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El chico de las posdatas. por Uruhasa_13

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Notas del capitulo:

Muy buenos días, les traigo el capitulo de esta semana. Quiero disculparme por todavía no responder sus comentarios, los exámenes finales me tienen un poco atareada pero yo los voy a contestar todos, lo prometo así que no dejen de escribir :)

4. Lucha de gigantes

 

Dime que es mentira todo
Un sueño tonto y no más
Me da miedo la enormidad
Donde nadie oye mi voz

 

Como era de esperarse, Ino y Sasuke llegaron tomados de la mano a la escuela dándoles a los demás estudiantes chismes frescos para ir a contar. Un día bastó para que cada rincón de la escuela supiera la supuesta identidad de la chica misteriosa, Hinata estaba ardiendo en ira por ver todas esas estupideces en la pantalla de su teléfono, llamaba a Tenten a cada momento solo para que ella también regara bilis con lo sucedido. Aún con todo lo que pasaba, Naruto les había pedido a sus dos amigas que guardaran el secreto herméticamente, les dijo que Sasuke parecía estar muy contento por haber encontrado a la “chica de las cartas”, aunque fuera una impostora, a los ojos del rubio, parecía que sería lo mejor.

Aunque Naruto había escrito una última carta, él no les dijo nada a sus amigas, solo la dejaría en el casillero de Sasuke mientras todos estaban en clase y se iría. Se saltó la primera clase de la mañana, los pasillos estaban en completo silencio. Estaba frente al casillero de Sasuke con el sobre de la carta en las manos, ya había dejado muchas cartas ahí, pero esa en especial era muy diferente, ahí estaba escrito todo lo que no debía de saberse, probablemente el Uchiha lo odiaría en cuanto leyera la carta.

Puso la orilla de la carta en la ranura del casillero de Sasuke, solo tenía que empujarla como todas las demás cartas. Pero no podía. No podía dejar que todo eso se supiera así que simplemente recuperó su carta para estrujarla entre sus manos. Se sentía tan mal con él mismo por todas las tonterías que había hecho, pero ya no había marcha atrás, volvió a guardar la carta en el bolsillo de su pantalón y giró sobre sus talones para ir a algún lugar a esperar el siguiente periodo de clases.

Pero en cuanto logró girarse, se miró en dos enormes orbes color ónix, unos ojos conocidos y brillantes. El corazón de Naruto empezó a volver a retumbar en su pecho, alguien más había descubierto sus intenciones.

- Así que tú eres quien escribía las cartas – musitó Okami dibujando una lenta sonrisa – sabía que Ino no podía ser esa chica

Fue como si lo golpearan contra los casilleros, el sonido metálico y el dolor en su espalda solo alarmaron a la muchacha quien se acercó muy preocupada. Resbaló hasta quedar sentado en el suelo, empezó a sentir como el aire volvía a hacerle falta pero estaba demasiado sofocado como para alcanzar su celular.

- Aquí – le dijo de nuevo Okami

Antes de que Naruto pudiera hacer nada, ya estaba respirando dentro de una bolsa de papel. Poco a poco recuperó la calma aunque seguía sentado en el suelo bajo el casillero de Sasuke, además, la hermana del susodicho estaba con él y le había descubierto. Los zafiros de Naruto le miraron con desasosiego, ella pareció entenderle así que solo se sentó a su lado.

- Eso lo confirma ¿no? – Le sonrió ella – Ino jamás ha tenido un solo ataque de ansiedad

- Yo…

- Vienes a dejarle una nota más a Sasuke ¿verdad? ¿Por qué no lo hiciste?

- No puedo – susurró – él se ve tan feliz así

- Él solo cree que es feliz porque cree haberte encontrado… tú eres quien escribía las cartas ¿no? – Esperó un poco hasta que Naruto asintiera despacio – entonces, debemos decirle a Sasuke antes que…

-¡No! – Le rogó – por favor, te imploro que no lo hagas, Sasuke no debe saber quien soy

Una vez más, Okami se dio cuenta de esa mirada tan cristalina, casi húmeda así que decidió que no haría nada que él no quisiera. Se sentó de vuelta a su lado poniendo su espalda contra los casilleros también. No conocía el nombre del muchacho pero lo había visto en el salón de clases un par de veces, ni siquiera le pasó por la cabeza la remota idea de que la admiradora de Sasuke pudiera ser un chico y mucho menos el que estaba sentado con ella.

- Soy Okami Uchiha – le dijo sin dejar de ver al frente – perdona, pero no sé cuál es tu nombre

- Na… Naruto Uzumaki

- Es un gusto, Naruto Uzumaki

El estar hablando con alguien ajeno a su círculo cercano ya era una gran hazaña, una cortina de cabello azabache enmarcaba el perfil de la hermana de Sasuke. No pensó que las cosas terminaran así, la carta que seguía arrugada en el bolsillo de sus pantalones se quedaría ahí, no podría decirle nada nunca a Sasuke.

- ¿Por qué no quieres que Sasuke sepa la verdad?

- Porque así está bien… él está bien así

- Bien, no le diré a Sasuke que eres tú quien enviaba las cartas, con una condición

Fue cuando se alarmó, la muchacha lo volteó a ver con una sonrisa bien puesta, esos rasgos tan familiares, casi hubiera querido suprimir todo lo que ella tenía de diferente a Sasuke y quedarse solo con la visión de este último. De todas maneras, le preocupaba lo que Okami tuviera para decir, no la conocía así que no sabía si debía confiar en ella, aunque en unos solos minutos hubo logrado lo que a Hinata y a Tenten les costó un buen tiempo.

- ¿Qué cosa?

- Que seas amigo de Sasuke

Naruto parpadeó perplejo, ¿Cómo le pedía semejante cosa a sabiendas que él estaba perdidamente enamorado de Sasuke? Su plan era solo volver debajo de la piedra de la que había intentado escapar, no podía simplemente acercarse así nada más al azabache y mirar como Ino aprovechaba los meritos que él había conseguido.

- Yo no…

- Quiero que seas amigo de mi hermano, cuando llegue el momento seré yo quien te ayude a quitar a Ino del camino, cuando te sientas seguro

De un solo salto, Okami se puso de pie y le tendió una mano a él. Sabía que si tomaba su mano, estaría accediendo a entrar directamente en la boca del lobo, tendría que mirar a los ojos lo que más temía. Y con todo, la idea de poder acercarse a Sasuke no le parecía tan mala, de alguna manera se sentía muy a gusto al lado de la gemela del susodicho, como si fuese una versión más relajada de este, incluso se preguntó si se hubiera enamorado de ella en lugar de su gemelo si fuese heterosexual.

Tomó su mano.

La pelinegra le ayudó a ponerse de pie, se quedaron en silencio un poco pero no pasó mucho antes de que la campana sonara anunciando el final de la primera hora de clases. Tendrían el primer descanso antes de la siguiente hora asó que no tenían prisas.

- Me gustaría que conocieras a unas personas – le dijo Naruto – por favor

- Si, vamos

Naruto notó que en el camino hubo un par de personas que repararon en su presencia, supuso que se debía al efecto de la Uchiha sobre él, las personas populares tenían esa cualidad de hacer notar hasta al más insignificante fantasma traslucido escondido en los pasillos. Increíblemente esa aura de autoconfianza lograba contagiar a Naruto, sabía que la gente no lo miraba a él precisamente sino que solo estaba en el campo de visión de Okami Uchiha.

Y todo le pareció tan irreal, como si de alguna manera estuviera un poco más cerca de lograr lo que siempre quiso. Su corazón seguía agitado pero no de una mala manera sino que la compañía de la pelinegra era bastante cómoda, como si de la nada pudiera saborear aunque fuese los resquicios de lo que ella llamaba vida.

- Aquí – le dijo Naruto al ver que ella pasaba de la puerta de la biblioteca

- No sabía que este lugar existía

- Casi nadie lo sabe… es invisible

La biblioteca estaba igual que siempre, la bibliotecaria apenas y los vio de reojo cuando entraron. El cuchicheo de las amigas de Naruto se escuchó desde varios estantes atrás pero en cuanto se percataron que su amigo no venía solo, guardaron silencio.

- Okami Uchiha… ya la conocen – dijo Naruto a manera de presentación

- ¿Cómo no hacerlo? – Respondió Hinata con incordia – es la hermana gemela de Sasuke Uchiha

- Cielos – suspiró Okami – lamento que mi hermano sea un imbécil, sé que Naruto fue quien escribió las cartas

Aquello había sido sorpresivo, Naruto y Okami se sentaron junto con las dos chicas para explicarles lo que había pasado durante la primera hora de clases y de cómo había sido el asunto de la promesa que el rubio había hecho con la Uchiha. Al principio, las dos se mostraron desconfiadas, cosa que ya se esperaba la pelinegra, aún así, ambas empezaron a ceder.

- Deja ver si comprendo – dijo Tenten un poco emocionada – Naruto será amigo de Sasuke y tú mantendrás tu promesa de no decir nada

- Así es

- Y mientras tanto, tendremos oportunidad de fastidiar a Ino

- Hasta que Naruto se sienta con la confianza de decirle a Sasuke que ella miente… además ella no me agrada

- ¡Yo estoy dentro!

- Creo que entonces yo también – siguió Hinata

- ¡Está decidido! – Volvió a decir Tenten – haremos que Ino caiga

 

 

-_

 

 

Para Ino, la catapulta que representaba Sasuke era lo mejor que le había pasado, las personas la miraban siempre pero dejando de lado eso, el azabache parecía genuinamente interesado, no podía pedir más que eso. El chico de sus sueños estaba locamente enamorado de ella, bueno, no realmente de ella, pero eso no le importaba, en ese momento era Ino, la chica de las cartas y nadie podía quitarle el título.

Sasuke había pagado por su almuerzo, además que él le había regalado una rosa roja por la mañana, Ino estaba más que encantada de seguir siendo mimada por el Uchiha, esa faceta del azabache que siempre soñó ver. Incluso se había olvidado prácticamente de Sakura a quien ya ni siquiera se molestaba en dedicarle una mirada, ella ya había pasado a un completo segundo plano después de sus nuevos amigos que aunque no estaban seguros de nada, debían acostumbrarse lo mejor que pudieran, o si no, sería ella misma quien les sacaría del camino.

Karin, Suigetsu y Juugo habían tenido que soportar solos el insufrible almuerzo con Ino y Sasuke, no por el hecho de estar con una pareja sino que se imaginaron que la chica de las cartas sería algo distinto a lo que era la muchacha. Media hora de escucharla hablar de ella, de solo ella y finalmente de ella, parecía ser genuinamente lo opuesto de la amable personalidad plasmada con tinta en el papel. Pero no dijeron nada, regresaron al salón de clases junto con la pareja esperando a que la gemela de su amigo apareciera para poder reclamarle el haberlos dejado solos durante la primera clase y el descanso.

- ¡Hola! – saludó Okami desde la entrada del salón de clases

- Veo que decides aparecer – le reclamó Suigetsu

- ¿En dónde estabas? – cuestionó Sasuke dejando de prestarle atención a Ino

Este gesto por parte del gemelo hizo que su hermana sonriera disfrutando la cara de indignación de Ino quien pensaba que la atención de su novio debía ser exclusiva para ella. Okami saboreó el momento de haber hecho que Sasuke apartara los ojos de esa muchacha para verla a ella.

Por su parte, Ino pensó que tenía que empezar a preocuparse por aquella de quien nunca lo hizo, comprendió que la hermana gemela de Sasuke podría representar un gran problema si decidía ponerse en su contra. Pero no había llegado tan lejos siendo una chica buena, aplastaría a quien fuera para estar en donde estaba, aunque eso significara terminar con la relación de hermanos que tenían los Uchiha.

- No tuve ganas de entrar a la primera clase – respondió con extraña espontaneidad

- Okami… – le regañó Sasuke

- Espera, es que estuve hablando con un nuevo amigo para que me ayude con un par de clases

Ella se hizo a un lado, parecía que ninguno hubiese visto al muchacho que la acompañaba a pesar de estar siempre ahí. Ino seguía sin decir nada, el recién llegado le era indiferente y no le importaba conocerlo aunque todos los demás esperaron con una sonrisa de medio lado, en especial Suigetsu, que parecía estar viendo a su compañero de clase por primera vez.

- Su nombre es Naruto Uzumaki, será mi tutor de ahora en adelante

Las mejillas del Uzumaki ardieron como jamás lo sintió, conocer personas nuevas (relativamente nuevas) era más fácil al lado de alguien como Okami quien parecía seguir absorbiendo su timidez. Entonces, entre las palabras y presentaciones de los amigos de Sasuke, Naruto logró cruzar miradas con Ino.

Los ojos de Ino eran de un azul más claro que el suyo, aún así, parecían carecer de profundidad, como si eso fuese todo. Una pizca de lástima de apoderó de Naruto, jamás había conocido a una persona cuyo vacío podría percibirse a simple vista, aún así, era ella quien sostenía la mano de su amado azabache, el verlos juntos le partía el alma y se preguntó por qué Okami querría verlo sufrir de esa manera.

- ¿Naruto?

- Ah…

Se dio cuenta que el grupo de amigos – incluido Sasuke – le miraban expectantes, volvió a sentir que sus mejillas ardían como fogones. Aún así, mirando como las manos de Ino y Sasuke se entrelazaban, decidió que estaba bien, si no podía tener al Uchiha como a él le hubiera gustado, entonces estaría a su lado de otro modo. Supuso que eso era lo que Okami intentaba transmitirle, todo tendría un fin, pero seguía doliéndole.

- Es un gusto – le dijo Sasuke quien seguía con la mano estirada hacia él

El rubio inspiró profundamente, ese sería el primer contacto oficial que tendría con Sasuke. El tocar su mano, aún siendo para un simple apretón amistoso, despertó en él lo que siempre había escondido por años, esas ganas de saltarle encima y decirle a todo pulmón que lo amaba desde siempre quedaron reducidas a eso, a ganas frustradas por seguir sus instintos. Ino no le estrechó la mano, solo le dedicó una sonrisa de desdén que desapareció rápidamente; Jugo y Karin fueron más amistosos con él, sus sonrisas parecían menos imponentes una vez que se acercaba a ellos.

Entonces, su mano terminó en la de otro muchacho, Suigetsu no le dio precisamente un apretón de manos sino que sostuvo esta misma y la acercó a su rostro para dar un suave beso. En cuanto el contacto se hizo presente, Naruto sintió que podría desmayarse en cualquier instante.

-¡Basta, basta! – le interrumpió Okami – lo llenas de tu asqueroso ADN

Aunque la respuesta de Suigetsu fuese una risa tonta, Naruto siguió con esa sensación de desconfianza, de una manera muy extraña sintió como si hubiese traicionado a Sasuke. Aprovechó ese instante para volver la vista al azabache quien había regresado su atención a Ino, esta última parecía estar viendo a todas partes asegurándose de que todos miraran en su dirección.

- Entonces… Naruto – dijo Suigetsu capturando de nuevo la mirada del susodicho – ¿Cuándo te transfirieron aquí?  No te había visto

- Estudio aquí desde hace tres años…

El grupo de amigos – incluido Sasuke – se botó de la risa, Naruto respiró hondo al ver cómo podía disfrutar de la estancia con el Uchiha. Comprendió un poco más, seguía sintiendo que dejar a Ino al lado de Sasuke podría ser lo mejor, aún así, quería más momentos como ese.

- No le hagas caso – intervino Karin – él solo intenta ser un estúpido, como siempre, dejando una tonta primera impresión

 

 

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- ¿Qué intentas con eso del “tutor”? – le interrogó Juugo después de que la clase terminara

- ¿Recuerdas que te dije que Ino no pudo haber escrito las cartas?

- Claro que si

- ¡Pues descubrí a Naruto en el casillero de Sasuke! Él es el verdadero autor de las cartas

Juugo solo alzó una ceja y se cruzó de brazos esperando una mejor explicación por parte de Okami quien con la euforia de haber tenido razón, hubo enmarañado un plan para tirar a Ino. El chico suspiró pesado sabiendo que la verdadera razón de las acciones de su chica se debían a unos celos estúpidos para con su hermano gemelo.

- ¿Estás celosa?

- ¡Claro que estoy celosa de Ino! Ella no debe estar con Sasuke, Naruto si

- Y entonces pasarás una incalculable cantidad de tiempo con ese chico porque… – no terminó la oración apropósito para que ella le diera una explicación

- ¿No estarás celoso tú?

Pero él se quedó callado.

- No hagas cosas imprudentes

- ¿Me vas a ayudar con esto?

- Aunque te diga que no, terminaré involucrado en este embrollo… además, Ino tampoco me agrada

 

 

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- ¡Ya llegué, mamá!

Kushina a penas y vio a Naruto subir las escaleras de la casa, no era raro que él llegara directo a su habitación, pero si era raro el tono tan alegre que había usado, se escuchó como su hijo corría por el piso superior rápidamente. Enseguida este volvió a bajar todavía con su mochila en mano, eso era aún más raro tomando en cuenta que el chico era de la clase sedentaria.

- Naruto…

- Voy a salir, mamá

- ¡¿A salir?!

Las mejillas de Naruto volvieron a tornarse rojas llevando el rubor hasta sus orejas, sabía que su mamá no estaba molesta sino sorprendida, él mismo lo estaría, más bien, lo estaba. El haber accedido a estar en la casa Uchiha por las tardes junto con Okami era una idea inconcebible, pero aún así, haría lo que fuese para estar más cerca de Sasuke.

- Yo… bueno – empezó tratando de hacerse entender, o más bien, entenderse él mismo – ayudaré a una chica con unas cosas por las tardes ¿Está bien?

- ¡Sí! – Dijo la mujer casi gritando - ¡Claro que está bien, Naruto!

El rostro de sorpresa de su madre le daba una extraña sensación placentera, una sonrisa se asomó en las comisuras de su boca. Debía de ser una noticia rara para su mamá, su hijo con problemas para socializar saldría de la casa con una chica, eso también le hizo pensar que pronto debía contarles a ella y a su papá sobre sus preferencias sexuales, pero ya llegaría el momento de eso.

- Entonces, regresaré en la cena

- Solo procura llegar a casa – hablaba tratando de contener su emoción

- Llegaré a tiempo

- Cuídate

Cuando su hijo salió de la casa con un tenue portazo, Kushina sintió una necesidad extraña necesidad de llorar. Aunque no reprimió nada, se reprimió a sí mismo por dejarse llevar tan rápido por sus emociones, el problema de su hijo los mantenía atados a una situación en la que no podrían avanzar mucho, pensar en lo que sería de Naruto cuando ella y Minato no estuvieran le partía el corazón cada vez más.

Una chica, un chico, lo que fuera, a Kushina solo le importaba que Naruto pudiera salir adelante sin importar quien lo acompañara en el trayecto. Pronto podrían estar un poco más cerca de lo que querían para mejorar la calidad de vida de su hijo, solo deberían esperar un poco más.

“El separarlo ahora de su entorno sería dañino” fue lo que les dijo el terapeuta cuando consultaron sobre la posibilidad de  separar a Naruto de la escuela “El reintegrarlo sería lo peor que podrían hacerle a alguien con un problema como el suyo, lo mejor sería esperar, así cuando termine la preparatoria será más sencillo”.

No era su intención aislarlo, solo quería lo mejor para su hijo. Ella sabía que una de las pasiones de Naruto era la escritura, un talento desarrollado durante tantos años de soledad y aislamiento, no le cabía la menor duda de que él sería un increíble escritor. Pero todo llegaría a su tiempo, debía esperar y en el camino, esperar que su hijo mejorara.

 

 

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Como ya era una costumbre, Juugo dejó a sus amigos cerca de sus casas y como Sasuke seguía llevando a Ino a comer, Okami y Naruto también tuvieron que subirse con ellos. El viaje tuvo que hacer una parada técnica cuando la hermana del Uchiha que iba en el asiento delantero le cambió el lugar al Uzumaki por culpa de Suigetsu que insistía en seguir tratando de ligarse a Naruto. Karin que estaba con ellos pronto se canso y empezó una pelea con su compañero, viendo un posible mal final, Okami hizo que detuvieran el auto para que ella tomara el lugar del ojizarco.

Naruto sintió que Okami hizo lo que hizo a tiempo, empezaba a sentir que podría tener un ataque en cualquier momento, más sin embargo, pudo detenerlo en el tiempo indicado. Cada vez se acercaban más y más a un barrio realmente apartado, pero no de una mala manera sino que el hecho de ser poco transitado quería decir que solo un selecto grupo de personas podían darse el lujo de vivir ahí.

- ¿La mansión Uchiha? – dijo Naruto bajando del auto

- Yo no la llamaría una “mansión” exactamente – respondió la pelinegra bajando también, pero ella dio media vuelta y se asomó dentro del auto – gracias – le dijo a Juugo – nos veremos mañana

- Cuídate… y cuídalo

Ella le sonrió de medio lado mientras negaba con la cabeza, cerró la puerta del auto y esperó a que él se fuera. No le gustaba pensar en su casa como la “Mansión Uchiha” aunque los chicos de la escuela hubieran apodado así a la casa, era grande, claro que si, sus padres ausentes se habían asegurado de sustituir su presencia y amor con cosas estúpidamente caras.

- Es enorme – le comentó Naruto

- Espero que no pienses que compensa nada, mi hermano gemelo no tiene nada que ver con el tamaño de la casa

El rubor volvió al rostro de Naruto, se preguntó cómo era que Okami podía hacer chistes de ese modo tan a la ligera. Pero no tuvo más que seguirla, las escaleras que conducían a la entrada estaban tan relucientes que al rubio le dio pena pisarlas. El sonido de las llaves abriendo le hizo pensar a Naruto que seguramente al otro lado estaría lleno de personas estiradas esperando para juzgarlo, pero en cambio, cuando la muchacha abrió y entró, admiró un enorme salón completamente vacío. No había sirvientes, personas, nadie.

- Sasuke debe seguir fuera – explicó la muchacha cerrando la puerta después de que Naruto entrara

- ¿Estás sola?

- Algo así… el ama de llaves se va antes de que salgamos del colegio para comer, regresará más tarde. Seguramente ya dejó la comida hecha ¿Qué tal si comemos algo en mi habitación? El comedor siempre se ve deprimente con solo dos personas

Podía imaginar que era así, Naruto se dio cuenta que los tacones de Okami hacían un eco vacío en las paredes de la enorme casa, admiró por un rato las escaleras de mármol que conducían al segundo piso, el barandal era ornamental dándole un aspecto como de película de vampiros. Pero sin más, viró hacia uno de los cuartos contiguos tras Okami, era un comedor enorme, alargado, ocupaba casi toda la estancia, las paredes estaban adornadas con cuadros y más de una vitrina con vajilla costosa.

Una puerta más allá, estaba la cocina, efectivamente estaban las ollas estaban sobre la estufa esperando a que solo fuesen calentadas y servidas. Había una isla en la mitad de la estancia en donde Naruto se recargó mientras su anfitriona arreglaba dos charolas con la comida que seguramente llevarían al cuarto de esta.

- Perdón, no hay nadie en casa – se disculpó ella – espero que no te moleste llevar esto hasta mi recámara

- No hay cuidado – le contestó despreocupado

- Bien – le sonrió – hay mucho de qué hablar

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

No se olviden de comentar :)


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