un chico popular, debía estar con gente a su altura, no con un fantasma desconocido como él.

No era justo para Sasuke seguir ilusionado con un chico cuyo mejor logro fue haber aceptado su homosexualidad. Ino era bonita y mucho más popular que él, seguramente el que ella se hubiese aprovechado simplemente había sido una estrategia del destino para dejarle en claro que él no pertenecía al mismo circulo de Sasuke. Y aún así, sentía la increíble necesidad de escribirle una carta más al Uchiha.

Si, eso era lo que necesitaba. Le escribiría una última carta a Sasuke aunque, algo en donde pudiera decirle todo lo que estaba sucediendo, solo para dejarle en claro quién era y lo que sentía por él. Sabía que probablemente el azabache  se alegraría de haber escogido a Ino una vez que leyera la carta, pero al menos así, Naruto se sentiría mejor consigo mismo, o eso pensaba.

Tal vez Sasuke tomara esa última carta como una broma, tal vez ni siquiera sepa ubicarlo en la clase, él era invisible y estaba destinado a seguir de esa manera, soñó demasiado en grande al pensar que alguien como el Uchiha podría voltear a verlo, un sueño vano incubado en los pensamientos de un pobre perdedor perdido en los pasillos del colegio.

Sasuke:

He visto que has encontrado tu propia versión de mi persona, has decidido que Ino sea el rostro de mis cartas pero no me enoja en lo absoluto, al contrario, estoy contento de que hayas podido encontrar a alguien a tu altura que sepa satisfacer tus enteras necesidades. Aún así quise escribir esto para ti porque pensé que te gustaría saber la identidad verdadera de quien escribió las cartas.

Soy invisible para ti y seguramente después de eso, lo seguiré siendo, preferirás a Ino antes que a mí y no podré culparte, ella es hermosa y definitivamente tu tipo. Un chico apuesto como tú, debe estar con una pareja que le iguale, ella definitivamente lo hace.

Si hablo con sinceridad, jamás pensé que realmente me hicieras caso y en cambio, pasé un tiempo increíble escribiendo cartas para ti. Mi nombre es Naruto Uzumaki, el chico rubio de la clase, si, ese que usa gafas enormes y no habla en lo absoluto. Está de más decir que soy gay, además sufro de ataques de ansiedad cuando me estreso, le tengo miedo a las personas y las multitudes me sofocan. En pocas palabras, soy un perdedor.

Y aún así, con todo y todo, me enamoré de ti. Lamento que mis sentimientos tontos hayan interferido en tu vida, aunque de cierta manera eso logró que te pudieras unir a Ino, me siento muy feliz por ti.

A estas alturas, si sigues leyendo seguramente estás enojado porque quien te ha estado escribiendo es un tonto chupa pollas. En fin, solo quería que supieras esto, espero no haberte quitado mucho tiempo.

Posdata: Lamentablemente sigo sintiendo cosas por ti, me vuelvo a disculpar.

 

Cuando escribió la última palabra, Naruto volvió a releer el documento mientras lloraba nuevamente. Algunas palabras se deslavaron, pero aún así la doblo y la metió en el sobre, finalmente escribió el nombre de Sasuke como siempre lo hacía para dejar el escrito en el escritorio. Se aseguró de llorar en silencio, no quería que su mamá lo escuchara sintiéndose mal, ya suficientes problemas les daba como para ahora agregar uno más.

Se sentía tan solo, tan tonto y tan crédulo.  Quería encontrar el valor para poder salir de su casa rumbo a la de Sasuke y contarle todo lo que había pasado con el asunto de las cartas pero seguía sin ser capaz de nada. Seguramente ese era su castigo por querer algo que no le pertenecía, morder más de lo que podía masticar, Sasuke era demasiado para un chico como él.

 

 

-_

 

 

Después de la escuela, Sasuke había llevado a Ino a algún restaurante en su auto así que su hermana gemela regresó a casa en compañía de Jugo, Karin y Suigetsu quienes iban en el auto del pelinaranja. Obviamente el tema principal era la identidad de la maravillosa chica de las cartas quien ahora poseía un rostro, voz y nombre.

- Jamás pensé que sería Ino Yamanaka – espetó Karin – es tan zorra…

- Es la novia de Sasuke – le reprimió Jugo sin quitar la vista del camino

- Además es ardiente – se rió Suigetsu – no le digan a Sasuke, pero hace un par de meses me acosté con ella en una borrachera… claro que se volvió loca la mañana siguiente cuando despertó y me vio a mí en vez de a Sasuke pero…

Mientras Karin y Suigetsu seguían discutiendo en los asientos traseros, Okami iba en total silencio. Jugo supo por esa mirada de desconfianza tenía que ver con el asunto de su hermano e Ino, él mismo sabía que el asunto estaba envuelto en algún misterio extraño, Ino era bastante conocida en la escuela por ser una de las principales contendientes para quedarse con el corazón de Sasuke y le parecía demasiado raro que después de mandar videos y fotos de desnudos, tuviera la idea de mandar cartas y escribir cosas románticas como colegiala en lugar de la mujerzuela que era.

- Yo me bajo aquí – les dijo Karin mientras el conductor se orillaba – nos veremos mañana – se despidió para bajar del auto

Jugo quería conducir un poco más rápido, Suigetsu hablaba de todas sus conquistas indiscriminadas que hacía, su bisexualidad hacía que sus historias de tonterías se hicieran repetitivas y banales. Finalmente un par de calles más, el peliblanco se despidió de sus amigos y se bajó del auto.

- Jugo…

- No te voy a ayudar a sabotear a Ino

- Pero…

- Hasta donde sabemos, ella es la chica de las cartas y la novia de tu hermano

- No es solo por mi hermano, ahí afuera está la verdadera autora de las cartas. Ino se aprovechó del momento y de la sensibilidad de Sasuke

El chico no dejó de conducir hasta arribar a un barrio un poco solitario, llegaron a una casa pequeña y aparcaron frente a esta. La vivienda de Jugo era modesta pero acogedora, Okami le pidió que la dejara pasar ahí la tarde sabiendo que si iba a su casa después de la escuela, seguramente Ino y Sasuke estarían “cerrando el contrato”.

Ellos también tenían sus propios esqueletos para esconder, Jugo era el mejor amigo de Sasuke y el estar teniendo una relación emocional, pero sobre todo sexual con su hermana gemela, no le parecía lo mejor que pudiera pasar. Ambos se imaginaban el peor de los escenarios en cuanto el Uchiha se enterara de la relación entre ellos.

El pequeño apartamento de Jugo estaba bastante limpio, Okami se alegró de haber llegado en uno de sus días buenos. Los medicamentos sobre el mueble de la cocina indicaban que había estado siguiendo correctamente el régimen para controlar su trastorno bipolar.

- ¿Cómo has estado estos días? – preguntó enseguida

- Mejor – contestó seco – entonces, ¿Qué hay de Sasuke?

El repentino cambio de tema hizo que Okami simplemente dejara de lado el tema de la salud de Jugo, ciertamente un tópico difícil para todos, no solo para él. Aún así, hablar de su hermano tampoco le apetecía, quería estar un tiempo así, solo ella y Jugo hasta que llegara la hora de tener que regresar a casa, con suerte Ino ya no estaría ahí.

 

 

-_

 

 

Al principio le fue muy sorpresivo, Ino no era precisamente el tipo de chica que escribía cartas de amor. Sasuke había volcado toda su devoción a su chica de las cartas,  aunque extrañaría el misterio de tratar de adivinar quién era.

Después de la escuela había llevado a Ino con él a comer algo a un restaurante para después pasar la tarde juntos en su casa. La sonrisa en su rostro era enorme, por fin había encontrado a la chica de la que se había enamorado, todo le parecía perfecto y de color de rosa, hasta había olvidado por completo el sucio historial de Ino.

Ambos estaban besándose apasionadamente en la sala de la casa de los Uchiha, para el muchacho, significaba muchísimo estar así, tener ese contacto íntimo con Ino quien había conquistado su corazón a base de cartas. Ninguna chica había sido tan encantadora como ella, no pensó que tuviera ese lado tan sensible y femenino.

- ¿Ino?

- ¿Si? – le contestó sin abrir los ojos

- Oye… no conocía esa faceta tuya

- ¿Qué te puedo decir? Hay cosas de mí que no conoces

Ino estaba haciendo un trabajo excelente, Sasuke estaba más que embobado con ella al pensar que sería la chica de la que se había enamorado, el tomar ventaja de la situación fue el mejor plan que jamás pensó. Quien quiera que fuese la chica de las cartas, estaba ya fuera del juego al tener a Sasuke comiendo de la palma de su mano. Conocía la clase de chicas como ella, penosas nerds de clase que no dirían nunca jamás nada, una chica tímida como esa era un desperdicio de atención sabiendo que no tendría el valor de mostrar su cara para que Sasuke la rechazara. Pero ella definitivamente no era un desperdicio, era muy atractiva y se veía increíble del brazo del Uchiha.

Era la envidia de todo el instituto, todas las chicas querían ser ella y los chicos querían estar con ella, nada más perfecto que eso para una muchacha de preparatoria, estaba en la cima de la cadena alimenticia, sería la reina de todo. Las mejores fiestas, los mejores lugares, personas, comida, ropa, todo sería para ella, solo para ella, nadie más se merecía ese privilegio más que Ino Yamanaka y ninguna pobre mosca muerta le quitaría su lugar.

- Estaba pensando en que tal vez te gustaría escuchar algo de All Time Low, ya sabes, tengo el nuevo álbum

- ¿Qué? – Enarcó una ceja – no sé de qué me hables, pero estamos bien así

- Ah… pero me dijiste que era tu banda favorita

- ¿Lo hice?... ¡Claro que lo hice! Que tonta… seguro lo olvidé con todo esto

Sasuke no quiso escarbar más, se le hizo muy extraño que no recordara las veces que había mencionado a la banda en sus cartas pero no quiso hacer hincapié en el asunto, conocía ese asunto de los ataques de ansiedad cuando se ponía nerviosa así que solo siguió guardando silencio.

De una u otra forma, Sasuke sentía que algo no terminaba de cuadrarle pero no le importaba mucho, supuso que era la emoción, el hecho de no saber bien quién era el misterio y ahora que lo tenía, no sabía bien cómo lidiar con la realidad.

- Hay tanto que contarnos, Ino, es como si no nos conociéramos nada

-¡Exacto! – Gritó eufórica – empecemos desde cero

El comentario de Sasuke había sido ridículamente oportuno, no podría manejar la información contenida en las cartas porque no había escuchado la lectura de todas y mucho menos estaba dispuesta a repetir como un loro los gustos tontos de una chica ñoña que seguramente constaban de clases de matemáticas y puré de manzana. Ella era una chica con clase y como tal, tenía gustos con clase, cosas refinadas.

- Ehh… supongo que está bien para mí – accedió

La condescendencia de Sasuke le venía como anillo al dedo, se aprovecharía todo lo que pudiera del enamoramiento del Uchiha, toda esa atención estaba siendo perfecta.

- Será lo mejor… desde cero

- Ino – le dijo un poco más serio – no sé si pueda reiniciar todo desde cero, las cartas que me enviaste me hicieron sentir como si hubiera algo más, como si de verdad me entendieras

- Es porque lo hago… ¿no?

- creo que sí, lo haces

Ino aprovechó ese momento para volver a besar a Sasuke y así distraerlo de las ideas que pudiera tener. En ese momento supo que tendía que valerse de todo lo que pudiera para mantener su mente alejada de las cartas, ella era lo que importaba ahora, las cartas habían sido un vehículo oportuno que ella supo manejar y ahora solo tendría que sostener la farsa lo suficiente como para que Sasuke se olvidara de todo lo anterior.

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

No se olviden de comentar, los leeré la semana que viene. 


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