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El chico de las posdatas. por Uruhasa_13

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Notas del capitulo:

Muy buenos días, les traigo el siguiente episodio del fanfic, espero que les guste :)

 

2. Sin miedo a nada

 

Me muero por conocerte, saber qué es lo que piensas,
Abrir todas tus puertas y vencer esas tormentas
Que nos quieran abatir.

 

Los siguientes días, la escuela entera estaba hablando de la maravillosa novia secreta de Sasuke Uchiha, el chico más codiciado estaba ahora prendado de una chica, la cual nadie conocía, una perfecta desconocida. La romántica historia de película del Uchiha ahora era parte del dominio público, Konoha High estaba vuelta loca tratando de saber quién dejaba las notas para Sasuke.

Empezaban a existir historias raras entre los estudiantes, cada uno fantaseaba con su propia versión de lo que sucedía. Algunos decían que esa chica era una espía que estaba infiltrada en la escuela y que por eso no podía revelar su identidad; otros, que tal vez se trataba de alguna maestra o personal escolar; los más descabellados contaban que era el espíritu de una muchacha fallecida hace muchos años pero que su fantasma quedó enamorado de Sasuke y que ahora intentaba contactarlo desde el más allá.

- ¿Escuchaste la última versión? – le dijo Okami a Sasuke mientras esta salía del baño de chicas

- ¿Qué dicen ahora?

- Escuché que Shino le dijo a Chouji que le contó a Takuya que estaba seguro de que las cartas que te dejan en el casillero son de extraterrestres

- Esto está llegando demasiado lejos – comentó entre risas – solo es una chica tímida

- Una chica tímida que te manda cartas anónimas a diario… ¿Cuánto tiempo lleva esto?

Entre charla y charla, ya habían llegado al casillero de Sasuke quien lo abrió con ansias para ver que su sobre estaba allí como todos los días. Ya se había cumplido una semana desde la primer carta y estaba feliz de seguirlas recibiendo.

La muchacha que le escribía le contaba cosas muy interesantes, le gustaban los libros y el café helado, su golosina favorita eran los helados de chicle pero solo los que vendían en vaso, las demás presentaciones no sabían igual, su libro favorito era una novela extranjera que nadie más que ella conocía – Sasuke había empezado a leerla por ella – apreciaba su tiempo a solas y le encantaba la música.

En una de sus cartas, ella había escrito que tenía un serio problema con las multitudes, ella sufría ataques de ansiedad cada vez que se sentía rodeada de muchas personas. Había sido algo muy personal, entendía que esa clase de información era solo para él y nadie más. Ya no leía las cartas en voz alta, al menos no en el salón de clase pues, sus demandantes amigos querían mantenerse al tanto de todo lo que esta chica tenía que decir.

De cierta forma, Sasuke sentía algo de dolor por el hecho de haber conectado con una persona a la que no podía ver. No podía explicarse cómo ni cuándo, pero sentía que su día no estaba completo sin las palabras tan hermosas de las cartas de esta chica especial. Cada nota, cara tontería trivial que ella ponía ahí, para el azabache era una demostración genuina de confianza y amor. Si, amor.

El fin de semana había sido algo tedioso y largo, él solo quería regresar a la escuela para poder leer una carta más. Era la primera vez que quería ir a la escuela voluntariamente, los sábados y domingos serían agridulces de ahora en adelante.

 

Lunes 19 de Marzo del 2015

Sasuke:

Espero que hayas pasado un buen fin de semana, quiero que sepas que he esperado ansiosamente nuestro reencuentro, o al menos el hecho de tener que entregarte esta carta. Aún sigo sin creer que escribas en el pizarrón cada vez que quieres contestarme, en verdad, no quiero causarte problemas con esto.

He escuchado todos los rumores que dicen por ahí y si te molestan, si tú quieres, las cartas pueden dejar de llegar aunque debo confesarte que sería muy triste. Me he encariñado tanto con este hábito de poder contarte todo lo que pasa en mi vida, pero no quiero que  estés mal con esto.

No sé que más podría decirte ahora, te extrañé mucho estos dos días que no nos vimos, espero que me hayas extrañado también.

Posdata: No sé si lo viste, pero el último episodio de Scream Queens me emocionó mucho, ojalá lo hubiéramos visto juntos.

 

-¿Scream Queens? – se apresuró Suigetsu con una sonrisa difícil de esconder

-Gusto culposo – soltó Sasuke – es una cosa más que tenemos en común

Seguían hablando entre ellos mientras volvían al salón de clases, pensando en la nota y que la chica creía que estaba haciéndole daño. Los rumores que corrían no eran más que historias tontas que hasta él mismo encontraba graciosas, espías y extraterrestres, cuentos tan tontos que solo un imbécil los creería, aunque eso quería decir que la escuela estaba llena de imbéciles.

Llegó a su clase, casi todos estaban ahí sentados, sus amigos se adelantaron a sentarse en los pupitres que les correspondía. Se tomó un momento para poder mirar bien a todas partes, pensó que sería más fácil si todas las chicas de la clase no lo miraran tan lascivamente, no entendía como era que la delicada y tímida muchacha que le escribía estuviera escondida entre el manojo de fanáticas que lo asediaban a diario. No conocía el nombre de todas, claro, pero en algún momento cada una de ellas hubo intentado al menos una vez. Karin y Okami eran las únicas mujeres capaces de verlo al rostro y hablar normalmente, sin tartamudeos, sin decir tonterías, pero sobre todo, sin coqueteos tontos.

Entonces estaba esta nueva muchacha, Sasuke confió en que si hablaran cara a cara, ella terminaría en el hospital así que por ahora, las cartas estarían bien. Ya llegaría el momento de insistir conocerse, pero por ahora, serían más mensajes. Sonrió de oreja a oreja poniéndose frente a la clase, asegurándose de que todos lo escucharan.

- No me molesta que me escribas – dijo fuerte y claro, todos lo miraron enseguida – tus cartas me hacen feliz. Los rumores son tontos ¿Sabes? Hasta me divierten y a mi hermana le encantan – soltó una risa – entonces yo estoy bien con eso ¿Está bien?

Dicho esto, se dirigió a su lugar en donde lo esperaban sus amigos muertos de la risa, su gemela era la más emocionada haciendo burla de cosas que a Sasuke ahora también le hacían gracia. Suigetsu, Jugo y Karin solo pudieron reír y bromear igualmente, su amigo había cruzado la línea de la locura pero parecía haberlo hecho con mucho gusto, ellos también sentían gusto, Sasuke Uchiha había sido ablandado por una muchacha misteriosa.

Naruto, sentado en la esquina opuesta de Sasuke y su grupo de amigos, sentía que su corazón daba tumbos fuertes, sentía como si fuese a tener otro “incidente” sin embargo no se preocupo, esa opresión en su pecho no era por la ansiedad, sino de felicidad, aún así debía mantener una expresión neutral. El interior de su mejilla estaba destrozado por habérselo mordido para contener cualquier mínima expresión en su rostro.

De todas maneras, sus manos temblaban un poco, en ese momento estaba escribiendo para la siguiente carta. Tenía que hablar sobre eso también en la nota que escribiría, el azabache se estaba excediendo con las demostraciones públicas de cariño.

- Esta chica es increíble, tienes suerte, Sasuke – se escuchó que Suigetsu le dijo a Sasuke

“Esa chica es increíble” claro, Sasuke pensaba que él era una chica enamorada. En todos los años que tenía conociendo al Uchiha, sabía que este era heterosexual o al menos era lo que él daba a entender. No se había puesto a pensar seriamente en eso hasta entonces, la vida del muchacho del que se había enamorado era prácticamente pública, como si fuera una celebridad o algo por el estilo.

La escuela era más complicada de lo que podía verse, los chicos populares como Sasuke sufrirían de no tener intimidad en sus asuntos personales. Los chismes y rumores estarían siempre a la orden del día, era razonable que alguien como él quisiera cuidar su imagen para no arruinar su reputación. Las historias que se contaban en los pasillos sobre sus cartas hacia el azabache no lo perjudicarían a él precisamente, él era solo el chico enamorado, Naruto sabía que si algo se llegaba a saber, sería quién pagaría los platos rotos.

 

 

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Después de la clase, Naruto se reunió con sus amigas en la biblioteca como de costumbre, necesitaba hablar con ese par para aclarar algunas de sus ideas. Ambas parecían muy emocionadas y cada una aportaba con los nuevos chismes que se hablaban en sus salones de clases. El hecho de haber sido puestos en clases separadas, hacía que Naruto tuviera más problemas para sobrellevar la escuela pero aún así, intentaba esforzarse sabiendo que ellas dos no lo abandonarían.

- He estado pensando en que realmente no sé si Sasuke esté consciente de que su “Chica de las cartas” sea un muchacho – les dijo Naruto

- Creo que es un poco tarde para esa reflexión – respondió Hinata – aunque toda la escuela piensa igual que él, todos son tan cerrados de mente

- Es por los chismes tontos – añadió Tenten – todos esos cuentos son tonterías, hasta escuché una cosa tonta de fantasmas

- No quería que esto llegara a ser tan público – se lamentó el muchacho rascándose la cabeza

- Era de esperarse, Naruto

- Sí, Tenten tiene razón, debiste imaginarte que esto iba a pasar, Sasuke es uno de los más populares de la escuela – pausó para ver que Naruto apenas y seguía el hilo – es decir, si esto le hubiera pasado a alguien como Lee, como Shino o como a mí, nadie se hubiera interesado ni un poquito

- Eso es porque no somos como ellos – complementó Tenten – pero está bien, tal y como están las cosas

- ¿Hice mal en enamorarme de Sasuke?

Las dos amigas de Naruto se miraron entre ellas, el tono que había usado su compañero sonó bastante infantil. No sabían bien qué era lo que debía decir, los problemas de ese chico iban más allá de su alcance, solo estaban para dar apoyo. Aún así, estaban contentas al saber que él se había armado del suficiente valor como para dejar una nota para Sasuke.

- Jamás digas eso, Naruto – respondió Hinata – enamorarse no es nada malo

- Es que, ya saben, si esto se llega a saber, yo quedaré como el acosador loco y Sasuke como la víctima

- Y si Sasuke no te defiende – siguió Tenten – quiere decir que es un cretino y  no te merece

- Pero lo amo… realmente siento esto

 

 

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El llegar a casa volvió a sentir una oleada de paz, Naruto cerró y encontró a su madre en la cocina empezando a los preparativos de la cena. Kushina se había dedicado enteramente a cuidar de su hijo después de que este tuviera su primer ataque de ansiedad, desde ese momento descubrieron que Naruto tendría problemas para relacionarse con las personas. Ella y su marido pensaron mucho en la educación de su hijo pero, con el empleo de Minato, no podían costearse nada muy lujoso, el hombre de la familia trabajaba horas extra para pagar la escuela y el psicólogo, además de la solvencia de los gastos comunes de una casa. Incluso, la pareja se negó a seguir teniendo hijos para dedicarse única y exclusivamente a Naruto.

- ¿Qué tal la escuela hoy, hijo? – le preguntó antes de que el muchacho corriera a su habitación

- Bien… todo bien

-¿Qué hay de Tenten y Hinata? No las he visto ultimadamente

- La escuela las mantiene ocupadas

- ¿Tienes prisa?

- Un poco… ya sabes, tarea

- Bien

Muy poco convencida, Kushina dejó que su hijo se fuera a su recámara sin decirle nada más, no podía dejar de estar preocupada por Naruto. Su más grandioso sueño era que Naruto tuviera una vida normal con amigos, salidas, citas, cosas comunes de muchachos de su edad y sin embargo, se refugiaba en su habitación hablando con las únicas dos amigas que había conseguido por mera casualidad.

Pero para Naruto, el hecho de haber corrido a su cuarto a encerrarse ya no tenía que ver con haber pasado un mal día en la escuela sino todo lo contrario, tenía muchas ganas de comenzar a escribir la siguiente carta para Sasuke. Estaba ansioso, pero de una buena forma, sentía que cuando su tinta fluía por el papel, podía ser cualquier cosa, ni siquiera internet le brindaba esa satisfacción ni el misterio que representaba ser un admirador secreto.

La adrenalina experimentada cuando dejaba las cartas en el casillero de Sasuke no podía compararse con absolutamente nada. Las páginas de internet que permitían ocultar su identidad no eran tan entretenidas como todo eso, casi imaginaba que su relación con el azabache era común y corriente.

Mientras escribía la carta, tenía diferentes fantasías de ideales, citas imaginarias en donde Sasuke era un total caballero en su brillante armadura, había estado enamorado por tanto tiempo que ya no concebía la idea de nadie más. Quería con todas sus fuerzas poder ser aunque fuese, una pizca de normal, tener el valor de ponerse de pie y decirle a todos que era él quien había enamorado a Sasuke Uchiha a base de cartas anónimas, pero estaba consciente de que si hacía eso, todos lo mirarían y terminaría teniendo un “incidente”.

- Sasuke… – dijo para él mismo pensando en el inicio de su carta

No era raro escucharlo hablando solo, sus padres ya estaban acostumbrados a eso así que no le preocupaba  ser escuchado. Aún así, la situación de Sasuke era diferente, era algo meramente suyo, le encantaba sentir esa pertenencia tan rara.

 

 

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Un poco más tarde, Minato llegó a la casa, el trabajo atendiendo el teléfono parecía ser sencillo a primera vista pero él más que nadie entendía que podía ser más agotador que cualquier otra cosa. Las personas llamaban por cosas insignificantes que no necesitaban realmente asistencia y a veces le gritaban por no poder expresarse en un lenguaje común sin usar términos tan técnicos. Él había estudiado una carrera universitaria pero, al saber los problemas de adaptación de Naruto, tuvo que buscar algo que le diera estabilidad.

- Ya estoy aquí – anunció el rubio mayor entrando por la puerta de su modesta casa

Sabía perfectamente en dónde encontraría a su mujer así que solo fue hasta la sala en donde esta estaba en el sofá mirando hacia él con una enorme sonrisa. La comida estaba casi lista así que se había tomado un pequeño descanso antes de seguir con los deberes.

-¿Qué tal el trabajo? – le preguntó a su esposo que dejó sus cosas en el suelo y fue a sentarse con Kushina

- Lo normal

- ¿Sigues pensando en esa posibilidad? Ya sabes…

- Dije que quería esperar, Kushina. Si hacemos cambios drásticos ahora, podemos afectar a Naruto

Durante un buen tiempo, habían contemplado la posibilidad de que Minato consiguiera un mejor empleo y así darle un mejor tratamiento a su hijo. Pero el padre de familia pensaba que si movía a su hijo en ese preciso momento cuando estudiaba su último año en la preparatoria solo sería acarrear problemas.

- Sabes que está mejorando – volvió a hablar su marido para calmarla – puede estar en una clase distinta a la de sus dos amigas

- Me preocupa que no pueda seguir avanzando… ¿Qué pasará en la universidad? ¿Qué será de él en un empleo?

- Encontraremos una solución

- Siempre dices eso

- Porque lo creo, Kushina, confía más en mí y en tu hijo

 

 

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Los rumores de las cartas de Sasuke ya tenían a Ino enferma, tenía muchas ganas de encontrar a la nerd escondida tras unas cartas ñoñas para sacarla por completo del camino, Sasuke era de ella y solo de ella. Cada palabra, cada tontería inventada en los pasillos era un veneno para sus oídos, no entendía como era que de la noche a la mañana Sasuke estaba pensando solo en una chica imaginaria, en una tonta ilusión.

Tantos hombres que tenía esperando en la fila por ella, podía escoger a cualquier ricachón con buen gusto, pero no le interesaba nadie más que no fuera Sasuke Uchiha. El apellido y el estatus que este brindaba sería lo más increíble que le pudiera pasar en la vida, quería que todas las chicas de la escuela la miraran y la envidiaran, en especial Sakura.

Sakura Haruno, hija de una familia asalariada que por azares del destino había terminado en Konoha High. Cuando llegó a la escuela se dio cuenta que no encajaría ni en un millón de años en un sitió como ese, estaba becada por sus increíbles calificaciones pero estaba consciente de que una cerebrito sería carnada para tiburones en la preparatoria.

Podía recordar su primer día con mucha claridad, había perdido por completo la calma al darse cuenta de que había olvidado su almuerzo en casa. Se reprimió mil veces a si misma por ser tan tonta, ahora solo sería una chica solitaria en la cafetería sentada en algún rincón mirando como los demás terminaban sus almuerzos. Fue cuando un muchacho se acercó a ella, un apuesto chico de ojos color ónix, le dio una manzana y se devolvió a su asiento con sus amigos.

Se había enamorado de Sasuke por ese tonto gesto insignificante, una tontería que la llevaría a observarlo ahora más de cerca. Días después conoció a Ino quien le declaró que sería su enemiga si intentaba algo con Sasuke, con todo, lograron entablar una amistad a base de la obsesión que ambas tenían con el Uchiha.  

Sakura no podía decir cuando, pero un poco más tarde, ya era total y completamente sumisa de Ino siguiéndola a todas partes. Su extraña relación fue floreciendo de a poco hasta mutar en una amistad insana basada enteramente en su devoción a Sasuke. Aún así, la pelirosa pronto estaba siguiendo a su amiga casi solo por inercia, el Uchiha ya no le parecía precisamente la gran cosa pero prefería pensar que si lo era.

Claro que hubo intentado coquetear con Sasuke e incluso hubo un tiempo en que el azabache pareció interesado pero, Ino terminó esparciendo unos chismes sobre ella que finalmente alejaron al Uchiha. Sakura estuvo siempre consciente de que Ino haría lo posible para frustrar sus intentos con Sasuke, supo todo el tiempo que ella había sido la que había arruinado su reputación pero no le importó en lo absoluto. Aceptó su mal merecida derrota y volvió al lado de su insana amiga para seguir siendo su segunda en todo.

- Hay que pensar en algo rápido

- Ino, son solo cartas, no es para tanto

- Sasuke le presta más atención a esas cartas que a cualquier otra cosa

- ¿No estás pensando demasiado en Sasuke?

Ino paró en seco a mitad del corredor para mirar de una manera desaprobatoria a Sakura, sintió que tal vez la pelirosa estuviera planeando algo por su cuenta,  pero enseguida deshecho esa idea de su cabeza, a su parecer Sakura era demasiado tonta como para planear algo muy complicado sola. Sonrió compasiva, esa clase de gesto que hacía cada vez que estaba desesperada.

- Tontita – le dijo con ese tono infantil e hiriente – deja de decir locuras, recuerda que estamos en esto por Sasuke

No realmente, no quería decir que no lo sentía, Sakura estaba algo harta de solo estar yendo de un lado a otro por Sasuke Uchiha. Le había superado muy rápido y aún así seguía tras la sombra de Ino poniéndose como excusa el querer al muchacho.

- Deja de ser tan necia – volvió a reclamarles Ino – ven

La rubia tomó a su amiga del brazo y la llevó por  las escaleras hasta llegar al último piso de la escuela en donde estaban los salones que solo se usaban de bodegas así que estaba libre de personas. Por un momento Sakura no supo qué era lo que estaban haciendo en ese sitio hasta que su amiga le guió al penúltimo salón.

Ino se puso el dedo índice sobre los labios, Sakura no tuvo que hacer más que seguirla. El que antes hubiera sido un salón de clases ahora era solo un depósito de pupitres rotos, se acercaron hasta el pizarrón viejo, cerca del piso había un agujero que la escuela ya no se habían molestado en arreglar. Se sentaron una a cada lado en completo silencio para descubrir que había alguien en el salón contiguo.

Sakura miró a Ino, supo que había descubierto el escondite que Sasuke había designado para leer las cartas en voz alta con sus amigos, pensó que era una jugada sucia, escuchar la información dentro de las cartas de la chica misteriosa era tomar una ventaja injusta.

- Anda, Sasuke – se escuchó la voz de Karin desde el otro lado del agujero

“Zorra” susurró Ino para que solo ella y Sakura escucharan, no podía negarse que la pelirroja era por mucho la chica más cercana a Sasuke – sin contar a su hermana gemela, Ino siempre la descartaba a ella – no soportaba la idea de que alguien que no fuese ella se tratara con tanta naturalidad con Sasuke.

- Bien, bien – siguió el susodicho

Aunque no se escucharan las demás voces, Ino estaba consciente de que Sasuke estaba acompañado de su hermana gemela, Suigetsu y Juugo, además de Karin que ya había delatado su presencia que tanto molestó a Ino.

 

Martes 20 de Marzo del 2015

Sasuke:

 

Hoy te escribo con mucha emoción ¿Sabes? Todo lo que haces en el salón de clases es una locura, no tienes vergüenza. Me pone de tan buen humor ver que en verdad te importa que yo sepa lo que piensas, quisiera que me contaras más y más de ti, siempre es bueno saber en lo que andas, quiero decir, me hace feliz lo que te haga feliz.

Me encantaría compartir momentos así, ver tu sonrisa recién dibujada por lo que sea que te haya hecho sonreír. Hasta me siento culpable y es que siento que yo sé tanto sobre ti pero… bueno, tú no sabes ni quién soy yo, aún así te pido que me esperes, ya te he contado de todo lo que he pasado hasta el momento y no me gustaría que cargaras con mis problemas igualmente, primero quiero asegurarme de que no habrá nada malo conmigo.

Y con todo esto, mi sentimiento de culpa es aún persistente así que como una especie de descarga de culpa, te daré una insignificante  pista de quien pueda ser yo: Mis ojos son color azul.

Posdata: sé que estás leyendo esto con tus amigos, no me molesta para nada, y aprovecho para darles un saludo y las gracias, por cuidar de ti.

 

- Que chica tan linda – se apresuró Okami – seguramente debe ser muy guapa

- Ojos azules – se burló Suigetsu – te acaba de describir a la mitad de las chicas en clase

- Yo creo que puede ser más que suficiente para encontrar a esa persona – difirió Juugo

- Es verdad – dijo Sasuke – hay bastantes ojos azules en la clase

- Pues claro, ella no es tonta – intervino Karin risueña y con ansias de molestar a su amigo – te dio una pista inútil sabiendo que no ibas a poder descubrir nada

Habiendo leído la carta, recogieron sus cosas y salieron del salón para encaminarse a la clase dejando a Ino y a Sakura. Para la pelirosa había sido inútil esa información, pero cuando miró a Ino supo que su amiga ya había tramado algo que seguramente la involucraría a ella haciendo el trabajo sucio.

- ¿Ino?

- Esa chica sí que es tonta, Karin estaba mal

- ¿Qué quieres decir? Solo escuchamos más de ella diciéndole a Sasuke que le gusta

- Es que no sé si te esfuerzas para ser así de tonta o solo es natural

De un solo brinco, Ino se puso de pie y se le quedó viendo a Sakura esperando a que ella también lo hiciera, la muchacha no tuvo más que seguir a su líder en lo que sea que estuviera pensando aunque sabía de ante mano que no sería nada bueno.

- ¿Qué planeas?

- No puedo decirte ahora – le respondió con una radiante sonrisa – necesito que hagas algo por mi mañana, lleva a Sasuke a su casillero por la mañana

- No pensarás en…

- ¡Cállate!  No necesito que me digas lo buena idea que es, yo sé que soy brillante

 

 

 

 

Notas finales:

Aprecio mucho sus comentarios, las críticas constructivas me ayudan muchísimo para mejorar, quiero darle las gracias a mis lectores que siempre me hacen ver en dónde estoy fallando. ;) Espero sus comentarios. 


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